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Golfo
Pero el deterioro de la economía norteamericana fue eclipsado por el fulgor de otro hecho menos palpable pero mucho más visible: la Guerra del Golfo, que fue transmitida vía satélite en vivo y directo a los cinco continentes por la empresa CNN. [1]
La difusión del programa televisivo que se efectuó desde el 6 de agosto de 1990 hasta el 12 de febrero de 1991, proyectó el traslado de 510.000 soldados, el emplazamiento de 15 naves entre buques y portaviones, el despegue de 120 aviones desde la base de Dhahran en Arabia Saudita y de otros 90 desde la base de Incirlik en Turquía; entre los ajetreos más publicitados.
Adicionalmente y como complemento a la imagen televisada del incontable número de bombas lanzadas contra territorio iraquí, se divulgaron las estadísticas que demostraban que el 85 por ciento de esas bombas habían impactado a menos de 3 metros del centro de los objetivos previamente seleccionados. Además, se informó que en todas esas operaciones apenas 146 soldados norteamericanos habían muerto.
La precisión de la información, la fluidez de la acción, la nitidez de las imágenes y el escaso número de norteamericanos muertos, esculpió en la mente de la mayoría de los televidentes, el icono de una guerra perfecta, de una guerra muy diferente a la de Vietnam. Como consecuencia, el Presidente George Bush alcanzó un 91 por ciento de aceptación entre los electores.
Un año después Bush se lanzó a su segunda campaña con la confianza de que su reelección estaba asegurada, porque la Guerra del Golfo había devuelto a los Estados Unidos el orgullo que es lo más importante que puede tener un pueblo.
A pesar de la convicción que exudaba ese argumento, fue frontalmente refutado por un pequeño letrero que decía: It`s the economy, stupid ! ; el cual había sido colocado en las oficinas del Partido Demócrata instaladas en la ciudad de Little Rock, para lanzar la candidatura presidencial de un no muy conocido político local llamado Bill Clinton.
Poco tiempo después, el mensaje del pequeño letrero se había convertido en el tema central de la campaña de los demócratas, quienes concentraron sus esfuerzos en tratar de demostrar que la recesión a la que había arribado la economía norteamericana, era una consecuencia natural de la economía del goteo o de la economía neoliberal como ya se la llamaba en el mundo académico- practicada por los gobiernos republicanos a lo largo de toda una década.
El mensaje alcanzó su principal objetivo: Clinton obtuvo 370 votos electorales; más del doble que los 170 votos que obtuvo Bush. Se rompió así la enraizada costumbre norteamericana de reelegir a los presidentes del Partido Republicano.
Se pensó que esa derrota -complementada con la dimisión de Margaret Thatcher un año antes- pondría fin a los gobiernos que promovían la economía del goteo. No obstante, la misma política retornaría ocho años después impulsada por otro republicano, George Bush Jr., temática a la cual volveremos.
[1] CNN: Cable News Network