Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


LOS PROCESOS DE INMIGRACIÓN URBANA. IMPACTOS EN LA CIUDAD DE GUANTÁNAMO

Autores e infomación del artículo

David Rubio Méndez

Universidad de Guantánamo

rdavid@cug.co.cu

Resumen:
Los procesos de migraciones internas en Cuba, en su especificidad de inmigración urbana, describen lógicas similares a los observados en otros contextos internacionales. Por  esta razón ha venido cobrando importancia en las últimas décadas, dada la necesidad de comprender sus impactos, no solo en el orden socioeconómico, sino también en el sociocultural; tanto para el desarrollo a escala territorial, como para la calidad de vida y la subjetividad de los inmigrantes. En la Ciudad de Guantánamo, al igual que en otras ciudades del país, se observa un proceso de crecimiento urbano sostenido como consecuencia de las inmigraciones espontáneas no controladas, fundamentalmente procedentes de asentamientos rurales y de poblados y pequeñas ciudades municipales. Estos desplazamientos poblacionales no solo contribuyen al engrosamiento de los barrios periféricos y precarios de la ciudad, sino también al de un grupo social tipificado como vulnerable desde la práctica institucional, a partir del etiquetaje social negativo que opera alrededor de la periferia urbana y los inmigrantes. El acercamiento empírico a la realidad de la comunidad Palmira, escogida como estudio de caso, permitió la comprensión del impacto de estos desplazamientos poblacionales tanto para la ciudad como para los inmigrantes.
Palabras clave: Inmigración urbana, Comunidad,  Vulnerabilidad social, Impacto cultural, Identidad.



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

David Rubio Méndez (2015): “Los procesos de inmigración urbana. Impactos en la ciudad de Guantánamo”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2015). En línea: https://www.eumed.net/rev/caribe/2015/06/inmigracion-urbana.html


 La alta significación social de las migraciones internas y su impacto en el desarrollo social han suscitado múltiples intentos por definir no solo modelos teóricos que ofrezcan orientaciones y proposiciones básicas para su interpretación, y de los procesos a ellas vinculados, sino también han contribuido a que las instituciones gubernamentales proyecten acciones y medidas en materia de políticas de migración interna en las direcciones más convenientes para el proceso de desarrollo a escala territorial.
En este contexto el estudio de los procesos de inmigración urbana ha venido cobrando importancia en las últimas décadas, sobre todo por la necesidad de comprender sus consecuencias en el orden socio-estructural y sociocultural, tanto para el desarrollo a escala territorial, como para la calidad de vida y la subjetividad de los inmigrantes.
En Cuba, al margen de los intentos institucionales por establecer estrategias de inserción para la protección social de las poblaciones que desplazan su residencia a escala nacional o territorial -desde estructuras político administrativas de menor desarrollo hacia otras de mayor desarrollo (Ciudades Capitales)-, aún persisten limitaciones  tanto en las acciones gubernamentales como en las desarrolladas por los científicos sociales para comprender la problemática de la inmigración urbana, y en consecuencia aplicar medidas efectivas para la inserción social de los inmigrantes.
 Dichas limitaciones  pueden ser resumidas en: la invisibilidad de la problemática de los inmigrantes urbanos y de los barrios periféricos, la no contemplación de estos barrios en los planes de crecimiento infraestructural de la Ciudad y la visión estigmatizada de que los inmigrantes urbanos -específicamente los que responden a la clasificación de  espontáneos no controlados- constituyen una carga para la ciudad, y son responsables de la formación desordenada de los barrios periféricos y de sus consecuencias medioambientales e infraestructurales. En cambio aún no se concibe la problemática desde sus matices de integración, desde las ventajas y oportunidades que puedan resultar de la relación entre  inmigración urbana (incluyendo la espontánea no controlada) y la ciudad.
Con frecuencia los barrios periféricos de la ciudad, son representados desde la visión institucional y desde el imaginario popular, como el lugar de destino de las personas que proceden del “campo”; en cambio los estudios realizados demuestran que alrededor del 48 % de sus habitantes se desplazan desde diferentes áreas residenciales de la propia Ciudad. Esto nos lleva a observar la problemática social con mayor inclinación hacia la periferia urbana que hacia los propios inmigrantes: ser inmigrante urbano no necesariamente constituye un problema, pero residir en un barrio periférico de la ciudad, en condiciones de precariedad, definitivamente conduce a varias problemáticas sociales asociadas.
 La mayor parte de estos barrios son representados como extensiones “no legales” de la ciudad, cuya situación residencial se caracteriza por el déficit o ausencia de las infraestructuras básicas. No poseer vivienda dificulta las posibilidades de inserción al igual que la posesión o edificación ilegal de las mismas, usualmente en condiciones constructivas deficientes.

Panorama de la inmigración urbana en Guantánamo.
La Ciudad de Guantánamo constituyó hasta mediados del siglo XX una importante zona receptora de inmigrantes urbanos procedentes de varias regiones del país, atraídos por la Base Naval de Guantánamo y las ventajas que implicaba en el orden de ofertas de empleo y de servicios de comercio, gastronómicos y de ocio (casas de juegos, burdeles, etc.). Durante el período inicial del proceso revolucionario cubano (1959-1970) ocurrieron discretos movimientos migratorios del campo a la ciudad, cuyos asentamientos fueron favorecidos por la ley de reforma urbana, posibilitando a muchas familias de inmigrantes establecerse en el centro urbano, en viviendas abandonadas por personas que emigraron hacia los Estados Unidos. No obstante uno de los períodos inmigratorios de mayor significación para la ciudad está comprendido entre los años 1970 y 1980, como resultado de un proceso de crecimiento industrial y de los servicios -como educación y salud-, constituyendo al mismo tiempo un importante éxodo de la población rural hacia la ciudad provincial.
 Una parte considerable de esta inmigración es clasificada como dirigida y espontánea controlada, la que responde a la formación de profesionales en ramas diversas de la producción y los servicios, y que por intereses estatales son ubicados en la cabecera provincial con garantías de viviendas. Al mismo tiempo este tipo de inmigración constituía un factor de llamada a familiares asentados en zonas rurales, aunque por lo general las migraciones dirigidas se caracterizan por ser individuales.
Durante este período se produce también una significativa inmigración urbana espontánea no controlada, caracterizada por el desplazamiento en grupos (familias). Su asentamiento ocurre fundamentalmente en la periferia de la ciudad, contribuyendo de modo significativo a la formación de barrios periféricos y precarios; aunque debe destacarse que muchas de estas familias lograron la construcción de viviendas con recursos propios, las que aún se conservan en buen estado constructivo, como puede observarse en áreas consideradas como límite entre el centro y la periferia urbana, cuya lógica de asentamiento describe, en muchos de los casos, el vínculo de parentesco entre las familias que habitan varias viviendas consecutivas.
 En esta etapa continúan las migraciones dirigidas hacia la ciudad de Guantánamo en respuesta a iniciativas estatales para resolver necesidades de la actividad económica y social, asimismo se mantiene la inmigración espontánea controlada. En esta última se distinguen egresados universitarios residentes en los municipios, cuyos motivos migratorios fundamentales recaen en las perspectivas de movilidad social, buscando ampliar sus posibilidades profesionales y mayores horizontes culturales. Se incluyen además otros inmigrantes que se desplazan por contraer matrimonio con personas de la ciudad y otros motivos familiares.
En la década de 1990 (período especial) ocurre una abrupta caída del PIB en un 35 %, lo que conllevó el cese del proceso inversionista que favorecía el desarrollo en las provincias del país. Su impacto en la inmigración urbana en Guantánamo es similar al resto del territorio nacional. Las ciudades provinciales pierden atractivo para los inmigrantes urbanos intraprovinciales, en cambio se incrementa considerablemente la emigración hacia la Ciudad de la Habana y en menor medida hacia otras ciudades de atracción, observándose una considerable reducción del saldo migratorio positivo intraprovincial.
 Específicamente la Ciudad de Guantánamo muestra una disminución del saldo positivo intraprovincial, de 5.09 registrado en el período 86-90, a 1.80 registrado en el período 91-95. En cambio el saldo negativo interprovincial en el municipio Guantánamo se incrementa  de -5.94 a -9.64, según las tasas observadas en los períodos 86-90 y 91-95 respectivamente; proceso que ocurre de manera similar en otras provincias del país, con mayor incidencia en las provincias orientales, atenuado con la aprobación y puesta en práctica en 1997 del Decreto Ley 2171 “… comienza a observarse un aumento evidente de la inmigración hacia la capital, del orden de más de 40 mil personas por año, que se traduce en los incrementos ya mostrados de su saldo migratorio interno, que alcanza en 1994 la cifra de 17 mil personas y en 1996 la de 28 mil personas, valores más altos observados desde 1963 a la fecha…”2 En este orden Guantánamo resulta una de las principales provincias emisoras de migrantes netamente espontáneos (no controlados) hacia la Ciudad de la Habana…”3 .
Durante el período 1991-1995 la Ciudad de Guantánamo recibe alrededor del 81 % de los inmigrantes intraprovinciales, si se compara la tasa del saldo positivo intraprovincial (2.22) y el específico para la ciudad de Guantánamo (1.80). De ello se deduce que la mayor parte pertenecen a la clasificación de migración dirigida y espontánea controlada; esto se debe en primer lugar a que resulta difícil el registro estadístico continuo si los inmigrantes no legalizan el cambio de domicilio, acción que no pueden realizar sin la debida legalidad de la vivienda en la que residen luego del desplazamiento, por lo que la información obtenida al respecto  describe más a la inmigración espontánea controlada que la inmigración netamente espontánea o no controlada, con tendencia al desplazamiento hacia los barrios precarios y periféricos de la ciudad.4
En segundo lugar esta relación observada en el periodo descrito entre el saldo migratorio positivo en la ciudad y la clasificación de migración dirigida y espontánea controlada puede estar asociada a que el curso de las inmigraciones netamente espontáneas (no controladas) observadas con gran significación en períodos anteriores, estaba siendo desviado hacia la capital o hacia otras provincias del país. En este punto debe tenerse en cuenta que la propia crisis económica, con su impronta en la producción de alimentos, pudo retener a muchos inmigrantes potenciales e incluso provocar el retorno a sus lugares de origen de individuos y sus familias asentados con anterioridad en los barrios precarios de la ciudad. 5
A pesar que la mayor cantidad de inmigrantes urbanos se concentra en la capital del país, estos están proporcionalmente más representados en su distribución en el nivel de las cabeceras municipales y provinciales. No obstante constituir los asentamientos rurales dispersos y concentrados de 200 habitantes y más los mayores emisores de migrantes, se estima que los asentamientos rurales dispersos emiten fundamentalmente hacia los asentamientos rurales concentrados y los asentamientos urbanos de base en el nivel de municipios, y los rurales concentrados hacia las cabeceras municipales y provinciales. Lo que demuestra que la mayor parte de los desplazamientos se producen a cortas distancias; el 40% de los inmigrantes fijan su destino en el marco del propio municipio y el 24 % lo hacen dentro del marco de la propia provincia de origen, el restante 36% se desplaza hacia otras provincias, por lo que del total de movimientos intraprovinciales el 58% se realizan al nivel del municipio y el 42% al nivel de la provincia. 6

La lógica de los asentamientos.
Los datos obtenidos durante el trabajo de campo, realizado en varios asentamientos periféricos de la ciudad de Guantánamo, y las informaciones ofrecidas por los especialistas de la Dirección Municipal de Planificación Física (DMPF), nos permite inferir la hipótesis de que el centro urbano, como red infraestructural y espacio de interacción sociocultural, no suele constituir la meta o el destino escogido por la mayoría de los inmigrantes que responden a la clasificación de espontánea no controlada, fundamentalmente los que proceden de zonas rurales y se desplazan en familia.
En cambio estos desplazamientos ocurren preferentemente hacia los barrios periféricos, ya establecidos por procesos migratorios anteriores, y hacia las áreas cultivables próximas a la periferia de la ciudad. Como consecuencia de esta dinámica de desplazamiento, emergen varios asentamientos aislados, que luego contribuyen a la conformación de nuevos barrios, clasificados como “precarios”. 
En las investigaciones realizadas ha sido observado además un proceso de concentración residencial al interior de los barrios que por el tiempo de formación ya muestran algunos indicadores de consolidación como es el caso de Palmira y Los Coquitos de Jaibo. Este proceso de concentración residencial, está asociado fundamentalmente a patrones de procedencia común, de sociabilidad y parentesco.
En los casos donde el parentesco rige la lógica de los asentamientos, la concentración residencial se manifiesta como estructuras poli-residenciales contiguas. Esta manifestación extrema de concentración residencial sobre la base del parentesco y la familia ha sido observada durante el trabajo de campo en Palmira, en familias procedentes de asentamientos rurales de El Salvador y San Antonio del Sur, cuyas residencias en el barrio datan de hace más de 20 años.7
Las ventajas que resultan de la concentración residencial para los inmigrantes urbanos se manifiestan fundamentalmente en la primera etapa de residencia en la comunidad de destino. Las redes de apoyo que se derivan de antiguos vecinos, de amigos y parientes ya asentados con anterioridad les permite a los inmigrantes amortiguar el impacto de la llegada, facilitando la adaptación.
No obstante la concentración residencial atendiendo a criterios de procedencia común, sociabilidad y parentesco contiene el riesgo potencial de resultar limitante en las posibilidades de interacción con otros grupos residenciales, ya establecidos en el sitio de acogida. Asimismo, puede conllevar a situaciones de inmovilidad social, que perpetúa la condición de desventaja inicial.
Esta relación estructural observada en los inmigrantes urbanos entre niveles de asentamientos de origen y destino responde a procesos de movilidad social aparejados a los procesos migratorios. El desplazamiento entre asentamientos de similares jerarquías político-admirativas, con similitudes infraestructurales y socioeconómicas, facilita la adaptación y la inserción de los inmigrantes urbanos.
Durante el período comprendido entre 1970-1990 se forman más de 20 barrios precarios 8 en todas direcciones de la Ciudad de Guantánamo, asociados a los procesos de inmigración espontánea no controlada, lo que ocurre fundamentalmente en los límites de la provincia9 . Hasta 1993 ya se observaba un incremento de 5 barrios precarios, además de la permanencia de los ya establecidos, sumando unos 25 barrios precarios en la ciudad de Guantánamo con una población de 20 954 habitantes en 5 096 viviendas 10
En  estos barrios la mayoría de las viviendas fueron construidas con recursos propios sin tener en cuenta las regulaciones técnicas, utilizando incluso materiales de desecho. La disposición espacial de estas viviendas no permite el trazado regular de calles, muchas de las que aún se mantienen sin pavimentar. Se caracterizan además por la carencia de servicios de acueducto y alcantarillado, de electricidad y por deficientes condiciones higiénico–ambientales. En opinión de los especialistas de las direcciones municipales y provincial de Planificación Física, estos barrios están ubicados en zonas bajas donde el drenaje superficial es deficiente, con presencia de estructuras de fallas plegadas y la presencia de arcilla expansiva, por la sobresaturación del suelo. Además se ubican en la franja de protección del río donde predomina el suelo aluvial propio del límite del río, ello que implica un alto grado de vulnerabilidad a las inundaciones en épocas de intensas lluvias.
 Los habitantes de los barrios precarios y periféricos, sean de procedencia rural –franja de base- o de otros asentamientos urbanos, confrontan por igual las dificultades para recibir los servicios básicos que ofrece la ciudad, que llega a cubrir muchas de las necesidades de la periferia, en aquellos barrios que por el tiempo de asentamiento han logrado determinada consolidación. Estas condiciones de precariedad no solo impactan en el planeamiento, la imagen y el funcionamiento de la ciudad, sino constituye un problema para la calidad de vida de sus habitantes, incluyendo sus implicaciones en la salud comunitaria.
 Por estas razones, además de la ubicación de muchos de estos barrios en zonas de inundación, en 1986 se decide por las autoridades del municipio Guantánamo la erradicación de algunos de ellos 11; aunque el proceso no mostró el éxito acorde a los resultados que se esperaban, pues en el 2014 aún persisten estos barrios con incremento de su población y en similares condiciones ambientales.
En  la relación entre inmigración urbana -espontánea no controlada- y la formación y crecimiento de los barrios precarios y periféricos se observan tres patrones fundamentales:

  • Asentamientos aislados en áreas cultivables próximas o en los  límites urbanos,  de difícil acceso y con carencia total de infraestructura técnica y servicios básicos.
  • Asentamientos  concentrados en barrios  periféricos con determinada consolidación y existencia parcial de infraestructuras técnicas y servicios básicos, a partir de vínculos familiares y de vecindad.
  • Asentamientos aislados y continuos en barrios periféricos con determinada consolidación, formando con el tiempo nuevos barrios al interior.

La comunidad Palmira. Estudio de Caso.
La comunidad Palmira, ubicada al noreste de la Ciudad de Guantánamo, fue escogida para el estudio de caso en torno a la inserción social de los inmigrantes urbanos. Con estos propósitos se aplicó a sus resientes una encuesta socio-demográfica con el objetivo de describir los orígenes de los deslazamientos, la que abarcó una muestra de 149 viviendas (61.2 %),  de las 242 existentes hasta ese momento, logrando caracterizar a 458 (65.2 %) de los 702 habitantes estimados.
A partir de los resultados de la encuesta se corrobora que la formación y consolidación de Palmira como comunidad está asociada al proceso de inmigración urbana, aunque no está formada exclusivamente por personas que provienen de comunidades rurales de otros municipios de la provincia:
De los residentes en Palmira, solo el 1.3 % pueden ser considerados autóctonos, pues nacieron en esa localidad  entre los años 1965 y 1980., antes de su conformación como comunidad, y el19% nacieron en la comunidad a partir de 1986.
 El 79.7% son inmigrantes desde diversas procedencias, cuyos desplazamientos comienzan a partir de los años 80s, proceso que se sostiene hasta la fecha.  De ellos un  (48.5 %) proceden de la propia Ciudad de Guantánamo. Los que proceden de de asentamientos rurales  o de cabeceras municipales suman un (50.7%). 
En el análisis del origen de los desplazamientos se definen siete períodos con intervalos de cinco años, exceptuando el período inicial (1970-1980), referido al proceso de formación del barrio, en el que la inmigración es incipiente (solo un 5% del total de los desplazamientos ocurridos). En este orden los datos obtenidos describen, en general, un crecimiento sostenido con variabilidad en cada período.
A partir del análisis de la incidencia de la familia como variable relacionada con los procesos de inmigración, se corrobora que en el 66.4 % de los inmigrantes encuestados se desplazan con sus familias, con matrimonios ya formados (figura 9), y el 32.3% forman familias luego del desplazamiento; estos últimos resultan puentes de atracción a personas no residentes en la comunidad. Muchas de estas nuevas familias son de procedencias múltiples, incluyendo los nacidos en la comunidad con personas de otros municipios.
De los matrimonios formados antes del desplazamiento, solo el 19.4 % son de procedencias diferentes (matrimonios o familias mixtas), (figura7.2) predominando la relación rural –rural, por encima de la ciudad-rural y ciudad -ciudad. De los matrimonios formados luego del desplazamiento, cuando alguno de los cónyuges ya residía en el barrio, el 90.4 % son de procedencias diferentes (matrimonios mixtos), estos, en un 59.4 %, resultan de segundas nupcias –familias reconstituidas y reensambladas. Así no solo se observa mixtura en cuanto a la procedencia en los matrimonios formados, sino también en cuanto al tiempo de residencia en el barrio.
A partir del muestreo aplicado, se constata la coexisten personas de orígenes residenciales diferentes; desde 8 municipios de la provincia Guantánamo, más los que refieren proceder de Santiago de Cuba, Holguín, Matanzas y La Habana.  Acorde a los asentamientos, se registra la procedencia desde 26 asentamientos rurales, 4 de cabeceras municipales  y 9 puntos emisores desde la propia ciudad de Guantánamo, sumando 39 orígenes diferentes.
Se constata además la formación de patrones de concentración residencial asociado fundamentalmente a factores como la sociabilidad y  parentesco, formando grupos o redes en función los criterios anteriores. Estos datos obtenidos a partir de encuesta, en torno a los orígenes de los desplazamientos hacia Palmira, se triangulan con otros resultantes de entrevistas y observaciones,  definiendo el impacto de los procesos de inmigración tanto en el orden estructural como en la subjetividad de estos grupos.

