Juvencio Jaramillo Garza *
Jesús Fernando Isaac García **
Universidad Autónoma de Tamaulipas, México.
jesusfernandoisaac@gmail.comResumen. 
  Se implementó una metodología para la  evaluación del programa denominado “La  Participación comunitaria fortalece la salud Familiar y su entorno” con el  objetivo de evidenciar el impacto en la salud de un grupo de 70 personas  seleccionadas de manera aleatoria realizando una intervención directa en  hábitos de alimentación y de actividad física. La propuesta metodológica se  implementa con le porpósito de realizar evaluaciones efectivas  aplicables a programas de corto plazo de  duración. Esto, mediante una propuesta si bien simple con un fuerte respaldo  estadístico. Se consideró como fundamental la modificación en la dieta  alimenticia diaria así como el implementar un programa de ejercicio los cuales  se instrumentó por un periodo de tres meses haciendo mediciones biológicas ex  ante y post del programa. 
  Los resultados fueron los siguientes:
  Al cambiar  el consumo tradicional de agua, refrescos, carnes, pastas, cremas, comidas  grasosas y comida chatarra disminuyendo estas y favoreciendo el consumo de  frutas y verduras, carnes blancas como el pescado y el pollo; todo lo anterior  sumando rutinas diarias de ejercicio físico, tuvo como consecuencia una  disminución en los indicadores biométricos seleccionados (Peso, IMC y nivel de  glucosa en la sangre). Todos los indicadores mostraron una evolución saludable  concluyendo que:
Palabras clave: Evaluación- Metodología-Impacto-Salud-muestra.
METHODOLOGY TO EVALUATE PUBLIC  PROGRAMS: EVALUATION OF THE PROGRAM DENOMINATED:
  "Community participation  strengthens family health and its environment"
  Dr. Juvencio Jaramillo Garza
  Dr. Jesús Fernando Isaac García.
Summary.
  A methodology was  implemented for the evaluation of the program called "Community  participation strengthens family health and its environment" with the  objective of evidencing the health impact of a group of 70 people randomly  selected by performing a direct intervention in eating habits And physical  activity. The methodological proposal is implemented with the purpose of  carrying out effective evaluations applicable to short-term programs of  duration. This, by a simple proposal with strong statistical support. 
The modification in the daily diet was considered fundamental as well as the implementation of an exercise program which was instrumented for a period of three months taking ex ante and post biological measurements of the program.
The results were as  follows:
  By changing the  traditional consumption of water, soft drinks, meats, pastas, creams, greasy  foods and junk food, reducing these and favoring the consumption of fruits and  vegetables, white meats such as fish and chicken; All of the above adding daily  routines of physical exercise, had as a consequence a decrease in the selected  biometric indicators (Weight, BMI and blood glucose level). All the indicators  showed a healthy evolution concluding that:
  1. Descriptive evidence  suggests that a shift from diet to a diet based largely on fruits, vegetables,  grains, and natural waters, has a positive impact on weight, BMI, and glucose  levels remain stable.
  2. Evidence suggests  that subjecting people to a daily-frequency physical activity regime impacts on  reducing levels of overweight, BMI.
  3. Evidence suggests  that if people are educated and trained in eating habits with theoretical and  practical content on healthy eating, they modify behaviors towards food.
  4. The program proved  to be effective in reducing overweight, BMI and in stabilizing glucose.
Key words: Evaluation –Methodology-Impact-Health-sample
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Juvencio Jaramillo Garza y Jesús Fernando Isaac García  (2017): “Metodología para evaluar programas públicos: evaluación del programa denominado: “La participación comunitaria fortalece la salud familiar y su entorno””, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (noviembre 2017). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/11/evaluar-programas-publicos.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1711evaluar-programas-publicos
II ANALISIS FODA.
   El siguiente análisis se hace con la  intención de diagnosticar la situación actual que se relaciona con el programa  así como con la muestra seleccionada para realizar la intervención planeada. 
   Iniciaremos con la detección de las  fortalezas, continuamos con las oportunidades y terminaremos con las  debilidades y las amenazas.
Fortalezas
   Las fortalezas que mencionaremos están  centradas en el programa y su relación con los involucrados en la intervención:
Oportunidades.
   Las oportunidades que se enlistan a continuación  algunas fueron identificadas con anticipación y otras durante el proceso de  planeación:
Debilidades
   Se identificaron las siguientes  debilidades:
Amenazas.
   Finalmente las siguientes amenazas se  detectaron como sigue:
En conclusión, tanto las fuerzas como las oportunidades son loables si pensamos en términos del corto plazo y el impacto del programen corto plazo definitivamente sería un éxito. En cambio, las debilidades realmente no son de gran preocupación como para afectar ni la instrumentación ni la evaluación del programa por lo que en términos de corto plazo, no afectarían para nada. Sin embargo, si tomamos en cuenta las amenazas si bien estas no afectan el programa durante su duración en términos del mediano ylargo plazo si afectan pues no hay seguimiento que sería la acción principal para ver el impacto del programa en el largo plazo.
