Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 1, Nº 2 (abril 2009)

EDUCAR EN VALORES: UNA NECESIDAD


Nuria María Palanco López
Centro Educativo de Cádiz, España
jmariohv@yahoo.es

 



Ante un deterioro generalizado de múltiples comportamientos que se observan a todos los niveles de la sociedad: agresiones entre grupos étnicos, manifestaciones de disconformidad social y diversas formas de violencia real y simbólica en el ámbito familiar o escolar, se cuestiona, cada vez con más frecuencia, hasta dónde corresponde a la escuela y a los proyectos curriculares impulsar la formación en valores.

El debate se ha trasladado a la calle como resultado de la toma de conciencia por parte de la sociedad y de los mismos responsables de la política educativa de una crisis de valores en el seno de la sociedad.

Los valores se venían transmitiendo, hasta ahora, de la generación adulta a la joven; sin embargo, en este proceso se ha producido una ruptura, posiblemente, como resultado de la invasión de las tecnologías de la comunicación y de las nuevas tecnologías de la información, los programas de televisión o los nuevos centros de reunión de los jóvenes que pregonan un pragmatismo exacerbado, un estado de “placer” o “satisfacción” inmediato y una visión de lo útil. Estos espacios se han proclamado promotores de patrones de comportamiento entre la juventud dejando a un lado los que se derivan del ambiente familiar.

Es por ello, que surge la necesidad, en el establecimiento de los fines de la educación, de que comprenda el desarrollo integral de la persona: atender no sólo a las capacidades cognitivas o intelectuales de los alumnos sino también a sus capacidades afectivas, motrices, de relación interpersonal y de inserción y actuación social.

La acción educativa ha de apuntar necesariamente a la humanización de los alumnos, es decir, la prioridad debe fijarse en reconstruir la educación en un proceso integral de aprender, que ligue la escuela con la vida y los valores y actitudes más adecuados para vivir mejor en convivencia con los demás. Esto es especialmente importante en un momento en que el impacto del desarrollo científico-tecnológico en las instituciones educativas parece relegar la formación humanística, que le debiera dar sentido a toda formación profesional.

Reyzabal y Sanz planteaba lo siguiente:

"Dentro del ámbito académico el endiosamiento vigente hasta el momento de los contenidos científicos y técnicos ha tenido consecuencias bastante negativas tanto para el individuo como para la colectividad, ya que un individuo que sólo domina habilidades técnicas y carece de la humanidad suficiente (…) como para reflexionar sobre su vida personal y socia es (…) ese hombre masa totalmente incapaz de diseñar proyectos de futuro, y que, siempre corre el riesgo de dejarse domesticar por cualquiera que le someta con una ideología.

Son planteamientos de esta índole los que provocan que en 1991, en el contexto de la reforma educativa española se incorporen, por primera vez, en el currículo, los temas trasversales, y lo hacen de la mano de César Coll. Son temas que atraviesan el currículo tanto de forma horizontal como vertical. El carácter transversal hace referencia a diferentes aspectos:

1. Los temas transversales abarcan contenidos de varias disciplinas y su tratamiento debe ser abordado desde la complementariedad.

2. No pueden plantearse como un programa paralelo al desarrollo del currículo sino insertado en la dinámica diaria del proceso de enseñanza-aprendizaje.

3. Son transversales porque deben impregnar la totalidad de las actividades del centro.

Son temas que pueden constituirse como ejes vertebradores del trabajo académico en un mismo ciclo escolar (trimestre, semestre o curso anual), por la posibilidad de ser trabajados, como se ha mencionado, en diversas asignaturas en un mismo lapso de tiempo escolar, de ahí su horizontalidad. O bien, pueden constituirse en elementos que atraviesen varios ciclos de organización curricular, lo que significa que se pueden trabajar en el primer semestre o trimestre y luego en los posteriores; de ahí también su verticalidad

Transversalidad que cruza todas las dimensiones de la persona dándole integralidad y sentido, no un curiculum dividido en parcelas artificiales del conocimiento, sino hacia un conocimiento global, en el que se entienda que la separación en campos es sólo con propósitos de estudio, no con el propósito de un conocimiento fraccionado.

Además, estos temas reclaman ser trabajados desde una perspectiva cognitiva y actitudinal. No se trata de crear un mero adoctrinamiento de los estudiantes, sino de establecer en el currículo los engarces naturales que permitan el tratamiento de los mismos y, a la vez, identificar las formas de enseñanza que permitan explotar la articulación de ambos aspectos (el contenido de la asignatura y el tema transversal).

El interjuego entre los elementos cognoscitivos y actitudinales, le da un sentido singular a su tratamiento. No basta con mostrar, reconocer, entender o retener un contenido en su nivel cognoscitivo, aunque ciertamente se requiere. Es necesario entender cuándo se da una violación individual o social de un derecho humano, comprender que una democracia significa el gobierno de todos, etcétera.

Decía Zúñiga que los principios y valores son algo abstracto que se aprende e incorpora axiológica y racionalmente, conceptual e intelectualmente en la estructura del conocimiento. Los derechos, valores y principios se aprenden cuando se traducen en actitudes y comportamientos, es decir son integrados a una forma de vida, a un proyecto de vida.

Una orientación clara es que el desarrollo de actitudes y hábitos en los alumnos se haga tomando en consideración un conjunto de temas relacionados con los diferentes aspectos generales o particulares de su vida personal y social.

Siguiendo este camino, y en un deseo de contribuir a la educación en valores, las últimas reformas educativas de nuestro país, a través de sus Reales Decretos, han establecido los currículos de las distintas etapas educativas y en ellos las enseñanzas o temas transversales que deben estar presentes en las diferentes áreas. Son considerados temas transversales:

• Educación Moral y Cívica

• Educación para la Paz

• Educación para la Igualdad de Oportunidades de ambos sexos

• Educación Ambiental

• Educación para la Salud y Educación Sexual

• Educación Vial

• Educación del Consumidor

El carácter transversal de estos temas aconseja que sea el propio centro educativo el que, por medio de todos sus profesores, se ocupe de hacer efectiva su presencia en las enseñanzas que en él se imparten.

El tratamiento que en un centro docente dé a los temas transversales está íntimamente ligado con las opciones básicas que la comunidad educativa haya adoptado. Por ello, a través del proyecto educativo los colegios, escuelas e institutos podrán impulsar aquellos aspectos que en cada caso y para cada edad consideren más adecuados para la formación de los alumnos y sobre los que es preciso incidir en mayor medida, teniendo en cuenta el contexto socioeducativo del centro, así como las acciones que se puedan desarrollar para favorecer e impulsar el tratamiento de estos temas.

• Educación Ambiental

Los alumnos deben de adquirir experiencias y conocimientos suficientes para tener una comprensión de los principales problemas ambientales; desarrollar conciencia de responsabilidad global y desarrollar capacidades y técnicas para relacionarse con el medio sin contribuir a su deterioro.

• Educación para la Paz

La escuela es un espacio en el que conviven muchas personas con intereses no siempre similares por lo que es un lugar idóneo para aprender actitudes básicas de convivencia: solidaridad, tolerancia, respeto a la diversidad y capacidad de diálogo y de participación social. La creación de actividades que estimulen el diálogo es un objetivo básico de la educación

• Educación del Consumidor

El consumo está presente en nuestra sociedad y ha llegado a unos puntos en que se hace necesario dotar a los alumnos de instrumentos de análisis hacia el exceso de consumo de productos innecesarios.

• Educación Vial

El conocimiento y la utilización de la vía pública son de una gran importancia, por lo que su educación tiene que comenzar en la escuela. Los escolares deben desarrollar juicios morales sobre la responsabilidad humana en los accidentes y otros problemas de circulación y adquirir conductas y hábitos de seguridad vial como peatones y como usuarios de vehículos.

