Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 1, Nº 4 (junio 2009)

LAS ACTIVIDADES EXTRACURRICULARES EN SUBSISTEMA DE UNIVERSIDADES TECNOLÓGICAS


 

Ana Lilia Rivero Esqueda
analiliarivero@yahoo.com.mx
Universidad Tecnológica de Tecámac


 

El Sistema de Universidades Tecnológicas se creó en 1991, bajo la liberación de la economía del país con la entrada del Tratado Libre Comercio con América del Norte, por lo que se hace necesario elevar la calidad de la educación mexicana.

“Tomando como antecedente el modelo educativo de Francia de formar Técnico Superior Universitario, cuyo antecedente obligatorio es el bachillerato con una duración de 2 años, con un enfoque práctico y específico a una o varias ocupaciones, reconocido internacionalmente como nivel 5B2 (clasificación Internacional Estandarizada UNESCO 1997). Este nivel puede ser acreditado como parte del plan de estudios de una licenciatura.”1

El reto de estas nuevas universidades consiste en formar profesionales técnicos a nivel superior que representen el detonador de desarrollo que el país requiere en estos tiempos.

El modelo educativo de las Universidades Tecnológicas es un eslabón en el sistema de educación superior, es el producto de los estudios que realizó la Secretaría de Educación Pública desde la década de los ochenta, los cuales compararon los esquemas de enseñanza en México con aquellos países como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y Francia, la primera universidad que se abrió en México con este modelo fue en Ciudad Nezahualcóyotl en el Estado de México se puso a prueba la pertinencia de este modelo educativo. Si en 18 años surgieron 67 universidades tecnológicas es un indicador positivo, el impulso que recibió el Subsistema en este periodo demuestra que la inversión pública fue exitosa.

Entre muchos de los objetivos de las Universidades Tecnológicas, se prevé que sus egresados aporten sus capacidades para estimular el desarrollo económico de sus comunidades. Quizá en estos momentos sea prematuro hacer una evaluación al respecto, ya que el Subsistema todavía es joven.

Gracias a las empresas, la vinculación ha fluido y rendido sus frutos a través de las estadías que realizan los estudiantes y en algunos casos, de la instalación de plantas productivas dentro de los campus. Por otro lado, el título de Técnico Superior Universitario aún no permea en la sociedad ni en el mundo laboral. A partir de 1993 se dejan ver los primeros Técnicos Superiores Universitarios, dieciocho años es muy poco tiempo para influir en la mente de la sociedad y de los empleadores. Obviamente esto no debe dar pie al conformismo, las tareas de difusión del modelo se han hecho pero falta aún más.

Hace falta que el egresado de las Universidades Tecnológicas sea reconocido en los tabuladores de las empresas y que se le retribuya justamente por sus capacidades. No hay algún indicio para pensar que este cambio será rápido. El proceso tiene que fundirse con la apreciación de la sociedad del Técnico Superior Universitario, porque en primer lugar todos somos parte de una comunidad y después cada individuo asume un rol, uno se vuelve empresario, empleador, diseñador, etc., por ello la sociedad en su conjunto debe conocer el funcionamiento de las Universidades Tecnológicas y apoyar el proyecto en la medida de sus posibilidades. Afortunadamente el Subsistema consciente de ello promueve distintos tipos de intercambio entre las familias, las actividades universitarias, el sector empresarial y diversas instituciones.

Un proyecto educativo de tal magnitud no puede consolidarse en 18 años, inclusive después de varios años más, las propuestas para su mejoramiento deben ser la pauta a seguir. En realidad este lapso podría considerarse como el inicio de un subsistema de educación superior público exitoso, los logros han sido muchos, las expectativas deben seguir siendo altas.

