Globalización y desarrollo
Elier Méndez Delgado
 

 

La Globalización como proceso histórico. Tendencias actuales.

Muchos consideran que la Globalización no es un fenómeno nuevo, y está asociada al propio desarrollo del sistema capitalista.

La "Globalización" puede verse como un proceso objetivo e histórico que aparece como resultado del propio desarrollo de la humanidad donde el desarrollo tecnológico ha ido ganado espacio en el mundo; este proceso se refiere básicamente a la creciente integración de las economías de todo el planeta, especialmente la integración que se ha dado a través del comercio y los flujos financieros. En algunos casos este término hace alusión al movimiento de los capitales y el desplazamiento de personas (mano de obra) y la transferencia de conocimientos (tecnología) a través de las fronteras internacionales. Sin embargo hay determinadas tendencias de este proceso en el mundo actual. Se sugiere revisar el siguiente trabajo.

http://www.ilo.org/public/spanish/region/ampro/cinterfor/publ/sala/vargas/for_comp/i.htm

Fernando Vargas Zúñiga. *

Muchas de las actuales tendencias atestiguadas en el mundo, no excluyen de sus efectos prácticamente a ningún país. La búsqueda de mejores niveles de bienestar y de un mayor grado de desarrollo es ahora un factor en el que coinciden los países firmantes de tratados de libre comercio y de creación de áreas comunes y uniones (NAFTA, MERCOSUR, CARICOM, UNION EUROPEA). El motor para la integración se enciende con el interés común de elevar las condiciones de la competitividad y productividad. Aquí se muestra como estas condiciones requieren de adecuados niveles de formación para el trabajo y como estos niveles, necesarios para mejorar el empleo, se pueden alcanzar mediante sistemas de formación profesional.

En síntesis este epígrafe se inicia analizando las tendencias que más directamente impactan hoy día a los países y por tanto, en un ambiente globalizado, son obligatorias referencias para mejorar el empleo. Luego abordará un breve repaso a la evolución en la institucionalidad de la formación profesional; pasará enseguida a proponer los retos básicos para mejorar el empleo y finalmente, perfilará algunas propuestas sobre el tema de formación profesional como instrumento para mejorar el empleo.

1. LA FORMACION ANTE LAS TENDENCIAS ACTUALES.

La globalización, la rápida sucesión de eventos en el ámbito de la tecnología, la nueva configuración de la arquitectura empresarial y los impactos en la organización del trabajo conforman un paquete interesante de tendencias que vale la pena revisar brevemente.

Globalización: cada vez más, un solo mundo.

La globalización ha ocasionado que cualquier evento, sin importar el lugar de la tierra en el que se presente, tenga repercusiones casi inmediatas en todo el globo. Los acontecimientos económicos, políticos y sociales se asemejan cada vez más a la "Aldea Global" de McLuhan. Son progresivamente más tenues las diferencias en la estructura económica; se difunde rápidamente la información, se eliminan las barreras proteccionistas y aparecen categorías de "clase mundial". Los países han reconstruido el paradigma de sus formas de relacionarse y se asiste a una mayor integración en lo económico que contrasta con la dispersión geográfica propia de la nueva forma de producir.

Se ha configurado una nueva división internacional del trabajo. El capital también se ha globalizado, de forma que se han localizado en sitios diferentes las actividades de investigación y desarrollo, diseño y fabricación. Los productos ya no tienen identidad nacional, la identidad de marca se hace cada vez más transnacional.

La ubicación que cada país tenga en la nueva división internacional va a depender mucho de su dotación de talento humano, que ya no de sus recursos naturales o de riqueza material. El mundo ha entrado rápidamente en la era de la información (1), esta época se ha caracterizado por una verdadera revolución en el uso de la información como fuente de desarrollo. Los procesos de producción, la organización del trabajo, la provisión de servicios y cada vez más actividades cruciales giran, para su exitosa ejecución, en torno al manejo de información.

Tal como lo hiciera notar el escritor mexicano Carlos Fuentes (2), la globalización se sustenta en información y la información a su vez, en educación. El conocimiento es el soporte para la información de modo que se ha convertido junto con esta, en la base para la generación de riqueza y prosperidad.

Cambio tecnológico o revolución tecnológica.

Son tan cortas las olas de cambio tecnológico que no parece aplicable el concepto de revolución entre una y otra nueva oleada. La revolución tecnológica llegó para quedarse; así, revolución pierde peso como concepto para describir la conmoción generada sobre una estructura en reposo.

No obstante, el factor común en esta etapa de la evolución tecnológica se centra en la información. Si se trata de caracterizar la gran oleada de cambios recientes, se encontrará que están asociados en buena medida con el insospechado avance de las tecnologías de manejo, procesamiento, acceso y distribución de información. No han pasado aún 60 años después de la irrupción del computador y se afirma ya que en materia de información se avanzó más en los años transcurridos luego de la segunda guerra mundial, que en toda la evolución humana desde el paleolítico hasta la fecha.

Las tecnologías de la información están irrumpiendo en todos los ámbitos de la vida del hombre. Por supuesto lo hicieron en la forma como se organiza la producción y el resultado se ha visto en la operatividad de técnicas de producir más flexibles, cortos ciclos de vida en los productos, rápida obsolescencia de los mismos, mayor reconocimiento del valor de la calidad y una ampliación de las actividades asociadas con los servicios, ante la simplificación de las tareas de producción.

Se ha registrado también una mayor orientación hacia la satisfacción de necesidades de los clientes. Las empresas, núcleo de las ventajas competitivas y en muchos casos transnacionalizadas, han tendido a maximizar la satisfacción de las necesidades de los consumidores; el acortamiento tecnológico de las diferencias entre productos ha tendido a ser reemplazado por una mayor diferenciación en servicio, calidad y accesibilidad.

Estructura empresarial: reestructuración o aplanamiento.

Ineludible ha sido para las empresas el efecto de las transformaciones en la tecnología. Los procesos productivos y la forma de concebir la arquitectura organizacional han favorecido el acortamiento de distancias entre los que piensan y los que hacen al punto en que se han transferido muchas funciones de los niveles altos a los niveles operativos.

En el medio, aquellos cuyas funciones se resumían en servir de puente entre la base y la alta gerencia, usualmente movilizando información hacia arriba sobre resultados y hacia abajo sobre decisiones e instrucciones, son irremediablemente desplazados por la mayor facilidad de comunicación y por la nueva organización del trabajo. Los grupos de alto rendimiento son capaces ahora de fijarse metas y objetivos, de promover sugerencias y de resolver problemas con más rapidez de la que tendría el tradicional flujo burocrático.

Así, el tradicional esquema piramidal de las estructuras organizacionales amplía su base y reduce su cintura. El achatamiento resultante muestra grupos de trabajadores con más participación, un mayor nivel de consulta e interacciones y conduce a la disminución definitiva de la intermediación propia de los mandos medios.

Ocupaciones y no puestos de trabajo.

El contenido de los trabajos también ha registrado significativas transformaciones. El restringido concepto de puesto de trabajo ha dado paso al más amplio y expresivo concepto de ocupación. Las ocupaciones no corresponden con un grupo de tareas aglomeradas en operaciones y en funciones; son conjuntos más abiertos que evocan los conocimientos básicos de un área con la característica de poder ser transferidos en el ejercicio de varios empleos.

El paso del puesto de trabajo a la ocupación bien puede representar el paso del trabajador al individuo. La organización de los empleos vuelve a tener un peso social elevado, se trabaja en grupos, se aporta en equipo. Las conductas de socialización se reivindican y el aislamiento paradójico propio de los modelos fordistas se supera. El trabajo así visto cambia de la orientación al esfuerzo por la orientación al cerebro. La empresa empieza a fomentar un alto contenido de relaciones sociales y las necesidades para los trabajadores se cualifican. Estas acercan cada vez más la vida del trabajador a la vida del ciudadano. En este sentido se registra definitivamente una revalorización del talento humano.

* Consultor del Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional. Cinterfor/OIT. e-mail:vargas@cinterfor.org.uy

1. Ver Rifkin Jeremy. El fin del trabajo.

2. Fuentes Carlos. Por un progreso incluyente. En Boletín Cinterfor/OIT. No. 137-138. 1997


Google
 
Web eumed.net

 

Volver al índice de Globalización y desarrollo

Volver a "Libros Gratis de Economía"

Volver a la "Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI"