Contribuciones a las Ciencias Sociales
Noviembre 2011

COMUNICACIÓN Y CULTURA, UN BINOMIO NECESARIO



Ydalis La O Duarte
Idelisa La O Duarte
Marcelo Leal Moreno
Everardo Luis Ramos Álvarez (CV)
Universidad de Las Tunas, Cuba
everardora@ult.edu.cu


Resumen
La necesaria relación que existe entre la comunicación y la cultura se manifiesta en  la acción recíproca de transmitir y recepcionar conocimientos culturales, que deben interactuar en perfecta relación y armonía todos los factores que intervienen en el acto ejecutorio y en los que intervienen los códigos comunicativos, como las relaciones interpersonales entre el emisor y los receptores públicos, mediante la creación de valores identitarios y patrióticos.  Por lo que es objetivo de este trabajo hacer un análisis de esa relación que existe entre la comunicación y la cultura, y la interrelación necesaria que se manifiesta entre las mismas. Lo cual será de ayuda para investigadores y estudiosos del tema, el cual servirá de referencia para futuros estudios sobre el tema, pues se hace referencia a los principales postulados teóricos, así como, los autores principales dentro de esta temática. Se hace una valoración por parte de los investigadores de estas posiciones teóricas lo que nos aporta elementos a tener en cuenta cuando de trabaja la relación entre la comunicación y la cultura.

Palabras claves: comunicación, cultura

Summary

The necessary existing relation enter her communication her become manifest on operation ofing transmitting and reception cultural knowledge, than must interact in perfect relation and harmony all factors that intervene in the executory act and in the ones that interfere with the communicative codes like the personal relations among the emitter broadcasting and the public recipients, by means of the creation of self-defining and patriotic moral values.  That is objective of this work to do an analysis of that relation that he exists among the communication and the culture, and the necessary compatibility that becomes manifest among the same ones. Which to as how-to for researchers and scholars of theme, which as he will be good at future studies on the theme, because reference is  done to the principal theoretic postulates, referential thus I have a meal, the principal authors within this subject matter. An evaluation for part makes of the researchers of these theoretic questions and answers  itself that contributes elements  to us to have in bill when of work the account among the communication and the culture.

Key words: communication, culture




Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
La O Duarte, Y; La O Duarte, I.; Leal Moreno, M.; Ramos Álvarez, E.: "Comunicación y cultura, un binomio necesario", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, noviembre 2011, www.eumed.net/rev/cccss/15/

Comunicación y cultura, un binomio necesario.
La comunicación tiene un paradigma transmitivo como elemento esencial de proceso, es decir conocimientos y valoraciones durante el acto comunicativo y otro segundo paradigma se centra en los procesos de significación, sistemas que se puede valorar en la comunicación de masas que es esencialmente  transmisible. El paradigma centrado en la significación parte de la idea de que las verdades son construidas por los seres humanos, la comunicación es el proceso de puerta en común de esas verdades.
Estos conceptos aportaron una visión comunicacional de la cultura, al definirla como un sistema significante, es decir un modo peculiar que tienen los diferentes agrupamientos humanos para otorgarle sentido a la realidad y para comunicarse. Al mismo tiempo los estudios culturales británicos ofrecen un enfoque cultural de la comunicación al considerar los procesos comunicativos como práctica culturales.
Este enfoque entraña una concepción socializadora de la cultura, en la manera en que las comunidades confieren sentido y reflexionan sobre sus experiencias comunes, lo que hacen que todos sus integrantes sean promotores de la cultura, esto interrelaciona  los conceptos de comunicación, cultura e improvisación poética. Para que la comunicación popular pueda ser efectiva debe conjugar estos tres conceptos básicos, ya que promueven una real comunicación, con y entre las personas y que defienden los intereses populares, que hablan de sus problemas e inquietudes, que hablan con sus lenguajes.
En esta época se desarrolló como modelo teórico la comunicación popular que propicia la participación activa de la personas, como un proceso orgánico que genera compromiso y sentido de pertenencia.
Hay muchas formas de comunicación, las más comunes son a través del lenguaje, como el lenguaje escrito, oral, el de los olores, de los gestos, de las formas de vestirse. La música, el baile, el dibujo y la poesía son expresiones del lenguaje artístico. Para cada lenguaje existen sus reglas, ejemplo: el lenguaje escrito no se puede usar como el oral porque cuando se habla se hacen gestos, así como subidas y caídas de la voz que en el papel desaparecen.
Según Paulo Freire (2001), el diálogo es una relación horizontal de A con B. Nace de una matriz crítica y genera criticidad. Cuando dos polos del diálogo se ligan así, con amor, esperanza, con fe el uno en el otro, se hacen críticos en la búsqueda común de algo. Solo ahí hay comunicación. Solo el diálogo comunica.
Sobre esta definición de comunicación se puede argumentar que el lenguaje establecido a través del diálogo debe ser claro y conciso, basado en el respeto e igualdad de los practicantes, sin distinciones de raza, sexo o modos de vida, con sus tradiciones y costumbres, y que estas pueden ser transmitidas y centradas en la significación.
Según Osgood (1961), se tiene comunicación siempre que una fuente emisora influencia al otro -el destinatario- mediante la transmisión de señales que pueden ser transferidas por el canal que los liga.
Basado en este concepto es importante decir que hay comunicación solo  cuando se transmiten códigos y signos, tantos verbales como visuales, entre dos o más personas que deseen ejecutar o recibir un mensaje, elemento este que enmarca la concepción  que dialogiza  la comunicación como una relación horizontal, en la cual la confianza y la empatía son premisas básicas
Para Berelson  y Steiner (1964), todo acto o proceso de transmisión que generalmente se llama comunicación, consiste en la transmisión de información, ideas, emociones, habilidades, etc., mediante el empleo de signos y palabras.
A la definición de estos dos autores se debe agregar que para que exista comunicación, debe propiciarse una comunicación física y armónica entre los factores que intervienen en el diálogo, basado en el respeto mutuo, la diversidad de criterios y opiniones compartidas, esta diversidad de opiniones conduce al camino en que se descubre la comunicación popular, como significado determinante en la formación de identidades a través del mantenimiento de las tradiciones culturales.
Un enfoque más reciente y que se considera de interés  para este estudio, es el del español Manuel Martín Serrano (1982), quien define la comunicación  como “interacción que los seres vivos ejecutan para acoplar sus acciones y/o representaciones, mediante el recurso al uso informativo de energías y no mediante el recurso al uso dinámico o físicamente coactivo de las energías o fuerzas físicas puestas en juego”.
Como aspecto funcional lógico, la comunicación es sobretodo la acción recíproca de transmitir y recepcionar conocimientos culturales, para el que deben interactuar en perfecta relación y armonía todos los factores que intervienen en el acto ejecutorio y en los que intervienen los códigos comunicativos, como las relaciones interpersonales entre el emisor y los receptores públicos, mediante la creación de valores identitarios y patrióticos.
Según Luís Ramiro Beltrán (2005), es el proceso de interacción social, democrática basada en el intercambio de signos, por el cual los seres humanos comparten voluntariamente experiencias bajos condiciones libres, igualitarias, de accesos, diálogo y participación. Es un proceso de intercambio entre dos o más personas donde transmiten sentimientos, ideas, experiencias, conocimientos, y puede ser a distancia (por teléfono, Internet).
Como la comunicación es también un proceso transmisible en el que logran interactuar los espacios en completa armonía, entre el emisor y el receptor del mensaje, se puede valorar  que la comunicación también suele desarrollarse como un acto de intercambio de mensajes, entre dos o más seres humanos, y que la oralidad como una forma de divulgar las tradiciones contribuye a este tipo de comunicación popular.
En 1977, el profesor H. I Schiller, de la universidad de California, analizó el proceso cultural cubano, como una forma consistente y profunda de comunicación, basada en el diario comportamiento del pueblo, sus relaciones de trabajo, sus modos de vida y las motivaciones que se convierten en una expresión verdadera de comunicación cultural.
A este estudio sobre la comunicación cultural se le puede sumar la tipología de un lenguaje propio del cubano, la forma de vestir y sus modos y costumbres culturales que propician un verdadero ambiente positivo durante el diálogo, que puede ser muy ameno, participativo y comunicativo, como un sello propio de identificarse.
María Isabel Álvarez (2005),  en su estudio sobre comunicación, aborda la importancia del lenguaje corporal en las relaciones humanas. Destaca como la mímica facial adquiere significación principalmente a corta distancia, dura fracciones de segundos, cambia con rapidez provocando efectos en el interlocutor. Los elementos del rostro que mayor influencia tienen en la comunicación interpersonal son los ojos, que matizan la mirada y el contraste de la calidad del contacto visual.
Enriquece este estudio de la comunicación sobre la base del aporte que merece la comunicación social, mediante la mímica corporal  se provocan efectos positivos entre los interlocutores, siempre y cuando se ejecuten correctamente, pues no solo con los ojos y la boca, sino también a través de las manos y el movimiento armónico de todo el cuerpo se logra comunicación.
Según I. Gordon (1997), en el proceso comunicativo no deben existir barreras y pone como ejemplo, cuando se afecta la autoestima de la persona con quien nos comunicamos, no se respeta su individualidad o la intervención es descontextualizada.
La comunicación será adecuada cuando hay un intercambio franco, abierto desperjuiciado, sistemas prohibidos, es decir, dónde se expresan libremente los sentimientos, la confianza necesaria y el respeto mutuo.
Como la comunicación depende de factores externos que propicien un ambiente agradable y lógico durante su realización, no pueden existir las barreras idiomáticas, culturales, religiosas y raciales, ya que pueden ser lascivas a la comunicación, sino existe el respeto mutuo a la diversidad cultural, es difícil que esta pueda fluir de forma correcta.
Según I. M. Secherov (1997), la comunicación es la principal esfera de las manifestaciones de las emociones, específicamente humanas y la condición necesaria de la formación identitaria, sus sentimientos morales, ese conjunto de correspondientes estados anímicos que constituyen la base reguladora de toda convivencia, surge de la comunicación.
La comunicación es también una forma de transmitir ideas, conciencias, identidad, soluciones, costumbres y tradiciones, para el desarrollo social y en la esfera del saber resulta vital para el cumplimiento de los objetivos trazados por cualquier educador, o portador de las tradiciones orales como lo es el repentismo
El subdirector general de la UNESCO, A. Pascali (1984), afirmó que comprender la comunicación como un fenómeno popular resultar imprescindible para contrarrestar las consecuencias del predominio comercial en el campo de la cultura ya que serían desastrosos sus efectos a mediano y largo plazos, un mal inevitable.
Sobre este aporte de la comunicación dado por este autor, es posible agregar que el estudio y defensa de los valores de la lengua materna, su uso correcto durante el acto comunicativo, el apego a las tradiciones culturales y la asimilación de las palabras autóctonas, ayudan también a contrarrestar este fenómeno de penetración de la cultura de masas y comercial en las comunidades, solo con la defensa de las tradiciones culturales se logra establecer un escudo cultural que logra mantener vivos los intereses populares.
También las principales fuentes teóricas sobre pedagogía del oprimido, de Paulo Freire y la Escuela de Frankfurt, esta última comienza sus estudios en los años 20 y sus máximos representantes son Teodoro Adorno, Enzensberger, y Habermas, hacen alusión a los intereses populares.
La influencia sobre el individuo es el propósito de esta fuente. Un mensaje se considera persuasivo cuando logra variar el funcionamiento psicológico de las personas, de modo que el individuo actúe en correspondencia con el objeto de la persuasión, a partir de conductas sugeridas por el persuasor.

Los estudios culturales constituyen una teoría metodológica, que se perfila hacia mediados de los años 1950 en el Center of Contemporary Cultural Studies de Birmingham, en Inglaterra, dirigidos por Stuart Hall.
¿Qué se puede entender como Cultura? “Cultura es todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad”.
La Cultura tiene una serie de características que la hacen diferente de otros procesos, que se puede clasificar como aprendizaje. Básicamente la cultura es aprendizaje.
El antropólogo Edward B. Tylor (1867), incorpora nuevos contenidos para la categoría cultural, para él cultura incluye la civilización, el etnos, las llamadas bellas artes, la moral, las creencias, para él, cultura o civilización tiene un sentido etnográfico, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las costumbres y cualquiera otros hábitos adquiridos por el hombre a través de su desarrollo humano.
A estos nuevos contenidos de Tylor agregados a la cultura, merecen incorporar las tradiciones de los pueblos, los fenómenos identitarios, el patrimonio en todas sus aristas, la conducta y las relaciones sociales, así como, las razas, gustos, afinidades, valores e idiosincrasia, son una forma homogénea de transmitir cultura y defensa de sus valores.
Según Hart Dávalos (1994) es la genuina creación primaria, es el centro de la política y las ideas, es a la vez claustro, liberación humana, no hay hombre sin cultura y esta no existe sin hombre.
A este concepto se le agrega que cultura es un conjunto de valores, creencias, tradiciones, instituciones, lenguajes que elabora y transmite una sociedad a lo largo de su desarrollo histórico y que tiene en lo tradicional su máximo exponente, como una forma identitaria.
Para Sergio de Zubiría Sampier (2005), considera que la cultura posibilita la independencia de la naturaleza animal, configurar lo verdadero humano, es el cultivo de la espiritualidad humana, es el camino hacia la humanización del hombre, es el camino hacia una conciencia superior.
Sobre esta apreciación de Sampier, agregar que la cultura tiene un amplio contexto liberador basada también en su cultivo estético, creativo y lúdico, polémico y participativo, pues en ella intervienen principalmente las masas populares, como una verdadera forma participativa que los identifica.
La conferencia  mundial sobre políticas culturales  en México (1982), reconoce la cultura como un fundamento de la vitalidad de toda sociedad e instrumento para su conservación y renovación, así como parte integral del desarrollo económico, político y social de cada país y aporta por consenso, así…”la cultura puede considerarse como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupos sociales. Ello engloba además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”.
A estas definiciones de varios autores merecen aportarse otros rasgos distintivos: el patrimonio cultural identitario, el idioma, la defensa de la identidad local y nacional, los rasgos y configuración de una cultura con diversidad de valores, los modos de vida, el cultivo estético de las artes, basado en el respeto y la tolerancia creadora.
Basado en esta afirmación se puede considerar la cultura como un medio identitario de los pueblos, constituyen una mejor forma de conocer, defender y reafirmar sus valores y propiciar un mejor desarrollo intelectual y disfrute estético, satisfacción personal y grupal, marco propicio para el desarrollo comunitario, dónde la participación es un actor principal.
Según Consuelo Portu (2007), cultura e identidad proporcionan a cada pueblo un sello inconfundible de valores espirituales y materiales, desde el plano de valores supremos la comunicación es un acto liberador que condiciona la recuperación de su propio destino, la libertad con todas sus dimensiones humanas.
La cultura e identidad preservan los valores espirituales y patrimoniales, la creación artística y literaria que se basa en el patrimonio de una nación, una política cultural correcta en defensa de lo identitario, la enseñanza artística con carácter general no excluyente, una cultura de liberación y resistencia ante la penetración foránea, el reconocimiento a la diversidad cultural y racial, el protagonismo de la comunidad mediante la participación en la conducción del proceso cultural.
Gilda Ares (2005), distingue la cultura como la forma que dio lugar a las costumbres de la vida cotidiana, la fisionomía espiritual de las generaciones, que crecieron en los siglos que antecedieron y que hicieron reafirmar y perdurar  sus propias obras.
La cultura se distingue también, en la manera de vestir, de conservar y defender el idioma, en el patrimonio de la nación, las costumbres en el diario cumplimiento de los hábitos ciudadanos en la defensa y desarrollo de una cultura estética como un escudo generacional de los pueblos, como un todo circundante, interpretado en lo que  rodea y nutre el alma en la creación y la apreciación, en el aporte a la identidad y al patriotismo.
Marta Arjona (2003), contextualiza la cultura como la identidad expresada en los valores patrimoniales de los pueblos y como un objeto en si; parte del criterio de que la suma de los vientos culturales acumulados de modo voluntario, por una comunidad o pueblo, conforman su patrimonio cultural y que las consecuencias sociales inmediatas de ellos, constituyen la identificación de este conjunto  heterogéneo, con un grupo de personas.
Sobre esta contextualización de la cultura, como un modo identitario, es necesario sumar la perspectiva de la enseñanza, tanto creativa como apreciativa de las artes en su conjunto, para una mejor conformación, configuración, asimilación y entendimiento por parte de las actuales y nuevas generaciones, necesarios para aumentar los valores estéticos y conceptuales de este patrimonio  cultural.
Graciela Pogolotti caracteriza la cultura como la madre de la identidad, como un principio que se produce a través del patrimonio cultural, que existe como un objeto independiente de reconocimiento o no de su valor estético. Y es la comunidad la que en un momento determinado de su desarrollo espiritual la selecciona, la escoge, como elemento que debe ser conservado por valores que trasciendan su uso o función. Es solo en este acto que queda definido como bien cultural.
Para otros autores es también el alcance comprensivo, visualizado y actoral que la comunidad tenga de este patrimonio cultural, le posibilita defenderlo, desarrollarlo tanto en la solución de sus problemas sociales, como en el aporte creacional y participativo de nuevos elementos patrimoniales de la comunidad en su conjunto.
Otros autores como Marcia Leiseca, José Antonio Portuondo y José Linares (2003) tratan la cultura identitaria como la conciencia de reconocerse históricamente en su propio entorno físico y social, en el carácter activo de la comunidad, de sus valores morales y materiales, sensibilidades técnicas, que lo convierten en una acción participativa cultural, entendiendo por cultura no solo la suma y sedimentación de experiencias propias y heredadas, sino el grado de experiencia identitaria que tenga determinado grupo humano.
La formación integradora de la cultura identitaria propicia la consolidación y materialización del desarrollo de la nacionalidad, en defensa de los valores patrióticos tanto en el ámbito nacional como foráneo, sus aportes sustanciales frente a la penetración ideológica extranjera, sobre todo el empeño de que la cultura sea un modo de defender la cubana, el nivel cualitativo de las ideas, lo imaginario y lo simbólico.
Alicia García (2004), alude a que la cultura se manifiesta en la manera de expresarse y vestirse las personas, en los juegos, las tradiciones y refranes, los personajes y lugares, las comidas y los colores de las casas… todo eso y mucho más conforman la identidad cultural de un pueblo, de un grupo social. Cosas grandes y cosas pequeñas, cosas cotidianas que les dan sello identitario, como saber cantar estas cosas e integrarlas a los mensajes comunicativos es una necesidad de la comunicación popular.
La cultura que no se comunica muere, ayudar a que se exprese en todo su ámbito estético y social revaloriza la cultura de las personas, es ayudar a crear o a reforzar los fenómenos identitarios. Si las personas no se ven reflejadas en el barrio o no miran el proyecto cultural como propio no se identifican.
Para un intelectual como Juan Marinello no se puede entender la cultura como cosa aparte de la realidad y la identidad social, o como un menester neutral e independiente del acontecer, eso es criterio absurdo. La cultura es sin excepciones resultado y reflejo de las condiciones económicas, políticas y sociales entendidas en el más alto sentido común.
La cultura debe gozar de libertad verdadera, no puede ser impuesta, también es respeto y apoyo, en esa labor creadora de buena voluntad es necesario defender y preservar para todos un tesoro común de la nación.
La cultura, según Santos Mitos (2005), es la forma de comunicación popular de los individuos y del grupo social con el universo, viéndola como herencia y como aprendizaje lúdico, de las profundas relaciones entre el hombre y su medio social, la cultura, por tanto, marca y envuelve toda la contracción textual del individuo.
La cultura debe estar basada en las relaciones humanas de respeto y comunicación liberadora, basada en el agrupamiento multiétnico, multirracial, tradicional, en el enfoque participativo y no excluyente de las personas en el alcance ambiental y creativo de un grupo o comunidad determinado, en la creación y apreciación estética y sus componentes.


BIBLIOGRAFIA