Contribuciones a las Ciencias Sociales
Mayo 2012

ELEMENTOS TEÓRICOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE INDICADORES DE GÉNERO RELACIONADO CON PROYECTOS




Raiza Trapote Fernández (CV)
raizat@fce.cug.co.cu
Universidad de Guantánamo
Iris María González Torres (CV)
iris.gonzalez@reduc.edu.cu
Universidad de Camaguey
María Isabel Castillo Ramos (CV)
icastillor@hotmail.com
Universidad de Tlaxcala

 



RESUMEN.
En la presente investigación se conceptualizan las políticas públicas esbozando la correspondencia de los proyectos como manifestación de dichas políticas; con la utilización del método análisis-síntesis.  Seguidamente se abordan los proyectos de desarrollo y el enfoque de género destacando su importancia desde la concepción del proyecto. Finalmente se proponen los elementos que en el orden teórico sustentan  la construcción de indicadores relacionado con proyectos de desarrollo.

Palabras claves: proyectos, enfoque de género.

THEORETICAL ELEMENTS FOR THE CONSTRUCTION OF GENDER INDICATORS RELATED WITH PROJECTS.

SUMMARY.  
In the present investigation the public politicians are conceptualized sketching the correspondence of the projects like manifestation of this politicians; with the use of the method analysis-synthesis.  Subsequently the development projects and the gender focus are approached highlighting their importance from the conception of the project. Finally they intend the elements that sustain the construction of indicators related with development projects in the theoretical order.  
Key words: projects, gender focus.




Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Trapote Fernández, R.; González Torres, I. y Castillo Ramos, M.: "Elementos teóricos para la construcción de indicadores de género relacionado con proyectos ", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Mayo 2012, www.eumed.net/rev/cccss/20/

INTRODUCCIÓN.
En el año 1996 se iniciaron en Cuba las primeras investigaciones sobre el Desarrollo Humano con el objetivo de establecer  estrategias dirigidas a alcanzar los propósitos del desarrollo humano y la equidad entre hombres y mujeres tanto a nivel mundial como a nivel local.  En el año 1999 el PNUD introduce el Programa para el Desarrollo Humano Local (PDHL) como instrumento para el adelanto de las localidades cubanas tratándose de una relación entre socios y aliados, constituyendo una iniciativa local de desarrollo que impulsa actividades económicas, nuevas empresas o empleos y lleva adelante diversos tipos de microajustes flexibles ante el cambio estructural en los territorios y la igualdad entre hombres y mujeres, lo cual es una definición socialmente construida y denominada enfoque de género.
Existen diferentes concepciones acerca del concepto género: Cebotarev (1994), el género es una de las variables más determinantes para ubicar a los individuos en la sociedad.  A medida que las sociedades evolucionan y se vuelven más complejas, surge la división de roles, que reflejan la clase y el género de aquellos que los realizan. 
Martínez (2000) define género el enfoque de género como los papeles asignados culturalmente a mujeres y hombres, que varían según las distintas sociedades y culturas, clases sociales, edades y los distintos períodos históricos, por lo tanto sujetos a cambios.
En tanto la FAO (2002) plantea… género no está determinado biológicamente como consecuencia de los atributos sexuales de hombres y mujeres, sino que se modela culturalmente, teniendo en cuenta lascondiciones entre hombres y mujeres, sean objetivas o subjetivas (…)
Alberti (2004:22) puntualiza  “Género es una categoría teórico-metodológica que analiza la construcción social de la diferencia sexual, cuestiona las relaciones desiguales de poder y propone la igualdad y la equidad entre hombres y mujeres”. Coincidiendo Castillo (2008) cuando define enfoque de género como una categoría de análisis en tanto que la perspectiva de género es inherente a las políticas. 
En tanto Arias Guevara1 (2008) plantea que las desigualdades de género no siempre son evidentes a simple vista, se encuentran muchas veces incorporadas a la cultura de un pueblo y pasan a formar parte del sentido común de la vida diaria, y menciona las estrategias de bienestar y el fin de las mismas que consistían en ver solo la función reproductiva de las mujeres y de esta forma eran consideradas beneficiarias pasivas del desarrollo como consumidoras y usuarias de recursos. 
Por tal motivo en esta investigación se asumen las definiciones de Alberti, Castillo y Arias Guevara. Dichas enunciaciones tienen implicaciones relativas al diseño e implementación de políticas dirigidas a la mujer, estas políticas han de concebirse con perspectiva de género y evaluarlas con enfoque de género.
En este sentido, los proyectos de desarrollo local constituyen una vía para implementar políticas dirigidas tanto a mujeres como hombres, estos proyectos desde el discurso inicial son concebidos con enfoque de género, sin embargo continúa siendo insuficiente el empoderamiento de la mujer a través de estos proyectos. Y este elemento se constata en la revisión de los diferentes informes emitidos por el PDHL, así como las informaciones del Anuario Estadístico 2007-2011.
De lo anterior se deriva la necesidad de incorporar elementos metodológicos que posibiliten medir el estado en que se encuentran esas diferencias evitables, como elemento fundamental para coadyuvar a la toma de decisiones, tanto desde el punto de vista de la corrección de las estrategias existentes, como al trazado de nuevas estrategias, constituyendo el problema esencial de esta investigación.  
Por lo que el objetivo de esta investigación consista en proponer elementos teóricos para la construcción de indicadores de género relacionado con proyectos de desarrollo.
Métodos teóricos: se emplearon en el desarrollo de esta investigación los siguientes métodos teóricos de Investigación Científica: histórico – lógico, análisis – síntesis, hipotético – deductivo. 

DESARROLLO. 
El término política tiene su raíz en el vocablo polis, que proviene de una Ciudad-Estado de la antigua Grecia, derivado del griego significa: “todo lo que se refiere al pueblo” Pero es, con el influjo de la gran obra de Aristóteles,  intitulada  Política que debe ser considerada en el moderno mundo occidental, como el primer tratado sobre la naturaleza, las funciones y las divisiones del estado y sobre las varias formas de gobierno, que se complementa el significado clásico del concepto de política, por lo que la mayor parte de los estudiosos coinciden en que Aristóteles fue el auténtico precursor de la ciencia política.
Luego el concepto de política, deriva en el concepto de política pública, al considerarlas como la vía para reforzar los procesos de adaptación estructural por medio de acciones dirigidas a mejorar el funcionamiento  de  los  mercados  de  factores  (capital,  recursos  humanos,  tecnología)  para de esta forma incrementar la productividad, para la competividad en los mercados de productos y la eficacia y eficiencia del sector público mediante el impulso de la reforma del Estado.
En otro sentido Alburquerque (1999) dice que “En materia de desarrollo territorial, las políticas públicas deben tratar de reforzar la base económica de las diferentes comunidades locales. De ese modo podrán acompañar a las políticas de ajuste macroeconómico con actuaciones a nivel micro y meso, y fomentar la producción y el desarrollo empresarial en el ámbito territorial”.
Se trata de promover las diferentes iniciativas de desarrollo económico local, eliminando los obstáculos de las mismas y facilitando los instrumentos de apoyo apropiados, no obstante el autor no se refiere al bienestar de la sociedad y por ende el tratamiento a los grupos vulnerables en correspondencia con las condiciones de vida en el ambiente familiar.
Por su parte Pons (2000: 15) define las políticas públicas como un curso de acción propuesto por el gobierno para resolver una necesidad o problema social, que se asume vinculado a las condiciones histórico-concretas que lo generan y a los intereses sociales predominantes, en el que las medidas que se aplican persiguen el perfeccionamiento material y espiritual de la colectividad, en pos del creciente bienestar de la sociedad en su conjunto.
En esta investigación se comparte la definición anterior, teniendo en cuenta que las políticas públicas forman parte de un proceso. Este proceso se desarrolla de forma cíclica, en el que determinadas etapas han de ser cubiertas, para llevar a buen término la solución del problema que se intenta resolver con el conjunto de acciones o medidas que se aplican. 
Por ende, a juicio de la autora, la investigación se inserta en el perfeccionamiento de las políticas territoriales para lo que es necesaria una institucionalidad dinámica, capaz de implementar las medidas pertinentes, con un enfoque territorial, descentralizado y de participación ciudadana, con la necesidad de un Estado que pueda  llevar a  la práctica  las orientaciones de política.
Es posible que en el diseño en las políticas públicas de desarrollo predomine una visión economicista y funcional, que descuida la importancia del componente territorial como factor de desarrollo que es precisamente donde se pretende intervenir con la investigación mediante el análisis de los proyectos desarrollados territorialmente, como manifestación de las políticas públicas.
De esta forma resultan de suma importancia las evaluaciones críticas sobre el desempeño o destino de los fondos destinados a proyectos puesto que las inversiones de esos fondos a menudo no se insertan en sólidas políticas o en estrategias de inversión pública, y la aprobación de sus subproyectos por parte de los grupos provinciales de proyectos puede adquirir un carácter rutinario.
En los últimos años, en Cuba se han financiado alrededor de 1000 proyectos  fundamentalmente en las zonas rurales, a los cuales se le ha otorgado financiamiento para desarrollo productivo, compra de insumos, creación de capacidades y otros fines donde se incluye de forma transversal el enfoque de género. Por tanto, el enfoque de género como eje transversal ha tenido como objetivo incluir dicho enfoque en todas las etapas y procesos de la gestión del ciclo del proyecto o programa y de esta forma elevar la pertinencia, la efectividad y la eficiencia de las inversiones lo que permite centrar la planificación de una intervención en las necesidades específicas de las mujeres y los hombres.
No obstante es necesario percatarse que la consideración de la transversalidad de un enfoque  de género, es desde el punto de vista teórico/metodológico, el aspecto más importante por tomar en cuenta a la hora de elaborar una propuesta de proyecto, por las implicaciones que tiene sobre lo que hay que hacer, para quién lo hacemos y cómo lo vamos a hacer, de forma integral. Desde la concepción del proyecto hasta su culminación.
Por su parte Moser (1993) propone una lista para la verificación de las intervenciones de género que se han llevado a cabo en el ciclo del proyecto, la cual utilizada y evaluada de forma sistemática puede contribuir a lograr la transversalidad del enfoque de género y considerar la repartición y la organización de los roles, de las responsabilidades de los recursos y de los valores asignados a las mujeres y los hombres.
Por ende, al analizar el ciclo de vida de los proyectos y la transversalidad referente al género, es evidente que  dichos proyectos deben contribuir  a crear un ambiente de consenso sobre la problemática de género y la aceptación de políticas y programas específicos destinados a las mujeres, otorgándoles una visibilidad de interés público diferente al tradicional tratamiento asistencial y paternalista, así  mismo, con la ejecución del proyecto se deben atender a las diferentes construcciones sociales; lo cual no se evidencia en los resultados e informes de los proyectos.
Es así que los proyectos con perspectiva y enfoque de género buscan transformar la desigualdad existente entre hombres y mujeres, también abordan las necesidades inmediatas de las mujeres para mejorar sus condiciones materiales, puesto que reconocen las complejas relaciones existentes en la pobreza y las relaciones genéricas de poder.
En esta investigación se considera y asume como estrategia de intervención el trabajo y resultados que involucren aspectos económicos, sociales y familiares. Por lo que en cada una de dichas dimensiones es necesario establecer un vínculo, del cual se derivan las acciones concretas para verificar el enfoque de género durante el ciclo del proyecto.
Atendiendo a esto, cuando se investiga el financiamiento para proyectos de desarrollo local y especialmente los proyectos que se toman de muestra en esta investigación por lo general no revelan una secuencia lineal entre lo que se debe hacer (discurso), lo que se propone hacer (proyecto) y lo que se hace (práctica de promoción). Operan más bien entre conflictos y ajustes continuos que resultan de la propia dinámica de los actores locales en el territorio. Cada proyecto presenta una  solapada incorporación del enfoque de género de forma transversal y por ende es insuficiente el empoderamiento mediante estos financiamientos. 
En tal sentido Rodríguez (2007) define los proyectos de desarrollo local como espacios de experimentación y producción de conocimientos. Y más aún, los clasifica como propuestas de transformación que, partiendo de una determinada concepción del cambio social, intervienen  en  ámbitos  o dimensiones  específicas de  la  realidad para mejorarla y, con ello, beneficiar directa o indirectamente a poblaciones que por lo general pueden ser ubicadas territorialmente.
Por otro lado Ruiz Bravo y Bobadilla (1993) han encontrado evidencia en ese sentido al hacer un análisis de las prácticas de promoción del desarrollo en ONG y plantean  “Una cosa es el discurso y la manera como se plasma en el diseño de los proyectos, y otra la práctica real a cargo de los promotores y otros actores locales involucrados… quienes elaboran  los discursos y diseñan los proyectos no  son quienes  tienen en  sus manos  la ejecución de  los mismos”.
Por tal motivo la autora propone en esta investigación elementos teóricos para la construcción de indicadores de género para proyectos de desarrollo local, no obstante es importante antes referirse a las diferentes concepciones que al respecto existen.
Los primeros pasos en la construcción de indicadores relacionados con el género se producen en las áreas del desarrollo, siendo impulsores de su creación los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) o el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo). Estos indicadores han permitido medir cambios o situación a través del tiempo, y han constituido instrumentos muy importantes para evaluar y dar seguimiento a procesos de desarrollo rural dada su validez para orientar el alcance de los  mejores resultados en proyectos de desarrollo. No obstante, continúa existiendo desigualdades entre hombres y mujeres que han sido beneficiados por proyectos de desarrollo, y estas diferencias se manifiestan tanto en el contexto familiar como social.
En la revisión bibliográfica sobre los estudios realizados en Cuba al respecto se encuentran Castañeda et.al. (1998), realizaron un estudio de tecnología para identificar las variables que marcan diferencias de género en nuestro medio y construyeron un indicador sintético que a sus juicios es capaz de medir diferencias de género entre territorios.  Fueron seleccionadas tres áreas con nivel socioeconómico alto, medio y bajo de tres municipios de Ciudad de la Habana.  Para la identificación de variables se utilizaron técnicas cualitativas (Grupo Nominal) y cuantitativas (Análisis Factorial Discriminante).  Luego arribaron a la conclusión que las variables que mejor marcan diferencias de género eran: labores en el hogar, trabajo, salud y tiempo dedicado al descanso en días laborables.
El indicador construido por Castañeda registró brechas de género a través de las diferencias de los valores obtenidos por un territorio dado respecto al mejor valor. Su efectividad fue comprobada cuando se hallaron resultados desiguales entre los territorios de nivel socioeconómico alto y medio en contraposición al de menor nivel; lo cual sirve como basamento para esta investigación.
Por otra parte Caño et.al. (1999) se refieren a la participación de la mujer en el desarrollo de las economías locales, la importancia para el desarrollo de las mismas.  Es del criterio que el rol productivo de la familia en condiciones urbanas se ha restablecido, es decir, un rol más activo en la generación de bienes y servicios con opción real de empleo. Gálvez (2001) elabora y propone2 indicadores con el objeto de medir con precisión cambios registrados a lo largo del tiempo y permitir comparaciones entre países. En todos los casos pertinentes, se formulan para ambos sexos y en algunos casos se hace hincapié en la brecha que se produce entre ambos, más que en el nivel al que se sitúan uno u otro. Algunos de los indicadores miden la evolución de la situación que dio origen a la correspondiente recomendación, mientras que otros indican el grado de avance logrado mediante las acciones sugeridas.

