Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 1, Nº 9 (noviembre 2009)

LA LECTURA COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA


 


Nuria María Palanco López
jmariohv@yahoo.es



 Â«Ahora que tanto se habla de calidad de la enseñanza y se perfilan nuevas líneas programáticas, sería bueno que los responsables de fijarlas comprendieran que el arte de leer no es un capítulo más de la educación y, menos aún, de la enseñanza, sino la base de ambas. Que la escuela –y vuelvo a Salinas– debe practicar "la enseñanza de la lectura como un centro de actividad total del espíritu, en cuya práctica se movilizan y adiestran las cualidades de la inteligencia, de la sensibilidad; se enseña a discernir de valores morales y estéticos; en resumen, se educa al niño por todos los lados"».

García de la Concha, Víctor (2002), La lectura en España. Informe 2002, Federación de Gremios de Editores de España, Madrid, p. 60.

Todos somos conscientes de que la lectura no es una simple asignatura sino una actividad necesaria que no siempre hay que entender como un placer. Además, coincidimos en que es la principal fuente de conocimiento, nos ayuda a comprender el mundo, a comunicarnos con mayores garantías, a pensar de forma crítica y creativa. En definitiva, nos hace más libres. Y sabemos también que es uno de los inconvenientes que tienen los estudiantes para progresar en el aprendizaje.

Al abordar el tema de la lectura, los docentes nos encontramos con una realidad bastante evidente: dificultades en la comprensión del alumnado; falta de hábito lector; la no disposición de un tiempo determinado para la lectura; la carencia de un lugar adecuado; la ausencia de un programa de animación a la lectura; la poca implicación del profesorado.

Y todo ello relacionado con la falta de base de los alumnos y alumnas, propiciada por un sistema de enseñanza de mínimos, la ausencia (hasta ahora) de medios organizativos y curriculares donde se contemple la lectura como una fuente de información y de entretenimiento, la propia infraestructura de los centros y, por último, la poca formación del profesorado en este tema.

Creemos en un Proyecto de Lectura que procure buscar un sentido a lo que se lee, que promocione la lectura libre, informal, espontánea, que cuente con un equipo educativo comprometido que estimule el interés y desarrolle la sensibilidad de los estudiantes transmitiéndoles y haciéndoles descubrir sus propias emociones e impresiones como lectores.

En dicho Proyecto contemplamos distintos tipos de lectura: la lectura comprensiva, la lectura como instrumento de aprendizaje (para informarse y comunicarse), la lectura expresiva, la lectura lúdica, la lectura creativa, la lectura reflexiva… y atendemos a las siguientes demandas: literatura infantil y juvenil, literatura clásica y moderna, cómics y álbumes, libros informativos, prensa y revistas, videos, música y programas de ordenador. Este Plan de Lectura estará diseñado con continuidad en el transcurso de las actividades cotidianas, no como medida excepcional. Trataremos lecturas selectivas que se ajusten en lo posible a intereses, niveles y evolución personal de cada lector/a. En el primer ciclo trabajaremos las estrategias de comprensión y en los cursos superiores se trabajará más la lectura de investigación, las técnicas de estudio basadas en el acto lector reflexivo.

El Proyecto de Lectura estará integrado en el Proyecto Educativo del Centro y en el Proyecto Curricular, por lo que se requiere la participación de todo el profesorado, la colaboración de la Administración y la implicación de las familias. El proceso contará con una autoevaluación en la que se analizarán tanto las didácticas como las actitudes y motivaciones mostradas por el alumnado y el profesorado, la idoneidad de los materiales y recursos, la temporalización, etc.

Consideramos interesante trabajar los objetivos a largo plazo que se nos proponen en el curso:

• Equilibrar y ampliar los fondos de la Biblioteca, adecuándolos al currículo de las etapas que imparte el centro y enriqueciéndolo con documentos electrónicos. Garantizar la disponibilidad de los mismos y difundirlos.

• Ampliar las posibilidades de uso pedagógico de la Biblioteca.

• Desarrollar y consolidar el hábito lector de nuestro alumnado.

• Fomentar la lectura desde todas las áreas curriculares.

• Desarrollar la comprensión lectora desde todas las áreas curriculares mediante acciones concretas que figuren en sus programaciones didácticas.

• Utilizar la lectura como fuente de entretenimiento y de información.

• Promover el funcionamiento de la Biblioteca escolar como un centro de recursos para el aprendizaje y para el entretenimiento y disfrute a través de la lectura.

La organización de una Biblioteca escolar, la puesta en marcha y el desarrollo de las diferentes actuaciones al servicio del currículo y la práctica conlleva un gran esfuerzo y dedicación que a nadie escapa. Sin embargo, esta tarea ha de ser compartida en tanto que sus frutos benefician por igual a toda la comunidad y merece compartirse por cuanto tiene de ilusionante y de proyección en el futuro.

Partiendo siempre de la situación actual, llega el momento de tomar decisiones acerca de qué aspectos hay que modificar, abandonar o introducir en la biblioteca para que ésta se vaya acomodando a la idea de biblioteca escolar como centro de recursos. Es el momento de diseñar e iniciar una serie progresiva de actuaciones encaminadas a mejorar diversos aspectos:

• Iniciativas para mejorar las tareas técnico-organizativas: la distribución de espacios, el equipamiento, el personal, el expurgo, la catalogación automatizada, la señalización, etc., que ocuparán gran parte del tiempo y que incluso se constituirán en recurrentes, más si tenemos en cuenta las escasas dimensiones de nuestra Biblioteca.

• Iniciativas para difundir entre la comunidad educativa el modelo de Biblioteca y las tareas que se están realizando. Poner en valor la Biblioteca en los órganos de gobierno a través de intervenciones en claustros, información a los departamentos, y al equipo técnico de coordinación pedagógica. Contar con profesorado y alumnado colaborador en la organización y funcionamiento de la Biblioteca. Incluir en el reglamento interno del centro las normas de uso y funcionamiento de la biblioteca, los responsables y sus funciones, etc.

• Iniciativas para poner en marcha los servicios: comenzar las actividades de extensión Bibliotecaria encaminadas a dinamizar y potenciar la utilización de nuestra Biblioteca. En este sentido, tendremos que decidir qué servicios se ofrecerán al profesorado, alumnado y demás miembros de la comunidad, determinar los responsables de cada uno de ellos y el horario de atención de los mismos.

• Iniciativas para ampliar las posibilidades de uso pedagógico de la Biblioteca: deben iniciarse varias líneas de actuación que incluyan actividades para todo el centro en colaboración con el profesorado. El desarrollo de los distintos programas de actividades implica la capacitación del profesorado en cada uno de ellos, la coordinación con el profesorado colaborador de la biblioteca, el interés por el trabajo en equipo y la actualización pedagógico-didáctica, al igual que la colaboración entre los miembros de la comunidad escolar, con el apoyo del equipo directivo.

La lectura debe incentivarse desde los primeros años de la vida del niño (a).

Los padres y educadores tenemos la tarea básica de despertar el interés en la lectura. Aunque se hace difícil despertar el interés en los chicos (as) mayores, esto se logra con empeño y cariño.

El acto en sí de leer es indispensable para el desarrollo de las funciones creativas y de la libertad de pensamiento.

Esa actividad se transforma en una actividad social por medio de la cual se interactúa con otros lectores. Se comentan los libros leídos, ya sea con los padres, profesores o con sus amigos (as). A través de la lectura podemos identificar conocimientos, establecer relaciones, interrelacionar hechos, comprender y hacer hipótesis, sacar conclusiones y ampliar aún más nuestro rango de referencia.

Es importante dar la oportunidad al lector, de poder reflexionar y criticar lo leído. En el colegio la lectura debe ser abordada conjuntamente por todas las áreas de estudio a través de proyectos. La lectura debe ser una prioridad institucional y como tal promoverse.

El libro tal como lo conocemos hoy día data del siglo XV, pero ya existía desde la antigüedad. En aquel entonces se hacían lecturas en grupos, en donde uno leía en voz alta (lectura pública). A partir del siglo XVIII se pasó a una lectura más individualizada.

Hoy en día, con el desarrollo de la tecnología, se hace más visible e importante la lectura. Tenemos el correo electrónico, que ha transformado la lectura tradicional a una lectura digital. Podemos encontrar incluso enciclopedias en discos y disquetes para computadoras.

Pero la relación particular que establecemos con los libros no puede competir con la pantalla. El libro podemos leerlo y releerlo y llevarlo a cualquier parte en la que nos encontremos. Es un gran compañero a la hora de hacer largas filas en el banco o en instituciones, en largos viajes o cuando nos encontramos a solas en nuestra habitación de hotel. Sumergirnos en las historias y compenetrarnos con sus protagonistas, nos lleva a imaginarnos aquella vivencia. Al mismo tiempo que requiere de un esfuerzo y creatividad del escritor para llevarnos a introducirnos en esa lectura.

La lectura es una forma de comunicación y transmisión de cultura, valores que representan una sociedad en particular.

Para incentivar la lectura se debe iniciar de lo más básico. ¿Qué son los libros? Aunque se puede afirmar que a leer se aprende leyendo, es importante que los niños (as) sepan dónde encontrar libros, cuáles son adecuados a su edad. Debemos permitirles el tocarlos, verlos y leerlos. Para pode motivar a alguien a leer debemos comenzar por sus propios intereses, sin olvidar que el adulto debe ser el guía y el ejemplo con la importancia que le dé a la lectura en su vida diaria. Por lo tanto los padres pueden hacer de los libros el juego con el cual los niños (as) desean jugar. Permitir que desde tempranas edades puedan jugar con ellos, tocarlos y transformarlos. Hoy en día es posible adquirir libros especialmente para bebés hechos de materiales resistentes los cuales es posible hasta meter en la bañera. Podemos lograr conseguir que la lectura sea una práctica usual en nuestras casas, en donde los padres prediquen con el ejemplo leyéndole a los niños (as) antes de irse a la cama y teniendo ellos mismo sus libros en sus mesas de noche.


 

 
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