Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


PROPUESTA PARA EVALUAR LAS PRÁCTICAS COMUNICATIVAS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR: UNA APROXIMACIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DISCIPLINAR DEL ESTUDIANTE DESDE SUS COMPETENCIAS COMUNICATIVAS

Autores e infomación del artículo

Ingrid Blanco Hernández

José David Gutiérrez Meza

Víctor Manuel Quesada Ibargüen

Universidad de Cartagena

iblancoh@unicartagena.edu.co

Resumen
El proyecto en el que se basa esta artículo, se orienta a la comprensión de las competencias comunicativas de  los estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cartagena (Colombia), asumiendo como objeto de estudio la calidad y las dimensiones de las prácticas comunicativas desde los ejes de lectura, escritura, argumentación y habilidades de pensamiento que desarrollan los estudiantes durante su formación disciplinar, dentro del  marco de la visión, misión y filosofía de la facultad, y asumiendo como contexto los procesos de acreditación y las políticas de calidad que experimentan las unidades académicas que la conforman.

Palabras clave: Prácticas comunicativas, competencias comunicativas, lectura, escritura, argumentación, habilidades de pensamiento, educación superior.

Abstract

The project on which this article is based, is aimed at understanding the communicative competence of students of the Faculty of Economics of the University of Cartagena (Colombia), assuming an object of study quality and size of the internship communication from the axes of reading, writing, reasoning and thinking skills that students develop during their training discipline within the framework of the vision, mission and philosophy of the faculty, and taking as a context the process of accreditation and quality policies experiencing academic units that form.

Keywords: Communicative practices, communication skills, reading, writing, reasoning, thinking skills, higher education.

JEl Classification: I200, I230, I290.



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Ingrid Blanco Hernández, José David Gutiérrez Meza y Víctor Manuel Quesada Ibargüen (2015): “Propuesta para evaluar las prácticas comunicativas en la educación superior: una aproximación a la construcción disciplinar del estudiante desde sus competencias comunicativas”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (agosto 2015). En línea: http://atlante.eumed.net/2015/08/lectura.html


1. ALCANCES Y FUNDAMENTOS: COMPETENCIAS COMUNICATIVAS Y FORMACIÓN DISCIPLINAR

Uno de los grandes retos que enfrenta la educación superior en la actualidad consiste en ajustar sus procesos para que los componentes curriculares se articulen en torno a una verdadera integración de la formación por competencias (Tobón, 2006); estas exigencias que se le están planteado a las universidades como responsables de la formación profesional y el desarrollo científico del país, concentran una especial atención en el tema de las competencias comunicativas, las cuales constituyen un eje transversal en la formación disciplinar de los diferentes programas académicos. Se parte de dos supuestos: el primero, que las prácticas comunicativas constituyen un componente fundamental dentro de los procesos de formación y posterior desempeño profesional de una persona. Es decir, las competencias  comunicativas son determinantes para la adquisición y apropiación de conocimientos, su correspondiente aplicación en los contextos reales en que el individuo se desempeña y para el desarrollo integral de la dimensión humana en la que los individuos interaccionan desde sus intereses de autorrealización y a partir de su proyecto de vida.

El segundo supuesto es que el desarrollo de las competencias comunicativas en el entorno universitario ha sido, en muchos casos, una práctica descuidada o trivializada, es decir, un tanto mecanizada y automatizada, divorciada de una experiencia formativa significativa y vital. Al parecer, muchas prácticas comunicativas que tienen lugar en el entorno universitario, muestran que sus actores sociales no siempre actúan bajo la conciencia de que actividades como la escritura, la lectura y la argumentación oral son determinantes en la construcción académico- profesional  de los estudiantes; existe sólo una aparente conciencia de su importancia y por el mismo hecho de ésta, se asume que  tales prácticas gozan de la atención merecida. En realidad las prácticas comunicativas requieren en el entorno universitario, de transformaciones clave para la construcción de una sólida cultura escritural; en palabras de Carlino (2009), una  cultura de alfabetismo que favorezca los referentes misionales de la educación superior: la formación profesional, la investigación y la proyección social, aspectos éstos que reclaman la formación de sujetos altamente competentes que a partir de su proyecto de vida, integren la comunicación como una práctica vital que favorezca la construcción del proyecto de ciudadanía en el país, desde la perspectiva del desarrollo humano.

Evidentemente, para poder entender este planteamiento acerca del verdadero sentido de las prácticas comunicativas a partir del concepto de competencia, es conveniente tener en cuenta que actividades como la lectura, la escritura, el discurso oral y la escucha son habilidades comunicativas con un sentido especial en la formación profesional. Si bien es preciso establecer  nexos y correlaciones entre la función de estas prácticas en niveles de educación inferiores (básica y media vocacional)  y la educación superior, es preciso entender que desde esta última, las prácticas comunicativas y el ser competente en éstas, constituyen componentes que están asociados a las funciones centrales y referentes misionales que definen el ser de la universidad. Así, al hacer mención de  la lectoescritura como  de la argumentación oral y la escucha, ya no se no se trata de habilidades subsidiarias para demostrar una adquisición o  manejo de otros componentes, sino que se trata de verdaderos ejes que, como práctica social y colectiva, determinan la construcción del proyecto de universidad, de formación de profesionales y de ciudadanos competentes.

Entonces, se puede afirmar que dependiendo de la calidad con que se dinamicen estas prácticas en los procesos formativos de la universidad, se podrá garantizar la misión social y la integración del proyecto de vida del egresado en el contexto de las exigencias del momento histórico del país (político, social, económico, desarrollo científico, desarrollo humano). Es decir, se trata de garantizar la construcción de verdaderos ciudadanos con habilidades propositivas y conscientes de todas las implicaciones que en este momento se proponen desde el marco de lo que se ha denominado competencias ciudadanas. Es dentro de este marco comprensivo desde el cual se entiende la necesidad de analizar las competencias comunicativas en la educación superior.

En reconocimiento de esta realidad y con el ánimo de realizar un aporte significativo en el terreno de la investigación que se ha estado generando en materia de estudio de  las competencias comunicativas en la universidad, se ha diseñado esta propuesta de investigación dentro de marcos contextuales tales como el interés actual por el comportamiento de  las competencias en la educación superior, los procesos de acreditación, las políticas de calidad, evaluación interna de los programas y pruebas para evaluar la calidad de los estudiantes de la Educación Superior (Pruebas Saber Pro), todo esto bajo la creencia de que un verdadero análisis de la situación de las competencias comunicativas en la educación superior implica la contextualización de estas prácticas dentro de los referentes vitales que dan sentido a la educación superior y al proyecto de educación y desarrollo nacional (Tobón, 2007).

En consecuencia, estás preocupaciones e intereses han dado origen al  proyecto titulado “Las prácticas comunicativas  en la Facultad de  Ciencias Económicas de la Universidad de Cartagena: una aproximación a la construcción disciplinar del estudiante desde sus competencias comunicativas”, el cual pretende generar un diagnóstico de las dimensiones y alcances de las prácticas comunicativas de los estudiantes desde su construcción disciplinar, en su proceso  de formación como profesionales.  Dentro de este marco, conceptos como lectura, escritura,  argumentación, discurso oral y habilidades de pensamiento, constituyen referentes centrales para la comprensión de las prácticas comunicativas, las cuales, según se ha señalado, adquieren funciones específicas dentro del proceso de formación profesional del estudiante. De allí que la concepción central para este estudio es que las prácticas lecto-escriturales constituyen un soporte para el desarrollo de los aprendizajes en los estudiantes; de este modo, al indagar por este aspecto se toca uno de los nervios vitales asociados a la calidad de los procesos de aprendizaje en la formación profesional y construcción disciplinar de los estudiantes en la educación superior.

Las situaciones que motivan este proyecto están asociadas con diversos interrogantes respecto a las concepciones y prácticas que los estudiantes evidencian en la cotidianidad académica y que integran la comunicación  en su proceso formativo-disciplinar o de construcción profesional. Interesa comprender diversos aspectos acerca de los detalles de las prácticas comunicativas, los cuales muchas veces quedan implícitos en la interacción entre los estudiantes y sus evaluadores, y que poco se comentan o retroalimentan dentro de las aulas de clase en las universidades

Entonces, el escenario de reflexión y análisis se encuentra inmerso en lo que sucede en la cotidianidad académica con las prácticas comunicativas que ponen en circulación los  estudiantes para interaccionar entre ellos, con el conocimiento, con los docentes y evaluadores y con su campo disciplinar. El grado de vitalidad que toman estas prácticas  y cómo a partir de allí se construyen niveles de competencias asociadas al perfil disciplinar de los estudiantes de la facultad de ciencias económicas, constituye entonces, el eje de atención. Se trata de establecer que al hablar de las competencias comunicativas en esta facultad, es determinante entender que éstas son parte inherente del proceso de construcción disciplinar de los profesionales que se forman en esta unidad; en efecto, ningún interés despierta para esta propuesta un posible análisis de las prácticas comunicativas aisladas del contexto de su función estructural en el complejo disciplinar de cada estudiante, es allí precisamente donde éstas toman sentido.

De este modo, se entiende que al hablar de  prácticas comunicativas éstas toman rigor y se estructuran en torno al tipo de formación y perfil profesional específico de un universitario, de modo que al hacer referencia a los profesionales que egresan de la  Facultad  de Ciencias Económicas de la Universidad de Cartagena (Colombia) se ha de tratar de establecer respuestas para los siguientes interrogantes ¿cuáles son los niveles de competencias específicas que desde lo comunicativo demuestran los estudiantes de esta facultad? ¿Qué modos de dinamización se establecen entre prácticas comunicativas y  formación disciplinar? ¿Qué concepciones emergen respecto de los estudiantes y los docentes  en esta  correlación  entre prácticas comunicativas  y formación disciplinar?

Estos interrogantes apuntan a una realidad clave desde la lectura que se hace del problema en cuestión: se trata de concebir las prácticas comunicativas en la educación superior como un componente asociado a la estructura curricular de cualquier asignatura o cátedra. Ni docentes, ni estudiantes deberían hacer abstracción de la importancia de las habilidades comunicativas para el alcance de sus logros específicos en cada área disciplinar de su campo profesional. Por el contrario, cada programa curricular a partir de la acción  de los docentes debe propiciar niveles de conciencia y responsabilidad, para asumir de forma paralela y transversal los contenidos específicos y las competencias comunicativas, de modo que los primeros se vean favorecidos por la segunda mediante la puesta en actuación de procesos de discusión, argumentación, producción escrita y lectura crítico-analítica.

Se entiende, que en la medida en que los docentes sean conscientes que el acto de enseñar saberes específicos  no escapa a un necesario compromiso con la formación de habilidades comunicativas y que los estudiantes asuman responsablemente una formación integral que ponga énfasis en el desarrollo de competencias comunicativas  como  fundamento determinante en la adquisición y demostración de  sus saberes específicos, se crean las condiciones para construir el sentido funcional de competencias comunicativas dentro de los marcos contextuales que se han señalado y que están asociados a los fundamentos misionales de los programas académicos  y de la universidad.

Vistas estas generalidades y fundamentos del problema a estudiar, los tomaremos como punto de partida para desplegar una presentación sobre las dimensiones metodológicas implicadas en el estudio.

2. DEL  DISEÑO  DE CATEGORÍAS  DE ANÁLISIS  Y LA COMPLEJIDAD DE  LA COMPETENCIA COMUNICATIVA

La reflexión sobre las dimensiones metodológicas requeridas para el abordaje de los niveles de competencias comunicativas desde la construcción disciplinar de  los estudiantes, llevó a establecer un conjunto de aspectos concretos que fundamentaron la dimensión específica de su realización. En primer lugar, se definió que se trata de una investigación descriptiva- explicativa, ya que no sólo se buscará crear un diagnóstico general acerca  del estado de la cuestión sino que, a la par, se buscará identificar fuerzas incidentes en la situación, de modo que entre sus alcances y conclusiones figurarán posibles recomendaciones y propuestas de mejora respecto a la identificación de fuerzas incidentes. De este modo, se considera que el método de trabajo de este estudio es el análisis; específicamente de análisis de categorías y causas. Este hecho determinó la selección  de categorías de análisis y el de establecimiento y construcción de los instrumentos de medición y análisis cualitativo. En los cuadros 1 y 2 se muestra el diseño de categorías que se  establecieron para el estudio.
Los cuadros anteriores, permiten sintetizar  la manera como se ha caracterizado y estructurado el estudio; al respecto, se deben  precisar varios hechos.  Una primera aclaración es que la estructura del concepto de competencia comunicativa que se ha abordado en esta propuesta parte de unas coordenadas particulares cuyos rastros se pueden encontrar en  diversos  autores. 

Como preámbulo de la discusión del concepto de competencia se puede asumir  la obra de Tobón, quien de forma maestral  explora y contextualiza el concepto, atendiendo a múltiples variables, desde el cual sostiene que este es un concepto complejo que debe ser asumido integralmente, en especial cuando se aplica en la educación, y  mucho más en la educación superior. Entonces, por competencia se entenderá aquella  dimensión que posibilita a los sujetos para un desempeño especifico; hablar de competencia, de algún modo, es hablar en términos semióticos de semiosis-social, de codificación y decodificación.

Además, es preciso anotar que este aspecto constituye un criterio orientador de la educación, es asumir una postura filosófica del comportamiento humano, en la que se opta por una mirada al proceso del individuo valorando fundamentalmente sus acciones pues son manifestaciones de sus procesos internos. Considerando esto así, el sujeto realiza múltiples acciones cuyas exigencias son particulares dependiendo de las implicaciones cognitivas, comunicativas, motivacionales, volitivas y contextuales; hecho que indicaría que existen distintos tipos de competencia y  que cada una exige procesos diferentes (Tobón,  2006, 2007).

En lo referente al concepto de competencia comunicativa, ampliamente difundido en el campo de la lingüística discursiva a partir de la obra de Dell Hymes; quien basándose en Chomsky, propone el concepto  bajo  la pretensión de exclusión  de todo lo ideal que supone el concepto de competencia lingüísticapara atender lo contextual situacional del acto comunicativo (Nieves, 1998). Desde esta perspectiva podemos designar la competencia comunicativa como el conjunto de procesos y conocimientos de diversos tipos, lingüísticos, estratégicos y discursivos que el hablante-oyente, escritor-lector deberá poner en juego para producir y comprender discursos adecuados a la situación y al contexto de comunicación y al grado de formalización requerida. El hablante debe saber qué, cómo, cuándo, dónde, quién, para qué, y por qué de lo que dice; pero también hace parte de su competencia sobre el saber decir: qué, cómo, cuándo, dónde, quién, para qué, y por qué del no decir.

En este sentido, vemos que la competencia comunicativa que posee una persona para ínter-actuar con su medio se adquiere, entonces, necesariamente como experiencia social y cultural, es decir, dentro de un contexto determinado. Por ello se afirma que los modos básicos de interacción que establecen los individuos con su medio, expresados en acciones de interpretar, argumentar y proponer, serán necesariamente distintas en tanto ellos dependen directamente del contexto específico en que se desarrollan. Es tan definitiva la influencia del contexto que es imposible hablar de la existencia de competencias cuyas acciones o modos de expresión sean las mismas de cada situación.

Ahora bien, los estudiosos de este campo han logrado delimitaciones más profundas en la competencia comunicativa, atribuyéndole estar formada por otras competencias. Según Nieves, Hymes, propone que ésta competencia posee intrínsecamente una Competencia Diferencial, también cita a Bernuto, quien en su conceptualización sobre la comunicación propone que esta competencia está compuesta por subcompetencias tales como la lingüística, paralingüística, kinésica, proxémica, pragmática, Sociocultural, entre otras (Nieves, 1998). La competencia comunicativa no puede tener el grado de universalidad señalado para la competencia lingüística, ya que no puede hacer caso omiso de las situaciones concretas de la vida en las cuales se actúa. Esas situaciones, escenarios de la acción están condicionados por prácticas sociales o reglas de juegos organizados estructuralmente en las distintas sociedades. 

Estos planteamiento sobre el concepto de competencia comunicativa  son abordados por el profesor Víctor Miguel Niño Rojas en su obra: “Competencias en la comunicación” la que recoge, en su mayoría, el enfoque desde el cual se aborda en este estudio la  competencia comunicativa y los diversos componentes que la integran (Niño, 2008). Para ilustrar la complejidad bajo  la cual Niño plantea  este concepto, en la figura 1 se presenta el cuadro sobre los saberes comprendidos en la competencia comunicativa (subcompetencias de la competencia comunicativa) expuesto en la obra citada de este autor.

Volviendo al cuadro  1 y 2, a los niveles de complejidad que implica el estudio de las competencias comunicativas, se optará por seguir la línea de conceptualización teórica de Niño y otros autores, quienes partiendo de la división tradicional que la lingüística plantea con el concepto de comunicación oral y escrita, proponen el de competencia comunicativa oral (Código audio-oral) y competencia  comunicativa escrita (código lecto-escrito). Entonces, los cuadros 1 y 2 responden a dos subcategorizas bajo las cuales se dinamiza la comunicación en cualquier contexto, para el caso en el contexto universitario. Los cuadros se clasifican en tres columnas; la primera le asigna un título a la categoría (competencia comunicativa oral o escrita), la segunda especifica el criterio de análisis que se tendrá para el estudio de esa competencia y la tercera columna específica, según cada criterio, los indicadores establecidos para indagar por el comportamiento de las categorías establecidas, es decir, por cada modalidad de la competencia comunicativa.  

Una aclaración final, sobre este aspecto metodológico, es que los criterios que se plantean en cada modalidad o categoría, se han seleccionado estratégicamente atendiendo a dos hechos. El primero, Niño plantea  que el concepto de competencia implica una realidad  tríadica conformada por saberes, actitudes y realizaciones (Niño, 2008). En esta medida se puede apreciar que las categorías indagan tanto por concepciones de los estudiantes, como por habilidades y actitudes respecto a las prácticas lecto-escriturales y audio-orales. Con esta manera de construcción del diseño de categorías de análisis es posible atender a esa complejidad inherente a la comprensión de las competencias comunicativas.

En segunda instancia, se parte del hecho que el interés está asociado al análisis de las competencias comunicativas pero no en sí mismas, sino como un componente asociado a la construcción  disciplinar de los estudiantes, es decir, mirar esta competencia dentro del marco de su función cognitiva, interaccional y argumental que transversaliza y determina cualquier asignatura, campo de saber o conocimiento específico, tal y como se ha señalado en apartes anteriores.

3. DE LOS INSTRUMENTOS  Y LAS ESTRATEGIAS PARA COMPRENDER LAS COMPETENCIAS COMUNICATIVAS

El diseño de la investigación contempla dos momentos: en una primera instancia, una revisión de carácter bibliográfica (diseño bibliográfico) que actuará como orientadora del proceso de  análisis de campo. Este aspecto se ampliará en el ítem subsiguiente en el cual se presentará un esbozo de la línea de análisis teórico y la construcción bibliográfica para el abordaje de la competencia comunicativa oral y escrita dentro del marco de la educación superior. También es preciso señalar que el diseño de categorías que se presenta en el aparte anterior, obedece en gran parte, al abordaje que se ha hecho durante la exploración bibliográfica, es decir, que los indicadores que se proponen en cada criterio son producto de un análisis conceptual y teórico de diversos autores especialistas  en el tema, como se verá más adelante.

En este aparte, es pertinente comentar que esta fase de revisión bibliográfica también contempla un proceso  de revisión de los referentes filosóficos  de la institución, con el objetivo de  rastrear posibles fundamentos acerca del manejo de las competencias comunicativas en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cartagena (Colombia). Esto implica que  se analizarán documentos como la Ley 30 de 1992 (Ley de la Educación Superior), el Proyecto Educativo Institucional de la de la universidad,  el perfil del estudiante, la visión,  misión  y demás documentos de Facultad y de los cuatro programas que la integran (Economía, Administración de Empresas, Administración Industrial y Contaduría  Pública) que permitan un acercamiento a la comprensión del ideal de competencia comunicativa de estas unidades académicas.

Al respecto, se señala que uno de los fundamentos de la metodología de la propuesta es la posibilidad de llevar a cabo un análisis comparativo. En este sentido, el proceso de exploración bibliográfica sobre la documentación pedagógica institucional, permite rastrear posibles referentes acerca de concepciones implícitas  sobre las competencias comunicativas presentes en la facultad; también permitirá contrastar estos hallazgos con los obtenidos mediante la aplicación de los instrumentos diseñados para la investigación, es decir, las encuestas y los test o pruebas de competencias. Como se señaló al principio, un argumento a favor de esto, es que el tema de las competencias comunicativas en la educación superior tiene como marco contextual toda la discusión acerca de las políticas de calidad, los procesos de evaluación autoevaluación  y de acreditación y los Exámenes de Evaluación de la Calidad de la Educación Superior ECAES, actualmente denominado Prueba Saber Pro, temas  abordados por  Tobón en su  obra: “Las competencias en  la Educación Superior” (Tobón, 2007).

El segundo momento de la investigación actuará como eje central de la investigación y  se concentrará en el diseño y aplicación de los instrumentos de recolección de datos, que en este caso  hace referencia a la aplicación de  tres encuestas (dos a estudiantes y una a docentes) y dos pruebas de  competencia. Una de las poblaciones la constituyen los estudiantes matriculados entre los semestres VI y X de los cuatro programas de la Facultad de Ciencias Económicas de la  Universidad de Cartagena; la otra está conformada por los docentes adscritos a dichos programas; de éstas se seleccionará una muestra representativa, en cada caso.

Para la valoración de las competencias se siguen los lineamientos propuestos por Tobón (2006), consistentes en  dos pruebas, la primera, denominada prueba de ejecución, consiste en una actividad real o simulada  cercana al contexto donde deben ponerse en evidencia las competencias. En esta investigación se realizará mediante un discurso oral bajo la modalidad denominada por Pérez Grajales (2008), discurso preparado. La segunda será la presentación  de un texto escrito bajo la modalidad ensayo, a través de  este se pretende evaluar las competencias comunicativas escritas.
4. DEL PROCESO DE EXPLORACIÓN BIBLIOGRÁFICO  PARA EL ABORDAJE Y EVALUACIÓN DE LAS COMPETENCIAS

Con el propósito de exponer  los avances que se han obtenido en el proceso de investigación  se pone a consideración de los lectores el proceso de exploración bibliográfica logrado durante las primeras etapas de investigación. Desde la  competencia comunicativa escrita se concibe la producción textual como un proceso desde el cual el redactor despliega unas habilidades. Un aspecto clave al respecto es la descripción del proceso de escritura a partir de la puesta en aplicación de una serie de etapas relacionadas pendularmente por oposición a la mirada lineal. Álvaro Díaz define este proceso proponiendo cinco etapas: invención o pre-escritural, redacción del primer borrador, evaluación, revisión y edición (Díaz, 1999). Por su parte Marco Fidel Barrera, se refiere a este proceso  dentro del marco de la propuesta acerca de las dificultades metodológicas que afectan la escritura; este autor propone el método DERE, sigla que define cuatro atapas desde la cual él explica el proceso de escritura: definir tema, esquematizar contenido redactar texto y entregar  formalización (Barrera, 2005).

La comprensión teórica de este aspecto de la competencia comunicativa se ve complementada  con los planteamientos de Daniel Cassany respecto a  los procesos de estructuración retórica del pensamiento; este autor explica todas las implicaciones asociadas al proceso de establecer, organizar y estructurar las ideas que posteriormente se llevarán al texto. En La Cocina de la escritura, Cassany (2007) presenta diversos  procedimientos y estrategias para ayudar al escritor novato a planificar su proceso de escritura; entre  estas técnicas se refiere a los mapas de ideas, las redes, la lluvia de idea, el  cubo y la estrella.

Para las referencias sobre las cualidades del texto escrito se puede acudir al trabajo de Díaz (Diaz, 2000), quien plantea que  la competencia textual de un estudiante debe  acercarlo  al manejo de componentes textuales tales como el propósito comunicativo, el sentido completo,  unidad,  la cohesión y la coherencias. Por su parte, Marina Parra (Parra, 2004), propone cuatro cualidades que complementan esta mirada sobre la competencia comunicativa: precisión, concisión, sencillez y claridad. Dentro del marco  de esta temática se abordan aspectos como el manejo del léxico y vocabulario,  el uso de conectores, organización de las ideas, nivel de  conocimiento e información  en el texto.

En cuanto a la referencia conceptual respecto al manejo de la puntuación y demás recursos grafológicos, referenciamos el trabajo de José Escarpater, con un manual interesante  que propone diversos elementos para mejorar la ortografía. De este texto se torna interesante una revisión clásica acerca del marco normativo  para el uso de los signos de puntuación. Esta propuesta  encuentra una complementación en el texto de  Cervera y Hernandez (2007), quien trata el tema anexando ejemplos precisos que amplían la comprensión. Cassany (2007),  por su parte, en el capítulo titulado el termómetro de la puntación propone una serie de principios  y fundamentes que permiten comprender  la relevancia de la  puntuación para la comprensión de otras unidades estructurales del texto. También Niño Rojas (2008) ofrece  una propuesta  complementaria acerca del funcionamiento de este aspecto  en la producción escrita.

Con respecto  al manejo de la frases y los párrafos, especialmente en lo referente a las competencias y los principios que se deben seguir para la redacción de estas unidades estructurales del texto,  se tornan interesantes los aportes de Díaz (1999),  Cassany (2007), Fernando Ávila (2008), W. J Mayo (1997) y Marina Parra (2004).Entre los aspectos claves de este nivel de competencia textual  los autores señalan la necesidad de brevedad y organización de ambas unidades, así como la adecuada delimitación de los mismas mediante el uso estratégico de la puntuación; otro aspecto determinante es el manejo de de incisos en las frases y párrafos, específicamente en lo que  respecta a su ubicación y frecuencia.  Finalmente, las correlaciones que se establecen entre  frases y proposiciones, y entre párrafos y macro proposiciones (ideas principales y secundarias).

Otro componente importante en el abordaje bibliográfico de la competencia  comunicativa escrita, se concentra en el manejo de los géneros y las tipologías textuales, aquello que Van Dijk (1978) denomina superestructura textual. Al respecto, Niño  (2008, 2010) presenta una propuesta expositiva  donde establece los aspectos determinantes que caracterizan cada género; específicamente categoriza el texto atendiendo a cuatro grandes géneros que reflejan 4 actitudes globales en la redacción: textos narrativos, textos descriptivos, textos expositivos y textos argumentativos, respecto a este último aspecto desarrolla un análisis teórico de la argumentación y los tipos de argumentos. Este  aspecto  se complementa con el trabajo de Pérez Grajales en su obra: Argumentación y comunicación. En este texto desarrolla todo un abordaje acerca de las dimensiones argumentativas tanto orales como escritas; otorgándole un espacio especial a dos grandes temáticas de nuestro trabajo: cómo hablar en público y cómo producir ensayos (Pérez Grajales, 2008). Díaz también propone diversos aspectos  claves para la comprensión de la competencia  argumental  en la escritura (2002).

Este  despliegue  conceptual en torno  a  competencia comunicativa escrita y oral se  ve ampliamente  contextualizado dentro del marco de la educación superior  en las obra de Paula Carlino (2009) “Escribir, leer y aprender en la universidad”, la autora con gran espíritu crítico y reflexivo analiza las diversas implicaciones de la lectura y la escritura en el contexto universitario atendiendo a las actuaciones de los estudiantes y el rol de los docentes. Este trabajo se ve complementado con  el texto: “lectura y escritura  en la educación superior”, editado por Sánchez  y Osorio  (2006). En este texto se proponen diversos artículos correspondientes a la cátedra de la UNESCO para la lectura y escritura en América latina, entre los que sobresalen: seminario de comprensión lectora, inquietudes más frecuentes al  momento  de desarrollar un ensayo, y  formación de maestros en el desarrollo de competencias para el lenguaje.

Finalmente, para el caso de la  competencia lectora, se abordó el texto de Bohórquez (2004), quien presenta diversas reflexiones acerca de las implicaciones de lectura en los procesos culturales; una propuesta interesante sobre este componente  se plantea en el texto: “Saber leer”,  un tratado interesante  sobre  el proceso y las estrategias de lectura (Parodi & Peronard, 2010). Otras dos obras consultadas acerca de la competencia lectora son la compilación de Cassany (Cassany, Para ser Letrados, 2009) y el texto de W. J. Mayo, Cómo leer, estudiar y memorizar rápidamente. (Mayo, 2000).

CONCLUSIONES INICIALES

En lo sucesivo se espera que la aplicación y análisis de las pruebas y procesos descritos hasta aquí, permitan generar una caracterización sobre el estado de las prácticas comunicativas en el contexto de la formación disciplinar de los estudiantes. Los logros alcanzados se expresarán en términos de niveles y dimensiones de  la competencia comunicativa, indicando fortalezas y debilidades, así como posibles necesidades y  estrategias para el mejoramiento continuo de los procesos formativos en esa facultad y en la universidad.

Tales resultados obedecerían  al análisis estratégicos de las categorías analizadas donde se pretende un cruce de datos que permita el máximo acercamiento al verdadero sentido de las practicas comunicativas de los estudiantes desde sus  procesos disciplinares a lo largo de su carrera, de modo que sea posible revelar las correlaciones e  implicaciones entre  lo disciplinar y las prácticas comunicativas  en el caso de  Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cartagena (Colombia).

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Recibido: 29/06/2015 Aceptado: 17/08/2015 Publicado: Agosto de 2015

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