Contribuciones a las Ciencias Sociales
Octubre 2012

CUNAS VIOLENTAS Y EL SUICIDIO PARENTAL DESENCADENANTES DE PROBLEMAS EN LAS ESCUELAS




Daiana Gisel Morales (CV)
moralito89@hotmail.com
Celia Jorgelina Trujillo (CV)
celia_jorg_05@hotmail.com
Comodoro English Language Institute



Resumen

Diariamente la vulnerabilidad y la desigualdad social, la pobreza, la concentración de la riqueza, la inestabilidad laboral, la falta de credibilidad en la política, los avances y fuertes cambios tecnológicos son cada vez mayor. Esto conlleva a que la escuela se encuentre con situaciones difíciles de abordar, como lo son los casos de violencia, en todas sus expresiones: violencia física-objetiva, simbólica-subjetiva y familiar. Desde lo expuesto, la violencia generada en el núcleo familiar encuentra su descarga en el ámbito escolar, donde docentes y directivos en ocasiones no cuentan con las herramientas para actuar ante las situaciones de violencia. Por otra parte, en el contexto familiar la función parental cumple un rol importante en la crianza y educación del niño pero ésta ha ido cambiando a lo largo de los últimos años. Existen representaciones encontradas con respecto al rol de la escuela dentro de la sociedad; mientras  que la  institución escolar  y los docentes confían que es la familia la responsable de desarrollar en el niño las primeras pautas de comportamiento social y valores, la familia y  la sociedad en su conjunto suponen que es la escuela el espacio en donde el alumno no solo se instruye recibiendo conocimientos socialmente significativos y que prepara a los niños de manera continua y progresiva para convertirse en ciudadanos útiles en la sociedad, sino que además  los miembros de la comunidad educativa son los únicos responsables de una formación íntegra de los sujetos que por esa institución transitan, tomando así los padres una actitud pasiva en la educación de sus hijos y desligándose  de todo tipo de responsabilidades.
Se puede decir que el establecimiento escolar se encuentra en una situación conflictiva, ya que diariamente  tiene que lidiar no solo con los problemas inherentes al proceso de aprendizaje, sino que también tiene que resolver de la manera más adecuada posible las dificultades que se originan en la convivencia diaria de sujetos con características sociales completamente distintas y que afectan al desarrollo de la actividad escolar. La institución escolar no está apartada de lo que sucede en el entorno en el que se encuentra inmersa, en su accionar contribuye a generar y formar los valores básicos dentro de la sociedad en la que está inserta. Todos los actores institucionales se enfrentan con el desafío de implementar instrumentos o mecanismos de acción para abordar las situaciones de violencia, que no deben ser solo correctivos sino que deben tener un carácter educativo y preventivo, invitando a la reflexión para que los implicados asuman sus responsabilidades. Se puede decir que en este sentido todos los adultos responsables tanto personal de la institución como los propios alumnos y padres deberían asumir las responsabilidades en las situaciones de violencia que surgen dentro de la escuela. Dado que el grado de participación  de los progenitores en la educación de sus hijos no es el esperado, la escuela se ve limitada y desbordada ante casos de violencia que la superan.
En este complejo panorama social cabe destacar que la escuela como productora de igualdad social y conocimiento parece ser solo una utopía,  y es la función de ésta la que aparece generalmente cuestionada y acusada de ser la responsable ante los serios problemas de la sociedad como la violencia, la pobreza, la deserción y las adicciones, entre otras.  

PALABRAS CLAVES: Violencia, vulnerabilidad, escuela, desigualdad social, familia, valores, responsabilidad, sociedad, productora de conocimientos, mecanismos de acción, alumnos, actores de la institución escolar.

