Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


LA EDUCACIÓN AMBIENTAL: RETOS Y PERSPECTIVAS EN LOS MARCOS DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL

Autores e infomación del artículo

Vilnia Elena Galán Rivas *

Lourdes Saudayer Carrera López **

Centro Universitario Municipal de Mayarí, Cuba

vgalanr@uho.edu.cu

RESUMEN

La globalización, como internacionalización de las relaciones capitalistas de producción, es al propio tiempo la extensión a escala planetaria de los patrones de producción y consumo agresivos para con el entorno. La globalización de nuestros días es una globalización capitalista y por demás neoliberal, que ha contribuido a acelerar el deterioro de los ecosistemas. La Educación Ambiental es una herramienta eficaz en la búsqueda de un desarrollo sostenible, que, mediante la incidencia en los cánones educativos pretende modificar y alcanzar una conciencia ética en los individuos, encontrando justamente aquí el objetivo de la presente investigación. Utilizamos el método de lo general a lo particular, el de análisis – síntesis, etc. Son muchas las interrogantes como: ¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan los educadores ambientales en medio de un proceso histórico que lejos de proteger al medio ambiente lo degrada? Cuestiones sobre las que es válido reflexionar. 
Palabras clave: globalización neoliberal- relaciones capitalistas de producción - educación ambiental- producción   y consumo-desarrollo sostenible.
Abstract

 The globalization, as internationalization of the capitalist relationships of production, is at the own time the extension to planetary scale of the production patterns and aggressive consumption towards the environment. The globalization of our days is a capitalist globalization and excessively neoliberal that has contributed to accelerate the deterioration of the ecosystems. The Environmental Education is an effective tool in the search of a sustainable development that, by means of the incidence in the educational cánones seeks to modify and to reach an ethical conscience in the individuals, finding the objective of the present investigation exactly here. We use the method from the general thing to the particular thing, that of analysis - synthesis, etc. is many the queries like: Which are the challenges those that the environmental educators face amid a historical process that degrades it far from protecting to the environment? Question on those that it is valid to meditate. 

Key Words: neoliberal globalization - you relate production capitalists - environmental education - production and sustainable consumption-development.

 

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Vilnia Elena Galán Rivas y Lourdes Saudayer Carrera López (2017): “La Educación Ambiental: retos y perspectivas en los Marcos de la globalización neoliberal”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (diciembre 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/12/globalizacion-neoliberal.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1712globalizacion-neoliberal



INTRODUCCION

La crisis ambiental planetaria se ha agudizado a partir de los años 50 del siglo XX, guiada de la mano por la expansión capitalista desmedida.  El informe del Worldwatch Institute de Estados Unidos: “La situación del Mundo”, en el 20071 muestra cifras espeluznantes.

Casi dos mil millones de personas padecen hambre y desnutrición crónicas en todo el mundo, la seguridad alimentaría a menudo se ve afectada por factores como el abastecimiento de agua, la distribución de la tierra, la pobreza y la degradación ambiental. La desertificación constituye uno de los procesos de degradación ambiental que más daños causan al planeta.

Otro fenómeno no menos alarmante es el hecho de que el hombre ha destruido con fines económicos y sociales, en lo fundamental no menos de 10 millones de kilómetros cuadrados de bosque, lo que amenaza la destrucción de más de 3 000 especies de plantas y animales. De tal manera existe una real amenaza de pérdida masiva de la diversidad biológica lo que limita la evolución ulterior de todas las formas de vida de la Tierra, dejándose de cumplir  la reproducción de los recursos biológicos. 2

El discurso neoliberal ha intentado mostrar que se ha avanzado en la protección del entorno. Pero hasta hoy las soluciones se han limitado a realizar cambios de tecnología, a establecer regulaciones más estrictas, a cobrar impuestos por contaminar o a conceder subvenciones a quien produzca bienes ecológicos. Sin negar el limitado éxito de estos intentos la situación ambiental del planeta es cada vez alarmante. El paladín del neoliberalismo mundial, el gobierno de los Estados Unidos, desconoce públicamente el protocolo de Kyoto, diez años después, en la isla indonesia de Bali, se reunieron, dignatarios de 187 países, para sentar las bases de un nuevo acuerdo sobre cambio climático que reemplazara o extendiera el Protocolo de Kyoto a partir del 2013, ya conocido como “Hoja de Ruta Post Kyoto” y los resultados no fueron nada halagüeños al estar las opiniones divididas. Lamentablemente la realidad nos muestras que los Estados Unidos no están de acuerdo en adherirse a los recientes acuerdos de Paris 2015.  Queda demostrada la necesidad de lograr patrones de producción y consumo que garanticen avanzar hacia un desarrollo sostenible.

DESARROLLO

  1. Globalización capitalista y deterioro ambiental

 

“En última instancia, los procesos socioeconómicos y tecnológicos desencadenantes de la crisis ambiental, se unen a la incapacidad de comprensión humana del ambiente, del mundo y de la vida en su compleja totalidad, para admitir la verdadera dimensión del hombre en la naturaleza.”
ALDO GUZMAN
Profesor y Licenciado en Geografía argentino

 

El prestigioso académico español Luis Jiménez Herrero ha afirmado en más de una ocasión que: “(…) la causa mayor del deterioro continuo del medio ambiente global es el insostenible modelo de producción y consumo, particularmente en los paí­ses industrializados. En tanto que en los países en desarrollo la pobreza y la degradación ambiental están estrechamente interrelacionados.”3

La globalización capitalista se ha basado en la explotación indiscriminada del entorno para garantizar la expansión acelerada de los procesos productivos. Junto a la idea de vivir en una aldea global, el modelo neoliberal ha propalado el concepto de que nuestros recursos naturales son inagotables, lo que le ha permitido, bajo el bálsamo del progreso científico técnico abusar hasta lo inverosímil de la naturaleza, regando pobreza y hambre en los países de la periferia. La globalización capitalista pues, ha profundizado la cultura del consumismo desmedido junto a la cultura del uso indiscriminado de los bienes naturales. La escasez y el agotamiento de los recursos se deben, en gran medida, a las formas de producción y patrones de consumo de los paí­ses industrializados y de los grupos privilegiados de la sociedad.

Junto al cambio social global que implica la consolidación del sistema capitalista como un sistema mundial, que alienta los procesos intensivos de crecimiento económico y demográfico, tejiendo una poderosa red de interdependencias entre naciones y mercados, ha venido experimentándose otro cambio mucho más peligroso, el cambio climático, que amenaza con barrer de la faz de la Tierra todo vestigio de vida en algo menos de dos siglos.

La presión enorme y asfixiante de la minoría que porta el poder en el mundo acentúa la tendencia del capitalismo de destruirlo todo a su paso. Los países periféricos precisan la entrada de capitales blandos a sus deterioradas economías. La concertación de canje de deuda externa por naturaleza ha ofrecido en bandeja dorada los enormes y poco explotados recursos de las naciones pobres a las fauces insaciables de las empresas trasnacionales. La necesidad de dar trabajo a millares de desempleados en los paí­ses subdesarrollados obliga a los gobernantes a permitir la instalación de industrias contaminantes que aprovechan al máximo los bajos costos productivos y salariales.

La lógica capitalista es simple… y macabra. Si la meta suprema es maximizar los beneficios y la globalización permite el libre flujo de los capitales de un rincón de globo terráqueo al otro, pues los empresarios preferirán aquellos sitios donde sus costes de producción sean menores, donde pueda explotar “legalmente” al obrero y al entorno. Verdaderas subastas de naturaleza donde ofreces poco y obtienes mucho.

El proceso de industrialización altamente protegido que han seguido los países de América Latina y su alto grado de dependencia tecnológica los ha llevado a incorporar técnicas modernas cada vez más intensivas en capital. La difusión de este modelo tecnológico ha ido desplazando a la pequeña industria y las prácticas productivas tradicionales, lanzando al mercado de trabajo mayores contingentes de mano de obra desempleada o subempleada.”4

Veamos sucintamente como el discurso y la práctica neoliberal enfocan la problemática medioambiental global, crisis acentuada por sus propias acciones. Tomaré como estudio de caso la posición oficial del gobierno saliente de los Estados Unidos. La razón resulta obvia. La primera economía del planeta es al propio tiempo la primera abanderada del neoliberalismo como doctrina económica y de la agresión al medio ambiente.

Durante sus ocho años de mandato presidencial George W. Bush se negó repetidas veces a ratificar el protocolo de Kyoto, suscrito en 1997 por los principales países desarrollados para contener la emisión de gases de efecto invernadero. Ello dejó sin aliento los intentos del mundo de paliar la crisis ambiental pues la negativa de colaboración del principal contaminante auguraba un futuro gris. A pesar de la aguda crítica proveniente incluso de sus aliados tradicionales, la administración estadounidense no varió su postura inicial, la cual se basa en los siguientes puntos de vista:

  • El Gobierno norteamericano reconoce la trascendencia y magnitud de los desafíos que plantea el cambio climático, tanto para su país como para todo el planeta.
  • El Gobierno norteamericano reconoce la existencia de evidencias científicas sobre un posible calentamiento del clima terrestre y sobre la responsabilidad humana a través de la emisión de gases de efecto invernadero.
  • El Gobierno norteamericano considera que es preciso adoptar enfoques efectivos y científicamente fundamentados considerando que el Protocolo de Kyoto es defectuoso dado que plantea objetivos arbitrarios y poco realistas que no tienen visos de poder ser cumplidos y se fundamenta en interpretaciones científicas erróneas, mal fundamentadas, dudosas o simplistas.
  • El Gobierno norteamericano destaca las incertidumbres científicas que existen sobre el conocimiento del clima terrestre y la dificultad para modelar y pronosticar su evolución futura y los efectos que esta pueda ocasionar.
  • El Gobierno norteamericano destaca que la falta de evidencias científicas concluyentes es el principal argumento extra económico para rechazar cualquier política preventiva.
  • El Gobierno norteamericano reconoce que para estabilizar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera solo hay dos alternativas: reducir las emisiones o capturarlas una vez que se han producido, pero considera que ambas acarrean costes económicos, problemas tecnológicos e impactos sociales inabordables en el presente.
  • El Gobierno norteamericano reconoce que es preciso un esfuerzo internacional ante el cambio climático y asume el propósito de ayudar a los países del Tercer Mundo a lograr una producción más limpia sin renunciar a su crecimiento económico, pero cuestiona que el Protocolo de Kyoto no establezca ningún objetivo de reducción para países como China o India, altos contaminantes, presentando este hecho como una discriminación inaceptable.
  • El Gobierno norteamericano considera que cumplir con estos mandatos conllevaría un impacto económico negativo, con paro para los trabajadores y precios más altos para los consumidores.5

 

A lo largo de su período presidencial Bush mantuvo un discurso oficial cercano al desconocimiento irreverente de la voluntad global, protegido por la justificación de que aunque rechazaba el Protocolo de Kyoto, los Estados Unidos seguían invirtiendo en generar una ciencia más acorde al cambio climático y una mejor tecnología para abordar sus efectos, mejorando los sistemas de observación y seguimiento del clima, buscando otras alianzas y otros acuerdos internacionales para establecer pautas comunes de acción, y potenciando los incentivos económicos para mejorar el comportamiento pro-ambiental del mercado.
Luego el candidato a la presidencia Barack Obama en su campaña electoral hace una serie de propuestas entre las que se encontraban las de carácter medioambiental tales como:  Reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 80%, invertir 150 mil millones de dólares en 10 años en "energía limpia", lograr que para el 2025 el 25% de la energía que consuma Estados Unidos venga de fuentes renovables y reengancharse a la convención contra el cambio climático de las Naciones Unidas.6
En el transcurso de su mandato solo se pronunció en prohibir la explotación de petróleo en plataformas marinas del Ártico y el Atlántico, limitó la producción de carbón, además de impulsar el Acuerdo sobre cambio climático de París.
La elección de Trump, negacionista del cambio climático, favorable a los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), defensor del fracking y opuesto al Acuerdo de París, genera temor sobre la viabilidad de este Acuerdo y la continuidad de la política adecuada en medio ambiente, sobre todo, tras la designación de numerosos y prominentes negacionistas en la nueva administración desde Myron Ebbel hasta Rex Tillerson, pasando por Rick Perry (Energía), Scott Pruitt (Medio Ambiente) o Ryan Zinke (Interior).7

