Ercilia Loera Anchondo  (CV)
  
eloera@uacj.mx 
 
 Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
          
		      
		
			
            
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo analizar y reflexionar sobre una  de las bebidas más representativas en el norte de México: el sotol. Primeramente se presenta una breve historia sobre la bebida tradicional  que inicia desde tiempos ancestrales. En una segunda parte aborda a la bebida  como parte de un patrimonio cultural que lucha por permanecer en nuestra  sociedad. Por último se prresenta un análisis sobre el rol que juega una  institución de educación superior como la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez  desde las perspectivas institucional, el esfuerzo de la universidad para  conservar las tradiciones culturales y su aportación  en la generación de conocimiento y tecnología  para un crecimiento en la economía alrededor del sotol. 
              Palabras claves Sotol  - bebidas tradicionales - cultura- gastronomía - educación
Abstract
The  aim of the present work is to analyze and reflect on one of the most representative  beverages of the Northern part of Mexico: sotol. The first part of  the text presents a brief history of the traditional beverage that dates back  to ancient times. Secondly, this paper addresses the popular drink as part of a  cultural heritage that struggles to remain in our society. Finally, the author  reflects on the role that a higher education institution, such as the Universidad  Autónoma de Ciudad Juarez, plays in the prevalence  of gastronomic traditions and in the generation of knowledge and technology for  an economic growth that revolves around sotol.
      Key words
              Sotol – traditional beverages -  culture- gastronomy - education
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1. ANTECEDENTES
Un elemento que distingue la idiosincrasia de las diferentes culturas, es indiscutiblemente su gastronomía. La bebida del sotol como parte del arte culinario del estado de Chihuahua, es un elemento ícono en las tradiciones de la sociedad en la entidad norteña de México. Por ejemplo, así lo muestra el legendario corrido de Chihuahua, símbolo del espectro tradicional musical que manifiesta el sello cultural del sotol al vincular la bebida con su gente, sus vivencias y su entorno:
Linda mi tierra norteña, india vestida de sol 
                                            Brava como un león herido, dulce como una canción. 
                                            ¡ que bonito es Chihuahua ! 
                                            Lindas las noches de luna alegradas con sotol 
                                            Que por allá por La Junta  me  paseaba con mi amor 
                                            ¡ que bonito es Chihuahua !
La  tradición del sotol cuenta con una historia de más de mil años. El contacto con  la bebida se da desde el uso mismo que se le daba a la planta de la cual se  deriva el sotol. Un ejemplo sobre la inmersión del sotol en las poblaciones  indígenas es el de las comunidades Lipan Apache. Barnaby asevera que para los  indios Lipan Apache, quienes probablemente vivieron en el este de Colorado y en  la parte noroeste de New Mexico a la llegada de los españoles (citado en  Sjoberg, 1953: 76), la segunda actividad económica más importante después de la  caza era la recolección de plantas. La planta comestible más importante para ellos  era el sotol (Sjoberg, 1953: 82).  De la  misma manera, uno de los pasatiempos favoritos   de los indios Lipan era el de fumar tabaco en vainas de sotol (Sjoberg,  1953: 97).
                                            Más  tarde en la época colonial durante los siglos XVI, XVII y XVIII, se implanta el  proceso de destilación que introducen los españoles, principalmente los  franciscanos,. Desde ese entonces se empezó a fabricar y beber el alcohol  destilado derivado de la planta del sotol. Más adelante, además de estos usos,  el sotol es utilizado durante la Revolución para prevenir enfermedades  reconociéndose sus propiedades curativas (IMPI, 2011).  Antes de la llegada de los españoles el sotol  formaba parte de los diferentes ámbitos de la vida cotidiana  de la población. La planta del sotol se  utilizaba como alimento, también jugaba un rol relevante en el ámbito  religioso, se utilizaba con fines medicinales y en la elaboración de cestería  (IMPI, 2011). Asimismo, Gamboa  menciona  un referente  representativo del uso del  sotol  en   la zona arqueológica de Paquimé en la Casa de los Hornos donde se  encontraron vestigios  que evidencian que  sus habitantes se dedicaban a la producción en grandes cantidades de la bebida  que se consumía en las fiestas agrícolas. 
