Contribuciones a las Ciencias Sociales
Junio 2012

EL PROBLEMA DE LA RACIALIDAD EN LA ESTRUCTURA SOCIOCLASISTA DE LA SOCIEDAD CUBANA EN EL CONTEXTO ACTUAL

 

Saraís Díaz Pérez (CV)
saraisdp@ult.edu.cu
Yudenia Arias David (CV)
yudenia@ult.edu.cu
Luis Ángel Carbajo Plá (CV)
luisangel@cucalambe.ltu.sld.cu
Universidad Vladímir. I. Lenin

 

 

Resumen
 La actualización del modelo económico cubano, implica modificaciones en la estructura socioclasista de la sociedad como componente esencial de la relación base económica superestructura. El presente trabajo aborda este fenómeno pero vinculado a uno de los problemas sociales que constituyen un reto para la investigación científica. El tema de la racialidad, que dada su complejidad en medio de una sociedad de inclusión, limita ver los elementos que desde la subjetividad humana se construyen, y que connotan en la estructura social, denotando desigualdades. El artículo trata de develar como los elementos históricos y la construcción en el imaginario popular sobre la raza negra, han influido de manera significativa en el lugar que tienen dentro de la estructura social cubana, los sectores negros y mestizos.
Palabras Clave: Estructura Socioclasista y Racialidad.

ABSTRACT
 The bringing up to date of the economic model Cuban, you implicate modifications in the structure socioclasista of the society like essential component of the relation base cheap to run superstructure. The present this freak discusses work but once one of the social disturbances that constitute a challenge for the scientific investigation was entailed on. The racialidad's theme, than once your complexity in between a society of inclusion was given, you limit seeing the elements than they are built from the human subjectivity, and that they connote in the corporate structure, denoting inequalities. The article tries to unveil like the historic elements and the construction in the folklore on the bleak race, they have had influence of significant way at the place that they have within the corporate structure Cuban, the black and hybrid sectors.
Key words: Structure Socioclasista and Racialidad.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Díaz Pérez, S.; Arias David, y. y Carbajo Plá, L.: "El problema de la racialidad en la estructura socioclasista de la sociedad cubana en el contexto actual", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Junio 2012, www.eumed.net/rev/cccss/20/

Introducción
El tema de la estructura socioclasista de la sociedad cubana, ha estado en el centro de las investigaciones del CISP desde la década de los 90, los estudios de los problemas de la racialidad en Cuba son más contemporáneos en lo tocante a develar que constituyen un problema dentro de la sociedad cubana, desde esta perspectiva se examina el problema de la racialidad en la estructura socioclasista, teniendo en cuenta el elemento histórico como determinante en la herencia de las desigualdades entre diferentes sectores y grupos sociales, y por otro lado, la construcción en el imaginario popular sobre la raza negra.
El conjunto de las clases, sectores y grupos sociales así como el sistema de sus relaciones mutuas conforman la estructura social de la sociedad. Para analizar el concepto de estructura socio clasista en su movimiento constante, en su dinámica y desarrollo hay que partir del modo de producción existente en un momento histórico determinado, y del cual depende al producirse cambios en la estructura social, así al sustituir un modo de producción por otro cambia la distribución de los medios entre las  clases y como consecuencia de ello unas clases reemplazan a otras.
La estructura de clases de cada sociedad constituye un panorama complejo, para  analizarla, es preciso destacar en cada sociedad concreta sus clases fundamentales hay que tener presente que suelen existir en ellas clases no fundamentales, debido  a la existencia de diversos tipos de economías. Esta estructura de clases forma la base de toda la estructura social que consta además de diversos tipos económicos.
Desarrollo
El análisis de la estructura social de la sociedad unido a los intereses de los distintos grupos sociales, de su peso en la sociedad, del grado y del carácter de su  influencia en la vida social aplicado a uno u otro país, y las relaciones entre las clases determinan el cuadro objetivo de la distribución y la correlación de fuerza en la sociedad, importante para explicar los acontecimientos históricos y para trazar las políticas a seguir en condiciones concretas del desarrollo social.
