Mary Dennis Londres Osorio*
Juan Carlos Mendoza Pérez**
Aymara Jarrosay Veranes ***
Universidad de Guantánamo, Cuba
maridennys@cug.co.cuRESUMEN: El presente artículo aborda el  comportamiento de la cooperación internacional a través de los esquemas de  integración experimentados en América Latina y el Caribe, a partir del pensamiento histórico de líderes de la historia mundial, con  el propósito de demostrar a través del análisis comparado las limitaciones de  los mismos para enfrentar de manera sostenible el desarrollo y la erradicación  gradual de la pobreza, reconociendo la atención que se le debe brindar al tema  en el contexto internacional y el Derecho Internacional Público. 
  PALABRAS CLAVES: Pensamiento  Integracionista, Cooperación internacional; Esquemas de  integración; Política internacional, cooperación regional.
  ABSTRACT: The present article deals with  the behavior of the international cooperation  through the experienced integration schemes in Latin America and the Caribbean,  starting from the historical thought of leaders of the world history, with the  purpose of demonstrating through the compared analysis the limitations of them  to face the development and the gradual eradication of poverty in a sustainable  way, recognizing the attention that should be offered to the topic in the  international context and the Public International Right.
  KEY WORDS: Integrationist Thought, International Cooperation; Integration schemes;  International politics, regional cooperation.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Mary Dennis Londres Osorio, Juan Carlos Mendoza Pérez y Aymara Jarrosay Veranes (2017): “Cooperación internacional y el pensamiento integracionista de efigias de la historia”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (diciembre 2017). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/12/cooperacion-internacional.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1712cooperacion-internacional
SUMARIO: I- A modo de introducción. II-  Apuntes sobre el pensamiento integracionista de relevantes figuras de la  historia. III-  La cooperación  internacional. Generalidades.   IV-Obstáculos en el proceso de  integración en la región. V- Breve  bosquejo a los principales esquemas de integración  experimentados en la región. VI-  Análisis crítico de los procesos de integración.   VII-Reflexiones finales. VIII- Referencias bibliográficas.
   I. - A modo de Introducción
   El término  cooperación internacional refiere al conjunto de acciones que derivan de los  flujos de intercambio que se producen entre sociedades nacionales diferenciadas  en la búsqueda de beneficios compartidos en los ámbitos del desarrollo  económico y el bienestar social, o bien, que se desprenden de las actividades  que realizan tanto los organismos internacionales que integra el Sistema de las  Naciones Unidas como aquellos de carácter regional, interguberidntales o no  guberidntales, en cumplimiento de intereses internacionales particularmente  definidos. La cooperación internacional así descrita se entiende como la  movilización de recursos financieros, humanos, técnicos y tecnológicos para  promover el desarrollo internacional. (Mendez Lugo B, 2011) 
   La  aspiración de unir a los países de América Latina se ha desarrollado bajo el  signo de los diferentes intereses económicos y comerciales y las presiones  externas de las grandes potencias. Surgida de un pasado de explotación colonial  y favorecida por la íntima vinculación de los pueblos al sur de los Estados  Unidos y en una larga historia común, la unidad latinoamericana se ha formado a  lo largo de varios siglos de lucha contra la opresión extranjera. 
   En la  región latinoamericana es evidente la existencia de grandes diferencias entre los  países, por ello, todo proceso de integración que se experimente en la región  debe tener presentes las disparidades existentes y trabajar en base a la  reducción de las mismas si se quieren obtener resultados relevantes. Latinoamérica, por sus propios  esfuerzos, ha intentado y buscado mecanismos de integración, aunque no siempre  han sido los adecuados ni se han obtenido los resultados esperados. No  obstante, constituye intento de los pueblos el unirse en pos de la satisfacción  de sus intereses comunes.
   Modelos de  integración como CARICOM desempeñan un papel importante en esta lucha. De mucha  trascendencia resulta la Alianza Bolivariana para los pueblos de América  (ALBA), de invaluable significación en esta tarea, contra los modelos  integracionistas nocivos para Latinoamérica como el ALCA, en estado de total  descrédito, y los TLC, iniciativas de Estados Unidos. El  presente artículo se propone demostrar a través del análisis comparado las  limitaciones de los esquemas de integración experimentados en la Región para enfrentar  de manera sostenible el desarrollo y la erradicación gradual de la pobreza y un  adecuado equilibrio en las diferentes esferas de la cooperación internacional.