ABSTRACT

Every day social vulnerability and inequality, poverty, concentration of wealth, occupational instability, lack of credibility in politics, and the huge technological advances are increasing. These lead schools to find situations difficult to cope with such as violence in all its forms: physical-objective, psychological-subjective and domestic violence. As already stated, home violence finds its release at school, where teachers and principals on occasion do not have the necessary instruments to intervene in violent situations. On the other hand, in the family context, parental function has an important role in the raising and education of the child, but this function has changed over the years. There are representations found regarding the role of the school within the society. Whereas the educational institutions  and the teachers trust that the family is responsible for developing in the child the first social behavior patterns and values, family and society as a whole assume the school is the place where the student not only is schooled by receiving socially significant knowledge and preparing them continuously and progressively to turn them into productive citizens in society, but also the members of the educational community are the ones responsible for comprehensive training of the students who pass through the institution, so that parents take a passive approach in their children’s education avoiding all kinds of responsibilities.
It could be stated that the educational institutions are in a controversial situation for they have to deal daily with problems inherent to the learning process and also solve in the most appropriate way possible the difficulties that arise in the daily coexistence of persons with completely different social backgrounds that affect the development of the school activity. The educational institution is not excluded from what happens in the environment it is immersed. In its activity, it contributes to generating and forming basic values within the society in which is engaged. All the institutional actors are confronted with the challenge of implementing instruments or mechanisms of action to approach/tackle situations of violence, which should not only be corrective but also should be educational and preventive, calling for reflection so that the people involved assume their responsibilities. In this sense, it could be said that all the adults in charge both staff of the institution and students and their parents should take full responsibility of the situations of violence that arise at school. Given that the degree of involvement of the ‘progenitors’ in the education of their kids is not as expected; the school is limited and overwhelmed with cases of violence that surpass its abilities.
In this complex social setting it is important to highlight that school as a producer of social equality and knowledge seems to be utopian, and it is its function which is generally questioned and accused of being responsible for the serious problems of  society such as violence, poverty, school dropouts and addictions among others.  

KEY WORDS: Violence, vulnerability, school, social inequality, family, values, responsibility, family, provider of knowledge, mechanisms of action, students, persons in the educational institution.




Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Morales, D. y Trujillo, C.: "Cunas violentas y el suicidio parental desencadenantes de problemas en las escuelas ", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, octubre 2012, www.eumed.net/rev/cccss/22/

Violencia y Escuela

Se entiende por violencia a una acción ejercida por una o varias personas, donde se somete de manera intencional a otra persona al maltrato, presión, sufrimiento, manipulación u otra acción que atenta contra la integridad tanto física como psicológica y moral de la victima (Cfr: Felippis; 2004).
La violencia escolar es una temática que ha irrumpido en las aulas argentinas en los últimos años, específicamente en los casos abordados en las escuelas de Comodoro Rivadavia. Se denunciaron casos de violencia contra directivos y docentes por parte de alumnos o viceversa, y de alumnos hacia otros alumnos. Las razones por las que se da la violencia son diversas y los involucrados en más de una ocasión justifican sus actos violentos excusándose tras diferentes apariencias, gestos y nacionalidad, entre otros.
Es importante destacar que cada vez, los casos de violencia escolar son más recurrentes y más violentos, provocando la muerte de algunos de sus involucrados. En ese sentido, en los medios informativos escritos  locales, podemos leer:

“(…) Los padres de dos alumnas pertenecientes a la Escuela Provincial (…), denunciaron que sus hijas habrían sido golpeadas salvajemente por un compañero, durante las horas del mediodía del viernes 14. El denunciado se encontró con la madre de una de las víctimas, amenazándola de muerte (…)” (Miércoles 19 de marzo de 2008, Diario Crónica)

 “(…) En una escuela secundaria de la ciudad de Comodoro Rivadavia, una directora fue agredida físicamente por la madre de una alumna. En este caso la directora recibió una trompada por parte de la madre. El hecho de violencia fue denunciado por ATECH1 . El representante de dicho gremio manifestó que es el segundo caso de similares características que se da en el transcurso de la semana pero que estos hechos de violencia generalmente no se dan a conocer de manera pública (…)” (Diario Crónica, Sábado 12 de Mayo de 2012)

Se ha evidenciado que cada vez los casos de violencia se dan con más continuidad y con un mayor grado de impunidad. En los últimos años, la violencia en las escuelas es una práctica que se ha naturalizado y que sólo en casos extremadamente graves – muerte por ejemplo – llama la atención extramuros escolares. Desde lo expuesto, cabe preguntarse entonces, ¿A qué se debe la naturalización? ¿Por qué se toma los maltratos tanto entre alumnos como así también de alumnos a docentes, como cuestiones menores que pueden ser resueltas intramuros? Se entiende que una de las causas posibles puede ser la falta de herramientas de los docentes y directivos para afrontar los actos de agresión, indisciplina o violencia. Por otra parte, tiene gran influencia la postura pasiva de los padres, quienes no ponen límites a sus hijos y no participan en la educación de los mismos. 

