LOS LENGUAJES DE LA ECONOMÍA

Un recorrido por los marcos conceptuales de la Economía.

PARTE TERCERA: LOS MARCOS CONCEPTUALES DE LA ECONOMÍA.

CAPÍTULO 11.- MONEDA, EXPECTATIVAS Y NO-MERCADO

La explicación del ciclo económico

Robert E. Lucas tomó y desarrolló el concepto de Muth en varios artículos en los años setenta hasta colocarlo en la vanguardia del pensamiento económico. Especial interés tiene en este sentido la explicación del ciclo económico. Una presentación simple del modelo de Lucas sería como sigue: los agentes individuales competitivos toman decisiones con información imperfecta. Los agentes son productores representativos, que producen un único bien para el mercado. En ese mundo, el precio de venta de la única mercancía del agente individual puede ser identificado con el salario real. Cada día el agente se levanta, observa el precio de venta de su mercancía y decide el número de horas que desea trabajar. Un día cualquiera de su vida económica, el agente se enfrenta al siguiente interrogante: ¿cómo debería responder ante un incremento en el precio de venta de su producto? Una respuesta completa depende de ciertas consideraciones cruciales acerca del cambio en el precio. Éste es permanente o temporal y es un cambio en el nivel absoluto de precios o, por el contrario, es un cambio en los precios relativos.

A la pregunta de cómo un individuo reconoce si los cambios son transitorios o permanentes, la respuesta lógica es pensar que debería confiar en su experiencia pasada. Si la mayor parte de los cambios pasados en su precio de venta han sido permanentes -transitorios- es razonable suponer que el cambio actual será permanente -transitorio-. En términos técnicos, podemos relacionar su inferencia a las variantes relativas de los componentes permanentes y transitorios. Y, en la situación de que las experiencias hayan sido de ambos tipos, el individuo atribuirá parte del incremento a factores permanentes y parte a factores transitorios. Su oferta de trabajo -o su producción- variará sólo en función del componente percibido como transitorio, pues es de esperar que ofrezca más trabajo -producto- cuando su precio aumente y menos cuando disminuya.

En el paso de la situación individual al nivel agregado, la hipótesis introduce un supuesto de compensación entre agentes. Cuando los gustos cambian, existen innovaciones de productos y de proceso, es natural esperar que algunos productores mejoren su situación mientras que otros empeoren la suya. Los primeros aumentarán su oferta, los segundos la disminuirán. “La suerte de los individuos puede ser bastante variada en este mundo, pero no hay razón para esperar grandes cambios en la suerte que corre toda la economía.” (Sheffrin, 1983).

No existen razones para pensar que en ese mundo no se produzcan fluctuaciones, pero ésas no serían las causas. Para poder explicar el ciclo, Lucas introduce el otro tipo de duda que los individuos tienen acerca de la naturaleza en el cambio de los precios. Una duda respecto a si dicho cambio se refiere a los precios relativos o al nivel general de precios. Ahora, el productor resolverá este nuevo problema de señal del mismo modo. Si la mayor parte de los movimientos de los precios ocurren a causa de fluctuaciones en el nivel general de precios, el productor sospechará que la mayor parte de los cambios de su precio reflejan la inflación general más que cambios en los precios relativos.

Aquí es esencial que los individuos no tengan demasiada información, pues en caso contrario serían capaces de diferenciar perfectamente entre cambios en el nivel general y cambios en los precios relativos. La carencia de toda la información está justificada: ésta requiere tiempo y dinero, pero las oportunidades de beneficio requieren actuar con rapidez, pues en caso contrario se desvanecen. Los productores deben responder rápidamente a las posibles oportunidades de beneficio y probablemente no merece la pena el coste de obtención de la información económica global precisa.

Debido a la posibilidad de confundir los niveles de precios agregados con los relativos, se pueden desarrollar con facilidad fluctuaciones económicas globales. Supongamos un stock monetario que incrementa de forma no anticipada el nivel general de precios. Los productores, en función de su experiencia pasada, atribuirían parte del cambio de su precio al cambio en el nivel de precios agregado y parte a un cambio en los precios relativos. En la medida que consideren que este último es transitorio, aumentarán su empleo -o su producción-. Puede que, individualmente, cada productor incremente muy poco el empleo, pero la economía en su conjunto puede incrementarlo notablemente.

