APARIENCIAS Y REPRESENTACIONES. ENTREVISTA A ALICIA MARTÍN FERNÁNDEZ

José L. Crespo Fajardo (CV)

Facultad de Bellas Artes de Sevilla


Resumen:
El presente artículo supone una fugitiva indicación acerca de la actividad pictórica de la creadora canaria Alicia Martín. Seguidamente se expone una entrevista que nos permite entre líneas desentrañar los fundamentos de su particular iconografía, así como aspectos ideológicos y otras particularidades de importancia cardinal para apreciar sus imágenes de un modo más completo. La pintura de Alicia Martín es de una interesante complejidad, contiene profusos elementos simbólicos y es por ello que descubrir su pensamiento nos permite advertir nuevas claves de interpretación. El presente artículo es la yuxtaposición entre la artista y sus representaciones.

Palabras clave: arte, pintura, intimidad, cuerpo, auto-retrato.

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La obra de la pintora Alicia Martín profundiza hondamente en la condición corporal desde la perspectiva del autorretrato. Formada en la Facultad de Bellas Artes de La Laguna, su vocación se establece desde la concepción de la pintura como una forma de auto-reconocimiento, un modo de hallar su identidad. Su pintura explora las transformaciones del cuerpo femenino -su autorretrato-  rodeado por elementos como escaleras, casas, flores y veneras de carácter simbolista: La escalera de la vida, con su principio y fin; la flor, que remite a la idea de belleza. Son autorretratos donde el exhibicionismo queda justificado, y es necesario para mostrar las graduaciones entre la verdad y fantasía del auto-concepto y la propia existencia.

          

De la serie “Autorretratos” (2009)

Alicia experimenta con materiales y texturas en el espectro de un expresivo cromatismo que revela un impulso por la comunicación y destila cierta melancolía. Es interesante su serie dedicada a la vida (el presente y la memoria de la existencia, la germinación, la relación del ser humano con la naturaleza). Cuerpos sin rostro encajados fragmentariamente, sucediéndose como una serie de fotogramas caleidoscópicos. Imágenes que nos advierten sobre el pequeño paso que separa la realidad y el sueño. El cuerpo se evapora en el cuadro en medio de una nube de pensamientos e ideas etéreas.

En conclusión, una crítica subyace en estas pinturas. El mundo que nos envuelve nos impide ver lo esencial, la naturaleza de las cosas sinceras de la vida. En un mundo frío, gobernado por el ansia de beneficio material, la flor, la verdadera identidad, como los sentimientos, no pueden germinar. Y de hacerlo, su única oportunidad es buscar refugio en la imaginación.

En tu obra utilizas el autorretrato corporal como fuente de inspiración. Dentro de esta investigación tan particular, ¿qué otros elementos y conceptos intentas acentuar?

Esta serie comenzó ciertamente como una obra introspectiva, una serie de autorretratos que pretenden ir más allá del mero hecho de autorretratarse. Me llaman mucho la atención las venus prehistóricas que hablan de la fertilidad, de la vida, de la mujer que da la vida... y que a su vez enlaza con la naturaleza, la semilla como origen, evocando la idea de lo primigenio, del punto de partida.

En realidad la mayoría de los artistas hablamos de lo mismo: de la vida, la muerte, el amor, la naturaleza… Es por ello que en mi obra recurro a elementos simbólicos que hacen referencia  a la existencia, al tiempo, la muerte, el sexo, la naturaleza.

         

 

¿Crees que el arte es un medio de fuga y de trascendencia, o el peso del mundo material es forzosamente inseparable al artista y su obra?

Pienso que no es una puerta para salir de la realidad. Es todo lo contrario. El arte es una vía para escrutar al hombre y su mundo. Es una vía de conocimiento que no quita que esté revestida o unida a la belleza y al placer que provoca. El arte para el artista es su medio para reflexionar y poner sus preguntas a discusión con el espectador... Es su vehículo y al mismo tiempo es un contenedor de experiencias estéticas, ideológicas, culturales y morales.

Diríase que la deriva de tu trabajo sigue un camino rigurosamente coherente. Es un arte que trasluce intimidad, donde la presencia del cuerpo femenino es casi una constante.  ¿Concibes tu pintura como feminista?

No, mi pintura no tiene sólo una lectura. La serie “Autorretratos”, donde la figura femenina es una constante, tiene un sentido existencial. Las representaciones no hablan sólo de intimidad. Concibo a la mujer como el ser que da la vida… Mi reflexión va más allá, pues las conexiones con la naturaleza hacen que todo esté en la misma madeja; todo tiene un principio y un fin, y en éste caso la figura femenina representa ese canto a la vida.

Así pues, ¿reflejas en tus cuadros sólo rasgos de ti, como metáfora de lo cotidiano, o tratas de expresar un sentimiento plural, en el espectro del espíritu de nuestro tiempo?

En la obra de todo artista hay una parte de experiencia personal. Eso es lo que lo hace  diferente del otro. No hablo de mí exclusivamente. En mi obra hablo de la propia existencia, de los conceptos fundamentales que nos turban y perturban. La mujer  es  el elemento recurrente que se repite una y otra vez para hablar de la sensualidad, la belleza de nuestra propia existencia, para recordarnos que somos luz. La metáfora es un recurso que utilizo frecuentemente, en parte por la influencia de artistas como René Magritte y muchos otros.
                                                                                                           
En tus composiciones figura una invariable presencia de objetos simbólicos: la casa, la flor, la escalera… ¿Puedes comentar algo sobre las metáforas que representas? Algunos elementos dan la sensación de ser juguetes entre las rodillas de la protagonista. Es como una reminiscencia a la infancia y al juego, que aporta al conjunto una atmósfera muy cercana al realismo mágico. Esto lleva a pensar que en tus autorretratos planteas la base de un auto-conocimiento radicado en el pasado. ¿Es así?

Los elementos son símbolos del tiempo, de la vida, la soledad, la muerte… La escalera simboliza algo que tiene principio y fin. La semilla es la alegoría del principio, del nacimiento… Utilizo el auto-conocimiento y mi experiencia como soporte, pero es una idea más generalizada que represento con cuerpo de mujer, por decirlo de alguna manera.

Alicia, tú eres de las Islas Canarias. ¿Cómo ves el panorama del mercado del arte por allí?

En Canarias el mercado del arte  limitadísimo. Hay gran cantidad de gente creativa y  artistas con proyección nacional e internacional, pero desafortunadamente si quieres crecer y entrar en el mercado del arte hay que salir de las islas.

¿De acuerdo a tu consideración, qué le hace falta a un artista para despuntar? ¿De qué oportunidades se adolece?

Crecer en el medio adecuado, donde no se permita que el artista muera por inanición. Los mejores creadores ya no permanecen en la sombra. Si no han sido descubiertos o pasan desapercibidos, lo más probable es que no lleguen a madurar. Se necesita, pues, crear las condiciones adecuadas. No sólo ayudas a la creación, sino una infraestructura sólida y permanente, con galeristas valientes, políticos cultos y capaces de entender que la cultura es un valor importante y no sólo un florero. Se necesita un buen proyecto que saque a la luz a los creadores y promueva su obra.

En las Islas Canarias existen escasas galerías de proyección nacional, ni siquiera con verdadera vocación regional. Es verdad que el territorio y su precaria economía ayuda poco, pero el mercado se crea apostando por los artistas. Pocos son profetas en su tierra… y encima la tierra es escasa. Creo que lo mejor es salir a la conquista de un sitio donde crecer. Tampoco las condiciones de lejanía de las islas son las más adecuadas para mover la obra al exterior y esa es una gran barrera. Existían ayudas oficiales, insuficientes y escasas, para el transporte de obras, pero esas pequeñas facilidades desgraciadamente se las llevó el tsunami de los recortes en cultura…

A rebufo de la revolución social del 15M, algunos artistas hemos tomado un papel más activo. ¿Crees que el arte puede apoyar un cambio social? ¿De qué modo podemos contribuir a mejorar los derechos sociales?

Creo que con el simple hecho de crear, de pasar horas y  horas en tu estudio creando, contando una historia con la herramienta que cada uno considere más adecuada, ya es admirable. Es una forma de contribuir con la libertad de expresión. Cada obra es única e irrepetible, no está dominada por los mercados, la bolsa o las agencias de calificación. El hecho de crear es sólo tuyo y lo abordas con total libertad. Y con ello contribuyes a que los demás reflexionen, viajen, sueñen… Como decía  Nietzsche, tenemos el arte para no perecer a causa de la verdad. Sin la cultura: los libros, el cine, la fotografía, la música, la pintura, estaríamos perdidos en un mar de rutinas y  monotonía.

En Santa Cruz de La Palma, a 5 de Febrero de 2012.

 

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