EL PROGRESO DEL TURISMO DE CRUCEROS EN ESPAÑA: DE LAS ELITES A LAS MASAS

EL PROGRESO DEL TURISMO DE CRUCEROS EN ESPAÑA: DE LAS ELITES A LAS MASAS

Elena de los Reyes Cruz Ruiz*
Elena Ruiz Romero de la Cruz*

Universidad de Málaga

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CAPITULO 2

NACIMIENTO DEL SECTOR CRUCEROS EN ESPAÑA

2.1.- PRELIMINARES DEL ANÁLISIS DEL TURISMO DE CRUCEROS ESPAÑOL
El siglo XXI supondrá para los países del entorno mediterráneo y en lo que concierne al turismo de cruceros en España un gran salto cualitativo, que en la última década los sitúa en un lugar destacado en el panorama internacional, cuando se produce el crecimiento exponencial de la demanda, la diversificación y segmentación de la oferta, una fuerte reducción de los precios y el nacimiento de nuevos itinerarios y destinos, a los que ahora tienen acceso amplias capas de la sociedad, dejando de ser el turismo de cruceros un producto al alcance de unos pocos, del mismo modo que ha sucedido en otras grandes áreas del mundo. 1
El turismo de cruceros ha experimentado una transformación en la demanda, desde el colectivo mayoritario del mercado norteamericano, hacia otra más heterogénea con una fuerte presencia del turismo europeo, en la que España está llamada a jugar un papel fundamental, ya que su situación geográfica, como encrucijada de caminos a nivel mundial y sus kilómetros de costa, la ha predispuesto a ser un importante receptor de cruceros.
La trayectoria que progresivamente ha ido mostrando el sector, será observada a lo largo de este capítulo, pasando de un mercado orientado a las clases más privilegiadas de la sociedad, a otro en el que la oferta del producto crucero va dirigida a una población con menor poder de compra.
A la hora de analizar el turismo de cruceros, se debe tener en cuenta la escasa uniformidad de criterios, en la cuantificación de los pasajeros cruceristas y aunque en los inicios del siglo XXI, las principales asociaciones del sector y las grandes corporaciones industriales van a seguir pautas semejantes, lo cierto es que su análisis a lo largo del tiempo presenta esta dificultad.2
Además, si estudiamos la evolución de los pasajeros de cruceros, a través de los datos ofrecidos por CLIA, supondría hace una década el no considerar aquellos que tienen relación con navieras no integradas en la asociación.

2.2.- ORÍGENES DEL CRUCERISMO EN ESPAÑA
El concepto del turismo de cruceros tal como se entiende en la actualidad, es una acepción relativamente joven, circunscrita a la etapa en la que el crucerismo se asienta y llega a amplias capas de la sociedad de consumo.
Los trabajos que analicen con rigor los orígenes de los viajes de placer, vía marítima y en España, son casi inexistentes, seguiremos a estudiosos del tema y especialmente a Gaetano Cerchiello, que investiga la historia del turismo de cruceros en España en una excelente tesis doctoral y las propias páginas web, de compañías que disponen de información al respecto.
En principio, debemos ser cautelosos con las conclusiones que puedan extraerse de fines del siglo XIX a fechas ya cercanas a la conclusión del XX, ya que es un tiempo en el que se reconoce la confusión para hablar de “cruceristas”, pues a menudo se utiliza la expresión de viajero o pasajero, sin poder precisar si eran por motivos de ocio estos desplazamientos o eran viajes en los que los mercaderes acompañaban a las mercancías objeto de transacción comercial. 3
El movimiento de viajeros que tienen en el esparcimiento su objetivo principal en el siglo XIX y en la primera parte del siglo XX es infrecuente, de hecho, a mediados del diecinueve el flujo marítimo de pasajeros era circunstancial y constituye tal como se ha afirmado, un complemento al negocio del transporte de mercancías.4
Las expediciones que se organizaban se encontraban determinadas por la cobertura de un número de pasajeros, que asegurara que el mencionado viaje realmente se efectuara, matices recogidos en la propaganda de la época, aparentando que muchos de ellos no llegaron a realizarse.
Lo más habitual es que se plantearan en aquellos lugares donde ya se efectuaban tránsitos marítimos, como bien relaciona Gaetano, para las Islas Baleares y también con Barcelona como punto de salida o destino y todo ello gracias al impulso que propició la navegación a vapor, que redundó en que, a medida que avanzaba el siglo XIX, se pusieran de moda “los paseos marítimos”, entiéndase esta terminología referida a lo que hoy denominamos cruceros de muy corta duración, normalmente de un día, originando los albores del crucerismo en España.5
En esta época se crean varias compañías marítimas de importancia, cuyos vínculos con el turismo de cruceros es difícil de precisar, si es que existió, pues no parece que los armadores estuvieran demasiado interesados en esta tipología de negocio.6
En general, la actividad de la flota de pasajeros, tal como afirma Murias, sería más bien escasa e integrada dentro de los buques de línea y aunque se está hablando de transporte de carga, pasajeros y emigrantes, en esas estancias de sus buques se ofrecía la oportunidad de hacer cruceros, o bien visitando los puertos regulares de escala o incluso cruceros de mayor amplitud, aprovechando los periodos de escasa o nula actividad comercial.7
Entre las principales compañías mencionamos a Ybarra que, aunque fundada en el siglo XIX, se iniciaría en el servicio de pasajeros en 1926, con su primer buque de línea, emprendiendo viajes a New York como era frecuente en la época y como todas las navieras españolas sufriría serios percances con la guerra civil. Sus buques bautizados con denominaciones que comenzaban por la palabra Cabo, reanudarían sus periplos americanos tras la conclusión de la misma.
No queremos dejar de mencionar el interés de la expedición que se fraguo en el ámbito universitario, con el fin de participación de profesores y alumnos de la universidad española y que en 1933 efectuarían una travesía por el mar mediterráneo que duro 45 días, facilitando ese intercambio de experiencias y la visita de lugares tan emblemáticos como las Pirámides de Egipto.8
Precisamente, hacemos mención de los titulares de una propaganda de la época, que titula el primer crucero azul a España. El buque saldría de Buenos Aires con destino a la España nacional en 1939, utilizando para ello el “Cabo San Antonio”, a fin de descubrir “los maravillosos paisajes de Andalucía y el norte español”, poniendo de manifiesto valores patrios. El puerto de destino sería Cádiz y la Agencia de Turismo Español en Argentina destinaría ocho mil pesos para la propaganda de este crucero.9
Y no sería hasta 1969 cuando pusiera en servicio el Cabo Izarra, dedicado exclusivamente a viajes de turismo, aunque con escasa repercusión, por ello, quizás buscara la asociación con otra naviera, en este caso italiana, para seguir prestando estos servicios, aunque en la década de los setenta, desaparecería definitivamente la flota dedicada al tránsito de pasajeros, si bien, tras no pocas vicisitudes, acabaría efectuando travesías en el puerto de Hong Kong, hasta desaparecer en el año 2000, figurando estos últimos años con el nombre de Xinghu.10
La compañía Trasatlántica se fundaría en 1881 por Antonio López en Barcelona, comenzando su andadura con el interés de desarrollar su actividad marítima, gestionando varías líneas de pasajeros que movía desde la península y otros puertos del Mediterráneo, a lugares para entonces muy alejados como New York, Golfo de Méjico, Centroamérica, Brasil y Filipinas.
A principios del siglo XX Trasatlántica Española ya programaba varios viajes al mes, que regularmente tenían los destinos ya enunciados, llama la atención los trece viajes que anualmente realizaba a Filipinas.
La guerra civil vendría a trastocar el panorama de la compañía y aunque a partir de 1952 resurgiría, dos décadas más tarde, en concreto en 1974, sus últimos buques dejaron de funcionar en el tráfico de pasajeros y en los ochenta las dificultades que atravesaba las pondría en manos del Instituto Nacional de Industria, si bien, tras algunos cambios en la gestión en la que intervino la naviera Odiel, ya solo se ocupaba, con buques propios, de las travesías regulares entre las canarias y la península, pero ello solo se llevaría a cabo algunos años, pues en el 2009 cesaron todas sus funciones.11
A comienzos del siglo XX sería fundada la compañía Transmediterránea. 1916 sería una fecha importante, pues el inicio de su actividad no ha sido interrumpido y sigue operando en la actualidad. Su nacimiento parte de la fusión de un conjunto de compañías, de tal forma que, dos años más tarde, su flota se componía ya de 53 buques y pronto iniciaría los viajes a New York, en torno a 1920, a partir de ahí seguiría una línea de absorciones, en las que destaca la compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios en 1930.
Finalizada la guerra civil se modernizaría y ofrecería unos mejores servicios en nuevas naves, concentrándose progresivamente en el negocio de línea regular, convirtiéndose en el año 2005 en Acciona Mediterránea.12
Las navieras cubrían líneas regulares y lo más factible era que entre sus viajeros se encontraran emigrantes, si bien, la organización de los viajes en aquellos tiempos se establecía por categorías, por lo que las características de los servicios que disfrutaban los que viajaban en primera clase, eran realmente de un gran lujo y bien pudiera estar relacionado con el ocio y el placer de viajar.13
Es en el último tercio del siglo XX cuando la actividad del turismo de cruceros va forjándose, ahí es donde el crucerismo se generaliza en España y se gestiona por un conjunto mucho más reducido de empresas, en el que ya se puede separar más nítidamente los desplazamientos puntuales de pasajeros, de aquellos otros en los que tiene lugar esa unión de ocio y viaje vía marítima, que englobamos en el llamado turismo de cruceros. 14

2.3.- INICIO DEL MODERNO TURISMO DE CRUCEROS EN ESPAÑA (1990-2004)
Los puertos más significativos del turismo de cruceros en España se sitúan en el entorno del Mediterráneo y en la zona Atlántica. Desde el lado de la demanda comenzaran un periodo de expansión, gracias a la búsqueda de nuevos destinos por parte de pasajeros norteamericanos y también debido al crecimiento que tendrá lugar en los mercados europeos.15
Hemos considerado oportuno en este apartado, analizar el crecimiento de pasajeros españoles, que optan para sus vacaciones por el producto crucero, desde aproximadamente 1990 hasta el año 2004, ya que entendemos que a partir del 2005 se percibe el gran avance del sector y además existe una cierta uniformidad en la forma de presentar las estadísticas.
Es cuando se observa un proceso de evolución muy positivo, en el que se constata desde el lado de la oferta, el interés de los operadores de cruceros, que apuestan por nuevos espacios marítimos diferentes al tradicional caribeño y desde el lado de la demanda una intensificación en la intencionalidad del pasajero de cruceros español, de pasar sus vacaciones a bordo de un crucero.
Es un tiempo en el que las infraestructuras en algunos puertos se transforman, de cara a esa remodelación necesaria que deberán tener ciertos recintos portuarios, que buscan la captación de este negocio.
En la década de los ochenta se producirían varios intentos de crear navieras, dedicadas a los cruceros turísticos, tales como Real Marítima de Cruceros o Royal Columbus Lines, pero no tuvieron el éxito debido, si bien, sería la compañía Trasmediterránea la que materializaría la constitución de la sociedad, que sí facilitaría el funcionamiento del mercado de los cruceros en territorio nacional.16
El inicio del turismo de cruceros en España, como sector con una gran proyección de futuro, tendrá lugar en los noventa. A partir de 1993 la expansión del mercado español es una realidad, jugando un papel estelar la compañía naviera Costa Crociere, de origen italiano, que se instalaría en España con el nombre de Costa Cruceros, provocando que intermediarios que no estaban especializados en cruceros, los introdujeran en sus programaciones de viajes como una alternativa más, para que progresivamente los turoperadores españoles como Pullmatur Cruises, Iberojet y Travelplan fueran involucrándose más intensamente, proceso que conllevaría pasar desde simples agentes, a la creación de sus propios itinerarios de cruceros.17
A nivel de cifras destacar los 20.000 españoles que elegían este tipo de vacaciones en los años setenta, dato que permanecería constante hasta mediados de los noventa, durante los cuales comenzó un crecimiento sostenido, que rozaría el 30% entre 1995 y 2000, según estimaciones de la Cámara de Comercio de Valencia, llegando en el 2003 a una cifra en torno a los 195.000 españoles, que optaron por el crucero para su tiempo de ocio, unas 30.000 personas más que en 2002. 18
En relación a la evolución del mercado español podemos observar la tabla 1, en la que se aprecia la tasa de crecimiento anual entre 1999 y 2004, dejando de manifiesto el interés del sector, con una fuerte alza en el año 2001, en el que se duplica el número de pasajeros respecto al año 1999 y si observamos el año 2003 respecto al 2001, el crecimiento vuelve a mostrar una cifra importante.
Las causas de esta progresión pueden encontrarse en la renovación de la flota y las campañas promocionales, en la que intervinieron las cuatro grandes compañías que operaban en España en ese momento: Costa Cruceros, perteneciente a la multinacional Carnival, Festival de la griega Fiesta Cruceros, Pullmantur del grupo Marsans y Spanish Cruise Line, que tendrá en esos momentos entre sus accionistas a Trasmediterránea, Iberojet y a Festival. 19
La valoración para el 2004 extraída de un informe dedicado al turismo de cruceros, hacía expresión de estos hechos manifestando que, esos 250.000 españoles representaban el 7% de los 3,5 millones de cruceristas que transitaron por sus puertos en dicho año y ello confirmaría la ascendente afición surgida en España por esta forma de ocio.20
En esta primera etapa que hemos planteado no existe uniformidad en la información, pues los estudios de European Cruise Council, para los años 2003 y 2004 otorgan unas cifras mayores, rondando en ambos los 300.000 cruceristas de nacionalidad española.21
Incluso dentro de los registros que se utilizan en las fuentes de información de Puertos del Estado y ciertas autoridades portuarias hay en esta etapa discrepancias numéricas.22
Lo más importante en estos años es que, la adecuación del producto crucero al poder adquisitivo de los españoles, ha significado que un 80% de la población pudieran ser demandantes potenciales y el previsible crecimiento del sector acabaría siendo una realidad como lo demuestran los datos. 23
La evolución desde 1992 al 2004 tanto de España como de otros países de Europa, es calificada muy acertadamente como un gran momento de “expansión”, situando el crecimiento español en el contexto internacional, y si los EE.UU aportan en el 2004, 9,2 millones de pasajeros, Reino Unido estaría en torno a 1.100.000, Alemania 450.000, Francia 315.000 e Italia con 325.000, por detrás de los ya citados de nacionalidad española cifrados en 250.000, se encontraría Japón con 235.000.24
El crecimiento de los puertos españoles a nivel de destinos es también una realidad en este tiempo, apoyada por las fuertes inversiones efectuadas en las infraestructuras, para que las instalaciones puedan albergar a los pasajeros de cruceros, ofreciendo unos servicios acordes a las necesidades de una demanda que se intensifica, sobre todo en los siguientes puertos:25

  •  Barcelona, en esta coyuntura ya era líder en el turismo de cruceros en Europa y ocupaba la undécima posición en el mundo.

El éxito del puerto de Barcelona en estos años respondería a dos factores, por un lado y en lo que concierne al crucerista español, destacar que ha pasado de tener un peso específico intrascendente, en las estadísticas de los operadores norteamericanos, a representar el 18% de la clientela, en una compañía tan importante como Royal Caribbean en sus rutas por el Mediterráneo, así como en el 100% en las líneas españolas como Pullmantur, Travelplan e Iberojet.26
Además, y en segundo lugar, el interés de la Autoridad Portuaria de dotar al puerto de una gran seguridad ha supuesto el seguimiento de un plan, que los sitúa en este campo en uno de los mejores de Europa.

  • Baleares aglutina a un conjunto de puertos entre los que destaca Palma de Mallorca, que es el que recibe el mayor número de cruceros turísticos, en comparación con otros puertos de las Islas, poniéndose en marcha un Plan Director de Infraestructuras, en las que se perfilan las posibles ampliaciones, para hacer frente al reto del crecimiento del turismo de cruceros.
  • Santa Cruz de Tenerife con más de 400.000 pasajeros en el 2003, es el tercer destino más importante en el sector de cruceros español, creciendo respecto al año anterior en torno a un 17,02%, sin olvidarnos del dato, según el informe consultado, que destaca en esa fecha, el 21,5% del turismo de cruceros en España se concentraba en el Archipiélago Canario.
  • Las Palmas recibieron en el mismo año, en el 2003, un total de 376 escalas de buques de cruceros y 338.650 cruceristas, lo que significa un crecimiento del 28,8% respecto al año anterior. Como en el resto de puertos significativos en este tráfico, la apuesta por los cruceros ha supuesto la puesta en marcha de infraestructuras, esperando que las inversiones efectuadas redunden en un crecimiento, que sucederá como veremos en epígrafe correspondiente.
  • Málaga dispondrá en estas fechas de unas instalaciones inadecuadas para abordar el crecimiento del turismo de cruceros, pues la configuración del puerto data del siglo XIX y necesitaba una profunda remodelación que ya está realizada. Unas breves referencias a las cifras que ilustran este tráfico, nos sitúa en el 2003 en torno a 270 escalas de buques, que trajeron a Málaga algo más de 200.000 pasajeros de cruceros.

Los datos dejan al descubierto la progresiva importancia del mercado español en el contexto internacional y el interés de ciertos puertos españoles como destino, antes de la etapa que hemos situado en torno al 2005, valorando el turismo de cruceros como un sector en alza dentro de la oferta turística, por ello, nos parece conveniente considerar ahora la evolución de los pasajeros de cruceros en los últimos años, dejando de relieve su posición dentro del mundo y en Europa, que es nuestro entorno más próximo.

1 Ver Tesis doctoral de Cruz Ruiz, E. (2014): op. cit., pp. 151-187. Y Cruz Ruiz, E. & Ruiz Romero de la Cruz, E. (2015)b: op. cit., pp. 1-24.

2 Ver Esteve Secall, R. (1999): “El turismo de cruceros”, en Bote Gómez, V. (Cord.) La actividad turística española en 1998. Editorial AECIT. Castellón, p. 627.

3 Cerchiello, G. (2011): op. cit., pp. 158-186.

4 Ver Pulido Begines, J.l. (2003): “El Transporte de Pasajeros en los Puertos de Cádiz y Algeciras”, en I Congreso de Ciencia Regional de Andalucía: Andalucía en el umbral del siglo XXI, Universidad de Cádiz, p. 990.

5 Cerchiello, G. (2013); op. cit., especialmente consultar el capítulo 1. “los albores del crucerismo a mediados del siglo XIX”, pp. 9-33.

6 La visión de conjunto del transporte marítimo en España puede verse en Valdaliso Gago, J. (2001): “Entre el mercado y el Estado: la marina mercante y el transporte marítimo en España en los siglos XIX y XX”, en Revista Transportes, Sistemas y Telecomunicaciones TsT nº 1, pp. 55-78.

7 Una interesante recopilación de las compañías que operaban en España puede verse en Murias López, R. (2002): op. cit. Especialmente, capitulo 1: “Evolución y desarrollo de la industria del crucero”, apartado 1.6, pp. 67-76.

8 Gracia Alonso, F. & Fullola i Pericot, J.M. (2006): El sueño de una generación: el crucero universitario por el Mediterráneo de 1933. Edicions Universitat Barcelona.

9 Correyero Ruiz, B. (2000): “Apuntes para el Primer Crucero Trasatlántico a la España Nacional (1939)”, en Historia y Comunicación Social nº 5, pp. 75-87.

10 Traemos a colación la historia del Cabo Izarra, como muestra de las vicisitudes que viviría el incipiente sector cruceros en España en los años sesenta. En un principio el Cabo Izarra realizó diversas travesías turísticas por Europa junto con otros buques, como el MN Cabo San Roque, o Cabo San Vicente, entre otros, aunque estos últimos fueron diseñados como buques de línea; si bien, aprovechaban la temporada estival para realizar algún crucero turístico, mientras que el Cabo Izarra su fin era ser un buque destinado a los cruceros. Tras estas primeras singladuras y al no obtener los resultados comerciales que se esperaban, fijó posteriormente su base en San Juan de Puerto Rico, para dedicarse a cruceros por el Caribe, zona más rentable de cara a su cometido turístico. En 1970 fue vendido a una compañía americana, que lo rebautizó con el nombre de "West Star", perdiendo su pabellón español y pasando a realizar cruceros por el Pacifico. Más tarde la compañía se arruinó y vendió sus activos a Holland America Line. EL MN “Cabo Izarra” acabó sus días, bajo el nombre de “XingHu”, como transbordador en el puerto de Hong Kong, donde fue desguazado el año 2000.

11 En línea www.buques.org/Navieras/Trasatlantica/Trasatlantica.Consultado 5/5/2013.

12 En línea www.personal.telefonica.terra.es/web/carvajaljose. En esta página se ofrece información de la compañía. Si bien, a partir de 2005 pasa a ser Acciona Mediterránea y su página web ofrece noticias de interés, aunque intrascendentes para el tema que nos ocupa. Consultado 5/5/2013.

13 Garay Tamajón, L.A. y Canovés Valiente, G. (2012): op. cit., p. 260.

14 Ver Cruz Ruiz, E. (2014): op. cit., especialmente capítulo 5: “El turismo de cruceros en España”, apartado 5.1.3: “Inicio del moderno turismo de cruceros en España, pp. 202-207.

15 Gómez Martín, M. (2000): “El mercado español de cruceros en cifras”, en Castejón R. y Charlier J. (Dirs.) El renacer de los cruceros: la mundialización de los negocios turísticos y marítimos. Fundación Portuaria. Santander, p. 65.

16 Paniagua Mazorra, A. (2005): “El mercado de los cruceros en España. Una perspectiva histórica (1994-2004)”, en Revista Estudios Turísticos nº 165, pp. 131-160. El tema de las compañías que operan es España con éxito o no, en los años que contempla el estudio, se puede observar en pp. 137-145.

17 Urtasun, R. (2004): “Navegando a toda máquina”, en Revista Hosteltur nº 127, pp. 7-8.

18 Informe Cámara Valencia. (2010): El Turismo de Cruceros. Cámara de Valencia. Valencia, p. 9.

19 Puertos del Estado. (2002): “Especial Cruceros: ¿Quién dijo crisis?”, en Revista Puertos nº 101, p. 27.

20 Informe Savia. (2005): “Los turistas se hacen a la mar”, pp. 44-49. En línea www.amadeus.com. Consultado 25/2/2013.

21 European Cruise Council. (2010/2011): Report. Bruselas, especialmente debemos fijarnos en capítulo “Spanish cruise market”, p. 38. Hacemos constar que las cifras para los principales países emisores de cruceristas tampoco son coincidentes, a excepción del Reino Unido.

22 Ver Esteve Secall, R. (1999): op. cit., p. 634. Y entre las cifras de Esteve, R. & Gómez Martin, M. (2000): op. cit., que analiza una cronología semejante, tampoco existe uniformidad.

23 Paniagua Mazorra, A. (2005): op. cit., p. 136.

24 Informe Savia. (2005): op. cit., pp. 45-46. Y sobre todo ver en Cruz Ruiz, E. (2014): op. cit. Especialmente, capítulo 4: apartado 4.3, “Cruceros en Europa: países de origen y destino”, pp. 174-183.

25 López, J.M. y Urtasun, R. (2004): “El crecimiento de los puertos españoles. Barcelona y Baleares, en la proa de Europa”, en Revista Hosteltur nº 127, pp. 31-32.

26 Ver el interesante artículo de Rosa, J.M. (2004): “Los turoperadores españoles también quieren su trozo de la tarta de los cruceros”, en Revista Hosteltur nº 127, pp. 20-25