Una implicación de esta teoría sería la siguiente. Si comenzamos en una economía con una historia de inflación estable, los responsables de la política económica podrían inducir expansiones con facilidad provocando alguna inflación no anticipada. Si continúan con esta política, la tasa de inflación se volverá cada vez más volátil. Esta mayor volatilidad hará más difícil instrumentar en el futuro políticas similares, pues los agentes responderán menos a este tipo de inflación inducida. Aprenderán a desconfiar y, por consiguiente, la trampa sólo es posible al principio, y el gobierno comprobará pronto que cada vez es más difícil realizar este tipo de engaños en el futuro. La inferencia de esto es que sólo gracias a que existen retrasos variables entre dinero y precios pueden producirse ciclos económicos, ya que el conocimiento del stock monetario pasado no es en ese caso suficiente para predecir perfectamente el nivel de precios actual.

Sin embargo, para Lucas, incluso la no-neutralidad monetaria no da razones suficientes para explicar la persistencia del ciclo económico. Su explicación requiere introducir elementos adicionales. Una primera explicación se basa en la existencia de costes de ajustes. Si los individuos no se dan cuenta de la existencia de errores de predicción hasta varios períodos más tarde, sus errores de predicción pueden estar correlacionados. Los individuos no tienen modo alguno de saberlo y, por consiguiente, no pueden corregir este error sistemático.

Una segunda explicación descansa en el stock de inventarios. Un incremento no anticipado de la masa monetaria producirá un aumento no anticipado del nivel de precios. La empresa, al notar que parte del cambio del precio puede ser un cambio del precio relativo, incrementará la producción y también reducirá su stock inventarios. Una vez que la empresa ha reconocido que fue engañada por el incremento en el nivel de precios agregado, deseará proseguir produciendo normalmente, pero su stock de inventarios estará por debajo de sus niveles normales. La empresa seguirá produciendo por encima del nivel normal hasta reponer su stock de inventarios a niveles normales. El error inicial puede conducir a que el nivel del output esté por encima de lo normal durante un período largo. Sin embargo, esta explicación presupone el mantenimiento de una idéntica política de inventarios a lo largo del tiempo.

Una tercera explicación de la persistencia en las fluctuaciones descansa en los cambios de la inversión y, por tanto, del stock de capital, que pueden ocurrir cuando los agentes son engañados por los movimientos de precios agregados. En definitiva, los costes de ajuste, la acumulación de capital y los inventarios pueden explicar por qué el output y el empleo pueden exhibir persistencia, pero no explicar este comportamiento en el caso del desempleo.

Dos tipos de explicaciones del desempleo han sido introducidos. Una primera afirma que la tasa de desempleo refleja meramente el nivel de los salarios disponibles en la economía en el período corriente. Si los salarios están por debajo de lo normal durante varios períodos, los buscadores de empleo pueden decir que están buscando empleos al salario normal. Por tanto, la persistencia en la tasa de desempleo puede reflejar simplemente la persistencia de los movimientos en el salario real. Una segunda explicación descansa en la teoría de la búsqueda. Esta teoría asigna un salario de reserva. El buscador de empleo aceptará el empleo si el salario que le ofrecen es igual o superior al de reserva. Por tanto, existe cierta probabilidad de que no encuentre un empleo durante un periodo determinado y continúe buscándolo. Esto implica que una fracción de los desempleados permanecerá desempleada, lo cual explica en parte la persistencia del desempleo. Ahora bien, la mejor posición para llevar a cabo una política de salario de reserva es la de ocupado y no la de desempleado. Esto hace que las explicaciones de la persistencia del desempleo no sean tan persuasivas como las que explican la persistencia del ciclo. Junto a ello, está el hecho de que la evidencia empírica no confirma plenamente la hipótesis de las expectativas racionales. En palabras de Sheffrin (1983):

“El jurado no ha resuelto todavía la cuestión de qué tipo de modelo con expectativas racionales, si alguno lo hace, proporciona una descripción empírica útil de la economía.”

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