 El análisis de los elementos que integran la estructura socioclasista de la sociedad y que expresan las relaciones  intra e interclasista o caracterizan agrupaciones sociales más específicas, implica al referirse a grupo social que cada uno crea intereses específicos que se diferencia de otros, por tanto en toda estructura social hay heterogeneidad en la relación entre los grupos. “La pertenencia a estos grupos sociales viene dada por condiciones físicas o intelectuales, sicológicas, económicas, culturales, etnológicas  y genético raciales pertenencia que se da no por voluntad sino dada determinadas condiciones y aptitudes para integrarse a cada grupo dentro de la estructura social.”(Colectivo de autores, 2007)
“Asumir la estructura socioclasista desde una sociología de las desigualdades sociales, por lo general se utiliza para designar el conjunto de estratos, sectores, grupos y espacios sociales diferentes en que una sociedad concreta distribuye fragmentadamente a los individuos, en virtud de la similitud y diferencia de rasgos relacionados, en primer lugar y esencialmente, con la forma en que esa sociedad se reproduce materialmente a sí misma. Así, la estructura social implica una jerarquía de posiciones sociales (derivada de los roles en la esfera de la producción), un sistema de relaciones sociales entre dichas posiciones y un determinado grado de cercanía y desigualdad entre las posiciones.” (Espina, 2002)
 Nos posibilita esta visión analizar cómo en el proceso de reproducción material de la sociedad, se establecen posiciones sociales, que derivadas del papel en la producción, desde la cultura y desde el imaginario, se crean jerarquías o desigualdades que establecen diferencias entre determinados grupos o sectores, aspecto que se evidencia en la sociedad cubana, dentro de la estructura social, y que constituye nuestra perspectiva de análisis a partir del problema ¿Cómo se reflejan los sectores negros y mestizos en la estructura socioclasista de la sociedad cubana, a partir del aspecto  histórico, el estatus social, y la construcción en el imaginario popular.?
La organización social de la Cuba Colonial, estuvo marcada por las diferencias existentes entre las diferentes regiones del país, al decir de Torres Cuevas en Esclavitud y sociedad. “Existían dos Cubas, económica y socialmente diferentes.” (1986)
En los inicios del S XIX  aún no se ha producido una integración nacional pero si se va produciendo un crecimiento de la población como resultado de la introducción de más de 60000 esclavos en aproximadamente dos siglos y medio de dominación colonial. Negros esclavos explotados por diferentes formas, desde las plantaciones, hasta las labores domésticas, y ocupados en los trabajos y oficios más rudos constituyendo una fuerza decisiva aunque no la única, en la producción de la riqueza nacional, jornadas extensivas, maltratos y abusos, caracterizaron este proceso, el negro fue considerado cualquier cosa menos un ser humano. “El esclavo era considerado como el equipo fundamental del ingenio, concepto que aparece expresado a través de toda la historia esclavista. Instrumento de trabajo, tosco, grosero, de inconveniente manejo, que al desecharlo cuando fuera enteramente inútil, solo habríamos malgastado el tiempo de su uso.” (Fraginals, 1978)
Esta consideración  lo despersonifica, le quita su condición humana, considerado un medio más de trabajo. La  concepción del esclavista respecto al negro sostiene  “Que la masa esclava era una inversión que no podía permanecer  ociosa. Un negro sin trabajar era un elemento de disolución de la disciplina esclava y un factor de posibles rebeldía” (Fraginals, 1978). Señala este autor  citando a Robert Scout,  que se les asignaban trabajos tanto necesarios como innecesarios, puestos a  trasladar cosas de un lugar a otros, para luego retornarlas a su sitio, mantenerlos ocupado a partir de la insignificancia de un negro, que estaba, en su condición de esclavo obligado a aceptarlo todo. Más dramático aún resultó la vida sexual y la reproducción de los esclavos, partiendo en primer término “De la liquidación de la actividad sexual normal o su desviación hacia otras formas, al quedar los esclavos sometidos a un esquema carcelario de hombres solos.” (Fraginals, 1978)
Al menos en la etapa posterior de la esclavitud semipatriarcal situación que justifican los esclavistas, con pretextos morales de que al llevar mujeres se haría inevitable el pecado sexual fuera del matrimonio, lo que queda fuera de duda es que esta situación generó  señala Fraginals “Un tenso clímax de represión, canalizada hacia la masturbación, la homosexualidad y una obsesión sexual que se expresó en mil formas, la esclavitud terminó creando distorsionados patrones de comportamientos sexual que los racistas justificaron inventando el mito de la sexualidad sádica del negro, la inmoralidad de la negra y la lujuria de la mulata.”  (Fraginals, 1978)
 Constituyen estos aspectos, los elementos que trascienden hoy y se incorporan a la cultura y al imaginario, para reproducir imágenes peyorativas en torno a la raza negra tanto para mujeres como para hombres y que sin lugar a dudas  establecen una situación dentro de una estructura social concreta y ayudan a distorsionar la realidad, quedando estos grupos en un proceso de exclusión y autoexclusión desde el imaginario construido.
 El fenómeno histórico adquiere relevancia en la medida en que no se puede soslayar en cualquier análisis de la racialidad, que los negros y mestizos construyeron su historia de manera muy diferente a los blancos, como señala
(Almeida Junco, 2011) en “Genero y racialidad: una reflexión obligada en la Cuba de hoy.” “Los hombre negros y las mujeres negras pertenecen a un grupo poblacional que ha tenido que enfrentar (con particularidades concretas en cada país) situaciones de discriminación, marginación y desvalorización social legitimadas en una ideología racista. Esta pretende la homogeneidad como ideal… “Cuba no ha escapado a este mal social. El ajiaco cubano tiene entre sus ingredientes fundamentales el encuentro de dos culturas nada homogéneas, que confluyen en el territorio en condiciones muy diferentes. Por un lado españoles que vinieron buscando fortuna y engrosaron, un buen número de ellos, posiciones socioeconómicas importantes dentro de la estructura socioclasista cubana; y por otro, una población negra africana traída en las condiciones más inhumanas como mano de obra esclava.”
Prosigue “Desde sus inicios la sociedad cubana se caracterizó por una estratificación de clases que se correspondía con una filiación racial, en cuyos estratos inferiores se encontraban sobre representados  los negros.” (Almeida Junco, 2011)
Resulta evidente comprender los elementos que de carácter objetivo, impusieron a los grupos negros y mestizos un proceso traumático para la integración a la estructura socioclasista, dado en primer término por su condición de esclavos, que implica ser explotados, marginados y excluidos,  elementos que van configurando desde lo sociocultural, un  imaginario donde lo negro se asocia con todo lo malo, subvaloración, exclusión y diferencias con respecto a otros grupos sociales, fundamentalmente blancos. Implica que a partir de esa realidad social, la construcción de un nuevo modelo  proyectado hacia la eliminación de las desigualdades, debe atender la diversidad en una sociedad multirracial resultado del propio proceso histórico y de formación de la nación cubana, como señala don Fernando Ortiz “El Ajiaco Cubano.”
El nacimiento de la República significó el exclusivismo social, no todos tuvieron las mismas posibilidades, la discriminación se arraigó en la ideología de la clase dominante y marcó a la sociedad en todas sus dimensiones, entiéndase en lo político, lo social, lo cultural y hasta en lo histórico. “A principios del siglo XX, en Cuba hubo lugares solo para blancos, y hubo al terminar las guerras un gran proceso de frustración, que afectó muy seriamente a los negros, en primer lugar como resultado de haber emergido de la contienda independentista sin tierras, muchos de ellos analfabetos y sin posibilidades de obtener un empleo decente.” (Morales, 2010)
Estos aspectos son determinantes en la organización de la estructura social, que bajo esta realidad indican el lugar que desde entonces ocuparían los grupos negros y mestizos dentro de la sociedad, quedando prácticamente excluidos de la misma, situación que prevaleció en todo el período posterior a las guerras, y a lo largo de toda la república Neocolonial.
 Organizar la estructura social en sociedades multirraciales como la nuestra, es  complejo, demanda atender cultura, comportamientos, identidades construidas de maneras diferentes, situación que implica no solo posiciones diferentes, e iguales posibilidades de participación, sino que sean vistos de maneras diferentes los grupos y sectores de la sociedad y en torno a esa visión se construye un imaginario que sustenta la desigualdad.
“Un análisis del complejo tejido de la vida social de los negros y mulatos libres en la colonia nos muestra que el ascenso social de los mismos estaba dado sólo con referencia al mundo de los de color, no con respecto al de los blancos, pues el negro no disponía de ningún mecanismo para recorrer la formidable distancia social que lo separaba del blanco. Es, en última instancia, esta imposibilidad de aproximación social al blanco lo que explica por qué la pequeña burguesía negra y mulata hasta fines del siglo XVlll renunció a la búsqueda de la igualdad y se conformó con la imitación.”(Duharte, 1990)
Todo el período de la república neocolonial  estuvo signado por una estructura social de dominados y dominadores aspecto que en el fenómeno racial alcanzaba mayor connotación.
Es a partir de 1959 donde el proceso  de formación y reorganización de la estructura socioclasista de la sociedad cubana, adquiere nuevas particularidades. Asumimos en este sentido la periodización que Espina y otros autores refieren en el proceso de las transformaciones socioclasista de la sociedad cubana.
 Una primera etapa 1959- 1975, momento crucial el triunfo del primero de Enero que modificó sustancialmente toda la estructura socioclasista en el país, mediada en primer término por los cambios en la forma de propiedad y por tanto en las clases sociales, que pone fin a un sistema social, y estructura uno nuevo que genera a su vez nuevas complejidades dada la herencia económica y cultural.  Esta nueva estructura reorganiza en términos generales, la posición de los diferentes grupos sociales a partir  de su inclusión real en todos los procesos de la vida social, da inclusión y derechos  políticos a todos los hombres sin distinción del color de la piel, las transformaciones emprendidas en Cuba  a partir de ese momento ponen fin a las bases económicas y culturales que sustentaban una sociedad racista, donde desaparecieron  del ámbito social, las élites donde predominaban los blancos y que con su poder, imponían una ideología racista.
Se produce en este contexto una intensa movilidad social, que da paso a las clases más humildes a la toma de poder incluidos los negros y mestizos, poniendo fin desde lo macro al exclusivismo racial.
 Entre 1976 y 1986 etapa en el que los nuevos componentes socioestructurales se reproducen cuantitativamente de forma estable y los cambios más intensos se trasladan a nivel de la estructura interna de esos componentes intentando adecuar su estructura profesional y de calificación a los diversos perfiles ocupacionales que han emergido.” (Paula Espina, 1997)
La división social del trabajo diversificó los grupos sociales, marcando diferencias en variables como calificación, salarios, ingresos y otros, una mirada de esta situación a los grupos negros y mestizos permite comprender algunos signos de desigualdades, que  constituyen indicadores que necesariamente implicaban una política a seguir y que se  manifestaron con mayor complejidad en la crisis de los 90.
En este período los cambios en la estructura económica, alcanzan una dinámica que repercute negativamente en la consolidación del modelo que se construye,  y por consiguiente estos elementos de orden económico se reflejan en la realidad social y modifican la estructura socioclasista que venía desarrollándose hasta ese momento. Refiere espina esa implicación en aspectos como: inicio de la caída del salario real, crecimiento del subempleo, absorción ineficiente de los incrementos de la población económicamente activa por el sector estatal, insuficiente despliegue y fortalecimiento de las formas de propiedad socialista, debilitamiento de los núcleos centrales de los componentes socioclasista fundamentales, situación relativamente desventajosa de la clase obrera y de hecho los sectores negros de la sociedad también sufren este impacto. Abordar el tema desde esta arista implica asumir la estructura social en su carácter objetivo, lo que no significa que no puede cambiarse, “Por supuesto que no cambia  en general. Todo lo contrario, las estructuras cambian, se desarrollan. Aparecen unos grupos y desaparecen otros, se subdividen, pasan a un primer plano de importancia social o degeneran.” (Lecciones de filosofía Marxista, 2007)
  Agréguese  que surgen nuevos grupos asociados a nuevas modalidades económicas, la multiplicación de ocupaciones, y otros que se rezagan dadas las condiciones materiales reales de su existencia lo que genera cambios en la estructura social.
Para el análisis de esta realidad social en los grupos negros y mestizos tomamos como referente uno de los estudios realizados por el Centro de Antropología, en este caso el trabajo  “Raza y desigualdad en la Cuba actual, de los investigadores Rodrigo Espina y Pablo Rodríguez, y  los estudios de Mayra Espina investigadora del CISP. La investigación analiza diferentes variables para determinar si persisten en cuba desigualdades marcadas por el color de la piel.
“En cuanto a la ocupación del espacio urbano, aparecieron indicios que permitieron concluir que esta refleja la persistencia de un predominio de la población negra y mestiza en las áreas o barriadas más deprimidas y populares” Espina y Rodríguez, 2006)
“La población negra se concentra en las peores condiciones habitacionales. De este modo, se vislumbra la persistencia de un tipo de desigualdad fuertemente marcada por una herencia estructural no superada.” Espina, 2006)
Resulta evidente que estos aspectos reflejan una herencia difícil de superar, aunque en el caso particular de Cuba no imposible, que los sectores negros dentro de la sociedad cubana enfrentan desigualdades, a pesar de todo lo alcanzado a nivel de la sociedad, pero como señala Morales, “Nos falta estudiar la esclavitud en cuanto a sus consecuencias; que están aquí todavía, en la Cuba contemporánea. Quizás por eso, a veces no comprendemos a fondo algunas manifestaciones racistas; porque no hemos visto de donde vienen.” (Morales 2010).
Agrego que no solo actitudes o manifestaciones de racismo, desde la subjetividad, sino que es un fenómeno materializado en la práctica concreta, que ha sido minimizado e invisibilizado por tanto, parte importante de su solución está en asumirlo como un problema en nuestra sociedad.
El estudio realizado en  2006 por el Centro de Antropología, constató desigualdades asociadas a la raza en Cuba, en aspectos tales como las remesas desde el exterior. “Que en general, llegan en una proporción mayor a los blancos que a los negros y mestizos, fenómeno que está reflejado en la estructura racial de la emigración… a los blancos llegan 2,5 veces más que a los negros, y 2,2 más que a los mestizos en el sector emergente por ejemplo, llegan 2,4 veces más que a los del sector no emergente.”
Otro fenómeno donde connotan esas diferencias es en la presencia en los sectores económicos  “Se evidencia mayor presencia de negros y mestizos en el sector no emergente de la economía, que en el emergente aunque la más baja está próxima a la media nacional.” sin embargo en la representación en la estructura socio laboral, en este sector, los negros y mestizos están mejor representados entre los obreros y trabajadores de servicio indirecto al turista:”
El estudio tomado como referencia, nos permite concluir que estos indicadores expresan elementos de desigualdad social, que si bien no significan exclusión social ni de la propiedad, si indican una tendencia que modifica la estructura socioclasista al situar en posiciones desventajosas a los sectores negros y mestizos dentro de la estructura  de clases de la sociedad cubana actual
A raíz del sexto congreso del PCC, se desarrolla un profundo  proceso de actualización del modelo económico, al respecto se señala. “El sistema económico que prevalecerá en nuestro país continuará  basándose en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción, donde deberá regir el principio de distribución socialista de “cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo.” Lineamientos del 6to Congreso del PCC, 2011)
 Estos principios armonizan con una política social que enfatiza  la preservación de las conquistas de la Revolución, que incluye de derecho a todos los grupos y sectores de la sociedad, sin embargo dada la realidad social de algunos sectores como es el de la población negra y mestiza, se impone reflexionar si no hay contradicción entre el derecho y el hecho, entre el ser y el deber ser, entre lo logrado y a lo se aspira. ¿Es suficiente con lo establecido desde lo constitucional, desde lo jurídico con respecto a la igualdad racial?  ¿Basta con ratificar la necesidad de alcanzar resultados superiores en la promoción de mujeres, negros y mestizos a responsabilidades de dirección?
Se impone la capacidad para la reflexión y enfrentar el reto  de perfeccionar nuestra sociedad en lo tocante a la cuestión de la racialidad. Fidel en la clausura del Congreso Pedagogía 2003, expresó “La Revolución más allá de los derechos y garantías alcanzadas para todos los ciudadanos de cualquier etnia y origen, no ha logrado el mismo éxito en la lucha por erradicar las diferencias en el estatus social y económico de la población negra del país, aún cuando en numerosas áreas de gran trascendencia, entre ellas la educación y la salud, desempeñan un importante papel.”
Es digno reconocer que esa proyección tiene como premisa las cualidades personales, preparación, experiencia y resultados alcanzados, pero se descuidan desde esta perspectivas dos aspectos indispensables en el análisis, y que contribuirían a una proyección más objetiva e integral en el tratamiento a la problemática racial dentro de la sociedad cubana, la educación y la cultura.
 Los aspectos de carácter económico, siguen siendo determinante en este proceso y sobre todo la forma de propiedad constituye la médula en cualquier análisis de esta naturaleza, pero nos queda claro que no lo agotan y compartimos con espina  que “Al tradicional eje clasista de diferenciación habría que añadir otros, no desgajados totalmente de él, pero que funcionan con una lógica propia, y donde los elementos subjetivos y socioculturales de construcción de la desigualdad tienen especial fuerza. Nos referimos a los ejes de género, raza y generación. (Paula Espina 2008)
En este sentido merece atención cómo se construye desde el imaginario popular los estereotipos y prejuicios sobre los grupos negros y mestizo, que  no están vinculados ni al discurso político ni a una sociedad racista desde lo institucional o desde las políticas establecidas, pero si desde la subjetividad, “porque una de las características del racismo, recordemos, es que una vez entronizado en la subjetividad, su reproducción es muchas veces ajena a nuestra conciencia. De ahí la trascendencia de estas construcciones en la organización social, en torno a la cual se establecen las relaciones y, por tanto, el funcionamiento social. (Faguada, 2011)
Estas ideas hacen comprender que el componente racial cuenta en la vida social y por tanto en su estructura socioclasista como componente esencial de cualquier sociedad.
Investigaciones realizadas, enfatizan en los estereotipos y en cómo se reproduce en el imaginario popular la raza negra, Los juicios, expresiones y calificativos hacia los negros  tanto a mujeres como hombres denotan la significancia que tiene en la subjetividad este fenómeno,   criterios desvalorizadores como que los negros son : Ladrones, delincuentes, violentos, sobresalientes, bulleros y escandalosos, son solo algunos términos, el negro ha sido sin lugar a dudas objeto de las deformaciones en el imaginario social, culturalmente se ha producido un sesgo, desde lo estético que impone patrones de belleza que nada tienen que ver con las personas de color negro, “las marcas identitarias de los afro descendientes que en calidad de semovientes fueron descargados en estas tierras, señalan la diferencia, indican la otredad, los ciudadanos que ostentamos estos rasgos identitarios, seguimos siendo víctimas de la intolerancia e injurias de un imaginario que incide en instituciones como el turismo, las tiendas de recaudación de divisas y la televisión.” (Chacón, 2011)
La construcción de ese imaginario, incide en la estructura social, diseñando una pirámide que pone al descubierto, que el grupo social que representa a los negros y mestizos ocupa una posición desigual, o como señala chacón, “Esa representatividad no se correlaciona con el merecido reconocimiento.”
Compartimos con chacón el criterio de que la raza sigue operando como un instrumento estratificador de las relaciones sociales en articulación  con otras variables.”
El traumático proceso histórico sufrido por los negros no ha sido superado de manera radical, lo que impone un tratamiento a la problemática desde lo general a lo particular, que modifique la cultura establecida al respecto, y que permita generar nuevas políticas que desde la educación y la cultura contribuyan a configurar el imaginario donde lo negro   se desmitifique y reconstruya, asumiendo la tesis de Morales cuando plantea: “lo que no entra en la educación, no pasa a la cultura. Para ser un país definitivamente culto, debemos tener una sociedad con una conciencia antirracista bien clara, y lamentablemente, no la tenemos aún.” (Morales 2010)
 El concepto de estructura social resulta extremadamente amplio, y ha sido utilizado por las ciencias sociales desde diferentes perspectivas, desde la concepción marxista, queda claro que en este concepto las relaciones de propiedad tienen un carácter determinante en la conformación de las estructuras sociales y que esta implica un grado de jerarquía de posiciones entre diferentes grupos.
Sin embargo queda claro que toda estructura social tiene un carácter heterogéneo y diverso, de ahí que en el caso concreto cubano, esta haya transitado por diferentes etapas, en las que los componentes socio estructurales, como las formas de propiedad, la calificación de la fuerza laboral, las posibilidades de empleo, los ingresos y los elementos de orden subjetivos, como el imaginario, los estereotipos y los prejuicios, dinamizan este proceso, y lo modifican en correspondencia con las condiciones concretas de la sociedad. El análisis de esta problemática en la sociedad cubana, desde una perspectiva histórica y sociológica, requiere tener en cuenta que difiere sustancialmente de la realidad de estos sectores en nuestra región, tomando en consideración el carácter de equidad y justicia social del modelo que se construye.

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