Angélica María Barrial Martínez (CV)
                Ana María Barrial Martínez
                 Universidad de Pinar del Río"Hermanos Saíz" 
			    angelicam@fcsh.upr.edu.cu 
                			    
			 
			    
			    
			    
			    
			    
		      Resumen:
La alimentación es uno de los problemas  fundamentales que presenta el mundo contemporáneo donde reina el hambre y la  extrema pobreza que son los causantes de la inseguridad alimentaria y  nutricional. El proceso de Globalización que impone un nuevo modelo de  alimentación mediante las multinacionales que promocionan la comida rápida. El  mal uso de los alimentos disponibles y la toma de decisiones incorrectas sobre  el consumo de los mismos está propiciado por factores socioculturales que traen  consigo hábitos alimentarios inadecuados y una serie de enfermedades. Como pudimos constatar  tenemos una serie de hábitos alimentarios que forman parte de nuestra historia,  de nuestras tradiciones, de nuestra cultura y por ende están muy arraigados.  Muchas de estas costumbres están distanciadas de lo que se considera  una dieta sana, incapaz de garantizar una  mejor calidad de vida. Esto no significa que debamos abandonar nuestras raíces  pues forman parte de nuestra identidad como cubanos y como pinareños, pero  se debe mantener un equilibrio entre lo  autóctono y lo que es bueno para la salud. Es por ello que juega un papel  importante la Educación Alimentaria la cual es responsabilidad tanto de la  familia como de la escuela. La familia tiene un papel decisivo en la educación  de los más pequeños de la casa para que adquieran adecuados  hábitos alimentarios, pues es a través de la  interacción con los adultos que los niños adquieren determinadas actitudes,  preferencias, costumbres y hábitos alimentarios que están fuertemente  influenciados por las prácticas alimentarias que realiza la familia. Por otra parte  los círculos infantiles y las escuelas también poseen  un rol importante en la Educación Alimentaria y Nutricional con el objetivo de  mejorar la conducta alimentaria, para elevar la calidad de vida de la población. Ambas instituciones tanto la escuela como la familia  forman parte de la comunidad y están estrechamente vinculadas, de ahí la  importancia del trabajo comunitario para el desarrollo de nuestra  investigación.
Palabras claves: Seguridad Alimentaria y Nutricional,  Cultura Alimentaria y Educación Alimentaria.
Introducción:
La alimentación es uno de los problemas  fundamentales que presenta el mundo contemporáneo. La crisis alimentaria  desatada por el alza de los precios de los comestibles  afecta cada vez más a los países pobres  manifestándose  en  37 de ellos y ocasionando disturbios. Esta  situación de emergencia alimentaria trae aparejada hambre y deficiencias  nutricionales, agudizándose aún más en aquellos   países que viven en extrema pobreza. Esta es una de las razones que  atentan contra la seguridad alimentaria y nutricional. Unido a esto  tenemos  el proceso de globalización que  impone un nuevo modelo de alimentación mediante las multinacionales,  promocionando   comidas y bebidas rápidas,   caracterizadas por su escaso valor nutritivo, dejando a un lado  las costumbres, los hábitos alimentarios de  cada país y las condiciones medioambientales de cada territorio.
La situación de salud  y la seguridad alimentaria son precarias en los países de América Latina, donde  reina la extrema pobreza, las malas condiciones de salubridad, la insuficiente  producción de alimentos, la baja disponibilidad y el elevado precio de los  productos alimentarios que impide el acceso a los mismos por parte de la  población de forma segura y estable. Agudizándose esta situación aún más con el  aumento de la población y los bajos ingresos de los sectores pobres.
La desnutrición está  presente en estos lugares donde no hay una seguridad alimentaria y nutricional,  lo que  trae consigo enfermedades como  las infecciones respiratorias,  diarreicas, que están estrechamente vinculadas  a las condiciones ambientales de las viviendas, la carencia de agua potable y  los inadecuados hábitos higiénicos. Todo esto repercute en el aprovechamiento  biológico de los nutrientes.
El mal uso de los  alimentos disponibles y la toma de decisiones incorrectas sobre el consumo de  los mismos está propiciado por factores socioculturales como: las tradiciones,  los hábitos de vida, costumbres, por las condiciones económicas, políticas,  sociales y culturales que repercuten en el problema de la alimentación y junto  a ello tenemos la carencia de una educación alimentaria que promueva estilos de  vida sanos. 
Existe mucha  confusión y poca divulgación en los países subdesarrollados, pues no se ofrece  una información precisa y valiosa sobre la alimentación adecuada. Esto es un  elemento importante para la subsistencia y en el que se invierte la mayor  cantidad de dinero y esfuerzo por parte de la familia.
A pesar de que muchas  personas en los países pobres no poseen recursos para acceder a los diferentes  alimentos de manera segura y estable, muchas familias por falta de información  gastan sus pocos recursos en alimentos que no poseen ningún valor  nutritivo.  Tal es el caso de los  refrescos embotellados, las comidas chatarra o  en conservas de sabor fuerte que satisfacen el paladar pero engañan al  organismo.
Los hábitos  alimentarios inadecuados, producto de nuestras costumbres, tradiciones,  de la promoción de alimentos con bajo  valor nutricional por parte de las  multinacionales, así como los estereotipos de  la mujer y el hombre perfecto donde se impone la extrema delgadez, traen a la  par enfermedades como la diabetes, la anorexia, la bulimia, la obesidad las  cuales traen consigo problemas nutricionales que repercuten en la calidad de  vida de la población. Para ello se lleva a cabo un arduo trabajo sobre  Educación Alimentaria en países como España con la campaña Plenufar 2 (Plan de  Educación en Alimentación y Nutrición por el Farmacéutico). En Cuba se han  realizado trabajos sobre el tema específicamente en Cienfuegos con adolescentes  realizado por Rodríguez García (2001) y en Pinar del Río en la comunidad  Hermanos Cruz (Torres Rivero, 1999). Los autores de estas investigaciones han  trabajado la temática desde el punto de vista social, comunitario, pedagógico,  pero ninguno desde el punto de vista sociocultural, ahí es donde radica lo  novedoso de la investigación. También se abordan conceptos claves como el de  Seguridad Alimentaria y Nutricional, Educación Alimentaria y Cultura Alimentaria  este último dado por David Moreno (2003) y Guerrero Rivera (2003). 
Debido a las  tradiciones alimentarias del cubano donde se mezcla la cocina española, la  africana, la indígena, la china, la árabe podemos constatar que existen hábitos  alimentarios incorrectos como plantea Madelaine Vázquez Gálvez (2003) pues se  hace uso abundante de la grasa, del azúcar y existe poca preferencia por las  frutas y las hortalizas. Estos hábitos en las edades adultas son muy difíciles  de modificar porque están muy arraigados ya que pasan de generación en  generación, y son las personas mayores las responsables de la selección, compra  y cocción de los alimentos, generalmente este último aspecto le concierne a la  abuelita la cual impone sus costumbres alimentarias a los más jóvenes. Por esta  razón los hábitos de vida y alimentarios deben ser educados desde las edades  más tempranas acorde a las realidades, costumbres y necesidades de los países,  tributando a una mejor calidad de vida. 
Las prácticas  alimentarias están influenciadas por factores sociales, económicos y culturales  que rodean al individuo y a su familia. Cada grupo humano o sociedad tiene un  patrón alimentario que le es propio, resultado de una compleja trama de usos,  costumbres y tradiciones que se trasmiten y se modifican a lo largo de la  historia, y que hay que tener en cuenta para llevar a cabo una estrategia de  Educación Alimentaria que tribute al mejoramiento de los hábitos alimentarios  de forma adecuada. Para esto es necesario apoyarse en obras de teatro, concursos  de pintura, exposiciones de alimentos y de dibujos, así como visitas a huertos  escolares para que el niño  aprenda de  forma dinámica y creativa.
En nuestro país se  han realizado investigaciones que indican la existencia de  prácticas alimentarias incorrectas como la  realizada por Alina Sofía Rodríguez García (2001) la cual plantea que existe  una elevada ingestión de grasa, sobrevaloración del papel de  los alimentos de origen vegetal, el  desconocimiento del valor nutricional de los alimentos y su mala distribución  en las comidas. 
1.1Seguridad Alimentaria y Nutricional:
El  hambre, la desnutrición y la pobreza prevalecen en el mundo contemporáneo,  donde existen 800 millones de personas desnutridas y varios millones más que  padecen de enfermedades debilitantes relacionadas con carencias de  micronutrientes, y con la contaminación de los alimentos y el agua. Además  de   la pobreza o extrema pobreza en que  viven muchas personas, con bajos ingresos que no garantizan el  acceso a los diferentes alimentos de manera  segura y estable. En los países subdesarrollados una de cada 5 personas no  posee alimentos suficientes para cubrir sus necesidades diarias. 
La  crisis alimentaria desatada  por el alza  de los precios de los comestibles afecta cada vez más a los países más pobres  manifestándose en 37 de ellos, esto trae consigo hambre y desnutrición. Los  precios de los cereales básicos como el arroz y el maíz han ido creciendo, así  como el de los combustibles, unido a ello las condiciones meteorológicas  desfavorables  podrían alargar esta  situación y contribuir al aumento de los precios. Por todas estas cuestiones la  seguridad alimentaria en los países en vías de desarrollo también está en  peligro, declarándose el mundo en emergencia alimentaria.   
 Es por ello que en  la declaración de Bali del movimiento de los  países no alineados y otros países en desarrollo se  definió el aseguramiento alimentario como  "acceso al alimento para una vida sana para el pueblo en todo  momento" informa la NAM (1994) según Torres Rivero(1999; 5).  Para analizar este problema es necesario  apoyarnos en sus dimensiones que pueden ser aplicadas al evaluar los sistemas  alimentarios a diversos niveles, desde el  doméstico, el comunitario hasta los nacionales y grupos de nación. Las  dimensiones son las siguientes:
Estamos de acuerdo  con los planteamientos anteriores pues se trata de la búsqueda  de una seguridad alimentaria garantizando el  acceso de todas las personas, en todo momento, a los alimentos que necesitan  para llevar una vida sana y activa. Debe ser seguro, estable y sostenible para  las generaciones actuales y futuras donde se promueva un desarrollo que no degrade  el medio ambiente.  
          Según los documentos de la Cumbre Mundial de la Alimentación la  Seguridad  
         Alimentaria se puede definir como: 
Este es uno de los  conceptos  más  actuales de seguridad alimentaria, la cual se ha visto afectada por diferentes  causas: pobreza, desempleo, desastres naturales y los provocados  por los hombres (guerras).” (Torres Rivero,  1999; 6)
        En la Cumbre Mundial sobre Alimentación  convocada por  la FAO en noviembre de  1996, que tuvo lugar en Roma, los representantes de 186 países convinieron en  reducir para el 2015 el número de personas que padecen hambre(a la mitad de la  cifra actual). Se planteó que todos los hombres, mujeres, niños y niñas tienen derecho  inalienable a no padecer hambre y malnutrición a fin de desarrollarse desde el  punto de  vista físico y mental.
        En la Cumbre Mundial de la Alimentación se  analizaron 7 puntos encaminados a garantizar la seguridad alimentaria.
      La FAO integrada por 186 Estados Miembros  es una de las organizaciones que   se  esfuerza para aliviar el hambre y la pobreza promoviendo el desarrollo agrícola  y rural sostenible  para aumentar la  producción de alimentos y mejorar la seguridad alimentaria, orienta su ayuda a  los países de bajos ingresos con déficit de alimentos en los que viven la gran  mayoría de las personas que sufren subnutrición crónica en el mundo. Lucha  contra las enfermedades y plagas, y cuando es posible, su erradicación.    
                Además de garantizar  la Seguridad Alimentaria es necesario que los alimentos disponibles estén en  correspondencia con los requerimientos nutricionales de los diferentes grupos  etáreos. De esta manera se concibe una dieta balanceada capaz de satisfacer las  demandas de cada organismo. 
        La Seguridad Alimentaria y Nutricional – SAN-ha sido  conceptualizada por el INCAP, como “el estado en el cual todas las personas  gozan, en forma oportuna y permanente, de acceso a los alimentos que necesitan  en cantidad y calidad, para su adecuado consumo y utilización biológica,  garantizándoles un estado  de bienestar  que coadyuve al desarrollo” En este sentido los elementos que determinan la SAN  de una población tienen relación con aspectos de:
                - Disponibilidad de  alimentos, lo cual atañe a la producción, almacenamiento, comercialización,  infraestructura, etc.
       La Seguridad Alimentaria y Nutricional  es un proceso de carácter multisectorial, interinstitucional y  transdisciplinario, pues tiene que ser abordado desde las diferentes  disciplinas del conocimiento y deben estar implicados los diversos sectores e  instituciones que de forma integrada deben promover el desarrollo local,  concretamente en el universo de la comunidad. 
          Históricamente, por sus características  geográficas, orográficas y climáticas, el Caribe insular no produce todos sus  alimentos. Se caracteriza por una baja productividad, sea porque los pequeños y  medianos campesinos hayan dejado de producirlos o porque los rendimientos de  los cultivos han sido bajos, fue un elemento que acentuó la dependencia  externa.
        La dependencia alimentaria es un hecho no  deseable, pero algunos países tienen que recurrir a el pues no tienen la  posibilidad de la autosuficiencia, entendida como la capacidad de producir sus  propios alimentos básicos (fuentes de calorías y proteínas) para satisfacer la  demanda de la población. En ello intervienen diversos factores: las políticas  agropecuarias nacionales que no apoyan la producción de estos alimentos, los  cambios ambientales, la falta de tecnología que eleven los rendimientos de los  cultivos de los medianos y pequeños campesinos, la poca fertilidad de las  parcelas, carencia de sistemas de riego, parcelas con laderas de fuertes  pendientes, falta de acceso al crédito.
                Durante los años 90  la producción de alimentos básicos se redujo en algunos países caribeños,  ya sea porque sus políticas agrícolas se  orientaron a otros cultivos o por los efectos de fenómenos naturales como el  Niño y los huracanes, que destruyeron las cosechas. Algunos de sus gobiernos  por la débil economía de sus países, se les dificultó la importación de los  alimentos faltantes necesarios para complementar la disponibilidad nacional, si  bien la demanda interna creció en esos años, por el incremento de su población.
   La extrema pobreza en que vive la mayoría de la  población de Centroamérica es la causa inmediata de la inseguridad alimentaria  y nutricional. En los lugares donde las condiciones son precarias, la  producción de alimentos es insuficiente para satisfacer la demanda generada por  una población en aumento y condiciona a la baja disponibilidad. El costo de los  alimentos aumenta con respecto a los bajos ingresos de los alimentos, generando  un  bajo acceso a los mismos. Una  educación inadecuada, conlleva al mal uso de  los recursos alimentarios disponibles. Las inadecuadas condiciones de  salubridad  y las enfermedades  infecciosas repercuten en el aprovechamiento biológico de los nutrientes.
                Todo lo anterior  junto a la falta de una cultura alimentaria adecuada, crea condiciones de  malnutrición, caracterizada por el sobrepeso y un mayor riesgo a desarrollar  enfermedades crónicas no trasmisibles: diabetes, enfermedades  cardiovasculares  y ciertos tipos de  cáncer.       
                En Centroamérica se  han desarrollado proyectos a nivel local como es el caso de: "Seguridad  Alimentaria y Nutricional en Procesos de Desarrollo Municipal de Zonas  Postergadas de Centroamérica" y "Apoyo a Microempresas de Gestión  Femenina Productoras de Alimentos con Énfasis en Alimentos Nutricionalmente  Mejorados"  que han permitido probar  modelos de acción que constituyen alternativas para lograr la SAN. Estos están  respaldados por el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá y la  Organización Panamericana de la Salud (INCAP/ OPS) donde se han abordado los  problemas nutricionales desde la perspectiva de la promoción de la SAN, además  de tener como objetivos mejorar la disponibilidad, el acceso, consumo y  utilización biológica de los alimentos.
                En Belice, en las  comunidades de San José, Aguacate, Punta Gorda, Distrito de Toledo, se  desarrollaron talleres de capacitación a grupos comunitarios. Las  capacitaciones incluyeron la utilización de tecnologías sencillas para secado  de frutas, producción vegetal, tratamiento de plagas, principios básicos de  alimentación y nutrición, la planificación de menús y preparación de alimentos.
                Se crearon huertos  comunales como una vía de obtención de alimentos para las familias con el fin  de incidir en los problemas nutricionales. Se capacitó a miembros de la  comunidad en la producción de vegetales, abono orgánico. Se realizó la Feria  Agrícola  y Nutricional  en el Distrito de Toledo con el fin de  promover una adecuada alimentación y nutrición; talleres de capacitación en  Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN)   para la salud rural dirigidos a enfermeras, personal de ONGs y  auxiliares locales de enfermería, macroproyecto de crianza de pollos, y  se efectuó la Feria Familiar con fines de  educación alimentaria  y nutricional para  escolares y jóvenes.
                El Proyecto de  Cooperación Técnica entre países (CTP). “Promoción de la Seguridad Alimentaria  y Nutricional en procesos participativos de desarrollo local en municipios de  Centroamérica y el Caribe Hispano.” Este proyecto se desarrolló en el Salvador  en los municipios de el Cantón  San  Ramón, Municipio de Citalá y en el Cantón   San Miguel Ingenio, Municipio de Metapán. Se utilizó la  metodología de Procesos Participativos de  Apreciación Rápida (PPAR) la cual permitió conocer y priorizar las necesidades  de la población e identificar soluciones en un marco de amplia participación  social y con muy bajo costo.
                En el Cantón San  Ramón se construyó la casa de la salud de la comunidad, la alcaldía de Citalá  asignó fondos para la construcción de la casa comunal, se instaló una panadería  comunitaria, y se construyó parte de la carretera que da acceso a la comunidad.  Se consolidó el cultivo de soya, huertos caseros, promoción de alimentos  nutricionalmente mejorados con soya.
                En el Cantón San  Miguel Ingenio se desarrollaron proyectos para el  mejoramiento del Centro de Bienestar Infantil,  Programa de capacitación en oficios a jóvenes, alumbrado eléctrico, se creó una  panadería y huertos caseros para asegurar la SAN.
                En el Salvador se  ejecutaron proyectos que coadyuvan a mejorar la situación nutricional de la  población. Entre las actividades que se realizaron tenemos el cultivo de  huertos, la elaboración de pan nutricionalmente mejorado,  la capacitación en temas que incluyen  alimentación y nutrición.
                En Nicaragua, en la  Isla Zapatera, Departamento de Granada, se concluyó el proceso de sensibilización  y organización comunitaria. Se incrementó la  disponibilidad de granos básicos, legumbres, capacitación a las productoras  sobre manejo agronómico de la producción de alimentos, formación de brigadistas  de salud y promotores agropecuarios. 
                En Panamá se  desarrollaron dos proyectos en las Provincias de Macaracas y de Kuna Yala. En  la primera se fortaleció el grupo de mujeres que obtuvieron el carné de  manipuladoras de alimentos, se implementó la estrategia escuelas saludables,  con el apoyo de un equipo técnico formado por   funcionarios de de salud y educación. Además se desarrollaron talleres  con los  maestros y padres de familia  para discutir avances y necesidades. Se desarrolló el programa de manejo de  basura, se compraron tanques de basura y se capacitó a maestros y alumnos en la  clasificación de basura.
                En la comarca  Kuna  Yala se desarrolló un taller con la  participación de representantes de organismos gubernamentales y autoridades  tradicionales donde se discutió la situación de la seguridad alimentaria de la  comarca y se identificaron posibles líneas de acción. Además se elaboraron  guías alimentarias para menores de 5 años y se reprodujeron 1000 ejemplares.
                En Cuba a principios  de los años 90 con la crisis de los países socialistas, se produjo una  situación de emergencia alimentaria puesto que Cuba dejó de recibir embarques  de alimentos de la Unión Soviética. Como respuesta a  esta situación el gobierno cubano decide  masificar el Programa de Agricultura Urbana que se venía desarrollando desde 1987  aunque en menor escala. Este sistema de producción garantizó la alimentación  a  la población cubana. Se generalizó la  creación de los organopónicos en todo el país. Además se llevó a cabo un  trabajo de capacitación con los productores para el uso de las  tecnologías desarrolladas con las que  contábamos. Se trató de trabajar con la población en la solución del problema  alimentario.
                También se desarrolla  la agroindustria como  un subprograma de  la Agricultura Urbana, donde de forma artesanal se hacen conservas de frutas y  condimentos. Se trabaja con toda  la  población, incluyendo niños para consientizarlos en la Agricultura Urbana, con  técnicas  de conservacionismo del medio  ambiente, agroecológicas, de producción de productos sanos, se  han creado   círculos de interés donde los niños hablan sobre Agricultura Urbana.  Además este programa generó gran cantidad de empleos e incluye  no solo al ministerio de Agricultura Urbana  sino al Ministerio de Salud pues se proponen capacitar en la bondad que  tienen  estos alimentos para el cuerpo  humano.
         En Cienfuegos, Cuba se lleva a cabo “La  Estrategia Integradora y su sistema de medios y métodos de enseñanza para la  Educación Nutricional en el nivel de secundaria básica”, por la Master en  Ciencias Técnicas y de la Ecuación Alina Sofía Rodríguez García (2001). Esta  estrategia contribuyó a  educar desde el  punto de vista nutricional a adolescentes de Secundaria Básica mediante los  procesos docente educativo, extradocente y extraescolar a través de las  asignaturas de Química y Biología. Además se ha mantenido por espacio de seis  cursos y continúa en aplicación en centros escolares de la provincia de  Cienfuegos.
                Este trabajo logró  cambios en la cultura de los escolares objeto de la intervención, pudiéndose  señalar: la valoración de la importancia de los vegetales en la alimentación y  su aporte nutricional,(vitaminas minerales, fibra dietética). Mayor  conocimiento acerca del aporte nutricional de los diferentes tipos de alimentos  y el reconocimiento conciente de la importancia de la lactancia materna por  parte de los estudiantes.
                La Master Inés  Margarita Torres Rivero (1999) con la tesis ¨ La Seguridad Alimentaria  a nivel local, un estudio de caso en el  Consejo Popular ¨ Hermanos Cruz ¨ contribuyó a mejorar la seguridad alimentaria  de las familias de la comunidad del Hermanos Cruz mediante talleres de  capacitación sobre conservación de alimentos, condimentos y plantas  medicinales. Para ello se apoyaron en promotores entrenados, estudiantes en  tecnología de los alimentos. Se diversificaron las opciones en la cocina  doméstica, se multiplicaron las formas de usar los alimentos elaborados y se  aumentó el valor agregado de la materia prima. También  se educó a los habitantes de la localidad en  la práctica de  buenos hábitos alimentarios  que posibilitaron un balance nutricional adecuado.
                Todas estas  investigaciones se realizaron con el objetivo de que la población tuviera  acceso a los alimentos de forma segura y estable, tributando a la Seguridad  Alimentaria y Nutricional, ya fuese mediante la agricultura urbana con la  creación de huertos o conservando alimentos que son estacionarios, para  aumentar la disponibilidad, el acceso y consumo de los mismos por parte de la  población. Para ello fue imprescindible llevar a cabo una labor educativa en  materia de alimentación y nutrición, así como ahondar en la realidad  sociocultural de la comunidad o región donde se realizaron estos proyectos.
                El carácter  multisectorial, interinstitucional y transdisciplinario que posee la Seguridad  Alimentaria y Nutricional permite abordar el tema desde la dimensión  sociocultural. Siendo este aspecto de suma importancia cuando se pretende  llevar a cabo un programa de Educación Alimentaria  donde hay que   tener en cuenta una serie de elementos como: la realidad cotidiana, el  entorno, los hábitos, tradiciones, costumbres, tabúes, expresiones culturales  asociadas a las prácticas alimentarias ya que   la alimentación no solamente tiene como objetivo satisfacer el hambre y  nutrir al organismo sino que es mediador de valores y actitudes, vehículo de  relaciones, catalizador de emociones, fuente de placer y satisfacción
1.2 La Alimentación  desde una dimensión sociocultural: 
                La alimentación no  son sólo procesos digestivos, sino que entorno a ellos encontramos una serie de  valores y expresiones culturales que tienen que ver con el hombre en disímiles  contextos: en lo social, psicológico, económico, simbólico, religioso. Esta  lleva implícitas cuestiones morales, de prestigio, de poder, estatus y es considerado  y apreciado como un arte.
                Todos nos alimentamos  es por ello que se hace imprescindible conocer, comprender  y entender las relaciones que se establecen  entre el hombre y los alimentos en el que predominan la socialización, las formas  de economía, las tradiciones conservadas a lo largo de los años, resaltando la  importancia de los alimentos en el contexto sociocultural en el que se  desenvuelven los sujetos.  
                La alimentación desde  el punto de vista sociocultural:
  “Nivel social: Posiciones  y relaciones entre individuos, en cierto contexto espaciotemporal. Implica  también ciertos roles o papeles y normas asociados a ellos, así como la  composición de una sociedad en distintos grupos (conjuntos con conciencia y  reconocidos como tal), categorías (de etnia, raza, edad o género). Dicha  composición según categorías y grupos nos lleva a hablar de estructura social  (diferenciación de posiciones de los sujetos)…
                En el nivel social  nos fijaremos en las relaciones sociales, y con ello en las formas de  comensalidad.
                Nivel cultural: este  nivel incluye los conocimientos y concepciones del mundo social y natural así  como de la tecnología. También incorpora la relación y vínculos entre  sociedades distintas. Las culturas son puestas en práctica por grupos humanos  específicos (de clase o de etnia entre otros) en un determinado contexto  sociohistórico. Todo lo social tiene algo de cultural. Lo de específico que  tiene es que se trata como de su vertiente simbólica. De lo que da significado,  a todo lo que se dice, se hace y se piensa en una determinada sociedad.
                Nivel económico: El  de la esfera de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. En  nuestro caso, lo aplicamos a la alimentación.
                Nivel político: En un  sentido restringido atañe a la lucha por   el poder, y al ejercicio de éste con una autoridad más o menos legítima.  Tiene que ver con la administración y dirección de los bienes y servicios  públicos, particularmente a través de leyes. En un sentido amplio, todo intento  de tener poder en el espacio público, por parte de individuos, así como las  formas de resistencia o consentimiento individual de la aplicación de  dispositivos de poder (legal, militar, político, educativo, de género) es  político. En el caso de la alimentación, ciertas decisiones ¨ políticas ¨  afectan a la producción, distribución y consumo de alimentos y bebidas.
                Por otra parte sería  también política la resistencia social a la producción distribución y consumo  de cierto tipo de alimentos: hamburguesas de cadenas multinacionales “(Guerrero  Rivera, 2003)
   El proceso de alimentación es una cadena de  hechos que incluye el cultivo, producción, distribución y consumo de los  mismos, así como una serie de leyes y políticas que pueden favorecer o afectar  las esferas antes mencionadas.  Tiene  asociado toda una serie de elementos culturales y sociales como tradiciones,  costumbres, religión, raza, etnias, formas de comensalidad. Tiene una  carga  de significados, valores y permite  la socialización entre los diferentes grupos.
                La alimentación está  relacionada con la vida cotidiana, con la realidad sociocultural en la que se  desenvuelve el hombre, la cual incluye tanto aspectos objetivos como  subjetivos. Además se hace extensiva a las diferentes esferas de la vida como  la  economía y  la política que si se usan adecuadamente  pueden tributar a garantizar la Seguridad Alimentaria y Nutricional de cada  región, pueblo o país, garantizando el acceso a los alimentos de forma segura y  estable y tomando medidas o dictando leyes que favorezcan la disponibilidad,  acceso y consumo de los mismos. También   está estrechamente vinculada a la cultura y la sociedad pues incluye  toda una serie de tradiciones, hábitos, tabúes que se van transmitiendo de  generación en generación.      
                La palabra cultura  fue definida primeramente en términos humanistas como forma de cultivación o  cultivo de la tierra. Muchos han sido los conceptos dados sobre esta palabra  tan sencilla y que encierra tanto   significado. Antropólogos como Frank Boas, Edward Taylor, Parsons, han  hecho sus aportes acerca del tema. 
                La cultura son los  hábitos, conocimientos, creencias, costumbres, formas de comportamientos, arte,  ley, producciones materiales, todo es cultura.   Más que algo innato, son un sistema de símbolos creados por el hombre y  que son aprendidos. Es adquirible, modificable, aprehensible, es algo que se  practica.
                Gracia Arnaiz (2002)  plantea según Guerrero Rivera (2003) que la  Cultura Alimentaria “es el conjunto de actividades establecidas por los grupos  humanos para obtener del entorno los alimentos que posibilitan su subsistencia,  abarcando desde el aprovisionamiento, la producción, la distribución, el  almacenamiento, la conservación y la preparación de los alimentos hasta su  consumo, e incluyendo todos los aspectos simbólicos y materiales que acompañan  a las diferentes fases del proceso”.
   Teniendo en cuenta lo planteado anteriormente  por Guerrero Rivera la alimentación es determinante para la supervivencia del  hombre y asociado a ello existen toda una serie de elementos  objetivos y subjetivos que  forman parte de la identidad de cada pueblo y  tienen sus raíces en la historia de cada uno de ellos. 
    Moreno García (2003)  en su estudio sobre Cultura Alimentaria  plantea que el alimento es “un elemento de funcionalidad o disfunción dado que  establece la sociabilidad, contribuye a la armonía entre algunos grupos e  individuos, además de que representa valores, costumbres y tradiciones, y en  algunos grupos o sociedades se distingue como un símbolo que en sus  diversidades y características representa unidad, tradición, estatus,  distinción, en ciertos casos conlleva una carga de significados espirituales o  de éxito al ser considerado un elemento de transferencia de actitudes,  sentimientos negativos o positivos para con los demás”.
                Basándonos en los  estudios realizados por Moreno García y Guerrero Rivera sobre la alimentación  como parte de la cultura podemos decir que la Cultura Alimentaria abarca desde el aprovisionamiento, producción,  distribución, conservación, y preparación de los alimentos hasta su consumo.  Posee una carga de significados espirituales que están estrechamente vinculados  a las creencias, costumbres, tradiciones, valores. Establece relaciones  sociales y armónicas entre grupos e individuos. Para algunos grupos o  sociedades es un símbolo que representa unidad, status, distinción, tradición.  Además la cultura alimentaria implica la promoción de prácticas alimentarias saludables que sean fuente de placer y  satisfacción.
                Las ocasiones o motivos por los cuales las personas se  reúnen  para comer;  los métodos de preparación y conservación de  los alimentos; los hábitos de  consumo y  de horario; las normas de conducta y el orden al sentarse alrededor de  la mesa y los utensilios empleados, son  elementos que conforman parte de nuestra identidad.
                El cubano posee una gran diversidad de platos con un  gusto original y único que distinguen nuestra cocina y que forman parte de  nuestra identidad nacional, pues es el resultado de un largo proceso de  transculturación, la indígena inicial, la   española  y la africana de  disímiles regiones, y en menor escala la china y la árabe. La fusión de todas  estas culturas dio lugar a la cocina cubana. 
                De los aborígenes heredamos: asar boniatos a fuego lento  en una cazuela de barro, la catibía y el casabe (especie de torta, tortilla o  arepa preparada con yuca) que aún se consume en algunas regiones de Camagüey y  Oriente. Además heredamos el maíz que se emplea en sopas, guisos y postres.
                Los españoles nos aportaron el aderezo con ajos y  cebollas, sus potajes y sus ollas, de esta última surgió  el ajiaco, guiso similar a las antiguas ollas  españolas en el que cocinaban ajíes, yuca, maíz   y al que posteriormente se le añadió carne. También tenemos la  denominada ropa vieja que se sigue cocinando en algunos lugares, igualmente el  buñuelo de Pascuas, siendo este más suave y dulce porque la harina se sustituye  por yuca y boniato rayados, y en algunas regiones se usa la calabaza. Además  introdujeron carnes como el bacalao, el tasajo, el lacón.
   La entrada de los esclavos africanos a la isla  influyó en muchos aspectos, específicamente en la forma de preparar los  alimentos pues estos esclavos fueron los cocineros en la mayoría de las casas.  Por esta razón algunos de nuestros platos son similares a los de África, como  en Nigeria que se preparan los plátanos maduros fritos igual que en Cuba y del  Congo proviene la forma de preparar los plátanos fritos dos veces y aplastados  conocidos como: Chatinos, Tostones o Plátanos a puñetazos. También trajeron del  Congo la malanga y el ñame así como la forma de prepararlos. 
                El  arroz amarillo  está presente en la  cocina yoruba de diferentes formas con la particularidad de que se consume  acompañado de picante. Los cubanos no tienen predilección por este condimento,  sin embargo consumen casi a diario el arroz blanco (sirve de cereal básico) y  se cocina al estilo africano con grasa, mas bien hervido y mezclado con otros  alimentos, específicamente con frijoles.
                Los  esclavos eran alimentados en los barracones con Tasajo, Bacalao (carne y  pescado salado) porque era lo mejor para proporcionarles energía y se  conseguían a buen precio en el mercado internacional, además podían ser  almacenados en un clima tropical. El arroz con huevos fritos y el Fufú (los  plátanos aplastados) eran platos frecuentes para alimentar a los esclavos.  
                Un  plato típico de la cocina afrocubana es el Calalú o Guiso de Quimbombó,  el quimbombó    también se puede comer acompañado de otros alimentos como el jamón.  La carne de cerdo con boniatos es también una  herencia africana. 
                Nuestra  preferencia por los dulces nos viene de los esclavos (cocina afrocubana) que se  fortaleció cuando se introdujo la caña de azúcar, pues a los esclavos se les  hacía ingerir en diferentes formas para darles energía  y fuerza, algunos dulces tenían tanta azúcar  que empalagaban a los que no tienen nuestras costumbres.
                Uno  de los platos tradicionales de la cocina cubana es el conocido como moros y  cristianos que combina los frijoles negros o judías rojas (los moros) guisados  con arroz blanco (cristianos), también es conocido como arroz congrí. Se dice  que este plato es de origen africano aunque algunos autores plantean que no  está demostrado.
                Los  frijoles negros es otro de los platos típicos cubanos que siempre está  acompañando nuestra mesa y los aborígenes desde aquel entonces ya se deleitaban  con su exquisito sabor.
                El  ajiaco es considerado el plato más cubano, es una versión de la olla española,  surgida por la falta de ingredientes europeos que fueron sustituidos por  ingredientes que se producían en nuestro  país. Este plato está compuesto por sustancias de diversas procedencias   (…)”La indiada nos dio el maíz, la papa, la  malanga, la yuca, el ají que lo condimenta y el blanco xaoxao del casabe… Los  castellanos desecharon esas carnes indias y pusieron las suyas. Ellos trajeron  con sus calabazas y nabos, las carnes frescas de res, los tasajos, las cecinas  y el lacón…Con los blancos de Europa llegaron los negros de África y estos nos  aportaron guineas, plátanos, ñames y su técnica cocinera. Y luego los asiáticos  con sus misteriosas especies de Oriente…Con todo ello se ha hecho nuestro  ajiaco…Mestizaje de cocinas, mestizaje de razas, mestizaje de culturas. ” Esta  fue una explicación dada por Fernando Ortíz en 1940 bajo el título de factores  humanos de la cubanidad según Argelia Vizcaíno (s/f)
                De  todo lo anterior devienen los hábitos alimentarios de nuestra población entre  las  comidas más frecuentes tenemos el  arroz que de acuerdo al gusto y al paladar debe ser de grano largo y entero que  cocine desgranado (heredado de la cocina yoruba), este va acompañado  por los frijoles que pueden ser negros,  colorados, garbanzos, lentejas o chícharos. El huevo se suele comer frito o  hervido. También nos gustan mucho los alimentos fritos  y en ocasiones los freímos dos veces como es  el caso de los plátanos tostones. El pan también está presente  en nuestra mesa y en ocasiones es sustituido por galleta o panecitos.  Los potajes que heredamos de las ollas españolas son usuales en nuestra  mesa.  La carne es considerada el  alimento principal entorno a ella gira la comida en la mayor parte de los  hogares, específicamente la de cerdo es para el fin de semana, ocasiones  especiales, fiestas y días señalados. 
                Las  comidas habituales tienen la función de satisfacer las necesidades biológicas  esenciales del hombre por lo que son las de mayor frecuencia en todo el país.  Las comidas que realiza el cubano y por ende el pinareño,  responden a una tradición étnica  históricamente establecida que propicia la existencia de varios momentos para  la ingestión de alimentos: desayuno, almuerzo, comida y merienda.
   El desayuno es la primera comida del día, su  horario depende de las actividades que realiza cada miembro de la familia y  siempre está acompañado de una tasa de café. El almuerzo es alrededor del  mediodía y se realiza en los centros de trabajo o estudiantiles. 
   La comida es la ocasión más importante, para  ella se reserva lo mejor  debido a que se  encuentran todos los miembros de la familia reunidos. Se realiza al anochecer,  en el horario de 6:00 a 8:00 de la noche, tras ella viene el período más largo  sin ingerir alimentos.
   Muy pocas son la  familias que conservan la tradición de comer  alrededor de la mesa, la mayoría lo hace frente al televisor. La costumbre de  comer en familia es de vital importancia pues estrecha los vínculos de afecto,  facilita y enriquece la comunicación, produce satisfacción espiritual,  intercambio de experiencias, favorece la formación de hábitos adecuados y permite  informar a los más pequeños sobre la importancia de consumir una alimentación  balanceada.
                La cocina pinareña es  la fusión de varias culturas, la española, específicamente la canaria, y la  africana, aunque hay vestigios de la china y la árabe. Estas influencias dieron  pie a una alimentación  autóctona que  forma parte de nuestra identidad como pinareños.
                En Pinar del Río, los  aborígenes antes de la llegada de los españoles   cultivaban la yuca, el boniato y el maíz. De aquel entonces datan las  costumbres de comer jutía, cangrejo, langosta, camarón, jicotea, todos los  peces, algunas aves y frutas según la estación.
                En el territorio  vueltabajero la emigración canaria tuvo un carácter mayoritario. Como  resultados de esta emigración los isleños se fueron asentando en pueblos y  ciudades e imponiendo un modo de vida, tradiciones que fuimos haciendo nuestras  y en algunos casos fueron adaptadas a   nuestras condiciones como es el caso de la alimentación.
                Entre los productos  que heredamos de los canarios se encuentran los ahumados que están presentes en  platos típicos como: la Longaniza de Cerdo ahumada Pinareña creada en 1958, el  Pollo ahumado a la Criolla en 1942, el cual se convirtió en  una especialidad única de la provincia  pinareña, La Pierna de Cordero ahumada, que tuvo mucho auge en los años 50  entre los hogares de Vueltabajo según la Asociación Culinaria de Pinar del Río  (1986).
                También hicimos  nuestros los potajes y los mojos, este último son las salsas que acompañan las  carnes y las viandas, símbolo de la gastronomía canaria. El gofio, que aunque  ha desaparecido, para el canario fue durante mucho tiempo un producto de  subsistencia.
                Las papas que  empleamos como guarnición de las carnes, son un producto fundamental en la  alimentación del canario que acompaña casi todas las comidas, carnes, pescados.  Las carnes principalmente la de conejo, cabrito o cerdo  los isleños la empleaban en adobos o salsas.  La de cerdo está presente en nuestra dieta y es uno de los   platos representativos de la cocina  pinareña. Además la costumbre de comer las comidas en salsa nos llega de los  canarios
                El pescado es una  pieza básica en la cocina isleña tanto fresco como salado, al igual que en  algunas regiones de Pinar del Río como la Coloma,  y algunos pueblos costeros de Sandino como la  Fe y Cortés donde se elaboran platos a base de mariscos.
                Según las  investigaciones de Emeterio Santovenia (1946),  en la zona de Vueltabajo (en el período Colonial) la alimentación se componía  principalmente de carne, pues su actividad económica fundamental era la  ganadería, los cerdos se multiplicaban y lo que más valía del ganado vacuno  para el comercio eran el cuero y el sebo. La carne cuando se degustaba frita  solía ser acompañada con ñame y yuca (no abundaban). La leche de vaca, el queso  y la leche agria, llamada boruga, constituían elementos claves en la nutrición.  La miel de abeja de la tierra era el postre. De los árboles frutales se cogían  aguacates, caimitos y mameyes. El mamey solía ingerirse mezclado con leche. Las  bebidas consistían en sambumbia y chicha, a la usanza de los cobrizos.
                Los  utensilios y vasijas que empleaban: platos de madera, hasta de dos pies de  diámetro, con capacidad para media arroba de carne frita. Los cubiertos cascos  de güira cimarrona, los dedos de los propios comensales y los cuchillos que  usaban los hombres para trabajar en el campo.
   La alimentación está estrechamente vinculada a  aspectos sociales, culturales. La religión es   una  manifestación de la cultura,  y su práctica incluye festividades  en  las que se ofrecen comidas y bebidas típicas. Cada una de estas celebraciones  responde a una clase social determinada, la dominante y la dominada; es una  expresión cultural que identifica  la  raza negra y  la raza blanca,  la cultura española y  la africana.   La provincia cuenta con abundantes fiestas y celebraciones  de carácter religioso, dentro de las cuales  se encuentran las de origen católico y las de origen subsahariano.
                La  práctica del Tambor Yuka en todos los municipios de Pinar del Río  a excepción de la Palma y  San Cristóbal es producto de las migraciones  de esclavos y libertos a las zonas del centro y oeste de la provincia,  específicamente de origen congo. El núcleo principal de la fiesta es el toque  de los tres tambores (caja, mula, llamador o cachimbo), se baila, se canta y se  ofertan empanadas, carne, dulces, café, aguardiente. El cerdo se asa en púa  cubierto por hojas de guayabo que le da un sabor característico. 
                Las  fiestas campesinas son típicas de las zonas rurales con motivo a cumpleaños,  bodas, bautizos o simplemente por bailar. En estas se realizan canturías de  poetas (controversias, décimas, tonadas), juegos de entretenimiento, bailes  como el zapateo, el son, el danzón. El consumo de comidas y bebidas típicas  como el cerdo asado o frito, en ocasiones en forma de timbas (empanerados)  arroz con carne, empanadas de carne, buñuelos. Además se tomaban bebidas como  el anisado y el aguardiente de caña.
                Dentro  de las fiestas de origen católico se encuentran las fiestas patronales como la  de La Candelaria, La Caridad del Cobre, San José y Nuestra Señora de las  Nieves. Estos festejos  en un primer  momento están dedicados al culto religioso y un segundo momento dedicado a las  actividades populares, juegos, competencias y no podían faltar las comidas y  bebidas típicas entre las que sobresalen los dulces de confección casera como  los buñuelos, boniatillos, alegrías y malarrabias, y otros platos típicos como  el lechón asado, congrí, yuca y empanadas.
                Otra  de las fiestas son las Verbenas de San Rosendo donde se hacían representaciones  de diferentes países y cada uno iba acompañado de vestuario, música, comidas y  bebidas típicas de cada país.  También en  la celebración de la Cruz de Mayo se ofrecían comidas que consistían en lechón  asado con pan, frutas de estación, refrescos.
                Las  fiestas de Fin de Año que incluyen Nochebuena, Navidad y Fin de Año eran  fiestas de origen católico, donde se respiraba un ambiente familiar, pues se  reunía  toda la familia. Estas consistían  en deleitarse con copiosas cenas donde mezclaban dulces y frutas españolas con  comidas criollas y todo tipo de bebidas.
                Todavía  hoy se mantiene la cena de fin de año y para ella se reservan platos como  el  cerdo asado, este se suele asar  en  el occidente del país  a la parrilla o barbacoa, técnica de origen  indio, que según el tipo de leña utilizada cambia el sabor del asado, es muy  común utilizar la de mangle rojo y las ramas de guayaba. En la provincia de  Pinar del Río se estila que cuando se asa el cerdo a la parrilla taparlo con  hojas de plátano.
                Otro  de los platos característicos de la cena de fin de año es la yuca con mojo, el  mojo es muy utilizado en piezas durante y después de la cocción, mayormente, la  yuca, la malanga y la calabaza con mojo, el adobo de mojo para el lechón y  otras carnes.
                Esta  cena de fin de año va acompañada de plátanos verdes, los cuales se doran por  ambos lados, se aplastan y luego se vuelven a freír pero esta vez aplastados.  Este plato de origen africano se llama en occidente plátanos a puñetazos o  tostones pero en Pinar del Río se les llama frecuentemente ambuilas. Tenemos  también el arroz moro que se elabora con mayor frecuencia en la zona  occidental.
                Y por último el  postre fiel compañero de la mesa cubana y por ende de la pinareña, pues una  gran cantidad de personas piensan que si no comen postre no han comido. Para  estas celebraciones se consume el postre más tradicional los buñuelos de  Navidad, de influencia católica y es ofrendado también a los Orichas en la  santería.
                Entre  los platos típicos de Pinar del Río se encuentra el congrí, el puerco asado,  las masas de puerco frita, las yuca con su sabroso mojito, los plátanos fritos  llamados ambuilas, el dulce de coco, de naranja, los casquitos de guayaba, el  arroz con leche y en la comunidad de la Coloma platos a base de mariscos.
                También  son comunes otros platos como los tamales, la ropa vieja que es carne de res  desmenuzada y en salsa. Según el Atlas Etnográfico en occidente se saborea más  arroz y frijoles y las carnes.
  “De  forma general, la gastronomía prerrevolucionaria tiene algunas características  generales, como:
Nuestros  hábitos alimentarios en muchas ocasiones no han estado acorde a nuestro clima y  a los recursos del suelo, pues han recibido la influencia de grupos de  inmigrantes que fueron conformando nuestra identidad. Los hábitos alimentarios  provenientes de los españoles y africanos son la causa de nuestra preferencia  por el consumo de carnes, arroz, viandas, dulces, productos fritos, panes y  vegetales, estos últimos en pequeñas porciones y ocupando un nivel secundario  en nuestra dieta.  
  “De  todo lo anterior deviene una cocina que representa las siguientes  peculiaridades:
Como  pudimos constatar tenemos una serie de hábitos alimentarios que forman parte de  nuestra historia, de nuestras tradiciones, de nuestra cultura y por ende están  muy arraigados. Muchas de estas costumbres están distanciadas de lo que se  considera  una dieta sana, incapaz de  garantizar una mejor calidad de vida. Esto no significa que debamos abandonar  nuestras raíces pues forman parte de nuestra identidad como cubanos y como  pinareños, pero  se debe mantener un  equilibrio entre lo autóctono y lo que es bueno para la salud.
                Tenemos  que luchar por prácticas alimentarias saludables pues no estamos exentos de  procesos como la Globalización que bombardean a todos los países con sus  propagandas publicitarias y sus productos industrializados. Estos ya se han  hecho extensivos a los países subdesarrollados donde las personas prefieren un  refresco embotellado a un jugo natural.
                La  invasión de comidas  y bebidas rápidas o  chatarra  de escaso valor nutritivo puede  ser deslumbrante para muchas personas y hasta puede que sea símbolo,  errado por supuesto,  de desarrollo. Cuba no queda fuera de esta  situación que lejos de ser una solución a los problemas de la alimentación,  pues clasificamos como deficitarios en este aspecto, los agudiza aún más.  
                Cuba  como plantea Fernando Ortíz es el resultado de intrincadísimas  transculturaciones, del indio, del español, del africano, de anglosajones,  franceses, norteamericanos y ahora del mundo industrializado con sus comidas  rápidas llenas de saborizantes, colorantes y poco nutritivas que nada tienen  que  ver con nuestras realidades y  necesidades. 
                La  herencia cultural que nos legaron nuestros ancestros unida a las influencias  que ejercen las multinacionales con la producción de comidas rápidas traen consigo  la adquisición de hábitos  alimentarios inadecuados por parte de la  población lo que  exige que se lleve a  cabo una labor educativa para erradicar las prácticas alimentarias erróneas y  adoptar las saludables, que contribuyan a mejorar el estado nutricional de la  población y garanticen una mejor calidad de vida.
  1.3 La Educación  Alimentaria:
                La educación  alimentaria no solo se limita a realizar acciones educativas  y brindar información para elevar el conocimiento  en cuanto a nutrición y alimentación, esta debe tener como finalidad el  mejoramiento de la conducta alimentaria. La adquisición de conocimientos y la  adopción de actitudes positivas. 
                Algunos conceptos  básicos:
                1-“El comportamiento  se considera mediado por el conocimiento, es decir, lo que se sabe y lo que se  cree afecta la manera de cómo se actúa.
                2-El conocimiento es  necesario, pero no suficiente para producir cambios del comportamiento; mucho  más cuando se trata de hábitos, costumbres y conductas alimentarias arraigadas  y trasmitidas de generación en generación.
                3- El cambio de  comportamiento es un proceso y no un acto“(Colectivo de Autores, 2004, p-59).
                El asumir nuevos  hábitos alimentarios, entiéndase por ello conductas alimentarias  más saludables, implica un proceso a largo  plazo donde hay que tener en cuenta los factores culturales como son las  costumbres culinarias que devienen de las migraciones, los procesos de  colonización y los productos que se cosechan en cada región. También  las creencias religiosas juegan un papel  importante  pues sus adeptos tienen  prohibido comer determinados tipos de alimentos. 
                En sentido general  las prácticas alimentarias se ven influenciadas por factores individuales como  motivaciones, gustos, creencias, conocimientos, experiencia; y por factores  sociales como la familia, los amigos, las normas sociales, políticas locales,  estatales. Unido a ello se encuentra la disponibilidad de los alimentos y la  posibilidad económica que posee el individuo, la familia, la comunidad o el  país para adquirir o producir los alimentos necesarios.  
                Por todos los  argumentos anteriores asumimos como concepto de Educación Alimentaria el que promueve la Escuela de Nutrición de la  Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba  el cual plantea que: “La Educación  Alimentaria y Nutricional se definirá como un Proceso Educativo de  Enseñanza-Aprendizaje permanente, dinámico, participativo, integral,  bidireccional que tiene por finalidad promover acciones educativas tendientes a  mejorar la Disponibilidad, Consumo y Utilización de los alimentos, con un  perfil epidemiológico de potenciar y/o reafirmar los Hábitos Alimentarios  Saludables y neutralizar o reducir los erróneos, respetando las tradiciones,  costumbres e idiosincrasia de las comunidades, contribuyendo al mejoramiento  del Estado Nutricional y por ende a la Calidad de Vida de una región o país”.  (Colectivo de Autores, 2005)
                Para llevar a cabo  una adecuada educación sobre la alimentación es necesario insertarse plenamente  en el contexto histórico-social con aptitudes para reflexionar e  identificar junto con la población objeto los  problemas, sus causas y posibles soluciones. Además de que debe existir un  respeto hacia todas las personas y grupos, en  cuanto a conocimientos, tradiciones, creencias, hábitos de vida, prácticas,  tabúes, cultura, normas sociales, etc. que se han ido conformando  a través de las distintas generaciones y que  no tenemos ningún derecho de modificarlos sin una investigación que permita  validar o no sus comportamientos en referencia a la alimentación y  nutrición.   
   Según Colectivo de Autores (2006) después de  realizar un estudio sobre patrones alimentarios y su relación con el sobrepeso  y la obesidad en niñas chilenas entre los 8 y 11 años de nivel socioeconómico  medio alto en un colegio privado de Santiago de Chile. Se llegó a la conclusión  de que hay un mayor consumo de lácteos con respecto a los resultados reportados  en niños de nivel socioeconómico bajo, este sigue siendo inferior a lo recomendado  para el grupo de edad, así como el consumo de verduras y frutas, que es similar  al encontrado en los estudios realizados en niños de nivel socioeconómico bajo,  representando la mitad de lo recomendado. Estos resultados permiten verificar  que los chilenos presentan patrones alimentarios inadecuados, ricos en  alimentos de alto contenido energético y en azúcares, independientemente del  nivel socioeconómico al que pertenecen. 
                Esta investigación  hace referencia a los estudios  de  patrones alimentarios que se han hecho en Gran Bretaña, España y EEUU, además  menciona los hábitos alimentarios incorrectos que existen en algunos países. Un  ejemplo de ello lo constituye EEUU donde se ha detectado un aumento en el  consumo de “snacks”, así como el de alimentos con azúcar agregada. Se señala  que el consumo de azúcar en los niños y niñas de 12 a 17 años alcanza el 20% de  las calorías totales y la mayoría proviene de las bebidas y refrescos con  azúcar. 
   Chile es otro de los escenarios donde las  prácticas alimentarias son inadecuadas, esto se refleja en los estudios  realizados en los últimos años  sobre el  consumo de alimentos en niños de nivel socioeconómico bajo o medio bajo. En  estos estudios se ha encontrado un bajo consumo de lácteos, verduras, frutas y  pescado, un elevado consumo de pan y de alimentos de alta densidad energética,  ricos en grasas saturadas, azúcar y/o sal, consumidos diariamente por los niños  entre las comidas, en algunos casos llegan a representar el 40 % o más de sus  necesidades energéticas diarias. Además la población chilena se caracteriza por  una alta ingesta de bebidas con y sin azúcar y el pan.
    La última encuesta Nacional de Salud  realizada en España, arrojó como resultados que sólo uno de cada 5 menores de  16 años come verduras todos los días y únicamente un 62% consume fruta a  diario, lo que pone de manifiesto los desequilibrios que se producen en la  dieta de la población escolar española. Vila, Daniel (s/f).
                Algunas de las  enfermedades asociadas a los hábitos alimentarios inadecuados son la obesidad,  el sobrepeso, la bulimia y la anorexia. Según Marga Serra  Alías (2003), los estudios realizados por la  Sociedad Española para el Estudio  de la  Obesidad (Seedo), el 15% de la población infantil padece obesidad y el 36%  padece sobrepeso. La obesidad es más común en los niños que en las niñas  sobretodo en las edades de 6 y 13 años. Las causas de esta enfermedad son el  sedentarismo y los hábitos alimentarios incorrectos. El exceso de peso en los  menores favorece la obesidad en los adultos y provoca enfermedades  cardiovasculares, hipertensión, diabetes.
                Por otra parte  han crecido notablemente  entre las jóvenes enfermedades como la  anorexia y la bulimia, principalmente entre las niñas. Estos trastornos de la  conducta alimentaria tienen un gran componente cultural pues el patrón de  belleza actual que se ha impuesto a través de hombres y mujeres es el de  extrema delgadez influenciados por los mensajes y modelos que transmiten los  medios de comunicación, anuncios de televisión, vallas, folletos publicitarios.  Específicamente la anorexia tiene un riesgo de padecerse del 8%, y el 43% de  las muchachas españolas se ven gordas o un poco gordas según Serra Alías, Marga  (2003). El 40% de las niñas de entre 11 y 13 años quieren adelgazar plantea el  Informe ¨ La situación social de la infancia en España 2001¨.      
                Los trastornos de la  conducta alimentaria que conllevan a las enfermedades anteriores son el motivo  de la promoción de la Educación Alimentaria, que compete a la escuela y a  la familia, en esta última  es donde los niños adquieren los primeros  patrones alimentarios. En algunos países como es el caso de España se trata de  trabajar con niños desde estas dos dimensiones la escuela y la familia para el  mejoramiento de los  hábitos  alimentarios.
                En 1999 se inició la  campaña Plenufar 2 (Plan de Educación en Alimentación y Nutrición por el  Farmacéutico) como iniciativa del Consejo General de Colegios Oficiales de  Farmacéuticos. En esta campaña han participado 2989 farmacéuticos de 49  Colegios Oficiales y 120. 000 niños entre los 10 y 12 años  pertenecientes a diferentes colegios rurales  y urbanos de toda España.
                Según Rosa María  Lendoiro, Vocal en Alimentación del Consejo de Colegios de Farmacéuticos en una  entrevista hecha por Daniel Vila (s/f) se detectaron desajustes alimentarios en  los escolares pues tienen un consumo insuficiente de frutas, verduras y  pescado. Así como la ausencia de una dieta equilibrada que aporte los  nutrientes necesarios. Lendoiro hace hincapié en  los minerales y vitaminas que aportan las  frutas y los vegetales, las proteínas que   le proporciona el pescado a nuestro organismo, así como la importancia  del desayuno en estas edades.
                La campaña Plenufar 2  tiene como resultados la apropiación de conocimientos sobre alimentación por  parte de los escolares. Los niños son capaces de identificar los alimentos  según el grupo al que pertenecen y aprenden hábitos alimentarios saludables.  Esta iniciativa incluye intervenciones continuas en los centros educativos y el  diseño de materiales informativos dirigidos a la familia del escolar pues la  familia juega un papel fundamental en el fomento de los hábitos alimentarios.
                En la Conferencia  Internacional sobre Nutrición realizada en Roma en 1992 los gobiernos  participantes se comprometieron a promover una alimentación apropiada y estilos  de vida sanos. Además se les ha pedido a los gobiernos que hagan todo lo  posible para difundir recomendaciones sobre alimentación y nutrición para los  diferentes grupos de edad y modos de vida, destinados al público en general a  través de los medios apropiados. Una de las recomendaciones más específicas fue  la de promover, desde edades tempranas, la enseñanza sobre alimentación y modos  de vida sanos. Todo esto dentro de los programas de estudio para alumnos,  profesores, profesionales de la salud y para el personal de capacitación en  extensión agrícola.
