Contribuciones a las Ciencias Sociales
Junio 2011

EPISTOLARIO SELECTIVO DEL JURISTA Y POLÍTICO FERNANDO DE LOS RÍOS URRUTI (SEXTA PARTE)



Manuel J. Peláez
mjpelaez@uma.es



ABSTRACT

Prosigue la edición del epistolario del jurista, catedrático de las Universidades de Granada y Madrid, político socialista y Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Justicia y Estado Fernando de los Ríos Urruti, en un intercambio de misivas interesantes desde el punto de vista familiar, pero sobre todo de enorme calado intelectual, político y académico. La actitud beligerante de De los Ríos respecto a la Dictadura de Miguel Primo de Rivera está presente a lo largo de toda esta correspondencia, que le afectaba no sólo a él, sino también a otro miembro de su familia José Troyano de los Ríos (su sobrino Joselín en la correspondencia), que fue dos veces encarcelado. En esta sexta entrega del epistolario de Fernando de los Ríos Urruti, se cubre un marco cronológico que va desde el 23 de noviembre de 1919 al 9 de abril de 1931, a las puertas de la proclamación de la Segunda República. Particular interés tiene el relato del viaje por vía marítima iniciado en Vigo el 23 de septiembre de 1926, con destino a Nueva York, que De los Ríos ilustra con toda clase de detalles e información. El encuentro en California con Josep Pijoan i Soteras, intelectual catalán muy bien considerado como miembro del grupo brillante que precedió a la denominada generación barcelonesa de 1917, sirve para situar a la persona y da las claves de que un hombre de enorme talento no llegara a triunfar como le correspondía en la vida. Pijoan, cuando se encuentra con De los Ríos en Los Ángeles, era profesor en el Pomona College de Historia Universal y de Historia del Arte. Antes había trabajado en la Sociedad de Naciones en Ginebra, en la Sección de Asuntos Culturales, donde conoció a su mujer. El recuerdo de Hermenegildo Giner de los Ríos está presente continuamente en la relación epistolar de Fernando de los Ríos, sobre todo en los primeros años tras su óbito y luego lo mantiene como elemento y punto de referencia. Ese mismo recuerdo lo supo transmitir De los Ríos a otras personas. No es extraño, por tanto, que el diario Las Noticias, dentro de su sección de Enseñanza se hiciera eco, en una remembranza, del suegro de Fernando de los Ríos y de su labor política en Barcelona y de su contribución a las reformas pedagógicas más significativas del momento. El tema de las aspiraciones de De los Ríos de conseguir una cátedra en Madrid y del proceso de la creación y convocatoria de la cátedra de Estudios Superiores de Derecho Político y de Ciencia Política a lo largo del año 1930 ocupa una información notable, por medio de la cual De los Ríos va poniendo al corriente a su mujer, Gloria Giner de los Ríos, de todas las novedades y circunstancias en que la misma se vio afectada por razones políticas (se debatió en Consejo de Ministros la conveniencia de su creación), administrativas y de trámite académico. Era en aquellas circunstancias Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes Elías Tormo Monzó, jurista y filósofo, catedrático de la Facultad de Letras, que se había visto precedido en el cargo por quien luego pasó a desempeñar la cartera de Estado, el Duque de Alba. Tormo estuvo al frente de Instrucción Pública desde el 24 de febrero de 1930 hasta el 18 de febrero de 1931. Otros asuntos que se ventilan en esta entrega del epistolario son las buenas relaciones mantenidas por Fernando de los Ríos y Gloria Giner con sus dos grandes amigos de Granada Fernando Sainz Ruiz y su esposa María Teresa Martínez de Bujanda, padres del reconocidísimo catedrático de Derecho financiero y tributario Fernando Sainz de Bujanda, y con Alejandro Otero Fernández, catedrático de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Granada y diputado del PSOE, y su primera mujer Laura Contreras Valiñas. Otero fue un hombre minado por las enfermedades pulmonares y por su afición desmedida al sexo débil, según cuentan todos los que le han biografiado. El matrimonio De los Ríos y Giner de los Ríos, personas serias y formales, manifiestan a las claras en su correspondencia no compartir tanto devaneo amoroso de Otero. A ese grupo de amistades habría que añadir a la alemana Bertha Wilhelmi, que representaba en la ciudad del Darro y del Genil el espíritu más profundo, desde la óptica educativa, de la Institución Libre de Enseñanza. Wilhelmi, luterana no practicante, laicista, librepensadora, resultaba inusual respecto a su época y a la Granada del momento, máxime el que contrajera matrimonio con Fernando Dávila Zea y luego con el encargado de la fábrica de la familia Eduardo Domínguez, al que más tarde abandonaría para entregarse plenamente a actividades filantrópicas, caritativas y pedagógicas. De la correspondencia se deduce que, por encima de la amistad, el matrimonio De los Ríos Giner tampoco compartía algunas de las decisiones o los consejos que daba “Doña Bertha”. El final de la Dictadura de Primo de Rivera se vive a ritmo frenético, con noticias de protestas, reivindicaciones, escritos, renuncias a las cátedras, en la correspondencia de De los Ríos con Gloria Giner. Algo parecido sucede con la dictablanda de Dámaso Berenguer.

PALABRAS CLAVE: Fernando de los Ríos Urruti, Gloria Giner de los Ríos García, Laura de los Ríos Giner de los Ríos, Hermenegildo Giner de los Ríos, Bernardo Giner de los Ríos García, Fernanda Urruti Rodríguez, Rafael Troyano Mellado, Concha de los Ríos Urruti, Elisa Morales Veloso, Isabel García Lorca, José de los Ríos Urruti, Fernando Sainz Ruiz, Alejandro Otero Fernández, Josep Pijoan Soteras, Julián Besteiro Fernández, Luis Araquistain Quevedo, Natalio Ribas Santiago, Teodomiro Menéndez Fernández, Francisco Bartolomé Cossío, Pablo de Azcárate Flórez, Adolfo Prieto, Ramón Menéndez Pidal, Alejandro Lerroux García, Pablo Iglesias Posse, Ángel Ossorio y Gallardo, Santiago Alba Bonifaz, Ángel del Río, Niceto Alcalá-Zamora Torres, Augusto Barcia Trelles, Luis Fernández Clérigo, Julio Álvarez del Vayo, Andrés Saborit Colomer, Antonio Mesa Moles, Antonio Mesa-Moles Segura, Federico de Onís, Joaquín Álvarez Pastor, Julia Rodríguez Danilewsky, José Estrada Estrada, José Félix de Lequerica Erquiza, Antonio Royo Villanova, Felipe Sánchez-Román y Gallifa, Carmen Madina, Pedro Sangro Ros de Olano, Manuel García Morente, Pomona College, Universidad de Cornell, Universidad de Columbia, Demófilo de Buen, Partido Socialista Obrero Español, Unión Patriótica.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Peláez, M.J.: Epistolario selectivo del jurista y político Fernando de los Ríos Urruti (sexta parte), en Contribuciones a las Ciencias Sociales, junio 2011, www.eumed.net/rev/cccss/12/

En esta sexta entrega del epistolario de Fernando de los Ríos Urruti, fundamentalmente misivas dirigidas a su esposa Gloria Giner de los Ríos García y de ésta a su marido, se cubre un marco cronológico que va desde el 23 de noviembre de 1919 al 9 de abril de 1931, cerrándose pues a las puertas de la proclamación de la Segunda República.

Hay muchas cuestiones interesantes aquí recogidas. Particular interés tiene el relato del viaje por vía marítima iniciado en Vigo el 23 de septiembre de 1926, con destino a Nueva York, que De los Ríos ilustra con toda clase de detalles e información.

Es sorprendente la relación con Pijoan. El encuentro en California con Josep Pijoan i Soteras (1881-1963), uno de los catalanes más universales que ha habido en el siglo XX, sirve para situar a la persona y proporciona las claves de que un hombre de enorme talento, rayando la genialidad, no llegara a triunfar como le correspondía en la vida. Pijoan, cuando se encuentra con De los Ríos en Los Ángeles, era profesor en el Pomona College de Historia Universal y de Historia del Arte. De los Ríos califica al Pomona College como una institución de segunda o tercera categoría en los años veinte del pasado siglo, y no parece que hoy haya mejorado substancialmente respecto a aquella valoración en su entorno californiano. Fue creado en 1887 y otorgaría títulos de Bachelor of Arts, con una afición marcadamente significativa hacia las Humanidades. Pijoan, con anterioridad, había trabajado en la Sociedad de Naciones en Ginebra, en la Sección de Asuntos Culturales, donde conoció a su mujer. Incomprensiblemente, en una semblanza le sitúan “casado a los setenta años”, cuando con 47 años lo visita De los Ríos en su casa californiana e incluso duerme allí, y ya tenía dos hijos. Pijoan era destemplado, no cuidaba las formas. Sólo hay que fijarse en la correspondencia suya que se conserva escrita desde Roma y dirigida a Ferran Valls i Taberner (1888-1942), Jordi Rubió i Balaguer (1887-1982) y Ramon d’Abadal i de Vinyals (1888-1970). Las publicaciones de Pijoan son abundantísimas, tanto de historia de la arquitectura, historia de la pintura y de la escultura, literatura catalana medieval, etc. Publicó muchísimo tanto en catalán como en castellano, inglés y francés. Manifestó, por otro lado, su admiración a Francisco Giner de los Ríos, como puso de relieve por escrito (1). La amistad de Pijoan también alcanzaba a Hermenegildo Giner de los Ríos, el suegro de Fernando de los Ríos.

Es precisamente el recuerdo de Hermenegildo Giner de los Ríos algo que está presente continuamente en la relación epistolar de Fernando de los Ríos con Gloria Giner, sobre todo en los primeros años tras su óbito. Ese mismo recuerdo lo supo transmitir De los Ríos a otras personas. No es extraño, por tanto, que el diario Las Noticias, dentro de su sección de Enseñanza (2) se hiciera eco, en una remembranza, del suegro de Fernando de los Ríos y de su labor política en Barcelona y de su contribución a las reformas pedagógicas más significativas del momento.

La estancia de Fernando de los Ríos en Moscú le marcó enormemente en sus ideas. La entrevista con Lenin fue capital. Ahora, nos recuerda en otra carta lo sorprendente que resultaba en la Ópera de Moscú, desde el antiguo palco del Zar, ver a los asistentes a una representación entonar de pie La Internacional. También hay que resaltar la amistad que unía a Fernando de los Ríos con la familia Kropotkin, como quedó puesto de manifiesto en los primeros epistolarios impresos en papel que hemos editado.

El tema del itinerario de la cátedra de Estudios Superiores de Derecho Político y de Ciencia Política a lo largo del año 1930 ocupa un información notable por medio de la cual De los Ríos va poniendo al corriente a su mujer Gloria Giner de todos los avatares en que la misma se vio afectada por razones políticas, ideológicas, administrativas y académicas. Contó en el Consejo de Ministros con adversarios nada favorables a la dotación de la misma. Era a la sazón Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes Elías Tormo Monzó (3), jurista y filósofo, catedrático de la Facultad de Letras, que se había visto precedido en el cargo por quien luego pasó a desempeñar la cartera de Estado, el Duque de Alba. Tormo estuvo al frente de Instrucción Pública desde el 24 de febrero de 1930 hasta el 18 de febrero de 1931. En la Facultad de Derecho madrileña, había contrarios a la transformación de la cátedra de Historia de la Literatura Jurídica en la de Estudios Superiores de Derecho Político y de Ciencia Política. Uno de ellos era Eloy Montero y Gutiérrez (1887-1972), catedrático de Instituciones de Derecho Canónico, que durante la Segunda Dictadura llegaría a ser Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid ya desde mayo de 1939 (es posible que el citado nombramiento se produjera en realidad en febrero de 1940) hasta el 4 de octubre de 1951(4). Pero también estaba en contra del cambio de la denominación de la cátedra nada menos que Antonio Flores de Lemus (1876-1941), quien propuso que se creara una cátedra de Derecho germánico. Luis Olariaga Pujana (1885-1976), el titular de la cátedra de doctorado de Política social y legislación comparada del trabajo, hombre formado en Berlín, se posicionó igualmente en contra. Parecidas razones debieron ser manejadas por Joaquín María Fernández de la Prida (1863-1942), igualmente catedrático de Historia del Derecho internacional y de los Tratados en el doctorado de Derecho en la Central. Da por tanto la impresión de que los contrarios lo eran en el caso de Montero, según Fernando de los Ríos, por razones ideológicas, y en el de Olariaga y Prida por afectarles a ellos en la docencia de sus cátedras de doctorado y en el Flores de Lemus por situarse al lado de su discípulo Olariaga. La propuesta del cambio de denominación partió de Adolfo González Posada Biesca (1860-1944) y de José Santiago Bautista Gascón y Marín (1875-1962). Fue votada favorablemente por la mayoría del claustro de catedráticos, entre ellos, estos dos últimos, y además por Rafael de Ureña y Smenjaud (1852-1930), Rafael de Altamira y Crevea (1866-1951), Felipe Clemente de Diego Gutiérrez (1866-1945), José Castillejo Duarte (1877-1945), Luis Jiménez de Asúa (1889-1970), Joaquín Garrigues y Díaz Cañabate (1899-1983), Francisco Beceña González (1889-1936), Quintiliano Saldaña García-Rubio (1878-1938) y Felipe Sánchez-Román y Gallifa (1893-1956), este último siempre muy vinculado a todo tipo de iniciativas intelectuales y en el exilio políticas detrás de las que estuviera Fernando de los Ríos o Indalecio Prieto. Se ha de resaltar que la propuesta de la Junta de catedráticos de La Facultad de Derecho no fue aprobada en su auténtico significado, pues la cátedra fue de nueva creación, no de substitución por la de Historia de la Literatura jurídica. Conviene reseñarlo, ya que esa segunda fue desactivada, pero no suprimida. Tras la guerra civil española fue puesta de nuevo en funcionamiento.

La reciente publicación del epistolario cruzado entre Indalecio Prieto Tuero y Fernando de los Ríos Urruti entre 1924 y 1948 (5) es una buena noticia que contribuye a proporcionar un mejor conocimiento de nuestro personaje. Se conservan, en el Archivo de la Fundación Indalecio Prieto, las copias escritas a máquina y dictadas por Prieto, debido al pésimo estado de su visión, y los originales escritos a mano por Fernando de los Ríos Urruti y Gloria Giner de los Ríos. El libro está prologado por Alonso J. Puerta, actual Presidente de la citada Fundación y la edición ha corrido a cargo del catedrático de Historia contemporánea de la Universidad Complutense Octavio Ruiz-Manjón. Quizás el inconveniente mayor de este epistolario es que se trata de un intercambio de misivas que en realidad no puede aludirse del modo como lo hace el editor, desde 1924 a 1948, ya que solo hay una carta de octubre de 1924 y la siguiente corresponde a más de diez años después, el 24 de diciembre de 1934, seguida de otra de 17 de enero de 1935, una cuarta de 18 de abril de 1935, la quinta de 15 de octubre de 1935 y la sexta de 16 de mayo de 1937. En realidad nos encontramos ante un epistolario del exilio desde el 20 de marzo de 1939, la séptima, en que De los Ríos todavía se encuentra en Washington, y de una forma clara a partir de la octava, escrita en México el 12 de abril de 1939 hasta la 108, penúltima, de Gloria Giner de los Ríos a Prieto, todavía viviendo su marido, y la última, del ocho de diciembre de 1954 en la que Gloria Giner pone de manifiesto a Prieto que sigue sus artículos en El Socialista e intercede en favor de una familia de exiliados, cuyos nombres no detalla. Se trata, pues, de un excelente epistolario del exilio, pero que Ruiz-Manjón habría de haber completado con otras informaciones que le hubieran permitido anotar esta colección de misivas de amistad y de carácter político. En ese libro se patentiza algo que ponen en evidencia los epistolarios selectivos cuatro, cinco y el presente seis de Fernando de los Ríos, que hemos editado: la importancia que da a su familia, a las mujeres (Gloria Giner de los Ríos, Fernanda Urruti Rodríguez, Concha de los Ríos Urruti, Laura de los Ríos, Elisa Morales Veloso, y Laura García Hoppe), a los hombres (José de los Ríos Urruti, Bernardo Giner de los Ríos y Francisco García Lorca) y a sus dos grandes amigos desde Granada (Alejandro Otero Fernández y Fernando Sainz Ruiz). Respecto a estos dos últimos se ha de decir que murieron en el exilio después de Fernando de los Ríos. Sainz era maestro, inspector de primera enseñanza y brillante traductor de libros de Pedagogía y fue perseguido durante la dictadura de Primo de Rivera. En las elecciones de 28 de junio de 1931 se presentó por el distrito de Granada provincia y fue elegido diputado por el Partido Socialista Obrero Español con 60.607 votos. Había nacido en Granada el 22 de julio de 1891 (6). Junto con su esposa María Teresa mantenía una gran relación de amistad con Fernando de los Ríos y con Gloria Giner. Acabó marchando al exilio, pasando por diversos puestos de docente en la República Dominicana y en Puerto Rico. Falleció en Chicago en 1957. María Teresa Martínez de Bujanda aparece en estas misivas que ahora publicamos negándose a firmar el escrito de docentes de adhesión al sistema dictatorial de Primo. Como amiga de Gloria Giner compartió con ella sus afanes de educar a sus hijos en principios de libertad de enseñanza. Entre sus cinco vástagos (Fernando, Teresa, Luis, Juan y Marta) hay uno que mereció solidísimo reconocimiento científico en ámbito jurídico en España, Fernando Sainz [Martínez] de Bujanda nacido en Granada el 30 de octubre de 1915, que fue el cerebro gris de la introducción en el Estado español del Derecho financiero y del Derecho tributario, siendo reconocido como quien implantó y dinamizó ambas disciplinas científicas en nuestro país, de lo que ahora es el área de conocimiento de Derecho financiero y tributario. No obstante, aquí, en el epistolario de De los Ríos, con solo 4 años de edad, era “Fernandito”, que aparece en una carta de Gloria Giner a su marido del 19 de noviembre de 1919, que reproducimos en una de las entregas anteriores de este epistolario, la Cuarta Parte, nº 362. Gloria describe cómo son las clases que imparte, en privado, en el comedor de su casa a cinco pequeños alumnos, y las tareas que cada profesor tiene asignadas; así por ejemplo María Teresa Martínez de Bujanda es profesora de Lengua y Geografía; su marido Fernando Sainz de Aritmética y Geometría; Gloria Giner de Historia, Música, Artes y Francés, mientras que Isabel García Lorca se ocupa de otros menesteres: la educación lúdica, el contacto con la naturaleza, es decir sacarles a pasear. La conclusión a la que llega Gloria Giner es que, entre las niñas, “Fernandito, aunque descompone el cuadro, es graciosísimo”. Ni Gloria, ni María Teresa, ni Fernando Sainz, ni Fernando de los Ríos eran capaces de imaginarse, en aquellos momentos, del futuro sabio de la ciencia jurídica al que estaban iniciando en las primeras letras y cuentas. Sabemos, pues, quien es Fernandito, pero las más de las veces la que aparece es Fernandita, que no es otra que Fernanda Troyano de los Ríos, sobrina de Fernando de los Ríos. A lo largo del epistolario asistimos a su noviazgo y matrimonio con un intelectual que generaba aprecio y admiración al mismo tiempo a Fernando de los Ríos.

El catedrático de la Facultad de Medicina de Granada, Alejandro Otero Fernández (7), natural de Redondela (Pontevedra), donde nació el 14 de diciembre de 1888, era el otro gran amigo de Fernando de los Ríos en Granada. También lo era su esposa Laura Contreras Valiñas, numerosas veces mencionada en el epistolario, aunque solo con su nombre. De los Ríos acompañó en un viaje a Francia y a Inglaterra a la cuñada de Otero, Herculina, viaje considerado como épico en la azarosa vida del rondeño, del que ha restado abundante información en la correspondencia reproducida en el epistolario de la Cuarta y Quinta partes. De ello se informa más abundantemente en la citada cuarta parte que está publicada en esta misma sede de Contribuciones a las Ciencias Sociales. Otero era hijo del médico de Redondela Juan Otero Milleiro y de Rita Fernández Pereira. Estudió la carrera de Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela. En 1910 terminó los estudios, alcanzando Sobresaliente en el examen de grado y luego el Premio extraordinario. Recibió una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, lo que le permitió estudiar técnicas ginecológicas en Friburgo de Brisgovia, Berlín, Múnich y Viena. Con Ernst Bumm (1858-1925), se formó Otero en un centro de tantísimo prestigio como la Universitäts-Frauenklinik der Charité de Berlín. De ello dejó constancia Otero en su memoria presentada a la Junta de Ampliación (8). Se doctoraría en la Universidad Central de Madrid con una tesis titulada La operación de Schauta-Wertheim, que se publicó en Madrid en 1912 en un librito de 101 pp., donde se trata de describir los resultados a que llegaron los ginecólogos austriacos Friedrich Schauta (1849-1919) y Ernst Wertheim (1864-1920) en las operaciones de cirugía del cáncer de cérvix. En 1914 Otero ganó la cátedra de Ginecología de la Universidad de Granada. Concurrió a las elecciones generales del 28 de junio de 1931 por el distrito de Granada Provincia y por el de Pontevedra. Fue elegido por ambos, en Pontevedra con 50.411 votos y por Granada provincia con 59.058 votos (9). Renunció al escaño por Granada manteniendo el de Pontevedra. Fue nombrado Rector de la Universidad de Granada por un decreto de 29 de noviembre de 1932. Renunció al cargo el 28 de noviembre de 1933, una vez se produjo el descalabro de las elecciones generales del 19 de noviembre de 1933 que llevaron al poder al Partido Republicano Radical y pasados unos meses a la Confederación Española de Derechas Autónomas. Otero era un hombre generoso con su dinero no solo con la familia De los Ríos, sino también con muchos otros. Con el estallido de la guerra civil, fue encargado por el Gobierno de la República de la compra de armamento en París. Regresó a España y fue nombrado en 1937 Subsecretario de Armamento y Municiones. Se vio obligado a dimitir. Sus actividades de compra de armamento han merecido valoraciones diversas. En la obra de José Peirats (10) no sale muy bien parado. Sin embargo, Josep Sánchez Cervelló da la impresión que elogia su gestión al frente de la Subsecretaría (11). Manuel Rubio Cabeza despacha a Alejandro Otero en su conocido nomenclátor de la guerra civil, de forma absolutamente destemplada, pero que merece la pena ser recogida: «fue designado por el Gobierno del Frente Popular presidente de una comisión, con sede en París, encargada de la compra de armas en el extranjero con destino al ejército republicano. En 1937 cesó en dicho cargo y fue nombrado subsecretario del Ministerio de Defensa, nombramiento que Peirats comentó diciendo que era como nombrar a Al Capone presidente del Banco de España. Algún tiempo después, Prieto le obligó a dimitir, estableciéndose entonces, en París y dedicándose, al parecer, al tráfico de armas como simple particular» (12).

Se ha especulado mucho con la idea de que si Alejandro Otero hubiera estado en Granada con ocasión del Alzamiento, con su autoridad moral hubiera impedido el fusilamiento de Federico García Lorca. Son especulaciones sin sentido, pues probablemente hubieran fusilado también a Otero. El caso es que en el verano de 1936 Otero estaba en Suiza recuperándose de una grave enfermedad pulmonar. Se ha decir que en el epistolario aparecen momentos claves en los que De los Ríos se acerca a Alejandro Otero para visitarle, mientras el primero convalece en la cama, y le consuela, y Otero llora ante el amigo. Otero ha merecido una particular atención en los últimos dos lustros (13). Su vida vertiginosa, generosa con los más desfavorecidos y con sus amigos, desenfrenada en lo sentimental, da la impresión de ser motivo de atractivo para no pocos.

Exiliado en México, se dedicó fundamentalmente al ejercicio de la Ginecología hospitalaria, pero también participó en actividades empresariales e hizo negocios considerables. Llegó a ser Vicepresidente de la Comisión ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español. Falleció, a edad temprana, “cristianamente” en México el 26 de junio de 1953, tal y como indica su esquela publicada en Galicia por su primera mujer (la segunda fue Elena Fernández Fernández, a la que también fue infiel), a la vez que se ruega su asistencia a las misas gregorianas que se organizaron en una iglesia de su ciudad natal. No obstante, parece confirmado que falleció en casa de una de sus amantes, una mulata, fruto de un infarto de miocardio. Nadie le niega el que pudiera reconciliarse con Dios, pero muy cristianamente no es la forma de morir en el lecho de una amante a la que le pagaba la vivienda. A lo largo del epistolario de De los Ríos es un personaje sugerente en el intercambio de misivas entre Gloria Giner y Fernando de los Ríos, al que ambos acaban profesándole gran aprecio. Sus devaneos amorosos y su distanciamiento de Laura Contreras es objeto de preocupación por parte de De los Ríos y de Gloria Giner, pero contaba con la aprobación de Dª Bertha Wilhelmi, muy vinculada con Otero en sus actividades asistenciales. Bertha Wilhelmi (1858-1934) (14) representaba en la ciudad de Granada el espíritu más profundo, desde la óptica educativa, de la Institución Libre de Enseñanza. Wilhelmi había nacido en Heilbron, luterana no practicante, laicista, librepensadora, resultaba inusual respecto a su época y a la Granada del momento, máxime el que contrajera matrimonio con Fernando Dávila Zea con la que tuvo dos hijos Luis y Berta (que aparece numerosas veces indicada en este epistolario; cuando se habla de Dª Berta es la madre, si se dice Berta es la hija) y luego con el encargado de la fábrica de la familia Eduardo Domínguez, al que más tarde abandonaría desconocemos en qué circunstancias, para dedicarse por completo a actividades filantrópicas, de difusión de la cultura escrita, docentes (fundó una escuela mixta) y de asistencia sanitaria a los desprotegidos. De la correspondencia se deduce que, por encima de la amistad, el matrimonio De los Ríos Giner tampoco compartía algunas de las decisiones o de los consejos que daba “Doña Bertha”. A veces, demasiado liberal para una persona tan formal como era Fernando de los Ríos.

La vinculación de De los Ríos con el político radical, anticlerical y corrupto Emiliano Iglesias Ambrosio (1878-1943) se deriva de la amistad del gallego de Ponteareas, afincado en Barcelona, con Hermenegildo Giner de los Ríos, que pertenecía al Partido Radical, pero no era anticlerical, ni mucho menos corrupto. Sobre la figura de Alejandro Lerroux se observa como divergían las opiniones de De los Ríos y su suegro.

Hemos de hacer una pequeña rectificación. La última misiva de la quinta entrega, la nº 433, pp. 79-80 (consúltese siempre la versión PDF y cítese por esa página y la indicación que se establece en la primera página en cuanto sitio web de localización) lleva la indicación de París, 15 de julio de 1929, clarísima en la hoja del Hotel Terminus remitida a Goria Giner de los Ríos. El hispanista Christopher Maurer me advirtió que dicha carta podía estar mal datada. Localicé de nuevo la carta y allí con claridad se precisa el 15 de julio. No obstante al ser una carta de uso con sobre incorporado, se observa en el matasellos con claridad que fue recibida el 19 de junio de 1929 en Granada (Granada 19JUN29), por lo que tuvo que salir de París el 14 ó 15 de junio de 1929.

Pienso que una forma de terminar esta pequeña introducción a esta sexta entrega de este epistolario de Fernando de los Ríos es recoger una frase que escribió en Madison (EE.UU.) el 22 de octubre de 1926: “Creo en España”. En mi caso como nacionalista convencido no comparto en su integridad esa afirmación, pero al fin y al cabo mi función de simple editor me evita argumentar y maltratar las creencias de este sabio profesor y político hacia el que cada vez tengo más admiración.

[Nº 434] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, 23 de noviembre de 1919

Fernando mío de mi vida:

Que alegría anoche al recibir tu primera carta desde Washington. Aún no te puedes dar cuenta de lo que resultará del Congreso pero ya te has enterado de tanta cosa interesante. Veo Fernando mío, que echas de menos nuestras noticias, pero no habrás tardado mucho después de escrita aquella, pues te escribí enseguida, aun no sabiendo las señas, certificado, y luego te he escrito una o dos veces por semana. Pensar que aún falta más de un mes para que te abrace. ¡Si vieses como lo deseo! Se me está haciendo eterno el tiempo. Nunca hemos estado tanto separados. He visto y conservaré un grupo con todos los congresistas, pero tan pequeño y malo que creemos sólo haberte encontrado.

Todos están bien en la casa de Madrid. Pasaron algo de grippe, pero ya está cada uno en su vida normal. Ya habrás tenido también noticias de ello. No sé si a ti te he dicho que les mandé lo del mes, para que estés tranquilo respecto a esto. No dejes de decirme lo que hacemos para Navidad.

Hoy viene Entrena a comer y a llevar a padre a un mitin a Pinos. Todo el mundo me da recuerdos. Ayer un dependiente del Louize Ferre, no sé si secretario de la Asociación.

Que goces mucho, pero que no olvides nunca y quieras como ella, cada vez más, a tu

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 435] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, 22 de diciembre de 1919

Fernando mío de mi vida y de mi alma:

¿Será posible que estés ya en España y tan cerca de mí? ¡No lo voy a creer aunque te vea! ¡Qué viaje más largo, qué silencios más despiadados! La última carta tuya la recibí el día ocho, el de tu cumpleaños en que ni una noticia más pudiste recibir porque yo te hacía ya en el mar según las primeras noticias de embarque. Y esa carta estaba escrita el 20, es decir, ahora hace un mes y dos días. Si vieses cuántas cosas vienen a atormentarme a ratos. Es un mes de alejamiento absoluto que desconocidos hemos vivido el uno para el otro, especialmente tú para mí, en un medio completamente ignorado por mí y viviendo con personas que me son completamente extrañas. Y además puedes haber estado enfermo algún día, mareado en el viaje, acaso algún rato preocupado por algo, y yo aquí viviendo inconsciente de todo, llevando una vida monótona con mi alma fuera de mí, porque la he tenido fija en tu recuerdo, Fernando mío, durante estos dos meses y medio interminables. ¡Qué inocente yo cuando te animaba a que fueses! No podía yo imaginarme lo que iba a sufrir, si lo hubiese sabido. También te hubiera animado, naturalmente, pero hubiese tenido más conciencia de mi sacrificio. Esto lo he ido midiendo conforme se me iban pasando días y semanas sin saber de ti. Y ahora mismo que ya te siento cerca, aún no sé sino que llevas ocho días de navegación, por un telegrama de Carlos –si lo ves dale muchas gracias, pues se ha portado admirablemente conmigo telegrafiándome y escribiéndome en cuanto sabía algo–.

Esta carta mía la recibirás al llegar a Madrid. Ella te dará el abrazo primero que yo hubiese deseado tanto darte. Si vienes muy cansado, detente un día. No pasaremos la Nochebuena reunidos tampoco, otra pena más, pero sí al menos la pasaras ahí con la familia me consolaría.

La niña sueña con verte el angelito; en cuanto oye hablar de una huelga o de algo de lo que está pasando ahí o en Barcelona dice: ¡Ay, mi papá! Temiendo que te va a pasar algo. La vas a encontrar delgadilla después de haber estado como nunca de gruesa y fuerte, pero tuvo una fiebrecilla del estómago y se ha desmejorado. Pero tiene mucho apetito y pronto estará otra vez gordita.

Aquí todo el mundo tiene mucha impaciencia por tu llegada. Dicen que quieren ir a esperarte. Si no quisieses tú, telegrafíame tu llegada firmando Rafael y diciendo que llega Pepe, y así entiendo que no quieres que se diga.

No dejes de ver como puedas a Gancedo. Ya te escribí que me habían escrito diciendo que había desaparecido debiéndoles casi 4.000 pesetas tu recomendado, el de la cooperativa de calzado que no recuerdo ahora como se llama. Hice aquí averiguación y resulta que tomó aquello y que el interesado se ha marchado debiendo a todos incluso a Daza. De modo que debes ir a hablar con él. En la carta te pedían intervinieses para que lo pagase; pero a ese no es fácil ya cogerlo. Parece ser (no se lo digas pues no sé si es seguro, ni sé si se puede eso descubrir sin llevarlo a los tribunales) estaban los cueros escondidos en una casa; eso cuando tú vengas te enterarás y así se lo debes decir. ¡Qué asunto más fastidioso! Les contesté que procuraría averiguar algo y que cuando tú vinieses harías lo que pudieses.

Dª Berta, que está muy cariñosa, tiene mucho empeño en que trabajes ahí, al pasar, con el ministro (ahora D. Natalio (15). ¡Qué vergüenza!) sobre que no dejen de poner en presupuestos para Sanatorios de aquí lo que hay consignado y que lo enteres de lo que se trata. Ha venido a un acuerdo con el Lugar de D. Pedro y dice ésta que le pagará porque a él también le conviene para su tranvía (pues pasará por allí) y para su hotel.

¡Cuánto hemos de hablar! Recibe el abrazo más fuerte que con el alma te envía, tu Gloria que no vive de impaciencia ya.

Gloria Giner de los Ríos (no firmado, ni rubricado)

P. S. Te manda muchos besos tu

Laurita (firmado, no rubricado)

Muchas cosas en la familia. Cuánto siento que este año no estemos reunidos. Los padres muy bien y deseando que vengas. Quieren irse para fin de año. ¡Cómo los voy a echar de menos con tanto bien como me han hecho esta temporada!

Enrique el chauffeur que está en El Defensor quiere tener contigo una conferencia en cuanto llegues ahí y prepara un número especial.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 436] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., marzo de 1920

Gloria de mi corazón:

He escrito esta mañana un tercer artículo para España y después he ido a una Conferencia telefónica.

Estoy en plena sesión.

Un abrazo con toda el alma de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 437] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Berlín, 2 de octubre de 1920

Gloria mía de mi alma:

¡Ayer día 1 llegó tu telefonema puesto el 27! ¡Cuánto daría por recibir carta tuya antes de partir!, porque me llevo la amargura de no ver tu letra y aun cuando me dicen que me enviarán las cartas, tengo yo muy poca confianza de que así sea.

El 9 tenemos pasaje y saldremos de aquí el 8 para Stetin: en el viaje a Reval invertiremos tres días y otros tantos de Reval a S. Petersburgo. ¿Qué hago estos días? He comprado mapas, libros sobre Rusia de Historia literaria, política y económica y estudio con grande afán. He ido a la Biblioteca de la Universidad y me paso allí por la mañana ayer y hoy de 10 a 1 ½ leyendo las reflexiones de Fichte sobre la revolución francesa, páginas de una enorme profundidad que en estos instantes me son sumamente sugeridoras.

¿Cómo estará mi niña? Que le pongan un plan para corregirle lo del estómago y tú sobrealimentate y cuídate.

Que padre no deje de la mano lo de Buylla y tú escribe en mi nombre de nuevo a Magdallene y Mercedes.

Vida mía, te envío mi corazón lleno de amor, besa mil veces a la niña como lo hace contigo desde aquí con pasión tu

Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 438] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Berlín, 7 de octubre de 1920

¡Gloria de mi alma! ¡Amor bendito de mi corazón!

Me llega tu carta como un mensaje que me diriges al alma mía que tanto lo ambicionaba. Me decía yo: ¿me iré y sin ver letra de ellas?; y me entristecía al pensarlo. Pero ya esta carta me hace llevar una compañía, un recuerdo último de mi Gloria de mi alma. ¡Si vieras cómo te quiero! ¡Si vieras cuántas veces mirándote a ti y a mi niña –que tan unidas siempre os veo– siento derretírseme el espíritu!

Cuando he recibido el telegrama de Alejandro (16) hoy, al cual contesto, he pensado como desde que leí la noticia de la disolución, que es para mí un gran bien no estar ahí: todos mis problemas de conciencia van a ser resueltos sin yo decir una palabra. Les escribiré a los obreros antes de salir, pero sin darme por enterado de nada. Que hagan lo que quieran; una vez más quiero mostrarles que son ellos quienes me han dado un quehacer y no yo quien lo ha solicitado. Al no salir, como no saldré, me facilito lo que yo sueño: una actuación similar a la antigua.

Yo sé que esto es muy personal, que la política socialista quizás se resienta porque he tenido la suerte de darle un matiz científico de que carecía; ¿qué es lo que debe hacerse?. Yo no sé que será lo más útil nacionalmente, vacilo, pero lo que sí veo claro es que yo no debo decir ahora una palabra: que la clase obrera decida lo que más le convenga o crea su deber. ¿No te parece? ¡Si supieran el sacrificio que uno hace!

Sigo esta carta hoy 7 a las 7 ½ de la mañana antes de salir a hacer las mil cosas necesarias: estoy contento porque la primera inyección de suero contra el tifus que suele producir fiebre no me la ha causado. Esta noche a primera hora volverá a ponernos una Nicolai, el profesor famoso que lo fue de la Emperatriz y se salió de Alemania en aeroplano. Es una medida preventiva que nos ha sido aconsejada.

Voy al Cónsul a otorgar poder a nombre de Alejandro por si es precisa mi proclamación como candidato, pero le digo como a ti: sólo cuando por iniciativa de la clase obrera brotase con fuerza la candidatura debo yo autorizar con un acto personal la lucha, y esto porque creo que no puedo rehuirlo, pero nada que impida mi iniciativa propia, ni deseo personal de aprovechar los más insignificantes propósitos.

No olvides que en el Buró, en el cajón mismo en que están los minerales, en el hueco del rincón, se encuentran el oficio al Decano que debe de ser el primero que envíes procurando alargarlo lo más posible, y después la solicitud al Rector. Lo más difícil va a ser la paga. Voy a hacer dos autorizaciones, la de 1º de Noviembre y la de 1º de Diciembre, que tienen que coincidir con dos situaciones claras de licencia. Para todo ello sería conveniente que hablases con Nicolás.

Hemos comprado un baúl de mimbre y en él llevamos: 3 kilos de azúcar, 1 kilo de sal, 12 latas de leche condensada, 8 frascos de mermelada, 1 lata de cuatro kilos de galletas, 5 latas de carne en conserva, 12 paquetes de té, 8 cuadernos de papel de escribir, 2 frascos de tinta, 1 kilo de café, 1 embuchado, 12 docenas de agujas, 12 carretes de hilo, aspirina, quinina, algodón, jabones en cantidad, cepillos de dientes, lápices, plumas y portaplumas, etc. El baúl va atestado; todo ello nos ha sido aconsejado por los que vienen de allí; ese es el verdadero dinero para los rusos hoy: mercancías útiles.

Dejo ésta y mañana te escribiré otra.

Adiós corazón mío, da las gracias y mis recuerdos de cariño a Dª Berta, a la niña mil besos llenos de amor y para ti el alma de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 439] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Moscú, 22 de noviembre de 1920

Gloria de mi corazón:

¡Qué alegría tu carta con la de todos! Es el 30 de octubre y es la única que he recibido desde el 7 de octubre (17) en Berlín. Cuando esta semana me avisaron del Comisariado de Negocios Extranjeros que tenía allí una carta sentí una emoción tan honda como pocas veces recuerdo haberla tenido en mi vida: eras tú y mi niña y todos los míos que veníais a mí, que estoy sediento de deciros cuánto os amo y cómo ambiciono paz. ¡Qué gozo con vuestra carta!

No sientas por Dios, Gloria mía, duda alguna ni vacilación respecto al influjo que estas incursiones en el mundo puedan hacer en mí; nada vacila dentro de mí sentimentalmente, y tú y mi ambiente familiar salís fortalecidos porque a mi vez, alma de mi vida, yo veo claro en el fondo de mi corazón hasta qué punto te adoro y respeto tu recuerdo.

Me emociona lo que dices de padre, pero yo te suplico que hagas lo imposible porque no me presenten por parte alguna, pues cumpliré el compromiso con Granada, yo estoy completamente decidido a no volver al Parlamento, ni aceptar cargo de representación alguna. Mi sentir es el mismo de este verano, fortalecido. ¡Ojalá no sea verdad lo de Málaga!

En la anterior no os decía nada de cómo vivo: estoy en un hotel, que se llama Liq, en una de las calles principales de Moscú, en Everskaia. En este hotel no pagamos nada, porque no hay hoteles de pago, sino que el particular que viene para vivir con su familia o con alguien adquieren las obligaciones del Estado que han de trabajar en algo si han de comer; los demás estamos como huéspedes oficiales y vamos a los hoteles oficiales, donde todo está organizado como en un hotel, pero en ambiente más camarada. Nuestra habitación es una alcoba con dos camas y lavabo de porcelana blanca adherido a la pared. El gabinete tiene un sofá, dos mesas de trabajo, dos sillones, cuatro sillas y un armario de luna; sobre la mesa el teléfono. Un samovar precioso ruso, para el té, tenemos también sobre la mesa.

A las 7 ó 7 ½ me levanto y trabajo; me traen el agua caliente y me baño en el monísimo baño de goma; a las 9 ó 10 almuerzo: dos o tres huevos, o un plato de arroz, pan con manteca y huevas de pescado y té; a las 11 aproximadamente salgo para trabajar en algún comisariado o centro y vuelvo a las 4 y como: un plato de loza de legumbres, uno de carne con arroz o patata o algo análogo, un dulce y té; me pongo a estudiar y a eso de las 7 ½ casi siempre o hago alguna visita a los muchos conocidos que ya tengo –he encontrado a uno de mis amigos de Marburgo que continúa siendo profesor de la Universidad de aquí– o voy al teatro; vuelvo a las 10. Ceno, charlo un rato y me acuesto. Conozco médicos, ingenieros, abogados, etc., y todo me es de un provecho enorme; la lengua que más se habla es el alemán; como una segunda lengua.

He ido bastantes veces a la Opera sin pagar porque sólo muy pocas localidades se venden a precios bajos; las demás se reparten por los centros obreros de los distritos. He estado dos veces en el palco del Zar. ¡Si vieras lo que es ver desde allí al teatro entero puesto de pie cantar la Internacional!

Como os decía, espero salir del 6 al 8 del próximo: si pudiera aceleraría el tiempo, pero siempre a condición de llegar después de las elecciones.

¡Qué alegría lo de mi hermano Pepe! ¿Qué tiene Concha? Esta criatura la ha quebrantado enormemente la lucha por la vida; me preocupa mucho y ansío verla para saber que no le pasa nada.

¡Cuánta tranquilidad me da el saber que están los padres contigo! Por ti y por ellos; ahí, en ese cuartito ellos han llegado a hallar un nidito; ¡cómo me alegra! Abrázalos en mi nombre y a Bernardillo (18) y Elisita diles que nos olvido.

Di a mi niña que le envío mil besos y que sus palabritas las leí y besé mil veces.

Me han regalado los de Kropotkin una tela de turquestán preciosa, parece el cubre aparejo que ahí tenemos.

Adiós, recuerdos de afecto a todos; a Dª Berta y los suyos, a Otero, a Entrena.

Envíale a mi madre esta cuartillita y transcríbele lo que puedas de ésta. A ti y a la niña os estrecha mil veces contra su alma y os repite que sueña con veros vuestro

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 440] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Ginebra, 6 de noviembre de 1921

Estoy consternado Gloria mía con tus cartas de ayer; llegaron dos, con fecha una de ellas del día primero y resulta que hasta entonces no recibiste noticias mías de aquí, siendo así que sólo el día de mi llegada dejé de escribirte, pero sí el anterior en París como el siguiente aquí, lo hice y yo estaba contento, y ahora resulta que has estado cinco días sin noticias. Cuando he tardado más en escribirte –y esto una sola vez– han sido dos días.

La carta de mi niña adorable; sí hija mía; córtate las trencitas y así aprenderás a peinarte como dice muy bien mamá y no te tirarán del pelo para peinarte.

Manda un ejemplar del libro a tía Tomasa y tío M. y Pepe.

Di a Padre que no olvidé lo de Emiliano (19) ni lo de Laza y fueron de los ejemplares que dejé con dedicatoria y dirección. Hoy recibo un periódico de París, un semanario “Le Socialiste” donde hay un artículo sobre mi libro y traducen íntegras las palabras al lector [...].

Hoy domingo voy a subir a la Salève; ¿te acuerdas que no pudimos hacerlo? Y a más de recordarte por el deseo que yo tenía de ir contigo, recordaré también la temporada de más siniestras preocupaciones en mi vida, cuando no veía claridad y me creía enfermo para siempre. ¡Qué distinta es hoy mi situación gracias a tu amor y a esa flor de nuestro cariño, nuestra niña bendita! Abraza a los padres, besa tiernamente a nuestra nena y a ti cien veces te estrecha con pasión contra su pecho tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 441] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Ginebra, 10 de noviembre de 1921

Gloria mía de mi corazón:

Tenemos media hora de descanso en la sesión plenaria y es para ti. Te advierto, Gloria de mi corazón, que me deprime enormemente el ver que mis cartas no llegan porque cuando se tiene el entusiasmo de hacer un esfuerzo sobre las propias modalidades de carácter y no hay resultado, ya no queda más que una cuestión de deber pero no una satisfacción entusiasta.

Se cree que del jueves al sábado terminará la Conferencia y yo tengo ya el billete de vuelta por Milán – Génova – Marsella – Barcelona. Como ves , pesa tanto en mí lo que me dices que no me asomo a Florencia ni Venecia, aunque creo que sería un deber el ir, por una prueba de amor a ti, porque quiero verlo por vez primera contigo cielo mío.

Di a mi niña de mi vida que estoy contentísimo de saber lo mucho que estudia y aprende y deseoso de verla sentada al piano como una mujercita. ¡Cuánto me alegrará que saque ansias artísticas!

Las flores que he mandado aun cuando enviadas a la niña iban dirigidas a ti y de sobra sabía yo que las besarías sabiendo que lo había yo hecho.

La carta de Emiliano muy cariñosa; ¡cómo me extraña que ningún periódico haya publicado trozos del libro, ni artículos sobre él!

Es una maravilla la cortesía y solidaridad que haya en ese país que cada vez me parece más un país de cucaña.

En Barcelona veré a la familia y a Emiliano pero sólo me detendré 24 horas.

Adiós corazón mío; deseo abrazarte y estrecharte; se me hace todo soso sin ti; besa con ternura a la niña, abraza a los padres y te adora tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 442] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1922

Gloria de mi vida:

He hecho un viaje tranquilo, sin el menor contratiempo y con facilidades para descansar la noche. La Compañía de Salazar y el otro músico agradable.

¡Cómo he venido recordándote! ¡Me parecía que te dejaba sentimentalmente preocupada! ¡Vida mía por Dios, permanece serena y alegre si te es posible! Piensa siempre que te adora tu F[ernando], que eres mi ideal y mi gozo, que llenas mi vida; dime que tú lo sabes, que estás persuadida, ¿verdad? Soy nervioso y brusco a veces, y quizá no sepa en ocasiones darme cuenta a juzgar por mis palabras de la delicadeza de tus sentimientos, pero íntimamente si vieras qué enojo adquiero conmigo.

Te adoro chiquita, besa mil veces a nuestra niña, abraza a los padres y para ti el amor profundo de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Todos aquí muy buenos, contentos y recordándoos de continuo. Pepe está aquí; muy bien.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 443] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1922

Gloria de mi vida:

Ayer no tuve carta tuya y yo no pude escribirte. Anduve de cabeza sin poder tener tiempo de nada. Hoy habrá llegado Carmen y Alberto. ¡Pobre Sr. Rubio! ¡Si vieras que impresionado está con la vuelta de Carmen! Han establecido la incomunicación de las casas y él ha llegado a decir al Sr. Cossío que por el propio no ya porvenir sino presente de la institución no debían ir a vivir a la casa; y me decía: solo yo le digo esto, los demás lo piensan pero no se atreven a decírselo.

Voy a ver a Alberto (20). Hoy queda tirada la hoja salvando las erratas; no me gusta como ha quedado redactada la cabeza. Lee el libro con lentitud y ve haciendo al margen las correcciones de estilo y puntuación y que sean precisas, y ruega a padre en mi nombre que haga lo mismo; el ejemplar así corregido dirígeselo a Alberto.

Te escribo desde casa de B[ernardo] y E[lisa] con quienes he comido; están muy bien y los chicos fuertes y buenos.

Llevamos dietas: 90 pesetas diarias o sea dado el cambio 60 fr. suizos y viaje pagado. Anticipan, para que luego se justifiquen, 3.500 pesetas, pero a mí me da miedo llevármelo todo y después, si se tiene que reingresar y no lo hay, son los apuros razón por lo cual he dejado a mi madre en su cómoda y entre los papeles antiguos una cantidad de 700 ptas., que solo ella y yo sabemos existe, para saber se tienen seguras en caso de devolución al tesoro.

A B[ernardo] y E[lisa] les he dejado 150 porque les hacen falta; les he dicho que me pidieran lo que necesitasen; a mamá y Concha le doy 150.

¿Cómo está la niña? Bésala con la adoración que yo pongo en ello. Probablemente saldré mañana a las 9 de la mañana.

Adiós Gloria mía, con toda mi alma te estrecho y con todo mi corazón te amo.

Es tuyo

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 444] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1922

Gloria mía de mi corazón:

Ayer no pude escribirte porque salí a la una para corregir en casa de Alberto algunas cosas del libro; no estaba, fui a la Residencia y me quedé allí. Está llena de norteamericanos, entre ellos un señor al cual conocí en Nueva York.

De allí fui a casa de Zulueta (21) con quien hablé un rato de todo y por último a las 8 ½ con Pepe Álvarez C. (22), F. Almagro (23) y Peinado, los tres antiguos alumnos estuve cenando. Fue un rato muy agradable.

No tuve carta tuya y yo tampoco pude escribirte.

Hoy llega una tuya adorable; se me saltan las pajarillas por irme pero... a Asturias no creo posible el ir pues el referéndum es favorable a la huelga minera. Pero no sé si querrán que vaya a Bilbao; iré hoy a ver si hay respuesta.

Está aquí Pablo esperándome para que salgamos juntos; ha estado con el Sr. Cossío.

No hay buenas impresiones de Carmen; fue a verla Lafora; se puso excitadísima, saliendo L[afora] con impresión pesimista.

Adiós, G[loria] mía; sí seguir cuidándoos; que yo os encuentre muy bien; besa a la niña mil veces y a ti te estrecha contra su corazón tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Recuerdos a los tíos y Pepe y E. Si han llegado los padres un abrazo

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 445] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., septiembre de 1922

Gloria de mi alma:

Ayer no te escribí porque anduve arreglando lo del viaje.

Salgo mañana para Bilbao; ya tengo el billete en primera que me lo han tomado y 300 pesetas. Después digo lo que he gastado y si es menos lo devuelvo y si es más lo pido antes. Realmente hacen bien las cosas.

Después estuve con el Sr. Cossío a quien leí la “Conclusión” del libro; le gustó mucho, díjome que le parecía muy seria y elevada y que creía que era una posición fuerte y tenía el aire de una Confesión. Salí contento pues él es descontentadizo y estuvo muy interesado y no le puso pero.

La tarde anterior la pasamos juntos: estando yo llegó la Srta. que de vez en cuando va a ver a Carmen. Había buenas impresiones; de nuevo se ha serenado y pasa largos ratos tocando el piano; asiste a las enfermas; no se excita y se ha hecho querer mucho. ¡Pobre Cossío! ¡Con qué emoción lo oía! Luego me decía: lo peor es el futuro. ¡Pensar que esto va a repetirse cada tres o seis meses! Se endurecerá uno como se endurece a la muerte, ¡pero es tan triste!

¡Qué ganas tengo hija de que pase todo y verme ahí! Dos días hace que el calor aquí de nuevo es horrible.

Ya veo las advertencias que me haces sobre los caracteres y la necesidad de la transigencia; no espero darte disgustos en eso.

Adiós vida mía, no me dices nada de la niña hoy. Bésala muchas veces como lo haría con ambos tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Escríbeme a Bilbao. Lista de correos.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 446] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Bilbao [Café de Boulevard], agosto de 1922

Gloria mía:

Dos letras antes de que salga el tren correo. Estoy muy bien; mañana haré la primera Conferencia en la Arboleda, pasado en Gallarta, el domingo en el Teatro en Bilbao y el lunes me reúno con la Agrupación de la Juventud para que me hagan preguntas, soliciten indicación de lecturas, etc. Es una cosa que yo les he dicho que deben hacer como medio de tomar una orientación más firme.

Les ha gustado mucho el plan ese. La gente aquí es muy seria. Ayer vi el Museo Arqueológico y el de Pintura donde hay cosas de mucho interés.

Adiós G[loria] m[ía]; no he recogido aún tu carta de hoy porque me han dicho que vaya más tarde.

Mis besos a la niña, te adora tu

Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 447] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Llanes, 5 de agosto de 1922

Gloria mía de mi corazón:

Felizmente ya he terminado todas las conferencias. Salí de Bilbao anteayer de mañana y llegué a Santander a la 1 y ½. La noche anterior fue de un grandísimo interés mi conversación con los elementos de la Agrupación y Juventud Socialista. Estaba llena la sala y yo les dije después de exponerles la dirección que a mi juicio debieran seguir los elementos más estudiosos y la que en este sentido necesitarían hacer los sindicatos, que me hicieran preguntas respecto a dudas que ellos tuvieran, aclaraciones que necesitaran a cosas dichas por mí, o indicaciones de bibliografía para estudiar lo que a cada cual interesara: duró dos horas muy animadas esta parte. Los muchachos jóvenes tomaron notas de folletos, otros de revistas, etc., y luego me decían: ¡Cuánto más provechoso sería que estuviese Vd. aquí en vez de estar en Granada! Claro aquí, lo del Sindicalismo y Comunismo perturba, arrastra a muchos, pero tienen ya tal costumbre de luchar y tanta tradición de doctrina que hay muchos fuertísimos y eso da goce.

Al llegar a Santander, después de almorzar, di un paseo con un núcleo que me esperaba: ¡qué bonito es el paseo por la bahía! Volví a casa para estudiar y preparar la conferencia: estaba atestado, con público de todas clases. Un silencio absoluto y gustó mucho a todos. ¡En ninguna de las conferencias que he dado en Bilbao, la Cuenca minera y Santander ha habido ni una interrupción y esto en los tiempos que corren es enormemente extraño!

Te mando un recorte de los actos de Vizcaya y una nota breve de lo de Santander.

Salí de Santander ayer a las 7,45 de la mañana y llegué a Llanes con retraso a la 1. Muy cariñosos me trajeron enseguida a la casa, Dolores y Julián (24). Éste me aguardaba en la estación. ¡Qué casa Gloria mía! Por la tarde ya cuando llegué había salido el Correo de Madrid –habría querido yo ir a Celorrio a ver a P[ablo] Iglesias pero era preciso bajar de nuevo a la estación, tomar el tren, etc.– y me dijeron insistentemente que descansara y hoy iríamos; me contrariaba porque me retrasa un día el ir a estrecharte Gloria de mi vida, pero el viaje a Zamora es morrocotudo con una espera de 2 a 5 de la madrugada, y me quedé hoy a descansar y te escribo cuando aún no hay nadie levantado, desde la galería que da al mar: ¡qué maravilla! Se siente uno con ellos muy en su ambiente. Julián es cada día más refinado y es de una nobleza de alma como la persona que esté más penetrada de esta cualidad; además –¡lo que es la psicología!– los gustos y usos de institucionista cada día le salen más. Dolores y Merceditas, muy bien. Te nombran todos con cariño, recuerdan a la niña mucho y desean que vengamos por aquí un verano; me gustaría.

Adiós alma de mi vida; abraza a todos, besa a la niña y a ti te aprieta con toda su alma tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 448] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1923

Gloria mía:

No he podido ponerte más que estas letras porque he estado trabajando la mañana entera sobre las cuestiones que tenemos entre manos.

Ayer fue un día desventurado y la ruptura de Lerroux (25) y nosotros es definitiva. Desgraciadamente, por una torpeza que nadie se explica los republicanos se han solidarizado con Lerroux. ¡Cómo me acuerdo de padre! Ayer llegó Lerroux a decir «que todos los canallas se acogen a la bandera de la república»... Está realmente trastornado.

Recibo las cartas que me mandas y hablaré con Gancedo.

Están hablando y no puedo seguir.

Te adora tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 449] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1924

Gloria mía:

¡Cuánta razón tienes en quejarte! Y sin embargo tan presente te tengo y tantas ansias me entran de continuo de volver cerca de ti y de mi hija que no sé si tendré resistencia para continuar aquí hasta finalizar lo más perentorio de mi trabajo.

Quisiera irme del 10 al 12. Te incluyo ese recibo para tranquilidad de madre.

Esta noche ceno con Saborit (26) en correspondencia cuando él me invitó. El artículo sobre Unamuno que hice en Miraflores ha tenido un éxito grande: como lo reproducen en Bilbao, en Valencia y en Madrid. El Socialista ha recibido muchas cartas. Otro tanto pasa con los que estoy publicando en El Sol. No te lo digo por vanidad; somos complejos y si reconozco que me causan impresión estas cosas, debo asimismo confesar que no me engríen nada pues mi temor –y de aquí mi alegría– es que sean excesivamente defectuosos.

Adiós vida mía, te adora, besa a la niña y abraza a todos tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Esta carta escrita ayer la dejé aquí y la eché de menos cuando estuve frente al buzón dispuesto a echarla. Perdóname hijita, son lunares de mi modo de ser.

Las noticias de Marruecos no pueden ser más graves. Se teme que hayan entrado en Xauen los moros; se ha empezado a evacuar Tetuán por creerse posible que entren también allí; llevan costadas las operaciones en curso más de 5.000 bajas y los coroneles de Madrid han ido en gran número a protestar ante el Rey. Martínez Anido (27) ha sido nombrado para ir a Marruecos.

Y el ambiente en Europa no puede ser peor, llegándose a decir en grandes diarios como Le Matin que si España no puede cumplir con la obligación internacional que contrajo necesitará intervenir Francia en nuestra zona de Marruecos.

Los militares andan cariacontecidos y en realidad nunca se ha dado un fracaso más profundo.

Mañana doy mi conferencia en la Casa del Pueblo sobre el Socialismo y el problema agrario español.

Adiós vida mía. Marte está en el Sudeste y Júpiter de distinto color, menos brillante e incluso algo más pequeño que M[arte] en el sector Sudeste muy cercano a la línea Oeste.

Di a madre que agradezco sus palabras de cariño y a los tíos que los tengo muy presentes y ansío pasar unos días de descanso al lado de ello y al tuyo G[loria] mía, porque aun cuando no te lo diga de continuo... te adora tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Mil besos a la nena; ¡qué alegría que esté tan fuerte!

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 450] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

París [Hôtel Bergère. 34, rue Bergère], s. d., 1925

Gloria de mi corazón:

Aunque sean unas palabras desde París no quiero que os falten; no quiero que dejes de saber, amor mío, con cuanta intensidad tu recuerdo me penetra y domina. Cuando he llegado a este París ¡qué amargura se ha apoderado de mí al recordar los sitios que los tres con nuestro mutuo cariño llenamos hace unos meses de impresiones perdurables para todos!

En fin estad tranquilas; he meditado mucho en el viaje y creo tener la seguridad de mi mismo, lo que equivale a decir en este caso, una cierta seguridad de éxito. Sí; veo muy claro qué es lo que necesito hacer y me parece dominar las cuestiones.

Adiós amor de mi vida; que no te perturbe nada; cree en mí como has creído hasta hoy; volveré a tu lado con mi corazón lleno de ti; tú fuiste quien a él le dio vida y para ti será siempre Gloria mía. Con ternura te estrecha y con vivo amor te lleva en la mirada tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. A madre, Bernardo y Elisa (28) muchos abrazos; a los chicos un beso.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 451] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Marsella [Regina Hôtel], agosto de 1925

Gloria de mi vida:

Te escribo antes de comenzar las tareas de la mañana que principiarán a las 9 ½; ayer, todo el día, mañana, tarde y noche estuvimos en sesión y comisiones; fue muy interesante. Estoy muy bien; la temperatura es deliciosa; llueve y a causa de ello ha refrescado.

¿Llegará ésta a tiempo de deciros que os sigo con el alma y os tengo presente de continuo? No tomes el billete hasta Madrid ahí; conviene que pagues en pesetas en la frontera para no perder el tanto de comisión de cambio en Pau.

Adiós vida mía, llegó ayer tu carta con todas las de la familia.

Te adora y besa a la nena tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 452] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Ginebra, 2 de septiembre de 1925

Gloria mía de mi corazón:

Estoy desolado con la tarjera tuya de hoy –ayer no tuve ni tampoco anteayer– en la que me dices desde Miraflores lo que el lunes me confirmabas en el radiograma desde Málaga que te lo agradecí en el alma: sin noticias. No gloria mía, yo no he dejado de escribiros aun cuando no con la frecuencia que tú. Te he escrito con ésta cinco cartas desde que salí de Pau; te puse además telegrama, postal... ¡Cómo puedes pues empezar diciéndome «Hace 10 días que nos separamos y aun no he tenido noticias tuyas»! Me produce esto quizás aún más tristeza que a ti, porque yo comprendo que no te escribo como debiera hacerlo, todos los días, pero tengo en cambio la convicción de que lo hago más frecuentemente que nunca y además, como contrasta tanto lo que me acuerdo de vosotras con ese aparente desentendimiento me apena la separación que existe entre mis deseos y los resultados. ¡Qué he de hacer! Procuraré enmendarme. Al propio tiempo que la tuya llega la postal del Sr. Cossío en que me dice lo bien que os ha hallado y la impresión que le ha hecho sus informes sobre la Cúpula de Olorón y añade que es preciso ver si está citada y que cree no. Yo no oí eso: fue el día del chaparrón grande, ¿verdad?

Me he mudado a la Rue Ph. Plantamour, 22, 2º chez Mr. G. Tailleur, donde he alquilado un cuarto para las tres semanas por 60 fr., esto es, 3 diarios en vez de 7 que pagaba en la Pensión Minerva. La habitación es grande y tiene dos huecos a la calle; claro es que la casa carece de timbre y teléfono, pero yo, dada la modestia de mi vida no tengo por que tener exigencias.

He estado invitado a casa de Monsieur P. Mantoux, un hombre de enorme talento y escritor conocidísimo; su Sra. ha sentido mucho no conocerte y te acordarás que Amelia y Pablo (29) nos hablaron de ellos: los que se enamoraron de su tapiz y lo cambiaron por el que Pablo llevó de Granada. La Sra. y él, ambos judíos y muy atractivos. Entre las personas interesantes que había cenando se hallaba un japonés, cuáquero autor del libro que tú habrás leído Bushido o el alma del Japón; no te puedes imaginar un hombre de mayor bondad y dulzura; tiene como culto familiar Juana de Arco, y hace de vez en cuando como peregrinaje la ruta que aquella siguiera en su vida.

Después he estado en casa de Mr. Abraham que no cesa de lamentar no haberos tenido en su casa; fuimos Amelia, Pablo, Madariaga (30), Miss Cathral y Owen alemán y la hermana de Pablo; y he tenido otra invitación del Ministro de Rumania y su Sra. al que igualmente fuimos Amelia, Pablo y yo, estaba la Sra. del Ministro Rumano y cuatro Sres. de Rumania, entre ellos el autor de la reforma agraria en ejecución, que fue la causa del convite. A más de esto, por mañana y tarde, hay cursos en la Universidad, y me he matriculado a ellos gracias al ahorro que he hecho: curso de Zimmern –el que nos invitó y vive en el Hotel de Russie– sobre “El Imperio Británico” y de W. Martin sobre “Problemas de Europa”; además han comenzado las sesiones del Consejo de la Sociedad de Naciones y tengo mi plaza reservada para oírlo todo. Pero eso, que es un modo de renovarse, es preciso completarlo con lecturas; y además para hacerlo todo posible, se necesitan escribir artículos; mañana haré uno sobre “Portugal y sus colonias” a propósito de algo infame que se maquina contra él y lo hago con un gusto especial, defendiendo a Portugal, porque pienso en la enorme alegría que ello habría producido a padre, cuya memoria siempre me acompaña.

Dime vida mía tus impresiones de ahí y cuéntame lo que hacéis, tanto tú como mi hija de mi alma.

Di a [Rodríguez] Acosta que para mediados de este le mandaré a Granada un oficio dándome de baja por enfermo para que no me ponga en los tribunales.

Adiós alma mía ¡Cuántas ganas tengo de recibir carta tuya diciéndome que la tienes mía! A madre, a los tíos y a la tía D[olores] muchas cosas de cariño; a mi hija del alma, que no crea ni por un instante que me olvido de ella; de continuo la tengo presente y así a ella como a ti, cielo mío, os adora, y a ti te estrecha con continuo amor tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 453] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., noviembre de 1925

Vida de mi alma:

He pasado dos días sin escribirte y vas a extrañarlo porque te tengo mal acostumbrado.

Los días de anteayer y ayer los hemos pasado mañana y tarde de ejercicios. Ayer estuvo a su vez muy mal mi alumno el Sr. Sanz (31); otro mal rato para él y para mí; estuvo lo menos cinco minutos callado antes de romper a hablar. Realmente esto de las oposiciones da ratos muy malos. Es probable que de las dos vacantes proveamos como maximum una, si como pienso los más son de mi criterio, pues habiendo conseguido elevar el nivel del profesorado no es posible contribuir ahora a deprimirlo.

Ayer después de las oposiciones fuimos el Sr. Posada (32) y yo a la redacción de La Nación de Buenos Aires invitados a un té en honor de una artista argentina Berta Hugerman. Llegamos tarde, eran las ocho, y no hicimos más que saludarla así como a otras personas. De allí fui a la Institución a cenar con el Sr. Rubio e Isabel que me lo habían dicho desde el miércoles anterior. Muy afectuosos. Más tarde reunidos en el Gabinete de Carmen con las demás personas que fueron estuvimos hasta las 12.

El martes por la noche cené con Alberto (33), Natalia y la madre del primero; después pasé a la Residencia donde hablé con los estudiantes sobre “La situación política de Europa después de la guerra”; estuvieron interesadísimos y al final me preguntaron mucho.

De nuestra ida a la Institución lo sabe la familia; claro que lo sienten pero comprenden lo mal que estamos y el enojo para nosotros de que la niña, una mujercita, ya esté a nuestro lado. El Sr. Cossío está muy contento de que vayamos allí y lo mismo la pobre Julita.

Mamá se ha rehecho completamente; tiene una naturaleza excelente.

Hoy ha llegado Rafael (34) con la noticia de que en la nueva secretaría le dan 3.000 pesetas mensuales a partir probablemente de enero; es una gran cosa. El miedo es que con todas estas cosas se hace muy codiciable su cargo y cualquier día llega un Ministro y lo dan a un paniaguado que sea jefe de administración. Hoy en realidad es por ser él, por sus condiciones por lo que le han ido dando estos puestos de confianza. Imagínate el alegrón que han tenido.

Adiós alma mía; besa a nuestra nena, abraza a madre y a ti te adora tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 454] Tarjeta postal de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., noviembre de 1925

G[loria] de mi v[ida]:

No te dije lo que me alegré hicieras el cambio que tanto deseabas, y tengas al fin una cosa tan de tu gusto. La llegada de los libros me ha proporcionado una alegría enorme. Dentro del libro de Mayer Rechtsphilosophie debe haber un sobre con notas de Filosofía del Derecho. ¿Quieres mandármelo? He almorzado con Carolina, José Antonio y las primas; todos me han preguntado por vosotras con grandísimo interés.

Ayer en las oposiciones desde las 3 ½ a las 8 ½; hoy voy ahora a las 4 ½.

Trabajo en lo de la Enciclopedia Británica a toda presión.

Esta mañana estuve con el Sr. Cossío que deseaba hablarme; ¡pobrecillo que solo está! A Julita se le fue la cabeza delante de mí, ¡qué pena de criatura!

Mil besos a mi hija de mi alma, abrazos a madre y für dich die liebe von dessien.

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 455] Relación del viaje realizado por Fernando de los Ríos desde Vigo a Nueva York en el vapor “Chicago” desde el 23 de agosto de 1926, enviada a su mujer Gloria Giner de los Ríos García

Nueva York, s. d., septiembre de 1926

El viaje = Chicago = 11.000 toneladas. Salida de Vigo el 23 de agosto de 1926 a las 6 de la tarde. Suben al vapor grupos del Ateneo, Agrupación Socialista y la Embajada en Madrid de México.

El primero y segundo día no lo paso mal; tomo el Mothersick, puedo descender al comedor y llego a creer que he vencido las dificultades físicas. Al tercer día ya no puedo bajar al comedor o mejor dicho tengo que salirme porque me comienza el sudor frío; paso así cinco días en cubierta, pudiendo comer allí, dormitando a menudo, hablando a veces, algún rato leyendo y a los 8 días de nuevo remonto, se serena el mar y hago la vida ordinaria del pasaje con precauciones.

Cada día había dos conciertos por el terceto del vapor, pero yo me privé casi siempre de ellos por no estar dentro de la habitación y exponerme al mareo, que felizmente no he llegado a sentir del todo ni un solo día.

Mi cabina, aunque había pagado de las interiores y para dos personas –lo más barato– era exterior, esto es, daba al mar, era para tres personas pero me fue dada a mi solo. Esto se debió a que en Vigo me aguardaba dentro del barco el Consignatario español, persona muy culta que había asistido a mi cursillo de hace cinco años y me ha conservado un género de afecto y de afición que le agradezco con toda el alma; habló en tales términos al comandante, comisario, etc. del vapor, que siempre he recibido las atenciones más altas que se han dispensado; estaba sentado en la mesa del comedor y en la fiesta que se organizó, y la última noche a beneficio de los huérfanos de los marinos fui nombrado del Comité. A esa fiesta hubo un pequeño orfeón español organizado por mí que cantó cuatro canciones populares del Norte de España: lo formaban cinco señoritas españolas hijas de personas establecidas aquí en Norteamérica que volvían de una temporada en España y muchachos del mismo tipo –también cinco– entre los que había dos de particular interés. Uno, de Madrid, era chauffeur y lo traía un señor norteamericano que vive en España hace tres años, es inmensamente rico y vuelve a su país para liquidar sus negocios y quedarse ahí para siempre por ser lo que le atrae. El chauffeur en sí mismo no tiene interés, es un viva la Virgen, pero el señor con quien él viene, sí; es joven, algo desequilibrado, lleva bajo el brazo casi siempre un libro antiguo español del XVII o el XVIII y un registro con la bandera española.

Entre los otros españoles que vienen en primera clase los hay obreros; uno de ellos es tapicero, sencillamente un buen obrero tapicero y ¿sabes cuánto gana? De 14 a 16 dólares diarios y algunos días hasta 20; ese es también el jornal de un buen oficial de albañil, el cual es desde luego mucho mayor que el de un profesor de Universidad. Este fenómeno que hace siete años era notorio ahora está aún más consolidado; y a la usual observación de que el costo de la vida corresponderá a la remuneración, no sólo no corresponde la realidad sino que ella prueba lo contrario: aquí el costo de la vida baja y la remuneración sube. ¡Qué sensación de nuestra pobreza se percibe cuando se pone uno en contacto con el mundo americano o con quienes viven dentro de él! Y, sin embargo, meditando estos días de quietud y reposo forzado ante el mar sin orillas, poderoso estimulante del espíritu, hablando con los pasajeros americanos, leyendo con atención libros sobre este país –traía dos en inglés– y ambos los he terminado no me siento atraído por esta concepción de la vida, antes al contrario la considero el exponente máximo del error histórico actual y creo como los griegos que el alma tiene su más pleno momento de goce y realización en el plan contemplativo; pero ¡cuán difícil es preparar a las criaturas en el ambiente actual, a fin de que busquen en la vida interior una compensación a los afanes interiores!

El otro pasajero que ha sido un hallazgo es un muchacho joven, de 26 años, discípulo de Américo y Menéndez Pidal, casado hace tres meses con una muchacha de Puerto Rico, también discípula de aquéllos y ambos profesores en Puerto Rico; no puedes imaginarte lo inteligente de uno y otro, lo afable, lo agradable de esta pareja. Ella ha pasado muy mal toda la travesía; él se llama Ángel del Río (35) y conoce a Pepe Giner y lo estima mucho.

No he podido escribir una sola letra durante la travesía y ésta la redacto inmediatamente de llegar para dedicarte mis primeras horas.

La entrada en el puerto de Nueva York es imponente, todo lo de Europa es insignificante comparado con las dimensiones de esto; cualquier recuerdo que tome uno como punto de medida resulta un balbuceo, una tendencia no lograda; dos horas antes de llegar ya está uno envuelto por un mundo de trasatlánticos que entran y salen; en un momento dado, miro a babor y cuento 24; faltaban 30 millas para Nueva York. Hemos entrado y navegamos en el estuario como media hora sin cesar de ver muelles de desembarco a derecha e izquierda hasta hallar en el que tenemos que atracar. La visión primera de la ciudad es la del barrio de Wall Street que es donde está el gran comercio y la banca; es el barrio de los grandes rascacielos y en la bruma de esta tarde lluviosa da la sensación de una inmensa catedral llena de altas torres. Como los edificios son enormemente desiguales y junto a una casa de diez pisos hay otra de cincuenta, la línea resulta quebrada en extremo. ¿Belleza? Evidentemente hay en esto una grandeza de masa, de vigor, de ritmo quebrado, inarmónico como el de la música moderna, que guarda dentro de sí valores estéticos para los cuales no está preparada nuestra visión moldeada en el clasicismo, pero hay que buscarlos porque es evidente que existen.

He venido en el taxi por la West End Avenue y la he hallado más grandiosa que la otra vez, más elegante, más patricia. Estos pueblos jóvenes en formación son para nosotros los europeos un motivo de enorme inquietud; nuestras naciones y sus ciudades están hechas y sus variaciones son relativas; aquí los cambios son enormes: Nueva York ahora pasa de los 7.000.000 de habitantes. He buscado un hotel modesto y estoy en el H. Marseilles; me dan una habitación en el piso 9 y pago 3 dólares por ella; es lo más barato y eso representa 19 pesetas. El baño está enfrente y todo está decorado con sobriedad y gusto; muy a la inglesa. Siguen encargados, como antes, de los ascensores los negros, pero en cambo he visto que los blancos les disputan los trabajos en el muelle.

Os he puesto un cablegrama y otro a mi madre; el vuestro lo he enviado a Laza a Málaga; no tenía otro medio. Me han costado 8 ¡dólares! es decir 50 pesetas; veo con terror desfilar mis pobres pesetas y sepultarse en las fauces inmensas de este gigante.

Veremos cómo se desenvuelve este viaje mío; si el Gobierno no me niega el permiso y resulta al fin lo de México, quizás pudiera obtener una compensación para el sacrificio de la separación; los años no pasan en balde y advierto cada vez más la soledad en que me hallo cuando me alejo de España sin vosotras. No quiero riquezas, no las apetezco, no creo que debo quererlas para mi hija, ni para ti, ni para mi madre a la que sin embargo ansiaría verla rodeada de un cierto regalo en sus años de ancianidad, pero yo sé que a ella le basta la mediocridad tranquila, como te pasa a ti, y quiero pase a mi hija; y ese sería mi afán en lo material: poder conseguir un pequeño ahorro de trabajo con que liquidar algunas cosas y darte una base de tranquilidad; en fin, ya veremos, ¡lo esencial es que la felicidad actual de la cual disfrutamos perdure y veamos a nuestra hija hacerse una mujer y desenvolver su vida dentro de nuestros ideales!

Fernando [de los Ríos Urruti] (escrito por él, pero no firmado, ni rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 456] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Nueva York, s. d., septiembre de 1926

Gloria mía de mi alma:

Llegamos a Nueva York anteayer, día en que salieron las cartas últimas que escribí a mamá y a ti. La entrada es imponderable y sin término de comparación en grandeza y –lo que no esperaba– en belleza. La bahía natural formada por el estuario es estupenda y además la enormidad de islas que hay a uno y otro lado son tantas y de tanta vegetación y caserío, que la impresión es excelente. Estuvimos a la vista de las primeras islas a las 8 de la mañana y desembarcamos a las 2 en el desembarcadero 54 que son dos naves inmensas, de unos 500 metros de longitud por 100 de anchura donde estuvimos para esperar el desembarque de los equipajes, revisión de aduanas, etc. hasta las 4 y ½; fue muy pesado. La primera visión del grupo de rascacielos es de belleza y aun después, la línea es tan quebrada en Nueva York que todo el atractivo de las calles está en los escaparates y en esa desigual altura de las casas; yo vi muchas de 32 pisos y en una que estuvimos de 12 ó 14 sólo había oficinas pero había domiciliadas 200 sociedades comerciales. El ritmo de vida es de tal intensidad que incluso Londres causa la impresión de algo apagado: bástete saber que vi en Nueva York –y sabe Dios los que habrá– el automóvil número 170.000 y pico.

¿Los precios? Una cena sencillita, sin vinos porque están prohibidos, con agua pues, trece personas, 75 dólares, es decir algo más de 75 duros.

A las 10 de la noche fuimos a la estación y ya pudimos meternos en las camas pues es costumbre aquí que los trenes que han de circular durante la noche estén formados a las 9 para poderse acostar cuando se quiera. No hay más que una clase pero en camas hay a más del salón general, señoras, caballeros, etc., compartimentos privados que era lo que llevábamos nosotros. A las 6 y media estábamos en Washington y nos esperaba Riaño que estuvo cariñoso.

El Hotel en que nos hospedaron nos costaba la cama ¡7 duros diarios! El desayuno nos ha costado un duro y medio y la comida 4; esto es la materialidad de la vida, 20 duros diarios, lo cual es tan absurdo que Araquistain (36) , Largo [Caballero] (37) y yo nos hemos echado a la calle y hemos hallado uno bueno donde nos costará la mitad.

No puedo seguir Gloria mía porque se anda de cabeza y he de ir a la Federación del Trabajo. Besa mil veces a nuestra nena, da recuerdos a todos y a ti te estrecha contra su alma y su corazón tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 457] Postal del Sage College and Barnes Hall de la Universidad de Cornell (Ithaca, N.Y.) enviada por Fernando de los Ríos a su hija Laura de los Ríos Giner de los Ríos

Cornell, 18 de octubre de 1926

Srta. Laura de los Ríos:

He ahí nena mía el conjunto de esta preciosa Universidad donde acabo de dar una conferencia.

Con todo su corazón te recuerda y adora tu

Padre [Fernando de los Ríos Urruti] (firmado y rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 458] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madison, 22 de octubre de 1926

Gloria de mi vida y de mi alma:

Heme aquí ya dispuesto a dar el enorme salto de Wisconsin al Estado de Texas; desde Madison donde estoy a Austin; todo va muy bien, sin un tropiezo. En Columbus llegué por la mañana muy cansado y me metí en la cama; a las 12 estaban por mí, tomé el lunch con el grupo de profesores de más jerarquía en el departamento de español –hay 14 profesores entre instructores, profesores asistentes, profesores asociados y plenos profesores para cuanto concierne a la civilización hispánica– me retiré después y a las 4 la Conferencia. Habían elegido “El renacimiento cultural de España actualmente” y tracé un cuadro partiendo de la Fundación de la Institución a la actual organización de la Junta y actividades del Centro de Estudios Históricos, etc., Residencia; estuvieron muy interesados y después de la conferencia se me acercó mucha gente para hacerme preguntas; más tarde los profesores me hicieron muchas; asombra el conocimiento que tienen no pocos de ellos de nuestra literatura clásica, problemas de ideas relacionados con literatura, etc.; se lee en las clases de Azorín, Benavente, Baroja, etc., se estudia a Galdós y sale uno asombrado de la falta de perspectiva que tenemos en España sobre lo que nuestra cultura es y significa en el mundo.

Siempre te he dicho que para darse cuenta de lo que ha sido España y de lo que pesa en la historia es preciso venir a América; ahora con más motivo me afirmo que nunca y “Creo en España”. No puedes imaginarte la repercusión de la obra de Menéndez Pidal y sus discípulos en estos núcleos americanos, núcleos que existen en todas las Universidades y son al menos 60; la “Asociación Nacional de profesores de Español” son cerca de 3.000 y no están todos.

La llegada a Madison anteayer muy agradable; me aguardaba Solalinde (38). ¿Te acuerdas de él? Un discípulo de Pidal (39) que ha estado muchos años en la Residencia.

Y me trajeron al Club de la Facultad, instituciones admirables, donde para el prof. extranjero hay hospedaje, donde al par que salón de lectura, hay buenas chimeneas –que naturalmente me hacen recordar la mía– y en los que existe el Restaurant para profesores y familias. Cada una de estas Universidades tiene un número de profesores que oscila entre 600 y 800 como mínimo, pues como te dije en Columbia (New York) hay 1.900 y 36.000 alumnos.

A la tarde, a las 4 y ½ conferencia sobre “Granada” con proyecciones; la propia emoción del recuerdo me hizo estar afortunado al final, señoras y caballeros venían a decirme las ganas que tenían, unas de volver y otras de ir. Tres días me dijeron que habían estado en casa de Miss Grater; inmediatamente después vine a vestirme para asistir a la comida que me ofrecía Solalinde en el Club; había 16 profesores, lo más selecto de la Universidad, de etiqueta y terminada la cena se formó un círculo en torno a la chimenea y comenzaron las preguntas; me tenían muerto, duró este interrogatorio dos horas, pero es costumbre; ayer, visita a la Universidad, a los distintos Departamentos, a las Bibliotecas de Seminarios; al mediodía lunch que me ofrecía el Departamento de español, después ir a casa de Solalinde cuya suegra y mujer son excepcionales de talento y discreción, tienen un ambiente de respeto y admiración que repercute en bien de España; de allí a comprar algunas cosillas: un sombrero gris para viajar, etc., porque el mío negro se ha puesto incapaz la cinta y está sudado, es impropio además para viajes; me costó el nuevo ¡8 dólares! ¡50 pesetas! Claro es que para Miguel u Otero eso es nada pero para mí es una muela; tomé unos guantes –tres dólares– y dos calzoncillos –llevo comprados cuatro– los dos por 1,50; lo de vestir interior es barato, lo otro carísimo; me convenía un abrigo, pero como en México hace una temperatura deliciosa y no es necesario me defiendo. También tomé billetes de tren hasta la frontera de México, hasta Laredo, puse telegramas y por último me llevaron en automóvil a visitar los alrededores admirables llenos de lagos y bosques. Por la tarde, a la “Casa Cervantes” fundada por el grupo hispanófilo y en la que viven 14 señoritas americanas que desean conversar en español; allí van profesores y alumnas y alumnos, se hacen veladas, etc.; allí cené invitado, se daba en mi honor la cena y seríamos unos 40 ó 50; hubo música y resultó fino y delicioso: ¡Dios mío, cómo me acordé de ti y de mi hija de mi vida! ¡Lo que disfrutaríais!; tú puedes hacer una labor grande aquí; trabaja mucho el inglés; hemos de practicar hasta hablarlo, por lo menos como el francés; es de suma importancia incluso para nuestra nena.

Hoy de mañana he tomado notas en mi libro sobre cuantas cosas de interés considero que debo anotar y después me he puesto a escribirte uno de esos cartapacios que deberían indicarte cómo siento la idea de que estés penetrada de todo lo que hago y por donde voy; me deprime sin embargo el considerar que ni las cartas lleguen, ni si llegan te das exacta cuenta de lo que supone en mi temperamento y ocupación el hacer lo que esto representa; creo sin embargo que no puedo hacer más, sobre todo desde que tus palabras duras e injustas me hicieron formar el propósito de escribirte aún con más frecuencia. ¡Ojalá vida de mi alma ya estés tranquila!

Voy muy bien de dinero, aun cuando gasto mucho, me sobrarán, para llegar a México, unos 200 dólares o sean unas 1.300 pesetas; sin embargo, como en parte las tengo que cobrar porque 75 dólares son de Columbus que me han de enviar el cheque y 50 dólares los he prestado a un joven profesor español –del Río– que se ha visto en un apuro, por eso no te envío; además temo hallarme en un apuro antes de llegar a México.

Han venido por mí; te envío el mapa del viaje que hasta ahora llevo hecho; salgo hoy y en Chicago veré a Antonio Cruz.

Adiós corazón mío; te adoro, ¿lo oyes? Abrazos a madre; a mi hija de mi vida que siempre, siempre pienso en ella y en su porvenir y sueño muchas cosas; a ti te estrecha contra su alma tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 459] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

México, 30 de octubre de 1926

Gloria mía:

En México desde anteayer por la noche y hasta este momento no he podido disponer de un momento. He aquí las etapas: 48 horas de viaje por un país grandioso y desolado, sin pueblos ni casas, en el que de vez en cuando surgía una estación –cada cuatro o cinco horas– en la que había un grupo de indios tipo mongol de un cobrizo oscuro a veces totalmente rayando el negro, envueltos en harapos y ora pidiendo limosnas, ya vendiendo productos industriales del país, bien vendiendo pedazos de pollo y tortillas en un lavamanos desportillado en cuyo fondo había un periódico; cara patética y profunda en el indio. Llego a México y en la estación mucha gente que me recibe con cariño conmovedor, aplausos, etc.; eran las ocho y pico de la noche; de allí... al Casino español donde se desarrolló la escena como leerás; no quedé contento de mí, pero el público sí quedó y sobre todo caí muy bien personalmente; de allí al Hotel; estaba como comprenderás deseoso de ello después de todo; impresión magnífica de la capital: abigarrada y grandiosa a veces. Por la mañana ayer arreglar mi equipaje, sacarlo todo y preparar mi presentación oficial ante el “Instituto” en la Universidad que habría de tener lugar a la 12; así fue y ya lo leerás; creo que ha sido de las veces que he estado realmente afortunado, en los periódicos no está bien; el “Instituto” en el que hay tres capitalistas –retratados en el grupo que te envío–; cada uno con tres o cuatro millones de pesos o sea de nueve a doce millones de pesetas, estuvo conmigo cariñoso en alto grado y quedaron muy emocionados. Yo necesitaba afirmar mi significación ideológica personal y recabar una absoluta libertad de actuación; así lo hice y ellos estuvieron admirablemente. De allí a almorzar a un restaurante francés en los alrededores, con dos de los señores, inmediatamente al Hotel donde me aguardaban periodistas empezando las interviews y visitas a las tres hasta las 8 y ½; a cenar con los del Instituto y el Rector hasta las 12. Hoy, al levantarme, ordenar los libros y apuntes con presteza, recortar periódicos para hacerte a ti y a mi madre un como dossier y enseguida ponerme a escribiros con premura a fin de que antes de comer esté despachado todo porque a las tres principio a recibir y tengo anunciadas muchas visitas entre ellas las del Director de la Enseñanza Universitaria que viene a ponerse a mi disposición. El miércoles será la ceremonia universitaria en que el Ministro de Instrucción Pública –que me ha mandado decir tienen muchos deseos de hablar conmigo– nos dará ante el claustro y público en general el título de profesor honorario de la Universidad de México, es un momento excepcional; tendremos que hablar y haré un saludo dirigido a las autoridades y a México.

He tenido una enorme suerte porque no puedes imaginarte cuan bien he caído; por todas partes, la colonia española y las personalidades mexicanas me mandan recado diciéndome: usted era el hombre que necesitábamos. Anoche en la cena estaba el Rector muy impresionado porque con amor hondo hacia México –ya sabes la atracción que ha tenido este país para mí–, le dije como creía yo que podría en un plazo breve para lo que es la historia salvar México; él tiene un enorme y justo prestigio y ascendiente y me han asegurado que tan cogido quedó que creen seguro la realización de algunas cosas importantes. La colonia está muy contenta; cree que esto les da prestigio.

He escrito a Castillejo (40) y he mandado la solicitud en la forma que debía hacerlo; la he leído a las dos personas de más importancia cultural que hay en el “Instituto” y que son españolas: al Dr. Perrin, catedrático de la Universidad, y a Don Adolfo Prieto, un hombre admirable, tipo español del más puro oro, gran autoridad en el mundo de los negocios. Me he puesto en antecedentes de lo ocurrido conmigo leyendo cuantas cartas han mediado. Se han quedado sorprendidos de la ruindad del Gobierno; yo no quiero que esto trascienda porque sería un arma contra España para los muchos antiespañolistas que aquí hay, pero sí necesitaba que lo supieran ellos, para que comprueben cómo se puede hacer dejación de la dirección del “Instituto”.

¡Adiós vida mía! ¡Ah! La habitación que tengo en el Hotel compuesta de una salita para recibir, un cuarto de baño y mi dormitorio, la había buscado el “Instituto” y me cuesta ¡16 pesos diarios! o sean 50 pesetas; no me ha parecido discreto rectificar lo que han hecho ellos.

¡Cómo me acuerdo de vosotras! Sueño con que pase el tiempo y verme ahí a vuestro lado; se me hace realmente la boca agua; ¡lo ansío tanto! Adiós, adiós, amor de mi vida; que me escriba la niña, que sus cartitas me hacen mucho, muchísimo bien; abraza a madre, da recuerdos a los amigos, dime como sigue Don Manuel Segura (41) y tú no dejes de pensar en que sin cesar lo hace en ti con infinito amor y ternura tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

En las interviews y extractos de mis conversaciones y discursos hay muchos desatinos, como uno en que dicen, que no soy detractor de los toros.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 460] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

México, 13 de noviembre de 1926

Gloria mía de mi alma:

Si vieras que no tiene uno tiempo ni para hacer una visita. Embargado día y medio por la preparación de cada conferencia, el otro medio lo absorben las visitas y comisiones, y cuando hay un descanso de un día ya tienen preparada una excursión, como hoy sábado en que vendrán dentro de un rato para llevarnos a Xoximilco o sea una ciudad vieja india, lacustre, llena de canales y de la que todo el mundo se hace lenguas.

Las conferencias hasta ahora van muy bien; no se cabe en el salón, van muchas señoras y no puedes imaginarte con la atención que todo el mundo las sigue y la resonancia que están teniendo; ¡ojala tenga la suerte de mantener hasta el final el interés! Claro es, que la última parte es más empírica y no puede atraer tanto, porque contra lo que suele pensarse, lo más sugestionador para todo el mundo son las cuestiones filosóficas.

Parece un hecho que se arregla o está arreglado lo de mis conferencias en Cuba; será cuestión de 2 semanas, no más, y espero que pagarán bien; aún no me lo han comunicado oficialmente pero lo dicen de Madrid; esto como cuanto dilate el irme cáusame gran inquietud y tristeza, pero pienso que hago una obra benéfica para nuestra España y de algún provecho para nosotros y me conformo y aún alegro a condición de que el plazo no sea muy grande.

No te inquietes por la cuestión de la cátedra; por Dios criatura hazte cargo que ahora no soy yo sino que media la Junta con Cajal y Menéndez Pidal como personales intermediarios y que es imposible, totalmente imposible porque yo he solicitado desde un comienzo lo que no se ha negado a nadie más que a mí: la consideración de pensionado; por tanto son ellos y no yo quienes están fuera de lo normal. Sé que el Instituto Hispano-Mexicano, la Embajada y algunas personas por tener relaciones privadas con algún Ministro han escrito diciendo el efecto que producen nuestros cursos y la corrección con que nos producimos, no haciendo yo la menor alusión a nada político. Cabrera el físico, el que ha venido al propio tiempo que yo para lo mismo, es un amigo de Yanguas (42) y me dice que con mi proceder los he dejado en un ridículo que les avergonzará; él piensa, naturalmente, decirles luego todo lo sucedido y su juicio. Estamos muy unidos; vivimos en el mismo Hotel que no es el primero sino otro Hotel Mancera/ Capuchinas 49/ México D. F. A estas señas puedes escribirme, pero es preferible sigas haciéndolo al Instituto Hispano-Mexicano.

Creo que el 9 de Diciembre embarcaremos; si pudiera empujarse al tiempo; ¡cómo me acuerdo de ti amor de mi vida! A mi hija que sueño con verla. ¡Ah! Le han regalado un tapiz indio de Oaxaca, hecho por los indios según sus viejas prácticas que es una maravilla; verdaderamente indio; yo no me habría atrevido a comprarlo.

Hija mía, estudia y pasea, aprende bien el francés y no dejes la música para que cuando yo vuelva tengamos nuestros ratitos de intimidad musical.

Adiós; abrazos a madre a la que agradezco siempre sus letras cuando vienen; que mi hija me escriba y tú, Gloria mía y felicidad mía, recibe el amor infinito de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 461] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

México [Hotel Mancera – Capuchinas 49], 16 de noviembre de 1926

Gloria mía de mi corazón:

Anoche después de mi conferencia recibí tu carta y me apenó el comienzo triste, como te pasó a ti, al darte cuenta de la impresión que me había producido tu queja. Vida mía no te entristezcas ni te inquietes; veo que sigues dándole vueltas a lo de la Junta y mi permiso. Ni el Señor Cossío está en lo justo ni quien piense como él; sé por Don Blas Cabrera, el cual como sabes es el director del Laboratorio físico de la Junta que el parecer unánime no sólo de los elementos de la Junta sino de la gente intelectual –Revista de Occidente, El Sol, etc.– es que se está haciendo conmigo una excepción en disfavor injusta y que no tiene nombre: el que me concedan de 15 en 15 días las licencias, no es un favor, sino una manera de acentuar y subrayar el disfavor de que me hacen objeto; nunca se ha negado en tales casos el carácter de pensionado, de modo que hazle el razonamiento al Sr. Cossío a quien yo procuraré escribir, y no te preocupes ni des más vueltas a un asunto claro como la luz del día: me están tratando como a enemigo y yo no he pedido gracia sino justicia porque invoco un derecho que por ley me corresponde; de donde pues sacar que están haciéndome un favor.

En cuanto a lo del Habilitado es una atención que se tiene con todos los profesores y la agradezco pero que no tengo motivo para darle importancia por lo mismo que es usual. Te envío la autorización solicitada a nombre de Nicolás.

La Junta no me ha pedido por cable la solicitud de licencia sino por carta y como en la que me la pedía la recibí el mismo día de salir de Nueva York, no pude enseñársela hasta llegar a México; además me decía Castillejo que yo resolviese lo que debía hacer pues lo solicitado de mí por el Ministerio era una certificación de enfermo y eso estaba yo decidido a no mandarla; al llegar a México hallé la de Santuyano diciéndome lo que sabes y enseguida la redacté. Créete hijita que estoy muy sobre mi asunto y ni he retrasado 24 horas nada ni pido favor pero no renuncio, ni tomo como gracia lo que por ley me corresponde.

¡Cómo me alegro que no resultase lo de Puerto Rico! Siento haberte preocupado pero me parecía natural prever; no tengas disgusto alguno; yo ansiaba veros pero todo lo que dices está muy bien y en su punto. Esta mañana he recibido un cablegrama de Cuba invitándonos a Cabrera y a mí para dar un cursillo breve en la Universidad de La Habana; la invitación nos la dirigen los iniciadores de una Cultura Hispano-Cubana análoga a ésta que va a constituirse; hemos contestado que aceptamos en principio y les rogamos sea breve el cursillo; hemos cablegrafiado también a la Junta comunicándoselo. Como yo tengo solicitado permiso hasta fines de febrero esto me permite disponer de tiempo bastante. Nos anuncian carta y por tanto no sabemos cuánto nos ofrecerán; seguramente será una cantidad que nos permitirá ahorrar unas tres o cuatro mil pesetas. ¡Ya ves si la cosa vale la pena!

Mi curso sigue cada vez mejor; la gente no cabe; tiene que irse; dicen que nunca se ha conocido aquí un interés igual. Anteayer domingo fue la dedicada a la juventud que lleva por título “El Ideal y la vida”; estuve realmente feliz; tuvo que darse en el Paraninfo y estaba atestado; el público no pudo estar más cariñoso, hasta que al final una Señora enlutada se me acercó a darme las gracias por el bien que estaba haciendo no solo a los hijos de ellas sino a ellas mismas. La prensa el lunes no pudo publicar más que ese suelto que verás; no tenían espacio.

Estuvimos en Xochimilco; ¡qué admirable!; ¡qué original! Son tierras flotantes sobre un lago, tierras de cultivo, sobre ellas casas de indios, totalmente primitivas y labradas. Nos aguardaba una gran barca engalanada con un letrero en claveles que decía: Homenaje a los Doctores de los Ríos y Cabrera; ahí te mando un recorte y el menú. ¡Tantos banquetes! Esta noche recepción en el Club España. Y, sin embargo, trabajamos intensísimamente; apenas salimos más que para los convites; nuestras conferencias y un paseo después de cada comida; los días de fiesta los dedicamos también a excursiones.

Han llegado los documentos y vuestros retratos; ¡Qué alegría! Bendita seas hija mía por tu recuerdo; os tenía en un retrato pequeño pero este otro me alegra más. ¡Qué bien está la nena en el que le acompaña Isabelita! Os beso una y otra vez y a mi madre y hermana; ¡Gracias Gloria mía!

Adiós vida mía, abrazos a madre, mil besos a mi hija de mi vida y para ti un amor lleno de ternura de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Ahí llevas un clavel de Xochimilco; lo tomé para ti Gloria mía.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 462] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

México, 23 de noviembre de 1926

Gloria de mil alma:

Ayer, después de muchos días, llegó carta tuya con la del Sr. Cossío que me satisface porque te deja tranquila, no por la tesis que sustenta ni por las observaciones de Zulueta (43) y Alberto. Es peregrina la idea de que un profesor protestatario no pueda solicitar el ejercicio de un derecho. Esto es lo que hice desde el comienzo y si el ministro no me lo concedió, fue en virtud de una arbitraria interpretación de sus atribuciones, las cuales no se conceden incluso las discrecionales –para hacer lo que venga en gana– sino para flexibilizar la justicia; esto es hoy un axioma jurídico; y ese Sr. al negarme la consideración de pensionado abusó de su poder y me negó un derecho reconocido por la uniformidad de las resoluciones en casos análogos. Esto díselo al Sr. Cossío de mi parte.

Sigo muy bien y ahora más tranquilo porque he dominado la parte más difícil de mi programa; la que me exigía un mayor esfuerzo de lecturas y de síntesis nueva, pues no tenía notas; ahora el terreno es resbaladizo pero sé bien por donde voy. El público no puede ser más numeroso y me decían que jamás se había visto en México el que media hora antes venga la gente a tomar asiento. Hoy voy a tener una conferencia con la figura preeminente de México, Don Antonio Caso, el filósofo de aquí; está entusiasmado y emocionado; anoche una vez más me dijo: está Vd. haciendo obra de ciencia y apostolado que va a dejar honda huella. En mi seminario tengo tres señoras de alguna edad que trabajan con una seriedad admirable.

El domingo fue día inolvidable: excursión a Cuernavaca, capital del Estado de Morelos, por la maravillosa carretera empedrada que trazara Cortés de aquí al Pacífico; subida a 3.100 metros y bajada ¡a la vertiente del Pacífico! ¡Hasta 1.200 metros maravilloso! ¡Qué paisaje de grandiosidad! Platanares, ceibas, cafetales; pueblos de indios como en el XVI; escenas de piraguas en los ríos de bordes llenos de verdor; comida bajo las palmeras y árboles gigantescos; el palacio de Cortés ¡qué interés! Me acordé mucho de vosotras y singularmente de ti, alma de mi vida; no te olvido un instante y sueño con verte. ¿Recibiste una carta para mí de Inglaterra en el mes de agosto o comienzos de septiembre con un cheque de 8 libras? No olvides contestarme.

A madre muchos abrazos, a mi hija de mi corazón un inmenso amor de padre y para ti ilusión mía la ternura de enamorado de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 463] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Laura de los Ríos Giner de los Ríos

Nueva York, 21 de febrero de 1928

Hija de mi alma:

¡Con cuánta frecuencia pienso en ti y con qué ternura! ¡Tú no sabes lo que es para tu padre separarse de vosotras, porque al hacerlo con frecuencia se puede pensar que eso significa sacrificio, siendo así que sois el centro de mi alma! Tú, Ángel mío, eres el motivo de mayor ternura para mí en la vida y siempre pienso en la formación de tu espíritu, en tu carácter, en tu cultura, en nuestro ambiente de hogar. Ayer vinieron unas muchachitas del Barnard College, el mejor Colegio de jóvenes de Nueva York a decirme que el jueves 1 de marzo darán un té en mi honor. Forman ellas el grupo español: hay portorriqueñas, cubanas, mexicanas, etc. y me dijeron: dicen que tiene Vd. una niña ya casi como nosotras, y yo les contesté: y si hubiera venido mi propósito era el que fuese al Colegio de Vds. ¡Cómo trabajan aquí las muchachas! Todas quieren ser algo y no comprenden estar mano sobre mano como ocurre ahí con tantas y tantas. Ya ves lo que cuento a mamá de los negros; el sábado voy al gran teatro de ellos; me cuesta 3 dólares, que son 18 pesetas, pero ¿cómo dejar de ver una cosa tan importante de que habla Nueva York?

Ya he empezado a traducir para ti el “Bagavad Gita”, episodio religioso de uno de los poemas sagrados indios.

Los otros evangelios deben estar en mi cuartito de arriba exclusivamente con libros, estante de la derecha a la entrada de las tablas centrales; si no los encuentras toma la Biblia que está allí.

Adiós hija mía, sé siempre como hasta ahora, dulce, buena, únete siempre a tu madre y abuela, y cuida de tu alma y tu conciencia como lo más fundamental en la vida. Cuando tú hagas tus ruegos interiores, piensa siempre en que te adora tu

Padre (firmado, no rubricado)

P. S. Estas fotografías me las envía de Santiago de Cuba una de las Srtas. que conociste en el vapor.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 464] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, s. d. [29 de marzo 1928]

Fernando mío de mi alma:

Anoche desde la estación te puse unos renglones en una postal aprovechando unos minutos que faltaban para salir el tren. El jueves santo ha sido siempre para mí un día triste no sé por qué; además se reunía el estar rendida de no sentarme en todo el día arreglando las cosas del cuarto de la señorita que fue mucho, pues se hizo gran limpieza, se armó la cama, desocupé todo el armario de Laurita, le puse paños blancos en las tablas, puse el mantón verde de tapete en la camillita, vertí el tocadorcito que queda así muy mono y puse flores, además de retocar toda la casa y buscar acomodo a tanta cosa de Laurita como salió de su armario. Limpié el aparador y le puse paños limpios en las tablas; en fin, no parar y acabé muerta. Además, era mi cumpleaños, estaba triste, más que por cumplir uno más, ¡ay!, por no tenerte a mi lado, Fernando mío. Ya veo que te acordaste, no lo esperaba, y tu carta tan bonita y animosa fue la única alegría del día. Ahora me ocuparé de ella. Antes de nada te diré que llegó bien la señorita y nos ha hecho muy buena impresión a las tres, cosa esencial pues yo ayer no tenía el menor deseo de la visita y las atenciones que requiere cuando no hay gusto para nada. Laurita salió con los García Lorca que iban de mantilla; Isabelita (44) monísima. A las 8 ½ conseguí que viniera un auto pues era difícil por ser jueves santo. Nos detuvieron los guardias dos veces y tuvimos que dar un rodeo. Recogí a Laurita y fuimos las dos a la estación. Al volver cenamos y nos acostamos pronto. Las muchachas fueron a la procesión del Silencio. Esta mañana después de desayunarnos (con manteca, miel y mermelada, con sus platitos correspondientes cada uno, para tu tranquilidad) se han ido las dos niñas al Generalife. Iba Laurita muy contenta. Siendo para ella un aliciente yo lo hago todo con gusto. Haré yo menos inglés y que hablen ellas un rato francés. ¿No te parece?

Vengo de tu despacho, está tan hermoso con un sol espléndido y sereno, las rosas rojas por fuera como bordadas en el tul de las cortinas y unas pobrecitas blancas que han abierto dentro de una rama que se metió sola por una rendija. Está muy limpio y arreglado, con sus flores, pero tan solo que me apena entrar no encontrar allí a mi eremita en su retiro. ¿Cuándo volverás? ¿Qué crees tú? Por tu carta se ve a cosa gravísima. ¡Será optimismo! Aún nadie me ha hablado de que haya llegado el documento. Ardo en deseos de ver quienes firman y temo. Cuanto me cuentas es de un interés enorme y te veo encandiladete. Pobretico mío, te mereces estar contento y yo me animo y alegro de saberlo.

Ayer tarde vino un rato Leopoldo a saber de ti y noticias. Doña B[erta] también muy interesada y cariñosa. Te llevará F[ernando] Sainz lo que deseas.

Acaban de volver las niñas y Helen vuelve loca del Generalife. Dice que no se lo podía figurar. El día es soberbio y la sierra está magnífica.

¿Y ahí como estáis? Dile a Concha todo lo que te cuento. La recuerdo mucho por todo lo pasado, pero creo que se solucionará todo lo de los chicos, si no aquí tendrá la solución. A mamá vamos a escribirle. Ya os decía que anteayer tuve carta suya.

Hoy han amanecido en la acequia 40 hombres trabajando. La están limpiando como nunca de bien para profundizar el cauce. No han descansado ni jueves ni viernes santo; se ve que tienen prisa y trabajan mucho. Ya han quitado toda la barandilla y el desmonte va por delante del comedor.

Adiós, vida mía, está contento pero no olvides a tu

Gloria [Giner de los Ríos García]

P. S. Querido hijo mío: Tienes razón en decir que debemos estar contentas y que todo se va poniendo de manera que afirme y explique tu actitud, aunque nadie te puede quitar la palma de haber sido el primero. Estamos orgullosas y satisfechas; lo que deseamos es que vengas pronto. Un abrazo de corazón de tu

Mata (45) (firmado y rubricado)

Muy contenta con la Señorita. Esta mañana he estado con ella en el Generalife, le ha gustado muchísimo y se fija mucho en todo. Parece que está contenta. ¡Qué interesante todo lo que cuentas en tu carta! Adiós papaico mío, que nos escribas y estés muy contento, te adora tu

Hija (rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 465] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, 30 de marzo de 1928

Fernando de mi alma:

Te empiezo a escribir antes de que venga el correo. Veremos si tengo la suerte de recibir alguna tuya y llega el documento que me anuncias.

Antes de que se me olvide: han traído las 300 del ala, pero como no me dejaste autorización no las he podido cobrar. ¡Figúrate con la pena que las habré visto marchar!

Hoy ha amanecido la señorita un poco mal. Ha pasado muy mala noche creemos que con efecto del agua, una gran descomposición, mala cara y malestar. Por ahora no tiene fiebre, está echada toda la mañana, le puse la bolsa de agua caliente, se le ha hecho un caldo vegetal para que no tome más que eso y agua de Lanjarón, le he dado té puro y dice que está mejor. Dios lo quiera pues no quiero yo pensar si se pone mala. Ayer llevó un día de mucho ajetreo –no fue culpa mía, sino de ella que no perdonaba nada–. Por la mañana al Generalife con Laurita; a las tres de la tarde caminamos las tres al Campo del Príncipe, donde ante el Cristo de los Favores cantaron una salve. Luego quiso ver mejor la procesión y tuvimos la suerte de ir a buscarla al Realejo junto a la cuesta de Santa Catalina, la que sube al estudio de Morcillo y por allí la vimos bajar perfectamente; estaba loca con aquel escenario archipintoresco y la masa chillona de los penitentes de todos colores al sol de las tres de la tarde, con un sol deslumbrador y un cielo azul intenso. Yo comprendo que era impresionante, cuanto más para una inglesa, sensible a todo como ella. No se la podía separar de allí y miraba a todos lados, con avidez. Los balcones y el público le atraían mucho. Volvimos dando un paseo hasta el puente Verde. Se echó y se quedó dormida un gran rato sobre la cama y con la ventana y la puerta abiertas; para mí se enfrío entonces. Estas niñas que viven y viajan solas debían tener más experiencia y más precaución.

Tomamos el té a las 6 ½ estrenando el mantel de cuadros azules y con todas las de la ley, y aunque yo le dije que temía que fuera mucho para ella salir a ver la procesión, dijo que no y demostró tal deseo de verla y de ponerse la mantilla, que le arreglé mi vestido de terciopelo, le pedí una peineta grande a Berta (46) y le pusimos la mantilla grande, buena, de madre y le sacamos unas fotos. Estaba muy mona, y feliz de verse así ella y yo, pues Laurita estaba cansada y tenía que preparar el Latín para hoy, ya que no pudo en todo el día; nos fuimos a las 7 ½ a ver la procesión del Santo Entierro. La vimos en tres sitios distintos y le gustó de tal modo que todo le parecía poco para expresarlo y agradecérmelo. Yo que fui con las ganas que supondrás, gocé de ver el partido que ella sacaba de todo; es muy expresiva y agradable; dice que nunca olvidará las impresiones de ayer. Esta tarde vienen a tomar el té Miss Giebel, a quien convidé el último día de clase, y María Teresa [Martínez de Bujanda] y Fernando [Sáinz]. No te quejarás de lo que me divierto. Pero en estos días de procesiones la mía anda por dentro. No se vive hasta ver el rumbo que toman las cosas.

Adiós vida mía; no deja de pensar en ti ni un momento y te adora tu

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado y rubricado)

P. S. Llega en este momento la tuya con la de Concha que tanto agradezco. Sé que ella sabe ponerse en las cosas. Que se entere de todo el contenido de ésta pues le distraerán un rato todos estos pintorescos episodios de esta temporada mía. ¡Pero qué vale esto al lado de todo lo que contais! Se anima una con esos escritos y vuestras impresiones. Mil gracias por vuestras felicitaciones hoy. ¡Gracias que nunca lo celebro! Otras tantas a Fernandita por la copia. Deseo mucho que aquí se conozca. Llevará F[ernando Sáinz] lo que deseas. La niña no escribe porque está en la lección y se llevan ésta. Dime si has recibido mis cartas escritas todos los días.

Te envía Marinelli una fotografía de una carta de Martí (47) y un trabajo suyo.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 466] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, s. d. [2 de mayo de 1928]

Fernando mío de mi alma:

También hoy te escribo en la cama, pues tengo luego las cosas tan encadenadas que me es imposible. Son las 7 ¼ y la niña está estudiando ya en tu cama. Ayer Helen salió con González Méndez y hoy quiero llevarla a las Torres y al Secano. Pero para eso tengo que dar la clase a las niñas a las 12 ½ y salir con ella en cuanto terminemos el inglés a las 4 ½ y ya como ves no me queda un momento. Ayer a las 6 ½ la esperamos Laurita y yo y fuimos al Olimpia para que viese un día de modas. La película fue bonita: “Orgullo de raza” y pasa en la casa de los Vásquez españoles, origen de S. Francisco de California.

Me alegro que tú también fueses al teatro. Tu carta de ayer ya me explica algo más de lo que pensáis hacer ahí. Por cierto, dime a vuelta de correo, si de eso se puede hablar aquí o no: yo a nadie he dicho nada. El que tengas que volverte otra vez me ha sentado muy mal: con ello alargamos la separación del verano, en dos meses y medio y, luego, camino de América, como quien no dice nada. Las separaciones llegan a ser nuestra cruz.

Aquí reproducen los dos periódicos tu intervención con La Voz y he leído ésta. Pero como me figuro habrán puesto lo que hayan dejado pasar no me queda seguridad de que sea lo que dijeses. Es raro que lo hayan publicado en estas circunstancias. Claro que trata de todas las cuestiones menos la candente. Y también me extraña te dejen hablar a ti el primero de mayo. Mucha gente me dijo contenta que ya habían leído que venías. Eso será si el tiempo lo permite. Ayer continuó aquí el jaleo. Por la mañana sólo entraron en clase los de San Bartolomé porque si no pierden la beca. A Mesa (48) (que vino con Asunción (49) ) los metió D. F., a uno, a cogotazos, dicen. ¡Es un procedimiento para un R.! Por la tarde hubo una reunión de estudiantes y allí me dijo Oriol cuando vino que estaba el Colegio de S. Bartolomé rodeado de policía pues querían apedrearlo, y también había mucha en la Plaza. Pero no creo pasase nada, pues se hubiese sabido. La noche anterior estuvieron hasta las 2 los grupos rondando para apedrear la U[nión] P[atriótica] pero no se atrevieron, pues había mucha policía, y no sé nada más.

Que nos avises cuando llegue el muchacho cuya visita nos mandaste el otro día, pues temo que como no iba bueno le haya pasado algo en el camino.

Tantas cosas cariñosas a todos y para ti, Fernando mío, el amor grandísimo y toda a ternura que por ti siente tu

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

P. S. Dejo ésta abierta por si luego hay que añadir algo más.

Papaico de mi alma: Ya ves que esto parece que se mueve aquí un poco, aunque no sé si hoy entrarán, por lo tanto tu venida quizás no convenga, ¡qué pena! Todavía no he podido leer tu intervención en “La Voz”. Cuando tenga un momento lo haré. Te adora y te abraza tu hija que está deseando abrazarte.

Laurita [de los Ríos] (firmado y rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 467] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Los Ángeles, 24-25 de Junio de 1928

Gloria de mi alma:

Han sido los días que llevo en California días de no parar, pero aún así, vida mía ¡qué incesante recuerdo para ti! No sé si decirte esto, porque te produce el doble efecto de alegría y tristeza, según veo por tu adorable carta hallada aquí al llegar; pero por darte la merecida alegría de saber que voy por todas partes pensando en ti, recordándote, lamentándome de que no estés a mi lado para comentar contigo, lo que probablemente nunca más volveré a visitar, tengo que consentir en poner una gota de tristeza en tu alma. Mira Gloria, no te inquietes en lo más mínimo por si has hecho esto o aquello; has hecho lo que debías hacer, lo que quiero haga el día de mañana por ti, si el caso se presentase, nuestra hija; y lo que a mi vez yo deseo es que aparezca ante tu conciencia y tu corazón tan justificada mi conducta como ante mí lo está la tuya. No te preocupes mi vida; ya está terminando nuestra separación y ambos procuraremos que cuando sobrevengan compromisos cumplamos estos sin separarnos gracias a la época en que acontezcan.

Pasado mañana martes por la mañana salgo de aquí para México; ¡última etapa! y llegaré el viernes 19; me dan por una serie de conferencias –que no fijan su número– 1.500 pesos mexicanos, o sea 750 dólares; es sumamente poco, pero no pueden más porque la Universidad no tiene dinero; yo al acudir les muestro que mi interés radica en la cultura y por consiguiente es un rasgo que saben estimar; espero tener allí algunas invitaciones para dar otras conferencias en el país, que sin dilatar mi estancia, me permitan sin embargo obtener un pequeño beneficio del viaje. Hasta que llegue será imposible saber las fechas de salida de los barcos, pero desde luego te aseguro que saldré en el primero que haya en agosto y sea rápido porque los que hacen escala en Canarias y van a Cádiz suelen ser eternos. Te telegrafiaré enseguida.

Me parece muy bien que vayáis a la Sierra y acompañéis algo a Elisa (50). ¿Cómo están todos? ¿Bernardo (51) y los chicos? ¿Cómo andan de asuntos crematísticos?. Nada me has dicho de lo que te rogué: que les dieses 500 ó 1.000 pesetas para ayudarles; esas son satisfacciones que gracias a este mi destierro podemos permitírnoslas.

Envié la autorización a Nicolás y le digo que si sabe la dirección tuya y no tiene orden en contrario te envíe mi paga y en caso contrario la ingrese en casa de Rodríguez Acosta; escríbeles tú con lo que desees haga: Nicolás Sánchez Alfambra, Universidad.

No he visto sino una noticia sobre la reforma universitaria pero ignoro cómo ha sido concebida y desarrollada; nada me dices respecto a sueldos lo cual no es un buen indicio.

El viaje desde el Cañón del Colorado de interés enorme; aquello fue colosal; por cierto que al hacer las tournées con los autobuses frecuentemente hallábamos en los caminos serpientes vivas y el auto aguardaba a que cruzasen; también he visto muchísimo pájaro-mosca que es de una originalidad y atractivo extraordinario: muy pequeñín con un pico largo y puntiagudo, las alas transparentes y vuela en torno a las flores hundiendo el pico con una precisión asombrosa en el fondo del cáliz de las flores y absorbiendo de ellas o recogiendo lo que busca. En el Cañón del Colorado vi dos osos que habían sido cazados allí y en el Norte de Denver, cazan todavía alguna vez leones; yo no los vi pero días antes de salir yo de Denver bajaron de las montañas uno grande según describió la prensa.

Desde el Cañón a California hay otro desierto como el de Arizona; ¡qué terrible es y qué grandeza tiene la desolación de un desierto! Durante cinco horas a la velocidad de estos trenes, ni un hombre, ni una casa, ni una cabeza de ganado: arenales y montañas desnudas en el horizonte; el contraste con la zona fértil es brusco; junto al desierto el maravilloso huerto californiano: limonares, toronjeros, naranjales cuidados de una forma, atendidos en sus enfermedades incipientes con tal mimo como no siempre lo logran con las personas. Recuerdos por todas partes de la Arquitectura española de las misiones: estaciones, casas privadas en la ciudad y el campo, tienen el tipo español del XVII o el moderno de la casa montañosa combinada con la andaluza; es decir el patio y la solana; el balcón, el azulejo y la línea de la casa norteña. Fui enseguida a ver el Pacífico, este maravilloso mar que dimos al mundo; todo está regado de recuerdos de España y California cuida con reverencia esos recuerdos porque ella se ufana de tener una preciosa historia, como es cierto. Los alrededores de Los Ángeles son un encanto. La ciudad crece, aproximadamente, desde hace diez años, cien mil personas cada año; el Baedeker que yo tengo, el único que hay, publicado en 1913 calculaba a la ciudad 300.000 almas y ahora tiene 1.500.000 y han preparado una urbanización de alcantarillas, aguas, luz y calles como para diez millones; por las montañas se encuentran los servicios de la ciudad en espera de que llegue el que edifique. Hollywood, el famoso barrio de Los Ángeles, donde viven todos los ases de la película, es precioso; recuerda muchísimo al Limonar y La Caleta de Málaga.

No puedo estar más atendido: La Sra. López de Green –¿os acordáis? La que decía a la niña: la misma carita que su madre– ha estado extraordinaria y ayer, una familia distinguidísima, amiga suya, hizo una recepción en mi honor por indicación suya; se acuerda mucho de vosotras y habla de ti Goria mía con admiración enternecedora. El profesor de Literatura, Barja; el millonario Del Amo, que ha donado para la ciudad universitaria dos millones y medio de pesetas, se presentó a verme, me ha llevado con gran afecto y respeto dos veces a su casa, donde comí ayer, me ha paseado en su auto por los alrededores y se duele mucho de no haber sabido que yo venía para haber organizado algunas conferencias. Se muestra muy entusiasmado con mi labor en América hasta decir que considera soy el único que ha sabido enfocar el problema y que yo debería pasar la mayor parte del resto de mi vida en Norteamérica con lo cual haría una gran labor; me hizo indicaciones muy discretas en cuanto a apoyo económico que yo dejé resbalar sin recogerlas; me consultó sobre sus planes, etc. Es un hombre cultísimo, médico y cuyo inmenso capital se debe a que en las tierras que poseía en los alrededores de Los Ángeles se han descubierto más de cien pozos petrolíferos.

Aquí está Pijoan: inmediatamente de llegar vino a buscarme, muy cariñoso y tan fantástico como siempre: en su casa de Pomona he pasado día y medio con su familia; allí dormí; tiene dos hijos, la niña de la edad y estatura de la nuestra; ¡cómo me acordaba de mi hija de mi alma!; es monísima la criatura, dulce, muy mesurada; el chico, inteligente, simpático y decidido; la mujer es suiza, ginebrina, mujer de talento, muy sencilla, y sufriendo los embates del torbellino de Pijoan. Éste, con su talento y poesía indudable, su ingenuidad y saber, sigue siendo el que era, atractivo y muy difícil por las indiscreciones que comete; a eso se debe que no tenga posición académica y esté en un Colegio no de segundo sino de tercer orden. Anteayer fuimos los dos con el Sr. Del Amo a visitar una fundación de éste para la formación de sacerdotes y estando viéndola, como nos acompañasen tres jóvenes que iban a ser sacerdotes o acababan de ser ordenados y un profesor, les dijo delante de los siete: «ya saben Vds., cumplan con su tradición: humildad, obediencia... pero no castidad». ¡Imagínate como se quedarían! Era la primera vez que nos veían, nos acompañaba un anciano profesor sacerdote y el propio Sr. Del Amo, que si bien es muy liberal es un creyente practicante, ayer me decía: «¡es un hombre de valer, pero hay que tenerlo a distancia; ya vio Vd. lo que hizo ayer!». Yo lo siento mucho porque tiene positivo mérito.

Ayer recibí carta de presentación muy expresiva de Bercovici para Charlot (52); hoy le buscaré; tengo mucho interés porque todo el mundo coincide en considerarlo interesantísimo y muy culto. Mañana a las 10 de la mañana salgo para México donde estaré el viernes. Te pondré enseguida un cablegrama.

Adiós, Gloria de mi alma; a nuestra hija mil besos y que sepa que de continuo la miro en el retrato y la recuerdo; a mi madre y hermanos mil abrazos; a los niños, Bernardo y Elisa, madre y los chicos tantas y tantas cosas, y para ti, mi amor, la ternura infinita de quien vive pensando siempre en ti tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 468] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

México, 4 de julio de 1928

Gloria mía de mi alma:

Heme aquí desde el sábado, y hoy es miércoles en México; ¡otra vez sin ti! No, no puede volver a pasar esto; no puedo yo andar una y otra vez por el mundo sin vosotras; puedo hacerlo quince días pero ¡seis meses!; no, la vida la llevo ya vencida y no podemos desperdiciar el tiempo y dejar de disfrutar la felicidad bendita que tenemos; cuando no pueda ser el que vengáis conmigo si el viaje es largo renunciaré a él y si es corto y de compromiso lo aceptaré, pero esto de ahora es para ambos un sacrificio excesivo. Lo veo en las cartas que me han llegado ayer –alguna de ellas enviada a Puerto Rico–; veo que te entristeces y hasta se te ocurren cosas que ensombrecen tu conciencia y la seguridad de que nada puede suceder que por afectar a mi conducta me aleje ni ideal ni materialmente de ti, cielo mío. Gloria de mi corazón, si cada día te recuerdo más, miro más tu retrato, sueño más contigo, me parece más acendrado el amor que te tengo y que vivo para ti en justa compensación de la felicidad que me has dado; ¡si nunca he tenido un desasosiego sentimental tan hondo como ahora, ni me he sentido tan solo como en esta temporada!; si tu cariño, tu consejo, tu presencia, me son tan necesarios que me quitan el encanto de todo y me hacen suspirar de continuo por ti. No, Gloria mía, ya está todo pasado y ahora solo quiero que estés contenta y te prepares a ir a La Coruña con la nena y las niñas para esperarme el ¡20 de agosto! Lo primero que he hecho al llegar ha sido ir a arreglar mi pasaje en el primer barco que saliera el mes de agosto y por un verdadero azar –por tener que limpiar fondos–, el que había de salir el 28 de julio con lo cual no habría podido tomarlo y hubiera necesitado aguardar al 20 de agosto que salía otro–, sale el 4 de agosto; es decir de hoy en un mes. Toca en La Coruña y es el mismo barco de la otra vez, el “Alfonso XIII”; allí os aguardo, subiréis, e iremos hasta Santander; visitaremos como deseas la Cueva de Altamira si es que puede verse la parte recién descubierta; escribe a los de la colonia escolar para que se enteren; de no poder visitarse, desde Santander a Bilbao si lo prefieres, nos iremos a donde esté mi madre y allí aguardaremos hasta regresar a Granada.

Aquí vivo en una casa privada, donde dos señoras que han venido a menos, viuda una de ellas y con dos niños, me han cedido el pisito de arriba y me dan la comida; pago por todo ello 200 pesos la temporada, o sea unas 580 pesetas; es muy económico para México y estoy muy bien atendido y muy independiente; el sitio es precioso, tranquilo y sumamente despejado; las señoras muy buenas, unidas y del tipo virtuoso español.

Di a los tíos que me alegra saber estáis con ellos, en ese huerto que yo veo como asilo de paz; diles que deseo hondamente que tío Alberto se reponga y que les agradezco de todo corazón el cariño con que os acogen. Un abrazo muy fuerte de cariño para ellos y Pepe; para madre y para las niñas si estuvieran ahí. A mi hija de mi alma mil besos y para ti, Gloria de mi corazón, mi amor bendito, la ternura más profunda, los abrazos más llenos de pasión de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 469] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

México, 11 de julio de 1928

Gloria de mi alma:

Ésta será la antepenúltima carta. ¡Qué impresión me hace solo el pensarlo! Dos semanas más de escribirte y después el ¡4! el vapor: ¡16 días! ¿Te das cuenta de lo que representan las distancias y comunicaciones? ¡Aún volvías a decirme en tu última que en 20 días no había tenido un minuto para escribirte! ¡Y eso que lo hice el día que salí de Nueva York y el día que volví! Ya te lo expliqué en mi anterior.

Llevo dadas las dos primeras conferencias; explico martes y viernes pero como hay muchos profesores norteamericanos necesito apretar en mi preparación para que resulte lúcido científicamente mi trabajo; es decir, sólido. No se cabe en el paraninfo y se tiene que ir mucha gente porque no puede entrar; el publico muy bien y creo que las conferencias dan la impresión de seriedad y arquitectura que deseo tengan; como esto se incorpora a la Escuela de Verano no sale casi al periódico pero ahí van dos notas una de ellas muy mal redactada, la de la primera y sin dar idea del ambiente de la sala y del cariño con que me acogió al entrar y al finalizar.

Los amigos muy extremosos; olvidé decirte que el día primero comí en casa de D. Adolfo Prieto y sacaron Champagne para brindar por nuestra felicidad y por ti; ¡son personas que no sabe uno como corresponderles! Y lo mismo el Dr. Perrin y la de D. Andrés Fernández a quienes llevé ayer retrato y recuerdos de Ronda; los agradecieron mucho y quieren que ahora para completar el traje lleve a la nena un sombrero; me alegró mucho porque son preciosos y verdaderos objetos de arte.

El domingo hice una excursión con D. Adolfo Prieto y familia y un grupo de jóvenes; no recuerdo otra igual; ¡qué maravilla! Fuimos a la ciudad de Tasco, a 165 kilómetros de aquí, para la cual no había caminos hasta hace tres o cuatro meses. Es un pueblo colonial con un pequeño grupo blanco y lo demás indiada. El camino es grandioso: montañas, bosques cerrados cuyos árboles se cruzan a través del camino, pueblecitos de bohíos como en la época precolombina; escenas de interés sumo entre los indígenas, bosques exóticos como el de los manglares o el árbol del mango, valles de dimensiones insólitas y por todas partes admirables casas españolas del XVII y XVIII de piedra y ladrillo. Volvimos a las 11 de la noche y habíamos salido a las 8 de la mañana. Tengo tantas invitaciones que hasta hoy ni un solo día he tomado en la casa la comida del mediodía; el sábado por ej. estuve comiendo en la Venecia india, en Xochimilco ¡la ciudad sobre el lago! ¡Qué poesía tienen aquellos canales casi solitarios donde sólo se ve la barquita de la india que lleva las mercancías a vender por los canales! ¡Cómo me acordé de vosotras! Viene Gómez Morín y debo terminar.

Adiós mi vida; que mi hija de mi alma sepa que pienso en ella constantemente. ¡Qué no dejéis de llevar las niñas a Galicia con vosotras! A madre, los tíos y Pepe mil cosas de cariño; y para ti, amor de mi alma, mil y mil extremos de cariño apasionado de quien sueña con estrecharte, tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Desde Coruña en un auto iremos a Santiago a ver el Pórtico de la Gloria; hay tiempo; tenedlo apalabrado ¡valiéndote de Terneiro!

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 470] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

México, 19 de julio de 1928

Gloria mía de mi alma:

Te he puesto un cablegrama –mejor dicho, lo he enviado a Laza suplicándole que te lo comunique– para que estés tranquila y he aprovechado el enviarlo para adelantarte la fecha de embarque y llegada. El asesinato del Presidente electo, General Obregón, ha causado una sensación profunda, pero no un dolor de igual intensidad, y políticamente puede ser germen de grandes complicaciones para el país, más hasta ahora todo está sereno. Se suspendió mi conferencia ayer martes día del crimen, y espero darlas viernes y sábado para no perder fecha. Quiero que sepas, porque veo insistes en la conveniencia de que desembarcara en Cádiz, que hace un año se ha interrumpido la línea de México a Cádiz y no se reanudará hasta fines de septiembre. He tenido una suerte tan grande en lo del vapor, que debió salir el 28 de julio, y para limpiar fondos se detiene hasta el 4. Los vapores a España son cada ¡22 días! y me importaba mucho irme en uno de ellos porque me hacen rebaja del 40% o sea 250 pesos menos, es decir, 700 pesetas de rebaja.

El sábado estuve invitado en casa de la familia del Sr. Flórez Magón; ¿te acuerdas?; el matrimonio con dos hijas, una ya muy pollita y la otra niña, que estuvieron en la casa y aun canturrearon algo popular. La casa que tienen es hermosísima, casa propia, llena de objetos ricos y algunos de gusto. Hubo muchos jóvenes y ellas y ellos cantaron y bailaron cantos y bailes populares. resultó muy interesante. El Domingo iré con ellos al campo; a las cuevas de Cacahuamilpa; en ello invertiremos el día.

Te mando esta tarjeta en la que al dorso ha escrito el famoso Mr. Morly, el principal excavador y descubridor de cuanto concierne a la civilización maya, la fecha de mi nacimiento en maya. Es muy simpático y estuvo conmigo sumamente extremoso; comimos juntos días pasados en el banquete que el Ministro de Instrucción Pública ofreció a los profesores extraordinarios; presidía el Subsecretario de Instrucción Pública y yo estaba a su derecha y a la izquierda el famoso Conde Xaroly, el que fue Presidente del Consejo en Hungría. El 29 domingo iré a Morelia, en cuya Universidad daré dos conferencias el 30 y el 31; me abonan viaje, estancia y 500 pesos, o sea lo que me cuesta el ir de aquí a España; se disculpan de no poder hacer más por falta de medios, pero es bastante y sobre todo no quiero en eso hacer nunca reparo alguno, ni tener la menor exigencia; el bien que pueda hacer con mi palabra y consejo no debo subordinarlos a razones materiales.

¡Qué impaciencia tengo estas últimas semanas! Es la excitación del preso. Me parece un sueño que voy a veros y estrecharos. Los retratitos vuestros recibidos ayer están preciosos; ¡qué mujer está mi hija! A ti no te encuentro más gruesa, sino muy bien, muy plantada y muy guapetona.

Adiós alma mía; a madre y los tíos muchos cariños míos; a nuestra hija el apasionado y constante recuerdo de su padre y para ti, mi Gloria, la ternura llena de amor de quien sueña contigo tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 471] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, s. d., 1929

Fernando mío de mi alma:

He recibido esta mañana tu telefonema disculpándote por no haber escrito. ¡Pobretico mío! No te preocupes cuando no puedas pero ya sabes lo que me alegran tus cartas y escríbeme siempre que te sea posible. Me alegro muchísimo que pasases el día en el campo, deseo que me cuentes algo de lo que hablasteis.

De aquí no hay nada que contar. Dicen que los estudiantes entrarán en clase. Deseo mucho ver qué es lo que pasa en otros sitios y sobre todo ahí. Hoy publica El Defensor la carta de M[enéndez] Pidal y la contestación de Primo tan anodina y tan poco deferente. Pero esta contestación es la prueba más evidente de que aquello no le ha escocido lo más mínimo y por eso publican juntos los dos documentos como hace El Defensor y me figuro que otros periódicos.

Ayer tarde vinieron los Mesa y Leopoldo. Se va Oriol más temprano y para que se lleve ésta no puedo seguir.

Mil cosas a todos y el alma con todo tu amor para ti de

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 472] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1929

Gloria mía de mi vida:

Ha llegado Bernardo y me dice cuanto ahí ocurre de irregular y al propio tiempo la tranquilidad con que pasó el día de ayer, y la imposibilidad de continuar atemperando nuestra actitud a lo que ahí ocurra; ya es excesiva la pena que me he impuesto por pura delicadeza.

¿Habéis leído la nota de anoche y esta mañana? ¡Qué manera de maltratar a la Universidad y de menospreciar al profesorado! No comprendo como después de eso puede haber quien vacile en la actitud que debe adoptar. Y luego dicen que somos antipatriotas a quienes motejamos las cosas de casa. Nadie ha hecho contra la Universidad española una acusación como la que formula ahora el Gobierno. ¿Conocéis el famoso soneto? ¡Es extraordinario! Él mismo lo recibó –Primo– y lo envió a La Nación. En el acróstico, como veis, dice Primo es borracho; enseguida quisieron recoger la edición y pagaban a diez pesetas el número. Todo Madrid lo tiene y él se tira de los pelos. He visto a Joselín (53) hoy y han entrado a verle 40 chicos y chicas que le han llevado dulces, mermeladas, frutas, etc.; Concha algo más entonada.

Yo pienso ir el domingo por la mañana pues el sábado como en casa de Cabrera (54) con el Dr. Perrin y lo deseo.

¡Cómo me alegro de que estéis contentas y serenas! Dime si pasa algo; háblame procurando enterarte de todo.

Adiós, abrazos a madre, mil besos a la nena y para ti el más profundo y hondo amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. He almorzado en casa de José María González; muy cariñosos.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 473] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, s. d., 1929

Fernando mío de mi alma:

Acaba de llegar tu telegrama y me quedo muy tranquila sabiendo llegaste ya de un viaje que me tenía preocupada por lo solo y fastidiado que irías. Por la noche, que estaba rendida y completamente mareada de sueño, se me metió en la cabeza que debía haberme marchado contigo estos días. Tantas cosas pensamos que no pensamos en ello sino en el caso de ir a otro sitio, solo y no por voluntad propia.

Después de escribirte vinieron Palanco y Basols; me dijeron que habían buscado apoyo pero encontraron todas las puertas cerradas. De ello no me dijeron nada, muy afectuosos y ofreciéndose para todo y encargándome te saludase. Hoy ha venido L. García en el mismo sentido muy afectuoso. Ayer tarde Berta, cariñosa pero naturalmente sin una palabra que indicase aprobación (no así su esposo). Fui un rato a casa de Dª Berta; está muy caída, triste y están con ello preocupados sus hijos. Me da mucha lástima de ella. Me ha traído el muchachillo de las Llaves una carta de felicitación a tu actitud de un Sr. Garcés de Motril. Ha llegado una del doctor que tú querías que viese a Concha que deseaba verte ahí, por eso no te la envío; otra que conocerás de Royo Villanova (55) renunciando a su puesto de la Sociedad para el Progreso de la Ciencia, que ya conocerás ahí. ¿Qué habrá hecho con su cátedra? Y una carta que circula mucho por lo visto de Unamuno, terrible.

Se lleva ésta Oriol.

He tenido la visita del prof. Bouvier, que me ha quitado la tarde.

Tuya con el alma

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmada, no rubricada)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 474] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, s. d., 1929

Fernando de mi alma:

Ayer te quedaste sin carta mía por no tener un momento libre. Con la forastera es una relleno de la vida que algunos momentos es ya fatigoso: ayer a la vez tenía que preparar las cosas del té, atender a María Teresa (56), acudir a sacar dinero para una cuenta, vestirme y sacar unas cosas para la noche todo esto con el tranvía que teníamos que coger para llegar, sin haberlo podido hacer antes, por no parar desde que nos levantamos de la mesa. Volví de clase a las 12 ½ y di la lección a las niñas hasta la 1 ½; comimos; vino el tío de Isabelita, leí un rato inglés con la Srta. (nada de las dos horas, ni una palabra de francés con Laurita, pues yo ya lo he dicho varias veces y ella no saca la conversación, no tiene una carácter para cobrarle en lecciones, si no sale de ella). Tomamos el tranvía de La Zubia donde venían las otras tres inglesas y fuimos al Jardín del Arzobispo. El día era maravilloso, todos los frutales en flor, verdaderos bosques, los campos de un verde chillón brillante incomparable, el cielo azulísimo y la sierra soberana. Disfrutaron de todo y yo con una mezcla de pena por no tenerte, Fernando mío, y pensando si al fin tendremos que dejar esto. No le veo arreglo dadas todas las disposiciones que se están publicando sobre traslado de matrículas. ¿Qué harán ahora ante el bofetón de la carta de respuesta a M[iguel] P[rimo]? Cada vez quedan peor. Aquí creo que hay un mar de fondo con los que firman y no quieren firmar. El director de Insti[tuto] como eran éstos muchos ha firmado por el Instituto. ¡Y se quedaron callados! Estaban que bramaban, pero no dicen que ellos no firman. En la Normal habrán firmado todas, a mí ni me lo han dicho. A M[aría] T[eresa] le trajeron la hoja, sin atreverse el hombre casi a decírselo; se la enseñó, la leyó, vio que todos los inspectores y todos los maestros y maestras firmaban, y la devolvió sin decir nada. Por cierto que está muy preocupada, con resquemor por si debió no aceptar lo de Toledo, que se le ofrece sin concurso y acceso saltando por otras más antiguas y que quisieran ir. No sabe qué hacer, yo le dije que hablase con su marido y éste contigo. ¿Qué crees tú? Verdaderamente es algo de claudicar a última hora. ¿No te parece? ¿Has leído la renuncia de la cátedra de De Buen? Te la ha mandado y está bien. Si no la conoces te la enviaré.

Mil cosas de cariño. Me están esperando la niña e Isabelita para llevarse ésta para que no se quede hoy sin ir también.

Con toda el alma llena de amor te abraza tu

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

P. S. Todo está tranquilo. Entran en clase hasta los tuyos. ¡Así es el mundo! No te podrías ya venir.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 475] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, s. d., 1929

Fernando de mi vida:

Después de enviada al correo la mía de esta mañana llega tu última carta tan llena de problemas que me dejan atontada. Tengo que moler mucho todo eso, pero por lo pronto te pido que no te precipites a hacer nada ni tomar ninguna determinación. El hablar las cosas conmigo no esa que vaya a hacerse lo que yo piense sino que tú mismo al buscar razones para convencerme descubras otros puntos de vista y aclares, profundices más en el tuyo propio.

¿Por qué aprende uno tanto, si no, y en tanto mejor las cosas, con las cuestiones y o preguntas erróneas de los alumnos?

La idea de la Universidad libre me parece preciosa; pero no la veo tan fácil como tú, sin duda porque me faltan datos de como podéis fundarla.

1º) En primer lugar creo que ahora no darían permiso para esa fundación que es una protesta y como un reto a la Universidad oficial; me dirás que así nació la Institución, pero entonces no teníamos un dictador que tiene anunciado que puede cerrar los centros privadas y cuando más no permitir su apertura.

2º) Que el número de los alumnos que se buscasen para aprender sería muy escaso al lado de los que acuden a la Universidad para aprobar, y que por tanto en el aspecto económico le ocurriría lo que le ha ocurrido a la Institución.

En cuanto a nuestra ida a Madrid como te decía el otro día creo, efectivamente, que ésta va a ser la ocasión forzosa. Pero no creo de ningún modo que debamos precipitarnos a perder lo único fijo que tenemos que es lo que hace falta para los gastos también fijos de cada mes y que tanto cuesta lograr. Esa excedencia por un año, no sé en qué condiciones es. Si es conservando aquí mi puesto será distinto a quedar para tomar la primera vacante que hubiese en cualquier parte.

Sabes que al fin y al cabo siempre quiero lo que tú, vida mía, desees y que encontraría razones para convencerme de que lo contrario sería lo mejor.

Con toda el ama te adora

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

P. S. Me envían los R[odríguez] Acosta los resguardos de lo del librero y les he acusado recibo.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 476] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Málaga, 25 de marzo de 1929

Fernando mío de mi alma:

Hoy me he quedado más apenada que nunca; será seguramente uno de los días que recuerde yo con más tristeza, sobre todo por ti al verte marchar tan solo, tan contristado por las noticias pesimistas en cuanto a las gentes y grupos y al ver aparentemente terminada una etapa de la vida, hasta con el aditamento de la obra del jardinillo. ¡A veces, que importancia sentimental adquieren cosas secundarias! Subí a tu despacho y he llorado como una tonta yo sola allí. Lo he recogido todo lo del bureau y lo he cerrado; me he bajado la manta y el paraguas. ¡Ahí queda todo esperándote, Fernando mío! Tu despacho será siempre tu despacho y este paréntesis –sólo paréntesis y corto– no dejará en él huella ninguna. Pensemos en la cantidad de salidas que tienes, en la cantidad de recursos en ti mismo, en la mente que nos acompaña y en lo unidos que vivimos en todo, y lo demás al lado de esto no supone nada. No te preocupes por mí; ya esta tarde estoy mucho más animada; la carta de Concha, que por media hora no has visto, me ha animado más con su optimismo. En fin, todo será una pesadilla y volveremos pronto a la normalidad; y si no volviésemos a éste, será a otra normalidad y como no se sabe dónde está lo mejor ni cuál es el camino más acertado no lamentarse es lo más adecuado. Yo sólo sufro ahora pensando en tu estado de ánimo, no sólo por tus cosas sino por cómo encuentras las ajenas, por lo que oigas y veas. Sé que te quedarás moliendo por todo ello y el no poderte tener al lado se me hace muy duro. Si al menos hubiésemos podido quedarnos juntos. ¡Cuánto más llevadero sería todo!

Hasta ahora han venido que yo sepa Cerón y el tío de Isabelita. Oriol me parece que ya está en el despacho. El forro de la alfombrita que estaba poniendo esta mañana quedó terminado antes de comer.

¡Qué larguísimo se te va a hacer el viaje! Será un ritmo insoportable; luego irás muy solo y eso me contraría. Que me escribas y cuentes cosas, que yo te vea animado. Así como hay quien, donde quiera que vaya o a lo que quiera que haga, lleva la desgracia, nosotros llevamos en nosotros mismos la felicidad. ¿Qué más podemos desear? ¡Que no te vea yo caiducho!

Adiós, Fernando mío, mil cosas de cariño a todos, otras mil de madre y Laurita por si no les da tiempo a escribir, pues quiero que ésta salga hoy sin falta y te lleve todo el cariño inmenso y el recuerdo constante de tu

Gloria Giner (firmado, no rubricado)

P. S. Papaico de mi alma: pocos momentos después de irte llegó carta de tía Concha, contando todas las cosas. Que encuentres todos muy bien y que nos escribas pronto. Te adora tu

Hija (firmado y rubricado)

Ha estado Campos Aravaca con unos libros portugueses que se ha vuelto a llevar. López Dóriga (57) ha encargado a Oriol te saludase muy especialmente.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 477] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., [28 de marzo de 1929]

Inolvidable Gloria de mi alma:

Ésta la lleva Miss Newson y por eso no salió anoche; la escribo en la mañana del día de tu cumpleaños con el alma llena de tu recuerdo y amor por ti. Quiero que estéis contentas y os distraigáis y salgáis con Miss Newson; todos los motivos son de satisfacción, porque ayer ha sido ya enviado a provincias el documento que firma el profesorado de aquí en su inmensa mayoría –Menéndez Pidal entre ellos– y aunque tarde se hará perdonar la demora por lo enérgico, terminante y acusador de sus términos; a mí me ha parecido realmente muy bien. Hoy te lo enviaré.

Hablé ayer con el Dr. M (58).; quería consultarme sobre un asunto político de suma importancia: dos sectores políticos de opinión diversa, uno de derecha y otro de izquierda, quieren hacer un documento común de afirmación republicana y tres o cuatro afirmaciones sustanciales de contenido. Quería saber si me parecía bien este acto conjunto de direcciones diferentes; le expliqué las razones por las cuales me parecía muy bien y las condiciones en que debían ser salvadas y expresadas las discrepancias y las coincidencias. Para que te des cuenta de la trascendencia de lo que se va a hacer, te diré que desde los hijos de Maura, hasta los de Ossorio y Gallardo y de otra parte Marañón, Pérez de Ayala, Jiménez de Asúa, Sánchez Román y la mitad del profesorado de aquí firmarán el documento; dará la sensación al país que las viejas familias que han nutrido a la monarquía se retiran y la dejan con las raíces al aire; prácticamente será un modo de preparar el ánimo del país para la República. Diciéndole yo a Marañón algo de eso, me contestó: ya le referiré cosas que prueban que en el propio Palacio se da por liquidada la Monarquía.

He sabido algo que confirma eso; es una absoluta y comprobada veracidad: hace cuatro días, al entrar en la habitación del Rey la persona encargada de ello, como acabara de salir Primo de R[ivera] y se hubieran oído las voces destempladas de uno y otro, halló al Rey demudado, blanco, y los tinteros vertidos sobre la mesa; el Rey dijo: «a ese hombre voy a tener que hacerle salir conducido entre alabarderos». Ya comprenderás a qué punto ha llegado la tirantez; es más, anoche nos dijeron al Sr. Cossío y a mí, que ha ido a Zaragoza y Barcelona para intentar con ambas guarniciones un nuevo alzamiento pero dirigido éste contra el Rey; no habiendo hallado ambiente en Z[aragoza] ha dado la nota de anteayer, deprimido y anunciando se irá.

Como ves el ambiente está más preparado que nunca para hacer grandes cosas.

Así como anteanoche cené en casa de B[ernardo] y allí estuvieron los Flores, Justino, Alberto y la familia de A. Flores y hablamos mucho y lo pasamos muy bien, anoche cené en casa de Palomares asistiendo los García del Real, B[ernardo] y E[lisa], y Manolo Varela; fue un rato muy agradable y de gran intimidad; todos me felicitan y se alegran de que haya hecho en las condiciones que me crearon lo que hice. Se cree que no tramitan ni aceptan las renuncias por lo mismo que están dispuestos a deshacer lo hecho. Menéndez Pidal a más de suscribir el documento del cual te hablo, ha juzgado que tenía el deber de mandar una carta privada de protesta al Presidente y así lo ha hecho en términos muy enérgicos.

Ya comprenderás que todo es para estar contento.

En cambio lo del partido es la suma desdicha; hoy vienen unas declaraciones de Saborit (59) en Zaragoza que me dejan frío y comprendo den lugar a toda clase de conjeturas enojosas. Cada vez veo con más claridad que no puedo estar en la directiva.

Adiós voy al tren para entregar ésta a la Srta.; que estéis contentas y paseéis; que la niña salga mucho con ella y tome el sol y el aire y descanse.

Entre mis carpetas de notas, las que había sobre la silla y puede que hayan vuelto a ser colocadas sobre el Bureau, hay una, que aproximadamente dice: Notas sobre el constitucionalismo español en el siglo XIX, o España en el siglo XIX; ¡que no se te olvide, por favor, dárselas a F. Sainz!

Adiós de nuevo; abrazos a madre; a mi hija de mi alma mil besos y para ti el enorme amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 478] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, 5 de abril de 1929

Fernando mío de mi alma:

Ha llegado la tuya con las copias que ya tenía desde ayer, menos el telegrama a Ortega. No hay duda de que el ambiente está cargado. La carta es terrible, a veces dégoûtante; pero quizás sea el lenguaje más comprensible para muchos, más sin duda que la del amigo que tuvimos en Ginebra que se quiebra de furia. Uno no podía escribir así, pero no es malo que haya quien tenga también ese estilo. Lo de Inglaterra muy bien, aunque, por desgracia, fantasea al final.

Me dice Oriol –que sigue viniendo pues me dice te pidió permiso– que ayer pusieron en libertad a Labella (60). ¡Qué temporada el pobre y tan inofensivo como es! Lo de sus compañeros de carrera me llena de satisfacción; ya comprenderás que no solo por el hecho sino porque las consecuencias que pudiera tener sería un cohete para ciertas personas.

Me han traído la paga. ¡Con qué emoción la he recibido acaso la última, una cantidad tan bonita y ganada con tanto placer como fruto! ¡Es una pena! Pero no hay que pensar en ello. ¡Adelante! ¿Cobraste las 300? Dime cuando quieras que te gire.

Ahora se ha dispuesto que se provea la cátedra acumulada en las Normales al distrito universitario que aquí es la de Geografía. Podría yo pasarme a ella para estarla desempeñando si vacase la de Madrid; pero es mérito preferente la antigüedad (he de ver como estoy) y quizás me favoreciese el que mi título lo tengo como profesora de Geografía, que desempeñé un curso antes de pasar a Historia. Podría cambiar como te digo y ahora me exigiría mucho más trabajo preparar la otra asignatura. La solicita una hermana de Luis Esteve que creo es imponente y una Canalías que será un elemento perturbador por lo extravagante.

Llegan mis cuatro inglesas al té y te dejo.

Mil cosas de cariño y gracias a Concha (61) con toda el alma por su carta.

Te adora y sueña contigo tu

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, pero sin rubricar)

P. S. Un abrazo con toda el alma de tu hija que te adora.

Laurita [de los Ríos Giner] (firmado y rubricado)

Que pena que sea un poco soez el escrito de Unamuno y que el de los monárquicos sea apócrifo.

Adiós padre adorado.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 479] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 6 de abril de 1929

Gloria de mi alma:

Ayer no te escribí porque anduve todo el día muy ocupado: almorcé en casa de Alberto (62) con Mr. Bouvier quien me dijo que te había saludado y me encargó sus recuerdos; hablamos mucho de cosas interesantes y quedó en buscar entre los papeles de Amiel (63) lo que hubiese sobre Don Julián (64) acerca del cual me han encargado un libro.

Después nos quedamos Alberto y yo charlando y llegó Américo; de nuestra conversación surgió la idea de crear un grupo universitario con carácter libre que pudiese ser el germen de una Universidad libre, acordamos trasladarnos inmediatamente a casa del Dr. Hernando –persona tan inteligente como simpática– profesor de la Universidad; absolutamente de acuerdo con nosotros, nos pusimos al aparato del teléfono y citamos para las ocho a seis profesores más; todos acogieron con entusiasmo la idea y hemos quedado en volver a reunirnos mañana. Almorzaremos en casa de Américo, Morente y yo, y planearemos el sentido y base para llevar ya algo concreto. Es el propósito anunciar los cursos enseguida para recoger la masa estudiantil; es bonita la idea, ¿verdad?. Hablaré de ello hoy con el Sr. Cossío.

Cada día veo más claro –¡y mucho tanto!– que necesitamos liquidar nuestra vida de Granada; tu carta ayer diciéndome eso mismo me proporcionó el goce enorme de comprobar cuan unidos estamos; sí, esa es una ciudad de alma fría de la que debemos ya desprendernos para darle a nuestra hija un medio más suyo, más homogéneo, más respetuoso y culto, y tener nosotros más dedicada nuestra atención a lo que nos interesa en la vida de la cultura. Es posible que pasemos alguna estrechez los primeros años, quizás solo al comienzo, pero después tendremos una posición como la de ahí económicamente, y más halagadora espiritualmente. Debemos tener hecho el ánimo a trasladarnos en octubre a ésta; ¿no lo piensas tú también? Por lo pronto pedirías licencia y después la excedencia por uno o dos años según me dice Santuyano.

He hablado con todos los íntimos respecto a mi ida a América; vamos a aguardar quince días antes de decidir, pero se inclinan a que no renuncie a ir, puesto que desgraciadamente no hay nada político organizado, y en cambio eso me permite ganar lo que necesitamos en un año; la consideración es de mucha monta; aguardemos no obstante dos semanas antes de decir la última palabra.

No se sabe una palabra de lo que el gobierno va a decidir sobre las Universidades; se ha envuelto en el silencio, y nada contesta ni aún a escritos violentísimos que se le han presentado. Por Dios, que la niña no trabaje con exceso y tome el sol; me preocupa mucho ese ángel que es el Centro de nuestra vida.

A madre muchas cosas; a la niña mil besos y saludos a Miss Newson y para ti, alma mía, el corazón lleno de amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 480] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, 14 de abril de 1929

Fernando mío de mi alma:

¿Qué pasará hoy? Quizás nada, quizás mucho. Aquí ha salido a las 10 un aeroplano con proclamas para que vayan a firmar. La nota de los periódicos con las amenazas para los que intenten algo y permiso a los otros para que defiendan es cosa inaudita.

Ayer aquí entraron en algunas clases. En 3º sólo en Lógica y en los demás cursos de Derecho muy pocos. El hermano (65) de Asunción creo que se burló de los que entraron diciéndoles que iban todos a echar un cigarro pues aquello ni era clase ni nada parecido y que como ellos habían de tener miedo de salir, que algo habían de hacer. Uno se levantó diciendo que no tenía miedo ninguno y él contestó que sí lo tenían, que hasta el mismo lo tenía y no se atrevía a salir entonces porque les iban a pegar. Que si tenían miedo allí que los llevaría a un sitio más seguro, etc., etc. Hubo batalla de tomates, a Torres L. (66) lo pusieron perdido y luego le refregaron el traje con un pedazo.

Ando muy deprisa pues vienen a comer a medio día Manolo, Paz y Manolito.

Que me tengas al corriente de lo que se sepa de J[oselín], no lo olvido ni un momento, ni a los padres. Léeselo siempre.

Estoy levantada desde las 7 ½ en que se fue la señorita de excursión a la sierra.

Las muchachas se van a misa y han aprovechado para echar ésta, para luego no hacerlas salir otra vez.

Me dijo O[tero] que siguen los chicos dándote vivas y llamándote su rector.

Ya te avisaré cuando creamos prudente vuelvas. Mientras tanto seguiremos teniendo paciencia y sin olvidarte un momento con mi recuerdo lleno de amor y ternura para ti.

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

P. S. Madre me dice tantas cosas para ti. Es gracioso como salta como una fiera cuando se trata de defender algo tuyo. Deseo que me digas qué impresión te hizo lo de La Nación.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 481] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 15 de abril de 1929

Gloria mía de mi vida:

Aún no ha llegado carta tuya, pero ayer recibí y no pude escribirte porque me absorbieron la mañana jóvenes estudiantes entre otros el que estuvo en Granada.

Siguen aquí todos los días las cargas y detenciones; ayer cogieron a 14, entre ellos a Juanito Medinaveitia el hijo de Antonio, a un hermano de Margarita la del primo Manolo y a una joven de la Residencia que se llama Téllez y a la cual han enviado a un Convento de un pueblo.

La cárcel ofrece un aspecto interesante y nuevo: ayer nos quedamos sin entrar todos los que fuimos juntos: Américo, Carmencita, Luzuriaga y su mujer, F[ernando] Sainz y yo, porque la cola era tal –para recoger el volante necesario– que, cuando dieron las 5, hora en que termina la estancia en el locutorio, aun no nos había llegado el turno: artistas, escritores, profesores, muchachas universitarias del Instituto Escuela, señoras, etc., y aún en los locutorios alegría, animación. La pobre Concha pasó muy mal rato anteayer cuando fuimos al locutorio porque es el de doble reja y tiene un aire realmente imponente. Los tratan muy bien, juegan cinco o seis horas a la pelota y tienen celdas de medio pago; las de pago están solas ocupadas; pueden tomar libros.

En este momento llegan Salo y Fernandita: la Srta. que estuvo en Granada fue también detenida y a los muchachos detenidos les han maltratado en la Dirección General de Seguridad -¡qué infamia e indignidad! Ayer me dijo F. Sainz que a Don F. lo habían llegado a atar los estudiantes y a tirarle de la barba, ¿es así?

Zuloaga a quien vi días pasados me ha dicho que quiere incluirme en un gran cuadro que está haciendo de los de su tiempo y que para ello posaré un par de tardes en mayo.

Adiós mi vida; ¿y mi hija de mi alma? ¡Cómo deseo abrazaros! A madre mil cosas, besos a la niña y a ti mil y mil de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 482] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, 21 de abril de 1929

Fernando mío de mi vida:

Empiezo a escribirte esta tarde aunque hoy ha salido la mía de ayer que se quedó sin echar esperando a O[riol] que no vino. Fue la razón lo ocurrido con el Ateneo, de lo que te he mandado hoy un recorte. ¡Qué obsesión! Ya hicieron lo que tenían entre ceja y ceja. Qué suerte que todo esto y lo de las detenciones de tus alumnos haya sido en tu ausencia. Al menos que esto no te lo cuelguen. Demos por bien empleado nuestro alejamiento y miremos adelante. Si esto sigue así sin acabarse de un modo u otro podríamos ir pasado el 20 de mayo hasta el 3 de junio en que empezarán los exámenes pasados los tres primeros días de fiesta de Corpus. Madre podía si quiere, quedarse ahí para irse con los tíos a Nerja y luego iríamos nosotras, bien en la primera bien en la segunda mitad del verano. Si se pudiese arreglar lo de que fuese Helen con nosotras, sería la solución para el inglés de Laurita. Ya iremos viendo como se desenreda esta mañana.

Conocía el soneto. ¡Es colosal la cosa! Esta tarde quiero ir a ver a los padres del Nono (67). Deseo saber cómo reaccionan. No se comprende después de las últimas notas que sigan todos en la misma actitud.

Con las vecinas no hemos vuelto a hablar de los sucesos. Sé cómo razonan y más vale no hablar aunque me da pena que la madre lo haga como si fuese de la redacción de la Gaceta.

Al amigo que estuvo en el Sanatorio, no le hemos visto el pelo ni una sola vez ni a su afán tampoco. Todo el mundo anda con el rabo entre piernas y huido. ¡Qué gusto poder llevar tan alta la cabeza!

Dile a Concha lo que le agradezco su carta. ¡No sabe ella bien lo sentida que la tengo en el alma y el cargo que me hago de todos sus sentimientos! ¡Si le consuela escribirme que lo haga sin reprimirse lo más mínimo que el ánimo está ahora más dispuesto a escuchar lamentaciones que cosas gratas! ¡Cómo me compensa el no tenerte aquí, Fernando mío, el que estés acompañándoles esta temporada! Siempre ocurre algo bueno dentro de lo malo.

El día está malísimo; oscurísimo y diluviando con viento fuerte. Todo está desconectado.

¡Con cuántos motivos pienso en ti durante el día! Esta mañana me acordé con el baño (tanto te gustaba a ti), después de varios días de no haberlo hecho y de haberme bañado con un poco de agua durante la estancia de la señorita para que diese tiempo para que se llenase el suyo. ¡Qué poco has disfrutado tú esta gran mejora! Salió el agua muy clara y tanta que me cubría. La leña pequeña de tu despacho sirve muy bien, pues dura el rato que se necesita.

Adiós, vida mía, está contento y no te preocupes por nosotras que estamos bien. Laurita sigue comiendo mucho y trabajando con entusiasmo.

Te adora y solo vive pensando en ti tu

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

P. S. Madre me encarga siempre mil cosas.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 483] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 27 de abril de 1929

Gloria mía de mi alma:

Llegan hoy dos cartas tuyas: ¡Bendita sea vida mía! Pero no te quejes de mí, pues te escribo sin falta un día sí y otro no; ya comprendo que mejor fuera hacerlo a diario pero hay días que en pour-parler y reuniones no paro. Hay tantas cosas de que ocuparse y hablar!

Las muchachas presentan un escrito al Presidente del Consejo, declinando el honor que les hace exceptuándolas del régimen de castigo creado para los estudiantes; le dicen que no se trata de una cuestión de galantería sino de justicia y que quieren permanecer solidarizadas con la Universidad y sus compañeros. La Asociación de Estudiantes Hispano-Americanos le ha presentado otro escrito contundente: Hemos venido de América a formarnos en las Universidades españolas; le hablan del sacrificio de sus padres, etc., para tener un título que según se ha dicho al mundo no sirve de nada; ¿cuál es pues nuestra situación?, le preguntan.

Ayer y anteayer ha habido gran redada de estudiantes, deteniendo unos 18; esta noche es de esperar que aumente mucho el número de los detenidos pues piensan hacer una gran cencerrada. Os envío una invitación porque es graciosa.

Hoy tenemos reunión en la Revista de Occidente y me ha invitado Ortega; es de íntimos “selectos” a la gran escritora Victoria Ocampo. Ortega está muy cariñoso conmigo y me cuenta cosas de gran intimidad e interés. Su curso es de un enorme éxito, va lo mejor de Madrid en escritores y señoras; Elisa (68) va mucho con la mujer de A. Flores (69). El salón con 400 sillas se pone atestado y siempre quedan de pie muchas personas.

Comprendo tu vacilación; yo también dudo mucho y con frecuencia, pero me parece indispensable aguardar a ver si se consolidan las situaciones, no por lo que me pueda pasar sino por lo que a los demás pueda ocurrir.

Basols volvió ayer a verme y ha firmado este escrito último en que se comprometen a no dar clase ni tomar su cátedra en tanto haya uno que sufra sanción; está muy bien y con gran sentido de las cosas. Me ha contado la escena de los estudiantes llenando de denuestos terribles a los profesores que entraron a clase después de conocerse la nota oficial contra la Universidad y catedráticos: dice que los profesores entraban con la cabeza baja y que fue algo inolvidable. Me explico que A[ntonio] M[esa] esté triste pues internamente deben estar avergonzados de sí mismos; además, de sobra comprenden que han perdido autoridad moral y no la recobrarán fácilmente. One speak from many interesting things; there is the possibility of a change; perhaps it will be necessary to wait not more that several weeks; do not speak you about that.

De Joselín hay la impresión de que tal vez salga la próxima semana; ¡ojalá!. Esta mañana fui a verle; también vino Bernardo; no sabes lo que Concha y él lo agradecen. Anteayer estuvieron los niños y se alegró él enormemente.

A mi hija de mi alma que su carta me da enorme alegría; pasead lo que podáis; pronto iré y pasearemos juntos, ¿verdad?.

Como no había otro papel he usado este, pero felizmente no hay más luto que el de mi alma por no teneros conmigo Gloria mía. Abrazos a madre; a nuestra hija mil besos y para ti mi vida el amor infinito y tierno de quien ansía estrecharte, tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 484] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Nueva York [The Porto Rico Line, S. S. San Lorenzo], 27 de junio de 1929

Gloria de mi alma:

Ayer por la mañana llegamos después de un viaje feliz y hoy estoy ya metido en el vapor que me ha de llevar a Puerto Rico.

¡Cuánto, cuánto os recuerdo! ¡Cómo de continuo ante este Nueva York cada vez más juvenil y hondamente sugestivo recuerdo a mi Gloria y a mi hija de mi alma! ¿Cuándo podré venir con vosotras?

Se llevan el correo del vapor y ayer entre aduana, permiso de salida, arreglo del billete, etc., no hubo materialmente tiempo ni aún de dormir.

Adiós corazón de tu esposo y pedazo de alma de su padre; a las dos os estrecha con infinita ternura contra su corazón vuestro

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Envío ésta a Miss Temple y os ruego le digáis tantas cosas en mi nombre.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 485] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Río Piedras [Gobierno de Puerto Rico. Universidad de Puerto Rico], s.d., julio de 1929

Gloria de mi corazón:

¡Qué alegría el llegar vuestra carta desde Inglaterra! ¡Qué alegría también al ver el efecto que os ha hecho el país y la casa en que habéis sido alojadas por Mrs. Temple! Eso es lo que yo quería que vieseis; eso fue lo que yo viví en Inglaterra cuando por primera vez fui y lo que no se olvida nunca, porque es el refinamiento con un mínimum de ostentación. En ese camino puede hacer mucho el modesto, el humilde y lo ha hecho en ese país. Lo que llamamos nosotros, los discípulos de tío Paco (70), gusto inglés es una traducción de eso que habéis vivido. ¡Cómo me alegra que tú que tienes tanta habilidad y jugo para absorber y darte cuenta hayas al fin visto y vivido lo que tanto ansiaba yo que vieseis!; ¡y qué placer para mí haberos arrastrado con mi insistencia meditada y justificada a que hicieseis ese viaje, y mi hija de mi alma sintiera la sacudida inglesa, que es la más fuerte que se puede sentir dentro de Europa. Eso es una civilización insular con muchas singularidades; no conocerla es ignorar una de las que más influyen hoy en la vida del mundo. Poner atento el oído que pronto llegaré yo para gozar con vosotras y estrecharos mil veces [...] ¿Cuantas horas y dónde habréis acampado al fin? Ardo en deseos de saberlo.

Incluso ha sido conveniente que vayáis sin mí porque es la forma única de aprender a viajar y conocer las dificultades.

¡Ojalá ya hayas escrito a Madariaga!, a quien envié mi primera carta: Prof. in the University – Oxford.

Sudo muchísimo pero no adelgazo porque como bien. Esta salud mía es una bendición de Dios. Doy mis dos clases seguidas, hablando sin cesar, descanso al volver – 11 ¼ de la mañana, hasta las 12 ½ en que almorzamos y después a las 17 ½ me pongo a trabajar hasta las 7 en que cenamos. Después charlo, paseo, a veces voy al cine o a alguna casa y me acuesto a las 10 ó 12, levantándome a las 6 ½ para tomar la ducha, estudiar un rato, desayunar e ir a la Universidad.

Mañana sábado y pasado domingo estoy invitado y me llevarán de paseo por la isla.

Ahora mismo he terminado el trabajo para Seligman; he pasado ocho días sin levantar cabeza, pero he quedado bastante satisfecho; son 15 hojas como ésta pero escritas solo por un lado.

Mira hijita, deseo que escribas a tu directora diciéndole que no podrás ir a examinar, a menos que considere absolutamente necesaria tu presencia; tal vez pudieras preguntárselo y solicitar de ello autorización verbal; ¿qué opinas? Es preciso agotar ahí hasta el último momento la estancia, por la niña, por ti y por mí, que debo aprovechar el tiempo para estudiar bien las muchas cosas que merecen ser vistas y meditadas. Desde 1919 no he ido a esa y esto acompañando a Herculina, de modo que no pude estudiar nada. La estancia en el poder de los laboristas abre muchas interesantes interrogaciones.

El día 14 termino y el 15 embarco pues tengo la suerte de que hay vapor. En Nueva York tendré que estar unos días, pero serán los menos posibles. En este instante me entran otra carta tuya, de España, ¡del 28! Veo que no te das cuenta de que Nueva York a ésta son cuatro días de navegación y cinco fechas.

¡Si vierais cuánto tipo interesante de razas hay aquí con la colaboración de negros, indios y blancos!

Adiós vida mía. Mi Gloria de mi alma, no te olvido, no; sueño contigo siempre y con inmenso amor te estrecha tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Hija mía de mi corazón: ¿Estás contenta? ¡Ves, hijita, como estaba justificada la tenacidad con que tu padre quería llevaros a esa! Sueño con unirme a vosotras; ya tarda poco; calculo que para el uno o dos de septiembre estaré ahí. Trabaja, observa y diviértete unida a tu madre irremplazable y cuando puedas asociad a R. M.(71) a vosotras. Te adora y besa mil veces tu

Padre (firmado, pero no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 486] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

San Juan de Puerto Rico [Gobierno de Puerto Rico, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras], 24 de julio de 1929

Gloria de mi alma:

A mí también me angustia que no tengáis noticias mías en tanto tiempo; me extraña que de casa no os hayan enviado mi cable o la noticia de él. Ahí están cartas enviadas a Madariaga, a R. Mª. y a Rubén (72); ¡ojalá estén en vuestro poder! Qué enorme alegría me causa el leer vuestras cartas y sentirlas llenas, exactamente de las impresiones que preveía iba a produciros Inglaterra: serenidad, exquisitez, originalidad, heterogeneidad y audacia reformista perfectamente conjugada con moderación. Todo eso constituye la profundidad de ese país. El ver además que estáis tan animosas para el inglés me alegra mucho; es una lengua terrible en su fonética e imprecisión, pero tú por tus enormes condiciones y la nena por su edad lo venceréis pronto; yo aquí enteramente no tengo ocasión de hablar porque con mis clases, preparación y trabajos no me queda tiempo en nada.

Ayer separé el pasaje de vuelta. ¡Qué satisfacción! El 15, en el mismo barco que me trajo vuelvo a Nueva York; me detendré, como os decía, unos días y en los primeros días de septiembre estaré con vosotras; ¡me parece mentira! Aun cuando todo el mundo es muy cariñoso y atento y las clases son un enorme éxito, a mí me pesa más hondamente cada día esta soledad. Además tengo la inquietud por hacer mis libros, los que tengo meditados y preparados.

Pasado mañana doy mi conferencia pública primera. Tengo muy pocas ganas de hacerlo pero es preciso algún acto; ésa es por invitación de la Cultural y me pagarán 200 ó 225 dólares; la otra es a los estudiantes y como es natural gratis.

Quiero ir el sábado a la montaña; iré con tres amigos; serán dos días de descanso.

Adiós vida mía, amor de mi vida; sin cesar te recuerda y estrecha contra su corazón tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Efectivamente para mi vuelta conviene estéis en Londres y p. ej. en esa pensión conocida ya. No me has dicho cuanto os cuesta ni como vais de dinero.

Hija de mi corazón:

Gracias por tu carta de hoy, carta extensa llena de alicientes para tu padre porque en ella veo las impresiones que causa Inglaterra y lo mucho que te está gustando. Aprovecha, mira y goza hija mía de todo. Esa ha sido mi preocupación en tu educación: procurar proporcionarte una visión amplia, humana, que es decir compresiva y después que tú te formes la más refinada cultura posible. En esto tu madre te ayuda mucho; yo, desgraciadamente, mucho menos de lo que quisiera por lo que me absorbe mi trabajo.

Hasta pronto hija de mi alma. Con inmenso cariño y ternura te besa mil veces tu padre.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 487] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

San Juan de Puerto Rico, 2 de agosto de 1929

Gloria mía de mi alma:

¡Una vez más tengo el dolor de leer tu carta sin que hayas recibido carta mía! ¿Se te ocurrirá escribir a Madariaga o Helen para decirles que estabas ahí? Si así no fuera habrías necesitado esperar a la segunda que la mandé a R. María (73).

Esta misma la mando a una dirección que ya no es la vuestra y a causa de ello me deja intranquilo porque veo que ha de peregrinar y retrasarse antes de llegar a poder vuestro. Deseo vivamente saber cuál es la pensión en que hacéis nido y así tener la firmeza de donde me aguardáis. Cuando recibas ésta deberás haber suspenso el envío de cartas a P[uerto] R[ico]; mándala a Nueva York City – University of Columbia – Sr. D. Federico de Onís – Philosophy Hall, Room 5004, D. F. de los Ríos.

Bueno, me parece muy bien cuanto haces y te veo desde aquí afanosa e inquieta. Aguárdame ahí en Londres; yo os cablegrafiaré día de llegada; ¡qué ganas tengo Dios de mi vida de verme ahí con vosotras!

Ayer llegó a ésta el cable diciendo que a Ortega y a mí, a Jiménez de Asúa y Sánchez Román y Valdecasas nos habían aceptado la renuncia: ahora mucha serenidad, nada de lamentar, ablandándose con ello el espíritu, lo que se ha estimado que se hacía por deber y a aguardar trabajando el día de la reposición. ¡Cinco años, no lo olvidemos, estuvieron tío Paco y todos los demás! Aquí la prensa, muy cariñosa, ha venido y quieren varios periódicos publicar su protesta.

He recibido carta aérea de México en que el Director de El Universal se disculpa y me ofrece como a Ortega 200 pesetas por artículo; ni que decir tiene que acepto.

Aquí me han hecho indicaciones para explicar todo un año pero he declinado. Cuanto os diga de cómo está la juventud conmigo es poco. Ahí lleváis unos sueltos sobre mi primera conferencia pública.

La excursión a la montaña del Yunque inolvidable: es la única selva tropical que queda en P[uerto] R[ico] y no hay en Cuba ninguna como esa: helechos gigantes cuyo tronco mide seis o siete metros de altura; palmas reales y ceibas forman la base del bosque, pero después entre árbol y árbol se forma una maraña vegetal y los propios troncos se convierten con su musgo de cuatro dedos, en asilo de plantas preciosas que echan sus flores rojas de veinte centímetros de largas, como llamas, y que resultan una maravilla de color. No hay un centímetro de suelo que no esté cubierto; el sol no entra en el bosque; y en la noche el ruido de los insectos y de los sapos –los Cocú– de notas cristalinas hacen del bosque una pura nota; son millones de sonidos; ¡qué prodigio inolvidable! ¡Cómo os recordé!

Ahí van esa fotografías.

Adiós Gloria, mi amor, mi ilusión; sueña, así ¿lo oyes? Sueña con estrecharte y besarte con todo su amor tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. ¡Hija mía de mi alma! ¡Como me alegra que vayáis a tantos museos, asistáis a tés, y estés conociendo un mundo nuevo! En cuanto a los internados de ahí, si se encuentra uno que te satisfaga plenamente y no te importa quedarte en él unos meses para concluir de aprender inglés, entonces nosotros y mamá sobre todo, haría el sacrificio sentimental de dejarte; pero si no es a gusto tuyo, no. Hija mía, dentro de un mes escaso estaré con vosotras. Te abraza y besa con toda la ternura de su inmenso cariño tu

Padre (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 488] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García y a Laura de los Ríos Giner de los Ríos

San Juan de Puerto Rico [Gobierno de Puerto Rico, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras], 11 de agosto de 1929

Gloria de mi alma e hija de mi vida:

Ésta es la última carta desde Puerto Rico y la penúltima que recibiréis pues salgo el jueves. ¡Qué alegría tan honda! Y he aquí sin embargo la complejidad de las cosas: al despedirme ayer de la clase, me sentía impresionado por el enorme respeto y cariño que me han mostrado. Cuanto os diga es poco: los jóvenes han publicado un periódico casi todo él dedicado a mí; hoy Domingo han organizado los estudiantes una fiesta en mi honor y de continuo hacen cosas filiales: ayer a las ocho de la mañana, dos jovencitas discípulas, de las mejores familias, vinieron a traerme dos piñas exquisitas; otro me mandó ayer una caja preparada con café molido para mamá porque me había oído decir la pasión que tenía por el buen café. Pasado mañana martes daré una conferencia con proyecciones sobre “Tres ángulos del alma andaluza: Sevilla, Córdoba y Granada”. La doy gratuitamente y a beneficio –es de pago la entrada– de los niños de tres instituciones benéficas, una municipal, otra protestante y otra católica, que son las existentes. Se me ocurrió por la enorme miseria que hay y la cantidad de niños tuberculosos; este ofrecimiento mío causó una grande impresión y todo el mundo aguarda que sea un acontecimiento. Me presentará en el teatro el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia.

Siguen llegando invitaciones de Cuba para que vaya a dar una serie de conferencias. No acepto nada que me retrase el acercarme a vosotras y recogerme a trabajar; pero las dos grandes agencias mundiales Associated Press y United Press han cablegrafiado a todas partes, la aceptación de mi renuncia, la invitación de profesores y alumnos en Puerto Rico para que me quedase un año en la Universidad; las invitaciones de otras culturales y Universidades y mi declinación; porque me parece no os dije la invitación que aquí me hicieron y de la cual se ocupó la prensa: tengo el recorte.

Hace muchos días que no recibo carta vuestra, y estoy sin saber donde habré de dirigirme. Cuando llegue a esa y donde debo dirigir mi carta; esta inseguridad me es enojosa.

Os dejo porque tengo que leer y calificar todos los trabajos de la clase; menudo esfuerzo final.

Felizmente estoy muy bien; el jueves por la mañana di mis dos conferencias y después por la noche la segunda parte, para los estudiantes, de la que comencé con el título “La vela en el horizonte”; fue un éxito muy grande.

Adiós mi mujercita del alma y mi hija de mi vida; sueño con veros y entretanto os estrecha contra su alma vuestro

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 489] Carta de Gloria Giner de los Ríos García a Fernando de los Ríos Urruti

Granada, 15 de septiembre de 1929

Fernando mío de mi alma:

No tuve carta tuya ayer y nada puedo contarte desde la mía de ayer mañana. Me quedé como en el vacío sin tus noticias. Te empiezo a escribir aún en la cama pues luego no tendría tiempo antes de la hora en que hay que echarlas. Lauri está estudiando en tu cama mientras. Es increíble el afán que tiene el angelito y lo bien que va teniendo la cosas.

Vinieron a almorzar los primos y te recordamos mucho, ¡Fernando mío! A las 4 ½ se fueron padre e hijo a los toros y aquí quedó ella. Le enseñamos la fotografía, las muñecas, cosas antiguas, etc., y se pasó el rato hasta las 6 en que nos fuimos las dos a casa de Dª Teresa Simancas que ella deseaba visitar y yo tenía que ir hace tiempo. A las 7 ella se fue y yo me vine. Laurita fue en el auto con los G[arcía] Lorca al Generalife y Helen salió a las 7 ½ de la mañana con los González Méndez para la sierra; vino loca, la excursión dice que es un maravilla pues se ve toda la sierra solo con el último valle por medio.

Dicen que la manifestación no fue nada, solo la plaza del Carmen no llena de gente en su mayoría catetos.

En lo alto de la fuente de las Batallas amaneció puesto un papel que decía: “Abajo el burro de Callejo (74)”. A las 12 lo vieron los guardias y cuando había ya mucha gente en el paseo se pusieron a quitarlo y se llenó la placeta de estudiantes y público que se regocijaba con la escena; tuvieron que poner unos tablones y al fin lo alcanzaron.

Está la fachada llena de rosas; los jardincillos como nunca de bonitos; está esto hecho un sueño.¡Si no tuviera una un pesadilla! ¿Cuándo podrás volver? No lo sé, pues es tan vago esto de tranquilizarse, puesto que ha habido alternativas. Hoy y mañana creo que no hay clase pero abundan los chicos que hoy sí querían ellos y que pensaban sí y si no había profesor explicar ellos mismos.

Se me ocurre en este momento y lamento no se me haya ocurrido antes que sería indispensable dieseis un puesto a F. Sainz en esa Universidad. Es una reivindicación, creo yo que se cae por su peso y una satisfacción para los pobres que tantas amarguras llevan pasadas, el verse distinguido así. Hay que pensar que su persecución ha sido como la de ninguno. ¿No te parece?

Me llevo yo misma al correo ésta sin que haya nada que contarte. A las 12 me esperaban Helen y Conchita y las llevé a los Jerónimos que le ha interesado mucho. No había un alma en la Plaza de la Universidad, que estaba cerrada. Nosotros sí hemos tenido clase y tendremos mañana. Estoy muy fastidiada sin haber tenido hoy tampoco carta tuya. Hoy la esperaba con impaciencia.

Ya sé que ahí todo fue normalidad perfecta. Aquí sólo apedrearon La Gaceta del Sur anteanoche.

Se recibió tu adhesión al banquete de R. C.

Recibieron una caja de puros del Gobernador que fue muy discutida.

Mis cosas a todos. No olvido a ninguno y a ti te adora y te abraza mil veces con el alma tu

Gloria [Giner de los Ríos García] (firmado, no rubricado)

P. S. A Joselín no sabemos como escribirle. ¡Le diríamos tantas cosas! Pero no sabemos por si no es discreto. Decidle de nuestra parte cuanto queráis. No lo olvidamos, ni un instante, ni a Concha, pobrecilla, dejamos de considerarla.

Me voy a llevar al cine a Helen. Esto de no llevar a Lauri me puede mucho, pero no quiere y no insisto.

[Nº 490] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1929

Gloria mía de mi alma:

Ayer me supo a muy poco vuestra carta; no es queja vida mía, sino un modo de decirte el afán y alegría que me causan.

¡Con qué ansia aguardo el conocer lo que los estudiantes hagan!

Tienen aquí el recelo de que en provincia no se comporten como el caso exige y yo participo de esa duda.

Ayer estuve con Viñuales y Alfonso G[arcía] Valdecasas; éste, Torres López y otros dos han hecho un documento fuertísimo protestando del acto del rector de Salamanca adhiriendo corporativamente la Universidad al homenaje del 14; es posible que les irrogue perjuicios ese documento. ¿Sabes algo de Labella (75)? Me alegraría conocer su situación.

Ahora para los catedráticos de provincia que han firmado el documento llega un momento de importancia: consideran suficiente lo hecho y permiten el cierre de la Universidad de Madrid, quedan muy mal porque es poco; creo que necesitarían decir lo que yo dije: que no se reintegrarían al ejercicio de sus funciones en tanto no se reintegre a la Central en su estatuto. Granada muy bien de firmas; siento lo de R[odríguez] Acosta, por él, pues ahora va a quedar muy clara la linde y el día de mañana han de venir represiones.

Continúan apareciendo documentos interesantes: os incluyo esos que como veis son del mayor interés internacional... Ahora resulta que no hay copia del documento francés que suscriben altas personalidades; ya os lo enviaré. La carta de Unamuno demasiado fuerte y con un párrafo soez; el resto patético a veces.

Trabajo mucho en la “Guía Constitucional”; creo que será de gran interés y novedad.

Hoy voy a charlar con Ossorio que me ha llamado al teléfono; quiere que dé la conferencia y así lo haré puesto que están permitidas.

Que me escriba mi hija de mi alma.

No dejes de pagarle a Oriol.

Adiós alma mía; os envía toda su alma llena de ternura tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 491] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García y Laura de los Ríos Giner de los Ríos

Madrid, 2 de enero de 1930

Gloria mía de mi vida e hija mía:

¡Qué alegría confusa la de hoy al verme reintegrado en mi cátedra! Me ha dado tristeza el pensar la poquedad de lo conseguido políticamente, y me consuelo con lo logrado en el orden ideal. ¡Hemos cumplido con el deber! Ojalá y en el decurso de la vida siempre pueda decir otro tanto; me da seguridad en mi mismo el sentirme fuerte en mi ideal y fuerte al pensar que tu aliento y el de mi hija adorada no me faltan, sino que me acompañan en toda empresa noble, aunque sea de sacrificios; ¡qué suerte más enorme!

Hija de mi vida ¡qué alegría con lo de tus exámenes! Muy bien, muy bien, recibe mil besos de tu padre; no sé cuando podré dártelos pero me imagino que muy pronto, pues tal vez tenga que irme el sábado a esa sin poder cumplir con los del Norte.

Ayer fue día de quehaceres grandes y de visitas constantes.

Hoy no cesa de venir gente y ahora mismo tengo que dejar ésta.

Llega ahora mismo vuestro telefonema y han venido de Valdecasas, Antonio, Segura y varios estudiantes.

Adiós con toda el alma llena de alegría os estrecha vuestro

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Lo de Fernando Sainz se hará enseguida, ya tiene la nota el Duque de Alba.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 492] Carta de Fernando de los Ríos a Gloria Giner de los Ríos García y a Laura de los Ríos Giner de los Ríos

Madrid, 30 de enero de 1930

Gloria mía e hija de mi vida:

¡Cuánta necesidad tengo de veros a mi lado y oír tu parecer Gloria mía! Todo sigue turbio, profundamente turbio. Hoy hemos tenido una reunión del Comité del partido y del de la Unión [General de Trabajadores] y hemos coincidido en la apreciación del hecho grave que ayer sometieron a nuestra deliberación algunos elementos. Esta tarde vamos a redactar un manifiesto al país.

Aun no hay Ministerio y se hace difícil su formación pues Cambó acepta y pide tres Ministerios, pero el General La Barrera en nombre de la guarnición de Cataluña pone el veto a Cambó. De otra parte, Gabriel Maura no acepta si Cambó no entra, y Sangro también pone como condición la inmediata convocatoria de Cortes... No se ve la solución, pues, aún, pero el Rey logrará una concentración palatina.

Recibo noticias de Asturias sobre lo de los Ateneos muy favorable; solo aguardo la solución de esto para comunicarles fechas que procuraré sean lo más próximas unas de otras.

Adiós Gloria mía; adiós hija de mi vida; dad a madre un abrazo y decidle cuánto me alegro que haya llegado bien.

Os estrecha contra su corazón vuestro

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 493] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Oviedo, 13 de febrero de 1930

Gloria de mi vida:

No tengo tiempo para nada: pero quiero poneros dos letras. No cabe más respeto, cariño y entusiasmo que el despertado aquí por mi llegada: catedráticos, estudiantes y pueblo. Anoche en la Universidad fue extraordinario el gentío y la manifestación: ahí lleváis periódicos.

El martes por la noche llegaré a esa; ¡me parece un sueño!

Creo que deberíais ir a Moreda, porque si va gente a la estación es muy enojoso, o desentenderme de vosotras o desentenderme de los amigos.

Adiós. Esta noche, así como mañana, pasado y traspasado tengo conferencia: el domingo mismo salgo para esa, deteniéndome en Madrid no más que el lunes.

A madre abrazos; mil besos a nuestra hija el alma y para ti la adoración de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 494] Carta de Fernando de los Ríos a Gloria Giner de los Ríos García

Oviedo, 15 de febrero de 1930

Gloria de mi vida:

Estoy muy contento; ha salido lo de aquí tan bien que pocas veces recuerdo haber quedado más contento. El público se ha conducido tan maravillosamente y con tanto cariño que me deja impresionado. La manifestación de anoche después de la conferencia fue de varios miles; había también señoras y señoritas.

Ahí lleváis recortes.

Salgo esa tarde para Gijón y hoy a las 3 los estudiantes me dan un “Café de honor”; da gusto verles enardecidos.

Adiós. A madre mil cosas; llegaron vuestras cartas de Bilbao, a nuestra hija del alma mis besos y para ti Gloria mía la adoración y el amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 495] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 2 de julio de 1930

Gloria mía de mi vida:

Ya va quedando menos para estar con vosotras; ¡lo ansío tanto!

No te he hablado nada del pobre Señor Rubio: está mejor y creen que, sea para bien o para mal, tardará en resolverse. El pobre señor Cossío a su vez está en cama con su catarro, lleno de temores respecto de sí, y en casa de Alberto a causa de la obra de la Institución.

Alberto irá conmigo parte del camino pasado mañana: él a Málaga y yo a Granada. Es la vez primera que voy a entrar solo en la casa y he de extrañarlo mucho.

He escrito a Leopoldo diciéndole que iré a comer con él pero que dormiré en casa.

Aquí comienza a apretar el verano pero por las noches refresca mucho; con frecuencia vamos al cine Goya, que está muy agradable.

Ha venido Fernandita; Concha se impresiona mucho al verla marchar.

Manolo se fue ayer a la colonia.

No he vuelto a ver a Bernardo; hoy lo he llamado tres veces; se va a Alicante y desearía abrazarle; veremos a ver si lo logro.

Ayer tuvimos reunión del Comité del partido y veo con tristeza su absoluta falta de visión del problema político nacional; adoptaron una resolución, con mi voto en contra, que cuando sea conocido por el país va a causar el peor efecto. Ya hablaremos de ello; ahora es asunto reservado.

Todos muy bien en casa y C[oncha] mejorando.

Mil recuerdos a tía D[olores], a madre muchos abrazos; a nuestra hija la adoración de su padre y para ti mi Gloria el amor hondo y apasionado de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 496] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 26 de julio de 1930

Gloria mía de mi vida:

¡Qué insulsa me resulta la vida cuando me faltáis vosotras!

Anteayer y ayer no te escribí; estuve sin levantar cabeza trabajando para Calpe a fin de presentarle clasificados por tamaños y asuntos las mejores obras existentes en inglés y alemán sobre las disciplinas que les he propuesto; después de hacerlo y tachar, etc., volverlo a copiar. Les he dado 110 títulos de obras modernas, y he tenido muy buena impresión al hablar hoy con uno de los gerentes. Ellos piensan que se resolverán a hacer y encomendarme lo que les he propuesto. ¡Veremos a ver qué sueldo y condiciones me ofrecen! Pienso ahora a menudo de cuantas formas y modos se plantea a las personas situaciones en que mostrar su competencia o ineptitud; he ahí un caso nuevo para mí, como lo fue días pasados –y no puedes imaginarte cuanto me impresionó– el presidir las sesiones del Ateneo. Realmente la vida cuando se llega a tener un prestigio es una dificultad constante o más bien un motivo de preocupación si se tiene sensibilidad moral.

Calpe ha comprado la editorial “La Lectura”, de modo que ahora para las cosas escolares –para lo de tu libro– habrá que entenderse con Calpe una vez que hagan el traslado y reanuden sus publicaciones.

Ha llegado tu tarjeta. Es verdad; Andalucía es hermosísima y causa impresión el pensar romper con ella; yo quiero creer que vamos simplemente a aflojar los lazos, y que esto tiene muchas compensaciones.

Concha está desde anteanoche con un ataque de hígado; fue muy fuerte pero felizmente le ha pasado. La pobre ha quedado postrada y rendida; mamá se desvive y la atiende constantemente. No quiso que se avisara a Fernandita pero ésta se ha enterado y ha venido. Comprendo ahora muy bien que Concha se impresione al verla salir, ya a su casa y como persona independiente con otro hogar que el de sus padres; ¡es serio y penoso ese ritmo de la vida!

Felizmente parece haber pasado el ataque pues no le ha repetido.

¡Qué hermoso estará eso! Deseo que vuelen los días para llegar a estar con vosotras en ese rincón de paz.

De lo mío nada nuevo.

Adiós; abrazos a madre, mil besos a mi hija de mi alma y para ti el hondísimo amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 497] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 28 de julio de 1930

Gloria mía de mi vida:

Ayer no te escribí, fue el día de la publicación de los Reales Decretos sobre oposición y concursos. Después de una tan lenta elaboración ha salido una verdadera papa. Por lo que a mí se refiere me someterán a un Concurso-oposición, con dos ejercicios, el primero dedicado a hacer explicar en un máximo de dos horas la obra científica llevada a cabo por uno, y el segundo a explicar durante una hora la labor de cátedra y conclusiones sacadas de la propia experiencia. El Tribunal lo compondrá el vocal ponente, Gascón en este caso, el catedrático de la Universidad de Madrid –en este caso Posada– y el académico de Ciencias Morales y Políticas que designe la Academia.

El Sr. Cabrera me dijo que hoy hablaría con Tormo, a fin de que no deje de llevar mañana a Consejo de Ministros el asunto mío. ¡Ojalá! Pues si así no fuera habría que aguardar otra semana. Ya te diré por telegrama o bien no se trató nada, o se trató y resolvió favorablemente.

Hasta que esto no se resuelva no puedo contestar a los amigos de Granada. No debo irme sin dejar todo presentado.

He recibido de Ginebra, impresos, mis folletos sobre Le problème agraire en Espagne. ¡135 francos suizos! Es decir, 270 pesetas. Hoy he pagado la cuenta de Granada de la telefónica: 61,65 pesetas. Excuso decirte que ni aún para pagar esto tenía y me han prestado aquí lo que me faltaba; las 70 pesetas las enviaré a Macorrita cuando reciba mi paga.

No pienso imprimir más cosas sino presentarlas tal y como están.

He pedido a Granada notas mías, a Oriol; pues también puede presentarse la obra en curso de investigación; presentaré lo preparado para la Historia político-social de España en el siglo XIX y para la España política del siglo XVI.

Ayer estuve en casa de tío Alberto; muy cariñoso como siempre, me enseñaron vuestras cartas, reiteraron que estabais en nuestra casa, etc. Tío Alberto se extingue en el silencio y con una dulzura ejemplar. De nuevo tía T[omasa] acoge a Carmen la del Sr. Cossío para que éste se tranquilice y pueda continuar así unos días –no está bien de salud–. Realmente tía T[omasa] es de una virtud excepcional; pocas personas serían capaces de derramar en torno a sí tanto bien en fuerza de abnegación.

Concha está ya bien del ataque pero ha quedado muy rendida. ¡Cuántos dilemas tiene esta pobre criatura!

Estoy también soñando en irme con vosotras; ¡qué hermosísimo debe estar eso! Hoy especialmente el día es aquí muy fuerte de calor; ayer fue mediano.

Con el alma entera os abraza y te envía todo su amor tu

Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)

P. S. Hija mía de mi alma. ¡Si vieras qué comezón tengo por irme y hacer a vuestro lado esa vida de intimidad y paz! Yo gozo mucho hablando contigo de las cosas que la vida plantea, porque a veces me apena el pensar si influiré poco en la formación de tu espíritu, no obstante ser eso la mayor preocupación de mi vida; y me digo, si me ocupo tanto como me preocupo. Disfruta y trabaja. Te envía toda su ternura tu padre

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 498] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 31 de julio de 1930

Gloria mía de mi vida:

Han sido días de inquietud muy honda y ayer estaba tan disgustado que preferí no telegrafiarte hasta hablar con Morente que estaba fuera y llegaba anoche. Se ha demorado la resolución del asunto. El Ministro vio oposición en el General Marzo y en Argüelles –los mismos que se opusieron a lo de Fernando Sainz– y creyó conveniente rehuir la batalla. Le ha dicho a Morente que está tan interesado en ello como él mismo, que es optimista, pero que le parece la táctica mejor subdividir el asunto e insistir en los próximos Consejos; es lo mismo. Es lo mismo que hizo con Fernando Sainz.

La primera noticia por conducto de Sangro(76) me llegó de otro modo y me dejó aplanado; ya me he rehecho, me fastidia profundamente el aplazamiento pero una vez planteado el asunto creo dificilísimo que lo echen abajo porque sería una campanada. Además no hay medio de deshacer el acuerdo de la Universidad, y los dictámenes del Consejo de Instrucción Pública.

Sin embargo, siempre insisto en que mientras no vea el concurso en la Gaceta y nombrados los jueces que con arreglo al nuevo R[eal] D[ecreto] han de juzgarme no estoy seguro. He pasado ayer un mal día, muy entristecido; ¡me acordé Gloria mía tanto de ti, del influjo que ejerces sobre mí en casos tales! Luego fui rehaciéndome y hoy con las nuevas noticias y las seguridades morales que ha dado el Ministro me he quedado tranquilo.

Trabajo mucho y saldré de aquí el 4 por la noche, para salir el 6 de Granada según me escriben.

Volveremos de la excursión el 14 y ese día ó el 15 estaré con vosotras. ¡Lo ansío tanto!

Adiós; es tarde; abrazos a madre; a nuestra hija mil besos para ti el amor apasionado de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Concha está ya bien de su dolor; lo del ojo igual.

Se irán enseguida al Lozoya.

Anteanoche llevé al cine a los recién casados y los niños.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 499] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Granada, 6 de agosto de 1930

Gloria de mi vida:

Aquí estoy en nuestra casa, vacía, empolvada, extraña para mí por estar todo recogido, y después de desayunar, escribiéndote en el comedor. Esta noche saldremos para la tierra. Ayer almorcé y cené con Leopoldo, y por la tarde estuve en casa de Pepe Segura. Te creo enterada de la muerte de Don Manuel en Almuñecar donde están todos; yo envié enseguida expresivos telegramas a Antonio (77) y Pepe. Lo he sentido hondamente; tú sabes que lo quería mucho y además que sentía una íntima gratitud por el modo cómo a nosotros tres nos juzgaba.

Pepe Segura ha venido porque uno de sus hijos se puso gravísimo; ayer estaba fuera de peligro.

Hoy me invitaron a almorzar Pepe R[odríguez] Acosta y los Berriz pero les dije que me quedaba con Leopoldo. Por la noche ceno con F[ernando] Sainz y M[aría] T[eresa].

Estuve en casa de los G[arcía] L[orca], pero no contestaron a las insistentes llamadas. Decidles que bajamos el 15 ó 16 y nos iremos en el autobús de línea. Ya ellos respirarán si quieren ofrecer el coche. Deseo pararme en Almuñecar un rato para ver a Antonio (78) y Asunción (79).

Os incluyo el cheque para Macorra; enviádselo a Carmencita Madina y que ella se lo envíe pues yo no sé su dirección, no me la ponía y como no está Pablo ni sé con seguridad si se encuentra allí Pla. No me atrevo a mandárselo a éste.

¡Hasta pronto! ¡Si vierais qué cantidad de preparativos hay que llevar a la excursión! He sacado tres mantas y el capote; todo queda muy arreglado. Hay muchísima nieve.

¡Adiós vida mía! Recuerdos y abrazos a madre y tía D[olores]; mil besos a nuestra hija y para ti mi mujer adorada el amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 500] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Campamento de Sierra Nevada [2.820 metros], 9 de agosto de 1930

Gloria de mi vida:

Va a bajar un arriero y te mando dos letras para que así veáis tanto mi recuerdo como que podáis saber lo maravillosamente que estamos: el campamento, dos tiendas de campaña hermosas, está puesto a 2.820 metros; junto a las tiendas hay un nevero con más de tres kilómetros de extensión; hay puente de nieve, lagunas preciosas y todo ello es motivo de un constate recuerdo.

Me he bañado hoy en la laguna de las yeguas que es espléndida; allí estaban los nietos de Dª Berta con Luis, el sobrino y el profesor alemán. Doña Berta dicen está muy bien, pero según parece Luis García ha estado muy delicado y sigue estándolo.

Comemos muy bien, mañana subimos al Veleta y volvemos para cenar.

Dormimos con cuatro mantas.

En fin, ya os contaré.

He escrito a los padres de Isabelita diciéndoles que el 15 a las 6 de la tarde llegaré a Granada y deseo salir a la mañana siguiente. Les ruego que me dejen noticias en la casa.

Hasta muy pronto.

A madre y tía Dolores abrazos; a nuestra hija del alma mil besos y para ti Gloria de mi vida el amor enorme de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 501] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., agosto de 1930

Gloria de mi alma:

Ingrata, hoy no he tenido carta tuya, pero eres tú mi Gloria, la que jamás olvidas, la que sin embargo me dejas sin tus palabras de almíbar que caen en el alma como palabras de adoración.

Llegó ayer tu telegrama sobre lo de Fernandita; a todos emocionó esa delicadeza de tu alma, ese estar en todo y yo me sentía así mismo Gloria mía conmovido y me reprochaba el no decirte algunas veces más de lo que hago, como me impresiona no sólo tu sensibilidad sino lo que con ella abarcas. Vida mía, conste que en este instante si te tuviera a mi lado te estrujaría con un inmenso amor.

Ayer almorcé con seis muchachos de mis antiguos alumnos y pasé muy buen rato; por la noche fui a la Institución; esta noche ceno con el Marqués de Retortillo, Barnés y Zulueta; hablaremos sobre lo de la escuela; tengo ahora más esperanzas que nunca y sobre todo es el único medio de venir que me agrada. La oposición la prepararé en Nerja.

Cuídate, está tranquila, muy tranquila y come mucho y toma el sol, y no te muevas porque es indispensable que te encuentre más gruesa. ¿Lo oyes? Es necesario, si no me disgusto.

Fernandita está el angelito loca de alegría; le sentará muy bien.

Adiós besa a la niña, dile que me acuerdo muchísimo de ella y para ti amor de mi alma el apasionadísimo y tierno amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 502] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 13 de septiembre de 1930

Gloria de mi vida:

Desde que salí de ahí ni un momento de calor, ni en Motril, ni en Granada, ni en Madrid. ¡Pero qué días! Hoy sábado a las 7 termino de arreglar papeles. En Granada me pasé en la Universidad dictando y ayudando ¡5 horas! Aquí, entre seguir recortando y arreglando estudios, metiéndolos en carpetas adecuadas, poner a éstas etiquetas con indicaciones referidas a la “Hoja de servicios”, dictar para las 14 copias de la “Hoja” que como es natural no la entendían... termino ahora. Mamá, Concha y los niños están admirados de lo bien que lo presento; quisiera que lo vieseis porque se me ha pegado tu bonillo y resulta muy bien. Son 7 enormes carpetas y tres cajas, a más de los libros y revistas; levanta más de un metro. En resumen 47 trabajos. Anoche anduve en “El Sol” revisando la colección para completar cosas mías y hallé lo que buscaba.

He hablado con Morente; no se sabe nada ni del tribunal ni de quienes se presentan, pero cree que puedo estar absolutamente tranquilo pues además la “Hoja de servicios” producirá enorme efecto según él.

En Granada hice dos cenas, F[ernando] Sainz y A[ntonio] Mesa y un almuerzo con Leopoldo; en Motril almorcé con Cuevas.

Aquí todos admirablemente pues si bien la vista de Concha no progresa pero su estado general es mucho mejor; mamá muy bien.

Bernardo admirablemente; hoy se ha ido a Miraflores.

Ayer vi a los tíos: él apagadísimo; ella bien y tan cariñosa como siempre; me dijo que te había escrito sobre lo de la casa.

Aquí hay mucha intranquilidad política; hoy están acuarteladas las tropas. Salito va a las seis 6 de la mañana al cuartel y se espera que el 16 salga de maniobras; es decir, ¡que no puede examinarse! Joselín se va enseguida a Cádiz.

¡Cómo me acuerdo de la temporadita feliz que hemos pasado! Lo noto mucho porque me encuentro muy fuerte.

Adiós vida mía; el lunes presentaré todo y telegrafiaré. A nuestra hija adorada mil besos de su padre; a madre abrazos y para ti el gran amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Fernandita y Manuel muy bien; aun no saben nada.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 503] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 20 de septiembre de 1930

Gloria de mi vida:

Ya se ha cerrado el plazo sin que ningún otro se haya presentado al concurso: Yo me alegro de que haya acudido ese; es enteramente el alquilón que necesitaban para poner de manifiesto como pudieran haber acudido todos si se hubieran hallado en condiciones.

Ahora me ocupo de las cosas editoriales, ayer habló conmigo Don Nicolás Urgoiti y ahora a las 12 tengo una conferencia con los de Espasa-Calpe; todo va muy bien y no cabe una confianza mayor en todo cuanto uno significa.

No quería irme sin que la designación de juez por la Universidad quedase ultimada; es posible que ello tenga lugar el lunes, pero en todo caso como he hablado con Posada, Gascón y Sánchez-Román, y los tres estaban de acuerdo, no tengo dudas aunque sí impaciencia por eliminar esa nueva contingencia. Esta tarde he quedado en ir a casa de Posada.

El no poderme ir mañana o esta noche, se debe a que el lunes debo estar aquí para una conversación de índole política muy importante.

Joselín se fue ayer a Cádiz y nos dejó en una terrible incertidumbre como aún lo estamos: figúrate que la primera noticia sobre exámenes que tuvo fue a las ocho de la noche diciéndole: ¡mañana a las once de la mañana son los exámenes! Salió ayer y por la tarde, contestando a un telefonema de Concha decían: no hay segunda vuelta, llega tarde. Rafael habló por iniciativa mía con el Ministro Sangro, éste le envió una carta urgente al de Marina para que hablase por telégrafo o teléfono con el Director de la Escuela de Cádiz, a Joselín se le puso un telefonema diciéndole se presentase al Director solicitando exámenes y en la espera de todo ello estamos sin saber si se solucionará. Concha la pobre se quedó hundida y comprendo que esta lucha la tiene aniquilada; ojalá se solucione.

Ayer almorcé con Manuel y Fernandita: da gozo ver lo compenetrados que están esas criaturas. A mí me gusta mucho él y sigo encontrándolo muy inteligente, profundo en su pensar y de una exquisita sensibilidad cultural.

Hoy voy a almorzar con Bernardo; me alegro porque así os llevaré impresiones suyas.

Adiós vida mía. ¿Y mi hija de mi alma? Mil besos de mi parte. Abraza a madre y tú, Gloria mía, recibe todo el amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 504] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner

Madrid, s. d., septiembre de 1930

Gloria de mi vida:

Todo va realizándose con dificultades relativas y con premiosidades para lo que sería de desear. Ya termina mañana el plazo, y si bien sé que hay un contrincante –Teodoro González– eso no me preocupa lo más mínimo a no ser por falta de dignidad y sentido que supone en ese muchacho a quien voté para catedrático hace unos años. Veremos si aparece algún otro. Como te dije medio atortolado en la conversación de esta mañana y me han confirmado después directamente Don Adolfo y Gascón y Marín, con quienes he hablado por teléfono, las personas que consideran seguras para jueces son ellas dos y tal vez Royo Villanova. Aun cuando este último sería ya un tribunal ideal, bastan los dos primeros para que lo considere absolutamente de garantía. Todo el mundo me para y me da la enhorabuena como una cosa hecha desde el momento que el concurso ha sido abierto; ayer mismo Lequerica (80), el Subsecretario de Economía, me encontró, nos abrazamos y me felicitó por estimar un hecho mi incorporación a la Universidad.

Estrada (81)–¡el nombre de Pepe Estrada me recuerda a Arce!– también entró ayer en el comedor del Savoy Hotel, donde almorcé con González Méndez, y se dirigió a mí muy expresivo. Total, que los amigos me preguntan si he hallado casa.

Impresiones de ejercicios acaba de dármelas Gascón: calcula que bien podría ser en torno al 20 de Octubre, pues hasta el 2 de octubre no se reúne la Academia y en esa sesión se nombrará probablemente al vocal académico.

Mañana he quedado con Posada en ir a hablar con él; y mañana a la noche o bien pasado sabré si hay algún otro contrincante.

Lo del Partido fue reñidísimo, tanto como en los tiempos en que nos dividimos sobre la cuestión de Rusia, pero el resultado fue más satisfactorio de lo que podría yo prever pues las delegaciones regionales casi todas estuvieron de acuerdo con mi tesis. Hube de retirar mi renuncia.

En otro orden de cosas hay cuestiones tan importantes que ello me obliga a demorar mi salida hasta el lunes por la noche. ¡Cuántas veces ha conocido uno estos momentos de gran esperanza! ¿Llegará de la vista; a veces alguna vez la realización siquiera de lo mío?

Concha no mejora de la vista; a veces la pobre va un rato a la oscuridad para cerrar los ojos y descansar. Poyales le ha puesto un plan pero yo quiero que vaya a Marañón; Joselín aún no ha ido a Cádiz; se irá enseguida; Salo va a las 6 ½ al cuartel, pero no puede examinarse.

¿Cómo está mi hija de mi alma? ¡Cuánto sentí no aprovechar mejor los tres minutos esta mañana!

Bueno, voy a ver a Alberto que está en cama con fiebres y anginas hace diez días. En octubre se van a Alemania hasta diciembre; siempre son cariñosísimos.

Adiós vida mía, a madre muchos abrazos, mil besos a la nena y para ti el amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Bernardo ha estado en Valencia, me ha llamado al teléfono hoy y me dijo que iba por él Baltasar Márquez. Está muy bien.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 505] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 21 de octubre de 1930

Gloria mía de mi vida:

Hemos tenido una enorme impresión con la llegada de Pepe, hinchadísima la cara, con pus en la encía y sospechando él, como ha resultado, que se trataba de una fractura de la mandíbula inferior. No puede comer y toma líquido; tiene una pequeña fiebre. ¡Me da una lástima de esta criatura tan humilde, con esa reverencia de padre que tiene para mí, de quien oye los consejos como si fuera un niño! ¡Qué no habrá sufrido esa criatura! El origen ha sido la inyección que le pusieron para quitarle los dolores de la cara, que son tan horrorosos, que según me ha dicho Lafora, cuando tienen gran violencia como en el caso de Pepe es frecuentísimo tirarse al suelo y morder los muebles y perder la razón. Él como tiene esa resistencia para el dolor pero me ha dicho, el mismo, que eran para enloquecer. La inyección se extravasó y como era fortísima le ha comido el hueso; pero del mal el menor, pues resulta que no hay nada que hacer, que ese hueso se regenera por sí mismo, que se produce espontáneamente la soldadura y no hay sino paciencia y vida tranquila. Estará pues aquí unos días y luego se irá. En Zamora está ahora mas contento pues entre Rubio y él existe más cordialidad y mutuamente han depuesto diferencias sin hacer de ello objeto de conversación.

Mamá cree que lo de Pepe es un flemón.

De mi concurso todo va bien, pero aún no sabemos cuando citarán; está tranquila que no descuido mi preparación.

Ayer almorcé y anteayer con Bernardo y familia: todos buenísimos; Elisita mucho más fuerte y las niñas muy bien; Consuelín come mucho y deprisa. Los chicos de Raimundín hermosos y la niña de excelente aspecto pero como es natural necesita consolidar su curación y ya se han ido a Aravaca. Por lo que Raimundo me ha dicho debe ser muy mala la situación económica de Manuel.

Las demás cosas van marchando con dificultades y vaivenes.

Estoy absorbido con reuniones y comités.

Ayer giraron a Julia Rodríguez Danilewsky ¡700! pesetas de Calpe por su traducción. Quiero ponerle una postal; creo que está bien pagado y que para una muchacha es bonito el hecho de entregar ese su primer trabajo.

Adiós abrazos a madre, mil besos a mi hija del alma y el inmenso amor para ti de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 506] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner

Madrid, 23 de octubre de 1930

Gloria de mi corazón

Ya Pepe está mejor de la inflamación y ayer le estuvo haciendo un reconocimiento general Calandre para ver como lo hallaba, y cerciorarse de si había o no algo de su antigua enfermedad; felizmente le encontró bien, pero dice que todo proceso supuratorio exige bastante cuidado porque desgasta mucho y le manda que pase diariamente varias horas al aire libre y alimentación cuidada y reposo. Mamá y Rita María de nuevo se irán con él para cuidarle; ¡cómo dejarle solo! ¡Y cómo dejar ir sola a mi madre ya a sus años para que esté todo el día aislada! Como mañana es San Rafael no se irán probablemente hasta pasado.

Hoy ha publicado la Gaceta la lista de los aspirantes a la cátedra, y hemos aparecido el joven de Murcia y yo. Espero todos los días la otra R. O., la del Tribunal.

Trabajo todo el tiempo que me dejan libre otros quehaceres y así, por ej., hoy he trabajado desde las nueve de la mañana a las 2 y ½ y de 4 a 6. Te escribo ahora después de haber terminado. Las demás cosas van bien pero no convienen las premuras comprometedoras.

Joselín estuvo en la Universidad y resulta que no tienen hecho el plan más que para el primer año; insisten en que con el Bachillerato antiguo necesitas examinarte por el plan Tormo y sin embargo no lo tienen hecho; el plan Callejo dicen que no sirve más que para quienes hicieron el primero con arreglo a él. El primer año del plan Tormo es aquí: Prehistoria e Historia Antigua, Lengua latina, Lengua árabe, Paleografía y Diplomática.

No pudo copiar el plan C[allejo] pero lo hará.

¡Qué poquito me escribes para lo que solías hacerlo! ¿Es el árabe? Si es así te lo perdono en gracia de la sabiduría que estás adquiriendo.

¿Y mi hija de mi alma? ¿Sigue estudiando con esa seriedad y asiduidad? ¡Cómo me alegra ver su entusiasmo por el saber y apreciar su honda sensibilidad para el deber!

Si no hubiera sido por aquella llamada aún podría estar ahí, pero... nada es en vano; ni aun este sacrificio que supone para mí el estar lejos de vosotras.

Adiós vida mía; abrazos a madre; mil besos a nuestra hija adorada y para ti el enorme amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 507] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner

Madrid, s. d., finales de octubre de 1930

Gloria mía de mi vida:

Solo dos letras porque no tengo tiempo alguno: probablemente se publicará mañana la R. Orden con el Tribunal y ellos se reunirán a principios de la semana próxima convocando; así pues todo va muy bien.

Respecto de lo demás todo va muy bien y habiendo resultado enormemente fructífera mi venida.

A madre tantas cosas; a mi hija adorada mil besos y para ti el enorme amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 508] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., [noviembre de 1930]

Gloria mía de mi vida:

Anoche llegaron mamá y Rita María; por la mañana tuvimos el telefonema anunciándolo. Estaba mamá intranquila con las cosas todas y ha adelantado unos días la vuelta. Yo me he alegrado muchísimo porque gracias a ello las he visto; ambas están buenísimas y traen de Pepe noticias inmejorables: está fuerte, contento, todo el día en el campo y ganando por consiguiente muy buen sueldo. Con motivo de la venida de mamá me parece demorar siquiera tres días la vuelta; además se espera que Joselín salga de un día a otro según ha dicho el propio juez y me parece natural estar aquí el día de la salida que ha de ser de gran júbilo en la casa; hoy hace ya 20 días que ingresó en la cárcel; a Concha se le hacen meses los días.

Espero pues irme el jueves si no hay novedad.

Cuando esté ahí buscaré la lista de los alumnos que debe hallarse en mi bureau o en uno de los cajones de la derecha.

Os incluyo el escrito de las muchachas al Gobierno; esta bien, ¿verdad?

Hay mucho tole-tole de bajo fondo; todos los enterados juzgan terminado el Gobierno; ¿cuánto durará en pie el cadáver?

Me parece mentira volver a estar con vosotras aun cuando tenga después que volver a las dos o tres semanas lo más.

Las cosas en la Universidad libre están apagadas a causa de ciertas decepciones; es curioso ver con qué facilidad se descorazona la gente; no hay razón para ello y sin embargo eso no marcha.

¡Adiós hasta pronto vida mía!

A madre muchos abrazos; a nuestra hija mil besos y mi recuerdo permanente y para mi Gloria de mi corazón el inmenso amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 509] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., noviembre de 1930

Gloria mía de mi vida:

Hace poco que he hablado contigo, y como no había modo de decirte que tuvieras cuidado y cuando iba a hacerlo en inglés pensé que podría con ello suscitar preguntas para que aclarase la frase, etc. y con ello se pasase el tiempo, di ocasión a que nombrases a Tomás; lo siento; no lo hagas más; la vigilancia es enorme y cualquiera cosa sirve para coger un hilo; acude siempre a circunloquios; el resto fue bien.

Estoy fastidiadísimo con lo de las oposiciones; ¡aún 18 días como mínimo! Veremos si puedo irme dentro de cuatro o cinco días; ya os lo diré pero hoy no puedo decidir nada.

Pepe mejor pero pálido y triste; ¡qué desgraciada ha sido esta criatura desde que nació! Tenía ilusión, como siempre en que fuese a Zamora; pero en la situación actual, estando yo ausente de Granada so pretexto de enfermedad y habiendo estado allí ahora el Rey, resultaría imprudente y pudiera dar lugar a que telegrafiasen algo los corresponsales. Se van mañana; ¡imaginaos el sacrificio de la pobre Concha viendo otra vez salir a Rita María y quedándose sola!

Quería ir mañana a Cercedilla pero como se van a la una no creo que pueda hacerlo. Días pasados hablé con P. Blanco y Rego sobre nosotros y la Institución y puse los puntos sobre las ies, cosa que le ha parecido muy bien a Natalia y a Alberto. Aquello es una obra de empeño desmesurado para acometerla sin exigir una gran transformación; ya hablaremos.

Pero hija, ¿qué ha sido propiamente lo que ha motivado esas curas dolorosas? No me doy cuenta; explícamelo bien.

Estoy deseando estar ahí de nuevo. Yo no puedo ya trabajar a gusto sino en mi biblioteca y no tolero sino con honda protesta el sentirme apartado de la niña y de ti Gloria mía; me siento muy solo sin vosotras; esto me da pena decirlo o porque se transparente por mi madre y Concha, pero es así.

Adiós vida mía; como estaba “muy mosca” por temor a decir alguna palabra comprometida en respuesta a tus preguntas quizás resultase seco pero tú sabes vida mía cuál es la causa y cómo siempre tu amor me lo perdona, ¿verdad?. Abrazos a madre, mil besos a nuestra hija y para ti mil abrazos llenos de amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 510] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 8 de noviembre de 1930

Gloria mía de mi vida:

Ahora he estado parsimonioso para escribir, y sin embargo, no por vía de disculpa sino la verdad te digo que he andado de cabeza con reuniones diarias de cuatro y cinco horas con tres reuniones en un día a veces, y necesitando siempre preparar y meditar mucho, muchísimo, lo que a esas reuniones se lleva pensado.

Ya está en el tablero de la Universidad el anuncio de la oposición; es decir, la convocatoria para los ejercicios el día 20; ¡qué ganas tengo de quitarme de encima ese peso!

Aquí todos bien y de Zamora mejores noticias, pero Pepe ha tenido fiebre algunos días; Concha, lentamente, pero mejora algo de la vista: recibo invitaciones de Zaragoza y otras de Valencia; contesto a Joaquín Álvarez Pastor.

Te incluyo mi lista de alumnos y las matrículas de la nena e Isabelita acompañando la nota de lo que se debe a Nicolás acerca de lo cual no me había yo vuelto a acordar y creo que no se le ha pagado; ¡cómo salí de ahí tan precipitadamente!

Todo aquí marcha bien.

Con Bernardo y Elisa (82) almorcé ayer; están todos muy bien; ¡menudo susto les proporcionó Raimundín con el vuelco en el automóvil y la herida en la frente!

¿Cómo trabajan mi latinista y mi arabista? A madre que disculpe no le dijera nada por su acto de generosidad, pero el estar cogido por las innumerables conversaciones que hube de tener ahí me debe disculpar; dile que se lo agradezco muy de corazón.

¡Adiós, vida mía!; ¡cómo me acuerdo de esos dos felices días que he pasado ahí! Abrazos a madre, mil y mil besos a mi nena adorada y para ti el inmenso amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 511] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 11 de noviembre de 1930

Gloria mía de mi vida:

¡Qué razón tienes y cuánta verdad hay en lo que me dices! Todos los días pensando escribirte, deseándolo, codiciándolo, y siempre cogido el tiempo por la nota que es preciso redactar con urgencia sobre tal o cual problema del que vamos a ocuparnos; es frecuente que pase los más de los días cinco horas en comisión y desde luego nunca menos de tres sin contar el recibir a personas e ir a ver otras. ¡Qué no obstante puedo poner unos renglones en una postal es evidente!, pero esa virtud que tú tienes de aprovechar un resquicio de tiempo que yo no tengo y así resulta Gloria mía que tienes razón, que yo estoy descontento de mí por no haberos escrito, que ayer al leer tu carta llevé un mal rato y que me quedé triste por la doble razón del inmenso amor que os tengo, el recuerdo constante de que os hago objeto y porque sin mi Gloria siempre soy un infeliz, a pesar de lo cual tiene razón en quejarse.

Lo que dices del artículo de Granadino es exacto: el final es insensato; es lo mismo que ocurrió con El Liberal.

Lo de las oposiciones tanto tuyas como de F. Sainz me da cortedad hablar por una serie de razones; todavía lo de F[ernando] S[ainz] lo haré, pero lo tuyo debemos a mi juicio entregarlo a lo que salga sin hacer gestión alguna; todo tiene sus ventajas e inconvenientes y a ello se añade hacer en las actuales circunstancias una petición que juzga impertinente.

De Pepe acaban de recibirse noticias buenas, pero ha tenido la debilidad de que le haga el dentista un masaje, que le produjo inflamación y dolor; ya está de nuevo rehecho y ha comprendido la necesidad de cohibir al atrevido sacamuelas de allí.

En casa de Bernardo almorcé ayer; estaba Raimundín con el chico; todos muy bien salvo Francisco y Elisa B. que tenían un catarro sin importancia.

Adiós vida mía; todo marcha y tengo ansias de pasar mis dos fechas 20 y 21 días de mis ejercicios.

Abrazos a madre y perdona tú como sabes hacerlo a quien tanto, tan profunda y tiernamente y con tanta pasión te ama, a tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 512] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 15 de noviembre de 1930

Gloria mía de mi vida:

Acabo de recibir tu telefonema y espero hablar con vosotras desde casa de B[ernardo] a la hora de almorzar para que madre pueda oír a B[ernardo].

Lo de ayer fue una cosa lamentable y tengo la convicción de que hubo en la multitud agentes provocadores del Gobierno que quieren sangrar el entusiasmo y desbaratar los planes más vastos y peligrosos para él. Estábamos Julián y yo muy cerca de todo y presenciamos las cargas y descargas; se nota que la Guardia de Seguridad tenía instrucciones severísimas pues aprovechó la primera ocasión para hacer descargas feroces; yo seguí muy sereno. ¡Qué curioso y complejo es el temperamento! Aun para el que lo tiene es una revelación a veces; lo mismo me ocurrió en Rusia y en España en todos los momentos solemnes.

Seguí a pie tranquilo, en la dirección que llevábamos; nos aconsejaban que tomásemos un auto pero ambos juzgamos que era mejor hacer lo que hicimos. Naturalmente, hay un ambiente fuertísimo de protesta y ahora van grupos obreros parando las obras y declarando la huelga general. Está tranquila, absolutamente tranquila porque no pasa ni pasará nada.

Estoy desde hace dos días de cabeza, pues la pobre Piedad, la esposa de Baltasar Márquez, ha recaído en su enfermedad mental y Baltasar me llamó anteayer a las 7 de la mañana para que hiciese lo posible por llevar enseguida a Sanchís-Banús, el especialista; él está impresionadísimo y le hago mucho bien. Ayer presenté y llevé a Salito que va ser quien la cuide y reciba instrucciones del médico; Sanchís-Banús lo recogió muy bien y ha pasado la noche allí cuidando y vigilando a la enferma.

Desearía hija que me enviases inmediatamente los dos volúmenes de Mazzini que están en el estantito blanco de mano derecha del buró.

Necesito ahora recogimiento, pero no tengo ahora seguridad de conseguirlo; ¡ya veremos!; confío en que como tengo muy pensado todo y estructurado lentamente lo que pienso hacer en los ejercicios, no tendré dificultad.

¡Qué fastidio lo de Mesa y los estudiantes! Hoy le escribo.

¡Cómo me alegra haberos proporcionado una alegría con mi carta! ¡Pienso tanto y con tanta ternura en vosotras! Adiós vida mía; a madre tantas cosas; a nuestra hija bendita mil besos y para ti, mi Gloria, el amor inmenso de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 513] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., noviembre de 1930

Gloria de mi vida:

Ayer quedamos tranquilos y llenos de amargor: los mismos elementos que nos plantearon anteayer el más grave problema de responsabilidad que nos ha sido propuesto, se entregaron ayer mañana a Berenguer sin esperar nuestra respuesta.

¡Es tan triste el hecho como muestra de la falta de solidez de las personas!

Anoche fuimos al cine y hoy voy con Bernardo, Elisa y Natalia a ver la Paulova: delantera de paraíso.

No hay tiempo para nada.

Un abrazo a madre; mil besos a mi hija a la que no olvido en el día de hoy si es que al fin se examina; a ti te abraza tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

P. S. Todos se acuerdan de vosotras sin cesar y me encargan tantas cosas.

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 514] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 25 de noviembre de 1930

Es verdad que parece un sueño tu estancia aquí, pero aún así, me ha proporcionado la alegría enorme de que en estos días tan decisivos estuvieses a mi lado. ¡Qué peso se me ha quitado de encima con haber hecho la oposición! Lo curioso es, que más profunda resulta la nota de alivio de mi pesadumbre que de alegría; y es que vive uno a menudo las cosas anticipadamente y ya veíamos como algo logrado lo de la cátedra y lo de los ejercicios como el obstáculo último. Ayer en el Ateneo me dieron con gran cariño la enhorabuena una enorme cantidad de gente; también estuvieron aquí muchos amigos.

Hija mía, tu carta como siempre me ha llegado al corazón y de verdad te digo que era para mí hace años una obsesión el sacarte de ese medio donde tantas alegrías hemos tenido y de esa ciudad a la que tan enorme cariño, gratitud y admiración nos une pero en cuyo mezquino ambiente espiritual es peligrosísimo formarse, porque achica, empobrece, recorta el horizonte. ¡Es triste ese contraste profundo de ciudades como Granada! Yo sé que me acordaré de ella toda la vida y que a ella me sentiré ya unido siempre; pero la mezquindad cotidiana es temible. ¡Qué alegría más honda haber llegado a conseguir la ilusión de una Cátedra en el Doctorado!

Gracias de corazón, madre, por tu enhorabuena; ¡ya buscaremos casa!

Estoy escribiendo para América los dos artículos del mes.

Adiós. Tú, hija mía, recibe mil y mil besos de ternura de tu padre; para ti madre muchos abrazos, y tú, Gloria mía, la pasión profunda y el amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 515] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, s. d., 1930

Gloria mía de mi vida:

Con el sello puesto la carta de ayer se me quedó en el bolsillo, y no puedo abrirla porque se perdería el sello.

Casi todo el día me lo embargó el escribir una carta a Sánchez-Guerra y copiarla; no te la mando porque no tengo copia. Ha sido una interesante historia la que ha motivado el escribirla: vino Miguel Maura a hablarme y decirme la vacilación a que sometían a Sánchez-Guerra las presiones de Palacio, ABC, Bergamín, etc., y de otra parte elementos opuestos que intentan hacerle ver su deber. Maura me dijo que él le había oído hablar de mí espontáneamente en tales términos que solo tenía paridad con los juicios que le había oído sobre Marañón; añadió que el momento era tan decisivo para su orientación, y ésta de tal influjo en la política española, que me suplicaba meditase sobre la conveniencia de hablar con él... Yo le dije que eso no me parecía discreto por muchas razones pero que le escribiría inmediatamente. La carta me ha salido bien y tanto a mamá y Concha como a Rafael y Manolo, y Sánchez-Román y Alfonso [García] Valdecasas les produjo impresión. Hoy aguardo su respuesta.

He hablado con vosotras por teléfono; ¡qué alegría! Han llegado 8 telegramas ahora.

Yo sabía, porque Ortega me lo había dicho, que iba a hacerse lo nuestro pero no quise decir nada hasta verlo que fue ayer de mañana. Ayer tarde dejamos tarjeta en Casa de Alba.

Hoy sabré cómo va lo de F[ernando] Sainz, pero es asunto respecto del cual no hay duda.

Me inclino a irme el sábado a esa y como dices aplazar para Semana Santa lo del Norte; tiene el inconveniente de que la Universidad de Oviedo no funcionará.

¡Ya veremos! La gente de ahí no puede mostrarse más cariñosa. El repugnante D. Fermín ahora es cuando comenzará a notar su situación.

Adiós vida mía; adiós hija mía de mi vida; abrazad a madre y para vosotras el corazón todo del padre y del esposo tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 516] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

S. l., s. d., 16 de diciembre de 1930

Gloria mía e hija mía:

¡Qué gozo ver vuestra carta llena como siempre del noble y animoso espíritu, que para felicidad mía poseéis ambas! Aquí estuvo P[ablo] de A[zcárate] y me contó lo ocurrido ayer, el vuelo de Franco con otros tres sobre Madrid; ¡siempre hay quien sabe cumplir con su deber! En cuanto a los que desertaron séales leve la censura de la historia. ¿Qué ocurrirá? ¿Cómo actuarán otros núcleos militares y civiles? ¡Qué impaciencia! Desearía que Julián te dijese si cree que debo irme al sitio en que esté Largo, o que me corresponde hacer, pues como no tengo misión concreta alguna, más que la desesperante de aguardar, me consumo pensando que hay en la cárcel compañeros del Comité Central y yo estoy aquí. Si fuese la policía a buscarme dímelo.

Leo, medito, hablo con esta familia fina, dulce, amable a quienes he leído lo que dices para ella.

Ál[varez] del V[ayo] no me dio sobre alguno, sino que me dijo que o lo había dado o lo iba a dar a J[ulián] y por eso te lo avisaba.

Di a Concha mil cosas y llama a Joselín para que sea prudente y no se meta en nada.

Acecho los ruidos y quiero incorporarlos ansioso de averiguar si al fin ha estallado la huelga general con vigor y entusiasmo.

Quiero pensar y creo no errar que aún estos hechos descoyuntados tendrán importancia grande para la vida política española; ¡esos fusilados, pobres locos levantados por un ideal! ¡Qué trabajo cuesta levantar a España en nombre de la justicia!

¡Escribidme! Para todos mi cariño y a vosotras os lleva en el alma

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 517] Carta de Fernando de Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

S.l., s. d., diciembre de 1930

Gloria mía de mi vida:

Aquí estoy con esta familia cariñosa, fina, en un ambiente cordial, sin que falte más que ¡vosotras!.

No sé absolutamente nada de cuanto ocurre, si en verdad pasa algo, o si se ha fracasado todo cuanto con trabajo se edificó. Conozco la prisión de Alcalá-Zamora y Maura.

Desearía que fueses a ver a Besteiro en mi nombre y le preguntases; para que tú citaras a Mabol en el Lyceum Club, por ej., y le dieses una carta explicativa, que ya me la traerán, que ocurre y piensa hacerse. Tan pronto como él lo estime prudente saldré yo de aquí para volver a la casa.

Ya sabes mi dirección, dísela.

Para la nena y para mi hermana, para Rafael y los sobrinos, madre, B[ernardo] y Dª E[lisa], con los chicos muchas cosas. Para ti el inmenso amor de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (no firmado, no rubricado; simplemente con una F)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

[Nº 518] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner de los Ríos García

Madrid, 9 de abril de 1931

Gloria mí de mi alma:

Llegué a las 2 y ½ de la madrugada de ayer y no puedo quejarme porque descansé después bastante bien y anoche estuve en un miting en la Guindalera. El viaje de ahí a Linares fue hermoso, y el miting formidable; en la estación de Baeza pudo ocurrir un incidente desagradable y hasta grave con motivo de unos “mueras” a la Monarquía, proferidos por quienes me acompañaban, y después de reiterarlos mucho, contestados por dos jóvenes con flor de lis, desde el tren, con vivas; la guardia civil estuvo prudentísima. En Alcázar formidable; había en los palcos, contadas por mí ¡más de 400 señoras y señoritas! España da la sensación de un incendio. Aquí los monárquicos coaccionan de un modo terrible a porteros, chauffeurs, guardias de orden público y municipal, etc., pero se sigue creyendo en nuestro triunfo.

Anoche en el momento de ir yo a hablar entró Otero; aun cuando no le han apreciado foco activo alguno en el pulmón derecho, no le aseguran que no procedan de ahí los bacilos; lo hallé más delgado y tristón, pero se enciende con las cosas políticas.

Ahora mismo vienen unos alemanes, dibujante uno de ellos para hacerme un apunte.

En el Bureau a mano derecha debo haber dejado un número de la Revista Nacional de Economía con un sobre grande dentro que a su vez contiene cuartillas a máquina sobre asuntos económicos; tráeme ambas cosas pues me son muy necesarias.

A madre muchos abrazos, mil besos a nuestra hija adorada y para ti el amor profundo de tu

Fernando [de los Ríos Urruti] (firmado, no rubricado)

Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.

NOTAS

1. No solo en su correspondencia sino también en su folleto Mi Don Francisco Giner (1906-1910), San José de Costa Rica, 1927.

2. El texto del artículo es el siguiente: «Don Hermenegildo Giner de los Ríos./ Hoy se cumple el X aniversario de la muerte de aquel insigne patricio y cultísimo catedrático, ocurrida en Granada. Fue primer teniente alcalde de este Ayuntamiento, y durante dos legislaturas ostentó la representación de nuestra ciudad, cuyos cargos ejerció con un acierto y ponderación ejemplares./ Fue asimismo el creador de las Escuelas de Bosque y de las colonias escolares, y en unión de los señores Durán y Ventosa, Bofill y Matas, Nicolau d’Olwer y Juncal, inició y puso en marcha la magna y admirable obra de cultura que desde aquella época ha venido intensificándose por el Ayuntamiento de Barcelona y que es en la actualidad digna de mayores elogios./ Aunque no es ésta la ocasión para ocuparnos de la personalidad política de dicho señor, ni es tan poco esta sección el lugar más adecuado para hacerlo, hemos de recordar que estuvo afiliado al Partido Radical, que dirige el jefe del Gobierno, señor Lerroux, el cual le calificó de excelso republicano por el desinterés y lealtad con que siempre sirvió la pureza de estos ideales, que profesó toda su vida, fervorosa e irreductiblemente./ Su amor a Barcelona era para él un sacerdocio, y de tal manera cristalizó su obra y su constante afán en pro de todas las legítimas aspiraciones, que llegó a conquistar legítimamente el sincero afecto y una gran consideración de todos los elementos sociales y el hondo cariño y veneración de sus correligionarios./ En este día serán muchos los que dedicarán un sentido recuerdo a la memoria del caballeroso e inolvidable finado, y que con nosotros reiterarán a su cultísima y virtuosa viuda, doña Laura García Hoppe, y distinguida familia, el testimonio de su alta estima y consideración» (Las Noticias, 20 de agosto de 1933).

3. Consultar Francisco J. Sánchez Cantón, “El Excmo. Sr. Don Elías Tormo”, en Boletín de La Real Academia de la Historia, n.º 142 (1958), pp. 421-424; Ignacio Peiró Martín y Gonzalo Pasamar Alzuria, “Tormo y Monzó, Elías”, en Diccionario Akal de Historiadores españoles contemporáneos, Madrid, 2002, pp. 620-621 y Vicente Graullera Sanz y Manuel J. Peláez, “Elías Tormo Monzó (1869-1957)”, en Diccionario crítico de Juristas españoles, portugueses y latinoamericanos (hispánicos, brasileños, quebequenses y restantes francófonos) [hasta noviembre 2006], vol. II, tomo 1º (M-Va), Zaragoza-Barcelona, 2006, pp. 596-597, n.º 1132.

4. Ver Iván C. Ibán, “Catedráticos de Derecho Canónico en la Universidad Complutense (1929-1996)”, en Ius Canonicum, vol. XXXVII, n.º 73 (1997), pp. 196-199 y Manuel J. Peláez, “Eloy Montero Gutiérrez (1887-1972)”, en Diccionario crítico de Juristas españoles, portugueses y latinoamericanos (hispánicos, brasileños, quebequenses y restantes francófonos) [hasta noviembre 2006], vol. II, tomo 1º (M-Va), pp. 162-163, n.º 47.

5. Ver Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos, Epistolario 1924 – 1948, edición, estudio introductorio y notas a cargo de Octavio Ruiz-Manjón Cabeza, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y Fundación Indalecio Prieto, Madrid, 2010.

6. Ver su ficha en el Congreso de los Diputados, en el Archivo Histórico de Diputados en http://www.congreso.es/portal/page/Congreso. Consultar “Sainz Ruiz, Fernando”.

7. Ver la biografía que le ha dedicado José Fernández Castro, Alejandro Otero, el médico y el político, Granada, 1995, 324 pp. y también el libro de Manuel de Pinedo, Al final regresaron. Vida y obra de Antonio Chamorro Daza y Alejandro Otero Fernández, Granada, 2010, 119 pp.

8. Alejandro Otero Fernández, “Diagnóstico serobiológico del embarazo. Trabajo de la Universitäts-Frauenklink de Berlin – Prof. Bumm”, en Memorias de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Madrid, 1914, pp. 153-195.

9. Ver su ficha en el Congreso de los Diputados, en el Archivo Histórico de Diputados en http://www.congreso.es/portal/page/Congreso. Consultar “Otero Fernández, Alejandro”.

10. Ver José Peirats, La CNT en la revolución española, Cali, 1988, 4ª ed., 3 vols.

11. Las industrias de guerra de Cataluña durante la guerra civil, tesis doctoral defendida en la Universidad Rovira i Virgili, Tarragona, 2003, pp. 16, 23, 30, 163, 186-210, 567, 574, 587, 589 y 777. Se puede consultar en tdx.cat/bitstream/handle/10803/8607/definitiva. PDF.

12. Manuel Rubio Cabeza, “Otero Fernández, Alejandro”, en Diccionario de la Guerra civil española, Barcelona, 1987, vol. II, p. 591.

13. Ver, sobre todo, Enriqueta Barranco y Fernando Girón, Alejandro Otero, Granada, 2006.

14. Consultar Pilar Ballarín Domingo, “Feminismo, educación y filantropía en la Granada de entresiglos: Berta Wilhelmi”, en La Mujer en Andalucía. I Encuentro interdisciplinar de Estudios de la Mujer, Granada, 1990, pp. 341-356 y “Bertha Wilhelmi y su defensa de la aptitud de la mujer para todas las profesiones”, en Arenal, vol. V (1998), pp. 191-217.

15. El Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes era Natalio Ribas Santiago, que había sido nombrado el 12 de diciembre de 1919 y que se mantendría en el cargo hasta el 5 de mayo de 1920.

16. Alejandro Otero Fernández.

17. Ponía septiembre, que luego corrige escribiendo encima octubre.

18. Por razones de edad, en primeras misivas, Fernando de los Ríos denomina a su cuñado, Bernardo Giner de los Ríos, Bernardillo, y a su mujer Elisa Morales Veloso, Elisilla. Bernardo Giner había nacido en Málaga el 31 de enero de 1888, por lo que Fernando de los Ríos le llevaba nueve años de diferencia.

19. Emiliano Iglesias Ambrosio.

20. Alberto Jiménez Fraud.

21. Luis de Zulueta Escolano.

22. José Álvarez Cienfuegos.

23. Melchor Fernández Almagro.

24. Julián Besteiro.

25. Alejandro Lerroux García.

26. Andrés Saborit Colomer.

27. Severiano Martínez Anido.

28. Elisa Morales Veloso.

29. Pablo de Azcárate Flórez.

30. Salvador de Madariaga.

31. Carlos Sanz Cid.

32. Adolfo González Posada Biesca.

33. Alberto Jiménez Fraud.

34. Rafael Troyano Mellado.

35. Ángel del Río.

36. Luis Araquistain Quevedo.

37. Francisco Largo Caballero.

38. Antonio García Solalinde.

39. Ramón Menéndez Pidal.

40. José Castillejo Duarte.

41. José Manuel Segura Fernández.

42. José de Yanguas Messía.

43. Luis de Zulueta Escolano.

44. Isabel García Lorca.

45. Laura García Hoppe.

46. Hija de Bertha Wilhelmi.

47. José Julián Martí (1853-1895).

48. Antonio Mesa Moles.

49. Asunción Segura.

50. Elisa Morales Veloso.

51. Bernardo Giner de los Ríos García.

52. Charlie Chaplin, Sir Charles Spencer (1889-1977).

53. José Troyano de los Ríos.

54. Blas Cabrera.

55. Antonio Royo Villanova.

56. María Teresa Martínez de Bujanda.

57. El deán Luis López Dóriga, luego diputado del Partido Republicano Radical Socialista.

58. Gregorio Marañón Posadillo.

59. Andrés Saborit Colomer.

60. Joaquín García Labella.

61. Concepción de los Ríos Urruti.

62. Alberto Jiménez Fraud.

63. Henri-Fréderic Amiel. Ver carta de 2 de abril de 1929, n.º 422.

64. Julián Sanz del Río.

65. José Manuel Segura Soriano.

66. Manuel Torres López.

67. Antonio Mesa-Moles Segura.

68. Elisa Morales Veloso.

69. Antonio Flores de Lemus.

70. Francisco Giner de los Ríos.

71. Rita María Troyano de los Ríos.

72. Rubén Landa.

73. Rita María Troyano de los Ríos.

74. Eduardo Callejo de la Cuesta.

75. Joaquín García Labella, discípulo de Fernando de los Ríos. Granadino, que logró ser catedrático de Universidad con 21 años. En 1931 ya lo era de la de Granada. Fue fusilado el 25 de agosto de 1936, uno más de tantos en Granada a manos de los nacionales.

76. Pedro Sangro Ros de Olano.

77. Antonio Mesa Moles.

78. Antonio Mesa Moles.

79. Asunción Segura.

80. José Félix Lequerica Erquiza era Subsecretario de Economía Nacional. Con Franco sería Ministro de Asuntos Exteriores.

81. José Estrada Estrada, natural de Aguilar de la Frontera, y tristemente asesinado en Málaga el 20 de septiembre de 1936.

82. Elisa Morales Veloso.

 


Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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