Contribuciones a las Ciencias Sociales
Diciembre 2011

DESCRIPCIONES DE LA LLANURA COMO CONSTRUCCIÓN DEL VACÍO EN LA ARGENTINA. UNA REVISIÓN DE LA LITERATURA DE FICCIÓN Y LOS FILMES DOCUMENTALES ARGENTINOS, COMO SOPORTE DEL TRABAJO DE CAMPO EN PEQUEÑAS LOCALIDADES



Juan Manuel Diez Tetamanti (CV)
jmdiezte@yahoo.com.ar
Profesor de Ordenamiento Territorial.
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
Comodoro Rivadavia. CONICET.
«Este trabajo se benefició de una ayuda de la Agence Nationale de la Recherche de Francia en el marco del programa SYSTERRA, referencia ANR-09-STRA-04»



Resumen:

Algunos temas de investigación poseen escasa bibliografía de consulta. En el caso de la geografía social y rural, en el contexto argentino y precisamente en la Provincia de Buenos Aires, existe una amplia bibliografía sobre temas económicos, históricos y productivos. Sin embargo el tema del despoblamiento, el vacío, el éxodo rural y la vida cotidiana de los habitantes de las pequeñas localidades se encuentra poco documentada en la literatura académica (aunque en los últimos cinco años, el tema se encuentre en crecimiento).
En el presente artículo se realiza una revisión de la literatura de ficción, ensayos y filmes documentales argentinos que toman el tema de las pequeñas localidades de la Provincia de Buenos Aires, a partir de una visión subjetivizada y vinculada con periodos históricos nacionales. Lo que interesa a éste artículo es agregar un insumo más al método de la investigación en Geografía. En este punto se trabaja con novelas, ensayos y filmes documentales, que luego fueron beneficiarios de información tangencial y de apoyo en la construcción de lo que constituye el trabajo de investigación central de la cual emerge este artículo: la tesis de doctorado titulada «Acciones locales y políticas públicas en pequeñas localidades de la provincia de Buenos Aires».

Palabras Clave: literatura, ficción, geografía, documentales, pequeñas localidades, rural, bonaerense, método.

«La pampaescomoelcieloalrevés».
Anónimo.ReproducidoporAtahuapaYupanqui.

 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Diez Tetamanti, J.: "Descripciones de la llanura como construcción del vacío en la argentina. ón de la literatura de ficción y los filmes documentales argentinos, como soporte del trabajo de campo en pequeñas localidades", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, diciembre 2011, www.eumed.net/rev/cccss/16/

América del Sur continúa siendo en nuestros tiempos el lugar del asombro, la maravilla y porque no del espanto ante los sentidos del foráneo, del local y de quien abre sus sensaciones a lo desconocido. Para Milton Santos, el paisaje es simple de definir: «todo lo que vemos, o lo que nuestra visión alcanza es el paisaje. ...el dominio de lo visible... no sólo está formado por volúmenes, sino también por colores, movimientos, olores, sonidos, etc.» (Santos, M. 1996:59). La definición de Santos se enmarca en un análisis totalizador de la realidad en donde tanto espacio como paisaje provienen de los movimientos de la realidad. (Santos, M. Op.Cit).

En la ciencia geográfica, resulta mucho más habitual la recurrencia a fuentes de datos duros, a encuestas, entrevistas, indicadores económicos, descripciones físicas o señalamientos geodésicos que a aquellas palabras guardadas en la literatura no académica. Allí, en la literatura de ficción, en los ensayos sociológicos de autores autóctonos, en las observaciones asombradas de los escritores, residen una inmensidad de componentes del paisaje, de apreciaciones subjetivas, de sensaciones; que resultan de gran interés para el análisis geográfico.
En la Argentina, la literatura se mistura entre la cuestión política, la reivindicación de ideas, la desolación y la obra del Hombre en medio de la descripción del paisaje. Y la geografía allí encuentra un camino para el análisis, nutriéndose de las palabras selladas, de la ficción que reclama,  de aquel mosaico de relaciones, de formas y sentidos que componen -según Milton Santos- tanto el espacio como el paisaje.
Así, para la realización de una parte de la introducción al tema de la tesis doctoral titulada «Acciones locales y políticas públicas en pequeñas localidades de la Provincia de Buenos Aires» se decidió realizar una revisión de la literatura del paisaje pampeano – argentino. Esta revisión, además incorporar una estética diferencial al trabajo de investigación, resultó útil al momento de procesar el trabajo de campo de observación participante y entrevistas.
Lo que se pretende aquí, es colaborar con la ampliación de los elementos a los que se recurre en la investigación en geografía. En este sentido, la literatura provocó llamados de atención en torno a las sensaciones de los  habitantes pampeanos entrevistados, o a las imágenes de paisaje reproducidas por los funcionarios citadinos también entrevistados en el marco de la tesis.
En síntesis, se considera que el trabajo de revisión de la literatura de ficción, ensayos y documentales fílmicos resulta beneficioso para ampliar el enfoque de análisis, la profundización en términos descriptivos subjetivos como: vacio,extenso,abandono,soledad,etc. como componentes del paisaje y el espacio. La vinculación de la descripción literaria del paisaje con profundo contenido político, constituyen en sí la parte más jugosa del trabajo de revisión, aportando información relevante del complejo  movimiento dinámico que compone ese espaciototal miltonsantiano.
Es así, que para Julio Mafud, sociólogo argentino discípulo de Ezequiel Martínez Estrada, el paisaje resulta importante como nexo entre el hombre y el lugar. Mafud declara algo quizás acertado, incluso para nuestros días; en su libro «El desarraigo Argentino» (1959) dice: «El paisaje literario es la resultante de una actitud del hombre frente a la naturaleza. Una fusión o una simbiosis. Inmerso el hombre en la naturaleza, esta lo penetra, lo posee. El hombre con su cuerpo, que es su residencia fija, y con sus poros que son sus ventosas de succión, la recibe, la vivencia (J. Mafud: 1959:96). Para Mafud, en las obras argentinas contemporáneas, el paisaje está casi excluído, aunque exceptúa de esto a Martínez Estada y a Sarmiento (Op.cit: 1996:96-97).
Quizás uno de los autores que más inspiren estás líneas escritas entre las descripciones del extenso espacio pampeano, sea el marplatense Osvaldo Soriano.
Osvaldo Soriano  en su trilogía compuesta por Nohabrámáspenasniolvido (1978) Cuartelesdeinvierno (1980) yUnasombrayaprontoserás (1990) describe no sólo la compleja historia argentina resumida social y territorialmente en Colonia Vela, -pequeño pueblo imaginario de la provincia de Buenos Aires- sino que también establece una pintura, tal vez trágica, del cambio en el paisaje social pampeano.

En No Habrá más penas ni olvidos (1978) «...todos los "personajes" buenos y los malos creen en lo mismo, luchan por un ideal que se resume en un solo nombre. El de Perón. El del Ausente...la decisión de la verdad la tiene un Ausente, y el Ausente no habla, no está, mal puede así establecer un sentido» (Feinmann. 2003:08). Ese «ausente» que marca el sentido de la lucha plasmada en cada página de No habrá más penas ni olvidos, se filtra también en el paisaje de un tiempo de cambios políticos en la Argentina

y en el seno de los pueblos pampeanos situado a mediados del la década de 1970. Soriano escribió la novela en un momento de sensibilización personal por «el disparate que le ocurría al país», (Soriano. 2003b:134) en tiempos en los que se debatían modelos políticos contrapuestos entre los intereses de la "izquierda peronista" y la "derecha peronista". Es relevante observar el valor de la participación social política que Soriano aplica en el escenario de Colonia Vela como representante de una pequeña localidad del interior bonaerense. El relato de la novela no transcurre en una gran ciudad ni en una cabecera de partido, sino en un pequeño pueblo con delegado y subdelegación policial, situado -en la ficción- en las cercanías de Tandil. En ese escenario, Soriano sintetiza el conflicto, satirizando el fenómeno peronista en donde el «peronismo de izquierda» representado por  el Delegado de Colonia Vela, cabos policiales, un plazero, la juventud peronista y un fumigador aéreo de campos; resisten al embate de la policía, funcionarios municipales y empresarios locales que representan el «peronismo de derecha». Todos dan «la vida por Perón» y luchan a muerte con el derrotero puesto en Perón. Ese «ausente» que marca el rumbo, el sentido; en palabras de Feinmann.  Que el escenario esté plasmado en una pequeña localidad, en un pueblo, nos habla, desde la mirada de Osvaldo Soriano, acerca de la relevancia que tuvieron estos pueblos para la escena política argentina.
La presencia de una juventud política activa en las localidades rurales, no es solamente obra de la ficción en la literatura, a documentar entre otras cosas por las incontables pintadas que aún hoy resisten en viejos galpones del ferrocarril, paredes resquebrajadas o antiguos puentes; en donde aún se lee claramente: PerónVuelve,JuventudPeronista,Apoyeel2doplanquinquenal, entre otras leyendas.
 También de Osvaldo Soriano, la novela Cuarteles de invierno, fue escrita durante el exilio del autor en Bélgica y Francia entre 1979 y 1980. La novela transcurre en Colonia Vela, durante el período del Proceso de Reorganización Nacional (1976 – 1983). Según Osvaldo Bayer, la novela pinta un pueblo que «aplaude a los torturadores y los políticos abren camino a los militares» (Bayer. 2009:7). Una vez más el pueblo es puesto en un lugar activo -podríamos decir de sintetización territorial- del escenario de la política argentina. Un pueblo vacío de peronistas de derecha o izquierda y repleto militares y persianas bajas, se dibuja entre las casas viejas y bares de pueblo con una actividad en declive. El pueblo tan activo y conflictivo que se lee en Nohabrámáspenasniolvido, se desdibuja con la dictadura militar en CuartelesdeInvierno. «Atravesamos otro alambrado y dimos un rodeo para evitar un maizal. Desembocamos en un campo abierto y fuimos hacia el galpón. Junto a la entrada vi el esqueleto negro, torcido a medio tumbar de un avioncito... …Miré aquello con una vaga curiosidad como cuando se entra a un cementerio».Con estas palabras, Soriano juega entre el texto de Nohabrámáspenasniolvido y Cuartelesdeinvierno, describiendo un escenario de muerte del conflicto social activo, anterior a la dictadura militar. El avión descripto, es el mismo que piloteaba un personaje del peronismo «de izquierda» en Nohabrámáspenasniolvido, para combatir las fuerzas militares que intentaban apoderarse del gobierno local de Colonia Vela. El escenario de un pequeño pueblo comoparte de la situación política nacional, se acaba con imágenes más estáticas, escasa actividad militante política y objetos técnicos obsoletos, muertos o en desuso.
«No creo que sea lo mismo la soledad en Dinamarca, que la soledad en la Argentina... … aquí la soledad nos acompaña desde el nacimiento junto con la idea de que hay pocas maneras de incidir en el curso de nuestras vidas, porque estamos más expuestos a las vicisitudes del país que a las propias...» (Soriano. 1995 (en 2003b: 145). La Soledad -sentimiento de ausencia o abandono según la Real Académina Española- es un término al que a Soriano le agrada recurrir para describir en imágenes o palabras, el sentimiento del hombre que transita nuestra pampa. «Un argentino "ante la adversidad, el despojo, el abandono" en lugar de suicidarse, deambula...» (Soriano op.cit.).
UnaSombraYaprontoSerás(1990)presenta  una descripción actualizada casi perfecta de lo que un viajante sensible puede experimentar en los caminos bonaerenses. Los dos protagonistas principales de la novela deambulan en la soledad plana, en un lugar que puede ser cualquiera, siempre cercano a Colonia Vela. 

No es inocente que Soriano haya tomado a la llanura  como metáfora de la Argentina, como modo de escenificar el vértigo horizontal del habitante ante el futuro (Soriano, O. 2003). Una Sombra ya pronto serás, nos introduce en un espacio abandonado, repleto de  plagas, langostas,  edificios abandonados y de personajes perdidos en una geografía plana, triste, angustiante. Lugares que parecen idénticos unos a otros o bien, que alguna vez fueron lo que hoy ya no son en su función. En Una sombra ya pronto serás se huele la pampa, el despojo, el olvido; se siente una sensación de despedida constante, tal como aquella que sienten algunos habitantes del interior de la llanura. El permanente rodar de los personajes asumen una búsqueda de saber quiénes son y hacia donde van en medio de la llanura sin más declives ni tensiones que las humanas. Aquí, la búsqueda de «salvarse» del encontrar un «proyecto» para salir del pozo es recurrente como parte de la descripción del sentirse perdido.  No hay árboles ni carteles, todas las referencias de progreso y desarrollo se referencian en el extranjero, afuera: Cleveland, Roma, Río de Janeiro, Bolivia... Esos espacios son los buscados pero jamás encontrados en un espacio constante de retorno al mismo punto de partida: alguna parte de la llanura. Rodolfo Kusch (2007:345) insiste en una descripción del

porteño «que anda todo el día» (op.cit: 345) «Andamos monótonos y pesados» (op.cit 346) como el protagonista de Unasombrayaprontoserásque «está casado de llevarse puesto» (Soriano. 2003: 56). «Andamos en un mundo que es puro azar, una especie de ruleta, donde sólo se salva el que sabe pegarla a tiempo» (Kusch. op.cit: 346) así como en esa sensación vertiginosa de Soriano en donde  los personajes no saben que camino seguir en el tránsito por puna llanura sin señales, pero están ansiosos por «salvarse» y salir del «pozo». Aquí, Colonia Vela ya no es un escenario. El lugar es el tránsito constante. Por Colonia Vela hay que pasar, sólo para irse, para escapar. Para salvarse.
El pensador e investigador argentino Raúl Scalabrini Ortíz en Elhombrequeestásoloyespera(1931).Dice que «La pampa abate al hombre, la pampa no promete nada a la fantasía, no entrega nada a la imaginación... ...¿qué temor, que tentación, qué incertidumbre puede doblegar al hombre, a quien la naturaleza avisa constantemente que se está muriendo? (S. Ortíz. 1983:42-43). La descripción invoca a la voluntad del habitante de la llanura, del inmigrante que se encuentra con la  planicie y luego transita en el tiempo. «El labriego europeo invadió la pampa fascinado... ...La labró la dividió en predios, la rayó con su arado, la aspergó con su simiente embriagado con la largueza con que lo eran devueltos sus afanes... ...Pero poco a poco la tierra se fue recobrando: aplacó los bullicios extemporáneos, apaciguó las exuberancias del bienestar corporal. Volvió a imponer su despotismo de silencio y quietud... … Manejando la tierra, el hombre fue allanado por la tierra» (Op.cit 1983:43)
La descripción de Sacalabrini se enmarca en el capítulo titulado: La tierra invisible. Allí dibuja sutilmente la experiencia del inmigrante europeo que se encuentra con la llanura. Para Scalabrini, el europeo encontró en estas tierras dóciles de trabajar, un espacio para el pensamiento de sí mismo. La pampa, según Sacalabrini: «es una tierra inhumana, ímpia, chata, acostada panza arriba, bajo un cielo gigantesco» (Op.cit 1983:42). En el campo social, añade que puede observarse algún que otro simulacro de cercanía, algunas canciones que flojean en los boliches... Sintetizando al espacio pampeano como el desánimo del paso del tiempo y la posibilidad de retorno del inmigrante, dice: «Yo ya no vuelvo más y es un día menos para tí... …El presente invisible les insufló a todos la idea del tiempo y de su fugacidad. En el silencio, el hombre sorbe sus mates y mira cómo se van los días» (Op.cit 1983:44).
Quince años después que Elhombrequeestásoloyespera,En Tierrasinnada,tierradeprofetas,publicado en 1946, el autor relata en dos párrafos el significado del título de su libro. En este sentido dice que: «Esta es la tierra sin nada, tierra, para nosotros, huérfana de seducción visual y de intimidad concreta. Es la tierra de crearlo todo... … La paleontología y la semántica podrían demostrar, con argumentos razonablemente irrecusables, que el primer hombre del mundo germinó en esta pampa argentina. Pero dentro de nosotros mismos hay una demostración más integral aún. Son chispazos de primitivismo que hienden de cuando en cuando en la oscura rutina de nuestra aparente cultura en que todo es ajeno: la sangre, la técnica, los dioses»(S. Ortíz. 2009: 24-25). En esas líneas fortalece su insistente militancia en favor de la industrialización nacional y por sobre todo: el pensamiento nacional promotor de las iniciativas auténticas. La pampa parece acongojar a Sacalabrini, quién a pesar de ser Correntino y haber nacido en la planicie, se muestra constantemente seducido por la pampa. Scalabrini argumenta en este libro desde la emoción, lo que en sus anteriores textos argumentó desde esa razónirrecusable.En Tierra sin nada, tierra de profetas, Scalabrini infiere de algún modo la existencia de una gravidez delsuelo en el pensamiento. Esa gravidez con origen en la llanura, según él, se siente en la «oscurarutinadenuestraaparenteculturaenquetodoesajeno».
Este aspecto resulta interesante, en relación a lo que trataremos más adelante en el marco teórico, acerca de la teoría Miltonsantiana. Para Milton Santos, la configuración territorial posee un contenido extremadamente técnico. A su vez, esa técnica funciona en sistemas con fines extraños a sus lugares de implantación, lo cual genera regiones de obedienciay regiones de mando (Milton Santos. 1994:114). Esta idea de posibilidad de comando de los objetos y la técnica, se observa en casi toda la obra de Scalabrini teñida de un aire de conquista «para el pueblo argentino» de los objetos técnicos. El caso más paradigmático de su obra lo constituyen los ferrocarriles.

Al otro lado ideológico de Scalabrini; en el marco del grupo intelectual Sur encontramos a Eduardo Mallea. El autor, señalado por Jauretche como parte de la intelligentzia hereditaria de las líneas de pensamiento sarmientinas, mitristas cultivadoras de una cultura europizante, escribió entre otras obras: Historia de una Pasión Argentina (1937). En Historia de una Pasión Argentina, el autor realiza un ensayo sobre dos argentinas: una visibley la otra, invisible.La argentina visible, es aquella de la urbe, el metropolitano y el otro es el habitante de lo que Mallea llama «hinterland». Aunque posteriormente aclara: «Lo que llamo argentino invisible no es, de manera simplista, el hombre del campo en contraposición al hombre de la ciudad. La diferencia estriba en que existe un hombre cuya fisonomía moral es el de las ciudades y otro cuya fisonomía moral es el de nuestra naturaleza no desvirtuada... ...Lo importante no es donde estos hombres estén, sino como son» (Mallea: 1995:89).
Las descripciones en el capítulo «El país invisible» refieren al hombre de «adentro» del «hinterland». «Aprendí a ver nuestro campo, nuestros ríos planos... siempre lentas y tristes como la marcha de las cosas eternas» (Op.cit: 1995: 86). «Y hay en fin, un hombre que vive en esa tierra, que la prueba que la hiere, la trabaja y la fertiliza; un hombre a quien rara vez se siente vivir en la Argentina; un hombre casi sumergido en el secreto de su labor. La generosa planicie le ha dado su forma que es la de la pródiga fertilidad. Esta vez, fertilidad de ánimo y corazón... ..."para este hombre" existe el horizonte: una posibilidad de mutación, de extensión, osea de progreso , más que físicos» (Op.cit. 1995:88). La lectura del capítulo de El País Invisible, por un lado advierte la sorpresa de la inmensidad natural (elemento sarmientino que ahonda en la extensión y el asombro ante el infinito de la pampa) y por otro lado, la descripción del hombre es constantemente exaltada en el sentido de la demostración de lo laborioso y entregado a la tierra que es -según Mallea- ese hombre invisible. En definitiva el texto habla de un «asombro» personal y es casi autobiográfico. La redacción en primera persona, un yo que es el mismo Mallea en viaje. Para el autor, la argentina del hinterland es la verdadera, la que promete un futuro auténtico; «la profunda... ...he ahí el clima vivo, el que viene, el fresco viento que insinúa por los corredores y empuja las puertas. Ese viento alimenta dos cosas: el trabajo y el sueño de los hombres» (Op.cit. 1995:96).
Lo que nos interesa de la imagen, del escenario visual y sensitivo, natural y social es que en sus descripciones coincide con lo que sus habitantes declaran en algunas entrevistas que citaremos más adelante. Lanada,lacalma,lalentitud,laespera,lamuerteylasensacióndelperderse en el espacio, es algo que también se oye de boca de los habitantes de esa tierra adentro en nuestra provincia de Buenos Aires.
Quien ahonda en la intimidad del paisaje humano y natural, es Ezequiel Martínez Estrada en Radiografía de la Pampa (1942). En el capítulo "Distancias", Martínez Estrada hace una descripción íntima del paisaje pampeano. Es una descripción que angustia y deja la sensación de estar transitando por un lugar que fue devastado hace poco tiempo. Resalta el aislamiento al igual que Julio Mafud. Estrada afirma que el morador de los pueblos pampeanos está aislado, la unidad de medida, dice; «no es la vista, ni el afecto ni la rivalidad, es la unidad geográfica: el kilómetro, la legua, las horas de viaje» (Martínez Estrada: 2007:112). La sensación de vacío es inapelable en el texto: Estada describe un paisaje que no contiene, «que expele, impeliendo a marchar» (Op.cit: 2007:112). La descripción de los pueblos en la llanura también se sitúa en un espacio sin límites  cuando dice que «estos pueblos parecen aerolitos, pedazos de astros habitados caídos en el campo» (Op.cit. 2007: 114). Hay una referencia del azar en la ubicación de los pueblos, que se repite en la obra de Estada. Para el autor los pueblos podrían haber estado cinco metros a la derecha o a la izquierda, y ello no cambiaría nada su dinámica. Una insistencia en demostrar que «todos» los pueblos son iguales «Un pueblo -cualquiera de cualquier paraje- parece dislocado  por terrenos que se desplazan en un movimiento centrífugo» (Op.cit. 2007:117). Las localidades son nuevas: «Cincuenta años es mucho para cualquiera de estas ciudades... …así se parecen a la vida del hombre» (Op.cit. 2007:119). Y afirma que para comprenderlas hay que alejarse un poco de ellas para ver reducidos sus elementos en pueblos, en "villorios". Un tono de desagrado ante el paisaje, la extensión y el habitante del interior se hace evidente en Radiografía de la Pampa. Podríamos decir quizás que Martínez Estada se encuentra en su viaje descriptivo, con un espacio desconocido, al que en el fondo le teme: «Ese miedo de la noche, queda pegado a las casas al amanecer... ...El pueblo tiene algo de la tristeza del cementerio; la casa de los muertos es muy parecida a la tumba de los vivos»  (Op.cit: 2007:117-118).