• Educación para la Igualdad de Oportunidades de ambos sexos

La educación para la igualdad se plantea expresamente por la necesidad de crear desde la escuela una dinámica correctora de las discriminaciones. Entre sus objetivos están el desarrollo de la autoestima y una concepción del cuerpo como expresión de la personalidad; el análisis crítico de la realidad y la corrección de prejuicios sexistas y la consolidación de hábitos no discriminatorios.

• Educación para la Salud y Educación Sexual

La educación sexual se plantea como exigencia natural de la formación integral de la persona. Sus objetivos fundamentales van encaminados al conocimiento de la anatomía y la fisiología de ambos sexos, el conocimiento de enfermedades de transmisión sexual y la capacitación para elaborar juicios morales sobre los delitos sexuales, la prostitución, la pornografía, etc.

En lo que respecta a la educación para la salud, en la escuela hay que crear desde la infancia unos hábitos de higiene física, mental y social que desarrollen la autoestima y mejoren la calidad de vida. Plantea como objetivos la adquisición de un conocimiento del cuerpo, de las principales enfermedades y su prevención, así como el desarrollo de hábitos de salud.

• Educación Moral y Cívica

Es el eje referencial en torno al cual se articulan el resto de los temas transversales ya que sus dos dimensiones engloban el conjunto de los rasgos básicos del modelo de persona que participa activamente para solucionar los problemas sociales. La dimensión moral promueve el juicio ético acorde con unos valores democráticos, solidarios y participativos, y la cívica incide sobre estos mismos valores en el ámbito de la vida cotidiana.

La escuela puede y debe contribuir con eficacia y valentía a que el rumbo de nuestra personalidad sea el adecuado. El trabajo junto a la familia puede llegar a ser una gran obra y de ambos depende enormemente la salud psicológica, física y moral de niños y niñas. La escuela necesita abrirse a la vida y dejarse penetrar por ella.

En este objetivo, los temas transversales suponen una oportunidad de globalizar la enseñanza y de realizar una verdadera programación interdisciplinar.

Y aunque empezamos a ser conscientes de que no es fácil ni teórica ni metodológicamente, y menos actitudinalmente, introducir el enfoque transversal en el currículo, esto no debe suponer un freno definitivo en nuestro propósito; hemos de comprender la verdadera esencia de los ejes transversales y no abordarlos, simplemente, como nuevos contenidos o temas añadidos a los ya existentes; esto sólo implicaría una sobrecarga de los programas dificultando la tarea del docente y no reportando ningún beneficio para el alumnado.

Para que la transversalidad cumpla sus objetivos, todo el currículo ha de tender a la plasmación de dicha aspiración educativa, lo cual será posible únicamente si se integran los aspectos parciales en un plan de trabajo global propio del centro en su conjunto.

BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ, M. N.; BALAGUER, N. y CAROL, R.: Valores y temas transversales

en el curriculum.. Madrid, 2000. Grao.

BAUTISTA VALLEJO, J.M.: Unidades y didácticas y enseñanza

globalizada para una educación en valores. Sevilla 2001. Ed Padilla.

COLL, C.: Psicología y currículum (Col. Papeles de Pedagogía). Barcelona 1991. Ed.Paidós.

COLL, C.; POZO, J.; SARABIA, B. y VALLS, E.: Los contenidos en la reforma. Barcelona 1994. Santillana-Aula XXI.

GONZÁLEZ LUCINI, F.: Temas transversales y educación en valores. Madrid 1994, Ed. Anaya

MEC: Temas transversales y desarrollo curricular. Madrid 1993. Ministerio de Educación y Ciencia.

REYZABAL, M. V.; SANZ, A. I.: Los ejes transversales. Aprendizajes para la vida. Madrid, 1999. Ed. Escuela Española.

TOURAINE, A.:¿Podremos vivir juntos?. México, 1998. Fondo de Cultura Económica.

ZÚÑIGA C, M. E.: La educación ambiental: Una dimensión imprescindible del curriculum en el marco del "Nuevo Orden Mundial. Costa Rica, 1998. IX Congreso Internacional sobre tecnología y educación a distancia.


 

 
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