La calidad como cimiento del Subsistema de Universidades Tecnológicas (SUT) es impartir estudios de alta calidad para que sus instituciones puedan realizar su cometido; la consecución de la calidad debe ser el acicate que motive a cada uno de sus miembros en un propósito común. Una calidad que no sólo se exprese en los rendimientos académicos sino a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, para alcanzar la calidad deseada es preciso que la comunidad universitaria se identifique con los fines últimos de la Institución y por encima de expectativas personales se involucre con el desarrollo de la región, la entidad y el país. Por ello se promueve una cultura de la evaluación tanto interna como externa, en la que periódicamente se examine cada uno de los elementos relacionados con el proceso educativo, planes y programas de estudio, métodos de enseñanza, materiales educativos, planta docente, infraestructura y equipamiento, aprovechamiento escolar y

desempeño administrativo tienen que ser valorados con criterios nacionales y la participación de pares en una calificación colegiada, objetiva y transparente. Con el propósito de evaluar la calidad del proceso educativo se establece la aplicación de exámenes estandarizados de ingreso y egreso basados en las competencias indispensables; asimismo se incentiva la auditoría externa de los programas educativos por parte de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), como un medio para alcanzar su acreditación ante organismos como el CACECA, lo que permite garantizar a los alumnos que participan en programas reconocidos externamente por su excelencia.

Dieciocho años de haber creado en México la modalidad educativa que ofrecen las Universidades Tecnológicas, considero necesario realizar un alto en el camino y hacer una reflexión acerca de la evolución de lo que ahora se constituye como el Subsistema de Universidades Tecnológicas. No obstante su juventud, en el marco de una sociedad cada vez más globalizada estas instituciones han tenido un rápido desarrollo en términos de crecimiento cuantitativo en sus primeros años, para posteriormente consolidarse con base en sus resultados de calidad, si bien existen desafíos por vencer, la continuidad de la política educativa para impulsar el crecimiento y el desarrollo del Subsistema,

En las Universidades Tecnológicas es muy importante dar a sus alumnos una educación integral formándolos para desempeñar una ocupación en el mundo del trabajo como profesionales y para su desarrollo en sociedad como ciudadanos responsables, críticos y participativos. Para contribuir al logro de este objetivo, de manera complementaria a las actividades académicas, se realizan actividades extracurriculares para ayudarles a entender, valorar y enfrentar situaciones de la vida cotidiana en su familia, en su grupo de amigos y en la sociedad en general así como para su desarrollo personal a través de tus emociones, su creatividad y sus capacidades físicas. Con esta finalidad, se considera básico trabajar tres tipos de actividades extracurriculares:

Prácticas de Vida Saludable, Actividades Culturales y Deportivas en las que a través de talleres, conferencias, cine-debate, torneos, concursos y otras, se sensibiliza a los jóvenes sobre la importancia del cuidado de la salud y se les orienta sobre aspectos de interés general que deben enfrentar en su vida profesional.

Otra de las oportunidades que ofrece el subsistema de Universidades Tecnológicas con su crecimiento los programas de estudios permiten a los alumnos poner en práctica sus conocimientos al mismo tiempo que los adquieren.

Para lograrlo trabajamos con análisis de casos poniendo especial énfasis en el diseño, la toma de decisiones y la implementación de la estrategia. De esta manera logramos el desarrollo de las competencias necesarias para enfrentar con eficacia los desafíos que presentan los mercados globalizados y altamente competitivos.

Las actividades extracurriculares sesiones interactivas diseñadas para ayudar a los alumnos a incrementar su efectividad, subir la moral y planificarse para el futuro. Se identifica la contribución de cada persona al equipo y se analizan estrategias para optimizar la eficacia personal. También nos ayuda aportar aprendizaje experiencial que permita al alumno maximizar sus fortalezas y minimizar sus debilidades, mejorando de esta manera la comprensión mutua y las relaciones

El mejor acercamiento para desarrollar equipos es de empezar oportunamente y ser abierto y honesto con todos los que están involucrados. Todos necesitan saber que están en el equipo por una razón en particular y que su contribución es vital. La gente joven y/o tímida podría tener que ser convencida para participar, también existe la gente arrogante que piensa que lo sabe todo y no deja participar o trabajar a los demás.

Las actividades extracurriculares que realizan los estudiantes, han sido analizadas como un complemento de la formación curricular y no como un proceso formativo en sí misma la perspectiva de concebirla como tal, no niega en modo alguno la supremacía de la actividad curricular dentro del proceso de formación integral del estudiante en la educación, ni mucho menos su condición de complemento de esta, de lo que se trata es de acentuar las potencialidades presentes en el alumno, desde un enfoque que le permita atesorar conocimientos como un proceso de incalculable valor con instrucción, educación y desarrollo de la personalidad a partir de la unidad entre lo formativo, lo afectivo y la competencia que en él se propicia.

Comprendemos que para los estudiantes el principal motivo por el cual están aquí es para estudiar, pero participar en las actividades extracurriculares es importante nos permite interactuar y disfrutar una experiencia y un recreo de sus estudios y divertirse participando en actividades extracurriculares, involucrarse en intereses no académicos, mientras estudian le ayuda a desarrollar una red de amigos y a ampliar su perspectiva y habilidades.

Las actividades extracurriculares que los estudiantes realizan y el tiempo que les dedican se relacionan con la teoría de la participación estudiantil propuesta por Astin (1988). De acuerdo con este autor, el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes son consecuencia del grado de participación que tienen con la experiencia universitaria es decir, el tiempo y energía tanto física como intelectual que le dedican, esta teoría permite reconocer la relevancia de los datos obtenidos en relación con las actividades extracurriculares en que participan los estudiantes y el tiempo que dedican a las mismas.

Desde esta perspectiva el tiempo dedicado a las actividades universitarias, entre las que se encuentran las que corresponden al currículum tiene un impacto positivo en el desarrollo de los estudiantes, los resultados respecto a estos efectos han sido eficaces y satisfactorios.

El tiempo dedicado a las actividades extracurriculares está relacionado con la importancia que los estudiantes les atribuyen y el compromiso que tienen con las mismas.

los resultados relacionados con la importancia que los estudiantes atribuyen a su participación extracurricular resultan muy interesantes e invitan a reflexionar acerca de las razones por las que algunos estudiantes consideran tan importante participar en actividades extracurriculares es el gusto que sienten por las mismas.

Las relaciones interpersonales que los estudiantes establecen en el marco de las actividades extracurriculares es otro de los aspectos que motivan la participación: las relaciones de amistades son más fuertes, puedes conocer más tipos de visiones.

Y es así como que fortalece las amistades y varía las relaciones con las que únicamente hubiera uno podido tener en la universidad; llega un momento que, cuando sales de la universidad te das cuenta que tienes unos lazos muy fuertes con muchas personas y obviamente es como que muy enriquecedor tener tantos nexos.

Las relaciones interpersonales ocupan un lugar central en la vida de las personas, principalmente en la edad adulta temprana que corresponde a la etapa universitaria, de acuerdo con Chickering y Reisser (1993) el establecimiento de relaciones interpersonales maduras es un aspecto fundamental dentro de la agenda de desarrollo de los estudiantes en la universidad. Berck (1992), enfatiza la orientación social del extracurrículum, lo que explica que quienes participan en actividades extracurriculares lo hagan buscando espacios

para explorar y ejercitar su capacidad para relacionarse con otros. Otro de los elementos que motivan la participación de los estudiantes es la percepción de posibles beneficios para el futuro profesional.

De acuerdo con la categoría desarrollo profesional los estudiantes perciben beneficios a nivel profesional y de educación para el trabajo, principalmente en términos de contactos como consecuencia de su participación en actividades extracurriculares; como lo menciona una estudiante te sirve para ser más abierta, para poder tener más contactos, para poder aprender a ser líder que finalmente te sirve en un futuro.

Relación de las actividades extracurriculares con otros aspectos de la vida universitaria.

En primer término, se explora la relación entre currículum académico y actividades extracurriculares, los participantes en el estudio reconocen que hay elementos que no pueden aprender en los salones de clase, esto ocurre principalmente entre los estudiantes que participan en actividades extracurriculares, pero también entre aquellos que no participan.

La perspectiva presentada por estos estudiantes coincide con las ideas presentadas por Weingartner (1993) en el sentido de que el currículum académico no basta para lograr la formación integral de los estudiantes, este reconocimiento lleva a muchos estudiantes a buscar complementar su formación a través de las actividades extracurriculares, es decir, cuando los estudiantes que participan aplican los aprendizajes que resultan de su participación extracurricular en su carrera, así como sus aprendizajes académicos en lo co-curricular.

La relación entre las actividades extracurriculares y la preparación para el trabajo fue comentada anteriormente, cabe agregar que los beneficios para el desarrollo profesional están fuertemente relacionados con el hecho de que los estudiantes que participan en actividades extracurriculares valoran el contacto con la realidad que las actividades extracurriculares ofrecen y la oportunidad de resolver problemas y manejar situaciones complejas. Esto beneficia muchos aspectos de su formación, entre los que se encuentra la preparación profesional.

