Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 2, Nº 12 (febrero 2010)

BREVES REFLEXIONES DESDE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA SOBRE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA EN MÉXICO


 

Rodrigo Espinoza Sánchez (CV)
rodrigoe@pv.udg.mx
Edmundo Andrade Romo (CV)
Rosa Ma. Chávez Dagostino (CV)

Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de la Costa, México

 

Resumen

La educación superior universitaria representa para el ciudadano la principal formación que le ayudará a alcanzar objetivos en su vida personal. El profesor universitario es el generador de escenarios propicios para que el estudiante desarrolle capacidades y habilidades que le permitan ir creciendo como ser humano y a la vez como un profesional en potencia. El trabajo colectivo de la academia genera sinergias para el análisis teórico metodológico de las diferentes disciplinas que integran un plan de estudios universitario, mismo que incide o impacta en la sociedad donde el plantel universitario esta inmerso. La lógica laboral se convierte en un continuo aprendizaje significativo, y donde la relación estudiante profesor adquiere sentido y ética.

Palabras clave: Educación Superior, Profesor Universitario, Trabajo Colectivo, Lógica Laboral.

Introducción

Con el devenir, el ser humano ha buscado siempre su desarrollo dentro de su propio contexto, esto le ha permitido estar en diferentes estadios y realidades que lo envuelven y desenvuelven, que lo encantan y desencantan, pero que al final lo llevan a encontrar ciertas posturas en el espacio y en el tiempo, mismas que afincan en él su desarrollo integral y auténtico. El mundo académico universitario ha enfrentado retos y desafíos que lo han orillado a plantear y replantear corrientes de pensamiento que fundamenten su praxis educativa, acorde a ciertas ideologías correspondientes a una época determinada. El sistema educativo de nivel superior se encuentra en una encrucijada planteada desde el centro con influencia en la periferia, esto induce a la reflexión que posibilite trazar nuevos umbrales que le den un sentido humano a la educación que ahí se imparte, dejando un lado el “Sentido del Depósito Bancario” que se presenta como un continuo en el espacio áulico (Freire, 1970). Acorde a todo esto el presente documento pretende hacer un breve acercamiento reflexivo a la realidad de la educación superior en México.

Discusión

La educación superior que brinda la Universidad Pública en la Región Bahía de Banderas, México, se remite a las determinaciones constitucionales que enmarcan varios postulados: como su nombre lo indica es de acceso para todos sin distinción de sexo, raza o clase social, sin embargo, desde sus albores la educación a formado parte importante de movimientos sociales que han orillado a que las reformas a las legislaciones vigentes se hagan en pro del crecimiento y desarrollo profesional del individuo, camino único para que éste, pueda tener un sentido crítico ante determinadas situaciones de interés personal y colectivo, sólo basta, recordar el Art. 3º. de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos para enmarcar esta jerarquía de la educación, sin embargo, el discurso oficial atiende a políticas de corte neoliberal que hacen que dichos referentes constitucionales se conviertan en lo que menciona Giroux (2004) de manera textual “…este neoliberalismo apuesta a que el mercado debe ser el regulador y equilibrador de las decisiones relacionadas a las políticas sociales y económicas...que ponen en riesgo al estado benefactor…”

Con lo mencionado en el párrafo anterior, se puede comprender que la educación universitaria que se brinda en los diferentes planes de estudio que se ofertan a la sociedad que atiende se enfocan específicamente a formar seres humanos para el trabajo, sin un sentido crítico que promueva una transformación individual y de contexto dentro de los espacios que ocupa, ya que se le enseña más no se le educa, y la educación es una dimensión cuyas implicaciones van más allá de esa simple idea o concepción de transmitir información como se ha hecho de manera tradicional, sino todo lo contrario, se debe problematizar para generar el estado gnoseológico que requiere el ser humano como individuo transformador de realidades (Freire,1970; Massam, 2000).

Los planes y programas educativos de esta casa de estudios, se hacen con la intención de responder a una demanda creciente de matrícula, sin tomar en cuenta las grandes asimetrías existentes entre la composición de la población de la sociedad de la región en la cual esta inmersa, ya que al ser un Centro de Educación Superior que funge como máxima casa de estudios, ésta debe impactar a toda la región vista como un espacio geopolítico importante y aludido a la vez, como polo de desarrollo turístico, no visualiza la diversidad, la multiculturalidad y las diferencias que se reencuentran dentro de la practica formativa ocasionando desigualdades e inequidades escolares (Bourdieu, 1986; Roger, 2008).

Lo anterior, conlleva a hacer un alto, y reflexionar acerca de la realidad que atañe al colectivo universitario, para encontrar la congruencia que debe existir entre el decir y hacer, aspecto importante en la Pedagogía Critica (PC), ya que ésta busca involucrarse en el esquema mental del docente como un agente de cambio que transforma la realidad social en la cual esta inmerso y, que esa transformación conduzca a la liberación de aquellos que todavía tienen la ilusión o la esperanza de que si hay nuevas formas para encontrar el desarrollo integral del sujeto sujetado (Huerta, 2004; Roger, 2008; Quiroz, 2008).

Lo precedente implica, comprender claramente que la educación es un concepto cuya génesis es de corte política, y que las instituciones educativas responden a un sistema estructurado para ostentar el poder, y en esa lucha constante de perpetuación la visión de la formación integral queda en la retórica del discurso, el CUCOSTA no es la excepción al respecto, por lo que se hace evidente que requiere de esos seres humanos denominados profesores e investigadores que le den empoderamiento a los desprotegidos con el objeto de aliviar la justicia social (McLaren, 1980; Roger, 2008).

Con lo expuesto anteriormente, se infiere que la práctica académica es un acto educativo, en el cual el proceso de aprendizaje es interminable, es decir, no tiene un punto final, sin embargo, es aquí donde se forjan las esperanzas de hacer cambios o revoluciones que ayuden a la obtención de un mundo mejor para todos, esto sólo se puede lograr cuando el académico universitario reflexione acerca de su propia existencia, de su yo interno, de esa reflexión que implique la búsqueda del otro yo, esto le permitiría generar una conciencia, que se recree en si misma para poder entender al otro en sus múltiples facetas que lo hacen diferente, original pero a la vez interesante (Marx, 1857).

Todo lo anterior, soporta el hacer un alto en el camino y autocuestionarse: ¿Qué debe hacer un profesor investigador universitario dentro de este contexto?, ¿Qué posición debe asumir? Importante cuestionamiento que conduce a hacer una reflexión más profunda, y poder sustentar la respuesta ante esta realidad que se vive en el mundo universitario, que a cada día se ve constreñido y atrapado como institución de educación superior sujetada por políticas de restructuración encaminadas al control de los individuos y sus formas de pensar, sin embargo, como dijera Freire en voz de Huerta (2008) “… podrán encerrarme físicamente, más mi conciencia sigue trabajando dentro de este especio reducido...”

Lo antes aludido, implica que aunque la educación universitaria pública formal se fundamente en políticas, programas y que sus discursos se incrusten dentro del neoliberalismo, eso no ha mermado el trabajo de formar seres humanos de manera integral, ya que la misión como profesor e investigador (PI), no es únicamente el dar clases presenciales, sino también asesor, tutorar, colaborar, e investigar, aspectos estos que han ayudado a que el académico crezca como persona y entienda al otro, y que ese otro interiorice en su conciencia reflexiva el lado humano que encuentra en los escritos de investigación del PI o en las interacciones físicas que se dan dentro del espacio de la sociedad académica universitaria. Además de lo anterior, con la generación de Cuerpos Académicos desde la SEP, la formulación e implementación de proyectos de investigación de éste PI permite involucrar alumnos que les interesa formarse en investigación, y que ahora se encuentran terminado maestrías en Europa y aquí mismo en México.

Lo aludido en el párrafo anterior, conduce a pensar y repensar la acción educativa como algo dinámico y engendrado en el desarrollo de las vidas de las personas que anhelan opciones diferentes para crecer y desarrollar sus propios espíritus, estas personas son los estudiantes con los que se comparten conocimientos, pero a la vez, planteamientos de problemas que ayuden a su desarrollo humano y que estos lleven ese mensaje al tejido social al que pertenecen, porque es ahí, donde los impactos se verán reflejados (Huerta, 2009).

Adhiriendo a todo lo pronunciado, se ve dentro de este espacio educativo, como la labor del docente revolucionario cambia su entorno, porque es a través de sus acciones como se logran los avances del conocimiento, y no es con la transmisión de los contenidos temáticos de un programa, si no de las revoluciones intelectuales que genera en sus estudiantes al hacerlos sujetos sentidos (Roger, 2008). Es pues de gran relevancia, entender los hechos sociales en el contexto en el cual se ubica el docente, pero es más encomiable todavía, lograr en el estudiante aspectos que le den significado a sus vidas para que estos puedan encontrar respuestas humanas a sus propios cuestionamientos y al del otro u otros con los que interactúa, porque es ahí en ese momento o en esa multiplicidad de momentos en los que la conciencia se hace presente en lo concreto de la realidad (Huerta, 2004; Giroux, 2004; Marx en Huerta, 2008).

La búsqueda del desarrollo integral del individuo es una tarea compleja, sin embargo, la educación es un camino mediante el cual el ser humano intenta alcanzarlo, y en esta constante búsqueda, se asimilan las grandezas y las miserias que las estructuras de gobierno han hecho de las sociedades, si a esto se le añade la clasificación de las mismas, entonces se encuentra con temas que duelen pero que hacen repensar en lo oculto o el transfondo de las sociedades desarrolladas y las no desarrolladas, y donde ambas sufren de algo en común como es la incertidumbre y el miedo mediatizado como estrategia de poder, que avasalla, que hostiga y castiga a los más desprotegidos y por ende los más débiles mostrando un Darwinismo Social desmesurado (Huerta, 2004; Giroux, 2004).

De lo expresado anteriormente, se presume que el desarrollo integral del ser humano es difícil en todo tipo de economía, sin embargo, se observa que es en las economías emergentes o periféricas donde existe más: opresión, desigualdades, meritocracia, necrofilia, injusticia social, pobreza, discriminación entre otros que hacen que el desarrollo sea exclusiva de una minoría de clase, que fragmenta y aísla las acciones de transformación social que se pueden y deben iniciar dentro de la praxis educativa desde la postura de la pedagogía Critica (PC), ya que el espejo de esta es el binomio compuesto por el PI y el estudiante que se funden en uno sólo a través de la dialogización y de manera consensuada transformar sus propias realidades y situaciones del contexto (Mclaren, 1989 ; Huerta, 2004; Gitoux, 2004; Roger, 2008; Quiroz, 2008).

Lo anterior, conduce a encontrar coincidencias que ayuden a que el curriculum y la fundamentación teórica de la PC coincidan para que la praxis de la vida académica áulica sea el escenario inicial de las congruencias que requiere la sociedad actual, que vive en un mundo globalizado y donde las políticas neoliberales se ejercitan con prontitud dentro de las instituciones educativas, mismas que responden de forma vertical a un mandato, y como tales generan en sus núcleos el poder para que sus prácticas se perpetúen en sentido mercantilista. La práctica de esta PC se requiere dentro del mundo universitario de carácter público, pero no de manera aislada o en forma de burbuja como actualmente se observa, sino que, acorde a su realidad debe propagarse y concatenarse en el tejido académico como dialéctica, para después engendrarse y desarrollarse en el dinamismo educativo entre profesor y alumno o entre alumno y profesor, donde lo importante no es su orden, sino la interacción e interacciones de ambos que posibiliten la transformación social de los que sufren y que son rezagados (McLaren, 1989; Huerta, 2004).

A manera de cierre reflexivo

Con la intención de concluir, se puede decir que se debe promover en la praxis educativa de nivel superior una nueva forma de ver el desarrollo del individuo iniciando por el sentido ontológico, epistemológico con el objeto de poder entender la intención del discurso oficial formalizado en los planes y programas de las diferentes carreras que se enfocan al soporte del corporativismo y al tecnicismo, que como resultado arroja seres vacíos de humanidad, de inspiraciones de colaboración comunitaria, y donde el homus ecomicus es el más importante (Navarro y Cabral, 2006). Con esto no se esta cumpliendo con una formación integral critica del profesionista universitario que este comprometida con las situaciones desequilibras de su contexto, sino que se esta dando empoderamiento a los conservadores y no a los que lo necesitan desde la postura de la PC.

Referencias Bibliográficas

- Bourdieu, P. 1986. La escuela como fuerza conservadora: desigualdades escolares y culturales. En Cuadernos de Pedagogía Critica No. 1 de la Fundación Peter McLaren para la Pedagogía Critica.

- Freire, P. 1970. La pedagogía del oprimido. En Cuadernos de Pedagogía Critica No. 1 de la Fundación Peter McLaren para la Pedagogía Critica.

- Giroux, H. 2004. Neoliberalismo y la muerte de la democracia: Resucitando la esperanza en tiempos de Oscuridad. Artículo presentado en el Seminario de Pedagogía Crítica, Currículo. Impartida por el Dr. Luis Huerta. CUT. México.

- Huerta, L. 2004. Una Breve Historia de la Pedagogía Crítica: La Experiencia Norteamericana. En Cuadernos de Pedagogía Critica No. 1 de la Fundación Peter McLaren para la Pedagogía Critica.

- Huerta, L. 2009. Docencia, Pedagogía Crítica y Currículo. Cátedra impartida en el Doctorado en Educación. Universidad de Tijuana, Centro Universitario de Tijuana. México.

- Massam, B. 2000. Conditions of the Civic State. The Halbert Centre for Canadian Studies, The Hebrew University, Magnes Press. Jerusalem.

- McLaren, P. 1989. El surgimiento de la pedagogía crítica. En Cuadernos de Pedagogía Crítica. No. 1. Fundación Peter McLaren para la Pedagogía Crítica.

- Navarro, M. y J. Cabral. 2006. Poder, Conflicto y Colaboración en instituciones educativas. Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de la Costa. México.

- Quiroz, S. 2008. Ocho Ensayos parala reconstrucción de la Utopia del Siglo XXI: otro mundo es posible. Promografig. México.

- Roger, E. 2008. Introducción a la Filosofía de las Ciencias Sociales y Humanas. Universidad Católica de Manizales. Colombia.


 

 
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