2. EL SOTOL COMO PATRIMONIO CULTURAL
La inmersión del sotol en las  diferentes actividades de las comunidades desde tiempos ancestrales hasta  nuestros días, sin lugar a dudas lo lleva a que se manifieste como  un patrimonio cultural.  De acuerdo con la definición de Mihaela  Iacob  y et al un patrimonio cultural son  “las cosas heredades de las pasadas generaciones que cuentan con cierto  significado cultural”  (2012: 63). De  este patrimonio cultural, éstas se dividen en tangibles como los lugares,  edificios pinturas y las intangibles que incluyen las  creencias, tradiciones y prácticas (2012: 63). En base a estas definiciones el  sotol es una bebida considerada  un  patrimonio cultural tangible, desde el origen mismo de la bebida que es la  legendaria planta del sotol hasta la bebida  embotellada que es experimentada por los sentidos al percibir su aroma y  degustar de ella.  A partir de  este patrimonio 
                                            tangible incluso se deriva la parte  intangible porque de la bebida se desprenden historias, mitos y leyendas.  Además de estas características la bebida del  sotol también cuenta con atributo que es el de tener un valor cultural el cual  tiene que ver con  cualidades como la  estética, el simbolismo, o el valor espiritual   o histórico” (2012: 66). De acuerdo con Trosby,  la bebida del sotol tendría un valor espritual en el sentido de que “provee  un sentido de identidad en una comunidad… ofreciendo una seguridad cultural y  un lazo entre el ambiente local y global (citado en Iacob et al,  2012: 67). Indudablemente también tiene  un valor histórico.  El sotol ha sido  parte  de la cotidianidad desde los  tiempos prehispánicos en las comunidades indígenas y  más tarde con la conquista de los españoles.  El sotol como elemento culinario y uso medicinal ha sido una parte fundamental  en la historia de todas estas generaciones. La contribución de este valor  histórico, según Trosby es el de construir una identidad al entender el  presente gracias a una unión con el   pasado para más tarde realizar planes para el futuro (Trosby citado en Iacob et al,  2012: 67).  De la misma manera también posee un valor simbólico el expresar la personalidad  cultural de una comunidad  por medio de  la transmisión de significados (Trosby citado en Iacob et al,  2012: 67).  Finalmente   el valor de la autenticidad es  indudablemente una de las fortalezas que la distingue  y que ha contribuido a la personalidad única  a la bebida. La autenticidad la refiere a que un patrimonio puede  apreciarse por ser único, ser real, por sus  propias características (Trosby citado en Iacob et al, 2012: 67). En este caso la denominación de origen otorgada a la  bebida respalda la originalidad.
Sin embargo a lo largo de su historia, el sotol junto con otras bebidas alcohólicas típicas mexicanas han cambiado su posición dentro de la sociedad y éstas ya no gozan del mismo status con el que iecontaban tmpo atrás. Por ejemplo, el pulque pierde terreno porque está casado con la imagen de que sólo los teporochos (la gente pobre y alcohólica) lo consumen. De la misma manera que el whisky tuvo una asociación con la ilegalidad a principios del siglo pasado, el sotol se le relaciona con el alto grado de alcohol (Cuevas, 2013). Es interesante la manera en que una cultura determinada percibe las bebidas alcohólicas. Por ejemplo, en México bebidas como el mezcal, el tequila, el raicilla tienen el mismo origen, sin embargo cada una cuenta con un status entre los comensales. De hecho el filtrado del coñac y el sotol es el mismo proceso, pero el prestigio del cual goza el primero es de un nivel considerablemente más alto debido a la mercadotecnia (Cuevas, 2013). En el caso del sotol que se vendía y que se produce desde hace mucho tiempo en la región, es un producto muy agresivo, de graduación alcohólica alta, de sabores fuertes, más bien con efectos secundarios nada recomendables. Incluso hay productores consideran que si el Sotol que no tiene sabor a quemado, a humo y que no tenga mucha graduación alcohólica, no sirve.(Daumas, 2013). Estas características han dado lugar a que se haya ganado el mote de “sólo para hombres” y tal percepción aún está presente entre los comensales.
Las  bebidas alcohólicas también han sido estigmatizadas. En nuestra cultura el  abuso de la bebida ha derivado en pensar lógicamente que al momento de que se  sirva alcohol en un evento social (una fiesta, un bautizo, una celebración) va  implícito un abuso del mismo que dará lugar a un estado  de embriaguez, y muy difícil de pensar que se beberá responsablemente. Por  ejemplo, cuando se celebró el evento Encuentro con la Cultura del Sotol y las  Nuevas Generaciones en la Universidad Autónoma de Cd. Juárez en el año  del 2006 con el objetivo de presentar una tradición de un  arraigo histórico, causó extrañeza en  diferentes instancias una celebración de este tipo, considerándola inadecuada a  realizarse dentro de las instalaciones de la universidad, expresando su temor  de que los asistentes se embriagaran. En ese entonces fue necesario acudir con  el abogado general de la institución para obtener el permiso, quien lo concedió  sin titubeos ni cuestionamientos. En este tipo de situaciones surge la  pregunta: ¿En qué momento se considera -en este caso al sotol- una bebida  alcohólica y cuándo se le concibe como un patrimonio cultural? (Cuevas, 2013). 
                                            Por otra parte, las empresas de bebidas  alcohólicas como actores de la cultura han experimentado cambios en sus  mensajes hacia los consumidores abordando su compromiso social al invitar a su  clientela a beber  responsablemente.  De esta manera lo presenta Don Celso Jáquez,  propietario de Don Cuco Sotol: “Tenemos un compromiso hacia el producto de  nuestra familia, Don Cuco Sotol.  Quisiéramos pedirle, que usted haga su compromiso, diciéndonos que usted es una  persona que beberá responsablemente” (2013). 
3. EL PAPEL UNIVERSITARIO
Debido a que es una bebida legendaria, el  sotol  ha tenido un gran arraigo entre la  población rural y urbana de Chihuahua que ha permeado a diferentes sectores de  la sociedad incluyendo las instituciones educativas.
                                            La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ)  es un pilar formativo en el desarrollo de una  comunidad  que siempre se ha distinguido  por su colaboración en el fomento y la preservación de las costumbres, así como  en todos aquellos aspectos que permiten la permanencia y propagación de los  rasgos característicos de la cultura en nuestro estado. El vínculo del la  institución  con el crecimiento y  progreso de su comunidad se respalda desde su marco institucional, al determinar  su compromiso en el documento Modelo Educativo UACJ Visión 2020. En esta  propuesta  se identifican las  características del perfil del egresado, donde se mencionan los valores que se  buscan promover en sus estudiantes. Entre ellos   destaca el componente  sobre el  compromiso social que lo define como “la convicción para coadyuvar al  desarrollo de la comunidad, reconociendo el sentido de pertenencia al género  humano y la responsabilidad de actuar en beneficio de los demás,…” (UACJ,  2002:21).  En lo referente a la identidad  cultural,  ésta se precisa como “…la  conciencia de pertenencia a la sociedad mexicana que le permita al  universitario asimilar, respetar y cultivar los modos de actuar de ésta…”  (UACJ, 2002: 21). 
                                            Los maestros también son elemento clave en la  participación activa por parte de la institución  hacia la sociedad que la alberga.  Concerniente a su perfil, el documento señala como funciones propias de los  maestros  aquellas relacionadas a la  extensión y gestión, mismas que se definen como “las actividades que vinculan a  la Universidad con los diversos sectores de la sociedad y que están  orientadas a la mejora de las condiciones de  la comunidad a, través de la difusión de la aplicación y difusión el  conocimiento” (UACJ, 2002:64). De la misma manera, el “difundir la cultura a  través de diferentes medios de comunicación” (UACJ, 2002:64) es otro de los  aspectos  a considerar  en el quehacer académico. 
Una muestra  del  esfuerzo realizado para cristalizar  tales objetivos,  es el evento  realizado por la UACJ, denominado el Primer  Encuentro con la Cultura del Sotol, el 8 de marzo del 2006. En ese momento se  contó con la  participación de  alumnos, docentes y personal administrativo  de la institución. El objetivo fue el de rescatar y preservar una tradición  gastronómica legendaria de la bebida. 
   La  difusión entre la comunidad en general y la población universitaria sobre el  aspecto gastronómico de las culturas representativas del estado de Chihuahua no  se limita a la divulgación y remembranzas de las mismas, sino también el de  abrir vías o canales hacia sectores productivos, turísticos y de  comercialización que dirijan su mirada a una bebida originaria del estado cuya  producción aproxime consigo beneficios a la población involucrada. Esta  peculiar relación entre sociedad, instituciones y cultura sobre el sotol se  manifiesta en un análisis que realiza Lefebvre (1991:77) sobre el espacio  social: “el espacio social  contiene una  gran diversidad de objetos naturales y sociales que incluyen redes y caminos  que facilitan el intercambio de cosas materiales e información.  Tales objetos   no son solos cosas, sino también relaciones”.
                                            Es precisamente en este espacio social donde la  Universidad entreteje lo representativo de una cultura como el sotol con los  representantes o actores que promueven la economía de una sociedad.  De tal manera que el sector turístico, comercial  y productivo intervienen en este ensamblaje de producto-sociedad-cultura.