Entre los indicadores propuestos por la autora se encuentran: la mujer y la pobreza, educación y capacitación de la mujer, la mujer y la salud, la violencia contra la mujer, la mujer y los conflictos armados, la mujer y la economía y la mujer en el ejercicio del poder.  Todos estos indicadores son formulados de manera territorial sin profundizar en la relación género y desarrollo de proyectos.  

Guzmán (2001) retoma las concepciones existentes acerca de los nuevos instrumentos metodológicos y estadísticos, específicamente al Índice de Desarrollo Relativo al Género elaborado por el PNUD a fin de medir la desigualdad entre mujeres y varones al interior del desarrollo humano en general. Este índice se establece con referencia a: esperanza de vida al nacer, desagregada por sexo, tasa de alfabetización de adultos y de adultas, tasa de escolarización, desagregada por sexo, porcentaje de participación de hombres y mujeres en el ingreso proveniente del trabajo.  Esta vez Guzmán se acerca a las concepciones que se deben tener en cuenta para desarrollar un proyecto con perspectiva de género, no obstante el autor no  llega a abordar  los indicadores específicos a utilizar referidos a los impactos de los proyectos de desarrollo.

En sentido general, la mayoría de las investigaciones referidas anteriormente no conciben en su totalidad indicadores que evalúen el financiamiento de los proyectos de desarrollo con enfoque de género desde la concepción de los proyectos hasta su impacto.  Por lo que se proponen los siguientes elementos teóricos que consideran la construcción de indicadores de género para proyectos de desarrollo local.

Los supuestos teóricos anteriores permiten constatar la ejecución de los proyectos y su contribución con la equidad de género en la comunidad, mediante el uso y la evaluación de indicadores en cada una de las dimensiones anteriores. Por lo que se hace inevitable la formulación de  los  indicadores en un punto de partida y/o referencia que permita medir el cambio en el tiempo y se propone en la concepción del proyecto, para poder evaluar la situación al concluir el proyecto, lo cual coincide con Pérez y Bao "…Considerando la gran diversidad socioeconómica y cultural que existe, es necesario que cada organización o proyecto elija sus propios indicadores de equidad de género para evaluar el avance de sus acciones y darles seguimiento". 
Para ello, a juicios de las autoras de esta investigación, es indispensable que se utilicen indicadores de género de forma transversal que provean al proyecto de sostenibilidad, que coadyuven a la toma de decisiones y conduzcan al empoderamiento de la mujer.

CONCLUSIONES.

  1. Un proyecto de desarrollo local, en términos generales, deberá apuntar a mejorar las condiciones del entorno local, donde no sólo se debe hacer énfasis en resultados de  naturaleza cuantitativa, sino también en aspectos de tipo cualitativos ligados a rasgos sociales, culturales y territoriales.   
  2. La corrección de las estrategias dirigidas a potenciar y evaluar el enfoque de género en los proyectos de desarrollo local constituye un elemento esencial para coadyuvar a la toma de decisiones.  

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1 Ella declara que el aporte de la mujer se valora más que antes y dice que se reconoce que este es un factor clave para avanzar hacia el desarrollo sustentable y describe este comportamiento en las Ciencias Sociales. También aborda el término empoderamiento y lo compara con el enfoque Género en el Desarrollo, introducido en la Tercera Conferencia Mundial de Nairobi (1985)

2 Son propuestos en el marco del Programa de Acción Regional para las Mujeres de América Latina y el Caribe, 1995-2001, la Plataforma de Acción de Beijing y el Plan de Acción de la Segunda Cumbre de las Américas.