                La FAO ha  desarrollado y está desarrollando materiales para educar al público sobre  alimentación y nutrición ejemplo de ello son los que se encuentran en el sitio  web: “Guía metodológica de comunicación social en nutrición” y “Saque el máximo  provecho de los alimentos”.
                La CIN recomendó  educar a la población con un nuevo enfoque, que se considerara la formulación  de guías basadas en alimentos, en lugar de los enfoques basados en nutrientes  que se habían utilizado en años anteriores. También, se destacó que las guías  alimentarias deberían ser de carácter nacional, considerando la situación de  salud y nutrición de cada país y procurar a través de la educación en  nutrición, la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles  relacionadas con la dieta. Esto se ha llevado a cabo en los países de América  Latina y Cuba no queda exenta de esto pues también ha elaborado guías  alimentarias para la orientación de la población en materia de alimentación y  nutrición.
                La FAO y el Instituto  Internacional de la Vida (ILSI) desde 1996 realizan talleres sobre el tema de  la alimentación en Asia, Europa Oriental y América Latina específicamente en  Ecuador y Costa Rica.    
   En el informe mundial sobre la alimentación  escolar del 2003 se plantea que en los países más empobrecidos la inseguridad  alimentaria esta acompañada por una inestabilidad general a nivel económico, social  y político. El  Programa Mundial de  Alimentación (PMA) estima que la senda hacia la estabilidad comienza con dos  ingredientes simples: la alimentación y la educación.
                Como se hizo notar en  la Declaración “Educación para Todos” de abril del 2000, la mala salud y los  problemas de nutrición provocan una baja matricula, ausentismo, un menor  desempeño escolar y la deserción escolar temprana, especialmente en los países  en desarrollo. A raíz de ello, el primer objetivo de la asociación entre el PMA  y la UNICEF fue determinar formas concretas  por las que estos organismos pudiesen mejorar el estado nutricional y de salud  de los escolares de todo el mundo. 
                Los dos organismos la  UNICEF y el PMA crearon la idea de un “paquete mínimo” de asistencia para la  salud, la educación y la higiene, que debe estar a disposición de todas las  escuelas. En Gambia el paquete mínimo incluye:
Todo esto permite que  el PMA y la UNICEF mejoren enormemente la salud, la nutrición y el entorno de  aprendizaje de los niños.
                En Honduras según el  Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA Centroamérica, 2007)  existen altos niveles de desnutrición crónica  con tendencia al alza en los escolares pues se plantea que el 27.35% de los  niños de 6 años padecen desnutrición, mientras que en  los niños de 9 años  el porcentaje se eleva en un 56.83%. Debido a  esto en octubre del 2007 se llevó a cabo un proyecto de Educación Alimentaria y  Nutricional con el objetivo de integrar la Educación Alimentaria y Nutricional  en los planes de estudio del nivel primario de Honduras, este fue el propósito  de varias institucionales públicas y privadas para mejorar el conocimiento y  las prácticas alimentarias de los docentes, escolares y padres de familia en el  contexto de la escuela y la comunidad.
                El objetivo de este  proyecto es crear ambientes propicios, estructuras y programas para integrar en  el nivel primario la educación como medio para reforzar los hábitos  alimentarios saludables y así reducir los riesgos en la capacidad de  aprendizaje, en el crecimiento intelectual y físico a causa de una dieta  alimentaria inadecuada.
                Según la  investigación realizada por Rodríguez García (2001) la población cubana actual  posee una serie de hábitos nutricionales incorrectos como por ejemplo: la  superposición de varios alimentos ricos en carbohidratos en una sola comida, la  ingestión de grasas saturadas, poco hábito de comer frutas frescas y vegetales,  sobrevaloración del papel de los alimentos de origen animal en la dieta,  generalmente se come mucho en  una o dos  comidas, cuando lo correcto es distribuir los alimentos en varias comidas al  día y existe un desconocimiento del valor nutricional de la mayoría de los  alimentos y sobretodo de los vegetales.
   Por esta razón Rodríguez García (2001)  llevó a cabo una estrategia sobre Educación  Alimentaria en estudiantes de secundaria básica obteniendo resultados positivos  pues los estudiantes fueron capaces de valorar la relación que existe entre una  alimentación correcta con una vida saludable, pues para llegar a esta  conclusión tuvieron que aumentar sus conocimientos acerca del aporte  nutricional de los diferentes alimentos e hicieron hincapié en la importancia  de los vegetales y su aporte nutricional. 
                Después de la II  Encuesta Nacional sobre Factores de Riesgos y Enfermedades no Transmisibles  arrojaron que a pesar del alto nivel de instrucción existen creencias, hábitos  y actitudes erróneas en relación con la alimentación es por ello que el  Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos y el Centro Nacional  de Promoción y Educación para la Salud del  Ministerio de Salud Pública de Cuba, apoyados por el Programa Mundial de  Alimentos y la Organización Panamericana de la Salud elaboraron un manual de  capacitación sobre Educación Alimentaria, Nutricional e Higiene de los  Alimentos con el objetivo de fomentar la educación nutricional y sanitaria en  los centros de salud, educacionales y en la población en general,  específicamente en las mujeres embarazadas, madres que lactan, niños menores de  5 años, ancianos, estudiantes de escuelas primarias, discapacitados (Colectivo  de Autores, 2005). 
                El programa de  educación primaria tiene dentro de su currículo específicamente el de quinto y  sexto grado la asignatura de Educación Laboral la cual tiene como objetivos  orientar el comportamiento de los estudiantes respecto a los alimentos, los  hábitos higiénicos a tener en cuenta, el comportamiento en la mesa, además de elevar  el nivel de  conocimientos acerca de la  importancia de los alimentos, su composición, funciones y beneficios para el  organismo. 
  1.3.1La Educación  Alimentaria, una competencia familiar y escolar.
                La Educación  Alimentaria es responsabilidad tanto de la familia como de la escuela. La  familia juega un papel decisivo en la educación de los más pequeños de la casa  para que adquieran adecuados  hábitos  alimentarios, pues es a través de la interacción con los adultos que los niños  adquieren determinadas actitudes, preferencias, costumbres y hábitos  alimentarios que están fuertemente influenciados por las prácticas alimentarias  que realiza la familia.
                Para una adecuada  nutrición infantil la base está en el mensaje que el niño recibe en la casa, lo  que come en el hogar, el ejemplo que  den  los padres al respecto, pues en la etapa infantil se aprende por imitación. Es  necesario que los padres delante del niño no hagan rechazo a alimentos de alto  valor nutricional, ni por el contrario den tanta importancia a aquellos  alimentos que poseen un bajo valor nutricional.
                Los padres deben ser  capaces de estimular a los niños para que participen de la planificación,  selección, compra, conservación y preparación de alimentos sanos y nutritivos.  Estas actividades se deben ajustar a la edad y desarrollo del niño. Por lo  general estas actividades la realizan los adultos, sin darle participación a  los niños, sin embargo se ha comprobado que dándole participación a los más  pequeños se sienten más a gusto e importantes, pues se les tiene en cuenta en  el núcleo familiar.
                Es fundamental rescatar y promover la  costumbre de comer en familia, pues  de  esta  forma se puede influir  positivamente  sobre los hábitos alimentarios  en  los miembros más jóvenes que integran  el hogar. Esta práctica permite informar a los más pequeños sobre la  importancia de consumir una alimentación balanceada y cómo obtenerla a través  del consumo de alimentos que aportan los nutrientes que el organismo requiere.  Además permite orientar el comportamiento de los niños y jóvenes en la mesa,  sus actitudes, modales, así como el uso adecuado de los cubiertos.
  “Los hábitos alimentarios son el  resultado de múltiples influencias personales, culturales, sociales y  psicológicas. Para la creación de buenos hábitos, la familia debe  tener en cuenta lo siguiente:
Los círculos infantiles y las escuelas  también juegan un papel importante en la Educación Alimentaria y Nutricional  con el objetivo de mejorar la conducta alimentaria, para elevar la calidad de  vida de la población.
                Desde los primeros años de vida cuando los  niños ingresan al círculo infantil aprenden a comer diferentes tipos de  alimentos y adquieren independencia, pues son capaces de ingerir los alimentos  por sí mismos. Cuando se incorporan a la escuela, el profesor tiene la responsabilidad  de explicarle los tipos de alimentos, sus funciones, y de velar por sus  estudiantes para que tengan un buen comportamiento en el comedor, así como  buenas prácticas alimentarias.
    Los escolares poseen  hábitos alimentarios que proceden de su relación con los adultos, por las  costumbres alimentarias del grupo familiar. Son hábitos difíciles de cambiar a  ciertas edades, por lo que es necesario que la escuela haga hincapié en el tema  de la dieta saludable desde edades tempranas y de forma continua a lo largo del  proceso educativo. De esta manera los hábitos podrán irse adquiriendo  paulatinamente.
  “Algunas de las técnicas o recursos didácticos que se  pueden desarrollar, validar y ser utilizados en los programas de Educación  Alimentaria y Nutricional e Higiene de los Alimentos dirigidos a escolares,  ajustándolos a los diferentes grados de enseñanza.
Estos son recursos en los  que se puede apoyar el profesor para la realización de una clase, un taller o  un círculo de interés. Se pueden convocar concursos de pintura donde se  promuevan hábitos alimentarios saludables, como el consumo de frutas y  vegetales; los estudiantes pueden elaborar o leer cuentos y a la vez  dramatizarlos, donde se explique la importancia de los alimentos y el consumo  de una dieta balanceada. Pueden realizar exposiciones de alimentos que implique  la elaboración de un plato por ellos mismos, puede ser ensaladas de vegetales,  jugos, frutas decoradas. También se pueden realizar concursos de conocimientos  y  elaborar rompe cabezas, crucigramas,  sopas de palabras que estén relacionadas con el tema de la alimentación sana.
    El  empleo de estos medios permite que el niño se sienta motivado a aprender,  puesto que la información que recibirá   será transmitida de forma dinámica y creativa. El estudiante será capaz  de fijar los nuevos conocimientos, llegar a razonamientos y conclusiones por sí  mismo con la guía del profesor. Es por ello que estos recursos se tienen en  cuenta a la hora de describir los talleres que se proponen en la estrategia  dirigida a los niños de quinto grado del grupo A de la escuela primaria Conrado  Benítez. 
       1.4  Un enfoque sobre Trabajo Comunitario.
                La familia y la escuela son instituciones  fundamentales para el desarrollo de toda sociedad pues de la primera proviene  el hombre y es donde aprende a dar sus   primeros pasos y la segunda ayuda a la formación de ese niño que más  tarde será un hombre. Ambas instituciones forman parte de la comunidad y están  estrechamente vinculadas pues lo que los niños aprenden en la escuela, lo  transmiten a su familia y a la comunidad donde viven, de ahí la importancia del  trabajo comunitario para el desarrollo de nuestra investigación,  específicamente con niños de quinto grado del  grupo A que asisten a la escuela Conrado Benítez. 
   Según  González (1998) La comunidad es un grupo humano que habita en un territorio  determinado, con relaciones interpersonales, historia, formas de expresiones y  tradiciones y sobre todo con intereses comunes. Es portador de tradiciones,  historia, e identidad propia que se expresan en identificación de intereses y  sentido de pertenencia que diferencian al grupo que integra dicho espacio  ambiental de los restantes. La comunidad es el   espacio idóneo para potenciar estrategias encaminadas al desarrollo  local con el apoyo de todos los factores o elementos  que la integran, reinando siempre la  participación.
                El trabajo comunitario concebido como un  proceso de transformación desde la comunidad  pretende potenciar los esfuerzos y la acción de la comunidad para lograr una  mejor calidad de vida para su población y conquistar nuevas metas dentro del  proyecto social socialista elegido por nuestro pueblo. El mismo debe partir de  los intereses y necesidades de  la propia  comunidad, donde sus miembros sean los protagonistas en la solución de los  problemas, satisfacción de sus necesidades y en la proyección de su futuro  desarrollo. Debe reinar el respeto a la diversidad de tradiciones y  características culturales producidas por la historia, así como a las  peculiaridades propias de cada comunidad que hace de cada una un marco  irrepetible. Además la comunidad está constituida por personas,  individualidades a las cuales debe llegar el trabajo comunitario de modo directo  y personal.
   El  Primer Encuentro Nacional de Experiencias Comunitarias celebrado del 23 al 26  de noviembre de 1998 en el Campismo “El Abra” se propuso como objetivo precisar  qué caracteriza nuestra práctica de trabajo en la comunidad, para sobre esa  base, trazar metas que puedan elevar su efectividad. Para ello se tuvieron en  cuenta 41 experiencias de trabajo comunitario realizadas en distintos sectores  de nuestro país.  Después de valorar  varios aspectos se acordó utilizar como eje de la sistematización la  participación comunitaria (González, 1998).
                En este evento los participantes reconocieron  de forma autocrítica que la mayoría de los proyectos analizados son concebidos  para la comunidad y no desde ella. Generalmente la participación  de la población es más movilizativa que  comprometida y la participación comunitaria es   casi nula en los momentos de concepción del proyecto. Además resulta muy  difícil integrar los llamados factores de la comunidad, es decir, organizaciones  de masas, organismos gubernamentales, asociaciones, instituciones estatales  pues cada cual impulsa uno o varios programas o proyectos. Por último no se ha  logrado sistematizar las experiencias que arrojan estos proyectos, por lo que  se pierde toda la riqueza cognoscitiva que encierran. 
                Otro eje fundamental del trabajo comunitario  es la participación, donde deben tomar parte e implicarse de forma activa las  diferentes asociaciones, instituciones, organismos, las familias, los grupos  formales e informales y el propio sujeto, en una actividad, una tarea, en la  consecución de un objetivo, en la realización de un proyecto. La participación  de la población en los trabajos comunitarios es de gran importancia porque  desarrolla conocimientos, habilidades que mejoran la efectividad y la eficacia  de los proyectos, satisface necesidades espirituales de los comunitarios,  genera poder en los participantes, profundiza su identidad y compromiso  revolucionario, además de que disminuye los costos de los proyectos.
                Para la puesta en práctica del  trabajo comunitario es importante que se  propicie el intercambio de ideas, opiniones entre los miembros de la comunidad,  favoreciendo la comprensión y explicación crítica de la realidad y perspectiva  de su comunidad, así como el rol de cada uno de sus miembros en su desarrollo.  Hay que reforzar el sentimiento de identidad cultural  desde lo universal, nacional y local frente a  las tendencias globalizadoras. Además de propiciar la participación de la  comunidad en la identificación, toma de decisiones y elaboración y ejecución de  soluciones  a problemas, respuestas y  necesidades de la propia comunidad, el mejoramiento de la calidad de vida y del  progreso propio y de la sociedad en general, a partir de sus propios recursos  materiales y humanos, físicos y espirituales. 
                Las estrategias y proyectos de desarrollo  local deben tener en cuenta para el logro de sus  metas y objetivos, que están encaminados a la  transformación de la realidad, la estrecha relación que existe entre el  diagnóstico, la elaboración y ejecución del plan de acción, el seguimiento y  evaluación del proceso y su impacto en la comunidad, todo ello debe basarse en  la participación activa y consciente de la población.
                La motivación es otro elemento indispensable  en el desarrollo del trabajo comunitario pues si los sujetos que integran la  comunidad no están interesados ni motivados con el proyecto o programa de  transformación comunitaria no fluirá la participación. Algunas de las causas  que puede provocar el desinterés de la población  o la pérdida del entusiasmo a lo largo del  desarrollo del proyecto es que el proyecto sea traído a la comunidad como  interés de un grupo de investigadores,   que han pensado en cómo resolver un problema, en vez de surgir de la  propia comunidad. El hecho de que el proyecto no surja a raíz de una necesidad  sentida, pensada y soñada por el grupo que   va ha ejecutarla es otra de las causas que impide la motivación del  grupo para solucionar el problema. 
                Por otra parte es imprescindible que los  educadores o promotores  mantengan viva  la motivación y la participación del grupo comunitario, para hacer  investigaciones de acción participativa, para enseñar al pueblo a aprender de  su sabiduría, para mantener un diálogo vivo y comprometedor. El que conduce el  proyecto debe ser capaz de compartir su poder, para que todos participen  en  la toma de decisiones y la población  se sienta más comprometida con ella. Debe estar presente el protagonismo  colectivo en todas las acciones que se vayan a realizar y todas las decisiones  que se vayan a tomar, de esta forma el grupo se siente motivado y partícipe del  proyecto.
                Todo trabajo comunitario tiene entre sus  metas logar el desarrollo de las comunidades y elevar su calidad de vida. Pero  para algunos el desarrollo humano está puesto solamente en la cantidad de bienes  materiales que pueden adquirir y no en lo que la gente puede hacer y ser. El  desarrollo a escala humana  se refiere a  las personas y no a los objetos, se mide por el incremento de la calidad de  vida y no por la cantidad de bienes que se posean, la calidad de vida va a  depender de la priorización  y  potenciación de las necesidades humanas fundamentales, donde no cabe establecer  jerarquías que señalen a unas u otras como primarias o secundarias. Estas son:  subsistencia, entendimiento, participación, protección, afecto, ocio, creación,  identidad y libertad. Las necesidades son universales, lo que  varía según el tiempo y las culturas es la  forma y los medios utilizados para conseguir su satisfacción. Cualquier necesidad  no satisfecha produce pobreza y patología social, entiéndase por pobreza no  solamente la carencia de bienes materiales sino de afecto, de identidad, de  libertad. Esto fue planteado por Neef, según Bardález (2000). 
                De lo planteado anteriormente se deriva que  el trabajo en las comunidades no solo se limita a la solución de problemas  materiales sino también espirituales. Se infiere que la satisfacción de las  necesidades espirituales, compensen un tanto la insatisfacción de otras  necesidades llamadas de subsistencia. 
                El trabajo comunitario se realizará partiendo de las  necesidades reales de la comunidad, estando presente la motivación de la  población y propiciando la participación de sus miembros en la toma de  decisiones, mediando siempre el diálogo,   el intercambio de ideas, opiniones. Para la puesta en práctica del  trabajo comunitario  hay que tener en  cuenta la metodología de la Educación Popular y la  Investigación-Acción-Participativa, que nos permiten conocer la realidad para  transformarla buscando siempre el grado máximo de participación.   
  Conclusiones:
  1-El estudio de la Cultura Alimentaria del cubano y  específicamente del pinareño nos permitió identificar una serie de hábitos  alimentarios inadecuados, que devienen de los procesos de colonización, de las  inmigraciones y del  proceso de transculturación,  que tiene su incidencia más actual en la imposición de prácticas alimentarias  derivadas del proceso de globalización (fast food), que ha sufrido la cocina  cubana como resultado de la confluencia de diferentes razas y culturas.
  2-La Educación Alimentaria es un proceso de  enseñanza-aprendizaje que debe comenzar en las edades más tempranas donde la  familia y la escuela son los responsables de educar a sus hijos y alumnos  respectivamente en la adquisición de   hábitos alimentarios saludables.
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