                                            Un ejemplo adicional de lo  anterior, fuera del ámbito universitario, es el plan concerniente a la  creación   del primer museo gastronómico  en  la ciudad de Delicias. El museo estaría dedicado al vino, al queso y al sotol.  Estos dos últimos productos son comestibles   típicos de la zona que serían promocionados por medio de degustaciones,  entre otras actividades planeadas (García, 2011: 9).
                                            Otra arista sobre el papel universitario en el  tema que se aborda en el presente escrito es en relación a la generación de  conocimiento como parte medular en el desarrollo de la comunidad.  La aplicación   de la tecnología en la producción del sotol  ya se manifiesta de una manera palpable. Así  lo evidencia el proyecto  de  investigación realizado desde septiembre del 2001  por la  Facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales  de la Universidad Autónoma de Chihuahua.  Un grupo de investigadores y alumnos,  encabezados por Olivas García logró reducir en un cincuenta por ciento el  tiempo  de  producción de la preciada planta por medio de  un sistema de riego.  Es necesario puntualizar que el periodo de  crecimiento y maduración de la misma oscila entre veinte y treinta años. Este  logro  traerá consigo la preservación de  la especie y la reactivación económica de la bebida. El proyecto está  ya establecido en cinco localidades que  incluyen Samalayuca, Nicolás Bravo, Janos y Ascensión. Lo anterior tendrá un  impacto positivo en la industria de la bebida   debido a que permitirá a los productores contar con  la materia prima  en corto tiempo y así cubrir la creciente  demanda de sotol en el extranjero (“Produce UACh,”  2011). 
                                            Por otra parte, la comercialización  de productos nacionales en el extranjero deriva inevitablemente en  otro   papel universitario que tiene que ver con el dominio de una segunda  lengua. La internacionalización de productos como el sotol que resulta en una  comercialización con Estados Unidos, debido a la proximidad del estado  Chihuahua con este país, requiere que sus productores y promotores dominen el  idioma inglés para llevar a cabo una negociación exitosa. 
                                            Por este motivo, la universidad  como ente  formador de ciudadanos con  habilidades que les permitan competir en un entorno de internacionalización,  debe fomentar el desarrollo de competencias de tal manera que sus egresados y  la comunidad en general cuenten con las herramientas lingüísticas requeridas. El idioma inglés es  considerado una lengua franca en diversos ámbitos como la  tecnología, el comercio y la educación. Una  lengua franca la define Jenkins (2007:1) como  “un idioma de contacto utilizado entre gente  que no comparte una primera lengua, y se entiende  comúnmente  que es el segundo (o  subsecuente) idioma de sus parlantes”. Como tal, el inglés se convierte en un  idioma que debe insertarse dentro de las competencias lingüísticas  básicas.  Lo anterior cobra singular importancia  por el hecho  de que  Chihuahua   es  un estado fronterizo que  tienen un contacto mucho más frecuente  con  Estados Unidos que otras entidades,  por razones comerciales principalmente.   El hecho de comunicarse en el idioma inglés no únicamente serviría como  conducto para realizar negocios con el vecino del norte, sino también el  abanico de posibilidades se abriría con otros países cuya lengua nativa no es  el inglés, pero que sí utilizan este idioma como medio de comunicación en sus  transacciones comerciales. El  ejemplo  está en dos compañías representativas de la bebida del sotol en Chihuahua:  Vinomex S. A. de C.V. y  CES cuyos sitios  de Internet están presentados únicamente en inglés buscando con esto una  internacionalización de sus productos.
4. CONCLUSIÓN
A manera de conclusión se puede afirmar que el sotol a través de su historia ha logrado consolidarse como una parte del patrimonio cultural regional en el norte del país. La presencia del la bebida está cobrando auge gracias, entre otros factores, a la participación de las universidades de educación superior como la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. El hecho de proveer su respaldo como institución educativa a la promoción de una bebida representativa del estado como es el sotol da lugar al realce de nuestra identidad, divulgación de nuestras tradiciones y comercialización de nuestros productos, en un área geográficamente privilegiada que ya traspasa las fronteras a un mercado cada vez más globalizado. De la misma manera, el papel de la universidad en la generación de tecnología, así como su papel en la enseñanza de lenguas extranjeras son aspectos en los que se trabaja actualmente de los cuales se espera cosechar los primeros frutos.
Bibliografía
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                                            Universidad  Autónoma de Ciudad Juárez. (2002). “Modelo Educativo UACJ Visión 2020.  Cd. Juárez, Chihuahua”. México: Autor.