Gerardo Licea Bello *
Lianet Pupo Aliaga **
Universidad de Granma (Bayamo, Cuba)
gerardolg@infomed.sld.cuRESUMEN
  El presente trabajo  constituye un acercamiento  a las  características de la esclavitud en la Jurisdicción de Bayamo (Cuba) en las dos  últimas décadas del siglo XVIII (1781 - 1800), fundamentalmente desde el punto  de vista cuantitativo.  El estudio se  realizó a partir de la consulta de la serie de protocolos notariales del  período conservados en el Archivo Histórico Provincial de Granma, sobre la base  del procesamiento estadístico de la información contenida en las escrituras de  compraventa y cartas de libertad de esclavos, lo que permitió determinar algunos  de los rasgos fundamentales de esta importante institución socioeconómica en la  Jurisdicción bayamesa en el período analizado, contribuyendo a profundizar el  estudio de la historia socioeconómica de Cuba en la etapa colonial. 
  Palabras clave: Esclavitud, Bayamo,  Cuba colonial, siglo XVIII.
  Keywords: Slavery, Bayamo, Colonial Cuba, 18th century.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Gerardo Licea Bello y Lianet Pupo Aliaga (2017): “La esclavitud en la jurisdicción de Bayamo en las dos últimas décadas del siglo XVIII. Una aproximación desde los protocolos notariales.”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (diciembre 2017). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/12/esclavitud-bayamo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1712esclavitud-bayamo
En la segunda mitad del  siglo XVIII la jurisdicción de  la villa  de San Salvador de Bayamo ocupaba una amplia extensión territorial, a pesar de  la pérdida que implicó la separación del pueblo de indios de San Pablo de  Jiguaní en 1701 y la de la ciudad de San  Isidoro de Holguín en 1752. Abarcaba la mayor parte de las actuales provincias  de Granma y Las Tunas. Durante los   siglos XVI y XVII, Bayamo había sido por sus riquezas y el número de  habitantes la segunda localidad de la Isla, y en el transcurso del siglo XVIII  seguía estando entre las primeras cuatro.  Según el censo de 1774, el primero  realizado en Cuba, en Bayamo existía una población total de 12,250 personas. La  población blanca solo alcanzaba el 48,9% lo que indicaba la existencia de una  población fundamentalmente mestiza. Para 1792, el total general de la población  existente es de 19,804 personas, de ellas el 34,6% blancos, el 39,8% mestizos y  el 25,5% negros. La economía se basaba fundamentalmente en la ganadería.
   A pesar de que existen  trabajos importantes que de manera general han estudiado la historia de Bayamo  en la etapa colonial, entre los que se destaca la obra colectiva Bayamo en el Crisol de la nacionalidad  cubana (1996), la estructura socioeconómica de la Jurisdicción bayamesa no  ha sido suficientemente estudiada y se carece de un estudio específico que  profundice en las características de la esclavitud en la región en el siglo  XVIII, a pesar de la existencia de una importante documentación primaria en el  Archivo Histórico Provincial: el Fondo de Protocolos de Escribanos, que se  inicia en 1781, por lo que a partir de ese año es posible investigar con cierto  nivel de detalle la estructura socioeconómica de la Jurisdicción en sus  diversas facetas, y especialmente  el  tema de la esclavitud en las dos últimas décadas del siglo XVIII. El presente  trabajo constituye un primer acercamiento cuantitativo a este importante tema.
   Para caracterizar la  esclavitud en Bayamo en el período 1781-1800 se procesaron 727 escrituras de  compraventas, 139 Cartas de Libertad, cinco Poderes Especiales, y  dos Donaciones. En esas escrituras aparecen  cuantificados 943 esclavos, de ellos 421 hembras (45 %)  y 522 varones (55 %).   Aunque  los  esclavos se pueden clasificar de  acuerdo a su origen geográfico  en dos  grandes grupos: los nacidos en Cuba y los traídos desde el exterior,  hay un número significativo de casos en que  no es posible identificar la procedencia de los mismos, ya sea porque aparecen  identificados solo como negros o como “esclavos”, sin ningún marcador étnico,  racial ni geográfico, o por estar mutilado o ilegible el dato. 
El total de esclavos que hemos identificado como nacidos en la Isla asciende a 434, de los cuales aparecen identificados como criollos o negros criollos 250, mulatos 173 y chinos 11. Debemos de aclarar que los términos de mulatos, chinos y negros solo eran empleados para denominar a los esclavos, pues estos individuos al obtener su libertad pasaban a ser denominados pardos y morenos, y que el término “chino” no hace referencia a personas de origen asiático, sino a determinado nivel de mestizaje, diferenciado de los mulatos.
Se localizaron un total  de 279 esclavos bozales de los cuales   aparecen identificados por sus denominaciones meta-étnicas un total de  105 esclavos (equivalente al 37, 63 %), de ellos 31 carabalí, 26 congo, 17 mandinga,  8 mina, 7 cangá (gangá), 6 bibí, 4 ibo  y  uno de cada uno de los siguientes: mongo,   lomí, lucumí, papa, soco y chamba. Aparecen sin identificación étnica,  un total de 174 esclavos bozales (el 63 % del total).   
   Si realizamos un  análisis del número de bozales   localizados en cada año resulta significativa la inestabilidad de la  presencia de los mismos en el mercado de esclavos bayamés a lo largo del  período analizado. Esto se explica debido a la propia inestabilidad del mercado  y a la modesta dimensión del mismo, por lo que la introducción por un solo  individuo de tres o cuatro esclavos podía determinar la tendencia general del  año. En lo que respecta a la proporción por sexos de los esclavos bozales, en  Bayamo se confirma la tendencia general   al predominio de los bozales de sexo masculino, pero esta es menos  acentuada que en la mayoría de los estudios monográficos conocidos (63 %  varones y 37 % hembras). Resulta significativo que en el transcurso de los  veinte años estudiados el número de bozales hembras haya sido superior al de  varones en dos ocasiones (1784 y 1796) y lo haya igualado en otras tres (1783,  1788 y 1792). 
Del total de 943  esclavos localizados se puede determinar la edad de 520 de ellos (244 hembras y  276 varones), equivalente al 55 % del total. Para realizar el análisis más  detallado de los mismos se dividieron en cuatro grupos etarios: el primer grupo  de 0 a 15 años, el segundo desde 16 hasta 35 años, el tercero de 36 hasta 50, y  el cuarto de más de 50 años. 
   Si analizamos estos  grupos etarios en función del precio alcanzado se aprecia que en el grupo de  edades de 0-15 años las niñas valían más que los niños. La edad en que los  esclavos alcanzaban su máximo valor era en el grupo desde los 16 hasta los 35  años. Esto se cumple tanto para mujeres cómo para hombres. En el tercer grupo  de edad de 36-50 los precios de los esclavos comienzan a decaer pero con  diferencias entre hombres y mujeres: mientras que en el caso de los hombres  comienzan a disminuir lentamente en el caso de las mujeres la caída es mucho más  rápida debido a la pérdida de la capacidad reproductiva.  En el cuarto grupo de edad la caída de los  precios es pronunciada tanto para hombres como para mujeres, sin embargo puede  observarse que los hombres conservan un precio superior al de las mujeres. 
Si analizamos el precio promedio anual de los esclavos vendidos entre 1781 y 1800 observamos que estos se mantuvieron relativamente estables a lo largo de todo el período, aunque hay una caída significativa en los diez años que van de 1788 hasta 1797, particularmente pronunciada en 1796, y que se explica por las circunstancias favorables al tráfico esclavista en este período, tales como la libertad de la trata decretada en 1789, y a la habilitación del puerto de Manzanillo. Los precios promedio extremos de toda la etapa se producen con solo cuatro años de diferencia, entre 1796, el mínimo (207 pesos) y 1800 el máximo (362 pesos). El precio promedio anual de todo el período fue de alrededor de 280 pesos.
