Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 1, Nº 2 (abril 2009)

LA ENSEÑANZA DE LA ECONOMÍA EN LOS “IPEP”


Miguel Fco. Tena Jiménez

IES Nuevas Poblaciones La Carlota (Córdoba)
mifratena@hotmail.com
 

 

Resulta poco conocida la enseñanza en centros educativos muy particulares como son los Institutos Provinciales de Educación Permanente (IPEP), antes llamados Institutos Provinciales de Formación de Adultos (IPFA) y, primeramente, Institutos de Bachillerato a Distancia (IBAD). Además, en ellos la docencia de la Economía, desgraciadamente, suele estar desempeñada por profesorado de otras especialidades y, con frecuencia, “de paso” por el centro, sin pertenecer a la plantilla orgánica. Esto en nada ayuda a la debida calidad de la educación que debe prestarse y que es más grave si se tienen en cuenta sus particularidades, que requieren un tiempo de adaptación hasta ser dominadas por el profesorado. A una labor de difusión de las mismas responde el presente artículo, basado en mi conocimiento directo por mi experiencia docente en este tipo de centros.

La particularidad más llamativa es la existencia de tres diferentes modalidades de enseñanza (presencial, semipresencial y a distancia) que discurren en paralelo en el centro y que precisan de el/la docente una muy diferente metodología y adaptación didáctica, que referiré más adelante circunscribiéndome a la materia de Economía. Cada una de estas modalidades cuenta además con un tipo de alumnado distinto, y siempre muy diferente del que puede encontrarse en un instituto de enseñanza en régimen ordinario.

En general, la configuración de las tres diferentes modalidades de enseñanza encuentra justificación en el principio de flexibilidad para favorecer la adquisición de aprendizajes y la obtención de títulos, incrementando así el número de personas con título de Bachiller. Asimismo, se considera el principio de conciliación del estudio con otras responsabilidades y actividades.

En consecuencia, sólo se permite el acceso a estas modalidades de enseñanza a personas adultas (mayores de 18 años o que los cumplan el mismo año natural en que comienza el curso) o, excepcionalmente, mayores de 16 años (o que los cumplan el mismo año natural en que comienza el curso) cuando acrediten una circunstancia que les impida seguir los estudios en régimen ordinario, como desarrollar una actividad económica por cuenta propia o ajena (contrato laboral), ser deportista de alto rendimiento o enfermo o discapacitado.

Conforme a los citados principios de flexibilidad y conciliación, se pueden destacar las siguientes particularidades:

1) No hay límite temporal para obtener el título de Bachiller, a diferencia del régimen ordinario. En coherencia con ello, no se contempla la posibilidad de anular matrícula.

2) Las materias cursadas con anterioridad en Bachillerato y que hubieran sido aprobadas se reconocen como superadas. Es decir, si algún/a alumno/a abandonó en el pasado sus estudios de Bachillerato por haber suspendido muchas materias, podrán continuar ahora sólo con las que suspendieron, pues las que aprobaron se les convalidan.

3) La matrícula puede ser de un curso completo o de materias sueltas, hasta un máximo de doce por curso académico. El aprobado es por materias sueltas y no por cursos completos o casi completos. Lo que sí se mantiene es la necesidad de haber superado materias “llave” para superar las correspondientes del curso superior (p. ej. Inglés I necesario para superar Inglés II).

4) Se permite simultanear las diferentes modalidades de enseñanza en un mismo curso académico para diferentes materias. Es decir, que se puede estar matriculado al mismo tiempo, p. ej. de Economía en régimen semipresencial, de Matemáticas en presencial y de Filosofía y Ciudadanía a distancia.

5) Asimismo, es posible el cambio de modalidad, supeditado a la existencia de puestos escolares vacantes, tanto en una como en varias materias o todas las matriculadas, siempre que se pida durante el período de solicitud de admisión para el siguiente curso escolar. Mi experiencia es que en la práctica la flexibilidad va más allá de las normas y el cambio de modalidad suele concederse casi siempre para favorecer al alumnado. Normalmente viene motivado porque el/la alumno/a, cuando se matriculó, desconocía o no conocía bien esa u otra modalidad y calculó mal sus posibilidades de estudio y de aprobar.

6) No se contempla el estudio de Religión o Alternativa a la religión ni el de Educación física. En consecuencia, no es necesario superarla para obtener el título de Bachiller. Lo que sí es preciso es la evaluación positiva en todas las materias de los dos cursos del bachillerato previstas para estos centros. También hay algunos cambios en la optatividad que responden a la organización escolar de cada centro.

7) Otra particularidad es sólo terminológica, ya que, técnicamente, la docencia en régimen semipresencial se denomina Tutoría Colectiva y la dedicación al régimen a distancia se llama Tutoría Individual. Pese a tales nombres, son diferentes de las horas de Tutoría del curso del que se sea tutor, que tienen carácter de complementarias y todas ellas dentro del horario regular del profesorado.

El/la profesor/a también debe tener presente que, entre su alumnado, puede haber quien realmente pertenezca a otros centros educativos, ya que, conforme a la nueva normativa, se permite que los centros, por razones organizativas, limiten su oferta educativa en el bachillerato y que su propio alumnado pueda cursar simultáneamente una materia de modalidad en el IPEP.

Paso a continuación a detallar las tres modalidades de enseñanza, indicando en cada una las particularidades metodológícas y didácticas que requiere la enseñanza de la Economía.

A) La enseñanza presencial de la Economía

Esta modalidad de enseñanza es la misma que puede cursarse en un centro ordinario con sólo las particularidades genéricas que supone un IPEP y que ya han sido apuntadas. La asistencia a clase es obligatoria y la evaluación continua puede tener tantas pruebas como crea convenientes el/la Profesor/a.

Así pues, el rasgo más destacable en este caso es el tipo de alumnado, que, por mi experiencia docente, suele estar en una horquilla de edad de entre 18 y 25 años. Tienen en común el haber abandonado pronto los estudios y estar en desempleo en el presente, lo que les empuja a reintentar el estudio, pero respecto de sus capacidades y actitudes hay una gran heterogeneidad. En unos casos, se trata de alumnado que tiene dificultades intelectuales para estudiar y cree que en el IPEP el nivel es más bajo, el régimen más flexible y, con constancia, podrá obtener el título de bachiller. En cambio, en otros supuestos, se trata de alumnos/as hasta brillantes y aplicados que abandonaron el estudio bien por su deseo o necesidad de trabajar bien por circunstancias personales o familiares ya desaparecidas o bien por una inmadurez adolescente que ya terminó.

La metodología de el/la Profesor/a debe tener en cuenta en esta modalidad de enseñanza, principalmente, esa dispar heterogeneidad del alumnado, mucho mayor que en un centro ordinario, donde además el grupo-clase es más compacto por tener una edad similar sus componentes. Aquí el interés, aplicación, capacidad y actitud del alumnado varía tanto entre ellos/as que el/la Profesor/a debe atender a esa diversidad y preverlo en su Programación didáctica.

Por otro lado, también es importante considerar el tiempo transcurrido desde que abandonaron los estudios, lo cual determina en gran medida el olvido de muchos conocimientos. Esto afecta a la enseñanza de la Economía en particular en la resolución de problemas, donde normalmente tienen más dificultades de las “normales” por faltarles desenvoltura matemática.

B) La enseñanza semipresencial de la Economía

Esta modalidad de enseñanza funciona como un “mixtum” de las modalidades presencial y a distancia, ya que combina ambas, sesiones lectivas, de carácter presencial, con actividades de seguimiento del alumnado, de carácter no presencial.

La docencia directa (presencial) de la Economía por parte de el/la Profesor/a se ha ampliado de una a dos horas a la semana, tras la última reforma operada por Orden de 29 de septiembre de 2008 (BOJA de 20 de octubre de 2008). La asistencia del alumnado es voluntaria y tales clases pretenden más bien dar unas orientaciones generales para el estudio en casa así como explicar aquellos conceptos que puedan ser de más difícil comprensión o que el/la Profesor/a considere más relevantes. Si el/la alumno/a no puede o no quiere asistir a las clases, puede seguir el curso on-line.

A principios de curso, el alumnado recibe un detallado calendario con las sesiones y fechas en que tendrán lugar y el/la Profesor/a debe programar con exactitud la dedicación de cada unidad didáctica, en la que, por las limitaciones de tiempo, no cabe la misma flexibilidad que en la modalidad presencial de enseñanza.

La evaluación se basa en las actividades de seguimiento que el alumnado vaya entregando, y que serán devueltas corregidas por el/la Profesor/a, y, sobre todo, en una única prueba objetiva realizada al finalizar cada trimestre y de carácter presencial. Para el futuro se prevé el seguimiento del alumnado mediante el uso de las tecnologías de la información y comunicación, a través de una plataforma educativa virtual de aprendizaje creada por la Consejería de Educación, que incluye un aula virtual, foros temáticos y la posibilidad de plantear y resolver dudas y problemas de forma tanto individual como colectiva.

(véase http://www.juntadeandalucia.es/educacion/adistancia/semipresencial y

http://moodle-semipresencial.ced.junta-andalucia.es/login/index.php ).

El alumnado de esta modalidad de enseñanza también es muy heterogéneo, pero frecuentemente muchos de ellos/as son jóvenes que no han podido superar el bachillerato en otros centros y se matriculan en el IPEP con la creencia de ser así mucho más asequible. Casi todos/as los/as matriculados/as con esta motivación acaban fracasando y abandonando, porque esta modalidad de enseñanza requiere un hábito de estudio cotidiano del que normalmente carecen. Suelen estar acostumbrados a estudiar poco y a hacer exámenes que abarquen escasa materia. Cuando se enfrentan al único examen trimestral van débilmente preparados, porque empezaron a estudiar sólo unos días antes. Y muchos de ellos/as no realizan las actividades de seguimiento ni asisten a las clases por ser de carácter voluntario, por lo que se encuentran todas las dificultades en los momentos previos al examen.

El/la Profesor/a de Economía, en esta modalidad de enseñanza, debe programar muy cuidadosamente todas las actividades de seguimiento, ya que serán un elemento primordial tanto en el proceso de enseñanza-aprendizaje como en el de evaluación. Por tanto, deben estar muy orientadas hacia la facilitación y consolidación de aprendizajes y no tanto hacia la ejercitación. Asimismo, debe procurar que los contenidos sean los indispensables, excluyendo cuestiones no demasiado relevantes y que pueden entretener innecesariamente al alumnado, ya que la mayor parte de los/as que no abandonan suelen tener responsabilidades familiares y/o laborales.

Por tanto, en mi opinión, deben excluirse para el primer curso (Economía) todos los problemas y reducir la materia lo más posible, abarcando toda la teoría en un máximo de doce unidades didácticas. Para el segundo curso (Economía de la Empresa) seguiría la misma recomendación en la teoría y se excluirían todos los problemas que no se exigen en las Pruebas de Acceso a la Universidad. Buena parte del alumnado es mayor de 25 años y su posible acceso a la Universidad se ciñe a otra vía, pero también hay que pensar en quienes son menores de 25 años y deseen presentarse a la selectividad, aunque sean una minoría.

C) La enseñanza a distancia de la Economía

En esta modalidad de enseñanza, lo único que tiene carácter presencial es la prueba objetiva que se realiza al finalizar cada trimestre. El seguimiento del alumnado tradicionalmente podía hacerse on-line o a través del Departamento de Correspondencia, en el que, por medio del correo ordinario, se entregaban y devolvían corregidas las actividades así como se planteaban y resolvían dudas. Sin embargo, tras la última reforma, anteriormente citada, el seguimiento del alumnado a través de la correspondencia ordinaria sólo se reconoce con carácter transitorio durante el curso 2008-2009, para ser sustituido por la plataforma educativa virtual de aprendizaje creada por la Consejería de Educación.

Aquí la mayor parte del alumnado acaba siendo desconocida por el/la Profesor/a, ya que sólo lo ve el día del examen. La excepción son quienes hacen uso de las Tutorías individuales para plantear presencialmente dudas y que se las expliquen personalmente. Normalmente es alumnado de mayor edad, con responsabilidades familiares y laborales y que desea obtener el título de bachiller para promocionarse profesionalmente.

El/la Profesor/a de Economía, en esta modalidad de enseñanza, debe seguir las mismas indicaciones que he citado en la modalidad semipresencial respecto a las actividades de seguimiento y los contenidos.

Finalmente, merece muy especial consideración una referencia a los materiales didácticos, teniendo en cuenta que, tanto en la modalidad semipresencial como a distancia, la labor de el/la Profesor/a es reducida, más bien orientadora y clarificadora de dudas. Por tanto, es de la mayor trascendencia que los materiales didácticos sean especialmente claros y simples. Lo ideal sería que fueran propios, elaborados para estas modalidades de enseñanza, pero, en su defecto, se deben escoger los libros de texto más claros de entre los disponibles en el mercado y acompañarlos de material didáctico propio que los adapte a las especificidades de estas modalidades de enseñanza. Normalmente, también se proporciona al alumnado unas orientaciones básicas en CD o pen-drive, que igualmente pueden hacerse disponibles en la web del IPEP. Incluirían la Programación didáctica (con una temporalización que debe respetarse), las actividades a realizar, con indicación de las fechas de envío, recomendaciones y sugerencias de estudio y modelos de examen.

 


 

 
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