Pero el caso de la Casa Blanca no es aislado. Algunos economistas occidentales han planteado que: “(…) si bien en un primer momento el crecimiento industrial aumenta los niveles de contaminación, a medida que se eleva el ingreso de las personas esta situación se revierte. Ello se explica principalmente por la concurrencia de varios factores mitigantes, siendo los principales los efectos del aumento de la demanda por una mayor calidad ambiental y la adopción de tecnologí­as nuevas más limpias que tienden a preservar la calidad del medio ambiente, a medida que la sociedad mejora económicamente, se interesa por el consumo de bienes benevolentes desde el punto de vista ambiental. Según ciertos estudios en países con ingresos per cápita superiores a los 5.000 dólares anuales la situación ambiental mejora a la par de su crecimiento económico. Lo necesario entonces es lograr que los casi 6.000 millones de personas que habitan el mundo alcancen este ingreso, con lo cual ya no será necesario preocuparse por cuidar el medio ambiente porque este tal vez no exista tal como lo conocemos actualmente. Por ejemplo la incorporación de China a la economí­a de mercado ha generado un aumento en la contaminación ambiental, un dólar que se produce en China genera 10 veces más CO2 que un dólar generado en EE.UU.8

Es fácil comprender la postura apologética de la educación ambiental neoliberal por llamar de alguna manera al bochornoso discurso oficial de economistas y mandatarios del Primer Mundo que intentan hacer de la globalización la guadaña para el medio ambiente.

Por otra parte, la práctica neoliberal de tratamiento al entorno solo se ha limitado a explotarlos indiscriminadamente y a intentar mitigar algunos daños una vez que ya están causados. Incluso las políticas rigurosas aplicadas en Europa han obligado a las empresas a radicar sus plantas en los países en desarrollo. La idea es favorecer a los paí­ses de la periferia, con un desarrollo al alcance de sus manos, proponiéndoles a cambio que usen como ventaja comparativa la destrucción de su ambiente natural y humano.

Los intentos economicistas del capitalismo neoliberal simbolizan la crisis estructural de la sociedad capitalista: se incurre en gastos para proteger al medio ambiente cuando ya se ha perjudicado el entorno natural. “Son reparaciones tardías del proceso de crecimiento económico, indicios de una polí­tica que reacciona y tiene que reaccionar ante los perjuicios pero no los impide o no puede impedirlos.”9

Resulta claro que estamos ante la necesidad de un replanteamiento ético, cambiar la pauta de producción y consumos impuestas por el modelo occidental de desarrollo desde hace más de un siglo, comenzar a sentirnos como parte de la naturaleza y como seres que necesitamos de la interacción con el resto de las especies, dejar de ver al hombre como centro del planeta cambiar la visión antropocéntrica que durante los últimos años a estado vigente a escala internacional. Cambiar la idea de que los recursos naturales son ilimitados, de que la naturaleza es un recurso al servicio del desarrollo de la humanidad. La educación ambiental se yergue como alternativa de cambio frente a la postura neoliberal de agresión al entorno, pero, ¿cómo operar en medio de un clima tan hostil?

2. Los retos de la Educación Ambiental frente a la globalización neoliberal

“Hoy la Educación Ambiental es moneda de curso corriente, el educador ambiental de hoy no requiere títulos, (…) ahora la Educación Ambiental goza de una salud envidiable y se multiplica a una velocidad incontrolable, nuestro discurso ha sido absorbido (…) forma parte de nuestras vidas, nos hemos habituado a ella, tal es así que ni nos la cuestionamos. Tenemos departamentos, empresas, tesis doctorales, (…) asociaciones, libros, CDs, páginas Web, revistas, jornadas, cursos, eco escuelas, eco programas, eco consejeros, eco diputados, (…) ¡demasiados ecos para tan pocas nueces!, ¡qué más queremos!, pero en mi opinión creo que nos falta aquellas otras cosas más inmateriales que desde la precariedad no necesitábamos porque nunca pensábamos que podrían llegar a materializarse como realidad. (...) creo que nos falta más profesionalidad, más comunicación, más corporativismo, más calidad, más rentabilidad, más control social, más sentido común, menos palabrería esquizofrénica (ya sea del tipo desarrollo sostenible, sustentable o ecodegradable) y ya puestos a pedir, creo que nos falta también un sindicato (…), un día del patrón que celebrar, una virgencita a la que ponerle velas y algunos chistes crueles que nos amordacen ante la inutilidad de nuestros propósitos para con la indomable sociedad en que nos movemos y el infernal medio que nos rodea.”
JOSÉ GUTIÉRREZ PÉREZ

Los principios ambientales del desarrollo se fundan en una crí­tica a la homogeneización de los patrones productivos y culturales, reivindicando los valores de la pluralidad cultural y la preservación de las identidades étnicas de los pueblos. El ambiente surge como un principio étnico, como condición para la puesta en práctica de proyectos de gestión comunitaria de los recursos naturales a escala local y como un medio eficaz para lograr los objetivos del desarrollo sustentable.

Son las actitudes y los valores humanos los que generan que el sistema económico globalizado lleve a una crisis ambiental. Por ello incidir en los valores morales de los agentes económicos desde la educación es sino la única, al menos una de las más viables alternativas para paliar los efectos nocivos de la internacionalización del capital.

“No siempre parece haber una relación entre actitudes y comportamiento, y aún menos entre niveles de conocimiento y comportamiento. Se puede disponer de mucha información, expresar una actitud favorable a la protección ambiental y al momento de actuar, hacerlo de forma contraria a lo previsto, pero lógicamente acorde con la lí­nea seguida por el sistema económico.” 10

Por todo ello la educación ambiental, en cualquiera de sus formas funcionales: formal o no formal, se convierte en un instrumento vital para el logro de procesos de desarrollo sostenible, pues coloca en la mente de los individuos el enfoque que aúna actitud, conocimientos y comportamiento, no solo de las generaciones que controlan los destinos del mundo en el presente, sino también de las generaciones que detentarán el poder en el futuro.

Al decir de Enrique Leff “(...) los valores culturales que rigen las prácticas productivas de una formación social están condicionadas (...), por ciertos efectos del inconsciente en los procesos de simbolización y significación, que afectan a su percepción sobre sus recursos, al acceso socialmente sancionado a su uso y usufructo, así­ como a sus formas de consumo. De allí se desprenden los procesos ideológicos que condicionan los cambios en las formas de organización productiva de las formaciones sociales y que delimitan la eficacia de toda estrategia de gestión ambiental y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales". 11

La educación ambiental debe estimular las preferencias humanas enfatizando la conveniencia de las metas ambientales, pero también desarrollando el conocimiento necesario para que el individuo pueda concebir las consecuencias de sus actos y el coste de oportunidad asociado a sus elecciones. Tal y como plantea Aldo Guzmán: “Es fundamental que la educación ambiental para lograr el cambio necesario sea no transmisora de la cultura sino transformadora de la misma, y esto lo deben entender aquellos que enseñan educación ambiental, de lo contrario el esfuerzo será en vano.(…) En tanto las personas elijan libremente, por propio impulso, aquel curso de acción que resulta compatible con los valores de escasez para toda la sociedad, el problema ambiental, entendido este como externalidad, no tendrá presencia en la sociedad (…)Este cambio solo puede lograrse a través de un trabajo continuo educativo, tanto en las escuelas, universidades como en las empresas, de esta manera sólo podrá cambiarse un futuro que aparece negro en el horizonte de la humanidad y del planeta12

Ello conlleva a replantearse ciertos cánones que en las condiciones actuales no pueden mantenerse. Su objetivo primario no debe ser solo la modificación de la conducta, sino también el desarrollo de competencias para la acción. Ello implicaría dejar de aceptar el pasado como medida de nuestras actividades presentes y nos llevaría a buscar visiones para el futuro. Eso implicaría no solo buscar la armonía con el entorno sino también con nuestros descendientes, al tiempo que los esfuerzos se centrarían no en preservar espacios para la conservación del medio ambiente sino en crear esos espacios.

Se precisa entender que el dilema no está en no alterar la naturaleza sino en no provocar cambios irreversibles, todo ello en una franca comunión donde las relaciones humanidad-naturaleza sean inseparables, y donde no solo las ciencias naturales coadyuven a preservar el entorno, sino también las ciencias sociales.

La existencia de la educación medioambiental como un proceso que cambia la conducta del individuo para accionar a favor de la conservación del medio ambiente. El estudio de la educación medioambiental no es un problema coyuntural, sino un elemento clave de la cultura empresarial. Debe lograrse su correspondencia plena con el proceso de toma de decisiones para alcanzar una alta calificación en el DES.

La empresa, como agente económico, tiene que preocuparse no solo por obtener una ganancia cada vez mayor, sino también por lograr una gestión adecuada de los recursos naturales que utiliza, y por conservar el entorno donde realiza su actividad, de manera tal que la toma de decisiones 
Es importante destacar que mientras más alto sea el nivel de educación medioambiental entre los agentes económicos, más rigurosos serán los conocimientos que sobre el medio ambiente humano tendrán y esto, a su vez, significará el cumplimiento de las leyes que rigen en la naturaleza y violamos a cada momento desde la revolución Industrial hasta nuestros días.

 

Valdría la pena meditar en el sistema de contenidos de los programas de educación ambiental para los diferentes estratos sociales. Cada agente económico posee sus características diversas y complejas por lo que precisa de tratamientos individualizados. A un niño le gustaría comprender el por qué de cuidar los pájaros o las flores, pero a un empresario le placería dominar el coste asociado a sus producciones si tuviera que mitigar efectos nocivos o pagar más por un recurso que se ha agotado.

Sería muy provechoso diseñar programas de educación ambiental particularizados para cada agente económico, entiéndase hogares, empresas y gobiernos, programas que posean un enfoque económico no economicista que ayuden a palpar el alcance de la degradación medioambiental para cada ser de este verde planeta.

 

 

CONCLUSIONES

Muchos son los planteamientos versados en la materia acerca del aprovechamiento de la parte bondadosa de la globalización en aras de perfeccionar la educación ambiental. El uso acertado de las nuevas tecnologías de la información puede reforzar el mensaje educativo, pero al propio tiempo pueden divorciar al educador de su educando, y con ello perder el tan necesario intercambio cara a cara. Autores prestigiosos como María Novo 13 han profundizado en la aplicación de modalidades educativas  a distancia para enfrentar el curso de la globalización. Lo cierto es que en medio de un contexto dominado por visiones neoliberales que atentan contra el medio ambiente y defienden procesos de crecimiento desregulados, la educación ambiental debe incidir más que nunca en el logro de una nueva cultura de producción y consumo, en el logro de una nueva ética y modo de acción que garantice la existencia futura de nuestra especie, apoyándose en la voluntad política de nuestros gobiernos.

 


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* Licenciada en Historia, Msc. en Economía Regional y Desarrollo Local. Dra. C en Ciencias Económicas.
**Ingeniera Mecánica, Especialista de Postgrado en Desarrollo Local.
1 Datos tomados del Informe mencionado en el sitio Web oficial del Worldwatch Institute www.worldwatch.org
2 Tomado del artículo “La crisis ambiental contemporánea” en el sitio Web oficial del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) www.pnuma.org
3 JIMENEZ HERRERO, Luis. “Desarrollo sostenible y Economí­a Ecológica. Integración medio ambiente-desarrollo y economí­a-ecología.”, Editorial Sí­ntesis, Madrid, 1996, pág. 33.
4 GUZMAN, Aldo. “Educación Ambiental y problemática medioambiental global”, en el sitio web oficial de la Revista Ambiente y Sociedad www.ecoportal.net
5 Tomado de MEIRA, Pablo. “El cambio climático y la educación ambiental neoliberal”, en publicación electrónica del Centro Nacional de Educación Ambiental de España.
6 Citado por Valdez Zepeda, Andrés y Huerta Franco, Delia Amparo. La Estrategia Obama: La construcción de una marca triunfadora en la política electoral. Pag. 7
7 Tomado de Catedra de estudios estratégicos EL FENÓMENO TRUMP, Madrid 20 de enero de 2017
8 GUZMAN, Aldo. Ob. Cit.
9 GUZMAN, Aldo. Ob. Cit.
10 GUZMAN, Aldo. Ob. Cit.
11 LEFF, Enrique. “Ciencias sociales y formación ambiental.”, Barcelona, Editorial Gedisa, 1994, pág. 95-96.
12 GUZMAN, Aldo. Ob. Cit.
13 Titular de la Cátedra UNESCO de Educación Ambiental de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España. Autora de diversos libros y artículos sobre el tema.


Recibido: 18/10/2017 Aceptado: 05/12/2017 Publicado: Diciembre de 2017


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