«AspectofísicodelaRepúblicaArgentinaycaracteres,hábitoseideasqueengendra» se extiende en una serie introducciones a descripciones de paisajes y características sociales  de los habitantes de lo que Sarmiento denomina un inmenso desierto.La conocida -y extremadamente polémica- frase «El mal que aqueja a la República Argentina es la extensión...» (Sarmiento: 1944:20) continúa afirmado que: «...el desierto la rodea "a Argentina" por todas partes y se le insinúa en las entrañas; la soledad, el despoblado sin una habitación humana...» (Op.cit. 1944:20). Sin duda el desierto al que se refiere es humano y ante la comparación con la idílica Europa, hay exaltación de la inmensidad. «...Inmensa llanura, inmensos los bosques, inmensos los ríos, el horizonte siempre incierto...» (Op.Cit. 1944:20) las palabras, parecen las mismas que venimos citando en las páginas anteriores; aunque para Sarmiento la pampa, la llanura, lo plano: une. «...La superficie de la tierra es generalmente llana y unida... ...es sabido que las montañas y demás obstáculos naturales, mantienen el aislamiento...» (Op.cit. 1944:25). Así, para el autor, la llanura permite la apertura fácil de caminos, el transporte y el desarrollo de obras.  Más allá de las implicancias políticas que tuvo la obra en el contexto intelectual y social argentino, debemos anotar su importantísima influencia en la literatura nacional, incluso hasta nuestros días. Un estilo de escritura que juega con las analogías y las comparaciones, descripciones de noches calmas y anécdotas de un gran bagaje de viajes por el interior de la república, configuran un compendio que no puede omitirse en su lectura, a la hora de dialogar con nuestro paisaje e incursionar en la mirada occidental.
La inmensidad, la desolación y la sensación de aislamiento, es en la actualidad pampeana, quizás más propia de la ficción, que de la realidad. Sin embargo, como hemos visto, los textos persisten en ese énfasis, aunque con distintos referentes: la situación política adversa, la represión, la búsqueda de un destino social común.
Arturo Jauretche, inteligentemente, ha declarado al famoso postulado «El mal que aqueja a la República Argentina es la extensión». como la zoncera numero dos de su «Manual de las Zonceras Argentinas». Para Jauretche «De esta zoncera en adelante se le enseña al argentino a concebir la grandeza sólo como expresión económica, cultural e institucional, pero se le sustraen las bases objetivas, el punto de apoyo necesario que es la tierra y el pueblo argentino» (A. Jauretche. 1968:16).
Las lecturas citadas quizá sean las más significativas, en lo que atañe a lo personal, al momento de teñir de interés al tema de estudio. La pampa, la llanura, ese interior que es misterioso para el hombre de la ciudad que emprende un viaje a lo desconocido cotidianamente, pero cercano físicamente, ha resultado material vasto para muchos autores nacionales, desde Sarmiento, hasta Martínez Estrada, pasando por su discípulo Julio Mafud, Scalabrini Ortíz, Eduardo Mallea y muchos otros; en textos que citaremos más adelante.
Paralelamente a la literatura, en el cine y actualmente en una gran diversidad de medios audiovisuales, se han rodado múltiples filmes ficcionales y documentales que tienen como eje central llanura pampeana y en particular: a los pueblos bonaerenses. Esta particularidad, más allá del cine ficcional que se ha encargado de representar a novelas de Osvaldo Soriano que hemos citado, como No habrá más penas ni olvido (H. Olivera 1983); No habrá más penas ni olvido (Lautaro Murúa 1984) y Una sombra ya pronto serás (H. Olivera 1992) y el largo proceso del film El Sol en Botellitas (Edmund Valladares 1983 - 2003) que relata la vida de un pueblo al que se le levantan los servicios ferroviarios generando migración en la población, se observa en un reciente surgimiento de documentales que toman el tema del despoblamiento rural.
En el marco documentalista, Patricios, la resistencia (Domínguez - Hayes, 2006); La próxima estación (Fernando Solanas, 2008); Lugares del Alma (Juan F. Giuseppucci. 2009), Estación Patricios (Ariel Marcel: 2008) y De Cierto Verde (Javier Gogna, 2009) entre otros films, relatan concretamente, desde distintas perspectivas el problema del despoblamiento rural, el proceso de sojización y sus consecuencias económico - sociales, el levantamiento de los servicios ferroviarios de pasajeros. Los films documentales están fechados coincidentemente a partir de 2006, fecha en la que el tema de las "pequeñas localidades" es puesto en la prensa a partir de diversas causas. Entre ellas: la existencia de ONGs que actúan en esos territorios rurales, la puesta en práctica de la ley provincial 13.251 y el pedido de parte de la sociedad para su reglamentación, un creciente interés académico para investigar el tema y la realización de las Primeras Jornadas de Pequeñas Localidades en la localidad de Patricios realizadas en 2007 en la que se participó activamente en la organización el marco de la realización de esta tesis.
Como tangente a esta revisión se cita el film: Pueblos en Resistencia (Juan M. Diez Tetamanti, 2008) como afluente a la investigación de esta tesis. Pueblos en Resistencia relata, a partir de la voz de los habitantes de pequeñas localidades, la vida cotidiana, problemas, sueños y esperanzas. El documental intenta rescatar la palabra de los habitantes de cuatro pueblos del sudeste bonaerense: Mechongué; Mar del Sud; La Dulce y San Agustín, como recorte del universo de los pueblos de la provincia de Buenos Aires. La emigración, el desempleo y los cambios constantes en la dinámica socio-económica en estas localidades señalan el tema principal del film;  totalmente ideado, dirigido y producido por alumnos y docentes de la Carrera de Geografía de la Universidad Nacional de Mar del Plata en el marco del Programa de Voluntariado Universitario, Ministerio de Educación de la República Argentina.

A modo de cierre, puede resaltarse la importancia que luna revisión bibliográfica y fílmica, pueden aportar al proceso de investigación. En el sentido estricto de la tesis doctoral «Acciones locales y políticas públicas en pequeñas localidades de la provincia de Buenos Aires» esta revisión implicó la posibilidad de cruzar datos históricos-geográficos extsistentes en la bibliografía académica, con información subjetiva de la literatura de ficción. Así, la revisión de la literatura de ficción resultó beneficiosa para el trabajo en entrevistas y la construcción de periodizaciones. Esto en el sentido de lo «subjetivo», coincidiendo con Hammersley y Atkinson, a partir de que la construcción del diseño de la investigación debe ser un proceso reflexivo operando en todas las etapas del desarrollo de la investigación (Hammersley y Atkinson. 1994:42). La ausencia de bibliografía específica sobre el tema, ha incentivado a generar planteos propios, que no sólo parten de la teoría, sino del propio trabajo de campo, las vivencias en las localidades, las entrevistas y la observación participante y de consultas a la bibliografía de ficción y archivos fílmicos.
Finalmente la inmensidad, la extensión y el viaje son recurrentes elementos ilustradores de nuestra literatura pampeana, tal como se ha descripto más arriba. La sensación de espacio abierto e infinito es más intensa a medida que nos alejamos de los centros urbanos. A medida que nos alejamos de los lugares en donde podamos llegar a editar, imprimir y presentar estás palabras...
-Mirar el horizonte transcurrir por la ventana desde el transporte- también es parte de la tarea del investigador. Si los elementos del espacio están compuestos por los hombres, las empresas, las instituciones, la infraestructura, el medio ecológico; (Santos, M. 1985:8) entonces en ese transcurrir del investigador y del otro, no podemos dejar de ejercer esa tarea que parece obvia, pero a veces casi censurada por la tarea del laboratorio: la de observar transcurriendo desde lo subjetivo como parte del método.

Bibliografía: