Contribuciones a las Ciencias Sociales
Febrero 2010

PANAMÁ EN EL CONTEXTO DE LA II GUERRA MUNDIAL: APROXIMACIÓN HISTÓRICA
 


 

Enrique Rascón Palacio (CV)
erascon75@gmail.com

 

Resumen

Enmarcados en el contexto de la segunda guerra mundial, el presente ensayo esboza una aproximación del entorno social, político y económico que Panamá experimenta en ese momento histórico. A pesar de que Panamá como Estado no intervino como actor directo en el desarrollo de la conflagración; no se puede negar que indirectamente, se ve involucrado por la preponderancia de su posición geográfica. Antes, durante y después del conflicto bélico, la sociedad panameña se vio inmersa en cambios tantos cualitativos como cuantitativos de diferente índole. Háblese de cambios sociales, económicos, políticos u de otro tenor, en su conjunto, con el transcurrir de los años, han propiciado la estructuración de lo que hoy en día es, el Panamá moderno.

Palabras clave: Conflagración, zona del canal, ciudades terminales, nación istmeña, canal interoceánico.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Rascón Palacio, E.: Panamá en el contexto de la II Guerra Mundial: aproximación histórica, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, febrero 2010, www.eumed.net/rev/cccss/07/erc.htm 


Introducción

Los hechos históricos adversos experimentados por la humanidad nos permiten sopesar lo irracional que en algunas ocasiones la raza humana tiende a comportarse. A pesar de que en la sociedad existe un orden, al mismo puede catalogársele como una especie de acuerdo generalizado en donde casi todos los actores sociales le aceptan por la conveniencia recíproca que representa este en un momento dado.

En la dinámica social que se promueve en los Estados, ciertos actores se presentan ante éste como los estereotipos más indicados para instaurar un esquema político o social de índole antagónico al existente. De esta forma la dinámica es perturbada. Esa alteración puede oscilar en beneficio de todos (tipo ideal); o, por contraposición, puede erigir un quiebre mayúsculo del control lógico social existente.

Esto permite ver que a pesar de lo complicado que resulta administrar un cuerpo social convenido entre varios agentes; sean éstos instituciones o individuos racionales, en el ejercicio del quehacer cotidiano de éstos, se manifiestan las intenciones tanto de gobernados como de gobernantes respecto a una idea de desarrollo nacional. Sin embargo, es en la dinámica social colectiva en donde, por arrogancia o por interés creados, algunos “agentes externos” al medio social jurídico establecido, actúan con beligerancia sobre las necesidades manifiestas por los urgidos de las mismas.

Panamá como ente social jurídico instaurado por consenso sufre a lo largo de su contexto republicano muchos escollos materiales, sociales, políticos, lógicos e ideológicos que transforman hasta cierta medida, una primera intención de estructuración social promovida por componentes civiles-institucionales en ejercicio del derecho y deber colectivo.

La nación istmeña a través de su historia experimenta la impetuosa acción interventora de Estados Unidos. Su particular posición geográfica y estrechez territorial han sido aspectos relevantes para éste, dado que Panamá les ha representado un sitio hemisférico ideal para impulsar el desarrollo de estrategias geopolíticas. En ese sentido EE.UU. ha sido actor beligerante durante mucho tiempo del destino mundial. Por lo consecuente éste no ha dejado de aprovechar las oportunidades históricas para hacer prevalecer su posición hegemónica.

Ya en el albor del siglo XX, Estados Unidos empieza ser orquestador de diversas transformaciones geopolíticas e ideológicas que han propiciado la actual estancia mundial –predominio del capitalismo-. Su razón de ejercicio históricamente le ha permitido autoproclamar y desarrollar la personalidad de libertador del mundo y propiciador de una paz social general y equitativa para todos. Panamá en cierta forma contribuye a este hecho con una mayor o menor participación histórica.

Antecedentes Históricos: Panamá antes de la II Guerra Mundial.

Panamá antes de lograr su status como república experimentó una serie de “hechos históricos” que de una u otra forma mermaron su dinámica social de desarrollo. Éstos tienen su génesis desde épocas coloniales. La preponderancia de los mismos se evidencia a través de las distintas etapas de constitución de lo que, hoy por hoy, es la República de Panamá.

Referidos a la época de la unión a Colombia (1821-1903) vemos cómo las pérdidas materiales y el desacierto político están a la orden del día. En ese período Colombia aprovecha la ubicación geográfica de Panamá para hacer rentable sus acciones de transporte comercial. Igualmente en esta época se consolida el desacierto político hecho. Esto sucede porque al momento de concretarse la unión de Panamá a Colombia, los representantes panameños ante el gobierno colombiano, ven inhabilitadas ciertas aspiraciones colectivas encaminadas sobre todo al logro de mejorías sociales – a pesar de sus buenas intenciones- debido al antagonista interés existente por parte de Colombia. Incluso Colombia en gran medida se interesa más por sus deseos de concretizar la construcción de un canal, en vez de mejorar las condiciones socio-económicas de los habitantes del lado oeste de su frontera (hoy República de Panamá).

Surgen múltiples intentos para concretizar un canal a través del Istmo de Panamá. Todos propugnados en gran medida por Colombia. Entre algunos de los intentos realizados figuran los decretos o acuerdos, tales como: El de 27 de mayo de 1835 suscrito con Carlos, Barón de Thierry, el de 18 de julio de 1851 celebrado con los señores Manuel Cárdenas, Florentino González, Ricardo De La Parra y Benjamín Baggle, el de 26 de enero de 1870 firmado entre Colombia y los Estados Unidos, el de 1878 celebrado entre la Compañía Francesa del Canal Interoceánico y el gobierno de Colombia y el suscrito el 22 de enero de 1903 denominado Herrán-Hay el cual es celebrado entre Colombia y los Estados Unidos (Soler, 1974).

En principio Panamá aspira con su integración político-administrativa a Colombia a mejores condiciones socio-económicas. El resultado es otro. Surge como secuela un interés generalizado en los habitantes del Istmo – sujetos aún a las disposiciones de Colombia- por estatuir un concepto nacional propio. En otras palabras, se lucha por la soberanía total. Esta se logra el 3 de noviembre de 1903. Ese día se erige Panamá como Estado libre, independiente y soberano. En teoría este era el fin; sin embargo, en la praxis no se da esto. Ahora bien, no se puede obviar el hecho de que los Estados Unidos ha sido el “talón de Aquiles” – para bien o para mal- de Panamá. Aseveramos esto porque Panamá fue y sigue siendo un país con una posición geográfica muy atrayente para los Estados Unidos. En otrora, la posición geográfica de Panamá permite a Estados Unidos implementar sus estrategias geopolíticas de índole imperialista. De esta forma se da cuerpo al Estado panameño. En efecto, el imperialismo contribuye a este hecho desde sus propias perspectivas y posiciones (Soler, 1974).

A inicios del período republicano los primeros gobernantes del país (Manuel A. Guerrero, entre otros) predispuestos por el interés burgués panameño de la época, se enfocan en negociar con Estados Unidos la construcción de un canal que uniera los océanos Atlántico y Pacífico. Dicha vía interoceánica permite a los norteamericanos confirmar su visión de potencia mundial en los inicios del siglo XX. Por su parte, a los incipientes capitalistas panameños, les facilita ver realizados sus intereses creados. Este hecho se concretiza. De esta forma en el marco de la primera guerra mundial, Estados Unidos como operante absoluto del Canal, lo emplea a su total discreción. El trazo maestro de esta obra hace que Panamá se enfoque como un aliado incondicional de este país.

Entretanto, desde 1903 hasta antes de iniciar la segunda guerra mundial (1939) Panamá y EE. UU., experimentan altas y bajas en sus relaciones bilaterales. En ese lapso de tiempo a pesar que los gobernantes panameños de turno buscan disminuir las concesiones dadas a Estados Unidos a través de diversos tratados -todos concernientes al manejo y defensa del canal-, este goloso imperialista se niega a retroceder en sus propósitos. La historia de las relaciones entre Panamá y Estados Unidos, analizada a través de los distintos incidentes (Tajada de Sandía en 1856, entre otros) y, sobretodo, con los diversos tratados celebrados -durante su unión a Colombia y en la vida republicana- son evidencia de este contexto histórico elucidado.

Como secuela de la construcción del canal las ciudades terminales (Panamá y Colón) son ocupadas por el elemento humano en forma rápida. Sin embargo, luego de terminado el proyecto interoceánico, quedan cesantes un gran número de trabajadores nacionales y extranjeros. Con ello se propicia el surgimiento de comunidades de emergencia (Soler, 1974). Desde entonces el crecimiento poblacional de la ciudad de Panamá es vertiginoso. La emigración del área rural hacia la urbe capitalina es constante y, hoy en día, es persistente.

Estos rasgos del Panamá anterior a la segunda guerra mundial aunado a procesos sociales, políticos y económicos suscitados simultáneamente, prepararán –como se verá- una inserción estatal definitiva al mundo capitalista liderado por EE.UU. A su vez, los reajustes político-sociales se desarrollan al margen de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Panamá.

Panamá en el Contexto de la II Guerra Mundial.

En la segunda guerra mundial Panamá experimenta un nuevo proceso histórico. Proceso que se asemeja al observado durante la construcción de la vía interoceánica. Nos referimos a que la población en esos lapsos concretos de tiempo ve mejorado su bienestar socio-económico.

Como anteriormente se había señalado el ritmo de desarrollo urbano en la ciudad de Panamá se ve impulsado por la construcción del canal y por la dinámica social de migración. El capital humano del interior abandona sus actividades de campo con miras a encontrar en la ciudad una mejor forma de vida y, suplir en parte de forma más rápida, sus diversas necesidades. Entre éstas figura el deseo de lograr mejores salarios y adquirir acceso a servicios de mercado que no se encontraban fácilmente en el interior del país.

Debido a este hecho la población de la urbe capitalina se incrementa. La dinámica demográfica nos revela que en 1851, cuando aún no existía la provincia de Colón, en la provincia de Panamá se concentraba el 37.9% de la población nacional. En cambio, para 1940 las provincias de Colón y Panamá contenían el 40.3 % de la población del país siendo la población total equivalente a 622,576 habitantes (Ábrego Torres, 1999). Específicamente la población en la zona del canal, integrada en gran parte por personal militar, fluctúa durante la conflagración alrededor de los cien mil habitantes. Este hecho permite que en un corto lapso de tiempo surjan nuevos mercados a lo interno del país.

La estabilidad económica de Panamá para algunas elites capitalistas de aquel entonces (políticos e incipientes empresarios) se fundamenta en la necesidad de tener la presencia estable de efectivos militares dentro de la denominada Zona del Canal. Como estos incipientes capitalistas no ven más allá de sus intereses, no logran comprender el papel que Panamá como Estado soberano podría desarrollar si era entendida la importancia de su privilegiada posición geográfica. Como señala Soler (1974), en ese entonces no se comprendía que la estabilidad económica del país no dependía de la existencia de una zona interoceánica en territorio nacional; sino más bien, del entender en toda su magnitud, la importancia de la posición geográfica. Lamentablemente en los primeros años de vida republicana de Panamá, la visión en mención que debió prevalecer, no se concretiza a favor de la nación istmeña, poseedora del invaluable recurso/privilegio natural. Otro estratega político, sí se percata de esto y utiliza por muchos años el recurso natural y creado que, Panamá, no supo explotar en otrora. Desde luego que se hace referencia a los Estados Unidos.

Marco Histórico de Panamá: Administración Arias Madrid

Entre tanto, el desequilibrio económico que se registra entre el medio rural y el medio urbano en Panamá, tiene sus secuelas mediatas y de largo plazo. Para solventar esta situación la gestión pública se enfatiza en el interior del país. Es en este contexto que el gobierno del Dr. Arnulfo Arias Madrid (1/10/1940- 1/9/1941) a pesar de su corta gestión administrativa en la cosa pública panameña, promueve una serie de innovaciones sociales que le dan un respiro a la sociedad en general en cuanto a perspectivas socio-económicas se refiere.

Con un sentir público hacia los más necesitados en el papel desempeñado por la administración Arias Madrid, se establecen: La Caja de Seguro Social, el Banco Central de Emisión de la República de Panamá, la Contraloría General de la República, el Banco de las Provincias Centrales, entre otras instituciones. Se puede catalogar que en esta administración se plantea realmente un esquema político de carácter nacional que busca dirimir en gran parte la dura situación socio-económica que se experimenta antes de la segunda conflagración mundial. Situación que se había agudizado por los efectos de la crisis económica mundial experimentada entre 1929 y 1931. Se idea entonces una visión de carácter nacional de profundas proyecciones económicas, políticas, sociales y culturales; y en donde, se proyecta la función rectora e interventora del Estado en la economía (Ábrego Torres, 1999).

Todas las mejoras institucionales de la administración Arias Madrid, logran proyectar un mejor porvenir nacional a pesar de que a nivel mundial se vive una inestabilidad geopolítica por los efectos de la conflagración. Para ese entonces Panamá en el ámbito interno, cuenta con una precaria solidez agrícola, que día tras día, ve mermada su existencia por la competencia de las importaciones que se permiten realizar con miras a satisfacer las demandas de mercado existente. Necesidades que provienen sobretodo de los residentes del área del canal.

Esta situación plantea como política de Arias Madrid la restricción a las importaciones. De esta manera se busca estimular el sector agrícola y comercial a nivel nacional. Todo esto es complementado con la creación de ciertos entes estatales financieros. Los mismos permiten revitalizar de forma rápida y eficaz en pocos años a los sectores antes señalados. De esta forma campos inadvertidos comercialmente como la producción de papel, la panadería, materiales de construcción y otras industrias varias se van abriendo campo.

Entretanto, los ecos de la necesidad de proporcionar alimentos a los habitantes de la zona del canal y a la propia población panameña obliga a la administración Arias Madrid recurrir al apoyo internacional. Con la creación de caminos de producción a través de la colaboración brindada por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y el Instituto de Asuntos Interamericanos, el gobierno panameño, intensifica sus esfuerzos por ampliar la red vial del país. Así se da impulso a la producción agrícola y se fomenta decididamente la agricultura. Este impulso adquiere su mayor esplendor entre 1942 y 1944.

Con estas estrategias de desarrollo interno, el comercio local tanto del sector agrícola como el de servicios, logra recuperarse durante el primer quinquenio de la década del cuarenta de forma constante. Realmente en el primer lustro de la década del 40, Panamá experimenta un auge económico que en pocas ocasiones se ha podido sopesar de forma tan eficaz debido a la acción interventora del Estado en el mercado interno del país.

La casi siempre consistente tendencia tradicional de la época era que si se comenzaba a ver los resultados de la administración saliente, la nueva administración tendía a eliminar la iniciativa propuesta por su antecesora. Bajo este parámetro se ve agravada la situación social existente. Por ende, la administración Arias marca un hito político al cual la administración De La Guardia le da seguimiento.

Para tal fin la administración Arias Madrid con miras a exaltar los valores nacionales suprime la propaganda en inglés, establece el derecho de la mujer al voto y aprueba el pago de vacaciones cada once meses de trabajo. Y consecuentemente, logra establecer el preaviso para proceder a los despidos, entre otras acciones de carácter social. De igual manera en el plano internacional, esta administración arregla las desavenencias del litigio fronterizo existente con Costa Rica. Este problema se termina con la firma del Tratado Arias-Calderón del 1 de mayo de 1941.

Precisamente en 1941, es derrocado Arnulfo Arias Madrid. Este evento es promovido por la Asamblea Nacional y con la ingerencia de Estados Unidos¹ –Madrid se oponía a los intereses de Estados Unidos -. El resultado inmediato de esa crisis de relaciones bilaterales permite que De La Guardia se constituya el 9 de octubre de 1941, en el nuevo jefe del Estado panameño.

Marco Histórico de Panamá: Administración De La Guardia

Ya encargada de la cosa pública del país la nueva administración plantea otras estrategias de desarrollo nacional. Así en pleno apogeo de la guerra, el gobierno de De La Guardia da la orden a través de la Policía Nacional de arrestar a todos los ciudadanos de nacionalidad extranjera con los cuales Panamá se encontraba en guerra (Ley N° 104 del 10 de diciembre de 1941). Esto a raíz de las cláusulas del Tratado Arias-Roosevelt de 1936. También establece la prohibición de la inmigración de personas procedentes de países sitiados por las potencias del eje.

Al registrarse dificultades en las comunicaciones marítimas y terrestres el Poder Ejecutivo concreta acuerdos con TACA para prestar servicios aéreos. También durante ésta administración “[…] se prestó especial atención al bienestar del Cuerpo de Policía, […] se establecieron el Departamento de Corrección, el Instituto de Vigilancia y Protección del Niño […], las Relaciones Exteriores ocuparon un lugar primordial […]; en […] la educación, la administración […], puso especial atención en que la misma < tuviera un carácter más práctico>, conforme con las exigencias del momento […]” (Pizzurno y Araúz, 1996). Las medidas adoptadas se validan debido a que era necesario inculcar conocimientos técnicos prácticos tanto de formación agrícola como tecnológica. También porque la plazas de maestros se ven incrementadas debido a la deserción de muchos profesionales del ramo. Hecho derivado del auge económico que se experimenta en las ciudades terminales y en la zona del canal. Tanto así, que se calcula que 1/8 parte de la mano de obra productiva de todo el país laboraba por esos años en la Zona del Canal.

Con las medidas instauradas por la anterior administración y con su consecuente seguimiento en la administración De La Guardia, el sector agrícola de Panamá logra el mejor impulso de desarrollo que se haya registrado –durante primera mitad del siglo XX-. A tal punto que en el bienio 1942-1944 se adjudican 37,000 hectáreas a agricultores. Incluso se decreta la distribución de tierras baldías entre ellos y se obliga a los terratenientes cedérselas si éstas se encontraban sin cultivar (Pizzurno y Araúz, 1996). Así se ve propiciado el incremento en la producción y el suministro interno de arroz, maíz, frijoles y otros tipos de granos básicos.

Entre 1941 y 1945 la población panameña ve mejorar aspectos de salubridad, servicios comerciales, educación e incentivos fiscales agrícolas. Verbigracia de lo anterior es que bajo la administración De La Guardia se logra becar a 24 profesores para realizar estudios en universidades extranjeras, se contratan docentes del exterior y se declina a la intensión de suprimir instituciones como: El Conservatorio Nacional de Música y Declamación, Teatro Nacional y la Academia de Pintura, entre otros. Todo porque el presidente consideraba “que estas instituciones y las escuelas primarias y secundarias formaban <un conjunto armónico para la […] cultura> (Ibid, 1996).

En lo referente a incentivos fiscales agrícolas la administración De La Guardia a través de la ley N° 123 de 10 de abril de 1943, introduce cambios positivos al sector. Entre ellos, se logra el establecimiento de colonias agrícolas, se conceden titulaciones de las propiedades sin costo alguno, se autoriza la importación de instrumentos de labranza; e incluso, se traen a territorio nacional técnicos extranjeros (Torres, 1982). Por estas razones se experimenta un crecimiento dentro de las actividades agrícolas practicadas en el país.

Otras aristas históricas

Desde los inicios de la vida republicana de Panamá, el agente foráneo capitalista extraterritorial mide fuerzas con la inestable clase comercial de este país. Esto es reflejado durante la primera mitad del siglo XX. Ávila lo relata en los siguientes términos: Ese “proceso de desarrollo nacional […] se vio abruptamente interrumpido por la intromisión extranjera […] Esto permitió que el capital extranjero se apoderara […] de nuestro mercado interno, […] y en fin, estrangulara […], la débil economía istmeña” (Ávila, 1998). Como secuela de lo anterior, hoy día esa realidad se manifiesta con la falta de iniciativas de industrias pesadas y con la incongruencia ejercida de un comercio exterior que no esta acorde con las virtudes comerciales que puede facilitar la posición geográfica de Panamá. Sin embargo, durante la segunda conflagración mundial, Panamá, experimenta un repunte industrial que, hoy por hoy, se puede constatar a través de entidades empresariales operantes desde ese entonces y que funcionan con sólida liquidez económica. Ejemplo de lo anterior es que en completa simultaneidad con la guerra, inician sus actividades comerciales empresas como: Cemento Panamá S.A., la Cía. de Productos de Arcilla, la Cía. Panameña de Alimentos Lácteos, Cía. Internacional de Ventas; Servicios de Lewis, S.A., Tagarópulos, S.A., Cía. Panameña de Aviación y diversos servicios informativos (Soler, 1974). Algunos de estos entes se encuentran activos hoy; otros, como los medios de servicios informativos (radios y revistas) claudicaron con el pasar de los años.

De las mencionadas empresas son activas comercialmente: COPA, Tagarópulos, S.A., Cemento Panamá S.A., entre otras. No obstante, “dada la debilidad intrínseca del capital autóctono, la inversión extranjera financió el grueso de la industrialización […] En Panamá, más que en ningún otro país del continente, el capital industrial fue un apéndice del capital imperialista norteamericano” (Beluche, 1997). Es por eso que desde los inicios de la construcción del canal la clase burguesa comercial del país apunta a lograr prebendas. Esto como resultado de sus posibles actividades comerciales a desarrollar por las demandas de mercado y servicios que los habitantes del área del canal requerirían en un futuro próximo. Claro es que este posible mercado le sostendría sus actividades en las ciudades terminales, lo cual paralelamente, les permitiría crecer en términos económicos de manera constante.

Esta era la visión de los incipientes comerciantes panameños. Esta tendencia se ve fortalecida en el periodo de la segunda guerra mundial. Durante este periodo se registran uniones comerciales. Estas surgen a raíz de la demanda de servicios por parte de los elementos militares y civiles del área canalera. Dichas inversiones se erigen bajo patentes comerciales, o mejor dicho, bajo autorizaciones de marcas de capital extranjero que imponían las reglas del juego (Torres, 1982). A pesar de esto, estas inversiones logran desarrollar un “boom económico” que a la postre, a ciertas familias elitistas panameñas, les sirve como trampolín hacia la incursión en la vida política y pública del país.

Ejemplo tangible de esta situación es el grupo de los Eleta. Éstos en el año de 1939 logran la fusión de varias empresas. Surge de esta forma la “Cervecería Nacional”. Con esta acción el señor Fernando Eleta –Ministro en aquel entonces- expande su influencia política y comercial tanto en Colón y en la ciudad de Panamá (Soler, 1974). Otras familias elitistas de esa época y, que hoy en día, pertenecen a la clase pudiente e influyente política del país son: la familia Alemán, la familia Arias-Espinosa, la familia Vallarino, la familia Duque, la familia Chiari, entre otras. He aquí en estas familias junto con la presencia de grupos hebreos y de otros grupos étnicos la concentración del poder económico panameño. Hecho que se concreta gracias a la influencia norteamericana y, desde luego, a raíz de esa visión mercantilista que sus familiares antecesores lograran percatar y poner en praxis.

Durante el mismo marco referencial, Panamá, experimenta ciertos reveses. Éstos se enfocan sobretodo en las relaciones bilaterales con los Estados Unidos. Para 1942 el entonces presidente De La Guardia, se ve en la necesidad de concretar un convenio de bases militares con los Estados Unidos.

El mismo permite a Estados Unidos, instalar 136 sitios de defensa a nivel nacional. En ese sentido Panamá esta virtualmente ocupada por las tropas norteamericanas (Ávila, 1998). El desagrado fue general en la población panameña. Dado que en ese preciso instante ya los EE.UU. tenía privilegios en la denominada Zona del Canal y ahora con esta nueva pretensión norteamericana parece estar la guerra en Panamá y, no, en otras latitudes. Ese malestar nacional provoca que en la Universidad de Panamá (creada en 1935) se efectúe el Primer Congreso de la Juventud Panameña en el año de 1943. El grupo de jóvenes allí congregados plantea “posiciones antifascistas, patrióticas y antioligárquicas” (Ibid, 1998). Posturas sociales que envían un claro mensaje a los Estados Unidos.

De igual manera, en este año se erige la Federación de Estudiantes de Panamá. Dicha federación logra aglutinar en sus filas a los estudiantes de nivel secundario y universitario. Organizados los grupos estudiantiles y los sectores de la juventud panameña las demandas por reivindicaciones nacionales con el pasar de los años, es fortalecida. Surgen los gremios sindicales obreros y, en la posguerra, a raíz de la desaceleración económica experimentada se motivan demandas sociales que hacen manifiesto el sentir nacional del momento.

Por más paradójico que parezca, aunque la prosperidad económica del gobierno fue indiscutible durantes estos años, -al extremo que se calcula que al Tesoro ingresó más de 100 millones de dólares durante el periodo de guerra- esta suma no generó riqueza permanente en el país. Su uso se enfoca en la realización de obras públicas que requiere el estado de guerra y que Panamá se ve obligada a cumplir por las exigencias norteamericanas. Exacciones contempladas en las cláusulas establecidas dentro de los contextos de los diferentes tratados firmados entre ambos países.

Acerca de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

La historia de la humanidad permite contemplar eventos trascendentales que han influido en todo el mundo. Aunque Panamá no participa activamente con efectivos militares en esta conflagración se ve sujeta a las tendencias ideológicas de la época. Ya detallados los aspectos más relevantes que se dieron en Panamá desde antes y durante la segunda guerra mundial nos enfocamos a presentar un compendio de lo que fue esta guerra en Europa.

Empezamos señalando que la génesis que da origen a esta segunda conflagración mundial se remonta en las secuelas encarnadas de los resultados de la primera guerra mundial. En resumidas cuentas durante los veinte años posteriores al primer conflicto bélico se registran luchas, reagrupamientos de fuerzas y de preparativos para un nuevo conflicto general (Bron, 1966).

En ese sentido hay ciertos parámetros ampliamente difundidos en la historia que son tomados en cuenta como los hechos que inducen a este nuevo evento geopolítico-militar de carácter mundial. Así pues una de las causas más importantes que contribuye al resurgimiento de otro conflicto bélico es el Tratado de Versalles. A través de este tratado Alemania pierde grandes extensiones territoriales y se ve obligada a reducir su ejército a 100,000 efectivos además de prescindir de sus colonias. Por su parte, Italia, una de las vencedoras del primer conflicto no recibe suficientes concesiones territoriales para compensar, siquiera, los costos de su participación en la guerra. Japón, otro vencedor de aquel entonces, ve frustrado su deseo de expansión en Asia Oriental.

Transcurridos los años en Italia con Benito Mussolini, el fascismo se establece en forma dictatorial en el año de 1922. Italia se convierte así en el primer país europeo en que se establece un régimen de este tipo (Ibid, 1966). Hitler hace lo propio al vender la idea que -según las leyes naturales- los más fuertes deben imponerse sobre los más débiles. De esta forma el nazismo es encarnado en él y en la idea de que la raza aria (tronco genealógico alemán) era la más pura del mundo. Hitler aprovecha su momento de hegemonía y comienza a exaltar el nacionalismo alemán que a la postre es transformado en imperialismo. El mismo es iniciado en Checoslovaquia.

Un poco antes del conflicto, un fenómeno económico contribuye a propiciar la debacle mundial. El 19 de octubre de 1929 los indicadores de cotizaciones de la Bolsa de Valores de Nueva York se caen. Esto genera un pánico en el mundo de las finanzas. Este evento de 1929 es considerado el inicio de la crisis económica que asume en la pobreza y desesperación a millones de personas. Sus repercusiones son sentidas en Europa y en el resto del mundo.

En otro contexto, con la guerra civil española Hitler pone a prueba nuevas técnicas de guerra. Esto lo hace desafiando las cláusulas del Tratado de Versalles. Aprovecha la pasiva contemplación que las potencias vencedoras de la primera guerra mundial toman ante sus acciones. Las mismas optan por no intervenir en este problema. De esta forma Franco, con la ayuda de Alemania e Italia, se alza del poder tras la caída del gobierno republicano español en 1936.

Como si fuera poco en mayo de 1939, Hilter y Mussolini, concretan el “Pacto de Acero”. Alianza ofensiva con la cual Alemania e Italia se comprometen a prestarse ayuda militar en caso de guerra. Así queda sellado definitivamente el eje Berlín-Roma. No obstante, el 23 de agosto de 1939 Hitler logra firmar un pacto de no agresión con la URSS. Se acuerda no luchar entre sí.

Propiciadas las condiciones estratégicas, con la invasión alemana a Polonia el 1 de septiembre de 1939 se da inicio al conflicto bélico. Para 1941 se erige el eje Roma-Berlín-Tokio. Con el transcurso del conflicto específicamente en junio de 1941, Alemania, utilizando su poderoso ejército decide quebrantar el pacto de no agresión firmado con la U.R.S.S. De esta forma, la Unión Soviética sufre un duro golpe de traición. A tal punto fue la acción militar Alemana que la U.R.S.S., se ve obligada a trasladar su industria hacia el centro y este del país. Posteriormente – ya avanzado el conflicto- es socorrida por Estados Unidos e Inglaterra.

Ese mismo año Estados Unidos es atacado por Japón. Ese ataque en el pacífico produce el ingreso de EE.UU. al conflicto. Por esta razón -al ser atacado Estados Unidos (7 de diciembre de 1941, Pearl Harbor)- la América Latina se hace partícipe implícitamente en este hecho.

Por su parte Alemania e Italia, hacen lo correspondiente con Estados Unidos. En 1942 Alemania, hace un ataque contra la ciudad de Stalingrado. Esta batalla es decisiva. Ella marca la decadencia del ejército alemán. En apariencia el grupo liderado por Alemania resuelve a su favor en primera instancia la resistencia de los aliados. Pero, con el transcurrir del proceso bélico en sí, son los aliados los que salen por la puerta ancha.

El presagio de ese resultado es observado cuando en 1943 con la ayuda de la madre naturaleza el ejército ruso logra la victoria en Stalingrado y expulsa de su territorio a los agresores alemanes. Posteriormente en 1945 dicha fuerza bélica invade Alemania. Precisamente en la primavera de 1945 Alemania es ocupada por el sector occidental. Esta no presta mucha resistencia. El 8 de mayo se rinde el ejército alemán ya estando ocupada Berlín. Hitler ante el inminente fracaso se suicida en el local de la Cancillería en Berlín.

Entretanto, en agosto de 1945, haciendo efectivo el convenio celebrado con Estados Unidos e Italia, la Unión Soviética le declara la guerra al Japón. Dada la resistencia japonesa, Estados Unidos lanza la primera bomba atómica contra Japón el 6 de agosto. Días después vuelve a lanzar otra sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Japón se rinde incondicionalmente. Sólo con esas bombas mueren más de 300,000 personas. Así se concluye loa segunda conflagración mundial.

Reflexiones de los Hechos: Panamá y el resto del mundo.

Si bien Panamá con la apertura del Canal Interoceánico experimenta en dos ocasiones un auge económico muy fuerte; realmente este auge financiero se ve impulsado por la presencia militar y civil de gran número de efectivos norteamericanos. Ellos junto con los trabajadores extranjeros instalados inicialmente en el país para la construcción del canal, han propiciado que la cultura en Panamá se haya diversificado. Tanto así que es considera un crisol de razas.

No se puede inadvertir que a posición geográfica de Panamá jugó un papel preponderante en la realización propia de la identidad nacional de la sociedad panameña. Identidad que se ha tenido que forjar con muchos costos sociales, jurídicos y, desde luego, de índole política. A tal nivel que en Panamá, parece ser que los intereses creados son los que en última instancia marcan su derrotero como nación.

Esta es una conjetura que se tiene porque lamentablemente cuando se han tratado de orquestar incipientes intentos de interés político nacional dirigido a los estratos más urgidos del mismo, hacen acto de presencia los actores burgueses panameños e internacionales. Sus estancias hasta cierta medida han dado al traste con los proyectos de reivindicación propuestos. Pero a pesar de todo, salen a la palestra pública panameños que han creído en el futuro. Ayudados o no circunstancialmente con el accionar de otros actores, pero han contribuido al forjamiento de lo que es hoy, Panamá.

De esta forma la participación de Panamá en la segunda guerra mundial se da a raíz de la confluencia de hechos que se registran en los anales de la historia desde su unión a Colombia. Por ende, es indudable que Estados Unidos ha sido un agente externo moldeador de su historia republicana. Ente moldeador porque a raíz de sus intereses imperialistas, Panamá es objeto de múltiples ingerencias. Tanto de orden político como presencial –invasiones-.

Un hecho tangible es que la participación de Panamá como aliado prácticamente incondicional de los Estados Unidos en las diferentes etapas de la historia regional y mundial, le ha significado proezas e indignación. Victoriosa en ciertas ocasiones de sus estrategias de desarrollo ha logrado establecerse a nivel internacional como una nación que presta servicios multisectoriales para quienes lo requieran. Su más importante medio de ingresos nacionales, el Canal Interoceánico, se cataloga a nivel internacional como una obra moderna que debe prestar servicios en forma neutral a todos y cada uno de los Estados constituidos como tales.

Pueda ser que esa visión de servicio no sea desviada por el accionar endémico de potencias que en situaciones coyunturales muy especiales, han orquestado, tratan y tratarán de manipular el destino mundial. Todo por una visión de hegemonía extraterritorial que sueñan mantener. No importándoles utilizar los medios que sean necesarios para alcanzar sus propositivos fines.

En cierta medida Panamá en sus aspiraciones de logros “máximos” basados a través de su cooperación con EE.UU. se ve truncada y explotada. Pues los norteamericanos sacan provecho y logran permanecer en un área exclusiva -Zona del Canal- dentro del territorio de ésta. Prácticamente esa área se convierte en un protectorado dentro de un Estado Soberano.

Ya enmarcados en el contexto general, al instaurarse en el mundo dos facciones ideológicas antagónicas, Panamá a raíz de sus nexos con los Estados Unidos abiertamente se enfoca en la tendencia capitalista. Su posición territorial, para nuestro concepto, le obliga encaminarse de forma sólida hacia esa tendencia del “nuevo mundo” creada como secuela de los efectos de la segunda guerra mundial.

La escenificación de la segunda conflagración demuestra que el mundo que se ha creado esta sujeto a dinámicas sociales cambiantes. Algunas veces tendientes a instalar una retrogradación sobre el esquema de desarrollo social imperante en un momento dado. En otras ocasiones, se trata de instaurar un nuevo esquema que a la postre, quizás, sea más benigno que el anteriormente existente. De esta forma se concluye que las medidas de control a nivel bélico deben existir. Decimos esto porque de algo sí estamos seguros. Nunca hará falta un “alguien” que no este de acuerdo con los “esquemas sociales” de la época. Es allí que la humanidad debe estar alerta para sofocar cualquier eclosión de fuerza social que trate de instaurarse como lo más “neurálgico de la sociedad moderna”.

Notas

¹ Suele señalarse a la Embajada de Estados Unidos como responsable de la conspiración golpista. Cfr. Víctor Ávila, Panamá: luchas sociales y afirmación nacional. CELA, Panamá. 1998.

Bibliografía

Ábrego T., José Eulogio (1999). Población, economía y sociedad en Panamá. Editorial Universitaria “Carlos Manuel Gasteozoro”. Panamá.

Ávila, Víctor (1998). Panamá: luchas sociales y afirmación nacional. CELA, Panamá.

Beluche, Olmedo (1997). Estado, nación y clases sociales en Panamá. Editorial Portobelo, Panamá.

Bron, Juan (1966). Esbozo de historia universal. Editorial Grijalbo, S.A., México.

Pizzurno G., Patricia y Araúz M., Celestino A. (1996). Estudios sobre el Panamá republicano 1903-1989. Manfer, S.A., Colombia.

Soler, Ricauter (1974). Panamá dependencia y liberación. EDUCA, Costa Rica.

Torres, Miguel (1982). La construcción del sector público en Panamá 1903 – 1955. ICAP, Costa Rica.

 


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