Contribuciones a las Ciencias Sociales
Mayo 2012

LA CULTURA HISTÓRICA: NECESIDAD DE LA SOCIEDAD CUBANA ACTUAL

 

María Antonia Núñez Valerino (CV)
marianv@ucp.sc.rimed.cu
Universidad de Ciencias Pedagógicas "Frank País García"

 

 

Resumen:

El acelerado ritmo en el desarrollo científico tecnológico, el crecimiento y modernización de los servicios de la comunicación, transporte y la informática, junto a los grandes cambios sociopolíticos y económicos,  han provocando el surgimiento de políticas neoliberales en mal llamado mundo “hegemónico unipolar” que exigen que el hombre, como ente biopsicosocial, actúe en correspondencia con las nuevas condiciones  histórica concretas en que vive.
La sociedad hoy cubana requiere de una profunda preparación educacional y  cultural de las nuevas generaciones,  con sólidos conocimientos históricos, en aras de contribuir a la formación del hombre nuevo, esta tarea implica grandes responsabilidades de la escuela, la familia, localidad, como contextos sociales en la que se desenvuelve el hombre en la interacción e integración de esos elementos que influyen  en la preparación de los estudiantes en  los diferentes niveles de enseñanza.
Es propósito de este trabajo abordar lo referente a la cultura  histórica como una necesidad de la sociedad cubana actual, única opción de preservar la identidad nacional y cultural como el arma y alma de la Nación Cubana, en este  contexto histórico social  en que vive el mundo con las tendencias del “fin de la Historia” y las “ideologías”.
En él se revela que la cultura es en  el sentido amplio,  la herencia social íntegra de la humanidad, claustro materno  de su creación material y espiritual,  que representa el hecho de que el hombre se reconoce a sí mismo como ser genérico, a partir del mundo objetivo creado por él, mediante el trabajo,  como el conjunto de manifestaciones prácticas, al incluirse las que operan en el ámbito de la conciencia como ser social, que es su expresión histórica.

Palabras clave: Historia de Cuba, conocimiento histórico, historia local, cultura histórica, cultura general, sociedad, sujeto social.

Summary
The quick rhythm in the scientific technological development, the growth and modernization of the services of the communication, transport and the computer science, next to the sociopolitical and economic big changes, they have provoking the emergence of neoliberal politicians in not well called world "hegemonic unipolar" that you/they demand that the man, as entity biopsicosocial, act in correspondence with the historical concrete new conditions in that he lives.
The society Cuban today it requires of an educational and cultural deep preparation of the new generations, with historical solid knowledge, for the sake of contributing to the new man's formation, this task implies big responsibilities of the school, the family, town, as social contexts in which the man is unwrapped in the interaction and integration of those elements that influence in the preparation of the students in the different teaching levels.
It is purpose of this work to approach the with respect to the historical culture as a necessity of the society current, only Cuban option of preserving the national and cultural identity as the weapon and soul of the Cuban Nation, in this historical social context in that the world lives with the tendencies of the "end of the History" and the "ideologies."
In him it is revealed that the culture is in the wide sense, the humanity's social entire inheritance, maternal cloister of its material and spiritual creation that represents the fact that the man is recognized itself as being generic, starting from the objective world created by him, by means of the work, as the group of practical manifestations, when being included those that operate in the environment of the conscience like social being that it is his historical expression.

 Key words: History of Cuba, historical knowledge, local history, historical culture, general culture, society, social fellow.




Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Núñez Valerino, M.: "La cultura histórica: necesidad de la sociedad cubana actual ", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Mayo 2012, www.eumed.net/rev/cccss/20/

El hombre como sujeto de la sociedad en que vive sólo es capaz de crear valores en la medida en que la conoce y la asume como suya, enfrenta retos y aspiraciones sociales e individuales. El conocimiento de su historia patria, mediante el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba  y las actividades docentes extracurriculares desempeñan un papel fundamental, pues permite potenciar en los educandos una cultura y memoria histórica, desarrollar en ellos el sentido de pertenencia  y amor por la Nación Cubana, defender su identidad, sus tradiciones, su historia pasada, presente y proyectar la futura.
Precisamente a la escuela como institución social, le corresponde no sólo promover el desarrollo de conocimientos científicos, sino también contribuir a la formación de valores morales en los estudiantes, capaces a través de diferentes actividades apropiarse de las esencias de las diversas asignaturas que reciben en  las diferentes enseñanzas,  a través del proceso de enseñanza aprendizaje, en  que interactúan estudiante que “aprenden” y docentes que “enseñan”, con un carácter interdisciplinario y desarrollador, propósito importante a alcanzar en las condiciones de la Cuba de hoy.
 Santiago de Cuba como ciudad posee  características excepcionales, dado a que cuenta con hermosos museos, monumentos, galerías de artes, sitios y lugares histórico- culturales, que posibilitan la aprehensión  del conocimiento histórico  desde la  historia  local en interrelación  con la nacional  por las nuevas  generaciones de cubanos en aras de potenciar su cultura histórica como componte esencial  de la cultura general.
En la adquisición del conocimiento histórico no basta comprender el acontecer nacional, la actuación de los héroes y mártires de la nación, sino que es imprescindible tener en cuenta  las tradiciones locales, la memoria histórica,  y en especial el conocimiento de la actividad del hombre común, el del barrio,  la localidad que hacen de la historia nacional mediante el proceso de enseñanza aprendizaje más interesante, efectivo, emotivo, cercano y comprensible para los educandos.
El país requiere hoy de una adecuada preparación educacional y cultural que lleva implícito una nueva escuela, una nueva clase, un nuevo método, un nuevo profesor  para enfrentar las transformaciones, capaz de dirigir el proceso de enseñanza con un enfoque desarrollador, que tenga como base el conocimiento de la Historia de Cuba, hacer uso de las más modernas tecnologías para poder desafiar los retos de la sociedad en general.
 Lo anterior permite fomentar en los jóvenes sentimientos patrióticos, redescubrirse y encontrarse con sus raíces históricas en el camino por alcanzar su formación integral, pues la cultura constituye el soporte en la que se  sustenta todo el desarrollo humano, donde el hombre es capaz de conocer y transformar la sociedad en que vive con su actividad creadora.
El mundo en que vivimos exige la elevación de la condición humana de los sujetos sociales, cultivar su sensibilidad,  y la formación humanista con un enfoque axiológico concurrente, con una densa preparación histórica,
En esta dirección el aprendizaje histórico resulta necesario para preparar al hombre para la vida con conciencia interna. Formar su capacidad transformativa, constituye tarea del profesor mediante el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba en interrelación con la historia local
La universalidad de la historia se muestra en la esencialidad del propio hombre en todas las épocas y lugares, pues a pesar de la irrenunciable variedad de su tipología, hay algo que permanece igual, que es la universalidad de su naturaleza: ente biopsicosocial, sin dudas alguna la verdadera historia del hombre que se esfuerza por mejorarla y perfeccionarla es una real síntesis de la historia humana, es la estimación de todo un orden de hechos y realidades históricas, que comprende las manifestaciones de la vida material y espiritual, tanto individual como colectiva y el estudio de la estructuración de la humanidad en las diversas  etapas y esferas de su desarrollo.
Cuando la historia alcanza un plano superior en el que la mente colectiva de un grupo adquiere no sólo conciencia de la solidaridad en el  tiempo, sino también en el espacio, entonces la universalidad, todas las naciones y pueblos coronando aquella tradición de siglos y generaciones, crea la cultura como atributo inalienable del hombre como sujeto y objeto de la actividad; es su primer hecho histórico: la producción de la vida material, cualidad humana, que se da allí donde existe una persona o una colectividad que se  trasmite de generación en generación y desarrolla ésta su propia memoria y cultura histórica.
De este modo se produce un proceso de objetivación y subjetivación humana, donde las distintas clases, grupos y capas sociales, asimilan y se adueñan de lo creado por generaciones anteriores, se apropian de experiencia, conocimientos, valores, habilidades, normas de concebir su relación con el mundo, lo cual permite un permanente perfeccionamiento de las relaciones sociales, para de este modo comprender la interrelación  individuo- sociedad.
que la cultura aparece como reflejo de la relación afectiva entre el hombre y la naturaleza, a través de la actividad práctica transformadora de la sociedad en que vive, como condición esencial de la vida humana, como hecho histórico cultural.

Son los hombres los que hacen que cambien las circunstancias en una interacción estrecha de su actividad, basada en la comunidad de intereses y necesidades a resolver. Constituye esto un aspecto esencial en el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba, en aras de potenciar la cultura histórica, éste no sólo abarca lo intelectual, lo cognitivo, sino también lo afectivo, lo volitivo y lo conductual que permite desarrollar la vida en la sociedad.
 Se evidencia entonces la estrecha relación entre la historia y la cultura que no se puede separar; sin historia no hay cultura en la misma medida ,que sin cultura no habrá historia posible, es el hombre su ente esencial, pues la historia abarca tanto al hombre como ser natural, y a la naturaleza como realidad humana, cubre todo el proceso de creación del hombre por el trabajo y se identifica con él lo que equivale a igualarse con la objetivación del ser genérico del hombre, esto es con la cultura.
La cultura en sentido amplio significa la herencia social íntegra de la humanidad. Es un concepto complejo, multifacético y decisivo en la vida social humana. Está  relacionada con la actividad humana, sus resultados y el grado de asimilación de los individuos, grupos, clases sociales en torno a ello. Es  la objetivación de la vida genérica del hombre como resultado de la realización de la oposición entre la naturaleza y espíritu, “es el conjunto de elementos de índole material o espiritual organizados lógicos y coherentemente que incluye los conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho los usos y costumbres y todos los hábitos y aptitudes adquiridas por los hombres en su condición de miembros de la sociedad” (M. Frómeta et al 2002).
El estudio de la cultura de la sociedad cubana, requiere tener en cuenta la concepción martiana, en su obra no encontramos  una teoría explícita, sobre la cultura y el desarrollo cultural, aunque ambos conceptos atraviesan todo su quehacer y son esenciales en el mismo.
 Martí asume la realidad con un enfoque socio cultural  y antropológico y se refiere a ésta empleando diferentes términos como “civilización”, “educación”, “creación”, “arte”, reconoce las funciones emancipadora y liberadora de la misma. Sin proponérselo nos legó, un precepto muy importante: ser culto es el único modo de ser libre. Aquí  se aprecia la relación dialéctica entre el desarrollo cultural y  la libertad que implica derecho al trabajo, a la salud, a disfrutar de las manifestaciones del arte, disponer del tiempo libre e invertirlo en beneficio de la sociedad;  para él ser culto era la única forma de alcanzarla.
La cultura es, por tanto, una categoría socio histórica general que abarca todas las esferas de la actividad social  tanto lo material como lo espiritual, es el hombre  su elemento principal. 
 La historia  y cultura son partes integradoras de un todo que no es posible separar. Esto determina la necesidad de que niños, jóvenes y adolescentes adquieran un amplio conocimiento de la historia patria, en interrelación con la historia local mediante el proceso de enseñanza aprendizaje, lo cual puede potenciar la cultura histórica que requiere de la comprensión de la historia como cultura en un sentido amplio, como juicio  integrador.
En la expresión “educar es hacer  a cada hombre resultado del mundo viviente”, está presupuesta la idea de que la cultura necesita ser trasmitida de generación en generación, mediante la instrucción y la educación, misión que tienen los docentes  en  los diversos contextos en que interactúan, pues lo histórico sólo se alcanza como cultura, mediante la integración de los conocimientos en forma de conceptos, valoraciones, juicios, criterios, que constituyen el fundamento intelectual de los sujetos desde lo cognitivo, emocional y conductual mediante el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba.
Los conocimientos de los procesos históricos constituyen un eslabón principal para alcanzar la cultura general para poder enfrentar los retos del siglo XXI, y de este modo entender el mundo actual, su complejo entramado para  poder contribuir a su transformación.
Se aprecia entonces que para hablar de la cultura general integral, se debe  partir esencialmente del conocimiento que se posee que le facilita al hombre como ser histórico social  cultural, interactuar ante las nuevas y complejas situaciones de  la actualidad, a partir de la comprensión de la historia local, nacional y universal que le permita auto definirse, defender su identidad nacional y cultural, eslabón esencial para desarrollar la cultura histórica, como  una de las esencias de la cultura general integral.(2006) 
La cultura permite por tanto elevar el desarrollo humano a su más alta espiritualidad, con un compromiso ético moral que no surge como abstracción lógica, sino con educación en un proceso de humanización del género humano
Por eso somos del criterio que la cultura no se aprende se adquiere, es un proceso de apropiación del sujeto en el aprendizaje en la que el docente tiene una gran responsabilidad durante el proceso de enseñanza aprendizaje a la hora de impartir la Historia de Cuba en interrelación con la historia local, esto permite el desarrollo integral del individuo en la medida en que como proceso interactivo facilite la socialización e individualización  de la cultura histórica.
Muchos son los estudiosos que sustentan la necesidad y lugar que la cultura histórica ocupa en la defensa e identidad de la historia nacional y cultural. El profesor Horacio Díaz (2001), ha reiterado el importante  lugar que le concede cuando señala que “la cultura histórica es una pieza imprescindible en la cultura general integral”17. (Consideraciones sobre la enseñanza de la Historia de Cuba p.12). Entre tanto la profesora titular, Isabel Villarrubia (2003), plantea que “la cultura histórica es una importante vía para la formación de la cultura general integral”18. (Efectividad de la interrelación historia nacional y locales la enseñanza de la Historia p.31). Al mismo tiempo en  “El Historiador”, órgano informativo de la Unión Nacional  de Historiadores de Cuba, se publican diversos artículos que reiteran el análisis y la reflexión constante de  este importante asunto.
 
 En los diferentes autores y materiales consultados está latente que la cultura histórica es un aspecto esencial en el camino hacia la cultura general, no obstante aún  no se ha encontrado de manera conceptualizada y sistematizada ninguna referencia donde se precise  este concepto. Gustavo B. (2005) señala que “cultura histórica es la herencia social o la tradición que se trasmite a las futuras generaciones”19. (Cultura histórica p.10). Gregorio Coro (2005) considera  a "la cultura histórica como afán de mirar atrás, evocar  recuerdo hacer balance"20. (Esa fiebre que nos aqueja p.12).
El Dr. Doris v. Licea (2001)  en su tesis de maestría señala a  la cultura histórica como:
“ la integración e interacción de los diferentes conocimientos de carácter factual con las consecuentes construcciones conceptuales o ideáticas valoraciones, críticas etc. que constituyen el fundamento intelectual de  esta  relación cognitiva emocional en la sociedad armónico temporal-espacial mediante la relación presente- pasado- futuro como parte de la cultura que vinculada a la metodología de la Filosofía Marxista – Leninista puede lograr una comprensión de todos los fenómenos históricos culturales (Las relaciones interdisciplinarias para la formación hacia una cultura histórica profesional desde la Historia de América. p. 46)

Es nuestro criterio, que para llegar a una conceptualización y contextualización de la cultura histórica, resulta importante tener en cuenta, entre muchos otros aspectos los siguientes:

  • Conocimientos.
  • Sentimientos.
  • Valoraciones.
  • Memoria.
  • Modo de actuación.

Por tanto consideramos que la “cultura histórica es el proceso de interacción e integración de conocimientos, de hechos, acontecimientos, costumbres, tradiciones histórico culturales y sus correspondientes  juicios, criterios y valoraciones, que constituyen la base intelectual del sujeto lo cual posibilita perpetuar su memoria, como fundamento de la herencia histórica cultural de la sociedad en que vive y  la  defiende” (2006), como una de las esencias de la cultura general  integral.
La misma se forma, en base a la continua experiencia histórica y vital de los pueblos, que tiene que ver con la asimilación espiritual que hace el hombre como ser social, de la realidad en su diario quehacer, en este sentido tiene tres dimensiones: vista como herencia a conservar, como conciencia social y productora de riqueza espiritual.
El conocimiento ocupa  un lugar especial como eje central para poder enfrentar  los avatares que se le presentan en la vida al hombre, por supuesto ello no lo es todo, junto al conocimiento en una unidad dialéctica están presentes y cumplen un arduo papel; las tradiciones, la memoria, costumbres, hábitos, etc., que en su interacción e integración van cimentando la personalidad que la escuela como institución contribuirá a su definitiva formación en aras de alcanzar la cultura general que se aspira en Cuba hoy

Cada maestro o profesor, por la propia naturaleza de su labor formativa debe poseer una cultura histórica fundamental, para poder entender, en nuestro caso, la esencia humanista de la Revolución Cubana, la razón de ser de las tradiciones patrióticas e internacionalistas, al lograr interrelacionar los procesos cognitivos, emotivos y conductuales de los educandos mediante el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba que permita establecer la relación temporal – espacial, al tener en cuenta el pasado, presente y el futuro, y contribuya a potenciar en los estudiantes la cultura histórica desde la promoción de actividades curriculares y extracurriculares.
La autora considera importante destacar a  la cultura histórica como eje del proceso de formación, que tiene en cuenta  como indicadores cualitativos los siguientes:

  • Conocimiento del hecho histórico y su interrelación dialéctica con el contexto económico, político, social, cultural, ideológico que modela el desenvolvimiento del hecho en cuestión.
  • El proceso de identificación, conocimiento y valoración de lo histórico nacional y su interrelación local.
  • El vínculo que se establece entre lo emocional y lo racional como recurso didáctico en la construcción del hecho histórico – cultural.
  • El desarrollo de habilidades, hábitos, convicciones, sentido de pertenencia histórico – social y su plasmación concreta en los modos  de actuación.
  • La memoria histórica concebida no como el proceso de fijación del hecho histórico, sino vista como un proceso de identidad histórico – cultural a partir de la comunidad implícita o explícita de valores épocales o extraepocales.(2006)

 Estos indicadores se sustentan en los postulados de la concepción materialista de la Historia, y tienen además como referente didáctico el método de interrelación paralela que posibilita  desde la temática que se aborda,  el logro de los objetivos de la educación en cualquier tipo de enseñanza.
La adquisición del conocimiento histórico es condición indispensable para el impulso del pensamiento genuinamente revolucionario de las nuevas generaciones para poder dar respuestas de manera consciente a las interrogantes de quiénes somos, de dónde venimos, de quiénes somos deudores, hacia dónde vamos, se hace necesario  no sólo  conocer el acontecer nacional, las instalaciones en que los mismos se perpetúan, sino  que resulta  imprescindible estimular el conocimiento de las tradiciones locales,  los sitios históricos en que los sucesos se llevaron a cabo, al hombre común, al del barrio, al de la localidad que hacen de la historia nacional durante el proceso de enseñanza – aprendizaje más interesante, efectiva, emotiva,  comprensible para los educandos cuando se interrelacionan con la historia de la localidad, pues constituyen un acto de integración disciplinar cultural en el que el hombre como sujeto, con sus ideas, anhelos, sufrimientos, valores, actitudes, defectos, sus contradicciones, triunfos, reveses y sueños inmersos en sus relaciones sociales hacen la historia, siendo el conocimiento histórico esencial para la formación de un hombre integral.
La instrumentación de acciones por vías curricular o extracurricular, la utilización de museos, galerías, sitios y lugares históricos que contienen un acervo cultural general permite no sólo apropiarse del conocimiento histórico, sino también asumir los valores éticos, morales, artísticos, que unidos contribuirán a potenciar la cultura histórica en los estudiantes, como una vía de acceder a la cultura integral desde la escuela, lo cual permite adquirir y desarrollar valores que se traduce en modos de actuación.
 
Los museos como institución histórica cultural atesoran piezas de incalculables valor educativo tanto de índole material como espiritual, resultado de la huella que va dejando el hombre con su actividad  creadora, lo cual contribuye a potenciar la cultura en los sujetos sociales.
 Su utilización constituye un medio insustituible para contribuir a la asimilación por los estudiantes del conocimiento histórico cultural, elemento importante para potenciar su cultura histórica, desarrollar convicciones, tradiciones, sentimientos, valores, aptitudes y actitudes para con la patria.
La escuela es la encargada de llevar  a vía de hecho estos propósitos, es responsabilidad del maestro o el profesor la formación consciente de los escolares, mediante la enseñanza desarrolladora, prepararlos para la vida y el trabajo, favorecer el desarrollo de valores, de respeto y de defensa del hombre como individualidad, para de este modo poder avanzar hacia el perfeccionamiento de la sociedad, de hacer uso de los museos, y las nuevas tecnologías lo que posibilita potenciar del mundo espiritual del hombre.
De este modo la ciencia histórica constituye el fundamento para el conocimiento de la sociedad, dando un verdadero cuadro científico de cada época histórica Al establecer una relación dialéctica: hombre - sociedad- historia, mediante una perspectiva temporal- espacial al tener en cuenta el  pasado- presente- futuro, a través de una concepción armónica en los aspectos que se interrelacionan y  correlacionan en el desarrollo de la humanidad, lo cual permite ir conformando en el hombre, como ser social, su cultura histórica eslabón esencial de la cultura general
Los nuevos enfoques educativos exigen  que en la actividad pedagógica tanto el profesor como el alumno sean considerados sujetos activos dotados de iniciativas, movilizados hacia las diferentes influencias educativas, en la formación del hombre nuevo. Constituye hoy  una necesidad el cambio del papel del profesor sabelotodo, infalible y autoritario por el rol  de orientador, investigador, facilitador que lleve a cabo la instrucción y la educación como un proceso democrático, comunicativo, humano que favorezca el desarrollo de los estudiantes y de sí mismo
El propósito  de la liberación humana requiere objetivamente de la cultura, la batalla por el logro de la cultura histórica como una de las esencias  de la cultura general de la población cubana, responde a los presupuestos éticos de la lucha por la justicia,  solidaridad humana y en especial por la defensa de la identidad cultural cubana. 
Es por ello que la sociedad plantea demandas a la educación,  ejerce una  determinada influencia en el hombre como  sujeto consistente en asegurar la asimilación y reproducción de toda  la herencia cultural, que los prepara  para la vida. Se evidencia  la socialización e individualización del hombre como sujeto, mediante el desarrollo armónico y multifacético de la personalidad, objetivo de la Educación  Cubana, encaminada a desarrollar un hombre que piense, sienta, valore, cree y sobre todo ame a su nación e historia ello es imprescindible en la sociedad cubana hoy.

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