Contribuciones a las Ciencias Sociales
Febrero 2012

CONTRASTACIÓN ENTRE EL REALISMO, EL IDEALISMO Y EL ESCEPTICISMO POLÍTICO DEL RENACIMIENTO

Luis H. Bailón García (CV)
bailon_lui@gva.es

Resumen:
En la transición al renacimiento se produjo también una amplia transformación en las ideas políticas. Se generaron tres grandes corrientes de pensamiento político, tendentes a reorganizar el formato del “naciente” estado de maneras muy diferentes.

Palabras clave: ciencias politcas, realismo, idealismo, renacimiento, maquiavelo, tomas moro, thomas more, utopia, montaigne.




Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Bailón García, L.: "Contrastación entre el realismo, el idealismo y el escepticismo político del renacimiento ", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Febrero 2012, www.eumed.net/rev/cccss/18/

Las teorías políticas del idealismo y del realismo tienen su origen en el pensamiento político griego. Se deben principalmente a Platón (idealismo) y a Aristóteles (realismo).
El término “idealismo”, común para referirse a las ideas platónicas, es errónea, puesto que las teorías platónicas desde su punto de vista son “realistas” puesto que las “ideas” poseen una existencia auténticamente “real”.
Platón usó el término “idea” para nombrar la realidad “eterna” e “inmutable”. Así pues, para platón, la idea es el “plasmación” ideal de una cosa. Platón considera que las ideas son modelos de las cosas o incluso las cosas mismas en su estado de perfección. La teoría de las ideas es el núcleo de toda la filosofía platónica, contiene principalmente su teoría del conocimiento y su metafísica, aunque también encierra contenidos esenciales de política, ética y lógica. Así pues, Platón redujo las ideas a objetos matemáticos y a cualidades como la sabiduría, valor, templanza y justicia.
Para Platón, la dialéctica y la bondad son los caminos hacia las ideas. Pero considera que por sí mismos no bastan: es necesaria la virtud, que también es el camino hacia el Bien y la Justicia. Platón considera que el hombre aislado no puede ser bueno ni sabio, necesita de la comunidad política (el Estado). Así, la virtud y el Estado permiten el acceso a las Idas. Pero éstas, a su vez, son su fundamento último.

Transformación del renacimiento

En los siglos XV y XVI, la sociedad europea sufre una gran transformación debida a una serie de acontecimientos claves1 :

  • Los descubrimientos geográficos del Nuevo Mundo.
  • La aparición de los Estados nacionales (Francia, España, Inglaterra), cohesión territorial y la concentración del poder en un soberano. El Estado nacional lucha por su autoridad, por su liberación de los lazos supranacionales típicos del sistema medieval.
  • La Reforma protestante, que divide a la religión, motor de la sociedad civil.

Las tres principales filosóficas destinadas a la organización social y política de la nueva realidad de los Estado son:

  • El “Realismo político” propugnado por Maquiavelo en su texto “el príncipe”.
  • El “Utopismo idealista” creado por Tomás Moro en su libro “Utopía”, donde relata la organización de una sociedad ideal (seria la actualización de las teorías idealistas, pero no basadas en Platón).
  • El “Pesimismo y Escepticismo” defendido por Montaigne, que critica la razón dogmática y los valores absolutos, y se podría situarse a medio camino ente las otras dos concepciones.

Maquiavelo: El “Realismo político”.

Tuvo una extensa carrera política en Florencia hasta el ascenso de los Médici, que le apartaron de la vida pública. En su retiro, Maquiavelo escribió “El Príncipe”, breve tratado político que describe del origen y mantenimiento del Estado. El objetivo de Maquiavelo es explicar las razones del hundimiento político y militar florentino e italiano en general y mostrar una nueva forma política. En cuanto al príncipe que hubiera de tomar como modelo, para el diseño de su obra, se cita a Fernando El Católico y César Borgia. El libro fue publicado después de su muerte y condenado por el Papa Clemente VIII.

La política de Maquiavelo se basa principalmente en2 :

  • El abandono de las teorías políticas de Platón y Aristóteles.
  • La recuperación de las formas políticas de Roma.
  • El estudio empírico de la realidad.
  • Consideración de la naturaleza humana: el hombre se mueve por la ambición, las pasiones y los deseos insaciables.
  • La independencia de la política respecto de la moral y la ética.
  • La seguridad y la conservación de la patria para garantizar la convivencia tienen absoluta prioridad (razón de Estado).

