Contribuciones a las Ciencias Sociales
Junio 2012

CULTURA HAITIANA Y NACIONALISMO EN LA DÉCADA DEL CUARENTA DEL SIGLO XX




Dayami Cué Cedeño
dcuec@udg.co.cu
Universidad de Granma


Resumen

En 1915 Estados Unidos interviene con sus tropas en Haití bajo el pretexto de la presencia europea en algunas esferas de la economía en este país caribeño y el relajamiento de la disciplina social. En este contexto, - al igual que ocurrió en otros países de América con la presencia norteamericana -, en Haití se produce un reverdecimiento de la conciencia nacional y los intelectuales ponen sus conocimientos y su producción cultural en función de la resistencia. La voz más alta de este movimiento nacionalista surgido al calor de la presencia norteamericana fue Jean Price Mars, quien en la década del veinte imparte una serie de conferencias sobre las creencias populares, la ascendencia africana y las artes en Haití, encaminadas a enfatizar los valores históricos y culturales de estas expresiones. Uno de los principales aportes de este pensador fue la asimilación de lo puramente negro como componente fundamental de la haitianidad, y el llamado a todos los sectores y clases de la sociedad a la  aceptación de esta verdad como primer paso para la descolonización. A partir de este momento surgen una serie de instituciones y organizaciones de gran repercusión en las artes y las letras en la década del cuarenta tales como la Sociedad Haitiana de Historia y Geografía, Liga de la Juventud Haitiana, la Unión Patriótica y el Partido Comunista Haitiano.
El 14 de junio 1934, Estados Unidos firma una resolución de no intervención y cobra mayor fuerza la cuestión racial. El indigenismo propuesto por Price mantiene el tratamiento a los temas propuestos por sus fundadores como el paisaje, la vida rural, las flores y las frutas, se ve matizado por las ideas de la negritud formuladas por el intelectual martiniqueño Aime Cesaire. La atención se centra ahora en el negro campesino sin mezclas raciales, en sus costumbres y tradiciones ancestrales donde puedan hallarse aún las huellas del África.
De la nueva tendencia se hace eco el sector negro dominante de la sociedad y aparece en 1938 la revista Les Griots, fundada por Jacques Francois Duvalier1 , Lorimer Denis y Louis Diaquoi con la intención de salvaguardar la oralidad y las tradiciones africanas presentes en Haití
También en estos años posteriores a la retirada de los marines norteamericanos se crean algunas instituciones culturales que si bien se corresponden con la corriente nacionalista que tenía lugar en Haití, contaron con el apoyo del “buen vecino” del norte y tuvieron un marcado sentido político: el Museo Nacional Sténio Vincent, la Biblioteca Nacional de Haití, el Instituto Nacional de Etnología y el  Bureau d´Ethnologie de la Republique d´Haití, con un museo adjunto. 
Todos los factores anteriormente expuestos contribuyen y sientan las bases para que los años finales de la década del treinta y la del cuarenta sean tiempos de renacimiento cultural en Haití. Poetas, escultores, arquitectos, pintores, novelistas, historiadores, músicos, artistas e intelectuales en general se ponen en función de estudiar el pasado histórico y revelar los tesoros de la literatura y el arte haitianos heredados del Continente Negro. Los escritores emplean el creole, para ser entendidos por sus coterráneos y marcar las distancias con respecto a Francia, aparecen novelas indispensables dentro del panorama cultural como Gouverneurs de la rosée (1944) y Canapé Vert y se publican investigaciones en diversos campos del conocimiento como la etnología, que reflejan los nuevos intereses de la intelectualidad y la sociedad haitiana entre los que se encuentran: Formation ethnique, folklore et culture du peuple haitien (1931) y L´ethnie haitienne (1941) de Kléber Georges Jacob. Por su parte, los artistas de la plásticas se dedicaron a la representación de la naturaleza y la vida rural de Haití y nace el movimiento de la pintura primitiva haitiana.

Palabras clave: Haití, nacionalismo, intervención, Price Mars, indigenismo.

1   Francois Duvalier: (1909-1971) Realizó estudios de medicina y en los inicios de su carrera política se presentó como defensor de los negros de las capas explotadas de Haití,en contra de la burguesía mulata. Asumió la presidencia del país en 1957 y se le conoció con el sobrenombre de Papa Doc. Su gobierno dictatorial se caracterizó por la manipulación de las masas mediante la religión vodú y la violencia. Se hizo reelegir en 1961 y en 1964, cuando estaba por concluir su mandato suspendió la Constitución y se proclamó vitalicio, manteniéndose en el poder con el apoyo de los Tontons Macoutes. Le sucedió en la presidencia su hijo Jean Claude, Bebé Doc, que continuó su política, dando lugar a una dinastía.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Cué Cedeño, D.: "Cultura haitiana y nacionalismo en la década del cuarenta del siglo XX ", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Junio 2012, www.eumed.net/rev/cccss/20/

Cultura haitiana y nacionalismo en la década del cuarenta del siglo XX.

En 1915, en el marco de la implementación de la política del Gran Garrote1 , Estados Unidos interviene con sus tropas en Haití. El pretexto para el acto injerencista fue la presencia europea en algunas esferas de la economía, y el relajamiento de la disciplina social; sin embargo, el verdadero móvil fue de orden económico.
Hacia 1910 la Banca haitiana estaba en manos de Francia, y por consiguiente, la deuda pública del país. Como garantía a esta deuda la antigua metrópoli plantea al gobierno caribeño la designación de un administrador francés para la institución. Ante este planteamiento Estados Unidos presenta a Haití la opción de una reorganización de la Banca con su participación, poniendo en práctica la diplomacia del dólar y demostrando así su buena voluntad hacia la República Negra frente a la penetración extranjera.
Por otra parte corrían rumores de que el gobierno alemán suministraba armas a los haitianos y apoyo monetario a un candidato presidencial a cambio de concesiones relacionadas con el arrendamiento de tierras. En 1909 Haití y Alemania firman un contrato para ceder un puerto de embarque de carbón y en 1914 este último país declara que no debe renunciar a participar en el control de las aduanas en Haití.
En vista de estas situaciones el presidente norteño Woodrow Wilson declara:
[…] Y es bien sabido que el gobierno de los Estados Unidos ha tomado durante varios años y sin variación de política, la actitud de que ni influencias ni intereses mercantiles extranjeros ni de ninguna otra influencia o interés extranjero proveniente de fuera del continente americano podría, con el consentimiento de Estados Unidos, ampliarse o ensancharse de modo que constituya un dominio en todo o en parte, del gobierno o la administración de un Estado independiente. 2
Hacía algunos años Estados Unidos ambicionaba la posesión de algunas tierras para el establecimiento de bases navales y carboneras y tomar parte en la recaudación aduanal haitiana. Este último asunto estaba en debate hacía algún tiempo entre la administración de la nación caribeña y la norteamericana sin resultados positivos para la última.
Sin embargo en 1914 todas las acciones de la Banca de Haití estaban en manos del National City Bank de New York y Estados Unidos hacía nuevas presiones a través de este para controlar las aduanas. En el mes de diciembre el norteamericano Roger Farham, presidente de la Banca haitiana, solicita ayuda a su país para transferir hacia allá un cargamento de oro equivalente a medio millón de dólares, perteneciente al tesoro haitiano.
En 1915 se produce la insurrección armada que buscaba el derrocamiento del presidente Vilbrum Guillaume Sam, que a su vez había tomado el poder a través de otra insurrección y la situación se torna favorable para la intervención norteamericana. La inestabilidad política “obliga” a EEUU a desembarcar para proteger los intereses nacionales y extranjeros. Una vez allí, aplaca la crisis y nombra presidente a Sudre Dartiguenave bajo promesa de cooperación a los ocupantes. Su ayuda se vio materializada en el Tratado entre los países sobre finanzas, desarrollo económico y tranquilidad de Haití, firmado el 16 de septiembre de ese año.
Con este Tratado…, los interventores tenían por objetivos esenciales el control de las aduanas, y la aprobación de medidas muy similares a las contenidas en la Enmienda Platt 3. En conclusión, quedó establecido un recaudador de aduanas y un asesor financiero, ambos norteamericanos; se le prohibió a Haití contraer deudas  y modificar las tarifas aduanales sin el consentimiento de EEUU, así como rentar o ceder porción alguna de su territorio a otros países, o firmar tratados con ellos. Se determinó además, la validez de este acuerdo por un período de diez años, que en 1917 fue prorrogado por otros diez para amparar un empréstito.
La legalización del Tratado… se aseguró con la Constitución de 1918 que otorgó además el derecho de poseer bienes raíces a extranjeros residentes en Haití, anulando una de las principales conquistas de la Revolución de 1804. En su artículo 127, el documento supremo validaba todos los convenios en vigor  y los establecidos en lo adelante, elevándolos a la categoría de leyes. Otro artículo ratificaba todos los actos del gobierno de los EEUU, y daba inmunidad a aquellos individuos cuyas acciones respondieran a órdenes de los ocupantes.
Durante este período 1915-1934, los haitianos fueron víctima del chantaje a través de la confiscación del salario al presidente y a los funcionarios públicos en favor de lograr beneficios bancarios; del restablecimiento del régimen de trabajo  la de corvée4 , del robo del tesoro público; de la inserción de  consejeros y recaudadores en las esferas más importantes de la economía, y del desprecio que estos hombres, por su condición de blancos, manifestaban por los habitantes de este pueblo predominantemente negro.
En este contexto, - al igual que ocurrió en otros países de América con la presencia norteamericana -, en Haití se produce un reverdecimiento de la conciencia nacional y los intelectuales ponen sus conocimientos y su producción cultural en función de la resistencia. Para esto, vuelven la mirada a sus orígenes como pueblo,  al folklore, las religiones populares y al papel desempeñado por la colectividad en los procesos históricos.
Tadeuz Lepkowski en su libro Haití, dedica algunas páginas al problema de la formación de la nacionalidad en ese país y plantea la existencia de varias etapas en este proceso, entre ellas, una que corresponde con estos años de  intervención norteamericana:   
Los años de la ocupación norteamericana (1915-1934) y el aumento del ritmo del desarrollo económico que se manifestó profundamente dentro de la sociedad, abolió la economía natural e hizo renacer en parte la gran propiedad, constituye el comienzo del proceso formativo de la nueva nación haitiana contemporánea. Otra vez, aunque en un grado de desarrollo totalmente distinto al de 1803, surgió frente a los ocupantes norteamericanos la unidad de capas y matices raciales. Era un período de renacimiento, o más precisamente, del renacimiento de un nuevo nacionalismo haitiano.5
La voz más alta de este movimiento nacionalista surgido al calor de la presencia norteamericana fue Jean Price Mars 6, quien en la década del veinte imparte una serie de conferencias sobre las creencias populares, la ascendencia africana y las artes en Haití, encaminadas a enfatizar los valores históricos y culturales de estas expresiones7 , en contraposición a las doctrinas antropológicas europeas aún prevalecientes desde el siglo anterior, que proclamaban la inferioridad del negro y su destino de servir al blanco.
Desde el siglo XIX, intelectuales como  Edmond Paul, Louis Joseph Javier, Aníbal Price y Antenor Firmin se opusieron a estas corrientes ideológicas y orientaron su defensa de la haitianidad resaltando aspectos como el hecho de haber sido estos negros los creadores de la primera nación caribeña y los protagonistas de la única rebelión de esclavos que llegó a feliz término por su alto grado de organización e integración en fecha tan temprana como 1804.
Antenor Firmin, se destacó en esta labor en favor de la rehabilitación del hombre negro y se enfrascó en la búsqueda de criterios científicos que argumentaran la igualdad racial. Con este propósito se remitió a paladines de la guerra independentista tales como  Jacques Dessalines, Toussaint Louverture o Henri Christophe, hombres capaces de guiar la conformación de una república sobre la marcha de los acontecimientos, y cuya inmensidad se ve remarcada por unos antepasados provenientes del África marginada.