En la actualidad hay un sinfín de  fenómenos que han estado afectando la salud de las personas. Factores como la  obesidad, la diabetes, hipertensión arterial, cáncer, etc. En su mayoría  enfermedades crónico-degenerativas has estado teniendo prevalencia importante a  lo largo de los últimos años en el Estado de Tamaulipas, México. 
   Es importante destacar que  los esfuerzos realizados por las autoridades  de salud también han sido importantes para dar respuesta a tan importantes  retos de salud pública que se han estado presentando en la región. 
En el municipio de Casas se realizó el 5 de diciembre de 2013, el taller intersectorial y así mismo la instalación del consejo municipal de salud estableciendo el compromiso de llevar a cabo un trabajo institucional, en conjunto con la participación activa de la comunidad. Para tales efectos se determina incidir de manera positiva sobre las determinantes críticas de la salud. Por ende, se anticipará para responder a la transición epidemiológica y sus efectos en la atención a la salud. Basado en lo anterior, es de relevancia el problema detectado en la cabecera municipal del municipio de Casas Tamaulipas. Ante este desafío que en materia de salud se busca reducir mediante acciones anticipadoras de prevención y promoción de la salud, el impacto de las enfermedades crónico degenerativas no trasmisibles atendiendo de forma oportuna a las familias de la localidad mediante la implementación de programas de intervención en el área alimenticia, actividad física y educación para la salud.
De tal suerte que a partir del diagnóstico  situacional de salud se ubican las enfermedades crónico degenerativas no trasmisibles  en primer lugar y por ende se requiere de fortalecer la educación para la salud  a través de sesiones educativas, así mismo talleres comunitarios en donde la  enseñanza-aprendizaje permita la adopción de estilos de vida saludables para  disminuir éste problema de salud pública, además se instrumentará la  comunicación educativa brindando la información de prevención y control  mediante la distribución de material gráfico, instalación de periódicos  murales, medios audiovisuales y que con responsabilidad compartida e  integradora de la sociedad y el gobierno realizar el trabajo en equipo  favoreciendo el bien estar social. 
   Entonces, por lo anterior y como parte  integral de las estrategias estatales de salud se ha implementado el programa  público “La participación comunitaria fortalece la salud familiar y su entorno”  en conjunto con las autoridades de la Jurisdicción Sanitaria 1 y las  autoridades municipales del municipio de Casas, en Tamaulipas México. 
Realizar una evaluación del programa mencionado para ver su efectividad y el impacto positivo que haya tenido en la comunidad seleccionada.
El programa nace debido a un problema  identificado en el diagnóstico mencionado anteriormente el cual es: 
   “Durante  el proceso de entornos y comunidades saludables. La educación para la salud es  de relevancia considerando que las enfermedades crónico degenerativas no  transmisibles representan un riego importante en el proceso salud-enfermedad  por lo anterior, en la etapa de comunidad orientada a la formación de agentes y  procuradoras de la salud, es fundamental ya que al recibir la capacitación en  diferentes temas de salud, permitirá llevar a cabo la difusión de los  beneficios de prevención y promoción de la salud y en una acción  multiplicadora, realizar el empoderamiento en el individuo, la familia y la colectividad  que permita disminuir riesgos y daños a la salud, realzando las acciones de  apego al tratamiento, alimentación sana y actividad física para mejor control  de la diabetes e hipertensión y sus complicaciones. Con esta referencia de  intervención el resultado esperado es trascender en una nueva cultura de la  salud.”
De tal manera que desprendemos el siguiente problema que se pretende resolver mediante la implementación de la evaluación del programa mencionado:
“Al no tener evidencia del éxito de programas de intervención en materia de salud en el municipio mencionado, se tiene como consecuencia la incertidumbre de seguir instrumentando programas de la misma naturaleza al desconocer el efecto ya sea positivo o negativo de la intervención.”
La evaluación del programa mencionado es requerida debido a que se requiere evidencia primaria del impacto positivo de haberlo, para seguir promoviendo y apoyando programas con la misma naturaleza pues es un incentivo para las autoridades seguir favoreciendo estos programas al ver el éxito obtenido en la salud de las personas involucradas en el programa por lo cual se requiere de manera puntual evidencia clara de que de seguir habiendo más programas de la misma naturaleza, el éxito estará garantizado.
¿Tiene un pacto positivo en la salud de las personas  involucradas el programa de intervención?
   ¿Las personas tendrán conciencia que deben de cuidar su  salud?
   ¿Tienen conciencia los involucrados en la actividad física  es positiva en la salud?
   ¿Será factible seguir impulsando programas de intervención  en la salud?
Empezaremos definiendo los siguientes  conceptos que nos ayudarán a entender el proceso de evaluación del programa  mencionado:
   Se da el nombre de intervención en  la salud (o intervención en salud) a todo aquel esfuerzo  que tiene como objeto promover buenos comportamientos relacionados con la salud  (como, por ejemplo, realizar ejercicio físico) o prevenir o evitar malos  comportamientos relacionados con la salud (por ejemplo, promoviendo la  interrupción del consumo de tabaco o desalentando el consumo  de sustancias ilícitas o el consumo excesivo de bebidas  alcohólicas).
   Las intervenciones en la salud pueden  aplicarlas distintos tipos de organizaciones: instituciones de salud y  organizaciones de la iniciativa privada.
   En los años recientes se han desarrollado  diversas formas de intervención que incluyen a la familia y a los amigos, lo  cual ha servido para alentar a personas que presentan comportamientos  autodestructivos o adictivos a que acepten la ayuda. Esto dio inicio en la  década de 1960, con la llamada Intervención Johnson. Desde entonces se han  desarrollado distintas variantes de esta metodología básica, cada una de las  cuales presenta ventajas y desventajas (Ventura 2011).
   Salud. 
   "La salud es un estado de completo  bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o  enfermedades". La cita procede del Preámbulo de la Constitución de la  Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria  Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946,  firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Official  Records of the World Health Organization, Nº 2, p. 100), y entró en vigor el 7  de abril de 1948. La definición no ha sido modificada desde 1948. (OMS, 2016).
Salud  pública
   Por Salud Pública se entiende el cuidado y  la promoción de la salud aplicados a una población o a un grupo preciso de la  población. Aun cuando la Salud Pública no implica directamente la oferta de  cuidados médicos a las personas, se afirma que el papel de los médicos cuando  se trata de Salud Pública. Los médicos tienen la responsabilidad de cuidar la  salud de las personas mentalizándolas al mismo tiempo sobre la Salud Pública. Se  insiste en que no se considere la Salud Pública como algo aparte, pues está  estrechamente relacionada con la salud de cada uno, el cuidado de la salud y  los cuidados médicos (AMM, 2016)
  Enfermedades  crónicas degenerativas.
   Las enfermedades crónicas son enfermedades  de larga duración y por lo general de progresión lenta. Las enfermedades  cardíacas, los infartos, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la  diabetes, son las principales causas de mortalidad en el mundo, siendo  responsables del 63% de las muertes. En 2008, 36 millones de personas murieron  de una enfermedad crónica, de las cuales la mitad era de sexo femenino y el 29%  era de menos de 60 años de edad (OMS, 2016).
   Evaluación. 
   La evaluación es un proceso que tiene por  objeto determinar en qué medida se han logrado los objetivos previamente  establecidos, que supone un juicio de valor sobre la programación establecida,  y que se emite al contrastar esa información con dichos objetivos.
   Evaluación inicial
   la evaluación inicial es la que se realiza  al comienzo de un programa, consiste en la recogida de datos tanto de carácter  personal en la situación de partida; y su finalidad es que el evaluador inicie  el proceso de intervención con un conocimiento real de las características de  todos y cada uno de los intervenidos, La evaluación inicial se hace necesaria  para el inicio de cualquier cambio, ya que se va a servir de referente a la  hora de valorar el final de un proceso o de comprobar si los resultados son  satisfactorios.
   Evaluación final.
   La evaluación final consiste en la  recogida y valoración de datos al finalizar un periodo de tiempo previsto para  la realización de un programa, como constatación de los objetivos esperados. Es  la evaluación final la que determina la consecución de los objetivos planteados  al término de un proceso o de un periodo instructivo y los resultados que  aporta pueden ser el punto de arranque de la evaluación inicial del siguiente  periodo de evaluación. (L & E, 2016)
   Ahora pasaremos al estado del arte en  materia de evaluación de evaluación de programas de salud.
Textualmente Garrido y López (2011)  textualmente señalan: “que La evaluación  permanente de las acciones y resultados alcanzados por los sistemas de salud es  una de las principales expresiones de la rectoría del Estado y una de las  mejores formas de garantizar que sus objetivos estratégicos se puedan alcanzar.  Estas acciones tienen una tendencia creciente en el mundo y actualmente no  existe ningún país que pueda organizar seriamente su sistema de salud sin  llevarlas a cabo.
   No  obstante, a pesar de que la evaluación de los sistemas sanitarios se realiza  sistemáticamente desde hace por lo menos diez años, la manera de llevarla a  cabo ha variado significativamente en el último medio siglo. Como ejemplo,  baste mencionar que en el lapso trascurrido de los años cincuenta a los setenta  la evaluación de los programas y servicios consistió fundamentalmente en la  medición de metas –sobre todo a través de la comparación entre las acciones  planeadas y las realizadas– y la medición de la eficiencia alcanzada durante el  uso de los recursos. Unas décadas más tarde –probablemente como una de las  consecuencias de la difusión que tuvo el modelo de evaluación de la calidad de  la atención propuesto por Avedis Donabedian– estas primeras modalidades de  evaluación fueron sustituidas paulatinamente por la evaluación simultánea de la  estructura, los procesos y los resultados de los programas. Esta manera de  evaluar permitió acercarse por primera vez a lo que podría considerarse una evaluación  integral de los sistemas sanitarios. Un poco después, al finalizar los años  noventa y paralelamente a los movimientos de reforma sanitaria que ocurrieron a  escala mundial, surgió el concepto de Evaluación del Desempeño de los Sistemas  de Salud, que la Organización Mundial de la Salud formalizó en su Informe  Mundial del año 2000. En este caso, como indica su nombre, la evaluación se  refiere al desempeño global de los sistemas y es resultado de una combinación  de la aplicación de las políticas, la marcha de los programas y los resultados  de las acciones de salud.
   La  evaluación de los sistemas de salud puede realizarse por lo menos en dos  niveles. El primero es aquel en el que se encuentran los procesos que el  sistema establece en la forma de programas y servicios de salud. El segundo se  despliega a escala sistémica, es decir, en materia de grandes políticas. Se  denomina Evaluación de Programas y Servicios a la primera modalidad y  Evaluación del Desempeño del Sistema de Salud a la segunda. En general, cuando  se evalúa el desempeño de los sistemas se evalúan las condiciones generales de  salud que se han alcanzado en un país, la brecha sanitaria que existe entre los  grupos sociales, el trato que proporciona el sistema a sus usuarios y el grado  de eficiencia alcanzado al aplicar los recursos disponibles para atender las  necesidades actuales y futuras.
   Como  puede observarse, la transformación experimentada en el último medio siglo en  los modos de evaluar los servicios y sistemas de salud ha consistido, aparentemente,  en la sustitución paulatina de la evaluación de la operación de los programas  (medida a través del alcance de las metas del programa) por la evaluación del  impacto del sistema sobre las condiciones de salud de la población (medida  sobre todo a través del nivel de salud alcanzado, las diferencias en las  condiciones de los distintos grupos sociales y la equidad en el financiamiento  del sistema) como objetivo principal de las evaluaciones.
   No  obstante, y a pesar de estos avances conceptuales, para los países todavía es  muy importante evaluar cada programa y servicio, debido, en primer término, a  que la evaluación del desempeño sólo puede ser realizada con los insumos  proporcionados por la evaluación de los programas específicos y, en segundo  lugar, a que la información sobre cada política y programa es estratégica para  ajustar la marcha de cada uno de ellos al alcance de sus objetivos puntuales.  Esto es así porque los servicios de salud son un componente esencial dentro de  los sistemas de salud, y representan una síntesis del esfuerzo colectivamente  organizado con el fin de prevenir las enfermedades, prolongar la vida y  fomentar la salud de la población. México, reconociendo esta importancia, ha  establecido dentro del Sistema Nacional de Salud un sistema de evaluación que  obliga a cada administración a realizar anualmente la evaluación de los  principales programas y servicios de salud.
   Para  garantizar la objetividad e imparcialidad de los resultados, la normatividad  sanitaria establece que la evaluación de los programas y servicios debe estar a  cargo de instituciones académicas y de investigación u organismos  especializados, de carácter nacional e internacional, que cuenten con amplio  reconocimiento y experiencia en la respectiva materia. El propósito de estas  evaluaciones es el de identificar los principales retos que enfrenta la marcha  de los programas y servicios de salud a nivel nacional, documentar los avances  de los programas de salud desplegados en el país y plantear las tareas  necesarias para el fortalecimiento de las actividades de salud. Los hallazgos  más relevantes de las evaluaciones se sintetizan en una serie de informes  técnicos que son usados para llevar a cabo los ajustes pertinentes a cada  programa, pero que además se presentan en documentos que se divulgan  ampliamente. Es claro que este tipo de evaluación, denominada genéricamente  evaluación de programas y servicios, es un proceso significativamente distinto  al de la investigación científica. Por esta razón, no es común que los  resultados de estas evaluaciones se publiquen en forma de artículos  científicos.
Safdie (2013), describe el protocolo,  objetivo, el diseño y los métodos de un ensayo controlado aleatorio de dos años  realizados para evaluar la efectividad de una intervención ambiental en 27  escuelas primarias de la Ciudad de México. 
   El protocolo consta de dos unidades de  análisis: el nivel escolar donde se evaluaron los cambios en el entorno escolar  de escuelas primarias públicas de medio tiempo y el nivel individual que evaluó  los cambios de comportamiento en alumnos de 9 a 11 años de edad. Se  implementaros dos tipos de intervenciones: nutrición y actividad física  apoyadas de una estrategia de educación/comunicación. Las intervenciones  tuvieron dos intensidades: básica y plus. La evaluación de la efectividad se  llevó a cabo durante los ciclos escolares 2006-2007 y 2007-2008. 
   Safdie encontró que las escuelas juegan un  papel importante en fomentar el desequilibrio energético en los niños mediante  artículos que se venden para consumo, teniendo como consecuencia un impacto en  el incremento de peso y obesidad en los niños teniendo las estrategias un  impacto positivo en la reducción del sobrepeso en los niños. 
Safdi (2013) Evalua el impacto de una  intervención de 18 meses para la prevención de obesidad en escolares de 4o y 5o  grados basada en el modelo ecológico en conductas saludables en México. Mediante diseño experimental  para asignar 27 escuelas a uno de los tres tratamientos: intervenciones  básicas, intervenciones plus y control. 
   Se midió el impacto en el ambiente  escolar, la alimentación y la actividad física e índice de masa corporal en  niños. La evaluación se llevó a cabo en dos años en 830 estudiantes. 
   Encontró que  en las escuelas de intervención, la disponibilidad de alimentos sanos aumentó y  la disponibilidad de alimentos poco saludables disminuyó. 
   La ingesta de alimentos en niños no  mostraron las mismas tendencias. 
   En las escuelas de intervención, los niños  no participaron más en actividad física moderada y vigorosa. La prevalencia de  obesidad no se modificó.  
   La intervención mejoró el entorno  alimentario escolar y las conductas saludables de alimentación y actividad  física.
Por su parte, Prada et al (2007) Evalúan  el impacto de una intervención alimentaria sobre la frecuencia de consumo de  frutas y verduras (FV) en el municipio de Girón, Santander, Colombia.  Durante  diez meses se realizó un ensayo comunitario donde 66 familias usuarias de 14  hogares comunitarios (HC) recibieron una intervención alimentaria basada en  estrategias educativas. Setenta y tres familias en doce HC sirvieron como grupo  control. La frecuencia del consumo de FV fue evaluada en mediciones repetidas  con un cuestionario de frecuencia de consumo. La evaluación se realizó en dos  niveles, familiar y HC. 
   El Método de Bland y Alman fue utilizado  para determinar el impacto intragrupal e intergrupal. Un modelo de regresión  lineal múltiple permitió evaluar el efecto de la intervención sobre la  frecuencia de consumo de FV ajustado por variables sociodemográficas. 
   Encontraron que  La frecuencia de consumo de frutas aumentó en  promedio 1.3 veces por semana; (IC 0.3-1.8) (p= 0.040). Esto  se logró cuando la probabilidad de contar con una licuadora fue mayor de 75% (R2 para  el modelo 0.33; n= 26).
   La  frecuencia del consumo de verduras no aumentó. Concluyen que: en poblaciones pobres puede lograrse un  incremento en el consumo de frutas a través de estrategias de tipo educativo.  Sin embargo, el acceso limitado a equipos de transformación y conservación de  alimentos es determinante del resultado final.
Por otro lado Quizán et al (2012), evalúan  el efecto de un programa de intervención en escolares de seis a ocho años en  Hermosillo, Sonora.
   Fue  un estudio experimental aleatorio y controlado, tres escuelas intervenidas (n= 62)  y tres escuelas no intervenidas (n= 64). 
   El programa de intervención incluyó  talleres educativos, carteles publicitarios, disponibilidad de alimentos  saludables, premiación por consumo de alimentos saludables, copla infantil y  folletos informativos. 
   La disponibilidad de alimentos saludables  en las tiendas escolares aumentó después de aplicar el programa de intervención  (p≤0.05) y se incrementó el consumo de frutas y verduras durante el recreo. Los  escolares no intervenidos presentan mayor riesgo de consumir alimentos no  saludables durante el recreo (RM, 95% IC, 3.7, 1.7-7.8, p=0.001). 
   El consumo de los macro nutrimentos fue  menor (p≤0.05) en el grupo de intervención. 
   El PI tuvo efecto positivo en el consumo  de alimentos de los escolares.
Como podemos apreciar los diferentes programas de intervención que tienen éxito se componen de tres elementos de relevancia: la educación alimentaria sana, la actividad física y la ingesta de alimentos sanos.
4.1. Muestra
   La muestra se seleccionó de manera  aleatoria simple entre personas que tienen problemas con su salud en relación  con las enfermedades crónico degenerativas acorde al padrón del seguro popular.  Fue una muestra de 70 personas que de manera voluntaria aceptaron participar en  el programa distribuidas de la siguiente forma:                                                                                               SEXO
                                                  H                     M
   Rango de edad: 20 – 59          13                      31
   Rango de edad   60 o más      17                         9        
4.2.  Variables
   Son en total 47 variables relacionadas con  los alimentos y la actividad física y conocimientos en torno a la alimentación  (ver cuadro 1):
Se realizara el programa por un periodo de tres meses.
Se aplicará una encuesta de hábitos  alimenticios y estado general de salud, una encuesta de actividad física y una  encuesta de datos biomédicos.  En total  tres encuestas para 70 participantes haciendo un total de 210 encuestas (ver  anexos).
   Las mediciones serán pre – post programa. 
H1: Un cambio en el régimen alimenticio, ocasiona una disminución del sobrepeso. 
   H2: Un cambio en el régimen alimenticio, impacta positivamente disminuyendo el IMC. 
   H3: La reeducación en materia de alimentación impacta en la mejora de la salud. 
   H4: Mayor actividad física ocasiona una reducción en el peso de las personas.
Intervención de tipo cuasi experimental.
Se realizará en un primer tiempo las estadísticas descriptivas de las variables más relevantes para el programa. Se usarán las técnicas gráficas descriptivas de pastel, de barras así como técnicas numéricas descriptivas como la tabulación de frecuencias, medidas de tendencia central, media, moda y mediana. En un segundo tiempo, se realizará un análisis estadístico inferencial usando las técnicas clúster.