El mantenimiento y protección del soberano y la sociedad requieren de ciertas cualidades y servicios 3:

  • Prudencia política. Es la capacidad para prever situaciones, que faculten al soberano con el sentido de la oportunidad y aceptación de la necesidad de acción frente a los sucesos.
  • Las grandes virtudes. Fuerza, inteligencia y valor del soberano para imponer un orden social y estatal, liberado de la corrupción.
  • El ejército. La seguridad del estado tiene que estar garantizada por un ejército formado por ciudadanos que protejan su libertad.

"El fin justifica los medios", no es una frase carente de moral y ética como han tratado de demostrar los críticos de Maquiavelo, simplemente es una reflexión en la que reconoce que de las mismas circunstancias que enfrenta, "El Príncipe", él debe extraer las premisas necesarias para desenvolverse en una sociedad en transformación.
El éxito de un soberano radica en saber prever las situaciones, valorarlas y armonizar su conducta con la dinámica inherente a ellas. Son las necesidades las que impondrán una respuesta. Maquiavelo intenta demostrar que los hombres se miden con el mundo y actúan sobre él.

Tomás Moro. Una sociedad “Utópica”

Tomás Moro (1480-1535) fue un importante jurista, político y filosofo, que además fue amigo de Erasmo de Rótterdam, el principal humanista. La principal obra de Tomás Moro (1480-1535), Utopía, publicada en 1516, combina las exigencias del Humanismo cristiano con las del epicureismo y el estoicismo.
Al no querer prestar el juramento antipapista en 1534, dado el fracasado intento de divorcio de Enrique VIII, fue encerrado en la torre de Londres. Finalmente, fue condenado a muerte por el delito de “alta traición” tras un juicio sumario en 1535 4.
En su obra “utopía”5 , Moro crítica la situación política y social de Europa, centrándose en la Inglaterra de mediados del siglo XVI. Moro, considera que todos los males del hombre no son producto de los designios divinos ni surgen de su propia naturaleza. En contra de la tesis mantenida por Hobbes (el hombre es un lobo para el hombre), Moro cree en la bondad e inocencia connaturales al hombre. Considera que todo desorden y amoralidad es siempre fruto de una mala organización y gestión pública. Son las instituciones, organizaciones sociales y políticas las responsables de la entidad moral de los ciudadanos que están bajo su gobierno. Al margen de las raíces trascendentes o naturales del mal, Moro realizó un análisis social que considera le llevo a su origen. El origen del mal se halla vinculado principalmente a dos fenómenos. La propiedad privada, que lleva a la pobreza del “no poseedor”, y la guerra derivadas de la pura ambición los gobernantes.
Las tres críticas sociales principales de la sociedad renacentista son:

  • La pobreza de amplios sectores de la población.
  • la concentración del poder en el monarca
  • El expansionismo estatal que chocando con el de otros estados,  provoca las guerras.

Utopía, término originalmente acuñado por Moro, designa un "no-lugar" o un "lugar ilocalizable en ningún sitio" por cuanto es un ideal.
En su obra, Moro nos describe la isla de utopía como una comunidad de trabajadores que, gobernados por los más sabios, actúan con vistas al bien común. En ella no existe la propiedad privada, sino que todos producen, participan y disfrutan de los bienes, por lo que la miseria y las revueltas y revoluciones asociadas a la pobreza desaparecen. Pero la utopía de Moro no es revolucionaria puesto que legitima y justifica el poder absoluto del gobernante. Todo está sujeto a un orden inexorable. Los delitos se castigan con la esclavitud, no con la pena de muerte, y el ocio y el vicio se previenen mediante un trabajo y una cultura dirigidos. No hay penosas diferencias sociales, pero la libertad se halla constantemente vigilada para que nadie sobrepase los límites de la "corrección moral".
El modelo de organización social y político propuesto por Moro está inspirado en las sociedades aborígenes descubiertas en América. Sus principales características son:

  • No existe la propiedad privada. La imposibilidad de acumular riqueza y lo innecesario de esta, hace de los ciudadanos utópicos no envidien ni codicien lo de los demás, ya que todos tienen lo mismo.
  • Todos trabajan las mismas horas (seis). Y estas horas son suficientes porque todos trabajan y no hay clases sociales ociosas que exploten y vivan del trabajo.
  • Las instituciones de gobierno cambian constantemente y se eligen miembros de todas las familias. Los cargos son elegidos democráticamente entre sabios de las familias.
  • Existen muy pocas leyes, de esa manera todos las pueden conocer y comprender sin necesidad de letrados.
  • Los delitos carecerían de motivación, pero en caso de producirse se pagarían con la fuerza del trabajo, y si el delito fuese muy grave la condena sería de esclavitud al servicio de la comunidad.
  • La educación es universal e igual para todos.

Montaigne. El “Pesimismo y Escepticismo”.

Montaigne (1533-1592) representa una filosofía distinta dentro del Renacimiento. Su obra Ensayos inaugura un género basado en la reflexión libre y subjetiva. Montaigne destaca por su análisis de las instituciones, acciones y costumbres, así como por su oposición a cualquier forma de dogmatismo carente de una base racional. Montaigne utilizó el escepticismo filosófico y puso de relieve las contradicciones e incoherencias inherentes a la naturaleza y la conducta humana. Sin embargo, su moral tendía hacia el epicureismo, revelando que rechazaba la esclavitud de las pasiones y los deseos. Del humanismo recibe la influencia del escepticismo antiguo (Pirrón y Sexto Empírico), que empleará para ponerle límites al conocimiento del hombre y criticar los sistemas con valores morales absolutos. Apoya la adhesión no dogmática a la tradición religiosa y se une a un conservadurismo político que desconfía de las novedades.
Su relativismo filosófico, justifica la relación carente de dogmatismo que Montaigne establece con su lector. Él mismo  Montaigne cuestiona sus propias afirmaciones, haciendo hincapié en el efecto del "estado de ánimo y opiniones", que considera fruto de los sucesos del mundo “conocido” 6.
Resulta curioso que Montaigne reflexionaba en voz alta y un secretario (existieron tres sucesivos) tomaba nota al dictado7 .

El relativismo filosófico-cultural de Montaigne queda manifiesto en los ataques:

  • Al etnocentrismo.
  • Al antropocentrismo.

Montaigne reivindica la excelencia de la sociedad “salvaje”, ofreciendo una imagen del hombre y su dignidad con dos vertientes:

  • La conducta pública tiene que estar sometida a la costumbre que configura una conciencia universal.
  • La vida interior que construye una personalidad propia libre de los prejuicios.

La unidad de su obra (ensayos8) reside en el original procedimiento de su investigación filosófica, espejo del autor. "Es a mí a quien pinto." El objetivo buscado es el conocimiento de sí mismo, la evaluación de su propio juicio, la profundización de sus inclinaciones.
Así pues, la dignidad del hombre consiste en cumplir con la costumbre y en mantener el juicio crítico de la razón perseverando en la construcción de un yo auténtico y libre.
Y podría resumirse en la frase “conócete a ti mismo”.

1 VON MARTIN, Alfred. Sociología del Renacimiento, Fondo de Cultura Económica, 2005.

2 MIRAVITLLES, Francisco. Maquiavelo: pensamientos y sentencias extraídos de las obras del gran ideólogo del Renacimiento, Península 1996.

3 MAQUIAVELO, Niccola, NAPOLEON I. El príncipe : comentado por Napoleón Bonaparte, Espasa Calpe, 1976

4 BOUYER, Louis. Tomas Moro: Humanista y Mártir, Encuentros, 2009.

5 MORO, Tomas. Utopía, Círculo de Bellas Artes, 2010.

6 THIEBAUT, Carlos: "Montaigne como pretexto", Revista de Occidente, 130, 1992, pp. 27-49.

7 Michel Onfray. Le christianisme hédoniste, tomo 2 de Contre-histoire de la philosophie. Paris : Grasset, 2006.  Pág. 211-213

8 MONTAIGNE, Michael. Los ensayos (edición de 1595). Colección Ensayo 153. Barcelona: El Acantilado, 2007.