Price Mars es heredero de este carácter científico de Firmin, y sus  estudios etnográficos pretenden ser una respuesta al nuevo colonialismo impuesto por Estados Unidos que consideraba a los haitianos incapaces de dar solución a sus conflictos económicos y sociales, solo que ahora, en el siglo XX, no se quiere demostrar la paridad racial, sino destacar el bagaje cultural heredado del África, como algo tan o más valioso, que la herencia cultural de los blancos.
Uno de los principales aportes de este pensador es la asimilación de lo puramente negro como componente fundamental de la haitianidad, y el llamado a todos los sectores y clases de la sociedad a la  aceptación de esta verdad como primer paso para la descolonización.
Por otra parte, sabedor de que la cultura es una de las primeras armas de un pueblo contra el colonialismo, Price Mars alerta acerca de la necesidad de abandonar el afrancesamiento en la literatura, habla de aquella lengua como algo prestado y llama a la asunción de temas que reflejen las esencias nacionales:
[..]haría falta que la materia de nuestras obras fuera obtenida a veces en esa inmensa reserva que es nuestro folklore, donde se condensan desde siglos los motivos de nuestras voliciones, donde se elaboran los elementos de nuestras sensibilidad, donde se edifica la trama de nuestro carácter de pueblo, nuestra alma nacional.8
Con estas consideraciones se identificaron inmediatamente un grupo de escritores nucleados alrededor de la Revue Indigene 9-la cual desde su fundación en 1917 venía abordando la cuestión de lo nativo-, y Price Mars fue proclamado como el padre  de un movimiento cultural que toma de dicha revista su nombre: el Indigenismo.10
Entre los fundadores o primeros cultivadores de esta tendencia podemos citar a  Normil Sylvain, Antonio Vieux, Philippe Thoby-Marcelin, Carl Brouard, Emile Roumer y Jacques Roumain11 , figuras de la llamada “generación de la ocupación” que en la década del cuarenta contribuyen al vertiginoso desarrollo alcanzado por las manifestaciones del arte en aquel país, pero que se inician en las páginas de la mencionada publicación con poemas relacionados con las costumbres y los valores tanto musicales, religiosos como danzarios. Más tarde se adhieren a esta tendencia representantes de una nueva generación como Jean F. Brierre, Félix Morisseau-Leroy, Roussan Camille, etc.
En medio de esta efervescencia nacionalista y como respuesta la neocolonización estadounidense entre 1915 y 1930, se fundan algunas instituciones que fomentan el desarrollo cultural y la unidad del país. Tales son la Sociedad Haitiana de Historia y Geografía en 1924, creada por Jean Price Mars, Justin Chrisostome Dorsainvil para promover trabajos e investigaciones humanísticas, de gran repercusión en las artes y las letras en la década del cuarenta. También se fundan la Liga de la Juventud Haitiana y la Unión Patriótica en 1915 por Georges Sylvain y más tarde, en 1934, Jacques Roumain crea el Partido Comunista Haitiano.12
El fin de la intervención norteamericana se vislumbra aproximadamente en 1930. Por este tiempo la política del Gran Garrote había provocado un rechazo general en América Latina y en el propio Estados Unidos y la prensa se pronunciaba en favor de los derechos de los gobiernos de Latinoamérica. Esto, ligado a la crisis económica de 1929 llevó a un cambio en la estrategia del país imperialista, ahora marcada por la política de “buena vecindad” trazada por el presidente Hoover, de la cual  su sucesor Franklin Delano Roosevelt, sería brillante teórico y aplicador.
En 1931, EEUU le devuelve  a Haití la Dirección de Obras Públicas, el Servicio Técnico Agrícola, la Oficina de Impuesto y las Oficinas de Higiene excepto las ubicadas en Puerto Príncipe y Cabo Haitiano, y se le da mayor libertad al Secretario de Finanzas haitiano, aunque mantenía el control de un asesor.
1932  abre una etapa de panamericanismo donde la preocupación fundamental es la lucha contra el comunismo. El 14 de junio 1934, Estados Unidos firma una resolución de no intervención y el 5 de julio Franklin Delano Roosevelt visita Haití para anunciar el retiro de sus marines, que se hace efectivo el 24 de ese mes con la rúbrica de un acuerdo entre los dos estados.
Luego de la retirada de las tropas ocupantes en 1934, reverdecen las diferencias entre negros y mulatos disipadas entre 1915 y 1934 frente a la intervención, y cobra mayor fuerza la cuestión racial. El indigenismo aunque mantiene el tratamiento a los temas propuestos por sus fundadores como el paisaje, la vida rural, las flores y las frutas, se ve matizado por las ideas de la negritud formuladas por el intelectual martiniqueño Aime Cesaire. La atención se centra ahora en el negro campesino sin mezclas raciales, en sus costumbres y tradiciones ancestrales donde puedan hallarse aún las huellas del África.
De la nueva tendencia se hace eco el sector negro dominante de la sociedad y aparece en 1938 la revista Les Griots, fundada por Jacques Francois Duvalier13 , Lorimer Denis y Louis Diaquoi con la intención de salvaguardar la oralidad y las tradiciones africanas presentes en Haití
También en estos años posteriores a la retirada de los marines norteamericanos se crean algunas instituciones culturales que si bien se corresponden con la corriente nacionalista que tenía lugar en Haití, contaron con el apoyo del “buen vecino” del norte y tuvieron un marcado sentido político.
La primera de ellas, a cargo de la fundación de igual nombre, fue el Museo Nacional Sténio Vincent, abierto al público el 23 de enero de 1938 con la misión de: “préserver la mémoire du passé et de le glorifier, de reconstruire la fierté nacionale après la glife de l´occupation américaine, de se donner des raisons d´espérer puor le futur, de comprendre le présent et de stimuler la recherche et les études historiques.”
En el propio año, también bajo la égida de la Fundación Stenio Vincent, se inaugura la Biblioteca Nacional de Haití. Más tarde, en octubre de 1941, mediante el Decreto Ley  firmado por el Presidente Elie Lescot,14 se abre el Instituto Nacional de Etnología, y subordinado a este, el  Bureau d´Ethnologie de la Republique d´Haití, con un museo adjunto. 
La Campaña antisupersticiosa,  llevada a cabo  en 1942, igualmente bajo el mandato de Lescot, muestra sus verdaderas intenciones entra en contradicción con los propósitos de estos dos centros dedicados a la enseñanza, defensa y preservación de la cultura popular haitiana, al tener como objetivo acabar con las religiones populares.
Todos los factores anteriormente expuestos contribuyen y sientan las bases para que los años finales de la década del treinta y la del cuarenta sean tiempos de renacimiento cultural en Haití. Poetas, escultores, arquitectos, pintores, novelistas, historiadores, músicos, artistas e intelectuales en general se ponen en función de estudiar el pasado histórico y revelar los tesoros de la literatura y el arte haitianos heredados del Continente Negro.
La música logra una de las aspiraciones expresadas por Jean Price Mars que fue llevar la música vodú a las salas de concierto, ejemplo de esto fueron los solistas Ludovic Lamothe, Justin Elie, Werner A. Jaegerhuber, etc. También agrupaciones como la Orchestre Saieh y Jazz de Jeunes fusionaron la cadencia de las grandes bandas de merengue  y los ritmos vodú. De estas mezclas salieron el Mereng Ibo, el Mereng Petro, el Mereng Rabòdaq y otros poliritmos de base tradicional. La mayor parte de las melodías tocadas por estas orquestas provienen de la música campesina.
Por su parte la literatura que desde finales del siglo anterior venía incursionando en contenidos sociales y patrióticos, asume los temas rural, del negro y las creencias populares a partir de la intervención norteamericana.  Los escritores hacen sus creaciones empleando el creole, para ser entendidos por sus coterráneos y marcar las distancias con respecto a Francia. En este momento se publican los poemarios con asuntos negristas como Assaut á la Nuit (1940)de Roussan Camille, Chants sauvages (1940) de Clément Benoit, Black Soul (1947) de Jean F. Brierre, y de Jacques Roumain, Bois d´ebene (1945).
Aparecen además novelas indispensables dentro del panorama cultural haitiano sobre la difícil vida del campesino, sus conflictos y tradiciones. Tales fueron Gouverneurs de la rosée (1944) de Jacques Roumain y Canapé Vert (publicada en 1944) de Philippe Thoby-Marcelín y Pierre Marcelin, ganadora del Gran Premio a la Novela Panamericana en 1941.
Igualmente se produce un desarrollo de las ciencias y se publican investigaciones en diversos campos del conocimiento como la etnología, que reflejan los nuevos intereses de la intelectualidad y la sociedad haitiana. Entre los título más renombrados hallamos: Formation ethnique, folklore et culture du peuple haitien (1931) y L´ethnie haitienne (1941) de Kléber Georges Jacob.
Las artes plásticas por su lado, habían encontrado desde la década del treinta los caminos del nacionalismo en las figuras de Georges Remponeau, Pétion Savain, Edouard Preston, Roland Dorcély entre otros. Estos artistas se dedicaron a la representación de la naturaleza y la vida rural de Haití y algunos de ellos  formaron parte del movimiento indigenista que tenía como preceptos:
S´inspirer uniquement des réalités haïtiennes (paisajes, paysans, vie rurale, fleurs, fruits d´Haïti…)
Partir de techniques les plus modernes et essayer de les adpter aux exigences de l´art haïtienne. 15
En 1943 se establece en Haití Dewitt Peters, enviado del Departamento de Estado Norteamericano para los asuntos culturales. Pintor y profesor, desde su llegada se relaciona con las manifestaciones populares de las artes haitianas, las cuales podía encontrar a su paso por la ciudad, decorando las paredes de las casas y comercios, como parte de la vida cotidiana.
En el propio 1943, Peters logra, a través de Horace Ashton director del Instituto Haitiano Norteamericano16 , abrir una sección dedicada a las artes de la cual fue coordinador. Desde ahí, recorre varios puntos de la geografía haitiana “descubriendo” a estos pintores populares que más tarde, en 1944, logra agrupar en el Centro de Arte de Puerto Príncipe, que funda el 14 de mayo de ese año.
Los miembros del Centro de Arte eran en su mayoría practicantes de algún oficio: zapatero, sastre, pintor de brocha gorda o sacerdotes del vodú. Todos llevaban años dedicados autodidactamente a la pintura ya fuera en función del ornato del ambiente o de su religión que demandaba dibujos y colores para los templos, las  vasijas rituales, banderolas y vevers, pero nunca con la concepción de arte.  Sus temas estabas relacionados con la historia nacional, las escenas cotidianas y las deidades vodú. Su técnica se caracterizaba por la ingenuidad de las composiciones y los colores planos. Figuras cimeras fueron Hector Hyppolite en primer lugar, Rigaud Benoît, Castéra Bazile, Philomé Obin y Préfète Duffaut, entre otros.
En un principio Peters no aprobó esta manera de hacer y pretendió dar a estos hombres una formación artística sólida acorde con las últimas tendencias de la pintura, además de solventar “…l´urgente nécessité de briser l´isolement d´Haïti et de la metro en relationavec les autres républiques de l´hemisphère occidental…”17 . Para ello invitó a los artistas norteamericanos William Calfee y Jason Seley y al intelectual francés André Breton. También organizó varias muestras de pintura y pintores modernos cubanos que expresaban su ideal que unir las esencias nacionales con las más avanzadas tendencias del arte universal.
No fue hasta 1945 que  Peters cambia su visión del asunto, testimonio que recoge Philipe Thoby Marcelin en su Panorama de la Peinture haïtienne:
Mais ce fut plus tard, à Port-au-Prince, que jéus ma seconde révélation lorsque Jose Gomez Sicre – qui avait organisé puor le Centre d´Art une exposition d´art moderne cubain – me surprit et me bouleversa par le enthousiasme que lui inpirait la peinture primitive haitïtienne (particulièrement les premières eouvres de Louverture Poisson qui peignait alors sur du papier photographique). Mes yeux s´ouvrirent soudainement et violemment, et ce ne fut plus qu´une question de tours – de semaines au plus- pour que je devienne plus enthousiaste que Gomez Sicre même des production  artistique de cette sorte.18
A partir de este momento comienza un proceso ascendente de promoción y comercialización de la pintura primitiva haitiana. Se realizan exposiciones en diversos escenarios: La Habana, Washington, New York, San Francisco y el Museo de Arte Moderno de París con la Exposición Internacional de Pintura Moderna organizada por la UNESCO, donde el grupo haitiano fue declarado el más original. El  Museo de Arte de San Francisco adquiere una obra de Louverture Poisson en 1947 y en 1948 el Museo de Arte Moderno de Nueva York compra obras Philomé Obin y Jacques Enguerrand Gourgue. 19

La década del cuarenta fue un momento culturalmente importante para la nación haitiana. El reconocimiento de sus cualidades identitarias y la unidad intelectual como forma de descolonización propició un desarrollo en los ámbitos científico, artístico y literario, sin precedente en este país. Sin embargo, estas condiciones no durarían mucho tiempo, pues en  1957 toma el poder el dictador Jean Francois Duvalier y da inicio a una etapa triste de la historia en esa isla caribeña, marcada por la violencia y el empobrecimiento económico.  

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  41. Saint-Eloi, Rodney: “Peinture et indigénisme” en  Conjonction. Haïti, No. 197, Jan-Fév-Mars, 1993, p. 125-149.
  42. Widmaïer, Mushi: “Musique haïtienne” en  Conjonction. Haïti, No. 206, 2001, p.75-78.

1 El Gran garrote fue una política exterior muy agresiva que puso en práctica Estados Unidos fundamentalmente en el primer cuarto del siglo XX,  en especial con América Central, el Caribe y el Extremo Oriente, usando la fuerza cuando la consideraba necesario. Esta política queda bien sintetizada en la máxima “habla suavemente y lleva un gran palo”.

2 Dexter Perkins: Historia de la Doctrina Monroe, p. 219.

3 Cfr: Hortensia Pichardo Viñlals: Documentos para la historia de Cuba, t.2, p. 112-115, y Suzy Castor: La ocupación norteamericana de Haití y sus consecuencias 1915-1934, p. 131-134.

4 Ley promulgada en 1864 que obligaba a los campesinos a trabajar de forma gratuita en la construcción de caminos. Durante la ocupación se aplicó con la misma concepción de trabajo forzado y fue asumido por el pueblo como una vuelta  a la esclavitud, lo que provocó múltiples protestas.

5 Tadeuz Lepkowski: Haití, Tomo II, p. 123.
 

6 Jean Price Mars: (1876 – 1961) Destacado intelectual y político haitiano. Ocupó numeras responsabilidades gubernamentales durante su vida entre las que se pueden mencionar: Funcionario de la Embajada de Hiatí en Berlín (1903), Funcionario del gobierno del presidente Nord Alexis (1906), Secretario de Legación en Washington (1909), Encargado de Negocios en París (1915), Senador de la República (1930 y 1941), Secretario de Estado de Relaciones Exteriores (1966y 1957) y Embajador en República Dominicana (1947-1949). En 1921 imparte una serie de conferencias sobre el folklore y la cultura haitiana, que en 1928 se convirtió en el volumen Así Habló el tío que le valió ser reconocido como el padre el movimiento indigenista y de la negritud en su país.

7 Estas conferencias devinieron el libro titulado Ainsi Parla l´Oncle (Así habló el tío) publicado en 1928, queen 1968 editó en Cuba Casa de  Las Américas con prólogo de René Depestre.

8   Jean Price Mars : Así habló el tío, p. 242.

9   La Revue Indigènefue creada en 1927 y tuvo una duración de seis meses y cinco números. Su objetivo no era político sino cultural y sus contribuyentes se inspiraban para sus creaciones en las costumbres y los valores musicales, religiosos y danzarios relacionados con la vida y la cultura nacional.

10 Para comprender la significación del término es útil conocer la aclaración que realiza Michaelle Ascencio en el prólogo a la edición de Gobernadores del rocío y otros textos en la página XI, nota 3 :
En el contexto haitiano, la palabra indigenismo que proviene del vocablo indígena, está tomada en su acepción primera: nacido en el país, autóctono. El Diccionario Robert precisa: “Persona indígena en un país exótico (antiguas colonias) Los europeos y los indígenas. Casarse con una indígena. La mejor traducción de la palabra indígena en español sería criolla. Criollismo entonces: vuelta a lo criollo, a lo que es del lugar […]

11    Jacques Roumain: (1907-1944) Poeta, novelista y revolucionrio haitiano, fundador del movimiento indigenista y del Partido Revolucionario Haitiano. Fue encarceldo en varias ocasiones por sus ideas políticas. Es autor del libro de cuentos La presa y la sombra y de las novelas: Los fantoches, La montaña embrujada y Los gobernadores del rocío. Esta última está considerada como una de las más importantes de la literatura de ese país.

12    Jean Price. De Saint-Domingue à Haïtí; Essai sur la Culture, les Arts et la Littérature, p.44, menciona que en el período se fundaron organizaciones relacionadas con las artes y las letras pero no las refiere y en la bibliografía revisada no aparecen señaladas. 

13   Francois Duvalier: (1909-1971) Realizó estudios de medicina y en los inicios de su carrera política se presentó como defensor de los negros de las capas explotadas de Haití,en contra de la burguesía mulata. Asumió la presidencia del país en 1957 y se le conoció con el sobrenombre de Papa Doc. Su gobierno dictatorial se caracterizó por la manipulación de las masas mediante la religión vodú y la violencia. Se hizo reelegir en 1961 y en 1964, cuando estaba por concluir su mandato suspendió la Constitución y se proclamó vitalicio, manteniéndose en el poder con el apoyo de los Tontons Macoutes. Le sucedió en la presidencia su hijo Jean Claude, Bebé Doc, que continuó su política, dando lugar a una dinastía.

14   Elie Lescot: Fue elegido en 1941 y sucedió a Sténio Vincet. Durante su mandato y hasta su caída en 1946, cooperó estrechamente con el gobierno norteamericano. Su período presidencial se caracterizó por la crisis económica, el entreguismo y el descontento popular. Fue depuesto el 11 de enero de 1946 debido al reclamo del Comité Nacional de Huelga.

15   Rodney Saint-Eloi  “Peinture et indigénime”, p. 130.

16  Fundado en 1942 por haitianos y norteamericanos residentes en Puerto Príncipe.
 

17   Eddy Arnold Jean: Le vingtième siècle haïtien, p.54

18   Ibíd., p. 55.

19    Estos acontecimientos propician la entrada del arte haitiano al mercado internacional y traen por consecuencia que la creación se ponga en función de la venta, acudiendo a fórmulas ya probadas que impiden el desarrollo natural del arte haitiano.  Peters como director del Centro de Arte y el también norteamericano Selden Rodman con su pluma, contribuyen a los causes que siguió este fenómeno y recibieron la mayor parte de sus beneficios económicos. Como dignos ejecutores de la política de Buena vecindad de los Estados Unidos, se dedicaron a “descubrir” las “potencialidades” del arte haitiano e hicieron de esa tierra un sitio propicio para la inversión yanki.