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RISARALDA, EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS DE DESARROLLO

Mario Alberto Gaviria Ríos



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1.2.2 La época reciente

La agenda de ciencia, tecnología e innovación de Risaralda (CIR, 2005) contiene el diagnóstico más reciente de la investigación en el departamento y, complementada con el seguimiento al proceso de registro de grupos e investigadores en Colciencias, ella se convierte en un aporte invaluable para la interpretación de esta variable en el ámbito local.

La construcción del estado del arte de la variable investigación en los últimos años se realizará a partir del seguimiento a la comunidad de investigadores, la conformación de grupos y centros de investigación, las experiencias de semilleros de investigación y los avances en el tema de publicaciones en las instituciones de educación superior del departamento.

Para el año 2004 la agenda de ciencia, tecnología e innovación de Risaralda contabilizó la existencia de 77 grupos de investigación en el departamento, de los cuales según el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología sólo 31 contaba con registro ante Colciencias. En julio del 2006, en la plataforma Scienti de Colciencias aparecen registrados 140 grupos de investigación (cuadro 1) .

Según lo anterior, en menos de dos años parece haberse duplicado la oferta de capacidades de investigación en el departamento . Comparado este crecimiento con el del país y otros departamentos (cuadro 2), aunque en general se presenta una expansión significativa de los grupos de investigación, especialmente en el Distrito Capital y Santander, las dimensiones de la misma en Risaralda son sorpresivas, superando en más de tres veces la tasa de una ciudad como Bogotá, donde tradicionalmente se ha concentrado la investigación.

Esa expansión de grupos coincide con el proceso de certificación - acreditación ante el Ministerio de Educación Nacional, lo cual parece haber motivado en gran medida la creación de los mismos en las universidades; sin embargo, la solidez de ese crecimiento no es del todo clara: aún es elevado el número de grupos con desarrollo incipiente, en su mayoría los grupos son de creación reciente y una cantidad importante de investigadores integra a la vez dos o más grupos. En general, es plausible considerar que esa expansión de la capacidad de oferta investigativa en Risaralda no ha sido equilibrada y resulta necesario aunar esfuerzos para su futuro fortalecimiento.

Como se observa en el cuadro 1, el 60% de los grupos aún no tiene reconocimiento de Colciencias, lo cual significa que no cuentan con la producción y la visibilidad suficientes frente a la comunidad académica, con lo cual no logran articularse a los estándares fijados por la entidad rectora. Adicional a ello, el 71% de ellos fue constituido entre el año 2003 y el 2005 (gráfico 2), siendo la UTP la única universidad que contaba con grupos constituidos e inscritos en Colciencias antes del año 2000 , y en una revisión a enero del 2005 sólo el 60% de los grupos registrados se encontraba activo (Observatorio colombiano de ciencia y tecnología, 2005).

Resulta igualmente significativo el hecho que un buen número de investigadores integre varios grupos a la vez. Según el registro en la plataforma Scienti de Colciencias a mayo de 2006, del total al que asciende la suma de investigadores en los grupos , el 12.5% se repite en dos o más grupos y, de estos últimos, el 30% pertenece a tres o más grupos.

A su vez, diez (10) de los 140 grupos registrados por los instituciones del departamento de Risaralda están avalados por dos o más instituciones. De estos, la UCPR cuenta con dos (2) que están siendo avalados por la Universidad Nacional de Manizales y la Universidad de los Andes, la UTP tiene cuatro (4) con participación de universidades como la Fundación Universitaria del Área Andina y la Universidad Libre seccionales Pereira y Cali. Al contrario de la situación anterior, estas alianzas son más claras y bien encaminadas servirán para potenciar el desarrollo de la investigación en el ámbito regional.

Es evidente que el grueso de grupos de investigación sigue concentrado en la UTP, institución que acoge igualmente el mayor número de aquellos que han logrado consolidarse y obtener reconocimiento ante Colciencias. En el caso de los centros de educación superior privados, antes de la convocatoria para medición de grupos de mayo del 2006 la UCPR era la única que contaba con grupos en categoría B y C, según el índice de medición Scienticol de Colciencias (anexo 1).

Tal y como está estructurado el índice Scienticol, los grupos de excelencia son los clasificados A, dada la calidad y visibilidad de su producción y la contribución de la misma a los procesos de formación a nivel de maestría y doctorado. Hasta el 2004 el departamento no contaba con grupos de este nivel; a su vez, en la convocatoria medición de grupos hecha por Colciencias en el 2005, la única institución que logró la clasificación de algunos de sus grupos con ese grado de consolidación fue la UTP, uno de ellos en el área de las ciencias humanas y el otro en el campo de la ingeniería.

Sin embargo, en la actualidad las universidades privadas del departamento han avanzado en ese proceso de consolidación, lo cual se evidenció en los resultados de la reciente convocatoria de medición de mayo de 2006. De los dieciocho (18) grupos de Risaralda clasificados por Colciencias como A, 13 pertenecen a la UTP, dos a la UCPR, dos al Universidad Libre y uno (1) a la Fundación Universitaria del Área Andina. Una distribución similar se observa en los grupos tipo B (cuadro 1).

En forma mayoritaria estos avances en las universidades privadas se han logrado a partir de alianzas con otras instituciones del orden regional y nacional. Por ejemplo, los dos grupos tipo A de la U. Libre, uno de los grupos A y uno de los B de la UCPR y los grupos B y C de la Fundación Universitaria del Área Andina, son el productos de esas alianzas.

En la agenda de ciencia, tecnología e innovación de Risaralda se clasificaron los 77 grupos de investigación según el programa nacional de ciencia y tecnología, encontrándose que en el 2004 la mayor parte de ellos (28.6%) se desempeñaba en el área de las ciencias sociales y humanas, el desarrollo tecnológico industrial y de calidad (18.2%), las ciencias básicas (15.6%), y la ciencia y tecnología de la salud (9.1%).

La especialización del trabajo de los grupos del departamento en el área de las ciencias sociales y humanas se mantiene en el 2006, y aún se profundiza, dado que en mayo de ese año el 44.2% de los mismos pertenece a dicha área. En el agregado, la situación es similar a la del país, donde el 40.3% de los grupos también está trabajando en esta área; sin embargo, en Risaralda es mayor la presencia de investigación en ciencias sociales (gráfico 4).

En otras áreas, el porcentaje de grupos del departamento que trabaja en el área de ingeniería es mayor que el promedio nacional; así mismo, la proporción de aquellos que se desempeña en las ciencias exactas y de la tierra es similar al comportamiento nacional. De otro lado, y manteniendo como referencia al promedio nacional, es menor la proporción de grupos que en Risaralda trabaja en ciencias agrarias y biología (gráfico 4). Finalmente, y según la Agenda de ciencia, tecnología e innovación (CIR, 2005), se destacan las debilidades en investigación del departamento en electrónica, software y telecomunicaciones.

En cuanto al nivel de la investigación que se realiza, las exploraciones hechas en desarrollo de la Agenda de ciencia, tecnología e innovación durante el período 2002 – 2004 permitieron establecer que era reducido, e inferior al promedio nacional, el porcentaje de investigación básica (20.7%). Para ese entonces, la investigación de carácter aplicado era aproximadamente el 58.6% del total y la actividad orientada al desarrollo experimental era 20.7%.

En cuanto a la formación de los investigadores, sorprende la dinámica que a tenido el proceso de calificación de los mismos en el departamento. Según la Agenda de ciencia, tecnología e innovación, a junio del 2004 el 18 % de los investigadores tenía una formación a nivel de maestría y el 9.7% a nivel de doctorado. En el 2006, y según el registro existente en la plataforma Scienti de Colciencias, los investigadores con estudios de maestría son el 41% y con doctorado el 13% (gráfico 5).

En el ámbito nacional, y según el Observatorio colombiano de ciencia y tecnología (2004), para el momento del estudio la proporción de investigadores con formación de doctorado era del 15.2% y el porcentaje de estos con maestría era del 33%, lo que coloca al departamento en condiciones similares frente al promedio nacional.

En general, es posible esperar que con estos avances en la conformación de grupos y la capacitación de investigadores, el departamento aumente su participación en los recursos de cofinanciación ofrecidos por entidades como Colciencias. Al respecto, y teniendo como referencia los proyectos de investigación financiados por Colciencias entre 1995 y 2003, la participación histórica ha sido bastante discreta, al obtener recursos para 32 proyectos (1.4% del total nacional). En términos comparados, Caldas recibió financiación para 48 proyectos y Quindío para 8 de ellos (Observatorio colombiano de ciencia y tecnología, 2004).

Según la Agenda de ciencia, tecnología e innovación (CIR, 2005) los campos donde trabaja el mayor número de investigadores especialista, magíster y doctores son el desarrollo tecnológico industrial, las ciencias de la salud y las ciencias humanas. El área de ciencias sociales, donde se concentra el mayor número de grupos, cuenta con una escasa proporción de doctores.

De otro lado, y como se resalta en el informe de la Agenda de ciencia, tecnología e innovación, aunque en el departamento los profesionales, los estudiantes, los tecnólogos y técnicos siguen siendo un grupo importante dentro de los grupos de investigación, no constituyen la fuerza fundamental que sostiene el trabajo investigativo en la región.

“En general no se percibe una masificación de los procesos de investigación en el departamento en cuanto a involucrar un mayor número de estudiantes, técnicos y profesionales. Esto es resultado del divorcio que existe entre al docencia y la investigación….” (CIR, 2005, 56).

En otro sentido, cerca del 36% de los investigadores en el departamento son mujeres (CIR, 2005), mientras que en el ámbito nacional ese porcentaje es del 39% (Observatorio colombiano de Ciencia y Tecnología, 2004). Sin embargo esa brecha de género se amplia en el caso de los investigadores con doctorado, donde en el departamento la relación es de ocho (8) hombres por cada mujer (CIR, 2005) y en el país sólo el 26% son mujeres.

Las ciencias sociales y la biotecnología constituyen las áreas de investigación donde tienen mayor presencia las mujeres y, por el contrario, es mínima su participación en áreas relacionadas con electrónica, software y telecomunicaciones. Resulta igualmente reducida la presencia femenina en temas como el desarrollo tecnológico industrial, las ciencias de la salud, las ciencias básicas y las ambientales (CIR, 2005).

Un aspecto de gran significancia y que es resaltado por la Agenda de ciencia, tecnología e innovación de Risaralda (CIR, 2005), es la alta proporción de investigadores que dedica tiempos marginales a la investigación, lo cual denota un bajo nivel de profesionalización de esta actividad científica en el departamento. Como se observa en el gráfico 6, el 74% de los investigadores dedica un tiempo parcial a la actividad. A ello se suma el hecho que los investigadores, especialmente los directores de grupo, se ven en la necesidad de asumir funciones de administración y gestión de los proyectos.

En el caso de las universidades es claro que la mejor condición es la de académicos que desarrollen a la vez actividades de docencia e investigación, en tanto quienes ejercen la docencia poseen un potencial como trabajadores en el campo de la investigación, porque comprenden donde se presentan las debilidades, ambigüedades y carencias, en el conocimiento. A su vez, los que trabajan activamente en investigación pueden ejercer una excelente actividad de enseñanza, puesto que pueden dar a sus estudiantes una percepción adecuada de los problemas que enfrenta el conocimiento.

Por ello, aunque no conviene tener solo investigadores dedicados de tiempo completo a al investigación, si es importante que estos desarrollen la actividad científica como una de sus dos grandes funciones; por lo que resulta importante aumentar la proporción de estos con dedicación de medio tiempo a la investigación.

En relación con ello, aunque es uno de los propósitos hacía los que se debe orientar la investigación, al punto que es uno de los principales criterios para la calificación de grupos por parte de Colciencias (Convocatoria Nacional para la Medición de Grupos Reconocidos por Colciencias Año 2006 ), aún la investigación desarrollada en Risaralda no sirve de base para la expansión de los programas de postgrado en las universidades. Como se anota en la Agenda de ciencia, tecnología e innovación,

“En general es muy bajo el número de grupos con programas base para doctorados y maestrías, lo cual es preocupante pues demuestra que no se están aprovechando las potencialidades para formar personal a altos niveles de calificación…Solamente dos grupos son base para programas de doctorado: ‘Currículo complejo’ y ‘Filosofía postmetafísica’”(Agenda de Ciencia, Tecnología e innovación de Risaralda).

Sin embargo, los avances en la formación de los investigadores del departamento y en las alianzas entre grupos intra, interinstitucionales e interregionales, además de las exigencias para el registro calificado de los postgrados, hacen prever un viraje en el mediano plazo en este sentido y se espera un fortalecimiento de la oferta de formación postgraduada en Risaralda, la cual estará cada vez más cimentada en la investigación.

En el campo de la investigación formativa, la participación del departamento en el programa “jóvenes investigadores” de Colciencias ha sido más bien discreta, dado desde su creación en 1995 hasta el 2004 Risaralda logró vincular sólo nueve (9) jóvenes talentos a dicho programa, mientras que departamentos vecinos como Caldas y Quindío lograron vincular 51 y 25 jóvenes en forma respectiva (Observatorio colombiano de ciencia y tecnología, 2005).

Sin embargo, las experiencias de semilleros si constituyen un avance destacable en el departamento. En sus inicios, han predominado los esfuerzos institucionales aislados, con lógicas y dinámicas diferentes; pero con la constitución de la Red de universidades de Risaralda se ha dado inicio a un trabajo más cooperado, el cual se expresa en a constitución del “Nodo Risaralda de Red Colombiana de Semilleros de Investigación REDCOLSI” y en la realización sistemática de los encuentros de semilleros de investigación, el primero de los cuales se realizó en el 2004 en la Universidad Católica Popular del Risaralda (Gutiérrez, 2006).

Utilizando como ventana de observación los trabajos presentados en los encuentros de semilleros, se evidencia que en la investigación formativa se reproduce el predominio de los trabajos en ciencias sociales y humanas, en especial economía y administración. Si bien en el encuentro regional realizado en abril del 2006 se redujo la proporción de trabajos presentados en estas áreas, por lo agregado de los datos no es claro si ello se debió en lo fundamental a la participación que se tuvo por parte de otras universidades del Eje Cafetero y el Norte del Valle.

De otro lado, y en relación con la participación de las universidades en los encuentros de semilleros, aunque sigue siendo mayoritaria la participación de los integrantes de los semilleros de la UTP como ponentes, es importante el aumento que han tenido las participaciones de la universidad privada, por lo que se destaca el avance de las prácticas investigativas de formación en dichas instituciones. Mientras en el encuentro de 2004 el 53% de las ponencias fueron presentadas por semilleros vinculados a la UTP, en el 2005 esa proporción ya es sólo del 23%.

Aunque se reconoce la necesidad de mayores incentivos a la investigación en ciencias básicas, aún desde la etapa formativa, es ya importante el número de trabajos que desde los semilleros se están desarrollando en este campo del conocimiento. Aún más, el tipo de proyectos que están siendo financiados a través del programa ONDAS refleja una mayor orientación hacia estos temas.

Según ese programa ONDAS, en los estudiantes de básica y media vocacional del departamento existen otras preocupaciones, lo que favorece un mayor fomento a la investigación formativa en ciencias básicas. Esto pues en el 2005 sólo el 29% de los proyectos presentados por dichos estudiantes se relacionaba con las ciencias sociales, en tanto el 44% con temas del medio ambiente y el 27% restante con las ciencias naturales.

En lo que tiene que ver con publicaciones, hasta el 2005 Risaralda contaba con dos (2) revistas indexadas y clasificadas “C”, número que se amplio a tres (3) a partir del 2006. Dos (2) de estas revistas corresponden a publicaciones de la UTP y la restante es una publicación de la Fundación Universitaria del Área Andina.

De otro lado, para hacer seguimiento al nivel de publicaciones de los investigadores del departamento se retoma la información aportada por el Observatorio colombiano de ciencia y tecnología (2004), elaborada a partir de dos bases de datos: Science Citation Index –SCI, del Institute of Scientific information, y Commonwralth Agricultura Bureau –CAB. En la primera de ellas se consultó el período 1980 – 2002, y en ella está contenido un índice bibliográfico citacional multidisciplinario que integra revistas científicas. En la segunda se consultó el período 1997 – 2002, y ella recoge información acerca de revistas y documentos en las áreas ciencias de la salud, biología, ciencias agropecuarias, ciencias del bosque y los suelos.

Según esas bases de datos, la visibilidad de los grupos del departamento, medida a través de la publicación de sus productos, es aún limitada. En la base SCI los investigadores de Risaralda (todos vinculados a la UTP) tienen registradas 13 publicaciones, en tanto los de Caldas 51 y los de Quindío 22. A su vez, en la base CAB no aparecen productos publicados por investigadores del departamento, mientras que sus similares de Caldas tienen 104 publicaciones y los de Quindío 26.

El tema de las patentes es igualmente incipiente en el departamento. Aunque en la agenda de ciencia, tecnología e innovación de Risaralda se señala a la UTP y UNISARC como las instituciones que han patentado productos, en la consulta a directores de centros de investigación y Unidades de gestión tecnológica de las universidades, la única que referencia productos patentados es la UTP. Esta universidad cuenta con el producto “Determinación del sexo en el borojó mediante marcadores moleculares” patentado en Colombia (Arango, 2004) y con seis (6) productos más en proceso de registro y patentado.

Para finalizar, Colciencias (2005) categorizó de manera reciente los departamentos del país a través de un índice de capacidades en ciencia, tecnología e innovación que tiene en cuenta el número de: proyectos aprobados y financiados por la institución, grupos de investigación, centros de desarrollo científico, centros regionales de productividad operando, número de becarios y jóvenes investigadores. Según esa clasificación, Risaralda aparece como un departamento con capacidades en desarrollo, con altas potencialidades pero de dinamismo lento, con un proceso de desarrollo científico y tecnológico poco avanzado pero que puede ser activado mediante una política acertada.


 

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