Fase  I. primero se aplicarán las encuestas para  conocer el estado primario de los participantes y así poder entender si hay un  cambio en el futuro en torno a las variables de interés sea debido a la  intervención. Se procede después a hacer el análisis de datos y pruebas  estadísticas pre – programa. 
   Fase  II. Se procede a hacer nuevamente las mediciones  post programa para inmediatamente proceder a realizar las pruebas estadísticas  y los análisis de datos.
   Fase  III. Se continúa con el análisis comparativo para  detectar cambios que impliquen una mejora en los participantes como  consecuencia del programa implementado.
   Fase  IV. Finalmente se discuten los hallazgos, para  posteriormente concluir y recomendar lo pertinente.
Statgraphics
Se hace un análisis unifactorial sobre la  variable de sexo y tenemos lo siguiente (ver tabla 2):                            
   En  cuanto a la edad, se tiene que hay un promedio de edad de la muestra de 59  años  con una desviación estándar  moderadamente alta de 12.7 con un coeficiente de variación de 21.8%. La edad  mínima en la muestra es de 34 años y la persona de mayor edad es de 87 años.  La mediana es de 58.5 años y la moda de 53  años; podemos afirmar que la muestra tiene una distribución de tipo normal. 
                                                   
   En  cuanto al peso encontramos que el  nivel  promedio de peso actual de la muestra es de 72 kilos la persona que menos pesa  es de 48 kilos y la de mayor peso es de 114 kilos. 
   Al  preguntarles sobre si tienen familiares con las mismas enfermedades que ellos  padecen tenemos que 29 si tienen parientes con las mismas enfermedades y el  resto es decir, 41 no tiene parientes con las enfermedades relacionadas al  estudio. 
   Cuando  se les preguntó sobre el tiempo que ha transcurrido desde que se les ha  diagnosticado las enfermedades, se encontró que 17 de ellos les habían  diagnosticado entre 1 y 3 años, 21 personas entre 4 y 6 años, 11 personas entre  los 7 y 10 años y 21 personas les detectaron el problema de salud hace más de  diez años. 
   También  al preguntarles sobre el tipo de seguridad social al cual están afiliados  68  de ellos están en seguro popular, uno  de ellos en el ISSSTE y una más en otro tipo de Seguridad social. 
Ahora  pasaremos a hacer el análisis estadístico inferencial pre – programa aplicando  la técnica clúster para identificar grupos homogéneos entre los participantes:
   Clúster 1. Participantes de  mayor edad y mayor nivel de glucosa.
   Este grupo agrupa el 97% de los  participantes (68) los cuales son los que presentan menor cantidad de kilos de  más así como los de mayor edad con los niveles más altos de glucosa y de menor  peso de la muestra de participantes. 
Clúster 2. Participantes de  mayor peso, y de mayor índice de masa corporal. 
   En  este clúster esta contenido el 3% de la muestra (2). Se caracterizan por ser  las personas de mayor peso, las más jóvenes de la muestra así como los de  menores niveles de glucosa. 
   Ahora  plasmaremos las estadísticas descriptivas de la encuesta de actividad física:
   Al  realizar el diagnóstico de las personas tenemos el siguiente resultado:
Se  observa claramente que el 36% tiene un problema de sobrepeso, el 27% está en  condiciones normales, el 21% presenta obesidad tipo 1, el 13% presenta  problemas de obesidad tipo 2 y el 3% presenta problemas de obesidad mórbida. El  73% de la muestra presenta problemas de peso. 
   El  47% de los encuestados manifiestan que realizan alguna actividad física, el 30%  no realizan ninguna y el 23% realiza de vez en cuando alguna actividad física.  La frecuencia de esta actividad física es uniforme: el 40% lo hace diariamente,  el 19% lo hace 1 o 2 veces a la semana, 23% manifiesta que lo hacen entre 3 y 5  veces al a semana, el 2% 6 o 7 veces en la semana y el 16% no aplica. El 56% de  la muestra realiza caminata como actividad física, el 20% trabajo duro, 11%  practica algún deporte y el 10% no aplicó.
   Al  preguntarles sobre los beneficios de la actividad física o la práctica de algún  deporte puede tener para la salud de las personas, el 96% afirma que si y el 4%  no lo sabe. De la misma manera el 96% no pertenece a ningún grupo social o  deportivo. 
   Al preguntarles sobre algún tipo de  actividad física le gustaría practicar tenemos los siguientes resultados:
   El  44% está interesado en la caminata, el 18% en prácticas de gimnasio, el 16% en  zumba, el 9% en algún deporte formal, el 6% en correr, otro 6% en baile y el  1%  no aplicó. 
   De  todos los anteriores, el 51% estaría dispuesto a someterse a un régimen  alimenticio y de actividad física saludable; el 42% tal  vez lo haría y el 7% no lo haría  definitivamente Al preguntar los motivos de seguir un régimen de salud, el 70%  dijo que era debido a que quieren mejorar su salud, el 27% que quiere sentirse  mejor y el 3% por curiosidad. 
   De  la misma encuesta encontramos los siguientes resultados complementarios  tabulados:
   Ya una  vez realizado el trabajo de campo e implementado el programa de duración de 3  meses se procede a recolectar la cédula para ver la evolución de los  indicadores y procedemos entonces a realizar el análisis comparativo: 
6.1. En cuanto a la situación  pre programa.
   Claramente  vimos que la mayoría de los participantes son mujeres (74%) y de hombres  tenemos que son el 26%. La edad promedio de la muestra con distribución cuasi  normal 59 años con  una dispersión  pronunciada lo cual nos habla de una muestra de rangos de edad variada. La  media de la glucosa es elevada con 160, el índice de masa corporal centrando en  obesidad tipo 1 y el peso promedio es de 72 kilos lo cual al considerar que la  mayoría de la muestra son mujeres realmente, el peso es excesivo.
   Lo  anterior denota problemas de obesidad, glucosa y sobrepeso. Cabe destacar que  las observaciones anteriores son confirmadas al encontrar que hay 40 personas  que sufren de hipertensión arterial sin tener diabetes, 11 padecen de diabetes  sin tener problemas de hipertensión y 19 padecen simultáneamente de diabetes e  hipertensión arterial. 
   Si  bien, los hábitos de alimentación reflejan la enfermedad que tienen al ser  reservados en cuanto a la alimentación que tienen en la actualidad (Ver tabla  6), si hay serios problemas de actividad física saludable teniendo un  desequilibrio en la ingesta y quema de calorías lo que debido a este desbalance  el sobrepeso es evidente y reflejado. Es destacable que el 30% no realiza  actividad física alguna, el 23% de vez en cuando y el 40% si está activo y no  precisamente en actividades físicas encaminadas a bajar de peso. Así,  encontramos el 2% presenta obesidad mórbida, el 36% presenta sobrepeso, el 13%  presenta obesidad tipo 2, el 21% presenta obesidad tipo 1 y el resto dentro de  los parámetros normales. De esta forma encontramos dos grupos homogéneos de los  participantes: los de mayor edad  con  altos niveles de glucosa y los de mayor peso (ver tabla 8).  Por todo lo anterior el 44.29%  a veces presenta síntomas de sueño anormal y  el 47% a veces presenta cansancio anormal. 
   Ahora  bien, siendo más específicos, tienen un consumo de agua podríamos decir óptimo  pues el 44% toman entre 4 y 6 vasos de agua diariamente; el 46% consumen entre  3 y 5 veces verduras a la semana. Sin embargo, el nivel de consumo de fruta es  bajo siendo que el 63% consume entre 1 y 2 veces a la semana fruta. El consumo  de alimentos fritos el 34% consume entre 8 veces o más a la semana. Lo cual es  elevado para el tipo de problemas de salud que presentan.  
Al instrumentar el programa de educación  alimenticia sana, consumo de alimentos sanos y actividad física sana se logró  un impacto importante y el patrón de consumo de alimentos y actividad física  fue modificado radicalmente en tres meses.
   Se logró aumentar el consumo de agua  llevando a que el 44% consumiera más de 11 vasos de agua al día cuando antes  era el 11% tomando esta cantidad de agua; El consumo de verduras  incrementándose la cantidad de personas que consumen verduras pasando de 1 a 21  personas. El consumo de frutas en la semana pasó de 1% a 41% los que la  consumen entre 6 y 7 veces a la semana; el consumo de alimentos fritos y  empanizados de consumirse entre 1 y dos veces por semana representado por el  59% a pasó a 81% decreciendo de manera importante; la cantidad de personas que  no consumen embutidos pasó de 31% a 54% lo que representó una disminución en el  consumo: por otro lado, el consumo de pan, pasteles y repostería sufrió una  satisfactoria disminución pues en un principio las personas que no consumían  estos productos representaban el 11% para pasar a un 59% de la muestra. El  consumo de carne también experimento una satisfactoria evolución pues las  personas que no comen carne representaban el 30% y ahora evolucionó a 66%. En  contraste con el consumo de la carne de pollo, las personas que están en la  categoría de consumo entre 3 a 5 vece por semana pasaron de representar el 11%  a 83%. A su vez, y de manera positiva el consumo de puerco disminuyo  drásticamente pues  las personas que no  lo consumen representaban al inicio del programa el 69% de la muestra para  pasar al 83%; con la misma tendencia el consumo de tortilla de maíz las  personas que la consumían entre 1 y 2 veces por semana representaban el 14%  ahora representan el 56%; en el caso de la tortilla de harina, las personas que  no la consumían representaban el 26% pasando al 44%; por otro lado, el pescado  viene a sumarse a un incremento importante en su consumo con el pollo  compensado las estrepitosas caídas del consumo en carnes rojas y en puerco. El  porcentaje de personas que comían pescado entre 6 y 7e veces por semana era de  1% y pasó al 27%. 
   En cuanto a las pastas, cremas y sopas,  las personas que comían entre 1 y 2 veces por semana su porcentaje pasó de 44%  a 60% disminuyendo las cantidades absolutas de manera satisfactoria;  disminuyendo también, los lácteos muestran una tendencia a la baja pasando  la cantidad de personas que comen entre 1 y 2  veces a  la semana los lácteos de 49% a  66%.
   En cuanto a la comida chatarra las  personas que no la consumen paso su porcentaje de 73% a 91%. La evolución del  consumo de líquidos acompañando los alimentos tiene una evolución favorable;  esto es, las aguas frescas pasaron de un 24% a un 47%. A su vez, el porcentaje  de personas que dejaron de consumir refresco pasaron de 17% a 0%. 
Como parte del programa, la actividad  física estructurada tuvo una favorable evolución pasando de 47% las que ya  hacían algún tipo de actividad física a 97%. La frecuencia diaria de la  actividad física pasó de 40% a 91%. A su vez, el porcentaje de personas con  sueño y cansancio anormal disminuyó de 11% a 4% y de 9% a 1% respectivamente. 
   El impacto del programa acompañado de las  conductas, disciplinas en cuanto a la comida así como el ejercicio físico y la  concientización de cuidar el cuerpo y la alimentación han tenido sin duda una  mejora en la conducta y los patrones de alimentación en las personas  involucradas en el programa. Los principales cambios se dieron en un aumento en  la actividad física, disminución de carnes rojas y aumento en las carnes  blancas, disminución de pastas tortillas y un aumento en las aguas naturales y  disminución del refresco impactando de manera significativa en los indicadores  biométricos:
   Como consecuencia de los patrones de  consumo de alimentos y bebidas, mayor actividad física y concientización y  educación en alimentación tuvo como consecuencia:
   Los niveles promedio de glucosa  disminuyeron en un 4% pasando de 160 mg/dl a 154mg/dl. Lo que para un trabajo  de seis meses la media al ser representativa es un logro importante. 
   En cuanto al IMC,  disminuyo de 29.57 kg/m2 a 28.02  kg/m2 la media muestral bajó un5.53%. 
   Finalmente el peso promedio disminuyó  de 72.12 kg a 68 kg. Una disminución del 6%. 
Así mismo, el diagnóstico de personas con un nivel de IMC normal pasó de 19 a 23 personas, de 15 personas con obesidad tipo 1 pasó a 7, de 9 personas con obesidad tipo 2 solo quedan 7. En cuanto a la obesidad mórbida no hubo cambio pues se requiere más tiempo y presumiblemente algunos otros tratamientos más especializados.
Se  implementó un programa para promover mejorar y prevenir las enfermedades  crónicas degenerativas en ella cabecera municipal de Casas, Tamaulipas, México.  El programa consistió en tres ejes: la reeducación en materia de alimentación y  actividad física sana, programa de alimentación integral y nutritiva y una  rutina de ejercicio acorde a los participantes. La muestra se compuso de 70  personas entre hombres y mujeres todos padeciendo enfermedades crónico  degenerativas. 
   Al  cambiar el consumo tradicional de agua, refrescos, carnes, pastas, cremas,  comidas grasosas y comida chatarra disminuyendo estas y favoreciendo el consumo  de frutas y verduras, carnes blancas como el pescado y el pollo; todo lo  anterior sumando rutinas diarias de ejercicio físico, tuvo como consecuencia  una disminución en los indicadores biométricos seleccionados (Peso, IMC y nivel  de glucosa en la sangre). Todos los indicadores mostraron una evolución  saludable concluyendo que:
Con los cuatro puntos  anteriores quedan demostradas las hipótesis planteadas. 
   Se realizó el programa de manera efectiva  pudiendo identificar de manera descriptiva que la intervención realizada en  cuanto a los hábitos alimenticios y de actividad física y de educación  alimenticia si tienen un cambio aceptable en la salud de las personas  involucradas. 
   Por otro lado, la descripción de los  hábitos pre y post programa fue muy puntual también y precisa. Se logró la  medición del impacto de la educación, ejercicio físico y cambio en la dieta de  las personas involucradas logrando una mejora notable en los indicadores  seleccionados. 
   Por lo que el programa fue efectivo al  final de la evaluación del mismo. 
Por otro lado, se comprueba que la  efectividad del programa es suficiente como para pensar dar seguimiento al  mismo o extenderlo a la comunidad en general tendiendo como referencia las  mejoras documentadas y medidas en las hipótesis planteadas. 
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   Así mismo, se contestan satisfactoriamente  las preguntas planteadas a inicio de la evaluación: efectivamente el programa  mientras duró tuvo un impacto positivo en la salud de las personas  involucradas; los participantes desde un principio tuvieron conciencia de lo  importante que es para la salud, la actividad física; y definitivamente es  factible y más que rentable seguir impulsando programas de esta naturaleza pues  la rentabilidad social y el beneficio colectivo es inconmensurable.
   Se hacen las siguientes recomendaciones:
Bibliografía:
Sitios de internet consultados:
** Dr. En economía con especialidad en análisis de riesgo y econometría; Maestría en negocios con especialidad en finanzas; Maestría en finanzas; Maestría en negocios; Licenciatura en Administración. Director nacional de London y Econometrica Consulting Group firma consultora en investigación económica y financiera. Consultor financiero en el sector exterior para empresas exportadoras. Profesor invetsigador en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. e-mail: jesusfernandoisaac@gmail.com
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