Impacto cultural.        
La inmigración resulta un cambio sustancial, tanto en las relaciones como en las prácticas ya establecidas, por lo que la adaptación al cambio no ocurre sin manifestación de crisis y conflictos por desarraigo, al manifestar ya no sentirse parte de las comunidades de origen, pero tampoco se reconocen como parte de la dinámica de la ciudad, en cambio reconocen su pertenecida a sus grupos familiares, a los grupos residenciales que se forman al interior de la comunidad y a la comunidad como tal. Así también se constatan determinadas manifestaciones de crisis y conflictos entre los grupos de origen, donde se establecen relaciones de poder en función el dominio numérico y el tiempo de asentamiento. No obstante en el nivel de las representaciones sociales estos grupos de inmigrantes consideran el cambio en sentido ascendente. Aunque no implique en esencia un cambio en la estratificación social, sí resulta un cambio simbólico por su relativa ascendencia en el status social.  Por ello se define la identidad  como la categoría que permite la explicación teórica para el proceso de adaptación al cambio y el reordenamiento del posicionamiento social de los individuos y familias inmigrantes, en torno a las dinámicas relacionales que tienen lugar en la comunidad.  
 En el caso cubano, los inmigrantes urbanos no necesariamente enfrentan el desafío de asimilación en torno a las identidades étnicas, o las culturas regionales y locales, pues las variaciones en este sentido no suelen ser significativas entre regiones del país, mucho menos dentro de una misma provincia; en este sentido los inmigrantes son portadores de marcadores identitarios comunes a las personas que habitan la ciudad de destino; en cambio sí enfrentan los desafíos de la asimilación desde las dinámicas de la estratificación social, donde las categorías sociales en las que se encuentran ubicados, están sujetas a modificación como resultado de las interacciones sociales en la ciudad de destino.
En este sentido el impacto cultural de la inmigración urbana, tanto para los inmigrantes como para los residentes autóctonos de la ciudad puede ser diverso, incluso teniendo en cuenta la categoría social en que se ubique el inmigrante, por ello la relación entre inmigrante y ciudad no suele tener la misma significación cuando observamos inmigrantes urbanos que responden a la clasificación de migración dirigida o espontánea controlada, que cuando observamos a los inmigrantes espontáneos no controlados, los que son etiquetados como los principales contribuyentes en la formación y crecimiento de barrios precarios y periféricos en las ciudades.
 Así pudiera distinguirse, acorde a las categorías sociales que se construyen en torno al inmigrante urbano, diferentes consecuencias en el orden de las representaciones sociales, la identidad y  las contribuciones desde sus prácticas culturales.
Un punto interesante en el análisis del impacto cultural de los inmigrantes urbanos en la dinámica de la interacción sociocultural urbana es la interacción de estos grupos sociales con los espacios públicos de la ciudad, puesto que estos contribuyen  a la articulación de la cultura urbana en tanto incentiva el encuentro de diversos referentes simbólicos de los grupos sociales que interactúan en ellos. No obstante han sido observados otros espacios informales de interacción sociocultural, que bien pudieran ser reconocidos como espacios públicos, creados a partir de prácticas culturales correspondientes a determinados sectores o grupos sociales de la ciudad. 12
Estos espacios públicos alternativos se caracterizan por establecerse en áreas periféricas, alejadas de asentamientos poblacionales y son asociados regularmente a los inmigrantes urbanos de origen rural  muchas veces por la mirada institucional, como por la popular, estableciéndose desde el imaginario social como “contribución cultural” de “las personas del campo” que se asientan en áreas periféricas de la ciudad.
La mirada estigmatizada sobre los inmigrantes urbanos los hace “responsables” de la llamada ruralización de la ciudad13 , proceso que se hace más evidente en los años críticos del período especial (1991-1996) como consecuencia de la crisis económica y su impacto en la producción de alimentos. La observación sistemática de estas prácticas posibilitaría el desmontaje de las representaciones estereotipadas que se tejen desde el imaginario social, al considerarlas como prácticas únicamente portadas por los inmigrantes urbanos de origen rural, pues muchas personas residentes autóctonos de la ciudad las asumieron como alternativa de supervivencia en los años del “período especial” y aun la mantienen, incluso se incorporan nuevos practicantes, por sus ventajas económicas.
No obstante los inmigrantes urbanos contribuyen al sostenimiento económico de la ciudad al fortalecer la producción de alimentos en los proyectos de agricultura urbana, desde sus prácticas sobre animales, frutas, vegetales, plantas medicinales, etc.; así contribuyen a la cultura alimenticia y gastronómica de los residentes urbanos, al tiempo que incorporan diversos registros lingüísticos y comunicativos, habilidades sociales y comerciales propias de la dinámica urbana.
Por otra parte los barrios periféricos, como espacios públicos, también constituyen escenarios de interacción y de socialización a partir de la coexistencia de grupos sociales con diversos referentes simbólicos. En estos barrios, conformados mayoritariamente por inmigrantes, independientemente del nivel del SAP del que procedan, los resientes tienden a recrear las estructuras, los usos y las dinámicas de los espacios públicos de mayor significación en la ciudad: parques, mercados, plazas, iglesias o centros religiosos, por citar algunos ejemplos; rompiendo en alguna medida con la desigual relación centro-periferia, al desplazar la noción de “centralidades” de los espacios públicos como escenarios de interacción sociocultural, en las  que pueden incluso participar los residentes habituales del centro de la ciudad.

Las acciones gubernamentales en torno al problema.
Durante los años  1993 y 2000 se realiza por parte del Gobierno Municipal de Guantánamo un proceso de rehabilitación de 4 de estos barrios14 , cuyas acciones estuvieron encaminadas a los servicios de acueducto, electricidad, viales, alcantarillado, telefonía pública y construcción de viviendas.
Este proceso de rehabilitación representó un cambio importante en la calidad de vida de la población residente en estos barrios, pues aun cuando los cambios infraestructurales no resultaran significativos al punto de considerarse espacios propiamente urbanos, sí bastaban para remover su anterior clasificación como barrios precarios; por lo que en el censo realizado en el año 2004 por la Dirección Municipal de Planificación Física tanto la población como las viviendas de los barrios rehabilitados no fueron incluidos en dicha clasificación, contribuyendo a una disminución considerable de los valores estadísticos referidos a población y vivienda en los barrios precarios. Aunque debe destacarse que esta disminución en los valores estadísticos bien pudieran estar influenciado por otros factores.
En los años 1993 y 1994 en la ciudad muchas viviendas fueron destruidas debido a  severas inundaciones, afectándose fundamentalmente los barrios precarios ubicados en las márgenes de los ríos Bano, Jaibo y Guaso. 15 Las familias que perdieron sus viviendas a causa de las inundaciones fueron reubicadas en sitios seguros de la ciudad, aun cuando sus casas estuvieran en mal estado constructivo y no se encontraran legalizadas. Así comenzó un proceso de construcción de viviendas para estos damnificados. 16 Este proceso de redistribución planificada de la población afectada en otros puntos de la ciudad, contribuyó a menguar las cifras de población y viviendas en los barrios precarios. Estos dos factores anteriores se suman al impacto de la crisis económica correspondiente al “período especial”, incidiendo directamente en la tendencia hasta el momento observada en las corrientes migratorias.
En cuanto al proceso de inmigración urbana en el nivel intraprovincial se aplican las regulaciones, derivadas de las que se establecen en el decreto ley 217 para la capital del país. Aunque en contextos infraestructurales y sociodemográficos diferentes la aplicación de estas acciones reguladoras sobre el proceso migratorio interno en Guantánamo impacta en la tendencia observada hasta ese momento del saldo migratorio negativo interprovincial en la Ciudad provincial, describiendo una notable disminución en el período 96-2000, con relativa estabilidad en el período 2001-2005, hasta su incremento en el período 2006-2010.
No obstante estas regulaciones no alcanzan a detener el proceso inmigratorio hacia la Ciudad de Guantánamo procedente de asentamientos de la franja de base y base urbanos de otros municipios guantanameros. Ante esta realidad asociada a la formación y crecimiento de los barrios precarios y periféricos en la Ciudad, algunas instituciones vinculadas al Gobierno Provincial de Guantánamo, comienzan a realizar acciones de intervención comunitaria para menguar las condiciones de desventajas socioculturales relacionadas con la periferia urbana y los inmigrantes urbanos. Una de las instituciones de mayor alcance en la efectividad de sus acciones es el Grupo para el Desarrollo Integral de la Ciudad, al promover Investigaciones y acciones multidisciplinarias, desde los enfoques de la educación popular en algunos de estos Barrios, con el objetivo de incentivar la participación social en torno a la solución de los principales problemas socioculturales y socio-ambientales. Se relacionan también las acciones de la Dirección Municipal de Planificación Física, cuyos especialistas lograr una caracterización físico-espacial y sociodemográfica de todos los barrios precarios de la ciudad, facilitando las investigaciones y la intervención social; además de otros proyectos de investigaciones e intervención socioculturales emprendidos desde la  Casa de la Cultura Municipal  y la Universidad de Guantánamo, desarrollando acciones desde la  participación  comunitaria encaminadas al cambio y la transformación de determinados elementos disfuncionales en la realidad sociocultural de estos barrios, en las dimensiones  sociales, culturales y medio ambientales.
Si bien queda definida la presencia institucional en las problemáticas asociadas a la inmigración urbana y la formación y crecimiento de los barrios precarios y periféricos en la ciudad de Guantánamo, la realidad en la aplicación de sus acciones no está exenta de limitaciones como la invisibilidad del impacto social y cultural de  estos desplazamientos en los inmigrantes y los barrios periféricos y precarios;  la no contemplación de estos barrios en los planes de crecimiento infraestructural de la Ciudad y la visión estigmatizada de que los inmigrantes urbanos, específicamente los que responden a la clasificación de espontáneos no controlados, constituyen una carga para la ciudad, y son responsables de la formación desordenada de los barrios precarios y de sus consecuencias medioambientales e infraestructurales. Por otro lado no se concibe la problemática desde sus matices de integración, desde las ventajas y oportunidades que  pueden resultar de la relación entre  inmigración urbana (incluyendo la espontánea no controlada) y  la ciudad.

Conclusiones.
Los procesos de inmigraciones espontáneas no controladas en la ciudad de Guantánamo, ocurren preferentemente hacia los barrios periféricos y precarios, ya establecidos por procesos migratorios anteriores, y hacia las áreas cultivables próximas a la periferia de la ciudad, por lo que el centro urbano, como red infraestructural y espacio de interacción sociocultural, no suele  constituir la meta o el destino escogido por la mayoría de los inmigrantes que responden a la clasificación de espontánea no controlada, fundamentalmente los que proceden de zonas rurales y se desplazan en familia.
 La lógica observada con respecto al  establecimiento residencial, luego del desplazamiento de estos inmigrantes urbanos, está asociada a patrones de procedencia común, de sociabilidad y parentesco, observándose la tendencia en el desplazamiento entre asentamientos de similares jerarquías político-administrativas, con similitudes infraestructurales y socioeconómicas. Las redes de apoyo que se derivan de antiguos vecinos, de amigos y parientes ya asentados con anterioridad les permite a los inmigrantes amortiguar el impacto de la llegada, facilitando la adaptación.
 El proceso de inserción social de los inmigrantes urbanos residentes en los barrios periféricos y precarios, enfrenta determinadas resistencias no solo en el plano de las relaciones individuales- familiares, sino también en el orden estructural-cultural a partir de la interacción con las instituciones encargadas de normar el planeamiento físico de la ciudad y con grupos sociales de diversos referentes simbólicos.  Entre las barreras que enfrentan estos grupos sociales resultan de mayor significación las regulaciones estatales sobre la legalidad de vivienda, la relación desigual centro-periferia y el etiquetaje social negativo, sea desde la mirada institucional como de los residentes urbanos.
A partir de los registros etnográficos logrados en la comunidad Palmira se constata el uso estrategias de adaptación sobre la base las redes de sociabilidad y parentesco, lo que les permite a los inmigrantes urbanos reproducir sus prácticas en el proceso de inserción sin grandes riesgos, conservando en esencia sus referentes identitarios; mientras que se interactúan en otros campos de relaciones: otras familias, grupos de otros orígenes, con el entorno general de la comunidad y con el entramado de relaciones urbanas que propone la ciudad, - y con ello incorporan nuevos atributos identificativos.
 No obstante desde la hetero-atribución como inmigrante espontáneo no controlado, categorizado también como inmigrante ilegal, de bajos recursos culturales y económicos, asentado en un barrio periférico de la ciudad, limita las posibilidades de redimensionamiento de la identidad como recurso de integración hacia un contexto más amplio y dinámico (la ciudad), que la que ofrece el barrio como colectividad, o los segmentos residenciales formados a partir del lugar de origen como sub-colectividad. De esta forma las pertenencias que resultan visibles y expresadas, están relacionadas con la familia, el lugar de origen y el barrio.

BIBLIOGRAFÍA

  • Benítez Pérez, María Elena: Dinámica de los hogares y de la familia cubanos, en  Cuba. Población y Desarrollo. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM). Universidad de la Habana. Cap.  XI, 2009.  pp.181-196.
  • Colectivo de autores: Cuba. Población y Desarrollo. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM). Universidad de La Habana. 2009.
  • Espronceda Amor, María Eugenia: Parentesco, Inmigración y Comunidad. Una visión de caso haitiano. Editorial El Mar y La Montaña. Guantánamo. 2001.
  • González Rego, René A: Migraciones hacia La Habana. Efectos en la conformación de su ambiente social; en Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona. 2001.  (Consultado el 27 de febrero de 2008).
  • Montes Rodríguez, Norma: Una aproximación al estudio de la Migración interna en Cuba, en  Revista Temas. Número 20-21. 2000.  pp. 135-146.
  • Montes Rodríguez, Norma: Distribución espacial y migraciones en Cuba: fin de un siglo y comienzo de otro, en Revista Temas. Número 56. 2008. pp. 78-84.
  • Montes Rodríguez, Norma, Oliveros Blet y San Marful Orbis, Eduardo: Distribución Espacial de la Población, en Cuba. Población y Desarrollo. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM). Universidad de la Habana. Cap. VII. 2009. pp.119-135.
  • Morejón Seijas, Blanca: Marcos teóricos para la interpretación de la Migración. Documentos de trabajo. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM. Universidad de la Habana. Número IV. 1994.
  • Morejón Seijas, Blanca y San Marful Orbis, Eduardo: Migraciones internas, en  Cuba. Población y Desarrollo. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM). Universidad de la Habana. Cap. V. 2009. pp.77-95.
  • Morejón Seijas, Blanca, Características Diferenciales de los Migrantes Internos en Cuba, en  Revista Especializada en temas de Población, Año 3 Número 6. 2007. disponible en http://www.cedem.uh.cu/Revista/portada.html (Consultado el 27 de febrero de  2008).

1Decreto Ley 217 (Contravenciones de Régimen de Regulaciones Migratorias para la Ciudad de la Habana).

2 Morejón Seijas, Blanca: Características diferenciales de los migrantes Internos en Cuba, en  Revista Especializada en temas de Población, Año 3, No. 6, 2007, p. 36. disponible en  http://www.cedem.uh.cu/Revista/portada.html , (Consultado el 27 de febrero de  2014).

3 Aunque las provincias orientales son distinguidas como territorios emisores debe tenerse en cuenta que en el análisis de la migración interna se calculan indicadores relativos para reflejar la intensidad del proceso. Los indicadores establecidos - inmigrantes, emigrantes y saldo migratorio - están en relación con el tamaño de la población. El tamaño de la población del territorio emisor es proporcional a la probabilidad de inmigrantes y emigrantes. Por ello resulta significativo el saldo negativo observado en Guantánamo hasta 2002, cuya tasa promedio anual es  (-7.5), seguido por Granma con (-5.7), teniendo en cuenta su tamaño poblacional con respecto a  Santiago de Cuba, la que muestra (-3.8) en igual período. Las tasas se calculan con esa finalidad y expresan mediante una relación por cociente, la ganancia o pérdida neta por cada 1000 habitantes de la población media, y el saldo migratorio es dividido entre la población a mitad de cada período. De esta forma las tasas indican la intensidad de la migración al expresar el efecto del saldo sobre la población media, tomando como unidad de medida el número de migrantes por cada 1000 habitantes.

4 Cuba constituye un caso singular con respecto a las fuentes de información para estudiar las migraciones internas. Además del empleo de los censos de población como fuente universal para dichos estudios, se emplean otras fuentes que permiten el análisis estadístico continuo del comportamiento de las migraciones, como son: Registro de Cambios de Domicilio del Carné de Identidad y Oficina del Registro de Consumidores (OFICODA), ésta última con la particularidad de expedir la “libreta o tarjeta” para el control de ventas de productos alimenticios, fijadas por residencia o núcleos familiares, para lo cual el beneficiario debe presentar la dirección especificada en el carné de identidad. Estas fuentes de información para el estudio de las migraciones no suelen ser confiables, en muchos de los casos observados, sobre todo en los inmigrantes no controlados, no coincide la dirección expuesta en su carné de identidad y el registro de OFICODA con la dirección de la residencia actual., por ello se aplican encuestas específicas para el estudio de las migraciones con relativa sistematicidad por las Direcciones Municipales y Provinciales de Planificación Física, o a nivel nacional como es el caso de  la Encuesta Nacional de Migración Interna (ENMI) levantada en 1995 y dirigida por especialistas del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), el que abarcó una muestra de 20 mil hogares en 99 de los 169 municipios del país y aportó gran cantidad de información sobre características de los migrantes, motivos de la migración y migración potencial. 

5 La situación real de este proceso migratorio no pudo ser caracterizada  hasta el Censo de Población y Vivienda, realizado en septiembre de 2002.

6 (Resultados de la ENMI. Población nativa e inmigrante). Montes Rodríguez, Norma: Una aproximación al estudio de la Migración interna en Cuba, en Revista Temas. No. 20-21, 2000, p. 141.

7 Las estructuras poli-residenciales contiguas designan la derivación o desprendimiento residencial a partir de una casa madre, donde  los miembros del grupo de parentesco sobreviven como unidades de interdependencia económica, cultural, funcional y afectiva, en diferentes hogares interrelacionados espacialmente; sea a partir de la construcción de nuevas viviendas o por la partición  de una vivienda, en forma de habitaciones separadas físicamente, pero funcionalmente unidas. Estas fueron observadas en trabajo de campo por María Eugenia Espronceda Amor (2000),  quien también las conceptualiza en  su  tesis doctoral “Las relaciones  de parentesco como forma de vínculo social.”

8La designación de barrios precarios obedece a la clasificación de una forma  compleja en los  asentamientos urbanos actuales. Se encuentran preferentemente en zonas periféricas, no urbanizadas y alejadas del  centro de la ciudad,  en terrenos con situación de riesgo medioambiental, de difícil acceso y con carencia total o parcial de infraestructura técnica: acueducto, alcantarillado, electricidad, comunicación telefónica,  viales, etc.; .y de servicios básicos: consultorios médicos, escuelas primarias y tiendas de víveres.  A los efectos, la Dirección de Urbanismo del Instituto de Planificación física, establece que estos pueden agrupar más de 50 viviendas;  no  se conforman a partir de regulaciones urbanas y arquitectónicas, pues surgen de manera informal; su calidad ambiental resulta marcadamente inferior a la del contexto urbano más próximo, al que no pertenecen,  ni se vinculan de manera funcional.

9 “Barrios precarios en la Ciudad de Guantánamo”.  Estudio realizado por especialistas de la Dirección Provincial de Planificación Física (DPPF) en Guantánamo.2008.


Recibido: 29/03/2015 Aceptado: 24/05/2015 Publicado: Junio de 2015

Nota Importante a Leer:

Los comentarios al artículo son responsabilidad exclusiva del remitente.

Si necesita algún tipo de información referente al articulo póngase en contacto con el email suministrado por el autor del articulo al principio del mismo.

Un comentario no es mas que un simple medio para comunicar su opinion a futuros lectores.

El autor del articulo no esta obligado a responder o leer comentarios referentes al articulo.

Al escribir un comentario, debe tener en cuenta que recibirá notificaciones cada vez que alguien escriba un nuevo comentario en este articulo.

Eumed.net se reserva el derecho de eliminar aquellos comentarios que tengan lenguaje inadecuado o agresivo.

Si usted considera que algún comentario de esta página es inadecuado o agresivo, por favor,pulse aqui.