  II.- Apuntes sobre el pensamiento integracionista de  relevantes figuras de la historia
   En el siglo XIX nace otra importante  figura histórica que también marcó pautas en los ideales independentistas, es  el caso de José Martí. La influencia del pensamiento martiano en los procesos  integracionistas que vive hoy América Latina y el Caribe se evidencia  claramente en su obra “Nuestra América”, donde   expresa ideas que indudablemente constituyen reflejos de su visión de la  necesaria unidad de nuestros pueblos. En su obra se muestra la importancia que  tiene la unidad más completa posible, donde no debe resultar suficiente la  integración entre dos o un grupo   reducido de países, sino que se necesita atraer a todos aquellos con  intereses comunes. Para todo ello, los pueblos deben conocer las prioridades y  necesidades de los otros, para, en ese sentido, poder tributar a una  integración más eficiente. 
   La   afirmación anterior  queda  expresada con toda claridad  cuando  señalaba que  “Los pueblos que no se  conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos  (...) Conocer es resolver. Conocer el país, y gobernarlo conforme al  conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías.”  (MARTI PEREZ, JJ, 1974). Uno de los aportes esenciales de José Martí al  pensamiento revolucionario en América Latina fue su oportuna y precisa  advertencia del peligro que para la independencia y libre desarrollo de nuestra  América, representaba el entonces naciente imperialismo de los Estados Unidos.  En sus obras se manifiesta como el  imperialismo aplica políticas demagógicas con los pueblos de América y para  enfrentarlas debe prevalecer el espíritu unitario. Al respecto expresó:”Con los  oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los  intereses y hábitos de mando de los opresores. El tigre espantado del fogonazo,  vuelve de noche al lugar de la presa (…). No se le oye venir, sino que viene  con zarpas de terciopelo” (MARTI PEREZ, JJ, 1974. p. 26) 
   Esta visión futurista de José Martí fue más  allá de un simple enunciado teórico, concretándose en la práctica revolucionaria,  pues, la intensa actividad martiana en el seno de la Conferencia Monetaria  Internacional Americana fue una de las oportunidades de materializar su  pensamiento antimperialista. Martí descubrió, durante la Conferencia Monetaria  Internacional, a la que asistiera en representación de la República de  Uruguay,  los propósitos imperiales de  subordinar financiera y económicamente al continente latinoamericano, objetivos  similares a los que pretende  Estados  Unidos hoy con sus proyectos de integración neoanexionistas. Aunque Martí no se  oponía al establecimiento de la moneda única, advertía que ello sólo podía ser  racionalmente posible en la medida en que no hubiera diferencias abismales en  el nivel de desarrollo económico de los países.
   La idea de la integración  latinoamericana ha ido conformándose a lo largo de la historia vivida por  Latinoamérica, no siempre las concepciones han sido las mismas ni los objetivos  propuestos iguales, pero lo que sí ha prevalecido siempre en los ideales de los  grandes próceres de la historia citados es que en América Latina la unidad es  imprescindible, sólo así se alcanzarán las fuerzas y las energías necesarias  para crecer ante las dificultades y vencer. Todos estos hombres de gran  inteligencia y visión futurista enseñaron el punto de partida del camino que  deben seguir las actuales generaciones, aprendiendo de sus errores y  aprovechando al máximo sus experiencias. 
   Por su parte,  Simón  Bolívar y otros libertadores de la región ganaron las primeras batallas de  independencia latinoamericana, la independencia política, enfrentados a la  metrópoli española para alcanzar la primera independencia. La lucha de los  pueblos de América Latina y el Caribe ha continuado a través de los siglos XIX,  XX y XXI, pues aún su segunda independencia no se ha logrado. Es hoy la  sujeción económica al imperialismo norteamericano el que con ese instrumento  domina la voluntad política de los gobiernos aliados. Han sido Fidel Castro,  Camilo Torres, Che Guevara, Inti Peredo, Salvador Allende, Hugo Chávez, Evo  Morales y otros líderes con visiones socialistas quienes han lanzado, junto con  fuertes movimientos sociales, la batalla contemporánea por la segunda  independencia, la económica. Esta vez, como en los tiempos de Bolívar y Martí,  la meta es forjar una sola nación: América Latina y el Caribe. 
   Con independencia de lo antes expuesto  Hugo Chávez proclamó que ningún proceso de cambio radical puede sobrevivir si  se limita a un país. Es imprescindible extenderlo a otros, en busca de la  unidad, que hoy tiene como facetas fundamentales el internacionalismo y la  solidaridad, que han demostrado ser las vías idóneas para hacer realidad el  pensamiento integracionista. En este contexto, manifestó que hay posibilidades  reales de cumplir el sueño de la   América integrada que Bolívar casi hizo realidad antes del  sabotaje estadounidense a la reunión paidricana en Panamá en 1826. Los  actuales líderes políticos que son partidarios de la integración justa y  solidaria están conscientes de la necesidad de la existencia de una América  integrada, sólo de esa manera pueden resistirse y repelerse los continuos  intentos neoliberales de fraccionar las relaciones entre los pueblos  latinoamericanos1 . 
   Otro aspecto importante en el ideario de  Hugo Chávez lo constituye el hecho de que   para él, el aspecto económico no constituye la única prioridad.  Considera que de lo que se debe hablar no es de   Zona de Libre Comercio, sino de una zona libre de analfabetismo, libre  de desnutrición infantil, libre de desempleo, libre de personas sin techo. Porque  esos temas son los que realmente merecen prioridad inmediata y los que no deben  quedar fuera de la agenda de la integración. De ahí que el proceso de  integración que se persigue crear debe estar encaminado a solucionar los graves  problemas que afectan a los países del área, quienes de diferentes formas están  dando pasos de avances en este sentido.
   Ahora bien, otro importante líder de  los constantes cambios que vive el continente es el Comandante en Jefe Fidel  Castro Ruz (13 de agosto de 1926-2016), uno de los líderes revolucionarios que  dirigió su labor al fortalecimiento de la independencia y de la unidad  latinoamericana, considerando siempre que en América hay que hacer grandes  sacrificios para lograr cosas importantes es por eso que afirma que “vale la  pena sacrificarse por las cosas grandes (...), que todos los revolucionarios de  América nos sacrifiquemos por cosas grandes,” ( CASTRO RUZ, FA.1959)2 .
   En tal sentido, Ernesto  Che Guevara de la Serna (1928-1967), es otra  de las personalidades que tiene bien ganado un espacio histórico en este  análisis ya que por la libertad y la segunda independencia de América Latina  ofrendó hasta su propia existencia, nadie mejor que  él es merecedor de la categoría de verdadero  internacionalista. Su pensamiento se proyectó siempre en un sentido  universalista, autoconsiderándose ciudadano del mundo. Su persona se caracterizó siempre por trascender fronteras y ser por  igual de todos los pueblos de América. Esta concepción nace de sus propias  palabras al expresar: “He nacido en Argentina; no es un secreto para nadie. Soy  cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de  Latinoamérica, me siento tan patriota de cualquier país de Latinoamérica como  el que más (...)” ( GUEVARA DE LA SERNA,E,1964)3 
  III.- La cooperación  internacional. Generalidades 
   La cooperación  internacional configura un amplio campo de movilización de recursos  asociativos, técnicos y financieros basados en compromisos de apoyo mutuo donde  concurren donantes, gobiernos, la sociedad civil y el sector privado. Cooperar  supone un marco de entendimiento sobre objetivos y compromisos entre actores; y  la disponibilidad de mecanismos y procedimientos para el acceso a los recursos,  los que generalmente consisten en proyectos de financiamiento, procesos de  apoyo técnico y articulación de redes de conocimiento, incidencia y fomento de  valores y buenas prácticas.
   Para las organizaciones  de la sociedad civil, la cooperación internacional representa un medio que  favorece su libertad e independencia de los intereses de los actores  nacionales con poder sobre la vida colectiva o pública. En muchos casos, es la  única fuente de recursos para sostener actividades de ayuda a grupos o sectores  de la población desamparados por las leyes y por el Estado, y altamente  discriminados por la sociedad o excluidos de ella. 
   La cooperación internacional  consiste en el trabajo en comunidad llevándolo a cabo por parte de uno o más  grupos de personas. Sin embargo, en la actualidad, la definición de cooperación  internacional es más amplia, porque responde al creciente desarrollo y  complejidad de las relaciones internacionales. Es así, que la cooperación  internacional conjuga hoy en día, la ayuda o apoyo al desarrollo con otros  elementos como los de promoción comercial e intereses políticos y económicos.  Esto permite que se entienda a la cooperación internacional como el conjunto de  acciones a través de las cuales se intenta coordinar políticas o unir esfuerzos  para poder alcanzar objetivos en plano internacional. 
   Los  ámbitos cubiertos por la cooperación internacional son muy variados. Entre  otros, se pueden mencionar los siguientes:
La Secretaria Ejecutiva  de la CEPAL Alicia Bárcena participó  en  el presente año en un simposio organizado en Buenos Aires por el Gobierno de  Argentina y el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), por  sus siglas en inglés,  donde expresó “Hoy  más que nunca la cooperación debe ser promovida y ampliada sobre bases  multilaterales si queremos alcanzar en 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible  (ODS)”. La cooperación internacional no es una actividad facultativa de los  Estados ni una obligación moral, sino una obligación jurídica perfectamente  recogida como tal en el Derecho Internacional  Público. (D’ESTEFANO M A, 1977, p.7)
   Desde la creación de  las organizaciones internacionales y regionales de Estados, Carta de las  Naciones Unidas y Carta de la OEA, el concepto de cooperación  internacional cambió, de uno centrado en la coexistencia pacífica, a otro  enfocado en  el desarrollo, para alcanzar, mediante la unión de los  países, el progreso y el bienestar de todos los pueblos. En 1986, se suscribió  la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, a través de la cual se  impulsó una cooperación dirigida a la solución de problemas de carácter  económico, social, cultural y humanitario, y al desarrollo y estímulo de los  derechos y las libertades fundamentales, con plena participación de los  ciudadanos.
   Los sujetos internacionales no pueden realizar sus  fines en el aislamiento, cuanto que en su asociación, para satisfacer los  crecientes anhelos de la humanidad, plasmados en problemas políticos,  económicos, sociales, culturales, que exigen una acción concertada de todos los  pueblos; lo que nos representa un Derecho  Internacional Público mucho más dinámico y complejo y  en constante desarrollo. (D'ESTEFANO  M A, 1977, p.7)
   Para analizar críticamente el comportamiento de la cooperación  internacional a través de los procesos de integración  resulta imprescindible estudiarlos desde una óptica abierta identificando tanto  sus fortalezas como debilidades. Las diferencias en los sistemas políticos,  económicos y sociales no debe ser obstáculo en el deber de la cooperación, que  es incompatible con cualquier clase de subordinación, presión o discriminación,  ya que se trata de una forma de  coexistencia activa, una forma práctica de hacer realidad el principio de la  coexistencia, y se trata, además, del cumplimiento de una norma importante del  Derecho Internacional Público  y de uno de los objetivos fundamentales de Naciones Unidas. (D'ESTEFANO M A, 1977, p.7)
  VI.-Obstáculos en el proceso de integración en la región
   Los  procesos de integración experimentados en América Latina y el Caribe enfrentan  hoy varios retos, obstáculos e incluso amenazas, algunos tienen su génesis en  la propia evolución histórica del continente. Son de diversa índole y afectan el desarrollo exitoso de  los procesos de integración. El  primer obstáculo está referido a los factores estructurales, los cuales están  dados por el diseño de las economías, desde la etapa de la colonización. El  área geográfica que comprende hoy América Latina y el Caribe fue colonizada  primero por España y Portugal, posteriormente los territorios que comprenden el  Caribe insular que fueron  ocupados por otras potencias coloniales como Gran Bretaña, Holanda, Francia y,  Estados  Unidos,  no quedó fuera de ese reparto.
   De tal manera  el sistema colonial latinoamericano y caribeño se estructuró en función de  satisfacer las necesidades de enriquecimiento de la aristocracia española,  portuguesa, así como la voracidad de otras metrópolis que, aprovechando la  oportunidad se apropiaron de los restantes territorios que de cierta manera fueron  abandonados por España y Portugal. Un elemento central que pudiera señalarse  como lesión al desarrollo de la región fue la política de España de no  propiciar el intercambio entre sus colonias, impidiendo con esto que entre las mismas  se comerciara o hubiese  algún tipo de contacto económico, provocando así el atraso económico y social  que padece la región.
   Los  efectos de la colonización, sin  dudas forman un fenómeno histórico que  se hizo sentir a través de varios siglos; este hecho condicionó ciertas  tendencias ideológicas regionalistas, superadas y enfrentadas por Bolívar y los  próceres de aquella generación a la que le siguieron otros. La visualización de la integración  como un mecanismo para lograr mayores inversiones y por ende tasas más elevadas  de crecimiento económico y mayores oportunidades de empleo para la fuerza  laboral, ha conducido a un ensanchamiento de las diferencias de ingreso entre  los países.
   Otro de  los principales problemas de nuestra identidad latinoamericana es la  inconstancia, producto de no haber dado la continuidad necesaria al pensamiento  estratégico que sí tuvieron nuestros fundadores, que fue retomado por Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías entre otros líderes de izquierda . Algunos factores negativos a tener en cuenta en los  días que vivimos son la extraordinaria y abultada deuda externa de la inmensa  mayoría de las naciones de América Latina y el Caribe a la que acuden los  acreedores constantemente para doblegar la voluntad de los gobiernos en función  de sus intereses; los Tratados de Libre Comercio suscritos por algunas naciones con Estados Unidos, imponen a  los pueblos condiciones  onerosas, o desleales  impidiéndoles o limitando su capacidad  negociadora con naciones del  resto de América Latina y el Caribe.
  V.- Breve bosquejo de los principales esquemas de integración  experimentados en la región  
   La región latinoamericana y caribeña posee una serie  de rasgos significativos que repercuten en los procesos que tienen lugar en el subcontinente,  incluidos los de integración. Dentro de los mismos cabe mencionar (Rojas  Aravena F, 2007)
 Lo analizado anteriormente  demuestra que América Latina y el Caribe requiere de un tratamiento especial  para poder llevar con éxito un proceso de integración en la región, pues con  las características que presenta todo proceso integrador que se pretenda  desarrollar para que rinda frutos debe ser pensado y estructurado en base a  limar las dificultades existentes que le sirven de freno y que se ajuste a la  verdadera realidad latinoamericana. Ahora bien, la integración de nuestra región  ha transitado a lo largo de la historia por  dos etapas: la primera abarca el período de 1950 hasta 1960 y se denominó  "Regionalismo cerrado". En esta primera etapa la integración estuvo  vinculada a la aplicación de la Estrategia de Industrialización por Sustitución  de Importaciones (ISI) en la región, cuyo motor de crecimiento estaba  localizado en los mercados internos y regionales, y sostenido por un fuerte  proteccionismo e inversión  estatal. Esta estrategia considera la integración como un instrumento más de su  política económica y tiene como objetivo principal la protección frente a  terceros.
   La segunda etapa va desde mediados  de los setenta hasta la actualidad y se denomina Regionalismo abierto, el cual  colocó el énfasis en los mercados externos con una base neoliberal. El  regionalismo abierto dio inicio a un proceso de refuncionalización de la  mayoría de los esquemas de integración en la región, e incluso estimuló el  surgimiento de nuevas propuestas. El regionalismo abierto ha sido funcional a  la erosión y reducción de las capacidades de los gobiernos de hacer frente a  los problemas domésticos y se ha transformado como concepto desde su  surgimiento. Esta situación ha generado una interrelación perversa entre las  interacciones políticas a diversos niveles: nacionales, subregionales y  globales. A partir  de la filosofía de estímulo a la firma de acuerdos de diversa naturaleza, el  regionalismo abierto ha provocado en la región la existencia de lo que llamara  Fernando Rojas una sobreoferta de propuestas de integración. Esta multiplicidad  de ofertas de integración con diversos alcances y profundidad ha intensificado  los dilemas de política, entre profundizar la integración Norte- Sur o Sur-Sur,  la regional o la extra-regional.
   El proceso de formación de  esquemas de integración de América Latina y el Caribe ha reproducido la misma  tendencia existente en todas las regiones del mundo, que aparece como resultado  de la toma de consciencia de la necesidad de unirse para ser más fuertes y  consistentes ante los retos y amenazas a la que están sometidos los pueblos, y  sobre todo para alcanzar, en mejores condiciones las metas y propósitos del  desarrollo humano sustentable. En todas las regiones del mundo proliferaron  esquemas de integración regional y subregional; América Latina y el Caribe no  quedaron ajenos a  esta tendencia.
  La Comunidad  del Caribe (CARICOM): La CARICOM se creó en 1973. Al  constituirse, sus objetivos  fundamentales,  estuvieron dirigidos a estimular la cooperación económica en el seno de un  mercado común del Caribe: estrechar las relaciones políticas y económicas entre  los Estados miembros: Promover la cooperación educacional, cultural e  industrial entre los países de la Comunidad. (Santana Lescaille, F, 2009)
  Mercado  Común del Sur (MERCOSUR): Tras  la firma del Protocolo de Ouro Preto  en Brasil el 31 de  diciembre de 1994, quedó  definitivamente estructurado el MERCOSUR.  Como su nombre lo indica es sólo un mecanismo de mercado, siendo el concepto de  integración mucho más amplio, se requiere tener presente otras aristas, no  obstante constituye un gran esfuerzo en pos de la integración. 
  Unión de Naciones  Sudamericanas (UNASUR): Inicialmente se denominó Comunidad  Sudamericana de Naciones (CSN). En general, UNASUR es expresión de la  diplomacia de las cumbres y muestra un carácter interguberidntal, lo cual le  aporta tanto fortalezas como debilidades. Se basa en tres pilares  fundamentales: político (a partir de la necesidad de proyección internacional,  concertación de política exterior); económico (con base en la convergencia  CAN-MERCOSUR); y la integración física energética y de telecomunicaciones.  (Sanahuja, José Antonio, 2007).
  Organización  de Estados Americanos (OEA): La OEA surge en 1948. La  organización, dominada y manipulada por Estados Unidos desde su propia Carta  Constitutiva se puede advertir que está sustentada sobre cimientos demagógicos.  Los objetivos establecidos en la carta se contradicen con la realidad, pues se  proponen afianzar la paz y la seguridad del continente cuando lo que se está  presenciando es todo lo contrario. (Menéndez Quintero M C, 2017) 
  Grupo de  Río (G-RIO): El Grupo de Río es un mecanismo flexible de diálogo  y concertación política, en cuyo marco se abordan temas de interés común para  América Latina y el Caribe. El mismo ha demostrado su utilidad como foro de  comunicación y contacto personal entre los Jefes de Estado y los Ministros de  Relaciones Exteriores de la región y ha contribuido a fortalecer la presencia y  capacidad de negociación de la región ante la comunidad internacional. 
  ALBA: Se propone como objetivo la transformación de  las sociedades latinoamericanas, haciéndolas más justas, cultas, participativas  y solidarias y, por tanto, está concebida como un proceso integral destinado a  asegurar la eliminación de las desigualdades sociales, fomentar la calidad de  vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su  propio destino. (Chávez Frías, H. R. 2003);  (Santana Lescaille, F. 2009)
  CELAC: La  Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es un mecanismo  interguberidntal de diálogo y concertación política. Surge con el compromiso  de avanzar en el proceso gradual de integración de la región, haciendo un sabio  equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y  cultural de los habitantes de América Latina y el Caribe. Creada en Caracas,  República Bolivariana de Venezuela, en el marco de la III Cumbre de América  Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) y de la XXII Cumbre  del Grupo de Río, reunidas los días 2 y 3 de diciembre de 2011. El acto de  creación se llevó a cabo mediante la firma de la Declaración de Caracas,  por parte de las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno América Latina y el  Caribe y en la cual se define a la CELAC como un mecanismo representativo de  concertación política, cooperación e integración de los Estados  latinoamericanos y caribeños y como un espacio común que garantice la unidad e  integración de nuestra región. La  CELAC puede resumirse de la siguiente manera: Es un mecanismo de diálogo y  concertación política; Es un mecanismo articulador, que trabaja sobre la base  del consenso; Es un foro  que avanza sobre la convergencia de acciones e intereses comunes; Es una  plataforma que facilita una mayor presencia de nuestra región en el mundo; Es  un espacio para hacer frente a desafíos comunes. 
  VI.- Análisis  crítico de los procesos de integración 
   Los errores y debilidades de los procesos  integracionistas están radicados de acuerdo con la CEPAL4 ,  en las siguientes áreas fundamentales: 
De todas  estas deficiencias que señala la CEPAL, desde esta investigación se considera  fundamental la referida al trato indicado a las asimetrías existentes entre los  países. 
   Otro  aspecto al que se hace necesario hacer alusión en este análisis sobre los  procesos de integración es el trato preferente que se le brinda a los aspectos  económicos, sin dedicarle la atención priorizada a otros sectores de la  sociedad. Por ejemplo en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio  (ALALC) se hablaba de liberalización del comercio; en la  Comunidad Andina se aprecia el interés por lograr un acelerado desarrollo  económico; la CARICOM se refiere a las dificultades económicas de los países  miembros; y el MERCOSUR, como su nombre lo indica atiende asuntos de mercado.  En realidad a lo que se quiere llamar la atención es al hecho de que en cada  uno de ellos el núcleo es el aspecto económico, que si bien es muy importante,  se debe atender con igual interés los aspectos sociales.
   Generalmente  estos esquemas, aunque pueden ser considerados como esfuerzos por lograr la  integración e incluso constituyen esquemas integradores, no son modelos idóneos  para América Latina y el Caribe. La realidad es que la situación que vive la  región torna difícil, lo que no quiere decir imposible, el proceso integrador. 
   Estos  esquemas presentan  deficiencias que atentan contra el  desarrollo y cumplimiento de sus objetivos, dentro de estas salta a la vista el  hecho de ser hijos ciegos del mercado, centrando sus actividades en pos de  este, circunscribiéndose esencialmente a los  aspectos comerciales. Otro  factor negativo que presentan estos esquemas es que en su mayoría cuentan con  Estados Unidos como principal socio comercial, elemento que agudiza aún más las  asimetrías existentes en la región, puesto que los mejores resultados  económicos van a parar a la economía norteamericana, hundiendo cada vez más en  el caos a las pequeñas economías latinoamericanas y caribeñas. 
   No  obstante aparecen esquemas que merecen un especial reconocimiento, como es el  caso de la CARICOM, que muestra una perspectiva amplia de concebir la  integración al englobar entre sus objetivos aspectos relacionados con la  cooperación educacional, cultural e industrial. Otro aspecto importante que da  mérito a la CARICOM y que puede servir de guía al proceso integracionista que  se desarrolla en América Latina y el Caribe es que la misma muestra una forma  institucional compleja en la que aparecen órganos políticos, jurídicos, sociales  y económicos. La esfera jurídica logra un palpable grado de desarrollo y se  evidencia la influencia en el ordenamiento jurídico interno de los Estados que  participan en el esquema.
   Por todo ello se considera que  de los esquemas de integración experimentados en la región, el que mayores  experiencias positivas aporta es la CARICOM, que aunque no afirmemos que es un  modelo ideal, sí influye positivamente en el proceso integrador.
   El  análisis de los procesos de integración experimentados en el área denota aspectos  como:
VII-  REFLEXIONES FINALES
   PRIMERA:  Los esfuerzos por alcanzar la integración  en América Latina son muy antiguos, tienen su  origen en el pensamiento y la obra de los próceres de la historia de la región  como son Simón Bolívar , San Martín, Sucre, José Martí y muchos otros que  sirven de ejemplo y guía en la batalla actual en pos de la unión  latinoamericana y caribeña, pues no cabe dudas de que los precursores de la  integración que se desarrolla en nuestros días son fieles seguidores del  ideario de estas grandes personalidades. 
   SEGUNDA: En la región se han  experimentado numerosos modelos de integración, los cuales presentan, por lo  general, deficiencias que impiden su idoneidad en las situaciones actuales de  América Latina y el Caribe, como por ejemplo la visión limitada que poseen al  abarcar por lo general aspectos exclusivamente económicos desligándose de los  demás factores que deben complementar la integración. No obstante, algunos como  la CARICOM y  UNASUR, ALBA, CELAC, constituyen  esfuerzos en pos del logro de la unidad que merecen especial reconocimiento. 
   TERCERA: La cooperación internacional, según el contexto actual  y teniendo en cuenta las limitaciones que encuentran los procesos de  integración, para alcanzar sus objetivos no puede ser hija ciega del mercado. En gran medida, las dificultades que  presentan los países latinoamericanos y caribeños pudieran encontrar  solución a través de la creación y  consolidación de proyectos de desarrollo económico y social, que realmente  tributen al desarrollo y mejor calidad de vida de los habitantes de la región 
  VIII.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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