Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


SURGIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN DE UN MUNDO MULTIPOLAR

Autores e infomación del artículo

Neise Calixto González Cadalso
Profesor Asistente

Universidad de Sancti Spírítus “José Martí Pérez", Cuba

neisec@uniss.edu.cu

RESUMEN: El presente trabajo expone como el mundo marcha hacia la multipolaridad en una época marcada por la amenaza a la supervivencia de la especie humana, donde el hegemonismo de la potencia imperial de los Estados Unidos pretende ejercer el dominio sobre todas las naciones del mundo como policía internacional; frente a tales pretensiones surgen bloques integracionistas tales como: Celac, Unasur, los BRISC, Petrocaribe, la asociación de Estados del Caribe. Además se plantea la  supervivencia de la multipolaridad ante la arremetida a los movimientos de izquierda, a partir del año 2015, para ello el autor del presente artìculo se apoya en métodos como la revisión bibliográfica, analítico-sintético, de lo general a lo particular. Como resultado se indica que a pesar de la derrota del kirchnerismo, de la derrota vivida por los progresistas después de 12 años en el poder en la Alcaldía de Bogotá, en Colombia; de la derrota (y quizás el más duro, a efectos de propaganda) fue el vivido por el “chavismo” en las elecciones parlamentarias venezolanas y en Guatemala Jimmy Morales que derrota a Sandra Torres y, más importante, a Manuel Baldizón; demuestran que un nuevo mundo es posible y que la solución a los problemas de la pobreza, el hambre, las epidemias, las oleadas migratorias, las crisis de la economía global, ambiental, alimentaria, energética e hídrica, sólo es posible con la multipolaridad.

Palabras claves: multipolaridad, Alba, Celac, Unasur, Petrocaribe, AEC

RISE AND CONSOLIDATION OF A WORLD MULTIPOLAR.

ABSTRACT: This paper describes as the world moves towards multipolarity in an era marked by the threat to the survival of the human species, where the hegemony of the imperial power of the United States intends to exercise dominion over all the nations of the world as international police; CELAC, Alba, Unasur, the Brisc, Petrocaribe, the Association of Caribbean States: against such claims integrationist blocks such as arise. Besides the survival of multipolarity before the onslaught of leftist movements, from 2015, it is proposed for this the author of this article is based on methods such as literature review, analytical-synthetic and from the general to the particular. As a result indicated that despite the defeat of Kirchner, of lived by the progressive defeat after 12 years in power in the mayor of Bogota, Colombia; defeat (and perhaps the hardest, for propaganda purposes) was the lived by the "Chavismo" in the Venezuelan parliamentary elections and Jimmy Morales Guatemala Sandra Torres defeating and, most importantly, Manuel Baldizón; show that a new world is possible and that the solution to the problems of poverty, hunger, epidemics, migratory waves, the crisis of global, environmental, food, energy and water economy, is only possible with multipolarity.

Keywords: multipolarity, Alba, Celac, Unasur, Petrocaribe, AEC



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Neise Calixto González Cadalso (2016): “Surgimiento y consolidación de un mundo multipolar”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (septiembre 2016). En línea: https://www.eumed.net/rev/caribe/2016/09/multipolaridad.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/CARIBE-2016-09-multipolaridad


SURGIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN DE UN MUNDO MULTIPOLAR.

Capítulo 1: La multipolaridad en el siglo XXI

Se expresa por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, en el debate general del 69 Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones “que vivimos en un mundo globalizado que avanza hacia la multipolaridad en una época marcada por la amenaza a la supervivencia de la especie humana…..” “Los enormes arsenales nucleares y convencionales acumulados, el gasto militar anual impuesto de un billón 750 mil millones de dólares, y el incremento al 2% del PIB de los presupuestos bélicos reclamado a todos los países de la OTAN, no servirán para enfrentar ni resolver los problemas de la pobreza, el hambre, las epidemias, las oleadas migratorias ni para conjurar las crisis de la economía global, ambiental, alimentaria, energética e hídrica.”