Algo que caracteriza el impacto que los estudiantes atribuyen a las actividades extracurriculares es el hecho de que no se limita a un aspecto sino que está relacionado con la totalidad de su experiencia. El desarrollo de actividades extracurriculares se ha convertido en parte importante de la vida de los estudiantes que participan y de la forma en que conciben la etapa universitaria.

El aprendizaje es un proceso de desarrollo que involucra a la persona entera con sus experiencias pasadas y su situación actual, determinada por emociones, motivaciones e intereses de modo que, desde la perspectiva teórica seleccionada para el estudio la experiencia extracurricular a la que se refieren los estudiantes consiste claramente en una forma de aprendizaje que merece ser tomada en cuenta y promovida, la formación integral es un concepto recurrente dentro de la literatura en educación superior pero que no ha sido definido por completo el presente proceso de investigación ha logrado identificar, desde la perspectiva de los estudiantes, algunos de los elementos que componen la formación integral entre los que se encuentran: Aprender a trabajar en equipo, aprender a relacionarse, obtener mayor seguridad personal, control de carácter y desarrollo de disciplina cada uno de estos elementos aparece recurrentemente en las entrevistas cuando los participantes se refieren a lo que han aprendido como consecuencia de su participación extracurricular estos elementos se pueden agrupar en dos vertientes: la primera de ellas se refiere a la relación con otros ya sea a través del trabajo en equipo o a nivel interpersonal, la segunda vertiente tiene un matiz más individual, orientado al manejo de emociones y a la formación del carácter.

Como los señalan los resultados discutidos hasta el momento, los estudiantes son más abiertos hacen amigos, fortalecen sus relaciones, aprenden a relacionarse con los demás y se han enriquecido con el contacto con los demás como consecuencia de su participación en actividades extracurriculares.

Sobre los estudiantes que no participan.

Hasta el momento la atención se ha centrado en aquellos estudiantes que participan, en mayor o menor grado, en actividades extracurriculares ya que son éstos los que constituyen la mayoría dentro de la muestra del estudio, sin embargo, es importante también contrastar la información presentada por éstos con la experiencia de quienes se mantienen al margen de las actividades extracurriculares. En primer término, parecería innecesario mencionar que existen diferencias entre los estudiantes que participan y aquellos que no, sin embargo resulta interesante el hecho de que ambos grupos reconocen la existencia de estas diferencias en términos de personalidad, intereses, relaciones, valores y en el resultado global de la experiencia universitaria.

Entre la bibliografía consultada y relacionada con el tema, existe muy poca investigación que ayude a identificar las razones por las cuales los estudiantes no participan, entre las razones identificadas en el presente estudio se encuentran: falta de tiempo e interés, encontrar en la universidad las actividades que quieren desarrollar y el tener metas e intereses distintos.

El propósito del presente artículo fue comprender mejor, a través de una aproximación cualitativa, la participación de los estudiantes en actividades extracurriculares es decir, entender cómo interactúan los alumnos con aquellas actividades promovidas por la universidad para la formación de los estudiantes más allá de las propiamente académicas, cada uno de los puntos previos constituye un avance parcial hacia este objetivo.

Se recomienda fortalecer las relaciones entre los aspectos académicos y no académicos de los estudiantes en este sentido, es central el papel de la universidad ya que se requiere una mayor sensibilidad hacia el valor que tienen las actividades extracurriculares. Lo anterior permitiría integrar diferentes elementos de formación en beneficios de los alumnos.

La recomendación central, consiste en promover la investigación en temas relacionados con la formación integral de los estudiantes en educación superior y el papel que juegan las actividades extracurriculares en especial en el Subsistema de Universidades Tecnológicas.

Bibliografía

DANIEL Goleman, La inteligencia Emocional

1995, editorial Javier Vergara

Pags. 8, 35-37 46-63

ROGER Díaz de Cossio, Los Desafios de la Educación Mexicana 1998.

PABLO Latapi Sarre, La enseñanza Tutorial,

Revista de Educación Superior No. 68, ANUIES México 1988.

Documento Oficial

Manual de Universidades Tecnológicas,

Una nueva opción educativa

Para la formación profesional a nivel superior.

Editorial CEAPE.

págs. 11-27

1 -. Manual de Universidades Tecnológicas, Una nueva opción educativa para la formación profesional a nivel superior. Ed. CEAPE. México. S/F. Págs. 11-26.

  


 

 
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