La mayoría de los  esclavos importados procedían de Jamaica. Estos llegaban a Bayamo por varias  vías: hasta 1793, en la mayoría de los casos, eran desembarcados por el puerto  de Santiago de Cuba, y desde allí eran transportados en pequeños grupos hasta  Bayamo, con la habilitación oficial de Manzanillo como puerto de la  Jurisdicción crece el número de esclavos que se declaran como introducidos por  ese puerto, aunque la vía de Santiago de Cuba continuó siendo utilizada. 
   Las Cartas de libertad  tienen un lugar significativo en estos años. Aparecen 139 para un total de 143  esclavos liberados, de ellos 80 hembras y 63 varones. De estos, solo es posible  determinar la edad de 43 esclavos, lo que limita el análisis de este importante  indicador.  De las 143 cartas otorgadas  102 (el 71 %) corresponden a libertades compradas, 18 (el 13 % a libertades  graciosas condicionadas) y 23 (el 16 %) a libertades graciosas sin condiciones  (al menos de carácter explícito). Debemos tener presente que el número de manumisiones  otorgadas mediante cartas de libertad solo constituye una fracción del número  de esclavos liberados en el período ya que muchos propietarios de esclavos  disponían la libertad de estos mediante cláusulas testamentarias, disponiendo  que las mismas sirviesen como cartas de libertad.  
Hay que tener en cuenta  que a partir de las evidencias encontradas en las escrituras resulta evidente  que algunos esclavos eran propietarios de bienes y en ocasiones compraban o  vendían con licencia de sus amos ganado, casas y otras propiedades. Este  fenómeno les facilitaba el ahorro de dinero con vista a la compra de su  libertad o la de su familia. En los testamentos ha sido posible constatar como  en ocasiones los esclavos prestaban dinero a otras personas, incluyendo a sus  propios amos. De acuerdo a la ley los esclavos tenían derecho a solicitar  cambio de amo buscando quien lo quisiera comprar. Esta parece haber sido una práctica  muy extendida en la Jurisdicción de Bayamo.
   En el caso de las  libertades graciosas condicionadas la condición más frecuente es el  fallecimiento previo del propietario, y en menor medida de alguno de los  herederos de este (generalmente la esposa). Aunque tradicionalmente se ha  considerado  que las cartas de libertad  condicionadas a la muerte del amo constituían una vía poco efectiva parta  alcanzar la libertad, porque en algunos casos el esclavo moría antes que su amo,  la consulta sistemática de los protocolos permite afirmar lo contrario, pues  los que otorgaban estos documentos muchas veces eran personas ancianas o  enfermas.
   En las escrituras  consultadas aparecen un número significativo de esclavos coartados. El esclavo  coartado tenía su precio fijado y no se podía vender en un precio mayor, lo que  les permitía ir comprando su libertad de manera paulatina. Lamentablemente no  siempre los esclavos coartados aparecen declarados expresamente como tales lo  que nos ha impedido realizar un estudio detallado de los mismos.
   Para concluir, podemos  afirmar que la esclavitud en Bayamo entre 1781 y 1800 se caracterizó por una  proporción relativamente equilibrada entre los sexos, el predominio  de los esclavos criollos, el número  relativamente bajo de esclavos africanos (bozales), y el relativo equilibrio de  sexos entre los mismos, así como la frecuencia de las manumisiones, tanto  pagadas como graciosas. Jamaica era el origen de la mayoría de los esclavos  importados. La posesión de esclavos estaba extendida entre los diversos  sectores de la sociedad bayamesa, pero ningún propietario poseía un número  elevado de esclavos. Estos eran empleados tanto en el servicio doméstico como  en labores productivas, pero no constituían la fuerza de trabajo fundamental de  la Jurisdicción. En el campo los esclavos eran empleados como peones y  administradores de fincas y gozaban de relativa independencia. La práctica de  solicitar cambio de amo estaba muy extendida, pero era mal vista por los  propietarios.  La coartación era un  fenómeno muy extendido, pero su estudio resulta difícil debido a la imprecisión  de las fuentes.
BIBLIOGRAFÍA
   Fuentes documentales:
Libros y artículos: