Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 23 (enero 2011)

EL TRATAMIENTO INTERDISCIPLINARIO DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL. PREMISA PARA LA ENSEÑANZA DEL CONTENIDO BIODIVERSIDAD EN EL ÁREA CIENCIAS NATURALES EN PREUNIVERSITARIO
 

Alexis Ricardo Méndez Pupo (CV)
amendez@st.ho.rimed.cu

 

RESUMEN:

Los contenidos, como el referido a la biodiversidad, es necesario integrarlos para ser aplicados en las diferentes situaciones docentes o investigativas durante el proceso de instrucción, ya que debe ser asimilado, con solidez, por los estudiantes a fin de solucionar los problemas que se presenten en la vida diaria; pero ¿cómo lograrlo?,¿cómo utilizar esa información dispersa en el manejo global de todos los niveles que interactúan en la biodiversidad?. Estas preguntas, según el autor de este artículo, conllevan a tomar en consideración el establecimiento de relaciones interdisciplinarias en el proceso de Educación Ambiental, como premisa para la enseñanza del citado contenido en el área Ciencias Naturales del preuniversitario.

DESARROLLO:

Al establecimiento de relaciones interdisciplinarias han sido dedicados numerosos trabajos de eminentes pedagogos cubanos y latinoamericanos. Este término ha sido muy utilizado en el mundo con diferentes acepciones: intermaterias, interciencias, interdisciplinariedad; así como con diferentes significados y matices (Brito Sierra, Yamilé, 2005). Por ejemplo, Cohen, D (1979); Roser, G. (1982); Gunter, K. (1984); Fernández, M. (1994); Caton, M. (1995); Fiallo, J. (1996); Añorga, J. (1998); Castro, V. (1997); Cartay, (1998); Mañalich, R. (1998); Perera, F. (1999); Barcalcel (1998); Álvarez Pérez; M. (2004); por citar algunos autores cubanos y de otros países.

En sentido general los mencionados autores apuntan al establecimiento de nexos entre las disciplinas, a un enfoque integral para la solución de problemas complejos, para el establecimiento de vínculos de interrelación y de cooperación.

De ahí que, la base epistemológica de la interdisciplinariedad se presenta, en primera instancia por la concatenación universal de todos los fenómenos y procesos vistos en su unidad y complejidad, lo que condiciona la necesidad de interrelaciones y cooperación entre las disciplinas que conforman el currículo, relaciones que modifican cada disciplina para una formación más integral del sujeto del conocimiento. Salazar Fernández, D. (2004)

Más adelante la misma autora expresa que el desarrollo, que sucede en un fenómeno de la naturaleza, la sociedad o del pensamiento humano; que en el transcurso de sus diferentes estadios es al mismo tiempo algo establecido (realidad histórica concreta) pero de otra manera, algo nuevo de más alto nivel de desarrollo (negación de la negación), un desarrollo que no es recto sino, por así decirlo, transcurre en espiral, un desarrollo revolucionario a saltos, rompiendo lo mesurado, lo gradual, lo reposado, cambiando lo cuantitativo en cualitativo, con las fuerzas de su desarrollo interno disueltas, inmersa en sus contradicciones y tendencias, pero sin embargo, con una dependencia mutua, en estrechísima interrelación de todas sus partes, donde su evolución histórica presenta en cada momento de su desarrollo, una nueva arista.

Es criterio del autor de este trabajo que, esto presupone trabajar las asignaturas del grado de forma integrada y articulada de modo que respondan a un sistema de objetivos integradores interdisciplinarios de mayor nivel de complejidad y calidad que el que puede lograr, muchas veces, cada una de las asignaturas por separado (lo particular y lo general), lo cual exige respetar las precedencias necesarias de las diferentes materias, lograr la debida articulación entre los contenidos y la formación de habilidades interdisciplinarias y transdisciplinarias (negación de la negación y la concatenación de los fenómenos), en síntesis, ver las interrelaciones, en vez de las concatenaciones lineales de causa - efecto.

Condición que se reconoce a partir de que “el establecimiento de estas relaciones entre disciplinas, constituyen una condición didáctica que permite cumplir el principio de la sistematicidad de la enseñanza y asegurar el reflejo consecuente de las relaciones objetivas vigentes en la naturaleza, en la sociedad y en el pensamiento, mediante el contenido de las diferentes disciplinas que integran el plan de estudios de la escuela actual”. (J. Fiallo, 2001)

Más adelante el mismo autor hace referencia a que la interdisciplinariedad debe ser comprendida, en su sentido más amplio como un acto de cultura, no como una simple relación entre contenidos, sino que su esencia radique en su carácter educativo, formativo y transformador, en la convicción y actitudes de los sujetos; aspecto este con el que se coincide.

Por otro lado, al decir de I. Fazenda, “la interdisciplinariedad, es una relación de reciprocidad, de mutualidad, que presupone una actitud diferente a ser asumida frente al problema del conocimiento, o sea es una sustitución de una concepción fragmentaria por una unitaria del ser humano. Donde la importancia metodológica es indiscutible, por eso es necesario no hacer de ella un fin, pues la interdisciplinariedad no se enseña ni se aprende, apenas se vive, se ejerce, por eso exige una nueva pedagogía, una nueva comunicación.”

No obstante, el autor de este artículo asume la idea expresada por el Dr. C. Jorge Fiallo (1998), quien manifiesta que la interdisciplinariedad debe ser vista como un proceso y una filosofía de trabajo, es una forma de pensar y proceder para enfrentar el conocimiento de la realidad y resolver cualquiera de los problemas que esta plantee.

A partir de estos planteamientos, se considera que el estudio de los procesos y fenómenos que ocurren en la naturaleza, objeto de estudio de las asignaturas del área Ciencias Naturales en preuniversitario, deberá asumir un tratamiento metodológico por parte del docente, en el que, a partir de la interpretación de los mismos y su concatenación con los restantes fenómenos y procesos naturales, se desarrolle un pensamiento y un proceder interdisciplinario, garantizando así, la solución de los problemas que enfrentará el futuro bachiller en su actuación diaria, en la comunidad donde vive. Este proceder garantiza, no solo una formación contextualizada del estudiante con su época, si no también con su entorno, además de comprometida con las necesidades y demandas de la sociedad en que vive.

Por otra parte, en el modelo preliminar de escuela preuniversitaria cubana (2003), defendido por L.R. Jardinot M. y K. Carvajal P., se plantea que en los contenidos curriculares no existe, por un lado, un balance adecuado entre los conocimientos y las habilidades, y por el otro, los sentimientos, los valores y las actitudes. En ocasiones estos últimos elementos formativos no se hacen explícitos ni se precisan adecuadamente.

Más adelante los referidos autores exponen que, las orientaciones metodológicas no siempre ofrecen sugerencias concretas para una enseñanza-aprendizaje desarrolladora y formativa, así como para la utilización de las nuevas tecnologías de enseñanza.

Asimismo plantean que se ha previsto la transversalidad, mediante programas directores y otros programas dirigidos a la labor formativa, los que se han introducido como elementos adicionales al currículo inicialmente concebido, alcanzando una cifra considerable de diversos documentos directrices que junto con los objetivos formativos, el profesor debe consultar, dominar e instrumentar.

De esta suerte, estas carencias teóricas se reflejan en el tratamiento metodológico que se orienta en el preuniversitario, favoreciendo que emerja la contradicción entre el contenido al que el docente pretende ofrecer arreglo didáctico y la metodología para lograr la integración, a partir de todas las asignaturas del área de Ciencias Naturales en este nivel de enseñanza.

Como puede apreciarse, resulta evidente la necesidad de un modelo didáctico que asegure un reforzamiento de la labor docente y científica de estudiantes y profesores del preuniversitario, que sea uno de los fundamentales elementos distintivos de este nivel de enseñanza con relación al nivel precedente (tal como apunta L. R. Jardinot, 2003), pero que todo esto se concrete en la clase como forma de organización fundamental.

