Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


EL PERFIL PROFESIONAL DE LOS TRABAJADORES SOCIALES DEL SIGLO XXI

Autores e infomación del artículo

Leila Maria Álava Barreiro*

Leonor Alexandra Rodríguez Álava**

Gustavo Alejandro Parraga Chiquito***

Universidad Técnica de Manabí, Ecuador

lalava@utm.edu.ec

Resumen
El presente ensayo determina el perfil profesional de los trabajadores sociales del siglo XXI, en los diferentes contextos históricos en que la profesión ha ido surgiendo al paso de los años, y como está vinculada a la praxis social, conservando siempre su carácter pragmático. Para ello, se realiza un estudio  bibliográfico que se centra en la búsqueda de información relevante,  realizada de manera sistemática. Siguiendo los resultados, el estudio se propone contribuir al conocimiento de la realidad profesional de los trabajadores sociales, teniendo en cuenta tanto la evolución histórica del término como la realidad actual y las posibilidades que ofrece trabajar en el mundo de las empresas privadas y públicas.

Palabras Clave: Trabajador social, funciones, ayuda, intervención, problemas sociales.
Abstract
This essay determines the professional profile of social workers of the 21st century, in the different historical contexts in which the profession has emerged over the years, and how it is linked with social praxis, always preserving the pragmatic character. For this, we make a bibliographic study that focuses on the search relevant information which must be done in a systematic way. Following the results, the aims of this case is to contribute with the knowledge that professional social workers need to have, taking into account both the historical evolution of the term and the current possibilities that offer working in the world of private and public factories.

Key words: Social worker, functions, help, intervention, Social problems

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Leila Maria Álava Barreiro, Leonor Alexandra Rodríguez Álava y Gustavo Alejandro Parraga Chiquito (2017): “El perfil profesional de los trabajadores sociales del siglo XXI”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (abril 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/04/trabajador-social-pefil.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1704trabajador-social-pefil


  • Introducción

La sociedad moderna enfrenta transformaciones en aspectos políticos, económicos, sociales, educativos, de la salud donde convergen todas las áreas de intervención del profesional en Trabajo Social; es indudable que ante la dinámica social se ha diversificado su actuar, siendo cada vez más creciente. En este contexto es necesario que el trabajador social posea amplios conocimientos teóricos y metodológicos, así como valores  y actitudes necesarios que permitan identificar los procesos para desempeñarse de acuerdo a las exigencias de este entorno cambiante.
El Trabajo Social surgió como una profesión de ayuda. Hoy está enmarcada en el conjunto de las profesiones de cambio planificado, cuya base es la información y el conocimiento para introducir modificaciones o dar soluciones a situaciones que se contraponen al bienestar social, sobre todo de los sectores más vulnerables.
El profesional en Trabajo Social ejerce varias funciones vinculadas al servicio social, entre las principales: la función preventiva, de atención directa, de planificación, de docencia, de promoción, de mediación, de supervisión, de evaluación y gerencial, trabajando todas ellas en dirección al mejoramiento de la calidad de vida de la población. Así mismo, se hace mención a las diferentes áreas de intervención:
En el área  salud, participa en los procesos de la atención y aborda factores sociales involucrados en el proceso salud-enfermedad; en el área educativa, se centra en la eliminación de barreras para la inclusión educativa; en el área familiar tiene como objetivo recuperar o adquirir capacidades en la familia que les permitan vivir y actuar de una forma satisfactoria y autónoma.
En relación a lo anterior, el presente trabajo se plantea como objetivo determinar el perfil profesional de los trabajadores sociales del presente siglo en los diferentes contextos  de ejercicio de  la profesión  y cómo está vinculada a la praxis social.
Para el análisis de la temática se presenta el sustento teórico sobre la  historia de la profesión, funciones del perfil del trabajador social, áreas de intervención, importancia del trabajo social en la sociedad actual; la metodología utilizada y las respectivas conclusiones

  •  Desarrollo

2.1. El Trabajo Social como profesión
Desde la década de los ochenta las escuelas de Trabajo Social son caracterizadas por procesos de fuerte confrontación en torno al ser y deber ser de la formación académica, así como el apremio de superar el divorcio con el campo ocupacional. Este período se caracterizó por la búsqueda de equilibrios y superación de desajustes por asumir en la tarea universitaria las relaciones con el mundo del trabajo.
Se vislumbraban las principales competencias en las que se articulan la función de este profesional a partir de la aprehensión de la problemática social entre las que se destacan: la promoción social con papeles de animador, la intervención terapéutica, la mediación de conflictos familiares y vecinales, la formulación de proyectos y programas sociales. Lòpez & Maldonado, (2006.)
El trabajo social es considerado en los primeros periodos de su desarrollo como “un arte” en el cual el conocimiento de las ciencias de las relaciones humanas y su aplicación práctica sirve para movilizar las actitudes del individuo. Así también desarrolla una praxis científica, que en la medida que aplica los conocimientos de las ciencias sociales a una realidad determinada se posibilita confrontarlos en la búsqueda de la objetividad y de la teoría científica. Torrez Diaz , (2006)
La identidad es lo que caracteriza y delimita a un trabajador social, es el conjunto de rasgos propios que le definen frente a otras profesiones. De este modo, la identidad profesional depende del pasado, de donde surgen las primeras identificaciones que dan origen a la profesión y le permite desempeñar un papel en la sociedad y, a partir de esa base, se va enriqueciendo y modificando, en la medida que va recibiendo nuevas demandas sociales; así la competencia de los trabajadores sociales debe responder a las nuevas exigencias que el mercado laboral impone.

Lo anterior confirma que  el Trabajo Social nace como una profesión totalmente vinculada a una práctica de ayuda, nunca extinguida en la historia de los hombres, por lo que ha conservado siempre su carácter; hoy una de las profesiones enmarcada en el vasto conjunto de las denominadas profesiones de ayuda o del cambio planificado, cuyo factor predominante es el uso que se hace de la información y el conocimiento para introducir modificaciones en determinadas situaciones que provocan malestar social. Zamanillo , (1990)
La dinámica actual aparece como fruto de una eclosión profesional, múltiples formas de ser, de conocer y de hacer, alimentadas por enfoques teóricos y epistemológicos, se han gestado desarrollos por áreas específicas de intervención que han dado lugar a avances en torno a espacios particulares de la praxis profesional. Así, se ha venido desempeñando tradicionalmente en las áreas en las que han caracterizado su actuar profesional y en las cuales se concentra un gran número de profesionales.
Es indudable que ante la dinámica social ha determinado una pluralización cada vez más creciente de sus áreas de actuación, en esta perspectiva es necesario que el trabajador social posea un amplia gama de conocimientos teóricos, conceptuales y metodológicos, esto significa el conocer prácticas establecidas y normas, el poder identificar y reproducir secuencias de proceso indispensables para poder hacer su trabajo. Lòpez & Maldonado, (2006)
El campo de intervención del trabajador social es amplio, posibilita desempeñar su labor directamente con grupos sociales vulnerables tales como: personas de bajos recursos económicos, personas con capacidades especiales, niños víctima de maltrato intrafamiliar, personas privadas de libertad, entre otros, aspectos que exige que el trabajador social  desarrolle  competencias para dar respuesta a los diversos contextos sociales. Romero, Rodrìguez, & Roldàn, (2016)

El Trabajo Social es entendido como la acción organizada y desarrollada por los trabajadores sociales con las personas, grupos y comunidades. Sus objetivos están orientados a superar los obstáculos que impiden avanzar en el desarrollo humano y en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, a través de la intervención basada en los fundamentos éticos, epistemológicos y metodológicos, desde un enfoque global, plural y de calidad, ya sea desde la práctica escolar o desde la práctica profesional. Barranco Expòsito, (2004), Rosado, (2005)
La misión del trabajador social consiste en  intervenir en una situación problema para desencadenar procesos de cambio  a través de: investigación, diagnóstico, intervención, gestión, evaluación y sistematización de conocimientos y experiencias en cada caso, para lo cual requiere ver, entender y actuar en la realidad desde varios enfoques y el trabajo interdisciplinario que le permita cumplir sus funciones.

2.2. Funciones del trabajador social
El campo de actuaciòn del trabajador social es amplio  y debe cumplir con muchas funciones. El presente trabajo considera las aportaciones sobre este aspecto de varios autores: Eroles Carlos (2006), Arrollo (2012), Kisnerman (2013):

  • Función preventiva: Elaborar y ejecutar proyectos de intervención para grupos de población en situaciones de riesgo social y de carencia de aplicación de los derechos humanos.
  • Función de atención directa: Su objeto será potenciar el desarrollo de las capacidades y facultades de las personas, grupos y comunidades, como actores activos para que hagan frente a dicha problemática social y afronten por sí mismas futuros problemas e integrarse satisfactoriamente en la sociedad. 
  • Función de planificación: Acción de ordenar y conducir un plan de acuerdo con unos objetivos propuestos en un programa determinado, mediante un proceso de análisis de la realidad y del cálculo de las probables evoluciones de la misma. Esta función se puede desarrollar en dos niveles: Nivel micro social, comprende el diseño de tratamientos, intervenciones y proyectos sociales. Nivel macro social, comprende el diseño de programas y servicios sociales.
  • Función docente: Impartir enseñanzas teóricas y prácticas de Trabajo Social y de servicios sociales, como en otros ámbitos académicos. Contribuir a la formación teórico práctica de pregrado y postgrado esta y  otras disciplinas afines.
  • Función de promoción social: Se realiza mediante actuaciones encaminadas a restablecer, conservar y mejorar las capacidades, la facultad de autodeterminación y el funcionamiento individual o colectivo. Diseñar e implementar las políticas sociales que favorezcan la creación y reajuste de servicios y recursos adecuados para la cobertura de necesidades sociales, incitando  medidas tendientes a lograr mejor la calidad de vida para la población, creando condiciones para la participación y la autogestión de la misma.
  • Función de mediación: En la función de mediación el trabajador social actúa como catalizador, posibilitando la unión de las partes implicadas en el conflicto con el fin de posibilitar con su intervención que sean los propios interesados quienes logren la resolución del mismo. Facilitar información y conexiones sociales con los organismos de recursos socioeconómicos (articular redes), forma parte de equipos interdisciplinarios que trabajan por el mejoramiento de la calidad de vida de la población a través de procesos socioeducativos de promoción y prevención.
  • Función de supervisión: Ejercer el control de las tareas realizadas por los profesionales, trabajadores sociales y miembros de otras profesiones que ejerzan sus funciones en departamentos o servicios de Trabajo Social.
  • Función de evaluación: Contrastar los resultados obtenidos en las distintas actuaciones, en relación con los objetivos propuestos, teniendo en cuenta técnicas, medios y tiempos empleados. Asegurar la dialéctica de la intervención. Indicar los errores y disfunciones en lo realizado y permitir proponer nuevos objetivos y nuevas formas de conseguirlos. Favorecer las aportaciones teóricas del Trabajo Social.
  • Función gerencial: Se desarrolla cuando el trabajador social tiene responsabilidades en la planificación de centros, organización, dirección y control de programas  y servicios sociales.
  •  Función de Investigación: Participa en la gestión, formulación, ejecución, evaluación de planes, programas y proyectos sociales. Identifica cómo se construyen y distribuyen las situaciones problemas, las percepciones de los sujetos afectados, el conocimiento y nivel de aprovechamiento de los recursos, así como la cantidad y calidad de estos.

Complementaria a estas funciones el trabajador social debe ser portador de cualidades y valores: según Ander-Egg, (1986)

  • Mística y vocación de servicio.

Aquel con quien trabaja no en un “cliente” sino una persona, ha de ser su preocupación central. En su práctica ha de reconocer el destino propio de cada individuo cuya dignidad trasciende toda consideración económica y toda contingencia histórica.

  • Habilidad para motivar.

Esta condición es indispensable para quienes trabajan con la gente y que por la índole de su tarea actúan como agente de promoción o al menos como catalizadores de un proceso de cambio.

  • Don de gente.

Como ha de tratar con personas y muchas veces habrá razonamientos de personalidades o choques de intereses en juego que producen situaciones tensas y conflictivas, es importante que el trabajador social reúna aquellas condiciones psicológicas que comúnmente se dominan “don de gente” amabilidad y simpatía, buen humor y habilidad para saber escuchar palabras fácil y convergentes, facilidad de comunicación, capacidad de acogimiento, apertura y disponibilidad a otros.

  • Madurez emocional.

Un trabajador social actúa siempre con realidades humanas en donde la cooperación y el conflicto se entremezclan permanentemente, frente a estas circunstancias,  la madurez emocional juega un papel fundamental en cuanto la capacidad de actuar equilibradamente con espíritu sereno y quieto, cuando se está bajo diferentes tipos de presiones.

  • Capacidad para vencer dificultades.

Se debe tener empuje suficiente para llevar a cabo tareas y alcanzar los objetivos propuestos pese a todas las dificultades que se pueden presentar; es decir debe ser resiliente para  superar las adversidades y continuar con el mismo espíritu de ayuda, sobre todo a los mas vulnerables.

2.3. Áreas de intervención del Trabajador Social.
Las áreas en que los trabajadores sociales ejercen, ha cambiado por su idiosincrasia, se orienta a una multiplicidad de ámbitos y la cuestión de cuál es la clasificación más idónea no es nueva; para efectos del presente trabajo, se consideran las propuestas por diversos autores: Vázquez (1971), Arrollo (2012), Sánchez (2005), Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias (2015), Universidad Técnica de Manabí (2016)

  • Área  de Salud.

El objetivo del Trabajo Social en esta área es identificar e intervenir en los factores sociales que inciden en las condiciones de salud de la población a través de un proceso metodológico tendiente a propiciar que la población usuaria participe en el desarrollo de acciones de promoción, protección, conservación y recuperación de la salud basadas en sus necesidades.
Brinda motivación a los pacientes y familiares así como facilita la información y sensibiliza sobre la realidad del paciente, preparándolos para las tomas de decisiones, educación a la comunidad para el cuidado y alimentación adecuada;  participa en programas que cada institución de salud y en los procesos de la atención, siendo su función primordial la identificación de las carencias, necesidades, recursos, expectativas y conjuntamente con el derecho habiente; aplica técnicas de intervención para promover el incremento, conservación, recuperación y rehabilitación de la salud.

  • Área Educativa.

El trabajador social cuida  que los derechos de los niños sean respetados, la permanencia del alumno en la escuela, en los casos que sea necesario se realiza orientación de servicios alternos (apoyo de algún especialista). Verifica asistencia, que los alumnos cuenten con lo indispensable para el aprendizaje.
La función principal en esta área,  es la eliminación de barreras para la inclusión educativa, brindando orientación y  apoyo necesario para lograr que el alumno sea incluido por la comunidad educativa, realiza visitas domiciliarias y aplica entrevistas a padres para conocer la situación social y familiar de los alumnos.
El Trabajo Social en el ámbito educativo y dentro de un equipo interdisciplinar, como es el Servicio de Orientación Educativa, Psicopedagógica y Profesional, tiene su razón de ser en la necesidad de abordar la realidad en la que se interviene desde una perspectiva globalizadora, que tenga en cuenta todos los factores y elementos que interactúan en el proceso educativo, tanto en el sistema escolar como en su relación con otros sistemas e instituciones.
Podría definirse el Trabajo Social Escolar como la ayuda técnica que favorece el establecimiento y fortalecimiento de las relaciones entre el medio escolar, el familiar y el comunitario, la integración escolar y social de los niños que tienen dificultades de adaptación al contexto educativo por sus circunstancias personales, familiares o sociales y la intervención sobre todos aquellos obstáculos que impiden el desarrollo integral del menor.
En relación a lo anterior, se determina que  la intervención del trabajador social en este ámbito no puede tener otro objetivo que el de contribuir a que el alumno, independientemente de su pertenencia a un entorno socio-familiar u otro, tenga las mismas oportunidades educativas que los demás, procurando que el entorno inmediato  sea lo más motivador y estimulante posible, de cara a su adaptación y rendimiento escolar, trabajando conjuntamente a otros profesionales.

  • Área Familiar.

La intervención del trabajador social en el grupo familiar tiene como objetivo la mejora de alguna de las condiciones de sus miembros. Esta mejora implica, sin duda, la movilización de elementos personales y relacionales; sentimientos, actitudes, comportamientos, y asimismo movilización y utilización de elementos externos, recursos materiales, técnicos, servicios.
Además de la movilización de los aspectos anteriormente mencionados, el trabajador social tendrá que recibir y contener diferentes estados emocionales del grupo familia; ansiedades, angustias, agresividad, pasividad, y al mismo tiempo tendrá que estimular los aspectos más constructivos y maduros de los mismos. En definitiva, tendrá que movilizar recursos personales y sociales para que la familia, en un plazo más o menos corto, pueda recuperar o adquirir capacidades que les permitan vivir y actuar de una forma satisfactoria y autónoma.
La eficacia de la intervención se podría valorar más con el aumento de la capacidad del grupo familiar para hacerse cargo y superar nuevas dificultades, que con la resolución concreta y específica de la demanda que le ha llevado a acudir al profesional de Trabajo Social.
Para ampliar los aspectos más capacitados, autónomos, adultos del grupo familiar, es necesario conocer y comprender de manera  profunda las necesidades básicas que determinan las dificultades y actuación del grupo, los mecanismos que marcan la dinámica social y la interacción que continuamente se establece entre los diferentes elementos.
La intervención del trabajador social debe ser globalizadora, dirigida a encauzar todos los aspectos que están distorsionados y evitar atender solamente alguno de ellos, parcializándolos. Del mismo modo la intervención irá dirigida no sólo a solucionar el problema, sino en su conjunto. Así se evitará el satisfacer algún aspecto concreto y distorsionar otros.
El seguimiento de una situación familiar problemática requiere tener un conocimiento de la misma que permita:

  • Establecer objetivos que previsiblemente se puedan lograr basados en la movilización de recursos de la propia situación, de recursos sociales y de los que el propio servicio puede ofrecer.
  • Determinar de qué manera se llevará a cabo el tratamiento y qué medios y recursos técnicos probablemente se tendrán que emplear.
  • Decidir cuáles son los aspectos prioritarios y cuáles los que se han de atender en segundo lugar.

Área empresarial.
En un ambiente cordial y agradable, identifica, diagnostica y contextualiza problemas y necesidades de la empresa u organización y del talento humano, integrando los aspectos económicos, psicológicos y sociales, que le permita conocer las relaciones productivas y humanas, tendiendo hacia el aumento de la productividad. Sánchez, (2005)

  • Área social.

Interviene en servicios sociales de: atención social básica y primaria, atención permanente para atender emergencias sociales,  de ayuda y atención domiciliaria,  atención a personas sin hogar, atención en medio abierto; centros de acogida y comedores sociales; albergues; formación e inserción socio-laboral, atención a personas mayores, atención a infancia y familia, atención a la mujer, atención a personas con discapacidad, acogida y atención social a inmigrantes y refugiados. Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias, (2015)

  • Área  de Justicia.

Promotor social, gestor social, mediador, orientador, ejecutor, planificador, Investigador, en el asesoramiento y peritaje en juzgados, fiscalías, defensorías y centros de mediaciones; atención social en instituciones penitenciarias, promoción de los derechos humanos; especialización en perito social; atención directa a las familias de los internos. Universidad Técnica de Manabí, (2016)

2.4. Importancia del Trabajo Social en la sociedad actual.
El Trabajo Social está considerado en el ámbito científico e internacional como una disciplina autónoma en relación a otros fines, con características propias en cuanto a su objeto de conocimiento e intervención, su metodología y su naturaleza aplicada, así como su capacidad de integrar las perspectivas individuales, sociales e institucionales en el análisis e intervención sobre fenómenos relacionados con el bienestar social. Herrera & Ahedo, (2013)
Con el legado de los profesionales en Trabajo Social de alto rango, se pone en manifiesto cuales son los grandes retos que afronta el trabajador social en el siglo XXI. Según Lòpez, (2012) el principal reto es, precisamente, lograr una mayor vinculación entre la investigación académica, la evaluación científica del entorno, y el diseño, puesta en marcha, desarrollo y evaluación de la propia actividad de los trabajadores sociales desde patrones científicos.
La legitimidad del Trabajo Social como disciplina científica se encuentra en su orientación a la acción; tanto la enseñanza académica como las investigaciones tienen como objetivo formar observadores críticos de la realidad, pero también formar buenos profesionales que se enfrentan a la experiencia patológica del mundo.
El Trabajo Social como disciplina, pone de relieve la importancia de la intersubjetividad, del reconocimiento del otro, y del poder que cada persona, grupo y comunidad, puede desarrollar para afrontar su trayectoria vital. Un poder que tiene que ver con su situación personal, con su situación relacional y las dinámicas de grupo, y con su vinculación con su entorno social y las dinámicas comunitarias. Lòpez Palàez, (2012)
El Trabajo Social es una profesión para los que tienen un fuerte deseo de concientizar a las personas para que mejoren su calidad de vida. Los trabajadores sociales ayudan a las personas funcionar de la mejor manera posible en su entorno, se ocupan de sus relaciones y resolver problemas personales, familiares, a veces con abuso infantil o conyugal. Proporcionan a menudo los servicios sociales relacionados con la salud en la configuración que ahora se rigen por las organizaciones de cuidados administrados. Para contener los costos, estas organizaciones enfatizan intervención a corto plazo, la atención ambulatoria y de base comunitaria, y una mayor descentralización de los servicios.
El estado del bienestar y las políticas sociales a nivel mundial, también el Trabajo Social como profesión, tienen que afrontar el reconocimiento de la ciudadanía del otro, estableciendo un modelo de cargas y responsabilidad compartidas, en la que el ciudadano no puede ser reducido a un mero usuario o un simple número. Hay que desarrollar nuevos enfoques teóricos y también favorecer una redefinición de la profesión que pueda hacer frente a la burocratización y la mera gestión de prestaciones. Por ello, los numerosos retos que tiene que afrontar el Trabajo Social como disciplina científica y como profesión en el siglo XXI.

3. Conclusiones
El Trabajo Social ha transitado por grandes cambios a lo largo de la historia, considerándose en sus inicios como un arte basado en la ayuda y en la  movilización de  las actitudes del individuo y los recursos del medio,  hasta constituirse actualmente en una ciencia social aplicada a la praxis profesional vinculada a la acción científica,  a las leyes, normas y políticas sociales, a los métodos, técnicas e instrumentos que son las herramientas básicas para la acción social de los trabajadores sociales.

La delimitación de las  funciones, actividades,  cualidades,  actitudes y valores del trabajador social ha permitido direccionar  su acción  en los diferentes campos de intervención, formando sujetos de derechos a los actores sociales involucrados,  contribuyendo de manera efectiva al logro de los objetivos institucionales y de esta manera contribuir al bienestar de la sociedad y a la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Los trabajadores sociales del siglo XXI están en un constante proceso de actualización, lo que les permite ser  profesionales  competentes  que responden a las demandas sociales, de acuerdo a las diversas dinámicas  en la que se involucra; promoviendo el desarrollo integral del individuo  y de la sociedad toda.

Referencias Bibliográficas

Ander-Egg, E. (1986). Metodologìa de Trabajo Social. Mexico: El Ateneo.
Arrollo , E. V. (2012). Funciones Laborales Del Trabajador Social. Universidad Veracruzana, 69.
Barranco Expòsito, M. (2004). Intervencio del Trabajo Social Desde la Calidad Integrada . Cuadernos de Trabajo Social, 79.
Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias. (2015). Obtenido de http://www.trabajosocialasturias.org/la-profesion/ambitofunciones/ambitos-de-desempeno-del-trabajo-social.html
Gòmez Garcìa , R., & Torices Blanco, A. (2012). Los Trabajadores Sociales en la Primera Década del Siglo XXI. Cuadernos de Trabajo Social, 3.
Herrera , M., & Ahedo, J. (2013). El Trabajo Social Del Siglo XXI. La Rioja España: Unireditoral.
Kisnerman, N. (2013). Pensar El Trabajo Social. Buenos Aire-Mexico: Edward.
Lòpez Luna , E., & Chaparro Maldonado , M. Y. (2006). Competencias Laborales del Tranajador Social Vista Desde el Mercado Laboral. Tabula Rasa, 3.
Lòpez Palàez , A. (2012). Retos para el Trabajo Social y los Servidores Sociales en el Siglo XXI. Azarbe, 11.
Romero, S., Rodrìguez, A., & Roldàn, S. (2016). El trabajador social y las competencias para la intervención social y familiar con niños sordos. Sinapsis.
Rosado, M. S. (2005). Manual De Trabajo Social. Mexico: Plazayvaldes.com.
Sánchez, M. (2005). Manual de trabajo social. México: Plaza y Valdés, S.A.
Torrez Diaz , J. (2006). Historia Del Trabajo Social. Buenos Aires: HVMANITAS.
Universidad Técnica de Manabí. (2016). Rediseño de la carrera de Trabajo Social. Manabí.
Zamanillo , M. T. (1990). Lo Viejo Se Renueva. Un Perfil Del Trabajp Social de Hoy. U.C. Madrid, 21.

* Licenciada en Trabajo Social, Magister en Educación y Desarrollo Social, Coordinadora de Seguimiento de graduados e Inserción laboral. Docente Auxiliar Tiempo Completo Universidad Técnica de Manabí.

** Licenciada en Psicología y Orientación Vocacional. Magister en Desarrollo Educativo. Doctora en Ciencias Pedagógicas. Profesora Principal. Universidad Técnica de Manabí. lrodriguez@utm.edu.ec

*** Trabajador Social. Universidad Técnica de Manabí. alejandroguss@gmail.com


Recibido: 29/04/2017 Aceptado: 03/05/2017 Publicado: Abril de 2017

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