Se predijo que con el auge y desarrollo del sistema socialista mundial, y del triunfo de la Segunda Guerra Mundial, acabaría de inmediato de la hegemonía capitalista. Resulta innegable que el capitalismo su estructura se basa en el egoísmo, las asimetrías sociales ilimitadas, donde el hombre pasa a u segundo plano; nadie puede vaticinar, ni el día ni la hora, ni el mes, ni el año del fin de un sistema que ha llevado al mundo al borde de una catástrofe, la verdad que en cada momento resulta menos factible que establezcan su soñada dictadura global y hacer de su voluntada el patrón de jerarquía que llevemos sobre nuestras espaldas.

Se expresa que los primero años de la década de los noventas el otro minuto dorado en la vida del imperialismo de la existencia de un mundo unipolar a partir del derrumbe “de llamado  socialismo real” en la URSS y Europa del Este, después de la preminencia del capitalismo sobre el feudalismo. Se acababa de golpe y sin alborotadoras conmociones el universo bipolar surgido a raíz de la Segunda Guerra Mundial. La URSS se diluía en la fatal mezcla de sus contradicciones e insufiencias internas y permanente cerco injerencista y agresividad externa. Cálculos apresurados entre quienes en épocas pretéritas predijeron el fin inmediato del capitalismo y sus vicios hegemónicos. Pero lo que resulta innegable es que la verdad siempre estuvo de su parte en aquello de que semejante estructura de egoísmos y asimetrías no tiene existencia ilimitada.
Había mucha confianza en la racionalidad humana entre aquellos precursores, y para su póstumo orgullo, nuestros días confirman que andaban en lo cierto.
Y si bien nadie puede vaticinar el día y la hora del fin de un sistema que ha llevado al mundo al borde de la catástrofe, lo cierto es que a cada instante le resulta menos factible establecer su soñada dictadura global, y hacer de su voluntad el patrón de jerarquía que llevemos todos sobre nuestras espaldas a viva imposición y en calidad de candente estigma.
Fueron con seguridad los años iniciales de la controvertida década de los noventa el otro minuto dorado en la vida imperial, después de su ya, lejana en el tiempo, preeminencia sobre el feudalismo.
Cesaba de golpe y sin alborotadoras conmociones el universo bipolar devenido de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. La Unión Soviética se diluía en la fatal mezcla de sus contradicciones e insuficiencias internas y el permanente cerco injerencista y agresivo externo, siguiendo los pasos al naufragio de una Europa del Este esquemática, copista y no menos asediada.
Para los voceros y tanques pensantes de Occidente era entonces el momento de proclamar el fin de la historia, la obvia carencia de alternativas, y la eternización del capital como pivote de la existencia humana. En otros términos, la valía de los tan criticados “totalitarismo” e “inmovilismo” imputados a ajenos, pero ahora con rutilante marca Made in USA.
Por añadidura, y para calzar el poder omnímodo proyectado a los ojos del mundo, se proclamó el “deber insoslayable” de los Estados Unidos de evitar a todo costo y a toda costa la reorganización y el surgimiento de nuevas potencias que disputasen el trono al mandamás recién autocoronado.
Así, lejos de desempolvar y destruir arsenales varias veces capaces de hacer añicos la Tierra, el lenguaje de las armas y la agresión no cedió papeles, y a falta de “imperios del mal”, se fabricaron otros fantasmas como “la lucha contra el terrorismo” y el pretendido militarismo de naciones “revoltosas y díscolas”, casi todas -curiosamente-en la periferia ruso-china.
Y es que ni Moscú dejaría de ser un “enemigo”, mucho menos con sus armas atómicas y sus nuevas administraciones alejadas de los papeles obsecuentes de los enterradores de la URSS, ni Beijing tampoco sería considerado un socio confiable, cuando en apenas tres años puede desplazar del trono económico mundial a unos Estados Unidos carcomidos por una crisis estructural que se prolonga desde 2008, azota a Europa y otras zonas de influencia imperial, y no tiene visos de inmediata compostura.
Se indica por el presidente ruso, Vladímir Putin, que los Estados Unidos no son una sociedad excepcional ni mucho menos, en clara alusión, no a los positivos méritos que pueden asistir a sus ciudadanos y a algunos de los métodos norteamericanos de organización social o económica, sino al hecho de que a sus autoridades no les asiste en lo más mínimo la prerrogativa de intentar imponer sus pautas particulares al resto del mundo ni creerse único modelo a considerar y adoptar
Así, el desmembramiento de Yugoslavia, las invasiones y las ocupaciones militares de Afganistán e Irak, el golpe contra Libia, las tensiones con Irán y Corea del Norte, la más reciente agresión a Siria, y el empeño de desplegar por el mundo un sistema antimisiles que permita al Pentágono el sucio privilegio de utilizar su poderío atómico sin posible respuesta de los agredidos, suman en ese paquete destinado a ascender a la cúpula y cercenar el cuello de quienes hagan sombra al disparatado proyecto hegemónico en curso.
En pocas palabras, que sobre la mesa persiste el nuevo mapa, no ya de un reparto mundial a la usanza de los que provocaron la primera y segunda conflagraciones mundiales, sino de la concreción de un ombligo mundial al que tributen todas las restantes naciones del orbe en calidad de meras subordinadas. Así de simple, según los cánones de los “elegidos”.
Solo que en esta vida no basta con querer, y mucho menos con ignorar y soslayar a los demás, que también piensan, sienten, desean, creen y son capaces de desplegar voluntad y resistencia.
De hecho, recientemente, el presidente ruso, Vladímir Putin, escribía para la prensa que los Estados Unidos no son una sociedad excepcional ni mucho menos, en clara alusión, no a los positivos méritos que pueden asistir a sus ciudadanos y a algunos de los métodos norteamericanos de organización social o económica, sino al hecho de que a sus autoridades no les asiste en lo más mínimo la prerrogativa de intentar imponer sus pautas particulares al resto del mundo ni creerse único modelo a considerar y adoptar.
Desde luego, en el reciente 68 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, Barack Obama pretendió refutar ese exacto y puntual juicio ruso, y proclamó sin mayores argumentos sensatos y mucha carga de prepotencia (una de las más generalizadas formas imperiales de discernir) que su país lleva consigo la “excepcionalidad” de estar en todas partes como garante de “la estabilidad internacional”. En pocas palabras, ejercer el papel de rey, juez y regente, del cual depende la “suerte” de los demás.
Solo que, en la práctica de los días y los años desde el aún cercano “ensueño” del fin del mundo bipolar, el multilateralismo se ha convertido en una realidad creciente, fuerte, capaz y en pleno desarrollo, aun cuando para Washington resulte una verdadera epidemia que debe ser atajada y cortada de raíz.
Se dice que los debates de Naciones Unidas fueron la puerta ancha para la aún novel Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, CELAC -el aporte de nuestra área geográfica al multilateralismo- que se ha propuesto no solo establecer un frente único en el Sur de nuestro hemisferio, sino convertirse además en una fuerza activa en las positivas transformaciones que aún urgen a la humanidad, es el  fuerte sen­tido de reivindicación del legadohis­tórico de los próceres de la independen­cia latinoamericana y de los Padres de la Patria de la región.
Se funda la CELAC el tres de diciembre de 2011 como mecanismo de integración, hecho calificado por Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, como el suceso institucional más importante de la región en un siglo, los 33 países son miembros plenos, y se advierte que el nuevo mecanismo no puede sustituir a otros ya existentes. Se acuerda, la defensa de valores básicos como la solidaridad, la diversidad y la complementariedad, y contar con una agenda que permita abordar todos los temas de interés común. El trabajo se centra, entonces, en tres direcciones principales: la concertación política, además de la económica, la social y la científico-técnica, además de la integración. Se conformación de un nuevo organismo regional sin Estados Unidos y Canadá.
Se plantea que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), con 33 países integrantes y una población de casi 600 millones, se ha convertido en la iniciativa más trascendental para alcanzar la unidad, esa tan preconizada por los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, continuadores de las gestas de Simón Bolivar y José Martí. Existe el capital humano, el talento, la fortaleza de nuestras culturas para, como anheló el Apóstol, desempeñar un papel destacado en el equilibrio del mundo. El gran desafío radica en que los contrastes “no constituyan un valladar insalvable en la búsqueda de la verdadera unidad”, al decir del presidente cubano de los consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro Ruz.
Se dice que en 2011, cuando emergía la Comunidad, Nicolás Maduro profetizó: “llegará el día en que empecemos a hacer acuerdos. Por ejemplo: la Celac con China, y con muchos otros países del mundo, y regiones”. Las naciones del sur son un nicho envidiable de materias primas y poseen la quinta parte de las reservas mundiales de petróleo. En el último decenio el gigante asiático se convirtió en el gran mercado de esas materias primas exportadas por la zona. Todo indica que el futuro con la nación oriental -dispone de las mayores reservas de divisas del planeta-, determinada a seguir el modelo de igual-igual en la relación con sus socios, radica en la complementariedad.
Se plantea la esperanza de un hemisferio más sosegado, con la declaración de América Latina y el Caribe “Zona de paz”: un enorme paso civilizatorio digno de imitar. Mientras en otros rincones del planeta, el espectro de la muerte atizado por las potencias imperialistas cubre con su manto poblaciones enteras y destruye el patrimonio de antiguas generaciones.
Se discutien sobre importantes aspectos del tema, como el reconocimiento de que la migración irregular de niñas, niños y adolescentes no acompañados y separados constituye un problema prioritario para los Estados miembros de la Comunidad y por tanto los derechos humanos de estas poblaciones desprotegidas deben ser resguardados, garantizando que prime el interés superior del niño, de acuerdo a lo establecido en la Convención sobre de los Derechos del Niño, es un espacio de deliberación regional que esté mucho más cercano al principio de equidad y de democracia entre las naciones del subcontinente.
Se plantean grandes desafío para la Celac, entre ellos podemos destacar seis: la reafirmación democrática; la bús­queda de la integración sobre la base de la cooperación y la solidaridad; la generación de oportunidades para el desarrollo; la ampliación de las capa­cidades de interlocución en el sistema internacional; la defensa del derecho internacional y la consolidación de América Latina y el Caribe como una región de paz. La Celac deberá incidir de manera fundamen­tal es el establecimiento de mecanis­mos que amplifiquen las oportunida­des y las capacidades de construir una identidad latinoamericana y caribeña a través de la implementación de me­didas eficaces para la creación de una efectiva comunidad regional.

Se asiste al surgimiento de un bloque económico y político de primer orden y, que están empezando a cuestionar el actual orden mundial, con un desplazamiento de los poderes mundiales tradicionales, es decir, están desplazando a Europa y Estados Unidos, la conformación del llamado grupo Brics, integrado por países “emergentes” de primera línea como Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, capaces a estas alturas de imponer pautas internacionales y levantar la voz sin mayores reparos frente a las viejas potencias y a su líder norteamericano. Su creación busca reflejar la tendencia hacia un mundo multipolar en las relaciones internacionales, que se caracteriza por una creciente interdependencia económica global, se cuestiona por ellos que el dólar deje de ser la moneda de referencia del comercio internacional y de la hegemonía norteamericana.
Una entidad que, según escribía recientemente un colega “reúne 43 por ciento de la población mundial y 25 por ciento de la riqueza, y en conjunto ha generado 56 por ciento del crecimiento económico registrado en el mundo en los últimos años”, además de sumar entre sus metas inmediatas “establecer un nuevo paradigma basado en la inclusión social y el respeto al medioambiente, junto a una economía justa y equilibrada, en razón de que en el sistema internacional ya no tienen cabida las relaciones de subordinación”.
En fin, se trata del imperativo de hacer un mundo más equitativo, sostenible y multilateral, donde además cesen las acciones de fuerza como instrumentos en el devenir global.
Papel que, vale destacar, tuvo amplia repercusión en la reciente edición 68 de la Asamblea General de la ONU, donde la presidenta Dilma Rousseff llegó incluso a denunciar a las autoridades norteamericanas por sus actividades de espionaje oficial a instituciones y ciudadanos brasileños, mientras Rusia se anotaba un importante punto político al frenar mediante certeras acciones diplomáticas concertadas con Damasco, la pública intención de la Casa Blanca de atacar militarmente a Siria con el pretexto del uso por el Gobierno de Bashar al Assad de armas químicas que están ahora, gracias a Moscú y a las autoridades siras, bajo control internacional para su destrucción definitiva.
Por si fuera poco, la citada sesión de la ONU fue abundante en otras muestras de avance del multilateralismo por el que apuesta la gente sensata del mundo. A instancias del Movimiento de Países No Alineados, jefes de Estado y de gobierno retomaron el análisis de los riesgos que vive el mundo bajo la amenaza de los polvorines atómicos todavía vigentes, donde se almacenan unas 20 mil ojivas atómicas, cinco mil de ellas en total estado operativo.
Se expresa por países del NOAL, surgidos en 1961 como respuesta de las naciones ajenas a los dos bloques militares de entonces -la belicista Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, y el Pacto de Varsovia- resultó una favorable ocasión para subrayar su intención de “establecer un plazo hasta 2025 para la ejecución de un plan de reducción gradual de los arsenales atómicos hasta su eliminación y prohibición”, como garantía de supervivencia del planeta y de quienes lo habitamos. A instancias del Movimiento de Países No Alineados, jefes de Estado y de gobierno retomaron el análisis de los riesgos que vive el mundo bajo la amenaza de los polvorines atómicos todavía vigentes, donde se almacenan unas 20 mil ojivas atómicas, cinco mil de ellas en total estado operativo.
Se presenta por el Presidente Hugo Chávez la idea del ALBA, como una propuesta de integración integral, económica, social, política y cultural de los pueblos de América Latina y el Caribe. Surge oficialmente el 14 de diciembre de 2004 cuando los presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez se reúnen en La Habana y firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente con prioridad a la complementariedad regional que permita promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto mutuo y la solidaridad. Surge, en gran medida, como una reacción frente a las consecuencias sociales del modelo económico liberal que ha predominado en la región y a la tendencia marcadamente comercialista que ha experimentado la integración regional, particularmente en la década de los noventa.
Se fundamenta el AlBA en la creación de mecanismos que aprovechen las ventajas cooperativas entre las diferentes naciones asociadas para compensar las asimetrías entre esos países. Esto se realiza mediante la cooperación de fondos compensatorios, destinados a la corrección de discapacidades intrínsecas de los países miembros, y la aplicación del Tratado de Comercio de los Pueblos o "TCP". Otorga prioridad a la relación entre los propios países en pie de igualdad y en el bien común, basándose en el diálogo subregional y abriendo campos de alianzas estratégicas fomentando el consenso y el acuerdo entre las naciones latinoamericanas.
Una Comunidad que con vivos y actuantes antecedentes como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, o la Unión de Naciones del Sur, Unasur, ha sabido salvar diferencias individuales para colocar en primer plano los intereses comunes de convergencia que conforman su rica historia y el legado unitario de sus principales y más elevadas figuras políticas, y que brinda constancia de los nuevos aires que soplan en esta, nuestra parte del orbe.
Como se indica el ALBA estratégicamente se presenta como reacción frente al proyecto del ALCA. Se cuestiona el liderazgo de los Estados Unidos y de su agenda comercialista y asimétrica en tales negociaciones.

Se expresa que la Alternativa Bolivariana de las Américas TCP surge, en gran medida, como una reacción frente a las consecuencias sociales del modelo económico liberal que ha predominado en la región y a la tendencia marcadamente comercialista que ha experimentado la integración regional, particularmente en la década de los noventa. Conviene destacar que si bien estratégicamente el ALBA se presenta como una reacción, es decir, como una alternativa frente a la iniciativa de apertura comercial del hemisferio, que en el marco de la cumbre de las Américas promueve el gobierno de los Estados Unidos, con la denominación de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en el fondo el proyecto se construye como un proceso de integración regional que jerarquiza los temas políticos y sociales.

Se podría apreciar también un progresivo distanciamiento entre las estrategias de internacionalización de Brasil en la región y las posturas del ALBA. En términos de discurso y filosofía, las diferencias se van marcando con el tiempo. Brasil aspira un liderazgo regional y mundial y su estrategia se orienta al diálogo, la concertación, la inclusión y el respeto a la diversidad.
Ello sin contar la clara intención latinoamericana y caribeña de desmarcarse de la añeja y nociva tutela de su poderoso vecino del Norte, la aún primera potencia capitalista del mundo, y de establecer una relación bilateral donde prime el más absoluto respeto mutuo, como parte de un nuevo contexto internacional sin urticantes injusticias, actos discriminatorios, dobles raseros ni infundadas exclusiones.
Por si fuera poco, hoy llueven con mayor insistencia que nunca antes las valoraciones negativas sobre las posiciones norteamericanas frente al resto del mundo, las cuales aseveran que hasta este instante el mensaje gubernamental estadounidense en materia de política externa no supera el esquema de un reporte policial, y se corresponde con los dictados de la mentalidad propia de un gendarme, de un patrón, o de un pretendido dueño de cuanto le rodea.
En pocas palabras, que se hace evidente que el planeta surca la hora de un serio desmarque con respecto a la agenda exclusivista y egoísta de quienes confirman todos los días que “los círculos norteamericanos de poder no tienen amigos, solo intereses”, y por tanto admitir y permitir su señorío es marchar al suicidio universal.
Se expresa que el Tratado de la Unión Europea (TUE), conocido también como "Tratado de Maastricht" por haber sido firmado en esa localidad holandesa, constituye una piedra angular en el proceso de integración europeo, surge para lograr la multipolaridad y enfrentar la hegemonía norteamericana. El Tratado de Maastricht consagra oficialmente el nombre de "Unión Europea" que en adelante sustituirá al de Comunidad Europea. Se adopta la decisión de crear una moneda única, que recibirá el nombre de EURO, para el 1 de noviembre de 1999. Los países miembros debían de coordinar sus políticas económicas para conseguir objetivos, tales como: reducción de la inflación, de los tipos de interés y de las fluctuaciones del cambio entre las monedas europeas, y de control del déficit y la deuda pública.
Se expresa que la Unión Europea es un conglomerado de 380 millones de personas aproximadamente, con un Producto Interno Bruto (PIB) superior a los 8.4 billones de dólares y un PIB per cápita de 22 mil dólares. Además, es la mayor potencia comercial del mundo al contribuir con 41 por ciento del comercio internacional. La importancia de la Unión Europea no estriba únicamente en el potencial y tamaño de su economía, sino también en el papel de liderazgo que ha desempeñado en el actual sistema internacional.
Se habla de que el mundo ha asistido, por ejemplo, a la conformación del llamado grupo Brics, integrado por países “emergentes” de primera línea como Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, capaces a estas alturas de imponer pautas internacionales y levantar la voz sin mayores reparos frente a las viejas potencias y a su líder norteamericano Barack Obama.
Los Brics “reúnen 43 por ciento de la población mundial y 25 por ciento de la riqueza, y en conjunto ha generado 56 por ciento del crecimiento económico registrado en el mundo en los últimos años”, además de sumar entre sus metas inmediatas “establecer un nuevo paradigma basado en la inclusión social y el respeto al medioambiente, junto a una economía justa y equilibrada, en razón de que en el sistema internacional ya no tienen cabida las relaciones de subordinación”.
Se plantea que los Brics firmaron el tratado constitutivo del Nuevo Banco de Desarrollo y del Acuerdo de Reservas de Contingencia. El banco, contará con un capital inicial a partes iguales de u$s 50.000 millones, de los cuales u$s 10.000 millones serán en efectivo y estará destinado a financiar obras de infraestructura. El acuerdo de reservas cuenta con u$s 100.000 millones de las reservas internacionales de cada país y se utilizará en caso de problemas en la balanza de pagos de alguno de los miembros; este mecanismo está inspirado en el Fondo Europeo de Garantías.
Se plante una Comunidad que con vivos y actuantes antecedentes como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, o la Unión de Naciones del Sur, Unasur, ha sabido salvar diferencias individuales para colocar en primer plano los intereses comunes de convergencia que conforman su rica historia y el legado unitario de sus principales y más elevadas figuras políticas, y que brinda constancia de los nuevos aires que soplan en esta, nuestra parte del orbe.
En fin, se trata del imperativo de hacer un mundo más equitativo, sostenible y multilateral, donde además cesen las acciones de fuerza como instrumentos en el devenir global.
Durante los últimos años se desarro­llaron en América Latina y el Cari­be iniciativas y acuerdos significati­vos que podrían contribuir a generar un mejor clima para esos procesos, abriendo oportunidades de coopera­ción recíproca y generando espacios de beneficios mutuos. Los proyectos de in­tegración regional no han adquirido ese fuerte componente político, por lo que sigue siendo el componente principal el comercial.

Capítulo II: Supervivencia de la multipolaridad ante la arremetida a los movimientos de izquierda.

Se plantea que la multipolaridad mundial se puede ver afectada ante el retroceso de los movimientos de izquierda, tal es caso de los países que integran bloques regionales tales como: los Brics, la Celac, Unasur, entre otros.

Si nos referimos   a área de América Latina, la izquierda ha recibido tres duros golpes. El primero fue el de las presidenciales argentinas, con la derrota del kirchnerismo; el segundo fue la derrota vivida por los progresistas después de 12 años en el poder en la Alcaldía de Bogotá, en Colombia; el tercero (y quizás el más duro, a efectos de propaganda) fue el vivido por el “chavismo” en las elecciones parlamentarias venezolanas. Si quieren un cuarto, en Guatemala Jimmy Morales derrotó a Sandra Torres y, más importante, a Manuel Baldizón.
Si a estos ejemplos se suma la crisis en la que está inmerso el Gobierno del PT en Brasil, las aparentes divisiones internas en el Frente Amplio de Uruguay, y la posibilidad de que Evo Morales pierda el referendo para reelegirse casi indefinidamente en Bolivia, el panorama es el de la recuperación de las fuerzas democráticas del continente.
Se dice que el hecho podría afectar que loso centros de poder de los bloques regionales pierdan  la hegemonía ante el imperio del norte, para ello debe resolver, que los movimientos de izquierda que integran es bloques hagan sostenibles los programas sociales que beneficiaron a los segmentos más pobres, pues la gente termina queriendo algo más que un subsidio cuando supera la línea de la pobreza crítica.
En segundo plano se plantea que debieron aprovecharlos años de bonanza de materias primas para poner en orden sus finanzas. Ahora, sin dinero para gastar, han perdido apoyo popular, pues lo basaron, justamente, en las transferencias de recursos. En este sentido, el caso de Brasil y Ecuador es crítico, y el de Venezuela, sencillamente dramático.
En tercer lugar se refiere a las acusaciones de corrupción que son escandalosas, y son frecuentes las acusaciones por narcotráfico contra sus principales figuras políticas. Un cuarto elemento es que países calves como Argentina y Venezuela, la unidad opositora fue indispensable para obtener resultados electorales. No es fácil unirse contra este tipo de Gobiernos, que juegan activamente al “divide y vencerás”. Para el caso de Bolivia, la oposición, fragmentada, no tiene ninguna posibilidad de competir contra un Movimiento Al Socialismo que usufructúa todos los resortes del poder.
Se plantea que las alianzas que se están conformando contra los Gobiernos del Socialismo del Siglo XXI, como en el caso de Ecuador, van muchas veces más allá de lo político y terminan amalgamando a amplios sectores sociales.
Se dice que el quinto lugar los políticos de izquierda latinoamericanos han terminado olvidando la máxima de Deng Xiao Ping: “no importa que el gato sea blanco o negro, lo que importa es que cace ratones”, es decir, la gente quiere soluciones. También saben los latinoamericanos, y muy bien, que el discurso confrontador de clases no es viable en el mundo actual.
Se indica como el sexto elemento que la izquierda debe resolver para que exista un mundo multipolar ante la hegemonía imperial es no autorrogarse como mayoría en nombre del “pueblo”, califican a todos los que estén contra ellos de “oligarcas”, “ricos” o “de derecha”. Además, han cometido excesos verbales y políticos, y recurren constantemente a una manipulación ideológica que en muchos casos, termina siendo, incluso, ridícula.
Y como último elemento se ha cumplido un ciclo histórico la política tiene ciclos, y así como este fue generado, en gran parte, como reacción a los movimientos de libre mercado de los 90, este está siendo generado como reacción a la intolerancia, pero sobre todo a la ineptitud, de los gobernantes del socialismo. Todos los países gobernados por este modelo se encuentran hoy en peor estado que aquellos que optaron por regímenes políticos y económicos más libres y moderados.
Según expresa el vicepresidente de la República Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera efectúa una lectura interesante del resultado argentino al señalar en rueda de prensa que “la victoria electoral de Macri deja tres lecciones políticas: la importancia de los liderazgos, la estabilidad económica y la profundización de los procesos revolucionarios. Sobre la primera lección, la importancia decisiva de los liderazgos, está claro que en Argentina otro habría sido el resultado si la compañera Cristina (Kirchner) fuera a las elecciones”
La derrota del ALCA en noviembre del 2005 aparece ahora, en perspectiva histórica, como el cenit de un proceso que luego iría debilitándose paulatinamente. Sin embargo, la inercia histórica era tan fuerte que ese auge de masas hizo posible las victorias de Evo Morales en Bolivia a finales del 2005 y de Rafael Correa en Ecuador también a fines del 2006. No sólo eso: también hubo un impulso suficientemente vigoroso como para desbaratar la intentona de golpe y secesión ensayada en Bolivia en el 2008 y el golpe de estado en Ecuador en septiembre del 2010. Pero, posteriormente, ese antiguo vigor fue menguando hasta llegar a una situación de estancamiento y, en ciertos casos, de abierto retroceso.
Por otra parte, no estaría demás interrogarse si las condiciones internacionales facilitarían un retorno al pasado, al tipo de ordenamiento hemisférico que esta parte del mundo conocía cuando se produjo el derrumbe de la Unión Soviética y los estrategos norteamericanos se engañaban con “un nuevo siglo americano”.
No obstante podemos decir, el PIB del BRICS podría superar al de Estados Unidos, pues las economías que lo integran crecerán más que la economía norteamericana. La proyección del FMI indica que el PIB de Brasil crecerá 3%, el de Rusia 4%, el de la India 6.9% el de China 8.2% y el de Sudáfrica 2.7%. Como veremos más adelante, los países del BRICS planean crear una moneda supranacional. Muchos países se deshacen del dólar en su comercio (Argentina y Brasil, Argentina y China, Brasil y China, Japón y China, los países de la ALBA etc.). Por otra parte, la expansión económica de China, Rusia y la India, significa al mismo tiempo la expansión de Suramérica.
Se plantea que los BRIC han surgido al albor de la globalización, y tienen pretensiones de conformar un orden multipolar, su sentido y trayectoria futura no se entienden sin su referencia a EE.UU.
Según Vladimir Medina, analista político, el proceso emergente de los gobiernos progresistas de los últimos diez años, no se acaba de la noche a la mañana, dado que no es fruto de una situación coyuntural, sino de "un proceso de acumulación de contradicciones sociopolíticas". 
Según Róger Cortez, experto en el tema, manifiesta que es un error apresurarse a decir que la presencia de los gobiernos de la izquierda está en el ocaso de un ciclo. Además argumentó que la región en los últimos años geopolíticamente ha logrado por un lado desligarse del predominio norteamericano, al lograr configurar una multipolaridad económica, donde la incidencia en el continente es China. "Esto hace variar las condiciones preexistentes"
Por su parte, Carlos Guzmán, analista político, señaló que hablar de un fin de ciclo no significa avisorar que la región retornará a la vieja época conservadora y de gobiernos de derecha de los años '90. "Más que un retroceso, entre izquierda o derecha, de cualquier manera lo que hay es un avance. Como nunca en la historia la región, indistintamente la posición ideológica ha configurado un bloque de países sudamericanos con una fuerte presencia de inclusión social y apertura de programas sociales. Retroceder en ello no es posible", Zegada señaló que de cualquier manera la región vive un momento de multipolaridad ideológica, política y económica.
Se plantea que pese al retroceso de la izquierda latinoamericana la idea de la multipolaridad ha crecido ante la hegemonía imperial y la prueba son las diferentes organizaciones que están tratando de impulsar la integración regional: CARICOM, MERCOSUR, UNASUR, ALBA. Pero sin dudas el punto culminante de todas estas organizaciones y el de mayor desafío es la CELAC, porque es la primera vez que una organización agrupa a todos los países al sur del Río Bravo, incluyendo a los del Caribe. Todas estas organizaciones llevan a un objetivo común la multipolaridad mundial.

BIBLIOGRAFIA.

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Recibido: 16/06/2016 Aceptado: 21/09/2016 Publicado: Septiembre de 2016

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