BELLAS ARTES Y TRINCHERAS CREATIVAS

BELLAS ARTES Y TRINCHERAS CREATIVAS

José Luis Crespo Fajardo. Coordinador (CV)
Universidad de Cuenca (Ecuador)

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Del micrófono a la cámara privada: El micrófono como confidente en la radio de Ramón Gómez de la Serna, y su revisión actual en el proyecto Poseedores de cámaras privadas en funciones universales

Juan Antonio Cerezuela Zaplana
Jesús Cerezuela Zaplana

Resumen:
El presente artículo pretende ofrecer una mirada al particular micrófono privado de Ramón Gómez de la Serna instalado en su despacho por Unión Radio, que muestra una particular relación de confidencialidad entre el autor, el micrófono, y el radioyente. El estudio realiza, además, una revisión actual de esta relación particular a través del análisis de un proyecto web de vídeo en streaming titulado Poseedores de cámaras privadas en funciones universales, donde el micrófono es sustituido por la cámara web y los radioyentes por internautas.

Palabras Clave: Ramón Gómez de la Serna, micrófono, confidencia, radio, cámaras privadas.

* * * * *

1.  El lenguaje de la confidencia en la radio de Ramón Gómez de la Serna

Una confidencia (...) no puede hacerse en alta voz, ha de ser en voz más baja de lo habitual, de acuerdo a la condición misma de diálogo secreto. También los coactantes de la misma han de aproximarse, para que la expresión musitada conserve al mismo tiempo la eficacia informativa. 1

            Según define María Moliner en su Diccionario de Uso del Español, “confidencia” significa “acción de comunicar algo a alguien reservadamente o en secreto. Particularmente algo que afecta muy íntimamente a la persona que lo comunica”. Hay que distinguir, como señala Castilla del Pino que, a diferencia de una relación íntima, una relación de confidencialidad tiene un carácter transitorio. Es por ello que el autor define “confidencia” como “situación transitoria, que puede reiterarse con cierta periodicidad, y que se genera por la necesidad que alguien tiene de contar algo a otro, algo a lo cual solo él ha tenido acceso, bien porque pertenece a su intimidad, bien porque, siendo de otro, únicamente él ha tenido conocimiento de ello.” 2

            En la confidencia adquiere especial importancia el tono, la forma de decir, el medio utilizado, las personas implicadas. Cuando el lenguaje de lo que es íntimo o privado tiene lugar a través de la palabra hablada, es decir, cuando se “confía” algo personal en otro, suele hacerse reservadamente, en privado. Pensemos cómo en la confesión católica, el fiel enumera sus faltas mezza voce, ya que al hacerlo así, se ejercita en el dominio del lenguaje de la confesión íntima. Este “decir en voz baja” es, casi en un sentido ramoniano, “el murmullo donde se cuecen las palabras.” 3

            Este lenguaje de la confesión y de la confidencia suprema 4 podemos encontrarlo en algunos escritos de Ramón, como es el caso de sus Cartas a mí mismo (1956), que fue una correspondencia que el autor mantuvo consigo mismo. Ramón, en su motivación por encontrar en el formato epistolar una forma de contar confidencias que de otra manera no haría – ni siquiera en su diario íntimo – se lanza a dirigir cartas a un supuesto Ramón más joven que vive en su casa de campo. Estas cartas, escritas durante su exilio en Buenos Aires al inicio de la Guerra Civil Española, muestran a un Ramón amargado y reflexivo que, en su última carta, declara que su correspondencia ha sido un intento fallido por no haber llegado a ser completamente sincero y no haber podido contar todo aquello que esperaba confiar a “sí mismo”:

No podemos escribir a quien sabemos lo que piensa. Necesitamos no saber lo que piensa aquel a quien deseamos escribir. Tiene que haber perspectiva y diferencia entre aquel a quien escribimos y nosotros. Tú y yo estamos muy pegados el uno al otro, y oímos lo que vamos a decirnos antes de escribirlo. 5

            Ramón nos muestra los parámetros necesarios para que se produzca el lenguaje de la confidencia entre emisor y receptor, en este caso obstaculizada por la imposibilidad de ser “destinador, poste postal y destinatario” 6  al mismo tiempo. Esto le hace pensar en nuevos caminos para poder sincerarse:

Nos está prohibido este serio diálogo de lo epistolar. Nos queda solo el monólogo, la autobiografía, el diario íntimo. (...) Y buscando otros caminos para encontrar las confidencias supremas, recibe el adiós definitivo de Ramón. 7

            En otros de sus escritos, Ramón nos ha dejado constancia de algunas de sus experiencias con el teléfono, aquel medio que permite una comunicación privada y confidencial “de tú a tú”, sin intermediarios. Según McLuhan, “(…) no hay medio más alejado de la forma de alocución pública que el teléfono, íntimo y personal” 8. El teléfono, tal y como indica la propia palabra, permite la transmisión de la voz a distancia, poniendo en contacto dos almas de extremo a extremo de la urbe, como si el espíritu viajase por un alambre.9 En una de estas experiencias telefónicas, Ramón decidiría llamar a Nueva York al número de Terdeust, la casa constructora del teléfono de su despacho en Madrid, desde el cual realizaba la llamada.10  En otro relato, Ramón dejaría constancia de cómo en la monotonía de los días le gustaba marcar números de teléfono al azar para ver qué pasaba, a la espera de ver con quién conseguiría hablar: “Así he obtenido comunicación extraordinaria con la dama escondida, con el embalsamador y con el que no ha dado nunca el número de su teléfono a nadie y no figura ni en la guía verde.” 11

            No obstante, en el presente texto, nos interesará destacar las incursiones de Ramón en un medio de gran difusión como la radio, qué él tiene la particularidad de llevarlo a un escenario privado e incluso íntimo, llegando a realizar emisiones de radio desde el despacho de su casa. El lenguaje de lo confidencial tiene por tanto lugar también aquí. Sin embargo, hemos de entender en este caso el término “confidencia” en su acepción débil, donde se conserva el carácter, el tono, y la forma, pero no la rigurosidad de ser una revelación necesariamente íntima o pactada, según argumentaba Castilla del Pino. Este “tono confidencial” viene marcado además por el hecho de que dentro de su carácter obviamente público, la radio posee un pliegue íntimo por el cual, según señala McLuhan, “la radio afecta a la gente de una forma muy íntima, de tú a tú, y ofrece todo un mundo de comunicación silenciosa entre el escritor-locutor y el oyente.” 12  Para McLuhan, la radio parece contraer el mundo hasta el tamaño de una aldea, “y crea un insaciable apetito pueblerino de cotilleo, rumores y malicia.” 13  Esto convierte a los radioyentes en una especie de testigos confesores de todo cuanto escuchan en la radio.

            La radio hace que las palabras adquieran de repente nuevos sentidos y distintas texturas precisamente por carecer de aspecto visual, como al hablar en una habitación a oscuras. Es ahí donde vuelven todas esas cualidades gestuales de las que la palabra escrita carece. La radio es, pues, un medio cálido a través de la palabra, lo cual no hace que resulte extraño que el altavoz de estos “pregoneros” pueda convertirse en la rejilla confesional a través de la cual cada radioyente pasa a ser testigo o confesor de innumerables experiencias.

2. Micrófono confidente

Micrófono: la oreja de todos.14

Si el complemento del escritor es la palabra, ningún receptor es comparable al micrófono, cuyo auditorio es infinito (…).15

            Es frecuente la aparición del micrófono en numerosos escritos de Ramón Gómez de la Serna. Entre los relatos y cuentos que escribiría para la revista Ondas en la sección “Radio Humor” se encuentra “Los niños frente al micrófono”, donde Ramón habla de la facultad del micrófono de trasladar la voz a diferentes lugares del mundo: “en los llantos de los niños ya hay la ambiciosa impaciencia de actuar frente al micrófono, esparciendo su llantina por la más extensa zona del mundo”. 16 Ramón también personifica el micrófono en “El terrible gesto del micrófono”, diciendo que “el micrófono es un ser aparte de una naturaleza sobrehumana” 17  porque “bien observado, hace extraños gestos. Se pone bizco al oír algunas cosas o ver algunas mujeres, sonríe con discreción, se cae, se empina, se ladea embriagado con algunas músicas, tose, tiembla, lleva con la cabeza el compás de las músicas muy pegadizas, pone los ojos en blanco, echa humo, tiene flemones, quiere irse, etc. etc.” 18. Entre todos estos gestos, Ramón señala que el gesto más terrible del micrófono es su bostezo mientras el conferenciante ofrece su discurso.

            Sin embargo, la relación de confidencialidad entre Ramón y el micrófono se haría perceptible, como anunciábamos anteriormente, en su modo de entender la radio. Según McLuhan, a pesar de que el nacimiento de la televisión haya revertido a la radio a usos particulares e individuales, la radio “llegó a ser una forma colectiva de escuchar que vació las iglesias.” 19 Resulta curioso, entonces, rescatar las palabras de Ramón Gómez de la Serna cuando dice:

Hace tiempo era mi sueño un micrófono particular, pero necesitaba estar curado de las inquietudes viajeras para dedicarme a ese sagrado ostentorio de las palabras.  Hoy ya tengo establecido el micrófono de mis ilusiones y me siento como sacerdote de la diosa radio, esa diosa ante la que me posterné hace años, desde el día de su advenimiento. 20

            Ramón se anunciaba con estas palabras como “poseedor de un micrófono privado en funciones universales” 21 justo cuando Unión Radio instaló en su despacho particular un micrófono privado el 2 de noviembre de 1930. Desde él, este “cronista de guardia” lanzaría noticias de última hora, comentaría todo aquello que le sugeriría la actualidad, hablaría acerca de las impresiones fugaces de una carta recibida aquel día, realizaría lecturas de algunas páginas de extraordinarios libros considerados así por él, emitiría necrológicas de personas carismáticas fallecidas, pincharía la música de discos regalados, mantendría conversaciones sin aire de entrevistas con visitantes que entraban en su despacho, etc. De este modo, este pionero micrófono íntimo, capaz de intervenir en las emisiones radiofónicas nacionales, recogía la confesión más íntima de su autor:

Con este micrófono en la soledad y en el silencio de la casa donde vivo solo, la confesión periodística y literaria habrá llegado al máximo de la intimidad. El diario del escritor se habrá sobrepujado, convirtiéndose en un género nuevo. La confesión, la glosa, el comentario tembloroso de una emoción recién experimentada tendrán un ambiente reservado meditativo, casi de voz de la conciencia en vela, brotando de la espontaneidad del silencio a la amplitud del mundo como supremo grito de agonía, como trémula inspiración sin retardos ni intermediaciones. 22

            Para Ramón, el micrófono posee una importancia vital, especialmente por su capacidad no solo de captar las emociones del conferenciante, sino también de absorber el ambiente de alrededor. Incluso en ocasiones, esta percepción del entorno era filtrada a través de la personalidad del propio Ramón mediante descripciones que glosaban “el color del día extraño, la nevada cuando esté poniendo quejadas blancas en las ondas, la impresión de una de esas lunas que no se parecen a las demás noches, el cometa que acaba de cruzar por el cielo, todo lo que se vea por mi balcón, lo recién presenciado o lo recién sucedido.” 23

3.  Cámara: el ojo de todos

            Hoy día podemos, como señala Remedios Zafra en Un cuarto propio conectado, hablar de cuestiones privadas desde nuestras habitaciones o cuartos propios, conectados a Internet, teniendo la sensación de estar solos a pesar de que nuestros ordenadores constituyan en realidad una ventana al mundo. Nuestras habitaciones conectadas se han convertido en potencial esfera pública, porque gran parte de la información que en ellas se produce es realizada en condiciones de intimidad. 

Las habitaciones propias funcionan como recinto de nuestros secretos, el lugar donde nadie nos ve (…). Pero en el cuarto propio conectado, el ojo que puede ver ya no es solo simbólico sino también maquínico. La regulación de su párpado es voluntaria y nosotros gestionamos lo que queremos enseñar, ver o hacer confesar. Opera así una nueva opción para el sujeto: la autogestión de la privacidad / visibilidad de su yo (…). 24

            Aunque Zafra atisba los inconvenientes de un cuarto propio conectado capaz de caer en la espectacularidad de la intimidad y en un narcisismo impulsado por determinados usos de las redes sociales y de otras herramientas de gestión del Yo, concluye en su libro diciendo que existe una posibilidad de generar un discurso crítico que tenga su origen en dichos cuartos conectados. No se trataría únicamente de la crítica que podamos hacer a la vida en nuestro cuarto propio conectado, sino de la crítica que la vida dentro del cuarto conectado pueda hacer sobre todo aquello exterior a ella “(susurra una voz: crea tu propio cuarto conectado, allí donde poder imaginar y construir el mundo que quieres).” 25

            Entendemos que esta crítica puede realizarse desde un discurso llevado a cabo con creatividad e ingenio, mediante la puesta en juego de nuevas estrategias narrativas, la crónica de la realidad actual y la actividad de lo cotidiano, la entrevista espontánea y la improvisación, etc., así como otras maneras de generar formas de escucha y expectación reflexivas e incluso participativas. Con el afán de aunar la “escritura radiofónica” de Ramón Gómez de la Serna con la propuesta de originar un discurso de estas características, hemos optado por actualizar el formato radiofónico de Ramón y su micrófono privado en su despacho – en aquel entonces conectado por medio de la transmisión de ondas de radio – utilizando en esta ocasión la cámara web conectada a la Red – capaz de transmitir audio e imagen simultáneamente como un ojo-ventana al resto del mundo, – permitiendo así orientar el enfoque de Ramón a través de un nuevo formato ofrecido por este dispositivo sustitutivo – o complementario – del micrófono. 

4. Poseedores de cámaras privadas en funciones universales.

Ramón no hubiera cambiado el mensaje, o los mensajes que tenía que dar día a día porque en lugar de un micrófono hoy tuviera una webcam delante. (…). Al final lo importante es que tengamos cosas que decir. 26

Juan Ochoa (Matute de la Serna)

            Poseedores de cámaras privadas en funciones universales es una actividad de retransmisión directa en vídeo desarrollada entre los días 15 y 17 de noviembre de 2012 de forma ininterrumpida en la web www.poseedoresdecamarasprivadas.com 27, que pretendía retomar las incursiones de Ramón Gómez de la Serna en la radio, con el objetivo de poder llegar a ser “tan nuevas, tan fascinantes y tan imprevisibles” 28 como describe Benito acerca de la radio de Ramón.

            Aunque tecnológicamente casi todos somos hoy día poseedores de cámaras privadas en funciones universales, cuatro han sido los individuos o colectivos seleccionados para representar a este grupo y erigirse bajo la responsabilidad de declararse como tales: Los Matutes de la Serna (colectivo compuesto por Miguel Ángel Benjumea, Mar Barrera y Juan Ochoa), que retransmitían desde Madrid; Benjamin Gibert, desde París; Diego Alberti, desde Buenos Aires; y por último, Verónica Francés, desde Valencia. Las localizaciones de estos poseedores de cámaras privadas, a excepción de Valencia, corresponden a ciudades importantes en la vida de Ramón, tanto por el hecho de vivir o trabajar en estos lugares como por su exilio a Argentina. En cambio, Valencia ha sido escogida con motivo de que el proyecto fue originado en esta ciudad.

            Para el desarrollo del proyecto se requería una plataforma web que alojase, además de la información del proyecto y de una breve descripción de cada uno de los poseedores de cámaras privadas, la transmisión de video en directo (Live Streaming) de los cuatro participantes. Analizaremos, a continuación, el soporte técnico que hizo posible la construcción de esta plataforma de comunicación en directo.

5. Plataforma del proyecto

            Las transmisiones de vídeo en directo se caracterizan por ser muy costosas en cuanto a tráfico de datos y ancho de banda de conexión, dependiendo no solo del número de transmisiones y la resolución de éstas, sino también del número de usuarios conectados a la plataforma visionando el vídeo. La tecnología más usada en este tipo de plataformas continúa siendo Flash, que se ha convertido en uno de los estándares multimedia en la actualidad. Por este motivo, se contrató un servidor FMS (Flash Media Server) capaz de soportar la transmisión en Live Streaming, así como un servidor Web convencional para alojar el resto de la información acerca del proyecto.31  De este modo, el usuario podía consultar información acerca de Ramón Gómez de la Serna, además de una pequeña biografía de cada uno de los poseedores de cámaras privadas, acompañada de una cita propia en referencia al dispositivo de la cámara web, en un tono con ecos de greguería. 32

            Por otra parte, como se puede apreciar en la figura, cada uno de los poseedores de cámaras privadas instaló en su equipo el programa Flash Media Live Encoder (FMLE), que permitió de forma rápida y sencilla configurar una nueva transmisión de video en directo. Este programa, permite además modificar parámetros como la resolución, la tasa de frames por segundo o el formato de compresión. En nuestro caso usamos una resolución de 320x240 píxeles, a una tasa de 10 fps.

            Al final de la actividad llevada a cabo en Poseedores de cámaras privadas en funciones universales, la plataforma web llegó a recibir hasta 409 usuarios únicos durante su efímero funcionamiento, lo cual supuso un total de 27.328 conexiones.

6. A modo de conclusión: Crónica de la actividad de los poseedores de cámaras privadas

¿Estáis preparados o no para iniciar ya la emisión? Son las doce de la noche. (…) Estamos en directo a través de este invento llamado Poseedores de cámaras en funciones universales en homenaje a una de las personas más representativas e importantes de nuestra cultura y de nuestra comunicación del pasado siglo XX, don Ramón Gómez de la Serna. 33

 Juan Ochoa

            Durante las primeras horas de funcionamiento de la plataforma, 34 los poseedores de cámaras privadas nos dejaron crónicas de la huelga general del 14-N, realizaron y siguieron comentarios en redes sociales como Twitter o Facebook, e incluso leyeron algunas greguerías de Ramón Gómez de la Serna 35 y otras escritas por personas inspirándose en este estilo (el Matute de la Serna Miguel Ángel lee una greguería escrita en las redes sociales con motivo del 14-N: “Hoy el frío ha hecho huelga en Madrid”). A partir de entonces, los protagonistas se comunicaron por Skype con amigos y conocidos que seguían sus retransmisiones, mostraron algunos aspectos de su profesión o trabajo (así, por ejemplo, los Matutes llevaron la cámara hasta OchoCasas Estudios para la grabación de una locución de Juan Ochoa para el tráiler de la película El cuerpo, o mostraron en la televisión a Mar Barrera presentando una de las secciones del programa Pido la palabra de Canal Sur; Benjamin Gibert realizó dibujos para el proyecto escenográfico Totek de Istvan Örkény, y también compuso la pieza musical Glassbirds en directo; y Verónica mostró aspectos de su profesión como fotógrafa al trabajar el retoque digital de una fotografía de su madre, y también realizó performances delante de la cámara). En ocasiones, los poseedores de cámaras mostraron escenas domésticas preparando el té o la comida en la cocina (Benjamin Gibert), realizaron conciertos improvisados de una lavadora Hoover durante una hora y catorce minutos (Verónica Francés), mostraron el amanecer desde la ventana de su apartamento (Diego Alberti), o incluso utilizaron la webcam como cámara de vigilancia (Verónica vigilaba desde su estudio que su perra Ítaca no se subiera a la cama del dormitorio). También realizaron entrevistas improvisadas a vecinos, amigos y artistas (los Matute entrevistaron al actor Enrique Villén, e invitaron a un cantaor flamenco que conocieron el día anterior, el “Asentaito”, para ofrecer un concierto en directo acompañado de sus hijos). Otras veces, alguno de los poseedores de cámaras como Verónica Francés optó por entrevistar a objetos inanimados (concretamente, Verónica entrevistaría a un plátano maduro en riesgo de exclusión y muerte en la basura, hecho que le llevó a buscar en las redes sociales un comensal).
            El carácter ciertamente ininterrumpido de las vídeo-retransmisiones permitía al espectador acceder a todo cuanto sucedía ante la cámara, un espectáculo improvisado que nos mostraría a unos poseedores de cámaras privadas en ocasiones muy conscientes de hallarse frente a una ventana al resto del mundo, mientras que en otras parecían no tener en cuenta la posibilidad de estar siendo observados. Muchas veces, las apariciones de los poseedores de cámaras privadas estuvieron acompañadas de reflexiones o notas que reflejaban la incertidumbre ante la remota posibilidad de ser o no escuchados (“no sé si se me oye”, “no sé si alguien me estará viendo” o “no sé cuántos sois los que estáis ahí… ni siquiera sé por qué estáis ahí…”). La reflexión de Verónica Francés resume manifiestamente esta incertidumbre:

Colocarme delante de una cámara web es como estar en una habitación en la que sé que alguien me mira por la mirilla de la puerta, pero no sé quién o quiénes son, ni tampoco dónde se encuentran. Es un grito al vacío, que puede ser encontrado o perderse por siempre. 36

            Entre algunos de los aspectos que merecen ser destacados de la experiencia de Poseedores de cámaras privadas en funciones universales encontramos que, al tratarse de cuatro retransmisiones simultáneas, en ocasiones los sonidos se solapaban entre sí. Aunque se ofrecía al espectador la posibilidad de silenciar y de ampliar a pantalla completa cada una de las retransmisiones de forma individual, al entrar en la página web el audio estaba habilitado para las cuatro ventanas. De este modo, en ocasiones podíamos ver cómo la música que pinchaba Verónica Francés en su ordenador se solapaba sobre la imagen silenciosa de la mujer limpiadora de la casa de los Matutes. En otras ocasiones, Verónica hacía sonar un órgano de juguete con el sonido de un maullido mientras Benjamin Gibert mostraba el gato que tenía en casa como mascota.  

            Otra de las novedades que aportaba la retransmisión por vídeo a través de Internet era la movilidad que permitía a los poseedores de cámaras trasladar el portátil desde un extremo de la casa a otro, e incluso llevarlo al exterior, siempre y cuando consiguiesen establecer la conexión con una red. De este modo, los espectadores fueron capaces de recorrer todos los rincones de las casas de los poseedores de cámaras, desde el despacho a la cocina, o del salón a la terraza, llegando incluso hasta OchoCasas Estudios.

            La voz e imagen de los poseedores de cámaras privadas – expandidas en el tiempo y en la distancia a través de redes de cable e inalámbricas – proporcionó una experiencia que, tanto para algunos de los participantes como para parte de su efímera audiencia, acabó dejando un vacío difícil de explicar: algo que, como una radio muy íntima, había permanecido acompañando a todos durante unos días.

Nota Bene:

Este artículo muestra parte de los resultados del Proyecto ref. HAR2008-04687/ARTE del Ministerio de Ciencia e Innovación de España.

Notas:

1. Castilla del Pino, Carlos (ed.): De la intimidad, Editorial Crítica, Barcelona, 1989, p. 115.
2. Íbid., p. 101.
3. Este “hablar en voz baja” nos recuerda a una greguería de Ramón Gómez de la Serna que dice: “En el murmullo se cuecen las palabras”. Gómez de la Serna, Ramón: Total de Greguerías [2ª ed.], Aguilar, Madrid, 1962, p. 805.
4. Término empleado por Ramón en sus “Cartas a mí mismo”.
5. Gómez De La Serna, Ramón: Obras Completas XIV. Novelismo VI. Escritos biográficos II. Escritos del desconsuelo (1947-1961), Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2003, p. 743.
6. Íbid.,  p. 705.
7.  Ibíd.,  p. 743.
8. McLuhan, Marshall: Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano, Paidós Comunicación, Barcelona, 1996, p. 311.
9. En la poesía del ultraísta Pedro Olmedo Zurita podemos leer:
“¡Allô, allô!
Ahora las vibraciones articuladas
van a poner en contacto dos almas
de extremo a extremo de la hermosa urbe.
(…)
Como una pálida llama de alcohol,
Un fuego fatuo de voz.
El espíritu va por un alambre
De extremo a extremo de la hermosa urbe.”
Olmedo Zurita, Pedro: "El Teléfono", en Grecia Revista Decenal de Literatura. Año II, núm. XV, Sevilla, 10 de mayo de 1919, p. 11.
10. Gómez De La Serna, Ramón: "Experiencia telefónica", Obras Completas VII. Ramonismo V. Caprichos-Gollerías_Trampantojos, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barcelona, 2001, p. 503. Algunas de estas experiencias telefónicas de Ramón mantienen una estrecha relación con las Conversaciones telefónicas (1973) del artista murciano Isidoro Valcárcel Medina, quien decide llamar por teléfono a números al azar para informar que acaba de instalar su línea telefónica y dar su nuevo número.
11. Íbid., "El azar del teléfono", p. 1088.
12. McLuhan, Marshall, op. cit., p. 343.
13. McLuhan, Marshall, op. cit., p. 350.
14. Gómez de la Serna, Ramón: Total de greguerías, Aguilar, Madrid, 1962, p. 1545.
15. RNE Radio 5, Reportaje en R5 - Ramón Gómez de la Serna y la radio: historia de una pasión. Disponible en: http://www.rtve.es/alacarta/audios/reportajes-en-r5/reportaje-r5-ramon-gomez-serna-radio-historia-pasion/1537313 [Consulta: 27/09/2012].
16. Ventín, J. Augusto; Ventín, Gemma; Lopera, Alejandra: Ramón Gómez de la Serna. Primer teórico de la radiodifusión española, Fragua: Madrid, 2005, p. 233.
17. Íbid., p. 246.
18. Íbid.
19. McLuhan, Marshall, op. cit., p. 351.
20. Ventín, J. Augusto; Ventín, Gemma; Lopera, Alejandra, op. cit., p. 4.
21. Ibid., p. 5.
22. Ibídem.
23. Íbid., pp. 5-6.
24. Zafra, Remedios: Un cuarto propio conectado, Fórcola, Madrid, 2010, p. 23.
25. Íbid., p. 170.
26. Cita recogida de una de las reflexiones realizada por Juan Ochoa, Matute de la Serna.
27. La web dejó de existir el 15 de noviembre de 2013.
28. Ventín, J. Augusto; Ventín, Gemma; Lopera, Alejandra, op. cit., p. XV.
29. Captura de pantalla durante el funcionamiento de la web, cedida por Verónica Francés.
30. Captura de pantalla durante el funcionamiento de la web, cedida por Verónica Francés.
31. Dados los altos requerimientos de uso previstos de la plataforma, se optó por la contratación del Plan Básico de Influxis, que cubría las necesidades de transmisión de vídeo (hasta 100GB de transferencia). Adicionalmente, se contrató con 1&1 el Plan Básico para el servidor Web y el dominio de la plataforma, www.poseedoresdecamarasprivadas.com.
32. Para el proyecto, se pidió a los poseedores de cámaras privadas que escribiesen una cita en referencia al dispositivo de la cámara web. Las citas fueron recogidas en la web del proyecto, y son las siguientes: “Cuando se pone en marcha, tengo ganas de bailar como en un musical, para divertir a la persona situada en el opuesto del planeta.” (Benjamin Gibert); “Si una imagen vale más que mil palabras es porque no hemos encontrado la palabra adecuada que defina el sentimiento de esa imagen.” (Los Matutes de la Serna); “Aprende a ver sólo cómo tú sabes ver es la frase de Robert Bresson. La cámara es mi vehículo en ese aprendizaje y la web es la antena que lo radia.” (Diego Alberti); “Colocarme delante de una cámara web es como estar en una habitación en la que sé que alguien me mira por la mirilla de la puerta, pero no sé quién o quiénes son, ni tampoco dónde se encuentran. Es un grito al vacío, que puede ser encontrado o perderse por siempre.” (Verónica Francés).
33. Cita de Juan Ochoa, Matute de la Serna.
34. Aunque la plataforma estaba pensada para funcionar durante tres días de forma ininterrumpida, no se completaron las 24 horas del tercer día debido a que la capacidad del servidor contratado se agotó antes de finalizar. Las ventanas de los poseedores de cámaras privadas se cerraron aproximadamente a las 13:00 h del tercer día de emisión.
35. Entre algunas de las greguerías leídas: “Tocar la trompeta es como beber música empinando el codo”, “Un pingüino es una palabra atacada por las moscas”.
36. Cita de Verónica Francés, recogida en la web de Poseedores de cámaras privadas.

Bibliografía:

CASTILLA DEL PINO, Carlos (ed.), De la intimidad, Barcelona: Editorial Crítica, 1989.
GÓMEZ DE LA SERNA, Ramón, OBRAS COMPLETAS VII. Ramonismo V. Caprichos-Gollerías_Trampantojos, Barcelona: Galaxia Gutenberg/Círculo deLectores. 2001.
GÓMEZ DE LA SERNA, Ramón, Obras Completas XIV. Novelismo VI. Escritos biográficos II. Escritos del desconsuelo (1947-1961), Barcelona: Galaxia Gutenberg.
GÓMEZ DE LA SERNA, Ramón, Total de Greguerías [2ª ed.], Madrid: Aguilar, 1962.
MCLUHAN, Marshall, Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano, Barcelona: Paidós Comunicación, 1996.
OLMEDO ZURITA, Pedro. "El Teléfono". GRECIA Revista Decenal de Literatura. Año II, núm. XV. Sevilla, 10 de mayo de 1919.
Poseedores de cámaras privadas en funciones universales, Disponible en: www.poseedoresdecamarasprivadas.com [Consulta: 18/11/2012].
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VENTÍN, J. Augusto; VENTÍN, Gemma; LOPERA, Alejandra, Ramón Gómez de la Serna. Primer teórico de la radiodifusión española, Madrid: Fragua, 2005.
ZAFRA, Remedios, Un cuarto propio conectado, Madrid: Fórcola, 2010.