De ahí que se pueda afirmar que el enfoque que debe asumir la educación ambiental en el proceso de enseñanza - aprendizaje escolarizado, pondera un tratamiento metodológico de relación entre las disciplinas del currículo en el que sean potenciadas las posibilidades educativas que tienen los contenidos de las disciplinas que lo integran en los diferentes niveles de enseñanza. Tal y como lo expresan Mc. Pherson M. (1999, 2002, 2005), Díaz Castillo, R. (2005) y Parada A. (2007).

Según Alfonso Evangelista, P. y otros (1998), la educación ambiental debe trabajarse en la escuela como un proceso educacional en todas las instancias de formación y disciplinas del currículo. Integrada como un tema transversal permeando los diferentes contenidos disciplinares, incluye la apropiación de esos contenidos, la formación de conceptos y adquisición de competencias para actuar en la realidad de forma transformadora. Debe provocar sensibilidad y formación de conciencia del medio ambiente en general y la comprensión crítica de las cuestiones ambientales. Permite desarrollar en los alumnos un profundo interés por el medio ambiente así como la voluntad de participar activamente en su protección y mejoramiento a partir de la adquisición de los conocimientos necesarios que le permitan intervenir en la solución de los problemas ambientales fomentando el valor de la necesidad de cooperación.

Esta orientación está reforzada por la Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental de Tbilisi, realizada en Georgia en 1977 (antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) donde se expresó que la educación ambiental “es la dimensión dada al contenido y práctica de la educación, orientada a la solución de problemas concretos del medio ambiente, a través de enfoques interdisciplinares y de una participación activa y responsable de cada individuo y de la colectividad”

Incuestionablemente, esta visión de la educación ambiental requiere una revolución educacional que incluya prácticas pedagógicas innovadoras de carácter inter y transdisciplinar, privilegiando el trabajo colectivo en el que cada componente curricular someta sus intereses a un objetivo más amplio que trascienda los límites de su disciplina, que esté a disposición de la sociedad, de una educación contextualizada, motivadora y de buena calidad (Medina N., 1997)

Por su parte, Novo M. (citada por Mc. Pherson, M. 2005) plantea la interdisciplinariedad en el trabajo de educación ambiental, como un proceso autoorganizativo, de raíz colectiva donde la atención entre los distintos enfoques, el posible desorden o el posible aumento de la entropía no es un elemento negativo, sino uno que permite la organización de un nuevo conocimiento a partir de la articulación e integración de determinadas ideas y conceptos.

En materia de educación ambiental se habla con frecuencia de orientar la dirección del proceso hacia “la realidad del alumno” “situar los problemas a resolver en el contexto del alumno”. La educación ambiental debe privilegiar como punto de partida del estudio del entorno inmediato del individuo, a fin de su integración con la comunidad y llevarlos a comprometerse con la solución de los problemas, sin embargo el conjunto de acciones educativas que permiten al niño, al joven o al adulto aprender, conocer y analizar el medio ambiente no debe quedar limitado a su entorno inmediato. Es necesario que este enfoque local sea ampliado con el análisis de múltiples interrelaciones como el ambiente regional, nacional o internacional con el cual está vinculado siguiendo una visión concéntrica de su estudio. (Willard J. Jacobson, 1996)

En esta dirección la educación ambiental debe asumir responsabilidades, interactuando con aspectos que se complementan: la sensibilización y la capacitación de los alumnos para una toma de conciencia y acciones concretas y la adquisición de conocimientos que permitan su integración con la comunidad.

Según opinión del autor de este trabajo, en los presupuestos planteados anteriormente se sostiene la connotación integradora e interdisciplinar del estudio del contenido biodiversidad como uno de los aspectos a considerar en el tratamiento metodológico de la educación ambiental a través del proceso de enseñanza-aprendizaje de las asignaturas del área Ciencias Naturales en la educación preuniversitaria. Cada disciplina del currículo escolar establecido para esta área de conocimientos en este nivel de enseñanza, a partir de sus sistemas conceptuales, tiene potencialidades para contribuir al proceso de comprensión de la educación ambiental en general y en particular de la biodiversidad desde sus respectivos puntos de vista, propiciando un conocimiento integrado, amplio, duradero, consciente y aplicable.

La exigencia de la interdisciplinariedad en la educación ambiental no significa abandonar la contribución específica de cada disciplina, por el contrario, se exige de una competencia cada vez mayor de cada una en particular, para que en su relación se obtenga el resultado esperado.

En este sentido Leff (1996) expresa “La educación ambiental no consiste simplemente en dar un trato más adecuado a las cuestiones ambientales que ya están presentes (muchas veces de manera más implícita que explícita) en los contenidos curriculares de varias disciplinas, o introducir componentes ambientales a ciertas disciplinas, dando prioridad a las Ciencias Naturales y en particular a la Ecología o a la Geografía como campos interdisciplinares por naturaleza… se trata de construir un saber ambiental que se defina en relación con cada una de las disciplinas ya constituidas, a través de un proceso social de construcción del conocimiento”

De ahí que, una de las maneras que se considera apropiada para el desarrollo de la educación ambiental en la escuela, es el tratamiento sobre la base de una discusión problematizadora del ambiente físico y social en que está enclavada la escuela, expresa Alfonso Evangelista P. (1998). El reconocimiento de los problemas, el estudio de sus causas y consecuencias, el tipo de sociedad causante del problema, lleva necesariamente a interrogantes sobre el papel que corresponde a la escuela ante estos hechos y de qué forma debe actuar en relación con ellos. En este sentido el abordaje metodológico de la educación ambiental, continúa expresando, deberá conducir al desarrollo de procesos de sensibilización en relación con la cuestión ambiental, a través de actividades planificadas que permitan la inserción del estudiante en el medio de forma progresiva.

Desde otra perspectiva, es conocido que la conservación de la biodiversidad en Cuba, dado el potencial natural que posee, posición geográfica clave, ofrece el mayor endemismo del mar Caribe insular e importantes grupos genéticos; flora y fauna altamente vulnerables a las tensiones ambientales, de ahí la importancia de actitudes proteccionistas que se traduzcan en acciones positivas en la solución de tales afectaciones.

Por tanto, en opinión de este autor, resulta incuestionable la dirección de un proceso encaminado al desarrollo de actividades docentes e investigativas que propicien la adquisición de nuevos y sólidos conocimientos sobre la situación de la biodiversidad en el entorno inmediato del estudiante preuniversitario, lo que puede conducir a la toma de conciencia para una actuación consecuente con su cuidado protección y conservación. Un tratamiento metodológico interdisciplinario al contenido biodiversidad que lleve al estudiante del conocimiento de una disciplina interactuando con otra, en el que causas, problemas y soluciones están totalmente interrelacionados. Bajo esta concepción, toda metodología para el tratamiento interdisciplinario al referido contenido debe llevar implícito la utilización de un método o combinación de métodos de elaboración de conocimientos integradores a partir de la interpretación y aplicación del sistema de conceptos de las asignaturas del área, vinculados al objeto de estudio en el entorno inmediato del estudiante.

De manera general, se puede afirmar que a partir de las características que debe asumir el proceso de enseñanza aprendizaje de las asignaturas del área de Ciencias Naturales en preuniversitario, se imponen cambios sustanciales en el tratamiento metodológico al contenido biodiversidad, en el que se materialicen como condiciones a cumplir, el establecimiento de vínculos interdisciplinarios entre las asignaturas con potencialidades para el estudio de este fenómeno y los métodos y formas de trabajo empleados en su enseñanza. Igualmente deberá ser condición necesaria para un aprendizaje duradero, por parte de los estudiantes, el carácter contextualizado de las actividades a la realidad de su entorno, que identifique este tratamiento como un proceso docente - investigativo.

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