Contribuciones a las Ciencias Sociales
Abril 2011

LA IMPORTANCIA DE LOS VALORES DE LA FAMILIA EN MÉXICO
 

Jorge Ceballos Sebastian (CV)
jceballoss@hotmail.com 

 

 

RESUMEN

La familia es el cimiento de la sociedad, porque en ella se aprende los valores y la educación que impactan desde la niñez hasta la edad adulta en la sociedad, estado y país. Para lograr un cambio fundamental es necesaria la educación por valores. La educación por valores es necesaria para la transformación de cualquier país y que debe estar cimentada en la familia, en los profesores de los diferentes niveles de educación así mismo los valores deben de practicadas en las empresas públicas y privadas. Se dice que hay crisis de valores pero nadie más tiene la culpa que nosotros mismos y los medios masivos de comunicación en algo también han favorecido con sus diferentes programas con alto contenido de antivalores del mexicano y de carencia de valor educativo.

PALABRAS CLAVES. Familia, valores, cultura.

ABSTRACT

The family is the foundation of society, because she learns the values and education that impact from childhood to adulthood in society, state and country. To achieve a fundamental change is necessary for values education. The values education is necessary for the transformation of any country and should be grounded in the family, teachers of different levels of education and it should values practiced in public and private companies. It is said that there is a crisis of values but no one else to blame than ourselves and the mass media have also contributed somewhat to its various programs that are high in Mexican-values and lack of educational value.

KEYWORDS: Family, values, culture
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Ceballos Sebastian, J.: La importancia de los valores de la familia en México, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, abril 2011, www.eumed.net/rev/cccss/12/

1. INTRODUCCIÓN

La familia es el elemento más importante para formar a las personas en la sociedad actual. En la familia existen oportunidades de vivir e integrar los valores y los antivalores. La familia es el elemento de la humanidad que permite distinguir a la sociedad actual. La familia es y sigue siendo la principal fuente en donde se deben de cultivar y practicar los valores.

En la familia se proporcionan experiencias de aprendizajes respetadas con el lenguaje, los valores la cultura y el carácter personal. En la familia se aprende de un medio benéfico más grande de la práctica de valores a través de la ayuda mutua.

Los valores más importantes de la familia mexicana son: el afecto, la cooperación, la humildad, la amistad, la lealtad, lo patriota, etc.

Los antivalores son los que no han favorecido el desarrollo y progreso de los mexicanos. La copia de modas extranjeras a través de los programas de los medios masivos de comunicación ha favorecido a la práctica de los antivalores así mismo, la ausencia de programas educativos para los niños, jóvenes y adultos en donde se dé a conocer la cultura autentica de los mexicanos a nivel local, regional, nacional e internacional.

2. CONTENIDO

La familia sigue siendo en México la base de la sociedad. En tal caso […] ésta tiene prioridad sobre el trabajo o cualquier otro aspecto. Los hijos poseen un papel primordial; por lo tanto sienten seguridad emocional, aunque son muy dependientes de la familia; También a los padres se les cuida y se les respeta en su ancianidad. Como, resultado de este ámbito familiar y educativo, el ejecutivo en un inicio parecerá demasiado condescendiente con sus superiores; llevará a cabo sus instrucciones, sin réplicas mostrándose incapaz de superar por sí sólo los problemas. Asimismo, el ambiente de la empresa le proporcionará seguridad por lo cual se entiende que […] difícilmente se desplacen.

Hill dice que el hogar es el ambiente original de aprendizaje. Como tal, es un lugar cálido que da facilidades. El hogar puede proporcionar experiencias de aprendizajes sacralizadas con el lenguaje, los valores la cultura y el carácter personal. En la comunidad el niño aprende de un medio social más grande de experiencia a través del servicio. Un refrán africano reconoce este hecho: ‘se necesita una aldea para educar a un niño’.

Para Ackoff la mayoría de los adultos contemporáneos creció en culturas centradas en el hogar, en las que la vida gravitaba alrededor de la familia y la comunidad inmediata de la que formaba parte. Por otra parte, la mayoría de los jóvenes actuales creció dentro, de una cultura centrada, en el mundo en la que saben más de la India y China que la mayor parte de los adultos supo de las ciudades vecinas durante su niñez. La transportación y comunicación moder¬na ha permitido a los jóvenes recorrer mundo mientras son jóvenes.

La generación anterior tuvo que esperar a su madurez para lograrlo. Los lugares que para la generación anterior fueron abstracciones durante su juventud, son conocidos de la juventud contemporánea y los conocen como cosas reales, poblados por personas, seres humanos.

Dice Ackoff que la generación anterior creció en hogares que eran los centros del mundo de los padres; esto no sucede con sus hijos. Muchos de los padres de hoy día están orientados a su carrera más que a su hogar. Casi no viven sus vidas en y a través de sus hijos como lo hicieron sus padres. Los padres de ayer aspiraban que sus hijos tuvieran más de lo que ellos tuvieron; los de hoy desean más para sí mismos. Los padres de antaño deseaban que sus hijos fueran mejores que ellos; los de hoy desean que sus hijos sean tan buenos como ellos mismos.

Comenta Ackoff que la juventud actual observa cómo sus padres y otros adultos manipulan su espíritu mediante el alcohol, fármacos, tabaco y muchos otros productos ingeridos o inhalados. Oyen decir que son malos, peligrosos para los niños, aunque observan el placer obvio que los adultos obtienen de aquello. Ya que no se les facilitan las muletas que usan sus padres, han encontrado las propias. Si romper las leyes necesarias para obtenerlas, no es peor que lo que hicieron sus abuelos para tener acceso al alcohol durante la prohibición.

Para empezar […] se ha dicho que el mexicano tiene un complejo de inferioridad. Al respecto, estudios muestran que lo que a primera vista parecía un complejo de inferioridad, es solo una actitud, propia del mexicano, que consiste en no saber valorar la importancia del individuo, ya que lo importante en México no es cada persona, sino la familia que éste forme. Se ha mostrado, por ejemplo, que mientras los norteamericanos sostienen que pelearían por los derechos del individuo, los mexicanos nos dicen que pelearían por los derechos de la familia. Así pues, lo que sucede es que Juan o Pedro, como personas aisladas, son poco importantes, pero Juan y Pedro, como miembros de la familia Rodríguez o de la familia González, son importantes.

Díaz-Guerrero dice que esto es intere¬sante porque, considerando que el mexicano tenía un complejo de inferioridad, se pensó también que los mexicanos serían muy inseguros. Sin embargo, los estudios han mostrado que los niños y adolescentes mexicanos, emocionalmente hablando, se sienten tan seguros de sí mismos, o más, que los de otras nacionalidades. Los mexicanos se sienten seguros como miembros de una familia, pues en la familia todos tienden a ayudarse entre sí.

Comenta Díaz-Guerrero que este es un aspecto positivo que no debe de perder la familia mexicana. Cada uno de sus miembros está, casi siempre, bien dispuesto a ayudar a los otros de familia que tengan problemas, sean éstos de enfermedad o aun de tipo económico. Es esta actitud, de buena disposición para ayudar a otros miembros de la familia, lo que es importante en la familia mexicana y no el hecho de que sea grande o pequeña; pero, ¿de dónde surge el hecho de que México, y en otras sociedades parecidas, la familia tenga más importancia que el individuo?

Según Díaz-Guerrero todos los estudios realizados indican que estas características de los mexicanos, como muchas otras, provienen de la filosofía de vida, propia de su cultura, es decir, de las formas de pensar acerca de nosotros y de los demás, acerca de cómo mejor vivir la vida, etc., que va pasando de generación en generación.

Dice Díaz-Guerrero comenta, que la cultura es un resultado de la historia de cada nación. Expresándolo en forma más sencilla, pensar que la mayor parte de los dichos, proverbios y moralejas mexicanas, los heredaron los antepasados, lo mismo que las ideas que se tienen acerca de los deberes que entre sí tienen los padres y las madres; los padres y los hijos; y los hermanos y las hermanas en México.

De acuerdo con Díaz-Guerrero la estructura de la familia mexicana se fundamenta en dos proposiciones principales:

a) La supremacía indiscutible del Padre y

b) El necesario y absoluto autosacrificio de la madre.

Díaz-Guerrero comenta, que desde tiempo inmemorial, el papel de la madre ha adquirido su adecuada expresión en el término de ‘abnegación’ que significa, ni más ni menos, la negación absoluta de toda satisfacción egoísta.

Para Díaz-Guerrero estas proposiciones fundamentales de la familia mexicana parecen derivar de orientaciones valorativas ‘existenciales’ implicadas en la cultura mexicana o mejor dicho, de premisas generalizadas implícitas, o presupuestos socioculturales generalizados que sostienen, desde algo muy profundo, la superioridad indudable, biológica y natural, del hombre sobre la mujer.

Somos dos naciones en una. La nación moderna, minoría privilegiada que acapara ciencia, riqueza y poder. Y la mayoría oprimida y marginada.

Según Rodríguez Estrada y Ramírez Buendía los componentes más significativos de la población son: la familia, la mujer, los jóvenes, las clases sociales y castas, y el individualismo.

De acuerdo con Enrique Krauze nadie en México, salvo Octavio Paz, había visto en la palabra soledad un rasgo constitutivo, esencial digamos, del país y sus hombres, de su cultura y su historia. México -su identidad, su papel en el mundo, su destino- ha sido, desde la Revolución, una idea fija para los mexicanos. México como lugar histórico de un encuentro complejo, trágico, creativo de civilizaciones radicalmente ajenas; como el sitio de una promesa incumplida de armonía social, avance material o libertad; como tierra condenada por los dioses o elegida por la Virgen; como una sociedad maniatada por sus complejos de inferioridad: todo eso y mucho más, pero no un pueblo en estado de soledad.

En México, como en todas las culturas, se tiene una idiosincrasia, una forma de ser, una personalidad peculiar; la cual es importante considerar a¬ fin de que el administrador se apoye en estos conocimientos para descubrir qué es lo que motiva o frustra el personal.

Montes Barreto dice de suerte que es en el medio, laboral mexicano donde hay un verdadero campo de comuni¬cación informal, entiéndase un exceso de ‘parloteo’ y de interminables cele¬braciones, que empiezan el 1 de enero y terminan el 31 de diciembre (lo anterior es dicho con una base de ob¬servación empírica de muy fácil comprobación). Muchas de éstas, desde la organización de la posada de la empresa, pasando por la ‘cortada de la rosca de reyes’, hasta llegar a la fiesta a su de ‘los tamales’ del 2 de febrero, se realizan en un ambiente que permite el menor trabajo posible y el mayor goce, ‘matada de clases’ y ausencia de escenario de trabajo hasta donde se permita.

Lo cual, obviamente es congruente con la cultura nacional, pero también es poco productivo para las organizaciones.

De acuerdo con Montes Barreto Algunas evidencias de autodevaluación son: la impuntualidad, el malinchismo, el influyentismo, el despilfarro, la fanfarronería, la anarquía y la suciedad.

Ahora bien dice Montes Barreto, así como se tienen actitudes devaluatorias también se tienen valores, por ejemplo, dentro de la cultura, la seguridad emocional que el hombre adquiere dentro de la familia mexicana es superior a la que priva en otros países y culturas. En la familia, el mexicano aprende a poner en juego valores como: el afecto, la coopera¬ción y la lealtad.

Dice también Montes Barreto que las actitudes adaptativas y flexibles, lo que aminora las frustra¬ciones, propicia la cordialidad y la armonía, acepta la divergencia de opiniones y fomenta, por la buena, el servicio a los demás y la cooperación.

Comenta Montes Barreto que en particular sentido del hu¬mor permite ser alegres, sociales y, por ende, superar las adversidades. Y los trabajadores mexicanos tienen ingenio, sea en la calle, en las organizaciones y en otros eventos. Esto implica una reflexión hacia el desarrollo de la creatividad.

Según Montes Barreto en el trabajo los mexicanos pueden ser pasivos, flojos, dependientes e indis¬ciplinados hasta faltistas, pero tam¬bién son humildes, ‘jaladores’, cooperadores, afectuosos y hasta obedientes.

Comenta Montes Barreto que los elementos descritos pueden dar una idea precisa para que los administradores y los empresarios que se encuentran lidiando cotidianamente con ese recurso tan difícil de administrar que es el personal, hagan mejores decisiones y estrategias al premiar o castigar el com-portamiento de los trabajadores.

Montes Barreto dice que la inferioridad resulta ser una característica casi común en los trabajadores. Se trata de un complejo de autodevaluación (la minusvaloración del sí mis¬mo, el sentimiento de ser inferior a otros), se refleja en la personalidad de muchos mexicanos, autodevaluación enmascarada (tal como lo cita Carlos Fuentes en su obra), en forma sutil, por no querer o no saber reconocerla.

Además de lo anterior existen algunas características generales que prevalecen en gran parte de los mexicanos, de acuerdo con lo que postulan Samuel ramos y Octavio paz en sus magistrales ensayos acerca del mexicano: inseguridad y desconfianza, amor a las fiestas, falta de identidad nacional, culto y amor a la muerte y desorden.

Para conocer otras características del mexicano consultar Análisis del desarrollo de la Psicología en México hasta1990.

Defectos culturales

Sobre defectos de los mexicanos se atribuye a Porfirio Díaz la siguiente opinión: ‘Se contentan con tragar desordenadamente antojitos, levantarse tarde, ser burócratas con padrinos influyentes, llegar impuntuales a su trabajó, enfermarse a menudo y obtener licencias con goce de sueldo […] gastar más de lo que ganan y endrogarse con los usureros para hacer posadas y fiestas onomásticas’.

Oria Razo dice que a esa opinión sobre los defectos culturales se le podría agregar otras: desde la época colonial hasta estos días, todas las preferencias de las familias que buscan ilus¬tración, son para los abogados, los doctores, los literatos, los maestros y los oficinistas. Entre ciertos sectores de la población todavía se considera a las universidades como simples fábricas de títulos, donde se consigue acreditar un nuevo tipo de noble¬za de sentido aristocratizante.

Para Oria Razo los prejuicios nobiliarios, las aficiones burocráticas, retóricas y literarias y la repugnancia para el trabajo manual, alejaron los intereses culturales de los campos de la cien¬cia y la tecnología. Por ser patria de bachilleres licenciados, clérigos, doctores y burócratas. Por el origen se convirtió en centro de retóricos, cuna de dogmáticos y semillero de pedantes titulados, sin oficio ni beneficio.

Riding y Lewis han destacado por su parte la tendencia del mexicano a solo vivir el momento sin pensar en el futuro. Ligada a esta tendencia puede ubicarse una característica más que han destacado Benítez, Rodríguez, Riding y González; esto, la marcada inclinación a la corrupción. Los mexicanos, señalan algunos de estos autores, ubican el esfuerzo en última instancia y anhelan la obtención de las cosas de manera fácil, sus relaciones se guían más por el pragmatismo que por la ideología y por el poder más que por la ley.

La impunidad, la corrupción y la simulación han sido obstáculos para el desarrollo del país a lo largo de su historia […] La Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2005 revela que el 59% de la población percibe que las leyes en México se utilizan para defender los intereses de gente poderosa (33%) o como una simple excusa para cometer arbitrariedades (26%). Igualmente grave es la desconfianza que prevalece entre la ciudadanía. De acuerdo con el estudio de Latinobarómetro, en México sólo el 28% de los ciudadanos piensa que se puede confiar en la mayoría de las personas; otras encuestas sitúan esta cifra en alrededor del 15%. Este clima de desconfianza es preocupante, pues la predisposición negativa sobre el comportamiento de los demás inhibe la formación de redes ciudadanas y de capital social indispensable para articular e implementar soluciones a los problemas de la esfera pública.

De acuerdo con Transparencia Internacional, en su Índice de Percepción de la Corrupción 2006, México está ubicado en el lugar 70 de un total de 163 países, con una calificación de 3.3 en una escala de 0 a 10. De acuerdo con este índice, la percepción de la sociedad sobre la falta de transparencia del gobierno no ha mejorado durante los últimos diez años. Esto da cuenta de la necesidad de incrementar decididamente las medidas anticorrupción para revertir con hechos esta imagen negativa y superar en 2012, al menos, el valor medio de esta escala Plan Nacional de Desarrollo 2007-20012..

Considero mencionar también que la televisión, el internet, el cine no ha ayudado a integrar a la familia mexicana, sino al contrario lo han desintegrado con la pérdida de valores, principios y hábitos en la cultura mexicana; que nada ayudan al desarrollo del proceso educativo en México.

Antes de 1950 el cine y la radio ya formaban la parte más importante del bloque de las agencias extraescolares que realizaban una acción antagónica a la del sistema educativo nacional. Después de 1950, con la instalación de los primeros canales de televisión, su paulatino crecimiento y la proliferación de los aparatos receptores en los hogares, ese bloque adquirió un enorme poder frente a la acción, educativa de la escuela.

Para Oria Razo la influencia que ejerce la radio y la televisión sobre la sociedad es demasiado grande y penetrante. El aparato de televisión es el centro frente al cual se reúne la familia. Ha venido a suplantar al jefe y guía natural del hogar. La tradicional organización de la familia se ha desintegrado ante el poder primero del cine y la radio, y más tarde de la televisión.

De acuerdo con Oria Razo se afirma frecuentemente que la radio y la televisión, salvo las naturales excepciones, no ayudan a elevar la cultura popular. No son agencias al servicio de la educación nacional. Son instru¬mentos al servicio de la publicidad para vender mercancías en serie. No sirven para integrar la cultura sino para unifor¬mar opiniones, gustos, modas, sentimientos, necesidades.

Dice Oria Razo que la misión fundamental de la radio y la televisión es la de crear consumidores en serie. Para cumplir esa misión se dedican a contagiar la mente de la población. Producen epidemias men¬tales. Esos medios de comunicación masivos constituyen lo que bien puede ser calificado como la gran industria del contagio mental; crean graves epidemias mentales consumistas que afectan la salud social.

Comenta Oria Razo que la cultura se transmite por medio de un completo proceso social, que se llama educación. Esta transmisión social de la cul¬tura se realiza en el ambiente de toda la sociedad. Se ha dicho, que no educa sólo la escuela, ni la familia, sino la vida misma, la sociedad en su conjunto. El modo de vida de una comunidad se conforma en el marco donde se realiza el hecho educativo: en la vida social. La atmósfera cultural donde se transmite lo que se llama herencia social, está deformada. En ella bloquean a la acción educativa las epidemias que producen el contagio mental consumista. El agente contaminador más peligroso es la acción de la televisión comercial dirigida a crear consumidores en serie.

Comenta también Oria Razo que la función social fundamental de la televisión debe ser la de educar. El contenido y la difusión de los programas de tele¬visión deben orientarse también de acuerdo con la filosofía del Artículo Tercero constitucional, de acuerdo con lo que se establece en la Ley General de Educación. El cine, la radio y la televisión no se deben contraponer a la labor educativa de la escuela. La televisión no debe destruir en la tarde lo que la escuela hace por la mañana.

Oria Razo dice que en el Programa de Desarrollo Educativo se menciona la infraestructura que ya tiene el sector educativo. También se proyecta integrar al esfuerzo educativo global el equipo de transmisión de señales de televisión y radio con que cuentan la mayor parte de los gobiernos estatales. Pero lo más significativo es que se consideren los medios de comunicación comerciales.

También dice Oria Razo que se expresa en el Programa de Desarrollo Educativo que de acuerdo con el Artículo 74 de la Ley General de Educación se fomentará la participación educativa de la televisión y la radio privadas. También se integrarán al esfuerzo educativo las empresas de servicios de telecomunicaciones, con el objeto de garantizar la calidad educativa.

Estoy de acuerdo con Oria Razo cuando dice que lo importante es que los grandes medios de comunicación privadas no realicen una acción contraria a la que se desarrolla en la escuela. El Artículo 74 de la Ley General de Educación señala la obligación de los medios de comunicación masiva de contribuir a los fines de la educación de conformidad con el Artículo Tercero constitucional.

La televisión, el internet y el cine no han favorecido a la transformación del sistema educativo mexicano, al contrario lo han destruido.

La televisión abierta o pagada (cable o sky), son los que educan actualmente con programas distractores para personas singulares que incide en los patrones de conducta de niñas, niños y adolescentes. Los canales de televisión no sólo entretienen, sino que informan, forman y motivan a alguna acción.

Programas infantiles como las caricaturas y las telenovelas, donde predomina el erotismo y la violencia, los han enfocado a este tipo de personas, además de que saben a quién destinar los mensajes y en qué horarios con el fin de incrementar el índice de audiencia a costa de lo que sea.

Héctor Slim Seade, Director General de Telmex, dijo durante un discurso: ‘En México se estima que cuatro de cada diez niños ven en línea material para adultos; de ellos, el 38% afirma que no buscaba esa información; 38% ingresa a páginas con contenidos de violencia y un 16% de los menores navega en páginas de contenido racista o discriminatorio’.

Niños y jóvenes mexicanos pasan frente a la televisión un 50% más de tiempo que los niños y adolescentes españoles. Viendo programas como son: los Simpson, Caricaturas, la Niñera, Dragón Ball, Beverly Hill 90210, Telenovelas, Príncipe del Rap y otros programas de menos porcentaje.

Según Mendoza Trejo los programas que obtuvieron mayor porcentaje en la preferencia de niños y jóvenes se caracterizan por la transmisión de antivalores: Los Simpsons. Presenta la vida de una familia caótica, sin normas o reglas, con un padre devaluado que utiliza la violencia para controlar a su hijo. Se muestra un grupo en el que la comunicación interpersonal es mínima, ya que cada quien se halla preocupado principalmente por sí mismo. Se muestra como valor máximo al dinero, como un instrumento que da poder y que satisface todas las necesidades y deseos. Dragón Ball. Caricaturas violentas importadas. Beverly Hills. Enfatiza relaciones sexuales prematuras y la importancia del dinero. De lado positivo, muestra el valor de la amistad.

Para Mendoza Trejo la niñera es un cuento de hadas moderno caracterizado por la frivolidad. Telenovelas. Romance estelar, con conflictos que ocasionan los antagonistas de la pareja, relaciones sexuales prematrimoniales, violencia como medio para solucionar conflictos, familias disfuncionales, homosexualidad como preferencia sexual y justificación de la misma, presencia frecuente de discotecas (actualmente ‘antros’). Es más lamentable aún, que sean niñas y adolescentes mujeres de primaria y secundaria las que en mayor proporción ven este tipo de programas, ya que las proveen de una visión distorsionada de la vida.

Los programas deportivos en los canales de paga y abierta que también inducen al vicio con los comerciales de cerveza, vinos, licores, cigarros y productos que son dañinos para la salud; además de hacer dependientes de ellos. Todo lo anterior lo comento porque no tienen nada de educativo y de valor cultural, pero si destructivo.

El internet es una herramienta importante si sabe utilizar, esto es debido a la basura que se puede encontrar en ella y muchos profesores mandan a investigar a niños al internet sin darse cuenta que lo están enviando al ‘matadero’ con los chats con personas sin conciencia que puedan hacerles daños, esta también las páginas eróticas que se abren sin necesidad de consulta, juegos de casinos que pueden hacerlos caer en la trampa de apostar. Por lo tanto, es necesario poner atención a los niños y jóvenes en cuanto enviar a consultar el internet, porque se puede destruir en vez construir la vida de las personas.

Los hombres jóvenes que apenas se inician en la vida deben evitar las deudas. Difícilmente hay otra cosa que hunda más a una persona como las deudas. En ocasiones vemos hombres que han amasado grandes fortunas y que de pronto se encuentran en la pobreza. En muchos casos esto se debe a la inmoderación y a veces al juego y otros malos hábitos. Con frecuencia sucede porque un hombre se compromete en ‘operaciones especulativas’ de alguna clase.

En las escuelas se debe fomentar el hábito del ahorro a los niños que van al jardín de niños, primaria, secundaria, con el objeto de evitar contraer deudas a los inicios de su vida; ya que les puede traer graves consecuencias en el futuro.

El cine nacional hace tiempo que está en crisis, la mayoría de películas de calidad que se proyecta en salas son extranjeras y las mexicanas son de poca calidad, sin valores culturales y educativos, con alto contenido de agresividad, erotismo, drogadicción y prostitución.

Por otra parte, las películas piratas se pueden conseguir en cualquier parte, ya que lo venden personas con falta conciencia. Los niños y menores de 18 años de edad son los más perjudicados compran películas con contenidos que no son para ellos, con precios de 10, 15, o hasta 20 pesos dependiendo del tipo película y la calidad, sin necesidad de ir al cine y pagar más caro por un estreno.

La familia mexicana ha sido manipulada por los medios masivos de comunicación y también ha influido en sus vidas para la pérdida de valores de nuestra cultura. Ahora copiamos modas extranjeras en la forma de vestir, hablar, tatuarse el cuerpo, etc.

4. CONCLUSIONES

La familia es el cimiento de la sociedad, porque en ella se aprende los valores. La práctica de los valores constituye la base para el desarrollo y progreso de los países en vías de desarrollo.

En la familia se aprende valores fundamentales para el desarrollo de las sociedades. Por lo que es importante cultivar los valores en la familia, escuela y sociedad.

La educación debe ser baluarte para la práctica de valores que impactan desde la niñez hasta la edad adulta en la sociedad, estado y país.

Los medios de comunicación en México no han podido cultivar los valores en la niñez y en la sociedad por los programas de poca calidad y valor educativo.

Los programas que transmiten son poco de valor educativo y son programas que favorecen la práctica de antivalores.

Los niños y las personas singulares que más se ven afectadas por estos programas porque ellos mismos la ponen en práctica donde en cualquier lugar en donde se encuentren.

La pregunta es, ¿ la educación de los mexicanos en manos de quien está?, la familia, la escuela, los medios masivos de comunicación o el gobierno. Para cultivar los valores depende, de la familia, la escuela, los medios masivos de comunicación y sobre todo el gobierno.

5. FUENTES DE INFORMACIÓN

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Hemerografía

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