ÉLITES DEL PODER ECONÓMICO EN MÉXICO

Iago Santos Castroviejo

Capítulo 1
Sobre el poder, las configuraciones de red, la regulación dominante y el círculo interior.

 

El poder y la organización de la cooperación social


Michael Mann ve en el poder los esfuerzos del grupo humano para organizar su cooperación interna. Se propuso la tarea de hacer una historia del poder social, que en realidad es una historia de la humanidad en el período muy largo, examinada desde la preocupación central de estudiar el poder como instancia fundamental.
Mann propone la teoría del poder de las cuatro redes, IEMP (ideológicas, económicas, militares y políticas). Parte de dos afirmaciones:
1. “Las sociedades están constituidas por múltiples redes socioespaciales de poder que se superponen” (p. 14 Vol.I)
2. En esencia tenemos que vérnoslas con “las interrelaciones de lo que denominaré las cuatro fuentes de poder social: las relaciones ideológicas, económicas, militares y políticas (IEMP)” (id, p. 15)
En relación al punto de vista de Russell, para quien el poder militar (la violencia organizada, el poder destructivo o en términos de Commons la acción colectiva para controlar el ejercicio de la violencia) es el poder determinante y constitutivo, para Mann la “primacía última” o la “determinación final” debe ser examinada más con una óptica de multicausalidad, ya que las sociedades humanas “no pueden alcanzar objetivos más que mediante la cooperación”. Como son muchos los objetivos humanos, también son muchas las formas de las relaciones humanas y las redes de todo tipo que se forman e interactúan.
Como estos objetivos casi solamente se pueden alcanzar a través de relaciones de cooperación, en las sociedades la gente forma redes de cooperación e interacción. De ellas, para Michael Mann las fundamentales a efectos del estudio del poder son aquellas cuatro.
Las formas de interacción y de jerarquización de estas 4 redes o 4 poderes cambia en la historia y en la sociedad concreta, por lo que no encontramos que alguna de ellas haya sido siempre determinante. Michael Mann aplica este criterio con acierto a su estudio monumental de la historia de la humanidad desde la óptica de las fuentes del poder social y destaca una pauta evolutiva: hay un “tiempo mundial” en el que las capacidades de poder de las sociedades se desarrollan (aumentan apreciablemente) a lo largo de la historia.
Después de leer a Mann nos queda cierto sabor a vacío: ¿Por qué iban los humanos a cooperar? Cierto, una vez que cooperan forman redes que se estructuran y donde el poder tiene una misión fundamental para organizar la cooperación. Pero antes habrá que explicar la cooperación, es decir, por que las personas se entrelazan, se “integran” en grupos relacionales.
En relación a la forma dominante del poder, Boulding destaca al poder integrador (el poder del amor o poder del abrazo). El poder integrador, el poder de crear relaciones sociales, es la forma dominante del poder, la fuente de legitimación. Sin el poder integrador no podría emerger ningún otro.
Para esto, posiblemente, la hipótesis de Boulding 1 de poder integrador sea fundamental. En cualquier topología del poder que nos movamos, la eficacia y el alcance del poder quedarían limitados sin el “poder integrador” a la Boulding.
¿Por qué iban a cooperar los humanos? Eso si lo puede explicar la hipótesis del poder integrador. El poder destructivo, militar, de la violencia física o de amenaza corporal, de coacción física o como se le quiera llamar no puede ejercerse por un solo individuo si no es con muy poca extensión. Después debe ser ejercido por un grupo. Desde Hobbes el poder es ejercido por grupos, no por individuos. Pero inmediatamente aparece la pregunta ¿Qué une al grupo? aparte de algunas respuestas puntuales, solo tenemos una respuesta: lo que deberemos llamar, con Boulding, el poder integrador de ese grupo. Sin la integración de ese grupo no puede haber mucho ejercicio ni evolución del poder.
Quiero entender por poder integrador aquel tipo de asociación que se forma entre personas y que tiene su eje en el mundo emocional. Dos o más personas sienten una fuerte atracción que les produce cierta excitación psíquica. La atracción es gratificante y refuerza el atractivo de la asociación2 . A esto podemos llamarlo poder integrador.
¿Sienten realmente dos o más personas ganas de integrarse “antes de” o “además de” o incluso “a pesar de” una actividad concreta, una cooperación para un fin concreto o el ejercicio de un poder concreto? Si la respuesta es positiva estamos ante la necesidad de desarrollar la hipótesis del “poder integrador”
Encontramos las siguientes características en el poder integrador:
1/ Tiene sus raíces concretas en el mundo emocional, en el mundo de los sentimientos
2/ Se produce de forma natural entre los seres humanos y siempre se produce de alguna forma, esto es, siempre tienes un intercambio emocional / sentimental cuando dos personas interaccionan, incluso remotamente, sea en el sentido positivo –más normalmente- sea en el sentido negativo.
3/ Se produce de forma difusa, esto es, sin jerarquía, sin sentido concreto, sin lógica concreta, sin orientación a un objetivo, espontáneamente, sin estar programada… Aunque posiblemente propendemos a fijar nuestra adhesión emocional más en personas de más alta jerarquía…
4/ Tiene por resultado una distribución de afinidades “personales” (en el sentido emocional / sentimental, pero también en otros campos). Aquí nos interesa la existencia autónoma y la formación de esa “comunidad emocional” que queremos dar en llamar “poder integrador”.
5/ Está vinculada a decidir activamente. El mundo emocional, sentimental, según parece que empieza a conocerse, es fundamental en el mundo decisional y en el mundo de las estrategias. Esto tiene dos direcciones de implicación: 5.1) Propender a tomar decisiones y elaborar estrategias que me llevan a asociarme, en la acción y en la no-acción, con personas con las que comparto un mundo emocional “positivo”, es decir: propenderé a mantener activo mi mundo de afinidades personales, estimularé el mundo asociativo integrador; 5.2) necesito de las emociones para decidir y elaborar estrategias de acción.
6/ Se entreteje activamente –muy activamente- con las otras tramas de actividad social, que colabora a formar, a afianzar o a disolver. Entonces, en el interior de un grupo que detenta poder destructivo se producirán afinidades –que sustentan al grupo- desapegos –que tenderán a fraccionarlo o disolverlo- así como afinidades con otras personas de otras tramas sociales –que propenden a integrarlo / desintegrarlo legitimarlo / deslegitimarlo socialmente-.
El hecho de que en el interior de un grupo se produzcan ojerizas puede tender a disolverlo, pero también puede subsistir con ellas ¿por qué?  por dos tipos de razones: a/ porque las ojerizas son parte de una red integradora. Es decir, yo le tengo ojeriza a tal familiar, pero la disimulo porque actuar des-integradamente con el disolvería la familia extensa, valor superior que me lleva a aceptar cierta renunciación emocional; b/ por intereses superiores, es decir, porque me conviene: soporto a mi jefe, a un compañero que abomino o a un subordinado que me fastidia porque estoy en el interior de una red económica y la mera primacía de mis impulsos emocionales podría disolverla con pérdidas considerables. Sin embargo, si el conjunto de los flujos emocionales tiene saldo negativo, estaré siempre en situación de querer abandonar.
*       *       *
El modelo de las 4 redes de Mann parece muy robusto y bien establecido. La historia de Mann [1991 y 1997] lo provee de un aporte fáctico convincente. No obstante, no me resisto a la tentación de considerar también fundamental una quinta fuente de poder: el llamado por Boulding [1993] “poder integrador”. Creo que está justificado añadir el “poder integrador”. Así pues, entiendo que el modelo de Mann de las 4 redes IEMP debería ampliarse a un modelo de teoría del poder de “4 redes más una”, esto es, IEMP+I.


1 Boulding usa una topología de poder en 3 instancias: poder económico, poder amenazador, poder integrador (este último también lo vincula con el poder legitimador). Russell, más seguido por otros (Commons y Vahabi) usa la topología: poder destructivo / poder económico / poder de la opinión o en Vahabi: creativo (económico), destructivo (militar), moral-ideológico (incluido el religioso).
Commons (1970) diferencia el poder físico ejercido a través de la administración de la violencia; el poder económico, o poder de negociación, ejercido a través del control de la propiedad, y el poder moral o de la propaganda. El poder económico es un poder “derivado”, no primario; sin embargo, una vez instituida la ley, el poder económico, sobre la base de la institución de la propiedad, se vuelve más autónomo. La autonomía del poder económico respecto de la soberanía del poder físico se piensa que se produce con el ascenso del capitalismo.

2 Hagamos observar como, para Ai Camp y otros, cuando menos en algún tipo de sociedades “el poder se mide por la adquisición de amigos, no de capital” Ai Camp, 2006, p. 32.

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