Contribuciones a las Ciencias Sociales
Marzo 2011

“MILANESAS UNITARIAS” ¿O LA ANIQUILACIÓN DEL FEDERALISMO?

 

Roberto F. Bertossi (*)
robertossi@hotmail.com
 

Primero fue el chancho, después la merluza, ahora algunas milanesas sólo disponibles en el Mercado Central (sic) Porteño.

Como siempre, pero acentuado en la última década, las acciones, omisiones e intentos para aniquilar el federalismo con una u otra argucia, parecen no encontrar límite.

Obviamente, una milanesa más, una milanesa menos no podrán con el federalismo. Sucede que estos puercos o estas milanesas son apenas la punta del iceberg o las balizas de un centralismo unitario, paradójicamente esgrimido por `provincianos´ conversos por el manejo arbitrario, discrecional, clientelar e irresponsable del tesoro nacional.

En efecto, aquí ya no se trata sólo de que el centro chapucero de nuestra economía como de la fragmentación de nuestra sociedad es realmente unitario, sino finalmente, del inequitativo e inconstitucional manejo “de la caja”.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Bertossi, R.F.: “Milanesas unitarias” ¿o la aniquilación del federalismo?, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, marzo 2011, www.eumed.net/rev/cccss/11/

No obstante que algunos gobiernos provinciales son cómplices o complacientes con este aniquilamiento, los gobiernos provinciales en general continúan reclamando infructuosamente lo suyo a la administración nacional actual, acicateados por legitimas demandas de sus municipios, comunas y regiones.

En efecto, en la práctica `el puerto´ continua sojuzgando, neutralizando y empobreciendo hasta su aniquilamiento todo federalismo e, indirectamente, toda autonomía municipal.

Sin titubeos, el primer artículo de nuestra Constitución Nacional proclama que la Nacional Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal.

La forma federal de Estado, implica un lenguaje, una metodología y un modo de relación entre el poder y el territorio, impresa y expresable sobre la premisa innegociable de una singular generación de descentralización no sólo política sino en todo aquello concerniente a sus cimientos fundacionales, físicos, geográficos, económicos, fiscales y administrativos.

El histórico “Viva la Santa Federación” significa vivar a las Provincias Argentinas. La patria es la tierra, los hombres que en ella habitan, sus acervos, sus valores, su pasado, su presente y su futuro; mucho más que un sentimiento que no se razona, pero, por el cual vivieron y murieron tan dignamente demasiados argentinos.

Defender el Federalismo de la `gula unitaria´ era y es defenderse a sí mismo y a los suyos; conseguir y mantener un bienestar del que hemos despojados impunemente a millones de conciudadanos, a nuestros hermanos mayores, los dueños de la tierra, los vilipendiados pueblos originarios de los cuales “muchos de sus poquísimos sobrevivientes” por estos días, sufren en sus brazos sin consuelo ni razón, la muerte en sus propios niños por desnutrición; pueblos sometidos, despojados y olvidados desalmadamente peor que el peor colonizador.

Sin las abortadas vigencias de auténticos federalismos, de autonomías municipales y regionales, nada hubiera sido igual ya que por razones de cercanía, hospitalidad, solidaridad, territorialidad e inmediatez, tanto los pueblos originarios como el desarrollo humano, los desequilibrios y las desigualdades en el subdesarrollo relativo de provincias y regiones, todo se hubiera evitado o, cuanto menos mitigado, con un crecimiento equitativamente armónico propio e inherente a un genuino federalismo.

Es que el mismo se basa en la asociación voluntaria o federación de Estados locales, regionales y provinciales que sólo delegan algunas de sus atribuciones para constituir el Estado o poder central, cuyo fin y límite no debe ser otro que el bien común; un bien común que se define y expresa por presencia o ausencias, por bienestar o malestar de maltratos seculares.

La forma unitaria de gobierno es sostenida no sólo por grupos porteños sino también por grupos del interior cuyos obscenos ingresos dependen de actividades financieras, explotaciones mineras, energéticas, petroquímicas (ruinosas), pesqueras, turísticas, inmobiliarias, etc.; un status centralista acompañado y financiado por las más antiguas y poderosas familias que aún controlan aviesa y solapadamente algunos gobiernos provinciales y municipales en categoría de perversas dinastías.

Preconclusivamente, la Argentina no pudo ni podrá alcanzar duraderamente su destino de grandeza en tanto no logre una vivida cultura federal madre y padre de solidaridades sociales inherentes a nuestra identidad, pertenencia y argentinidad en cuanto tal.

Finalmente, sólo con una vigencia plena del federalismo, no habrá más hombres ni mujeres providenciales que apenas si fueron y serán relámpagos en las tinieblas unitarias.

* Experto de la CONEAU

Fundador de la cátedra universitaria de derecho cooperativo

Docente e Investigador universitario de grados y postgrados

U.N.C., U.N.L. y otras.

Consultor provincial, nacional e internacional.

 


Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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