Daily Y. Borroto Escuela*
Ismel Brito***
Isabel Escuela*
Yanet Hernández Ortiz**
Emilio García****
Roberto Garcés González*****
Dasiel O. Borroto Escuela******
Department of Neuroscience, Karolinska Institutet. Stockholm, Sweden.
Dasiel.Borroto.Escuela@ki.seRESUMEN
  Los museos se han ido transformando paulatinamente de  proyecciones culturales estáticas a exhibiciones más virtuales; logrando así  integrar las experiencias de los museos en experiencias en líneas. Tomando en  cuenta estos criterios, presentamos una descripción global de las  funcionalidades y estructura del "Museo Virtual Cubano del Patrimonio  Industrial". El objetivo de la creación de este museo ha sido la de  salvaguardar y agrupar en un único espacio toda la rica historia cultural del  patrimonio industrial azucarero cubano. Se parte de las facilidades que ofrece diversas  herramientas informáticas y la web para la conservación de objetos  patrimoniales y la creación de experiencias interactivas que contribuyan al  desarrollo cultural de las comunidades agrarias cubanas y el desarrollo local.  El amplio margen de visualización de contenidos que ofrecen los métodos  digitales (mapas, fotografías, experiencias orales, vídeos) nos ha permitido  agrupar y mostrar las fichas de los fondos y archivos no solo desde una  perspectiva de estructura museística clásica (cronológica, por temas y  estilos), sino también mediante una visualización geoespacial. 
ABSTRACT
  Museums have gradually been transformed from static  cultural projections to more virtual exhibitions; thus integrating the  experiences of museums into online experiences. Taking into account these  criteria, hereby we present a global description of the functionalities and  structure of the "Virtual Museum  of the Cuban Sugar Industrial Heritage". The objective is to safeguard and  to group in a single space all the rich cultural history of the Cuban  industrial sugar heritage. By means of the web and other informatics tools, which  facilitated the presentation and conservation of heritage objects, we  contribute to the cultural development of Cuban agrarian communities and local  development. The wide range of content visualization offered by digital methods  (maps, photographs, videos) has allowed us to group and display our collections  and archives not only from a perspective of a classical museum structure (e.g.,  chronological), but also through a geospatial visualization.
PALABRAS CLAVES: museo virtual-virtual museum, patrimonio industrial-industrial heritage, industria azucarera-sugar industry, cuba-cuba, historia caribeña-caribbean history, historiografía-historiography, desarrollo local-local development
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Daily Y. Borroto Escuela, Ismel Brito, Isabel Escuela, Yanet Hernández Ortiz, Emilio García, Roberto Garcés González y Dasiel O. Borroto Escuela (2017): “El Museo Virtual del Patrimonio Industrial Cubano (?CUBA) como dinamizador de la cultura colectiva”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (febrero 2017). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/02/museo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1702museo
1. INTRODUCCIÓN
Internet se ha convertido en nuestra casa global. Incluso instituciones con actitudes más conservadores de cara a las tecnologías de la información, como los museos y bibliotecas, en la última década han comenzado a reconocer las amplias posibilidades que ofrece la diseminación de información y contenidos a través de la web, teniendo en cuanta un público virtual y mucho más global (Rivero-García, 2009; Robering, 2008; Schweibenz, 1998). El interés de muchos museos por la WWW tuvo sus orígenes por los años 90. Se estableció su presencia mediante un formato de sitios webs muy simples y fundamentalmente como un soporte paralelo o de mero acompañamiento del "museo físico y real" (Schweibenz, 1998). Más tarde evolucionaron en sus propuestas y modos de entender el ciberespacio, y comenzaron a ver la web como un dominio para compartir sus experiencias y fondos (Rivero-García, 2009). Hoy día ya no solo se habla del museo real con un apéndices virtual. Estamos viviendo tiempos donde las nuevas perspectivas de la información ofrecen la posibilidad de crear verdaderos "museos virtuales (MVs)" (Bello, 2010; Schweibenz, 1998; Styliani, Fotis, Kostas, & Petros, 2009).
1. 2 ¿Pero que es  un museo virtual?. 
     De una forma sencilla podríamos conceptualizarlo como un  galería o museo esencialmente situado en la web. Que propone algo diferente  mediante el empleo de herramientas de la tecnología de la información. Es otra  forma de ver las cosas, complementario o no al contenido de un museo real. Un  segundo concepto más técnico aborda el MV como una institución intangible y  accesible al público desde el ciberespacio. Que cumple como todo museo una  función de búsqueda, investigación y comunicación de los testimonios materiales  del hombre y su relación a lo largo del tiempo con su entorno. Tiene sus  propios modelos de conservación basados en sistemas de digitalización y  numerización de las colecciones. Y donde la difusión y comunicación de sus  fondos se lleva a cabo mediante exposiciones virtuales sin perder de vista su  claro fin educativo, de investigación y diálogo con lo sensible y de salvaguarda  del patrimonio. A diferencia de un museo tradicional, un museo virtual favorece  la comunicación inmediata entre la entidad y el público, lo que permite, por  ejemplo, aprender y adaptar el museo a las preferencias de cada visitante.
2. ¿Y por qué un Museo Virtual Cubano del  Patrimonio Industrial (pCUBA)? 
     Es difícil entender la historia de Cuba y del Caribe sin  comprender la evolución y desarrollo socio-económico de la industria azucarera.  A lo largo de más de 500 años la Isla ha sido testimonio de la evolución del  modo de hacer azúcar, desde los toscos trapiches de los siglos XVI-XVIII,  pasando por los pintorescos ingenios del siglo XIX; hasta los modernos y  gigantes colosos del siglo XX. 
     Este rico pasado tiene sus raíces con el arribo de la  caña de azúcar en el segundo viaje de Cristóbal Colón al Caribe y la  introducción de esta gramínea en Cuba desde la Española por Don Diego Velázquez  (Fornés-Bonavía Dolz, 2003; Funes Monzote, 2008).  En un principio, el empleo de la caña de azúcar era para producciones muy  caseras, con el sólo propósito de autoabastecerse de aguardientes, mieles y en  contadas excepciones raspaduras (Martinez-Fortún  y Foyo, 1945). En 1593 los vecinos de la Habana reciben la franquicia  real para la explotación de ingenios azucareros por parte del Rey Felipe II (Fornés-Bonavía Dolz, 2003). Dos años más tarde  se notifica la construcción del primer ingenio en la Habana (Fornés-Bonavía Dolz, 2003). Para el siglo  XVII, se contaba con el reporte de más de 60 trapiches en toda la Isla de Cuba (M. A. Iglesias, 2006; Venegas Delgado, 1987).  La producción rudimentaria de aguardientes, mieles y azúcar se mantuvo por más  de dos siglos hasta que dio un vuelco tras los movimientos revolucionarios en  Haití a finales del siglo XVIII, la toma de la Habana por los Ingleses y los  grandes huracanes devastadores de principios del siglo XIX (Funes Monzote, 2008; Pérez, 2001). 
     Nadie podría imaginar que a principios del siglo XIX con  la introducción de la máquina de vapor, perfeccionada por Richard Trevithick  (máquina Cornualles), se convertiría Cuba en la azucarera del mundo (Moreno Fraginals, 1964). Para 1830 ya habían  más de mil ingenios que producían unas 94 mil toneladas de azúcar (Funes Monzote, 2008; M. A. Iglesias, 2006). En  1837 se introduce el ferrocarril, siendo Cuba el séptimo país del mundo en  tener ferrocarriles, y el primero en América Latina (Dominguez-González & Acosta-Rodríguez, 2013; M. A.  Iglesias, 2003; Zanetti Lecuona & García  Alvarez, 1998). En 1840 se implantan los molinos horizontales de tres  masas y los tachos al vacio. Además, en esa década, se inicia la aplicación de  procesos físicos y químicos en la actividad industrial (Moreno Fraginals, 1964). En 1850 es puesta en marcha la primera  centrifuga instalada en Cuba por el Dr. Eduardo Finlay en el Central “Amistad”.  Para finales de ese siglo (1880), con la instauración de la máquina de vapor y  la destrucción de muchos ingenios por la Guerra Chiquita, se aceleran las compras,  adquisiciones y la definitiva expansión de los primeros centrales azucareros (Funes Monzote, 2008; M. A. Iglesias, 2006; Moreno  Fraginals, 1964; Zanetti Lecuona & García Alvarez, 1998). Entre  1898-1902, tras la independencia de Cuba del Reino de España, la ocupación  norteamericana y la fundación de la República de Cuba, se acelera la inversión  de capitales en la industria azucarera. En 1927, Cuba alcanzaba alrededor de 800  millones de USD en inversión extranjera sólo para la industria azucarera (M. A. Iglesias, 2006). Se construyen así  durante estas décadas 75 centrales de gran capacidad. Y en 1952 se produce la  mayor zafra de la industria azucarera republicana con 7.2 millones de toneladas  (Zanetti Lecuona & García Alvarez, 1998). 
     Con la llegada del Gobierno Revolucionario en el año  1959, se trazó una estrategia de diversificación de la agricultura, teniendo  como uno de los objetivos fundamentales reducir la dependencia monopodructiva  del azúcar. Sin embargo, por más de treinta años, esta industria ocupó el  liderazgo en la estrategia de desarrollo económico del gobierno revolucionario.  Estos años se caracterizaron además por la nacionalización de las empresas en  Cuba (1960), entre ellas 139 centrales azucareros (36 de propiedad  norteamericana) (Dominguez-González &  Acosta-Rodríguez, 2013). En 1970, se logró el mayor nivel de producción  de azúcar para un año (8,6 millones de toneladas). Episodio, conocido como la  Zafra de los 10 millones, no exento de un gran impacto social y económico. El  28 de abril de 1980, se pone en marcha los primeros centrales construidos por  el gobierno revolucionario (30 de Noviembre y Batalla de las Guásimas). Con la  caída del muro de Berlín y con la consiguiente pérdida de los principales  mercados para la exportación azucarera cubana, se inicia el 28 de diciembre de  1989 el denominado "Período especial en tiempo de paz" (Fornés-Bonavía Dolz, 2003). Una década  después, comienza la demolición de más del 70-80% de todos los centrales  azucareros en Cuba (Tarea “Álvaro Reynoso”). Así cerraba Cuba 500 años de  azúcar y dejaba a su paso una estela de un rico pasado material e inmaterial en  el modo de hacer azúcar.
     No puede hablarse de la historia de Cuba y del Caribe sin recordar el papel  de la caña de azúcar. Paradójicamente, poco se ha hecho por rescatar este  legado colectivo. Es así como en el año 2012, nace el Museo Virtual Cubano del Patrimonio Industrial  (πCUBA). Un museo virtual ciento  por ciento nacido online con el objetivo de rescatar este patrimonio y  rescatarnos del olvido. πCUBA es una otra forma de mostrar, proteger y estudiar  el rico patrimonio industrial azucarero cubano. En efecto, mediante este MV,  pretendemos ensamblar toda una riqueza tangible e intangible de más de 161  microhistorias, correspondientes a cada uno de los centrales azucareros cubanos  funcionales hasta principios del siglo XXI. 
2. 1 De su misión 
     Este MV tiene como misión la de enseñar y difundir el  rico patrimonio industrial y cultural del azúcar en Cuba. La de salvaguardar o  rescatar toda la documentación o material susceptible de ser digitalizado. La  de agrupar en un único entorno un conjunto de microhistorias locales con un  fuerte sentido de territorialidad que las doten de universalidad sin perder sus  esencias y riquezas propias. La de promover o servir como soporte a objetivos  políticos propiamente dicho (políticas de desarrollo local). Y como colofón,  resumir a la misión de πCUBA en seis pilares: de conservación y rescate, didáctico,  turístico, investigación, identitario y dinamizador cultural de las comunidades  agrarias.
2.2 De su gestión 
     Todo MV puede ser gestionado por los actores de los  museos tradicionales, por responsables de los servicios turísticos de pueblos y  ciudades que buscan revalorizar sus patrimonios locales, o por grupos o  individuos apasionados. Para la gestión de πCUBA contamos con el apoyo de un  pequeños grupo de actores apasionados (lista de autores) que con mayor o menor  dedicación e intensidad han sabido llevar a buen puerto esta iniciativa. Los  actores/autores cuentan con una formación universitaria variada (bioquímicos,  matemáticos/informáticos, geógrafos, historiadores e ingenieros) pero carecen  de una formación especializada en conservación del patrimonio, que de momento,  no ha supuesto una limitación mayor para la puesta en marcha del proyecto.  Además nos apoyamos en la fructífera colaboración en línea de todos los  usuarios que voluntariamente apoyan esta iniciativa.
2.3 Del apoyo, sus  fondos y colecciones 
     Todo MV requiere de una colección propia. Sin colección  no hay museo. En nuestro caso se parte de una simbólica colección privada  (Colección Borroto-Escuela) compuesta de: material audiovisual de los centrales  azucareros cubanos del Oeste y Centro de Cuba (1982-2003), colección  fotográfica de un conjunto de 4 centrales azucareros de la región de Yaguajay y  una colección cartográfica (250 mapas y planos) y bibliográfica (150 libros y  documentos históricos (cartas de libertad, documentos jurídicos de compra y  venta de esclavos), siglos XIX-XXI) que abarca todo el territorio cubano. 
     Con la implementación de este MV, aspiramos además a una  mayor colaboración online que nos permita acceder y contar con el  apoyo de muchos otros usuarios. Es decir, la de contar con el interés de los  usuarios por compartir sus testimonios, patrimonios fotográficos, audiovisuales  y bibliográficos privados o familiares. Será a través de esta interacción con  los usuarios que podremos salvaguardar en gran medida el patrimonio industrial  azucarero cubano y enriquecer los fondos de πCUBA. 
     Esta propuesta flexible está abierta a la recepción de  fondos y piezas susceptibles de ser digitalizados. Cada fondo estará acompañado  de una ficha museística básica para su clasificación y archivo; siguiendo las  instrucciones metodológicas para el inventario automatizado del patrimonio  material e inmaterial del Consejo Nacional del Patrimonio Cultural, Ministerio  de Cultura, República de Cuba. Además, detrás de cada elemento digitalizado,  adjuntaremos otra ficha con un menor rigor técnico. Estas fichas se  caracterizarán por ser un espacio para una narración atractiva que complemente  y aporte un contenido enriquecedor capaz de preservar con mayores detalles la  memoria común. 
2.4. De su  estructura museística 
     Los MVs puede estar concebido con una clara estructura  museística, en el que las salas de visitas están ordenadas cronológicamente,  por temas, por estilos. En nuestro caso, hemos jugado con dos enfoques. El  enfoque estructural museístico propiamente dicho y un nuevo enfoque propuesto por nosotros al que hemos  denominado enfoque geoespacial. 
Si algo de novedoso caracteriza a πCUBA como proyecto de MV,  es la introducción de un enfoque  geoespacial en la representación y comunicación de sus colecciones. El enfoque  geoespacial(Figura 1) es el que nos permite vertebrar en su conjunto las  161 microhistorias de todos los centrales azucareros cubanos de una forma  intuitiva y fácil de visualizar. Se parte del hecho de que cada uno de los 161  centrales tiene su propia historia que ha estado muy marcada por la  localización y entorno geográfica de cada fábrica. Así que la mejor forma de  representarlas era dotándolas desde una principio del lugar que les corresponde  en el mapa mediante geo-localización. Desde una representación geoespacial los  visitantes acceden a cada una de las microhistorias individualmente. Al mismo  tiempo pueden comprender, a vista de pájaro, el impacto de la industria en el  territorio cubano y su situación actual en cuanto a operabilidad (si son  (resaltadas en color verde) o no (resaltadas en color rojo) aún operativas  estás fábricas). 
     Por otra parte, el enfoque estructural museísticotiene en cuenta en una primera  aproximación o entrada el orden cronológico. Cada central azucarero cuenta con  una descripción de su historia de forma cronológica siguiendo al pie de página  una barra de tiempo. En un segundo punto la estructura museística se revela por  temas y estilos. Desde la página principal del MV se accederán a salas  especializadas por temas (Sala 1: Inicios y primeros pasos de la industria  azucarera; Sala 2: La esclavitud en Cuba; Sala 3: Los caminos de hierros y la  máquina de vapor en Cuba; Sala 4: Las formas de hacer Azúcar; Sala 5: El  Tolkien azucarero, Sala 6: Innovaciones y Patentes, etc.). En cambio en las  salas por estilos, el estilo es tomado en el sentido de la transformación del  paisaje cultural y natural en las diferentes regiones azucareras cubanas (Sala  1: Los cañaveras, Sala 2: Arquitectura Industrial, Sala 3: Álbum de la familia  azucarera cubana, etc.). Es en este enfoque, por temas y estilos, donde dejamos  a un lado las microhistorias de cada uno de los centrales azucareros para poner  el acento en los hitos, en los principales cambios y hechos protagónicos que  narran la historia del azúcar en Cuba desde una perspectiva más universal. A  través de este enfoque se cuenta la historia desde unas perspectiva pancubana,  insertando todos los elementos distintivos que la caracterizan. 
2.5 Su visita y su  público 
     La visita al πCUBA se realiza accediendo a su  página web principal a través de la dirección www.bohio-estudio.com. Una vez en la página principal, el  visitante dispone de dos formas de acceso. La forma más simple es a través de  la visita a cada una de las microhistoria de los 161 centrales azucareros, que  se han visualizado geo-espacialmente en la propia página principal. Este es el  vehículo para aquellos visitantes que muestren más interés por una historia en  particular de un territorio determinado, que por una historia global de la  industria azucarera cubana. 
     Para aquellos visitantes que estén más interesado en determinados  temas, en una visión de conjunto del desarrollo de la industria y el patrimonio  industrial, en la propia página principal podrán acceder a través de las  pestañas señaladas a las diferentes salas temáticas o por estilos. Ambas  aproximaciones se entrelazaran de una forma coherente. Por ejemplo, para aquel  visitante que se interese en particular por la visita al CAI Simón Bolívar,  Yaguajay. Puede desde el mapa acceder directamente a la página que cuenta la  historia de este ingenio/batey. Cuando llega al punto relacionado con el origen  de este ingenio a partir de la fusión de otros trapiches, si al visitante le  interesa saber más sobre la historia de los trapiches en Cuba y los inicios de  estos proto-ingenios, encontrará un enlace que lo redirigirá a la Sala 1:  Inicios y primeros pasos de la industria azucarera. Del mismo modo, un  visitante que acceda a las salas por temas o estilos, encontrará en cada uno de  los textos puntos resaltados o relevantes que lo guiarán o redirigirán a los  centrales de interés, en caso de que desee saber más sobre la historia  particular de un central o ingenio.
   
  2.5.1 ¿A que  público va dirigido πCUBA?
     Antes habíamos hablado de seis funciones o pilares. Cada  uno de los mismos responden a una misión determinada y por tanto a un público  en específico. Cuando nos referimos a la función didáctica del museo virtual  πCUBA, estamos pensando en potenciar o convertir al MV en un espacio para la  enseñanza del patrimonio y la transmisión de sus valores. Estamos pensando en escolares y estudiantes. A través del  MV los escolares y estudiantes se convierten en visitantes pero también en  creadores. 
  πCUBA también va dirigido a los turistas. Es a través del espacio web del MV que el turista puede  apreciar en mayores detalles el patrimonio industrial de los diferentes sitios  visitados o a visitar en Cuba. De descubrir rutas, senderos e itinerarios  culturales en torno a la industria azucarera cubana y sus paisajes culturales.  De conocer los horarios de galerías, museos o sitios arqueológicos relacionados  con el azúcar en Cuba. 
     Otros público importante del museo virtual son los investigadores, historiadores, geógrafos o  aficionados al tema del patrimonio industrial. Al proponer de una forma muy  flexible el envío de nuevos testimonios, fotografías o documentos relevantes,  acompañados cada uno de ellos con unas fichas museísticas básicas para su  clasificación y archivo; los fondos del MV irán enriqueciéndose y serán un  soporte importante para futuros trabajos de investigación. πCUBA también puede  servir como soporte para la creación y exposición temporal o permanente de  trabajos de investigación de aquellas personas que no dispongan de los medios  necesarios para su difusión y comunicación. 
3. Aportes al  desarrollo cultural de las comunidades azucareras, limitaciones y alcance. 
     Como todo museo virtual, πCUBA  sobrepasa la limitación del museo real en cuanto permite el uso de varios  discursos museísticos (cronológico, temático), sobrepasando las limitaciones  del espacio real que fuerza a optar por uno u otro. En πCUBA podemos diseñar  tantos discursos museísticos como sus fondos y colecciones lo permitan. Creando  espacios virtuales o distribuciones alternativas de imágenes, así como  diferentes galerías temáticas con discursos sincrónicos o diacrónicos. Además,  a diferencia de un museo real, πCUBA nos permite detenernos en detalles propios  de lo que se denomina microhistorias. Las microhistorias permiten un  acercamiento a los hechos históricos desde la vida cotidiana y del ciudadano  común; generalmente más cercanos y comprensibles que otros discursos  históricos. Sin dejar de mostrar la complejidad de la relación  hombre-naturaleza a lo largo del tiempo.
     Sin embargo, πCUBA necesita  como en un museo real, de herramientas de comunicación sólidas y de una  reflexión profunda entorno al discurso museográfico a la hora de organizar e  iniciar el diseño de la página web. Solo mediante estas reflexiones las  colecciones pueden ser comprendida y generar conocimientos y vivencias a partir  de ellas. 
     En πCUBA se logra una fluida  accesibilidad, navegación clara y cómoda al organizarse el museo virtual  mediante un doble enfoque: museístico y geoespacial. Se sabe aprovechar el  ciberespacio para recrear un museo nuevo, innovador y abierto. Y podría  erigirse en un novedoso paradigma comunicacional, en tanto que, facilita una  amplia participación ciudadana en la creación de los fondos y la elaboración de  sus fichas técnicas y narrativas. Además, permite recuperar gran parte de la  historia de nuestros bateyes y entre todos construir y preservar una historia  común. 
     De momento contamos con una  limitación mayor, y es la de no haber sido capaces de saber integrar a los  museos locales o instituciones estatales relacionadas con la historia de la  industria azucarera en Cuba. A pesar de los sistemáticos esfuerzos que se han  llevado a cabo por explicar de forma transparente la iniciativa; desde las  instituciones estatales cubanas, tanto a nivel nacional como local, se muestras  desconfiados y poco colaborativos con el proyecto (apreciación muy personal del  autor correspondiente). Algunas excepciones, como la Universidad de la Habana,  nos llevan a pensar de forma optimista que aún hay un espacio para la  colaboración entre todos los actores. Y desde aristas muy diversas, como esta  iniciativa muy personal e iniciativas provenientes desde instituciones  oficiales o de reconocido prestigio.
     Nos parece interesante la posibilidad de aprovechar el  ciberespacio para crear este museo nuevo, no sólo como soporte para la  presentación y preservación de nuestras colecciones privadas y resultantes de  la colaboración en línea, sino también como punto de integración de los museos  locales. De lograr πCUBA sumar los contenidos de las colecciones de varios  museos locales o AZCUBA, estaríamos creando en la red un museo de  territorialidad más amplia y un lugar común donde un mayor número de piezas  referenciadas y de fondos únicos podrían estar integrados. De esta forma no  sólo contribuimos al rescate y conservación del patrimonio industrial cubano,  que representa el patrimonio local de más de 161 comunidades agrarias cubanas,  sino que dinamizamos la cultura local y ofrecemos un espacio común para la  interacción entre todos. 
AGRADECIMIENTOS
     Al Departamento de  Neurociencias del Karolinska Institutet, Estocolmo, Suecia por todo el apoyo  material. A los Drs. Vanesa Vásquez, Armando Rangel Rivero y Fidel  corrales por sus amables envíos de información referente a centrales azucareros  de la provincia de Artemisa y Pinar del Rio. A Pablo Domínguez, Oscar Borroto  González, Orlando Acosta, Enrique Isasi, Thompson (in memoriam) y Amalia por toda la información que nos han  facilitado y por sus historias personales en el mundo del azúcar cubano. 
REFERENCIAS
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** Parque Nacional Caguanes, Ministerio de Ciencia y Tecnología, Yaguajay, Sancti Spíritus, Cuba. E-Mail: (YH, Especialista en Recursos Humanos) dasmel@gmail.com
*** IIIA-CSIC, Instituto de Inteligencia Artificial, Consejo Superiror de Investigaciones Científicas, Barcelona, España
**** Sede Universitaria Municipal de Yaguajay, Batey Simón Bolívar, Yaguajay, Sancti Spíritus, Cuba Email: (EG, Licenciado en Historia) ?emiliogtuero@nauta.cu
***** Centro de Estudios Comunitarios, Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas, Santa Clara, Cuba. Email: (RGG, Licenciado en Ciencias Sociales, Doctor en Ciencias) rgarces@uclv.edu.cu
****** Department of Neuroscience, Karolinska Institutet. Stockholm, Sweden. Dasiel.Borroto.Escuela@ki.se
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