Sobre la Violencia Física-Objetiva en la Escuela:

Según la OMS 2 se puede definir violencia física como toda aquella lesión física infringida por una o más personas a otra, como ser mediante golpes, mordeduras, lesiones o cualquier otro modo que infrinja daño físico sobre la víctima. Es importante destacar que la violencia física tiene carácter intencional pero no accidental del daño que se provoca sobre la víctima. La violencia física atenta sobre la dignidad, la autoestima y la misma integridad física de la persona. Se considera violencia del tipo objetiva ya que, quien ejerce este tipo de violencia puede ser denunciado en la justicia realizando las denuncias pertinentes. Las marcas de golpes y otro tipo de heridas en el cuerpo de la víctima se utilizan como evidencia ante las denuncias.
Generalmente, se han evidenciado casos de violencia física entre alumnos o de padres de alumnos hacia personal de la institución. Los niños y adolescentes encuentran en la violencia una forma de expresarse a falta de la verbalización, provocada por la falta de comunicación dentro del entorno familiar y la influencia de los medios de comunicación (Cfr:  Quiroga, 2012). En algunos casos, los ataques son tan violentos y extremos que han provocado la muerte de algún alumno. Ejemplo de ello es la llamada “masacre en Carmen de Patagones” en el año 2004, donde un chico de 15 años, víctima del bullying 3, detonó un arma de fuego en el aula contra 8 de sus compañeros, hiriendo a 5 y matando a 3 de ellos.

“El 28 de Septiembre de 2004 en Carmen de Patagones, un adolescente de 15 años ingresa por la mañana a la escuela y se dirige al aula con un arma de fuego. Habiendo sido víctima del bullying, decidió disparar contra 8 de sus compañeros” (Diario La Nación, 29 de Septiembre de 2004)

Un caso más reciente se ha dado en otra provincia de Argentina, donde un niño de 11 años fue víctima de una golpiza, ocasionándole diversos problemas de salud teniendo que ser intervenido quirúrgicamente.

“En la ciudad santafesina de Fighiera, un niño de 11 años fue salvajemente golpeado por sus compañeros en el baño de la escuela. Ante fuertes dolores abdominales, los padres deciden llevar al menor al hospital donde debió ser intervenido quirúrgicamente. El menor y su hermana debieron ser sometidos a tratamiento psicológico ya que eran víctimas de discriminación por ser oriundos de otra provincia” (Diario Digital La Opinión, 1 de Junio de 2012)

Los niños y/o adolescentes provenientes de entornos familiares violentos o problemáticos, manifiestan lo que les sucede a través de conductas agresivas, o reproducen actitudes que viven dentro del núcleo familiar en la escuela. Sin embargo, existen casos en los que el niño y/o adolescente responde de manera agresiva ante situaciones de burla, hostigamiento, malos tratos y amenazas intimidatorias por parte de sus compañeros. Ante estas situaciones ¿Cuál es el rol del docente? ¿Cómo interviene la Institución? ¿Cuál es la reacción de los padres frente a estas situaciones?

Sobre la Violencia Psicológica-Subjetiva en la Escuela:

La violencia psicológica refiere a las actitudes, conducta o modos de vincularse traducidas en actos u omisiones en el trato que causa un perjuicio a la víctima, sea intencionalmente o no. En todo acto de violencia psicológica existe una coerción, una dinámica vincular que tiene por efecto “la obligación de hacer algo para el otro”. La victima puede ingresar en este funcionamiento sin darse cuenta. Los daños por la violencia psicológica son tan importantes y peligrosos como en la violencia física. La violencia, el maltrato, el acoso, la tiranía, el menosprecio, la manipulación producen un desgaste en la seguridad, la confianza y la autoestima de la persona dejándola incapacitada, frustrada, impotente paralizada para defenderse. Se denomina subjetiva ya que no existe evidencia para emitir una denuncia, solo el daño psicológico que se causa sobre la víctima.
La violencia psicológica se manifiesta entre alumnos, y de docentes a alumnos. Entre alumnos se evidencia el uso de adjetivos descalificativos hacia sus pares basándose en la procedencia, en la situación socio-económica, color de piel, aspecto físico u elección de la sexualidad, entre otros. Por otra parte, la violencia psicológica se manifiesta también de docentes hacia alumnos. Como ejemplo se pueden citar las etiquetas que los docentes les adjudican a los alumnos para referirse de manera despectiva a ellos. Estas representaciones anticipan ciertos comportamientos o características del sujeto clasificado. Estas clasificaciones generan en el alumno un destino inexorable  ya que, en algunas ocasiones, cargan de por vida con esas etiquetas. Un docente puede clasificar a un alumno de “creativo”, “inteligente”, “aplicado” anticipando que a este alumno le va a ir bien; mientras que el alumno considerado “lento”, “desinteresado”, “conversador” se espera que le vaya mal. (Cfr. Kaplan, 2008).

“(…) Primero que nada, para los docentes la sala de profesores es una especie de “sala de terapia” y cuando se da la situación de violencia, se habla de ello en la sala pero por lo general  es el espacio ideal para el “cruce de datos”. Este cruce puede ser positivo, porque conocer cierta información nos ayuda en el acercamiento del alumno o entre docentes establecemos estrategias para acercarnos al alumno y entender las causas de su comportamiento. Y considero que es negativo porque es posible que se pre- juzgue al alumno de antemano (…)” (Entrevista Número 02)

“(…) Lamentablemente, han venido chicos de mala conducta, de distintos colegios donde no fueron aceptados. Fueron aceptados en este, y bueno eso hace que la parte social de la escuela haya ido en decadencia (…)” (Entrevista Número 01)

Desde lo expuesto, estas etiquetas que los docentes adjudican, “buen alumno” o “mal alumno” trae aparejado un resultado esperado; limitan al niño y/o adolescente en el transcurso de su paso por la escuela, y en algunos casos, deja huellas profundas que le evitan tener una vida de éxito.

Sobre la Violencia y las clases sociales:

Los medios de comunicación publican noticias relacionadas con la violencia que hay en las diferentes escuelas, pero también se puede afirmar que existe cierta estigmatización sobre aquellas escuelas que  se encuentran insertas en sectores marginados, considerándolas a éstas más violentas que otras. Desde este punto de vista, investigaciones realizadas por el CONICET4 considera distintos tipos de violencia acorde al sector social:

“(…)  Escuelas de clase media alta: agresiones verbales, alto grado de exigencia por parte de los alumnos hacia los adultos, escasa motivación para la tarea, falta de cuestionamiento de las normas establecidas.
Escuelas de clase media: manifestaciones de violencia dirigidas principalmente a la institución escolar, conductas de agresión verbal, "ruido" permanente, segmentación entre grupos de alumnos e importante cuestionamiento de las normas institucionales.
Escuelas de clase media baja: violencia dirigida principalmente a las personas y ataques a la propiedad privada, agresiones físicas y verbales y robos. Sin embargo, se acatan sin discutir las normas institucionales y el sometimiento a la autoridad (…)”

Teniendo en cuenta lo expresado, mientras que hay escuelas que se encuentran inmersas en contextos sociales de gran marginalidad, hay otras que no tienen grandes problemas de violencia debido al contexto porque el nivel social y económico de sus alumnos es diferente, pero en otra medida siempre están afectadas por alguna problemática social. Si bien la escuela es considerada un lugar seguro, esto no implica que no haya violencia, por el contrario, la violencia en la escuela es un fenómeno que crece cada día más, pero esto tampoco significa  que la actividad escolar se desarrolle en un clima permanente de agresiones y violencias. Desde todos los sectores y actores involucrados en la educación, directivos, docentes, padres, alumnos, responsables políticos, psicólogos, pedagogos todos se sienten responsables por la situación de violencia que existe en las escuelas y permanentemente están elaborando estrategias para solucionar el problema.

Sobre la Influencia del ámbito familiar en la escuela

La violencia escolar es solo la “punta de un tempano” de hielo, es decir se trata de un problema mayor que se desencadena y encuentra su lugar de descarga en distintos ámbitos, en este caso la escuela. Es por ello que es importante y necesario comprender la problemática social de fondo que produce situaciones de violencia dentro de la escuela. De esta manera, la familia aporta un escenario que en muchas ocasiones se convierte en una selva urbana, participando activamente. Es importante preguntarse por el papel que desarrolla actualmente la familia, teniendo en cuenta como eje principal la función parental, que afecta gravemente la función tradicional de la escuela como transmisora de conocimientos y obliga a la misma a dar respuesta a todos aquellos problemas cotidianos que se presentan en el contexto social en el que se encuentra inmersa. Todos estos temas de una u otra manera corresponderían ser abordados por la escuela ya sea que estén presentes en el currículum o no, son  problemáticas que se reproducen en la tarea diaria dentro de las aulas.

“(…) Yo me preguntaría qué pasa en la sociedad argentina para que los jóvenes estén teniendo acceso a las armas, registradas o no registradas. Si son registradas es un problema muy serio; si son no registradas la pregunta es muy fuerte (…)” (Sinay; 2007: 92)

La violencia escolar es una temática que ha irrumpido en las aulas argentinas en los últimos años, específicamente en los casos abordados en las escuelas de Comodoro Rivadavia. Se denunciaron casos de violencia contra directivos y docentes por parte de alumnos o viceversa, y de alumnos hacia otros alumnos. Las razones por las que se da la violencia son diversas y los involucrados en más de una ocasión justifican sus actos violentos excusándose tras diferentes apariencias, gestos, nacionalidad, entre otros.
Es importante destacar que, cada vez los casos de violencia escolar son más recurrentes y más violentos, provocando la muerte de algunos de sus involucrados. En ese sentido, en los diarios locales se puede leer:

“(…) Los padres de dos alumnas pertenecientes a la Escuela Provincial (…), denunciaron que sus hijas habrían sido golpeadas salvajemente por un compañero, durante las horas del mediodía del viernes 14. El denunciado se encontró con la madre de una de las víctimas, amenazándola de muerte (…)” (Miércoles 19 de marzo de 2008, Diario Crónica)

 “(…) En una escuela secundaria de la ciudad de Comodoro Rivadavia, una directora fue agredida físicamente por la madre de una alumna. En este caso la directora recibió una trompada por parte de la madre. El hecho de violencia fue denunciado por ATECH. El representante de dicho gremio manifestó que es el segundo caso de similares características que se da en el transcurso de la semana pero que estos hechos de violencia generalmente no se dan a conocer de manera pública (…)” (Sábado 12 de Mayo de 2012, Diario Crónica)

Sorprendentemente, se han evidenciado casos en que los padres defienden las actitudes violentas de sus hijos como es el caso de una de las noticias mencionadas anteriormente, aún teniendo que evadir las normas sociales de convivencia, no solo de la institución educativa sino de la sociedad en sí. De esta manera, el rol de padre y su función correctiva se ve desdibujada y paulatinamente va perdiendo la autoridad que el rol le confiere, de tal forma que él mismo se desplaza hacia otros ámbitos como lo es el de la escuela. Es en este espacio donde docentes ya han perdido autoridad, no solo con los alumnos sino también frente a los padres, quienes no reconocen el grado de gravedad e incumbencia que les compete a sus hijos respecto a los hechos de violencia ocurridos. 
En este sentido, Sergio Sinay (2007) sostiene que:

“(…) Sin distinción de clases, puede decirse que la desautorización de la escuela por parte de los padres, la sensación de que la cuota del colegio cubre también la crianza, la administración del tiempo libre y la recreación de los hijos constituyen actitudes paternas generadoras de violencia juvenil, porque erosiona los cauces de orientación o contención. La escuela convertida en niñera y los chicos que perciben el guiño paterno que los autoriza a poner el grito en el cielo en cuanto se sientan “exigidos” o “limitados, constituyen un coctel de alta peligrosidad (…)” (Sinay;  2007: 93).

Desde lo expuesto, se registran casos de padres golpeando a los docentes, eliminando en el hijo todo rastro de autoridad, norma, respeto y aceptación, entre otros. Asimismo, los padres se ubican al mismo nivel que sus hijos. En este último tiempo ha surgido un debate respecto de la escuela como “Formadora vs. Contenedora”. En este debate, los padres cumplen un rol importante ya que son ellos los que, en muchos casos, consideran que el mandato social de la escuela gira en torno a la Contención, más que a la mera Formación. Por ello, se considera el suicidio parental como un problema social que encuentra su descarga en el ámbito escolar. El mandato social de la institución escuela ha cambiado a lo largo de los años, dejando de ser formadora de conocimientos por excelencia, y podría considerarse que los padres son responsables de esta noción errada. Algunos progenitores, consideran a la institución escuela como un parque temático ya que, mediante aportes o cuotas, lo mantienen. Se trata de un Parque Temático porque se supone que los niños, bajo la tutela de los ahora docentes-baby sitters, deben mantenerse entretenidos. Es por ello que, cuando surgen problemas, los padres dejan caer la responsabilidad enteramente sobre todos los actores de la escuela, y  también se suma que los niños se quejan de “estar siendo demasiado exigidos”, o por haber chocado con algún limite, los padres a modo de berrinche o pataleo anacrónico exigen la “educación” del hijo, ya que han pagado y por ello se encuentran en su derecho de reclamar. Esta responsabilidad de los padres hacia sus hijos puesta en manos de la institución escuela, se denomina Suicidio Parental en las palabras de Sergio Sinay. Esta concepción de los padres, convierte a la escuela en una especie de Depósito.
Si por educar se entiende formar o desarrollar y perfeccionar facultades, ya sean intelectuales o morales, esta concepción de los padres es errada. Sinay considera que criar es educar, como se cría animales y plantas, brindando asistencia para cumplir un ciclo de vida, para convertirse en lo que serán: animales o plantas. En el caso de los seres humanos la cuestión es algo diferente; criar está orientado a proveer recursos en los ámbitos afectivos, emocionales, espirituales, ofreciendo la noción de ética para comenzar a construir la moral y para poder llevar esto a cabo correctamente es necesaria la acción, la presencia, conductas y actitudes concretas y son ellos, los padres, los principales responsables de llevar esto a cabo exitosamente. Irónicamente, los padres que no se hacen responsables de la educación de sus hijos, también los están educando, inculcándoles la idea de que ellos, como padres, no son responsables de la vida que crearon, que con dinero siempre podrán encontrar quien se haga cargo de esa vida, delegando su propia responsabilidad y compromiso a otros.

“(…) ¿Quién restablecerá el equilibrio en el proceso de formación? No serán estos padres, ahora súbditos de sus hijos y desautorizados por mano propia (…) (Sinay; op.cit: 107)

De esta manera, el niño pasa a convertirse para los padres en un lamentable accidente biológico, un accidente trágico y doloroso, producto de la falta de compromiso, responsabilidad y amor que entrañan la concepción de una vida. Consecuentemente, este accidente conlleva a la orfandad. Es esta abandono el que deja a los hijos a la deriva, los deja sin referencia ética, los deja sin amor, sin modelos existenciales, sin alimento emocional y sin nutrientes espirituales.
Hoy en día pareciera que para un padre, estar presente y activo y hacerse responsable es una carga. Cuando los adultos desertan en su rol de padres, los chicos son abandonados a merced de la violencia, la cual saben cómo iniciar pero no cómo frenar. Por otra parte, la posmodernidad, el consumismo y los falsos estándares de vida ofrecidos por los medios de comunicación han generado una falta de un sentido por la propia vida, angustia existencial, un progresivo desconocimiento hacia el semejante, una marcada desesperación por tener, por comprar, por consumir absorbiendo la idea de que cuanto más se tiene más feliz se es, una imagen distorsionada de felicidad ofrecida por los medios de comunicación, que en los últimos años se han convertido en los padres de muchos niños.

Reflexiones

En la actualidad, la escuela está inserta en una sociedad en la que existe un nivel de desigualdad cada dia más marcado en diferentes aspectos del orden social. Dada esta situación la escuela debe romper con esas desigualdades y en el camino se encuentra con muchas dificultades de cómo romper con ese círculo vicioso de violencia que se reproduce en las aulas como resultado de las condiciones sociales. La escuela en este sentido,  debe ser un espacio de provocación cultural, es decir, la escuela no debe esperar que el contexto social cambie sino que debería ajustarse a él y generar nuevos cambios culturales, y en segundo lugar debe repensar como se puede a traves de las prácticas educativas revertir las situaciones de violencia que enfrentan a diario sin remarcar las desigualdades sociales. De esta manera la familia debería ser el ámbito en donde el niño aprende valores y modales que le servirán para adaptarse a la sociedad. En el caso de Argentina y más específicamente de la ciudad de Comodoro Rivadavia se ha evidenciado que la familia no está cumpliendo ese rol debidamente. Desde lo expuesto la escuela se ve obligada a desempeñar este rol, a veces estableciendo un sistema de gratificación y sanción para corregir conductas violentas o disruptivas y evitar el rechazo colectivo a personas con esta conducta, según lo establece Foucault. Si bien existen sistemas establecidos de gratificación y sanción, se puede decir que estos últimos no se ajustan a la realidad actual, dejando a la institución escolar sin herramientas para actuar ante las reiteradas situaciones de violencia. No obstante, las instituciones promueven actividades para moderar las acciones de violencia entre los jóvenes. Un ejemplo de ello se ve reflejado en acciones llevadas a cabo por docentes y alumnos de una institución de Comodoro Rivadavia.


BIBLIOGRAFIA

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  • Bourdieu, P: “Capital Cultural, escuela y espacio social”. Editorial Siglo XXI. 1997.
  • Felippis, I.: “Violencia en la Institución Educativa, una Realidad Cotidiana”. Editorial Espacio. Buenos Aires. 2004.
  • Foucault, M: “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. Editorial Siglo XXI. Buenos Aires. 2008.
  • Foucault, M: “La Verdad y las Formas Jurídicas”. Editorial Gedisa. Barcelona. 1980.
  • Johnson, D / Johnson, R. “Como reducir la violencia en las escuelas”. Paidós Educador.
  • Kaplan, C.: “Buenos y malos alumnos. Descripciones que predicen”. Quinta edición. Buenos Aires. Aique. 2008
  • Ministerio de Educación de la Nación. “Violencia en los ámbitos educativos”. Programa Nacional Aprender Enseñando.
  • Moreno Olmedilla, J: “Construir la Convivencia y Prevenir la Violencia”. Castilla – La Mancha. 2001.
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  • Quiroga, S.: “Jornadas Derecho Humano a la Educación”. Comodoro Rivadavia, Chubut. 2012
  • Siede, I.: “Democracia, educación en valores y desafíos de la época”. Buenos Aires. 2004
  • Sinisi, L.: “Diversidad Cultural y Escuela. Repensar el Multiculturalismo”. Novedades Educativas. Buenos Aires. 2000.
  • Sinay, S.: “La Sociedad de los Hijos Huérfanos: Cuando padres y madres abandonan sus responsabilidades y funciones”. Ediciones B Argentina. Buenos Aires. 2007.
  • Diario “La Nación”
  • Diario “Crónica”

FUENTES ELECTRONICAS:

  • Violencia y sectores sociales: Disponible en http://www.oni.escuelas.edu.ar/2001/bs-as/violencia/paginas/escolar.htm. Ultima vez visto: Sabado 6 de Octubre de 2012
  • Diario Digital “La Opinión”: Disponible en http://www.diariolaopinion.com.ar. Ultima vez visto: Viernes 17 de Agosto de 2012

1 “Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut”

2“Organización Mundial de la Salud”

3 Según el Instituto Internacional de Planeamiento de la educación, en su artículo Violencia en Ámbitos Educativos, Bullying significa “acoso, hostigamiento, maltrato y amenazas intimidatorias que convierten a alguien en victima”.  Informe periodístico para su publicación N° 1. Buenos Aires. 2010.

4 “Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas”