Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 1, Nº 2 (abril 2009)

PREVENCIÓN DEL ACOSO ESCOLAR


 

José Mario Horcas Villarreal
Centro Educativo de Cádiz, España
jmariohv@yahoo.es 

 

En Wikipedia, esa famosa enciclopedia virtual a la que nuestros hijos, adolescentes y alumnos acuden tanto a la hora de realización de trabajos, se define acoso escolar como : “cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado”.

Una definición muy aceptada es la de Dan Olweus”, primer estudioso del tema, que comienza a preocuparse por la violencia escolar en su país en 1973 y se vuelca en el tema a partir de 1982 a raíz del suicidio de tres jóvenes: “Un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes.

En Europa se está trabajando sobre el acoso desde hace años. En España no hay estudios oficiales hasta la aparición de uno del defensor del menor en 1999. Dos estudios significativos llevados a cabo en nuestro país posteriormente son el Informe Jokin, llevado a cabo en el País Vasco, y el Informe Cisneros, realizado en la Comunidad de Madrid

También conocido como BULLYING, término inglés que significa intimidación y que, actualmente, está de moda debido a los múltiples casos de persecución y agresiones que se están produciendo y detectando en escuelas, institutos y colegios privados y públicos.

El último caso que, quizás, venga a la mente del lector de este artículo es el del Colegio Suizo condenado a pagar 30000 euros a una familia por el acoso escolar sufrido en un niño menor de diez años.

En nuestro país, se estima que alrededor del 2% de los alumnos sufren este tipo de acoso constantemente y, de forma esporádica, el porcentaje se eleva prácticamente a un 6%.

Estos datos dependen, claro está, de la fuente que tomemos como guía, así IDEA, el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo, considera que un 49% de estudiantes ha sido insultado o ha sufrido algún tipo de maltrato y un 14% confiesa haber pegado a sus “compañeros”.

El tema lo puso de moda, infelizmente, el caso de un adolescente de 14 años, llamado Jokin Zeberio, que antes de suicidarse, en septiembre de 2004, dejo escritas las palabras: “ libre, libre, mis ojos seguirán aunque paren mis pies”, venía sufriendo acoso desde hacia años y las continuas humillaciones, peleas e insultos lo llevaron a tomar la decisión del suicidio.

El acontecimiento disparó la alarma social, educativa y política pero no ha frenado el fenómeno.

Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia.

Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas.

Por tanto, estas situaciones de acoso, intimidación o victimización son aquellas en la que un alumno o alumna está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otros compañeros.

Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede realizar en distintos niveles.

Una prevención primaria sería responsabilidad de los padres (apuesta por una educación democrática y no autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios de comunicación (en forma de autorregulación respecto de determinados contenidos).

Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas de ellos), y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado (en forma de formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de conflictos escolares).

Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos de acoso escolar.

Los participantes de toda situación de Acoso Escolar son tres: los acosadores, la víctima y los espectadores. Se trata del denominado "Triángulo del Bullying".

• En general, los acosadores suelen ser fuertes físicamente, impulsivos, dominantes, con conductas antisociales y poco empáticos. Se pueden distinguir tres tipos de acosadores:

- Acosador con conocimiento de sus actos: Es aquel que con buenas habilidades sociales y popularidad en el grupo, es capaz de organizar o manipular a otros para que cumplan sus órdenes. En definitiva, es aquel que es capaz de esconder su actitud intimidatoria porque conoce la gravedad de sus actos.

- Acosador sin conocimiento de sus actos: Es aquel que manifiesta un comportamiento antisocial y que intimida y acosa a otros directamente, a veces como reflejo de su falta de autoestima y de confianza en sí mismo. Gracias a su comportamiento de acoso consigue su rol y status dentro del grupo, por lo que puede atraer a otros. Es la forma que tiene de sentirse “alguien”.

- Acosador Víctima: Es aquel que acosa a compañeros más jóvenes que él y es a la vez acosado por chicos mayores o incluso es víctima en su propia casa. Es decir, es la forma de relacionarse que conoce.

• Existen dos tipos de víctima:

- Víctima Indefensa: Suele ser débil físicamente e insegura, por lo que resulta un objetivo fácil para el acosador. Otras características son: introversión, baja autoestima, grupo reducido de amigos, tendencia a la depresión, aunque algunos de estos rasgos aparecen debido al acoso.

- Víctima Activa: Suele tener un comportamiento molesto e irritante para los demás (en algunos casos podría tratarse de niños hiperactivos) que reaccionan negativamente hacia ellos. En ocasiones, sus iguales les provocan para que reaccionen de manera inapropiada, por lo que el acoso posterior que sufren podría llegar a parecer justificado.

Los espectadores pueden dividirse entre:

- Compinches: Amigos íntimos y ayudantes del agresor.

- Reforzadores: Aunque no acosan de manera directa, observan las agresiones y las aprueban e incitan.

- Ajenos: Se muestran como neutrales y no quieren implicarse, pero al callar están tolerando el Bullying.

- Defensores: Pueden llegar a apoyar a la víctima del acoso.

Debemos concienciar al alumnado de la importancia de buscar ayuda en los padres o profesores si perciben esta situación en el centro, pues sino, se convierten en cómplices y por tanto responsables también de la situación. Para facilitar la denuncia de los espectadores, incluso de la víctima es adecuado posibilitar un buzón anónimo al que puedan dirigirse posibles declaraciones del alumnado.

Vivimos una cultura de la violencia que se manifiesta en los diferentes ámbitos de la vida social. Nuestros adolescentes están expuestos a esta violencia día a día mediante los medios de comunicación, videojuegos, enfrentamientos en fiestas, casos de violencia de género, etc. La repetida exposición de los jóvenes a la violencia puede producir cierta habituación, con el riesgo que de ello se deriva por poderse considerar como algo normal e inevitable.

Posibles soluciones: en el caso de los padres, si observan que su hijo está teniendo problemas con otro compañero, deben poner en conocimiento de los responsables del centro dicha situación. El principal problema es que en la inmensa mayoría de los casos, los hijos no cuenten nada a los padres por temor a represalias del propio acosador, por lo que los padres deberán estar pendientes y ser observadores. Si el niño repentinamente no desea ir al colegio, sus notas han bajado alarmantemente, parece angustiado, ausente, tiene pesadillas o llega a casa con los libros rotos o con heridas, tal vez esté siendo víctima de un acoso y necesite todo el apoyo que su familia pueda darle.

Desde el centro se deben realizar una serie de políticas antibullying, para conseguir un centro seguro. Por parte de los profesores, deben poner en conocimiento de la dirección cualquier acto que pueda ser sospecho de acoso entre alumnos.

Cosas que no deben hacerse en caso de bullying:

• No use la violencia contra los agresores. Puede ser acusado de malos tratos.

• No le diga a la víctima que se ocupe de solucionar sus problemas.

• No intente ocuparse de esta situación por su cuenta.

Son muchos los artículos y diversa la documentación que podemos encontrar sobre el tema pero para su profundización y sobre todo prevención recomiendo que se visite la siguiente página:

http://www.acosoescolar.info/alumnos/hablando_maltrato_companeros.html

Esta web es una Línea de Ayuda, creada con la finalidad de ayudar, orientar y apoyar de forma personalizada a todos aquellos que sufren acoso en el entorno escolar.

Los menores que sufran acoso pueden ponerse en contacto con ellos a través del correo electrónico: contacto@protegeles.com, es una web pionera en este tema y funciona desde mayo de 2004.

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