Contribuciones a las Ciencias Sociales
Mayo 2011

LA INFLUENCIA DE LA CULTURA SANTIAGUERA EN LA CULTURA CUBANA

 

Sonia Morejón Labrada (CV)
sonia.morejon@ipiscpt.rimed.cu
 

 

Resumen

La villa Santiago de Cuba, fundada el 25 de julio de 1515 por el Adelantado Diego Velásquez de Cuellar ha incorporado a lo largo de su historia elementos culturales de diferentes continentes, con la introducción en su localidad de elementos identitarios de otras culturas entre la que se encuentran los españoles, conquistadores de estas tierras, aborígenes, nativos de estas zonas de la Isla donde se encontraba el mayor asentamiento de tribus Tainos; africanos, negros traídos para los trabajos más duros de la actividad agrícola y franco-haitianos, que al estallar la revolución de Haití emigraron a Santiago de Cuba. Todas estas influencias culturales derivaron costumbres, tradiciones que han repercutido en los santiagueros, asumido y representado en las diferentes manifestaciones artísticas dando como fruto géneros como el son, la conga, el bolero, el cocoyé, representadas en la pintura de José Joaquín Tejada, Hernández Giro, impregnada en la literatura de José María Heredia, Luisa Pérez de Zambrana, presente en las edificaciones desde las más antiguas hasta las más actuales, de forma general plasmada en el acontecer diario de los habitantes de la primera capital de Cuba, la Ciudad Héroe, la Capital del Caribe, la tierra caliente.

En el presente trabajo se recogen elementos importantes aportados por hijos de la ciudad de Santiago de Cuba que han repercutido en el “ser cubano” que hoy identifica a los nacidos en este país y aportado al desarrollo de la cubanía como expresión de la cultura popular.

Palabras Claves: Cultura cubana, cultura santiaguera, influencias culturales, identidad cultural.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Morejón Labrada, S.: La influencia de la cultura santiaguera en la cultura cubana, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Mayo 2011, www.eumed.net/rev/cccss/12/

INTRODUCCIÓN

La cultura santiaguera ha sido un tema abordado por diferentes autores entre los que se destacan Olga Portuondo, Rafael Duharte, Oscar Ruiz Miyares, Laura Cruz Ríos, Jesús Guanche entre otros.

Santiago de Cuba, región montañosa en forma de herradura, abierta al mar. Su bahía de bolsa es una de las más protegidas del país, sin embargo en sus primeros años de fundada fue punto de convergencia y antagonismo de corsarios y piratas. Por ella transitaron conquistadores como Hernán Cortés Pánfilo de Narvárez, Antón de Alamitos, Bernal Díaz del Castillo y otros, constituyendo sitio de partida hacia otras tierras del Caribe y de Norte, Centro y Suramérica así como base más fuertes de la conquista española en suelos americanos.

Su lejanía física de La Habana hizo que en el de cursar de los años desarrolla su propia idiosincrasia más aún con la presencia de raíces culturales provenientes de colonos franceses, emigrantes de Haití tras la primera revolución de independencia americana. Fue receptora de los primeros esclavos africanos que unidos a otros grupos sociales generaron hábitos y costumbres que solo pueden apreciarse en esta zona del país.

Las influencias culturales hacen del santiaguero un ser peculiar dentro del territorio nacional hospitalario, sincero, humilde, emprendedor, orgulloso, desprendido, alegre, jovial, respetuoso, aferrado a su cultura, tradiciones. Todo ello se ha manifestado durante toda su historia una tradición de rebeldía y lucha, tierra de Hatuey, Guamá, Antonio Maceo, Frank País, Guillermo Moncada, Gloria Cuadras, Vilma Espín, Josué País, Pepito Tey, Otto Parellada, los hermanos Marañón y tantos otros hijos de la gloriosa Santiago de Cuba que ofrendaron sus vidas por una causa justa, la independencia de la Patria.

Entre sus méritos está también la contribución a la cultura cubana con el aporte de géneros musicales, una tradición literaria que desde los años más lejanos se hizo visible en la publicación de revistas, semanarios y periódicos, que especializados o no, divulgaron los resultados de la intelectualidad santiaguera. Su fachada aún conserva rasgos culturales de aquellos años de conquista, colonia y república, si el caminante transita por las calles desde el Parque Céspedes hacia los más recientes repartos puede encontrarse que los edificios hablan del desarrollo cultural de la ciudad con ejemplares de diversos estilos, Coloniales, Barrocos, Eclécticos, Rococó, Art Noveau, entre otros. La presencia de escalinatas en la ciudad es una característica de su urbanística que la hace pintoresca así como el Castillo del Morro San Pedro de la Roca, hoy museo de la Piratería, único de su tipo en América.

Entre sus aportes a la cultura están las influencias de representantes del teatro de relaciones que con su empeño, amor y dedicación desarrollaron todo un movimiento, que en ocasiones fue censurado. La grandeza histórico-cultural de la ciudad se complementan con un sinnúmero de instituciones que por su trascendencia han pasado a ser únicas en su tipo y atrayentes lugares para los visitantes de Santiago de Cuba entre estos se destacan los Museos del Carnaval, la Imagen, de Ambiente Histórico y el Bacardí, la Isabelica, El Morro, junto a ellos otros sumando en total 41 que enriquecen la cultura de nuestro país.

Así la Ciudad Héroe de la República de Cuba, Santiago de Cuba se convierte en un polo cultural de nuestro país en el cual convergen mitos, leyendas, tradiciones que a lo largo de su historia han influido y aún lo hacen en la cultura nacional.

En el desarrollo de este trabajo podrá conocer los aportes de la ciudad de Santiago de Cuba a la cultura cubana.

DESARROLLO

Como ya se ha expuesto Santiago de Cuba, añeja ciudad cubana a lo largo de su historia se ha desarrollado y con él las manifestaciones artísticas, haciendo énfasis en la música y la literatura.

Con los franceses, a finales del siglo XIX, llegaron sus estilos artísticos, su refinamiento, su cultura; en fin barrios completos cambiaron del día a la noche. La calle Gallo se pobló de comercios, en el barrio de Loma Hueca se levantó un teatro, El Tivolí, que luego daría su nombre a la barriada.

En el Cobre, la Gran Piedra, El Caney, Guantánamo, las ruinas de los cafetales y los muros de las antiguamente deslumbrantes viviendas, dan fe de la riqueza que hicieron brotar los colonos haitiano-franceses, convirtiendo a Santiago de Cuba en un centro cafetalero, y a Cuba, en el primer país exportador de café a inicios del siglo XX.

Santiago de Cuba es la cuna por excelencia de importantes géneros musicales de Cuba, país donde la música es alma y raíz. Reconocida como la cuna del son y el bolero, donde la trova tradicional y la expresión coral tienen un profundo arraigo. En esta tierra nacieron grandes músicos como Sindo Garay, Ñico Saquito, Pepe Sánchez, Miguel Matamoros, Eliades Ochoa, Compay Segundo por solo mencionar algunos. Pero si de música se trata, es imposible ignorar los espectaculares carnavales santiagueros, vivos, autóctonos, coloridos, considerados los mejores de Cuba, caracterizados por sus cornetas chinas, las carrozas y comparsas que cautivan a bailar al compás de las congas.

Santiago es una ciudad musical, entre las influencias culturales que en ella se conjugan están la española, africana, indígena, franco-haitiana, árabe y china, las dos últimas con menor grado. Los géneros musicales aportados a la cultura cubana datan de la época de la colonia.

El Son Género vocal, instrumental bailable que constituye una de las formas básicas dentro de la música cubana. Presenta, en su estructura, elementos procedentes de las músicas africanas y españolas, pero ya fundidos en lo cubano, confluyendo en él giros rítmicos, estribillos, modos percutivos, entonaciones y sonoridades de las cuerdas pulsadas que denuncian sus dos fuentes originarias.

Según Odilio Urfé el son “es el exponente sonoro más sincrético de la identidad cultural nacional". Su existencia verificada comienza concretamente en las postrimerías del siglo XIX, en una ubicación zonal múltiple que comprende los suburbios montuneros de algunas ciudades orientales, como Guantánamo, Baracoa, Manzanillo y Santiago de Cuba.

Por su extracción, desarrollo, características sonoras y coreográficas y uso social, el son cubano devino históricamente como el medio de expresión más idóneo y representativo para las capas humildes de la estructura socio-económica-política de la Cuba de la primera postguerra.

El complejo del son transitó triunfante por el Caribe, América Latina, Norteamérica, Europa y otras áreas del mundo.

Bailado inicialmente en accesorias, solares y academias de baile por capas populares – los estratos burgueses lo rechazaron y el gobierno llegó a prohibirlo por considerarlo inmoral- los salones de baile de La Habana, y de las ciudades importantes, tuvieron que abrirle sus puertas, y las casas impresoras de discos le dieron una difusión ilimitada. Autores clásicos del género como Bienvenido Julián Gutierrez, Ignacio Piñeiro y Arsenio Rodríguez, e intérpretes como el trompetista Felix Chappotín y el genial cantante Benny Moré, son figuras determinantes en el desarrollo progresivo que abarcó todos los estratos musicales cubanos y que influyó, influye en no poca de la producción de diversas zonas del mundo.

Inicialmente los grupos de son estaban formados por guitarra, tres bongó, botija o marímbula (luego contrabajo), claves y maracas; después se le agregó una o más trompetas. Actualmente el formato para interpretar el género es ilimitado. El son ha conocido numerosas variantes como: el son montuno, el changüí, el sucu-sucu, el ñongo, la regina, el son de los permanentes, la bachata oriental, el son habanero, la guajira son, la guaracha son, el bolero son, el pregón son, el afro son, el son guaguancó, el mambo y el Cha-cha-chá.

La presencia de este género cubano es importante a escala universal dentro de las expresiones musicales más auténticas y valiosas de hoy.

El Bolero por su parte es un género cantable y bailable diferente por completo de su homólogo español. Surge en el tercio final del siglo XIX en la trova tradicional de Santiago de Cuba.

Entre sus más tempranos cultores se considera a José Pepe Sánchez, comprendían dos períodos musicales de dieciséis compases, separados por un pasaje instrumental, ejercitados en las cuerdas agudas de la guitarra, a la que llamaban pasacalle.

El bolero constituye sin duda, la primera gran síntesis vocal de la música cubana, que al traspasar fronteras registra permanencia universal. En el bolero tradicional es total la fusión de factores hispanos y afrocubanos, que aparecen por igual en la línea acompañante de la guitarra que en la melodía, donde el acento sonoro-percutivo del cinquillo cubano se impone a las palabras del texto literario, dentro del compás 2 x 4.

El bolero ha tenido variantes de éxito: el bolero-montuno, el bolero-mambo y el bolero-benguine, muy cultivados por compositores mexicanos y cubanos. La fuerza del bolero es indestructible; durante una verdadera invasión de música beat, se escuchó la modalidad con la percusión invirtiendo los acentos; es decir, destacando los tiempos débiles pero siempre implícita, presente, viva, la sensualidad ritmada del bolero cubano.

La Canción, género cantable que abarca, por extensión, todo el cancionero insular. Sus raíces se hallan en la tonadilla escénica hispana, en la operística italiana, en la romanza francesa, en la canción napolitana, en el vals lento y en módulos cancioneriles españoles.

La esencia criolla, desde luego, afloraba en pequeños detalles y en cierta languidez y sensualidad tropical en la textura melódica. El mayor logro de una fisionomía propia se producía en los temas utilizados. Es a partir del tercio final del siglo XIX, con el movimiento de la trova tradicional de Santiago de Cuba con Pepe Sánchez, Sindo Garay, Alberto Villalón, Manuel Corona, Rosendo Ruiz, por solo citar unos pocos, que la canción se va despojando de su influjo europeizante, haciéndose cubana entre las cuerdas de la guitarra trovadora, se amulata y empieza a expresar sentimientos e inquietudes del hombre de pueblo. Con el paso del tiempo la canción cubana ha ido evolucionando, hasta llegar a sus manifestaciones actuales.

La Conga, sirve de música para las comparsas carnavalescas. Se originó en las festividades que efectuaban los negros esclavos.

En su instrumental participan tambores de diversos tipos, abarrílados y de un solo parche; bongó, cencerros, sartenes y otros objetos de metal. El baile se reduce a marchar al compás del ritmo característico, en que alternativamente, en todos los compases pares, se destaca una síncopa que los bailadores subrayan levantando ligeramente una pierna y marcando el golpe con un brusco movimiento del cuerpo.

Este género cubano ha sido llevado a los salones de bailes por orquestas con elaboradas instrumentaciones, siendo asimilado por estilizadas formas danzarias y empleando, además, en numerosas películas cinematográficas

Entre otros aportes a la música cubana se encuentra el ritmo Pilón aportado por Enrique Bonne y popularizado por Pacho Alonso. El Cocoyé mezcla de ritmos africanos se desarrolló en esta región de Cuba. La ciudad como sede del Festival Internacional de Coro, ha constituido una gran influencia en la promoción de la música coral cubana. Entre las personalidades que se destacan en la música están Miguel Velásquez, primer músico cubano, hijo de indígena y español, Esteban Sálas que a pesar de ser natural de La Habana su crecimiento profesional lo desarrolló en la capilla de música de la Catedral de Santiago de Cuba, José (Pepe) Sánchez creador de la trova, el bolero, Sindo Garay ícono de la música cubana, Miguel Matamoros quien junto a su trío formaron la más importante agrupación vocal cubana de todos los tiempos, Ñico Saquito compositor, cantante y guitarrista de guarachas, sones y canciones, Harol Gramatges, Pacho Alonso, Enrique Bonne, Francisco Repilado, Eliades Ochoa, todos ellos grandes figuras de la música cubana.

Otro de los aciertos de la música santiaguera es la creación el 1 de junio de 1955 en la Universidad de Oriente el coro Madrigalista, primer coro de Cuba

Dentro de las manifestaciones de las artes escénicas está el teatro, la danza, en este sentido también Santiago de Cuba ha sido una gran influencia en la cultura nacional. Las disímiles influencias culturales promovieron en la ciudad la creación de Cabildos y cofradías donde se ejecutaban coreografías danzarias, interpretaciones de obras de teatro que representaban la cultura más arraigada a las tradiciones populares de ello nace un tipo de teatro callejero denominado por muchos desafectos teatro marginal, de negros o de mamarrachos. Defendido por uno de los más fervientes iniciadores y defensores Joel James que frente a un grupo importante de dramaturgos, actores y actrices le denominaron teatro de relaciones. El mismo se caracteriza por la alta relación con el público, la escasa utilización de elementos escenográficos, ambientaciones, luces, la música se hace en vivo y con pocos instrumentos, generalmente acompañado de guitarra, clave, bongó, su tarima es la calle, sus lunetas el espacio donde transeúntes se paran a disfrutar de un acto de tal profesionalidad que con tan limitados recursos penetra en los sentimientos de quienes lo disfrutan. Entre sus agrupaciones más destacadas están A dos manos, Estudio Teatral Macubá, Conjunto Dramático de Oriente, Cabildo Teatral Santiaguero, Calibán Teatro, Teatro Guiñol entre otros. Se desarrollan eventos culturales que promueven las artes escénicas como: Festival Máscara de Caoba, Bienal de Oralidad, Bienal de Dramaturgia Femenina, Festival del Caribe, Fiesta de Magia Areito Mágico, entre otros que en la localidad se desarrollan. Se destacan personalidades como: Luis Carbonell, el acuarelista de la poesía antillana, Ramiro Herrero Beatón, Ana María de Agüero, Tussy Caveda, Angel Clarens Pujols, Marcial Lorenzo Escudero, Justo Esteban Estevanel Días, Rolando Ferrer, David García Gonce, Rogelio Meneses, Carlos Miguel Pérez González, Raúl Pomarez, Fátima Pátterson, Félix Pérez, Antón Arrufá, entre otros.

Las Tumbas Francesas son las supervivientes de los centenarios cabildos de "baile francés".-Tumba es voz conga que, además - de otras cosas, significa jolgorio o fiesta ruidosa, pero los bailes de las tumbas son bailes franceses. Son los bailes que ejecutaban los mulatos cultos y ricos de Haití a fines del siglo XVIII, cuando el apogeo de las danzas de corte y pompas de Versalles, que fueron barridas en Europa por la Revolución Francesa y el Terror y en Haití por la revolución libertadora de los esclavos y de la nación. En Haití como en Cuba las negradas esclavas bailaban en las plantaciones casi como en África; pero en las ciudades los negros libres y los mulatos ponían empeño en bailar como lo hacían los blancos ricos.

Las Tumbas Francesas recuerdan los bailes de figuras y cuadrillas de las danzas del ochocientos, los rigodones, los lanceros, y sobre todo el minuet con sus variantes. Estos bailes franceses al aclimatarse en las antillas absorbieron sus cálidas cadencias de trópico y de África. Fue baile mulato, aquí no se bailó con blancos violines y flautas, sino con afros tambores y chachás, pero en cambio reprodujo la final cortesía metropolitana.

Los instrumentos y los ritmos venían de los ritos misteriosos de Dahomey y del congo, las figuras y cadeneos eran de Versalles, pero los pasos y los contoneos recordaban las plantaciones donde se fundían las sangres y los pigmentos y se juntaban en una misma riqueza la blanca azúcar y el negro café.

La literatura santiaguera cuenta con un desarrollo alcanzado desde sus inicios, en ella confluyen adeptos a los más variados géneros, en años tan remotos como el 1803 Santiago de Cuba dio a luz a quien se convirtiera por la melodía, la representación del paisaje cubano, el amor a la patria el Primer Poteta Romántico de Hiberoamérica, José María Heredia Heredia. La gran cantidad de revistas, semanarios y otras publicaciones periódicas dan fe del desarrollo de la intelectualidad santiaguera en los siglos XVII al XX entre estas se destacan: El amigo de los cubanos (1805), El Canastillo (1814), El Socorro (1882), Brisas del Cauto (1885), Libre Pensador (1887), Alba y Ocaso (1904), El Pensil (1907), Santiago Ilustrado (1908), Clínica de Santiago de Cuba (1909), Arte y Bohemia (1911), La Bandera Española (1912), La Prensa (1915).

Entre los escritores santiagueros los que más se destacan por sus aportes a la literatura son: José María Heredia, Luisa Pérez de Zambrana, José Antonio Saco, Juan Bautista Sagarra, entre otros.

En cuanto a la Arquitectura santiaguera se puede decir que es muy diversa. En la ciudad confluyen estilos arquitectónicos de diferentes fuentes culturales. Desde su fundación hasta el siglo XIX no se desarrollo mucho la urbanística y la ciudad contaba con muy pocos ejemplares constructivos y se limitaba a un territorio de apenas 3000 habitantes. Los inicios del siglo XIX evidencia una promoción de edificaciones de amplia diversidad temática que intentaban dar fe de cierto progreso. Las guerras de independencia en la segunda mitad del siglo XIX frenaron el ímpetu y solo posibilitaron realizar algunos proyectos.

La llegada del siglo XX trajo consigo cambios sustanciales en el desarrollo urbano que dio paso al desarrollo de dos modalidades la creación de barrios diseñados con la amplia utilización de los servicios urbanos como Vista Alegre, Fomento, Terraza y otros que se limitaban a la venta de terreno en franca especulación.

Se realizaron edificaciones con estilos Art Deco, Ecléctica, Monumental moderna. En la ciudad de Santiago de Cuba existen edificaciones que han trascendido por la primicia que han ocupado en diferentes aspectos dentro de la cultura nacional.

La primera casa de Cuba, se encuentra al costado de lo que fue la Plaza de Armas, hoy Parque Céspedes. Se considera la morada aquí del Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar en la planta alta, y la casa de Contratación y Fundición del oro en la planta baja, desde la primera década del siglo XVI.

Fue dirigida su construcción por el alcalde de la Villa Hernán Cortés, quien en 1519 partió a conquistar México; para esa fecha ya estaba la planta baja. La planta alta se construyó hacia 1530. Tuvo muchos fines esta primera casa (hotel Venus, talleres, logia, oficinas...) pero después de su restauración en 1965 se convirtió en el Museo Diego Velásquez y desde hace pocos años en el Museo de Arte Colonial.

El primer museo de Cuba, fue fundado en Santiago de Cuba para exponer reliquias históricas, arqueológicas y artísticas. Desde su creación en 1899 hasta 1928, radicó en varios inmuebles que resultaron inapropiados para las funciones museológicas, por lo cuales propuso construir un edificio con características y capacidad necesarias para los fines propuestos que devino en el primero de su tipo en el país.

El proyecto fue encomendado en 1915 al arquitecto santiaguero Carlos Segrera Fernández: para su construcción, la Cámara de Representantes la autorizó al ayuntamiento el terreno comprendido entre las calles Pío Rosado, Heredia, Hartman y Aguilera. Las labores constructivas comenzaron el 28 de Octubre de 1922, fecha de colocación de la primera piedra, y seis años después, el 20 de mayo de 1928 era inaugurado oficialmente el museo biblioteca, al que se le honró con el nombre de su ilustre fundador Emilio Bacardí Moreau.

La Catedral de Santiago de Cuba está considerada una joya de la arquitectura de Santiago de Cuba, no siempre mostró la cara que hoy conocemos. Y ello se debe a que a lo largo de sus casi 500 años de existencia, ha sido reconstruida en cuatro ocasiones distintas. La Catedral de Santiago de Cuba ostenta el no deseado record de ser la edificación de su tipo que más veces ha sido reconstruida y remodelada en nuestra ciudad. Es una obra de arte que a su vez atesora en su interior: la pintura del Santo Ecce Homo, tablilla de 330 mm de altura y considerada como la más antigua del país; obras pictóricas de los siglos XVII y XVIII y el Coro de los Canónigos, que es una obra exquisita de ebanistería, etc.

La escalinata de Padre Pico es historia y emblema de la nación. Como muchas otras calles santiagueras tuvo diversos nombres que variaban hasta por tramos: Loma de Boca Hueca, Cuesta de Amoedo, Tivolí, Loma de Corvacho, Loma de Piedra, Calle de los Leganitos y así sucesivamente, hasta que el Alcalde Municipal Don Emilio Bacardí la mandó a pavimentar en forma de escalera y la convirtió en una de las curiosidades de Santiago de Cuba.

El cementerio Santa Ifigenia La coincidencia histórica de su surgimiento, con el inicio de las luchas libertarias del pueblo cubano, condicionó que sea lugar de veneración de los grandes de la Patria y personalidades de la vida social. Un recorrido imaginario, permitirá englobar las construcciones funerarias devenidas hitos por sus valores históricos. Entre ellas la de Carlos Manuel de Céspedes, Bonifacio Birne, Mariana Grajales, Maria Cabrales, Dominga Moncada, José Martí, Tomás Estrada Palma, Francisco Repilado (Compay Segundo), Pepe Sánchez, Emilio Bacardí Moreau, Elvira Cape, miembros del Movimiento 26 de Julio como Frank y Josué País, Moncadistas así como combatientes internacionalistas.

A sus valores espirituales se suma el mérito artístico de las construcciones funerarias con tendencias estilísticas marcadas por la época de construcción. Los monumentos neoclásicos ocuparon los primeros patios; le continúan los eclécticos que definen su imagen. El Art. Déco con su sencillez expresiva y el Movimiento Moderno en los años 50, solo han podido llenar vacíos. Fue declarado Monumento Nacional el 19 de mayo de 1979 como conjunto valioso dentro del patrimonio nacional.

Castillo San Pedro de la Roca un de estos conjunto patrimonial de extraordinaria belleza integrada a la historia y a la arquitectura como modelo único en América de fortificación renacentista y medieval resultado de la adaptación a su topografía singular.

Diseñada por el Ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli en 1638 es la más pintoresca y sólida que nos ha legado la época colonial. El balcón de la Reina, el camino serpenteado que da acceso a la fortaleza, las troneras, garitas, puentes y bóvedas realzan el encanto inigualable de exponente del Siglo de Oro de las construcciones militares en el Caribe, cuya visión desde el mar inspira respeto y cautela ante el efecto logrado por los niveles defensivos de este bastión inexpugnable, que nunca fue tomado por corsarios ni piratas, convirtiéndose en el fiel guardián de la villa santiaguera. Edificación con un estado de conservación de un 90 % con respecto a su construcción original declarada Patrimonio de la Humanidad.

Otros lugares tiene la ciudad de Santiago únicos en Cuba o América como el Museo de la Imagen, resultado de la labor incansable del querido Bebo Muñiz, único de su tipo en América Latina. Así mismo se le une el Museo del Carnaval donde en un pequeño espacio se muestra la historia del carnaval santiaguero desde los tiempos más remotos hasta nuestros días con ejemplares de vestuarios, instrumentos, carteles, crónicas, fotografías etc. La sala de conciertos Dolores, antiguo Colegio Dolores es hoy una de las salas con mejor acústica en todo el Caribe y parte de América Latina, en ella actúan grandes personalidades de la cultura cubana e internacional y es sede principal del Festival Internacional de Coros.

Las Artes Plásticas en la ciudad de Santiago de Cuba se desarrollaron a la par de los avances sociales se conoce de personalidades como: Chirino Tadeo y Manuel Justo Rubalcaba que impregnaron en sus lienzos el acontecer en la ciudad. El primero no tenía formación académica, Rubalbaba por su parte (1769-1806) es autor de la primera naturaleza muerta cubana que se conoce denominada “Las frutas todas de América”.

En el siglo XIX se destacan Guillermo Collazo calificado como uno de los más refinados pintores de su época, participó en las luchas por la independencia llegando a ser General del Ejército Libertador. Otro de los pintores que se destacan son Juan Emilio Hernández Giro, Federico Martínez Matos y José Joaquín Tejada y Mata los tres grandes pintores del siglo XIX santiagueros con estudios académicos realizados y una basta obra logrando escalar los más altos peldaños de las Artes Plásticas de sus tiempos. El siglo XX se inicia con la inauguración de la Academia de Bellas Artes de Santiago de Cuba, en él se destacan otros artistas que desarrollan además obras monumentales, escultóricas, litografías, etc. entre ellos Ferrer Cabello, Adigio Benítez, Alberto Lescay, Bertha Bonne, Miguel Bottalín y otros muchos. Con el triunfo revolucionario se forman artistas plásticos y crean instituciones culturales con el objetivo de divulgar el arte cubano y universal entre estas la Galería de Arte Universal inaugurada el 30 de septiembre de 1979, primera de su tipo en el país en la que se representa la identidad cultural de su tierra cubana, santiaguera y exponen los más disímiles estilos y formas de las Artes Plásticas.

El cine también tuvo representación en Santiago de Cuba con los hermanos Cruz Barrios (Mario Cruz Barrios y César Cruz Barrios) pioneros en la creación de dibujos animados y el cine en colores en Cuba. A finales de 1946 comienzan los experimentos iniciales. La primera cinta sería Restituto el detective, filmada en banco y negro y realizada en el garaje de la casa del padre de ambos, aquel proyecto fue un fracaso. Posteriormente continuaron con su proyecto, “El gato con botas”, para éste incorporaron al Doctor Zayas Bazán con el objetivo de integrarle color a las películas, para Arturo Agramonte “ellos fueron, sin dudas, los pioneros del color en Cuba”. El tercer intento fue “El tesoro de todos” que alentó un cuarto “El hijo de la ciencia” esta vez destinada al gran público, acerca de esto Arturo Agramonte manifestó “el primer dibujo animado realizado en Cuba en colores en formato de 35 mm (…) en cuya realización técnica se encontraba Mitha Portuondo, la primera mujer que dibujó celuloide para un cartón animado (…) en Cuba. Esta última producción económicamente fue un fracaso, no obstante los hermanos Cruz Barrios fueron los pioneros del procesamiento de la película cinematográfica en colores no solo en Cuba, sino también en América Latina.

De esta forma queda evidenciado que la ciudad de Santiago de Cuba ha aportado una gran influencia a la cultura cubana con el desarrollo de todas sus manifestaciones artísticas. Siempre ha encontrado en sus hijos fieles seguidores a las tradiciones culturales adquiridas de la influencia de africanos, españoles, franco-haitianos, indígenas etc. Asumió su legado y se impregnó en el código genético de la cubanía, en su esencia convirtiéndose en la “Capital de la Cultura Cubana”.

CONCLUSIONES

A lo largo de la historia de la ciudad de Santiago de Cuba con más de 495 años de fundada ha sido bendecida por el flujo migratorio de diversas culturas entra las que más se destacan los indígenas, españoles, africanos y franco-haitianos aportando todos ellos a la identidad cultural local y nacional.

Se desarrollaron todas las manifestaciones del arte desde la colonia hasta la actualidad y desde los tiempos más remotos la cultura santiaguera ha aportado con creces a la cultura nacional el surgimiento del son, bolero, trova, conga, cocoyé, la tumba francesa, los carnavales, la poesía romántica, la naturaleza muerta como estilo pictórico, el teatro de relaciones, la creación de dibujos animados y las películas a color son expresiones de esto. La presencia de la primera casa, el primer museo, el museo de la Imagen, el museo del Carnaval, la Sala Dolores, el Cementerio Santa Ifigenia, El Castillo San Pedro de la Roca hacen de Santiago una ciudad privilegiada e influyente en la cultura nacional, a consideración de la autora la Capital de la Cultura Cubana.

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