Contribuciones a las Ciencias Sociales
Diciembre 2013

PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN BAJO LA ÓPTICA DE ALGUNOS INVESTIGADORES SOCIALES: IDEAS Y REFLEXIONES SOBRE LA FAMILIA, LA MORALIDAD Y LA INTELIGENCIA PRÁCTICA



Iván Parro Fernández (CV)
ivanparro@ucm.es
Universidad Complutense de Madrid




ABSTRACT
          En este texto presentamos algunas de las ideas de investigadores sociales sobre el ser o sobre la persona. A través de los planteamientos de investigadores como Schaffer, Piaget o Vygostky nos acercamos para conocer más a la persona y cómo se desarrolla interiormente y socialmente, con todo lo que ello conlleva, para saber hasta qué punto influyen aspectos como la familia o el entorno en el desarrollo psicosocial del niño/a en sus primeros años de vida.
          Este texto complementa el ya publicado en esta misma revista sobre la influencia de la tecnología y la educación en el desarrollo social de los menores1 .

PALABRAS CLAVE: Socialización; Persona; Familia; Conciencia; Self

1 En Internet: http://www.eumed.net/rev/cccss/26/socializacion.html



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Parro Fernández, I.: "Procesos de socialización bajo la óptica de algunos investigadores sociales: ideas y reflexiones sobre la familia, la moralidad y la inteligencia práctica", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Diciembre 2013, www.eumed.net/rev/cccss/26/socializacion-moralidad.html

INTRODUCCIÓN
          Con este texto presentamos las teorías de algunos autores como Piaget o Vytgosky relativas al desarrollo psicosocial de la infancia. Entre los temas que tratan y estudian estos autores están la moralidad, la influencia de la familia o los procesos por los que los niños actúan de una determinada manera.
          Para elaborar este texto hemos seleccionado una serie de artículos de los autores ya citados y cuyo comentario se divide en cuatro partes: Resumen del artículo, Contenidos teóricos relevantes del artículo, Contenidos del artículo relevantes a nivel personal y Comentario personal y propuestas para el debate.
          En el Resumen hacemos una breve referencia a los contenidos más interesantes o representativos del artículo.
          En Contenidos teóricos relevantes exponemos algunas de las ideas y teorías planteadas en el artículo relacionadas con el tema de la socialización en la infancia.
          La parte de contenidos teóricos relevantes es una opinión personal del autor sobre lo expuesto en el artículo. Y finalmente en comentario personal se hace una breve anotación sobre los contenidos del artículo y se sugieren tres preguntas que puedan incentivar a la reflexión y el debate. Estas preguntas se basan en algunos de los contenidos desarrollados en los artículos y no tienen otro fin salvo motivar la profundización en alguno de los temas tratados.
          En los artículos seleccionados se tratan temas de interés para la socialización en los niños como la influencia de la familia en ese proceso social o cómo surge la moralidad en los menores y con ello el sentido de justicia y de equidad que lleva aparejado.
          El proceso evolutivo en los niños pasa por una serie de etapas imprescindibles e influenciadas por aspectos como la personalidad o los primeros contactos con el mundo que les rodea. Conocer las motivaciones, los procesos o los métodos que siguen los niños para pasar a la edad adulta es un estudio del todo interesante y particularmente atractivo cuando deseamos conocer algo más sobre el sentido y el significado de nosotros mismos y de nuestro ser y de nuestro estar en el mundo. Estos textos que hemos seleccionado inician líneas de investigación y de comprensión interesantes para que podamos saber algo más sobre quiénes somos o cómo nos formamos a nivel psicosociológico.
          Invitamos a todos los lectores de este texto a leer los artículos seleccionados y a profundizar en algunas de sus ideas y propuestas sobre el desarrollo social en la infancia, convencidos de que ese proceso es complejo y está sujeto a muchas influencias y que además está en constante evolución.

INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS SEGÚN SCHAFFER

Texto de análisis: “La familia”, en Schaffer, D. Psicología del desarrollo, Infancia y adolescencia, Capítulo 15, Ed. Thomson, México, 2000.

RESUMEN DEL TEXTO

Este texto desarrolla ciertas ideas considerando a la familia como la  institución donde todos crecemos y nos desarrollamos; y la familia como sistema social en el cual se educa a las nuevas generaciones, sistema que a su vez influye en la organización y en el contexto familiar.
Son muchas las aportaciones que realiza la familia al individuo como la  crianza, el apoyo emocional y económico, el sustento básico, la educación o la  formación para la madurez. Hoy estamos asistiendo al surgimiento de nuevos modelos familiares que requieren de nuevas interpretaciones y de nuevos modelos de referencia social. La familia es un agente socializador de primer orden, y en su configuración y organización suelen influir el conjunto de las personalidades y de las identidades de los niños/as. La familia crea, pero también puede destruir. La familia educa, pero también puede equivocarse. La familia sustenta, pero puede cobrar un precio muy alto por ello.
 
CONTENIDOS TEÓRICOS RELEVANTES DEL ARTÍCULO         

  • De una u otra forma cuando nacemos dependemos de la familia como principal agente socializador y como institución que nos acompaña en todas las etapas de la vida. La familia también es un sistema social que nos influye y que es influida por nosotros (familias en la edad adulta).
  • Los niños necesitan del apoyo, del cariño, del consejo y de la cercanía de ambos padres (paternidad compartida). La falta o ausencia (provocada o no) de uno de los miembros afecta al desarrollo normal del niño/a.
  • Las familias, como miembros sociales de contextos sociocomunitarios amplios, se ven influidos por éstos. Las familias no son autosuficientes, autónomas ni autosustentables, y su pertenencia a un determinado entorno social y cultural provocará que utilicen y se apoyen en uno u otro modelo familiar.
  • Los nuevos modelos de familia y las situaciones difíciles por las que éstas atraviesan son puntos clave en la formación de los niños/as, que dándose cuenta de su situación particular pueden desarrollar comportamientos, actitudes y formas de ver y de entender a sus congéneres que resulten chocantes o extrañas, pero que en su raíz sólo son un medio de supervivencia ante la situación de dificultad que les ha tocado vivir.
  • Los padres pasan por dos etapas en la crianza de sus hijos: aceptación/sensibilidad y exigencia/control. Al principio son protectores y guardianes para convertirse con el paso de los años en controladores y vigilantes de lo que hacen y piensan sus propios hijos, impidiéndoles en cierto modo su libertad para desarrollarse y hacer frente a los retos de la edad adulta.
  • Por regla general los padres autoritarios y exigentes crían niños con competencias sociales y bien adaptados (con capacidades resolutivas), mientras que los padres permisivos y poco exigentes crían niños con deficiencias y problemáticas que se pueden hacer visibles o acentuar en la edad adulta.
  • Todos los padres intentan transmitir una serie de valores a los hijos según sus creencias culturales o religiosas, además de hacer que sus hijos los interioricen como suyos propios también como medio de continuidad, de control y de seguridad (si mi hijo/a sigue mis valores estoy tranquilo porque sé que no va a hacer nada malo), pero lo cierto es que los jóvenes son rebeldes y en la mayoría de los casos rompen con las tradiciones y culturas buscando su propio estilo de vida más acorde con la sociedad y con el momento que les ha tocado vivir y también más acorde con lo que viven sus amigos. Estos valores de referencia influyen en lo que los padres considerarán como éxito o como fracaso en sus hijos, premiándoles o castigándoles según unas ideas que quizá estén equivocadas.
  • Con la llegada de la adolescencia llega la negociación. El adolescente busca la autonomía (hacer solo y responder solo) y se producen relaciones más intensas con los padres, a veces conflictivas, pero que buscan como principal objetivo más libertad de acción y de decisión.
  • Cuando una pareja es estéril o son solteros quienes desean tener hijos pueden acudir a la adopción, que si bien no es el proceso natural de la infancia, puede traer complicaciones y problemas de tipo emocional, sí se convierte en una solución adecuada cuando se intentan cubrir las necesidades afectivas de ambas partes.

Los niños adoptados en las llamadas adopciones abiertas (permiten tener relaciones con sus padres biológicos) están en general más contentos y satisfechos en sus nuevos entornos familiares que los niños de adopciones cerradas, que pueden complicar la vida a los padres adoptivos al verse incapaces de satisfacer las exigencias y necesidades que demanda el niño con la aparición de problemas tanto de adaptación como de comportamiento.

  • El divorcio se considera un decisivo periodo de transición familiar que genera estrés, inquietud e incertidumbre para padres e hijos. Los niños padecen ira, temor, depresión y sentimiento de culpa, aspectos todos que pueden llegar a durar años. La nueva situación familiar tras el divorcio suele afectar a las relaciones padre-hijo, y en muchos casos los niños se vuelven caprichosos, desobedientes y problemáticos, necesitando un padre controlador y sancionador de esos comportamientos. El divorcio también afecta a la relación con los padres y al rendimiento escolar, provocando desinterés, falta de atención y de motivación, agresividad y rebeldía. Entre los motivos que permiten una mejor adaptación a esa situación están el sustento financiero y emocional del padre sin la custodia y el apoyo que familiares, amigos y comunidad pueden dar a los padres separados.
  • En familias con ambos padres trabajadores muchas veces los niños se tienen que cuidar solos tras el colegio. Cuando éstos son controlados a distancia por los padres se desarrollan de manera correcta. También las parejas suelen pedir ayuda a otros miembros de la familia para que cuiden de manera temporal a los niños, o bien pueden contratar los servicios de un cuidador para que se haga cargo del niño/a hasta que uno de los cónyuges regresa a casa, aunque muchos colegios apuesten y ofrezcan una gran variedad de actividades extraescolares no sólo como un medio de atención a los niños/as sino también como espacios diferentes donde socializar y en el que los niños/as puedan aprender cosas nuevas estimulantes y enriquecedoras.
  • El problema del abuso o maltrato infantil tiene relación con la familia, la cultura y la sociedad en su conjunto. No existe un perfil único para el maltratador, que puede ser de cualquier origen y edad, aunque mayoritariamente son jóvenes estresados o con problemas en su infancia, que reproducen esos comportamientos coercitivos de cuando eran pequeños. Los niños más enfermizos, insensibles o muy impulsivos son más susceptibles de sufrir abusos puesto que los cuidadores realizan un proceso de identificación con ellos y reproducen otros comportamientos que han tenido con ellos. Los niños más sanos y con mejor juicio no son tan fáciles de abusar puesto que agradan a los cuidadores y no se meten con ellos ni esperan nada de ellos.

CONTENIDOS DEL ARTÍCULO RELEVANTES A NIVEL PERSONAL
La familia es la INSTITUCIÓN con mayúsculas. Origen, cuna y raíz de la creación y de la crianza de los hijos es el primer lugar donde estos comienzan a ver, a sentir, a experimentar y a desarrollarse como personas, a evolucionar en su intelecto y en su personalidad y a componer esa inteligencia y esa identidad que les otorgarán un lugar exclusivo en el conjunto de la sociedad. Pero en nuestros días vemos cómo la familia sufre un proceso de transformación importante, generándose nuevos modelos y nuevos núcleos familiares donde los niños/as no siempre encuentran ese cariño y esa atención que necesitan. Los niños que están más felices son los que sienten sus necesidades cubiertas, y está también el problema del maltrato o abuso infantil, cuando los padres o los cuidadores interpretan mal esas necesidades de afecto por parte de los niños y las reprimen con severidad y violencia. Si algo me ha transmitido este texto es que no existe un modelo ideal de familia y que cada una de ellas se debe adaptar a las circunstancias y necesidades sociales y culturales del entorno en el que vive; que los menores siguen siendo las grandes víctimas de la familia y que si falla la familia, si ésta se rompe o no cumple las expectativas, quizá el resto de sistemas e instituciones no conseguirán nada y serán más bien observadores (muchas veces pasivos e impotentes) antes que educadores o solucionadores, cuando en un tema tan importante, tan delicado y tan decisivo como es este tienen mucho que aportar y que decir sobre ello. Cuando no hay familia, sea del tipo que sea, no hay persona. Cuando no hay familia, el resto no tiene sentido.

COMENTARIO PERSONAL Y PREGUNTAS PARA EL DEBATE
La familia se convierte en el primer referente de la persona que está en proceso de construcción. En la familia se vive, se aprende y se refuerzan o reprimen comportamientos de distinto tipo. La familia nos ayuda a ser y a construirnos nuestra identidad y nuestra personalidad, que reforzaremos en la etapa adulta. La familia además puede ser todo para nosotros o puede no ser nada cuando no cumple con las expectativas sociales o cuando se comporta de manera dolente o sangrante con el niño/a.
La familia es el núcleo pero puede ser también el fin. La sociedad debería observar y atender con mayor contundencia a la familia y a sus miembros para evitar males mayores y asegurar un buen crecimiento y desarrollo óptimo de los niños/as.
La familia nunca debe ser un grupo de separación o de muerte sino un espacio de unión, de solidaridad y de educación.
Mucho se puede decir y comentar sobre la familia y los modelos familiares actuales, pero a mí la lectura me sugería las siguientes preguntas:

  • ¿Qué más pueden hacer las instituciones y la sociedad en su conjunto para mejorar las familias, para que nazcan y se desarrollen niños sanos y competentes?
  • ¿Qué sanciones debe imponer la Justicia para evitar esos problemas familiares tan alarmantes como la violencia de género, el maltrato infantil o las consecuencias derivadas de la falta de recursos económicos?
  • ¿Qué puede hacer la sociedad ante una infancia perdida, sin modelos, sin referencias, sin esperanzas y sin sueños? ¿Qué aportaciones puede hacer cada uno para mejorar su propia familia y la familia del mundo?

LA CONCIENCIA MORAL EN EL NIÑO SEGÚN PIAGET
Texto de análisis: Piaget, Jean  La génesis de la conciencia moral en el niño,en Torregrosa, J. R. y Crespo, E. Estudios básicos en Psicología Social, Editorial Hora, Barcelona, 1982

RESUMEN
          El texto resume las ideas y nociones de moralidad en los niños, tomando como ejemplo un estudio sobre la justicia, o mejor dicho, sobre cómo sienten los niños la injusticia y qué consideran que es ésta, desarrollando las etapas en la consideración de la noción de justicia por parte de los niños, que Piaget indica que son tres: subordinación, igualitarismo e igualdad.

CONTENIDOS TEÓRICOS RELEVANTES
          Piaget distingue cuatro respuestas ante lo que los niños consideran injusto: respetar las prohibiciones impuestas por los adultos; no romper las reglas del juego (sometimiento a la ley); promover la igualdad en el trato y observar las injusticias de orden político o económico.
          Se distinguen tres períodos en la formación de la justicia en los niños:

  • Hasta los 7-8 años, período en el que los niños no diferencian las nociones de justo e injusto, considerando justo lo que se impone por la autoridad que tienen los adultos. El niño considera injustos algunos modos de ser tratado. Las sanciones se consideran legítimas, necesarias para construir la moralidad, anteponiéndolas incluso a la igualdad.

Se cree en una justicia automática que emana de la naturaleza física y de los objetos inanimados.
Lo justo se confunde con la ley, que creen heterónoma e impuesta por el adulto.

  • Entre 8-11 años, período en el que se desarrolla la autonomía del niño y donde prima la igualdad sobre la autoridad en todos los casos.
  • Hacia los 11-12 años, en los cuales se busca aún más la equidad, por ejemplo en  la aplicación de sanciones, en las que se tiene en cuenta la situación particular de cada persona (circunstancias atenuantes).

Piaget desarrolla en este texto su concepción sobre el origen psicológico y sobre las condiciones de desarrollo del concepto de justicia en la infancia, distinguiendo entre justicia retributiva y justicia distributiva, considerando a ésta última la forma más profunda de la justicia. La justicia distributiva se relaciona con la igualdad y la equidad y tiene orígenes biológicos. Hay dos reacciones que juegan un papel fundamental en la noción de igualdad: los celos y el altruismo, reacciones que se producen en los primeros meses de vida y que conducen al egoísmo o a la simpatía. Los celos evitan que los demás abusen de uno y la comunicación evita que sea yo el que abuse de los demás. Para lograr la igualdad es necesario un equilibrio que obligue y limite al alter y al ego. Este equilibrio ideal supone una educación en la reciprocidad de todos los niños.
En cuanto a la justicia igualitaria hay una cuestión a resolver, y es si prima más lo colectivo o lo individual en el desarrollo de la noción de justicia. Según los análisis de Piaget el desarrollo de la justicia necesita de la autonomía y no puede estar sujeto únicamente a la autoridad, ya que la influencia del adulto viene sobre todo desde la aportación que hacen del concepto del deber, ya que la justicia sólo puede constituirse desde el consentimiento libre del individuo. Los adultos deben atenuar lo que constituye la esencia de la justicia y hacer ver al niño que no es lo mismo justicia y ley y que debe existir autonomía y libertad en las decisiones y en las acciones, teniendo en cuenta las sanciones que conlleva incumplirlas.
Piaget también enfatiza la vinculación de la igualdad con la solidaridad orgánica o la cooperación, comparando las sociedades de niños de 5 a 7 años con las de 10 a 12 años, en las que observa cuatro transformaciones:

  • En la sociedad de los pequeños existe un todo amorfo, sin organización, y en la que todos se parecen. En la sociedad de mayores hay leyes, reglamentos y hasta divisiones.
  • En los mayores existe una solidaridad moral mayor. Los pequeños son egocéntricos e impersonales, se dejan llevar por la imitación y las directrices de los adultos. Los mayores están en contra de la mentira y la trampa. Se conserva mejor el sentimiento de grupo.
  • La personalidad de los mayores se desarrolla en la sucesión de la imitación a la discusión y el intercambio de ideas (opinión, crítica, valoración)
  • La igualdad es más fuerte en los mayores debido a que los pequeños se ven muy sometidos y regidos por la autoridad adulta.

En cuanto a la justicia retributiva se puede afirmar que la sanción pierde apoyo según se avanza en la edad, en la cual se va buscando más la igualdad. Entre los aspectos principales de la retribución encontramos que la retribución está condicionada por reacciones individuales y que la influencia de los adultos puede explicar la expiación y la cooperación como formas de ir más allá de la sanción. Desde muy pequeños se sancionan conductas del bebé o del niño, se aprueban o se reprimen comportamientos, se vigilan actitudes y se castigan sin saber bien por qué muchas veces. El niño asume la idea de sanción expiatoria (he hecho algo malo o me he comportado mal y tengo un castigo por ello). Los niños ven esta sanción como obligatoria porque viene de sus padres que la autorizan. La desobediencia es ruptura entre padres-niños, hecho que demanda una reparación, y los castigos pueden ser esa reparación que los padres exigen a sus hijos. Todo progreso en la cooperación y el respeto mutuo eliminará esa idea de la expiación-sanción, convirtiéndola en una simple reparación o en otra forma de reciprocidad. Cuando hay menos respeto hacia el castigo adulto hay conductas que a veces no se pueden explicar sino como actos de reciprocidad, que llevarán en la moral a la generosidad  y a la universalidad con el paso del tiempo.
En resumen la moral de la autoridad (deber y obediencia) conduce a la confusión entre justicia y legalidad y reconoce la sanción expiatoria. La moral del respeto mutuo (la del bien y la autonomía) conduce a la igualdad, que es la noción de la reciprocidad y la justicia distributiva. La solidaridad es un conjunto de nociones morales complementarias y coherentes que caracterizan la mentalidad racional.

CONTENIDOS DEL ARTÍCULO PERSONALMENTE RELEVANTES
          La formación de la moralidad en los niños tiene notables influencias de los adultos y de la sociedad. Si bien hay que hacer caso a los mayores (autoridad), con el paso de los años nos fijamos también en lo que tenemos más cerca, más a mano (los otros). Al leer este texto pensaba en la obediencia de hijos a padres o a familiares, que muchas veces no es correcta o no debe ser así, pero que los niños acatan por autoridad. Pienso por ejemplo en los casos de violencia de género, en los que el niño no puede actuar por la autoridad del padre maltratador, que incluso llega a anularle como persona, y que se deja arrastrar por los momentos de violencia y de angustia que vive, asumiendo como normal ese comportamiento. En ese caso, la autonomía y la libertad del niño deberían hacer frente al problema, y crear una reacción que impida ese hecho, esa injusticia, de tal manera que se cree un vínculo de solidaridad con la madre, que puede hacerse extensible a la solidaridad con la sociedad, consciente y atenta también ella a dicho problema.

COMENTARIO PERSONAL Y PREGUNTAS PARA EL DEBATE
          La moralidad se va construyendo con tiempo y con educación. Todos necesitamos educación desde los primeros meses de vida. Sin educación no hay información, y sin información no hay capacidad de decisión, no hay libertad de acción ni de compromiso.

  • En el caso de hermanos gemelos, ¿cómo deben actuar el padre y la madre para que los dos se sientan queridos por igual sin interrumpir o modificar mucho su desarrollo emocional y su moralidad?
  • ¿En qué casos deben los niños desobedecer la autoridad, rebelarse y hacer más justo lo injusto? ¿Es moralmente aceptable que los niños tengan ese poder?
  • ¿Según qué reglas, normas y comportamientos deben los padres educar a sus hijos: según sus modelos-referencias, según las normas sociales o según una combinación de ellas? ¿Cómo pueden los padres decidir lo que es moralmente justo o injusto para los hijos si a lo mejor ellos mismos han recibido una formación-educación equivocada?

LOS PROCESOS PSICOLÓGICOS SUPERIORES Y LA INFANCIA SEGÚN VYTGOSKY
Título: “Vygotski, Lev S. El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, ed. Crítica. Capítulo 1. Instrumentos y símbolo en el desarrollo del niño

RESUMEN
          Este es el primer capítulo del libro “El desarrollo de los procesos psicológicos superiores”, en el cual Vygotski introduce algunos de los temas que amplía en el libro, haciendo referencia al proceso de acción del niño (inteligencia práctica) con todos los factores que influyen (lenguaje, gestos, símbolos) y cómo según sea el grado de dificultad del problema a resolver los niños utilizan unas u otras herramientas dependiendo de una serie de procesos mentales y psicológicos diferentes en tiempo y en forma.

CONTENIDOS TEÓRICOS RELEVANTES
          En este primer capítulo del libro “El desarrollo de los procesos psicológicos superiores” el autor introduce al lector sobre los temas que van a tratarse y ampliarse en el libro, entre ellos el del desarrollo de la infancia, haciendo mención a la utilización de analogías con la botánica primero y con la zoología después para explicar el proceso de maduración de los niños. Esa comparación entre la psicología animal y la psicología infantil sentó las bases principales para el estudio de los procesos psicológicos elementales en los humanos, que algunos autores sitúan en las funciones intelectuales superiores, y más en concreto en la utilización de instrumentos (lo que denominan inteligencia práctica). Los estudios de Wolfgang Köhler en este sentido son bastante importantes, ya que realizó experimentos con monos y comparó ciertas respuestas de los chimpancés con algunas de las respuestas de los niños. Al igual que Köhler también Buhler estudió esas analogías monos-niños, centrándose en la utilización de objetos, la manera en la que los niños los cogen y cómo dan un rodeo hasta lograr su objetivo, interpretando esa inteligencia práctica del niño como si fuera la de un chimpancé, afirmando incluso que existe “la edad del chimpancé”, y que la inteligencia práctica del niño (el pensamiento técnico), que comienza a partir del sexto mes de vida, no tiene relación con el lenguaje.
          Buhler concluyó además que cada etapa específica del desarrollo del niño está determinada por el grado de desarrollo orgánico de éste y por su grado de dominio en el uso de instrumento. También estableció el principio de que el lenguaje inteligente está precedido por el pensamiento técnico. Buhler separa el lenguaje de la acción inteligente cuando el autor afirma que el lenguaje y el pensamiento práctico están totalmente relacionados e integrados. Shapiro y Gerke, por su parte, indican que el pensamiento práctico de los niños es similar al adulto en algunos aspectos y que la experiencia social tiene una influencia notable en el desarrollo humano, sobre todo a través de la imitación que el niño hace de la utilización de herramientas y objetos. Y cuanto más grande es el niño más modelos es capaz de comprender y de interiorizar.
          Guillaume y Meyerson encontraron en sus experimentos que algunos simios utilizan ciertos métodos que también son empleados por niños con afasia, reforzando así la tesis del autor sobre la importancia del lenguaje en la organización de las funciones psicológicas superiores.
          El estudio clásico de la inteligencia práctica remite al hecho de estudiar el lenguaje al margen de la actividad práctica del niño y estudiar el empleo de signos-símbolos para explicar la utilización de instrumentos o el comportamiento, que atribuían al descubrimiento casual del niño, que era capaz de dotarles también de significado, hecho que según Stern es el mayor descubrimiento en la vida del niño, que se sitúa en el paso del año a los dos años de vida, y es producto de la actividad mental del niño.
          Aunque la inteligencia práctica y el uso de signos operen independientes en los niños pequeños, en la adultez la unidad dialéctica de estos sistemas es la esencia de la conducta humana compleja. La actividad simbólica organiza nuestro intelecto y le dan méritos para el uso de instrumentos y la creación de nuevas formas de comportamiento. Esto quiere decir que es justo con la aparición del lenguaje, unido al empleo de los signos en la acción, cuando ésta se organiza y se hace notar con directrices y comportamientos nuevos.
          El niño domina el entorno con la ayuda del lenguaje, que posibilita nuevas relaciones y una nueva organización de la propia conducta. Estas nuevas formas de conducta que aparecen y se desarrollan forman el intelecto, que es la base del trabajo productivo, es decir, la forma en la que los humanos utilizamos las herramientas. Los niños actúan para alcanzar una meta, pero también hablan. Experimentos de Levine con niños demuestran que el lenguaje lleva a la reflexión, pero también a la acción, tomando un carácter planificador, para lograr alcanzar el objetivo. El  niño utiliza el lenguaje (el habla) para lograr una meta. Tanto es así que Vygotski señala que si no se permitiera hablar a los niños estos no podrían realizar las tareas que se les piden.
          El niño tiene más libertad de acción e introduce otros elementos (estímulos, entre ellos el habla por ejemplo) que le facilitan o ayudan para la resolución, además que pueden ayudarle para acciones futuras. Las operaciones prácticas de un niño que puede hablar son menos impulsivas y espontáneas que las del mono, que intenta resolver el problema de forma desorganizada e incontrolada. El niño planea cómo resolver el problema a través del lenguaje y lo lleva a cabo a través de la actividad abierta.
          La cantidad relativa de lenguaje egocéntrico aumenta con la dificultad de la tarea. Este lenguaje egocéntrico es la base para el lenguaje interior (reflexión, pensamiento, planificación). Si ponemos más complicaciones a la tarea, el niño no podrá utilizar directamente los instrumentos y utiliza más el lenguaje para buscar otra solución más inteligente, buscando verbalmente un nuevo plan. Esto se muestra cuando el experimentador sale de la habitación o hace caso omiso a las peticiones de ayuda. Este lenguaje egocéntrico está vinculado al lenguaje social, por ejemplo cuando los niños descubren que no pueden solucionar solos un problema, acudiendo a un adulto o intentando resolverlo por sí mismos (internalización del lenguaje social).
          En resumen, podemos decir que el lenguaje ayuda al niño a utilizar instrumentos auxiliares para resolver temas difíciles, para dominar su conducta y para plantear una solución previa al problema antes de ponerla en marcha. Los signos y las palabras son un medio de contacto social con otras personas.

CONTENIDOS DEL ARTÍCULO PERSONALMENTE RELEVANTES
          A veces los actos de los niños en sus primeros años de vida están sujetos a lo poco que han captado de su entorno más inmediato. Cuando desarrollan otras capacidades-habilidades ya tienen más herramientas para utilizar y es cuando entra en juego el lenguaje. En este sentido pienso en las formas de actuar o en las contestaciones verbales que a veces tienen los niños pequeños, que muchas veces se desconoce a qué viene y por qué se producen. En este capítulo hemos sabido que son un conjunto de procesos los que intervienen para que se produzcan esas respuestas, que al fin y al cabo son acciones previamente meditadas y que han pasado por la inteligencia práctica y el lenguaje como elemento de reflexión y también de acción. Por ello muchos actos pueden quedar explicados si tenemos en cuenta la importancia del lenguaje como elemento de planificación y como elemento de organización. El resultado de todos modos, y siempre dependiendo del momento y de la situación, suele ser inesperado en la mayor parte de los casos.

COMENTARIO PERSONAL Y PREGUNTAS PARA EL DEBATE
          Nuevamente se refleja el hecho que nos diferencia con otras especies animales como es la libertad de pensamiento y de acción, y la importancia del lenguaje en los procesos comunicativos internos y externos.

  • ¿El desarrollo de la inteligencia práctica tiene un final determinado en una edad o período concreto o se desarrolla durante toda la vida?
  • ¿El hecho de que seamos capaces de resolver más directamente algunos problemas nos hace ser verdaderamente seres superiores respecto a otras especies?
  • ¿Hasta qué punto puede ser el niño consciente o no de sus actos cuando pone en marcha esos mecanismos de acción? ¿Qué influencias puede tener además de las ya comentadas para actuar de la manera en la que lo hacen?