El ALBA-TCP: integración bolivariana en Nuestra América

El ALBA-TCP: integración bolivariana en Nuestra América

Eugenio Espinosa Martínez*
Universidad de La Habana

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El ALBA-TCP y sus críticos

Fragmentación
Al ALBA-TCP se le adjudica el efecto de fragmentar a la América Latina y el Caribe (Nuestra América). Lo primero que habría que decir es que cuando el  ALBA llegó la región ya estaba fragmentada. Esa balcanización de Nuestra América es de larga data, ha pasado por varias etapas y se inicia con la formación de los Estados Nacionales, que supone desde la delimitación de fronteras hasta la conformación de las élites oligárquicas criollas nacionales, sus organizaciones económicas y políticas, sus imaginarios de culturas nacionales y sus ideologías de hegemonía, dominación y explotación de clases. En esa delimitación de territorios y fronteras nacionales es donde surgen las contraposiciones de intereses y del ejercicio de las hegemonías criollas que conducen a los conflictos interlatinoamericanos.

Esos conflictos latentes o no, son los que aperturan brechas para las intervenciones externas por parte de las potencias y favorecen el ejercicio eficaz de las hegemonías y dominación imperiales. Los conflictos interlatinoamericanos e intercaribeños alimentan y favorecen las intervenciones imperialistas y viceversa, y entorpecen y dificultan los procesos de cooperación e integración regionales en Nuestra América1

A su vez, las políticas y proyecciones exteriores de las potencias hacia Nuestra América confluyen hacia la fragmentación de la América latina y Caribe. Todo el siglo XIX latinoamericano y caribeño, y hasta hoy, está marcado por estas interferencias e intervenciones imperiales; pero también por los diversos intentos de cooperación e integración regional intralatinoamericanos y caribeños. En tales conflictos, contraposiciones y contradicciones es donde radica esa fragmentación de la que tanto se habla.

El año 2005 en que los países latinoamericanos y caribeños deciden parar el ALCA en la Cumbre en Argentina, quedando abierta la puerta para miniALCAs bilaterales en los TLCs con los EUA2 , no fue la primera vez que ello ocurre: también en 1889 los EUA propone un Área de Libre Comercio para las Américas de sopetón que no es aprobada y una moneda única tampoco aprobada3 , entre otras cosas. Ello no impidió el avance posterior del panamericanismo y del Corolario Roosevelt a la doctrina Monroe, que en los años 30 del siglo XX se expresó en la imposición por los EUA de Tratados bilaterales de Libre Comercio con varios países latinoamericanos y caribeños, entre ellos Cuba.

Esos Tratados bilaterales fueron fundamentales en la consolidación de la llamada estructura en forma de rayos de los intercambios económicos de los EUA con cada país latinoamericano. Esa estructura con un centro en EUA que irradia hacia y desde cada país latinoamericano y caribeño genera y establece complementariedades con la economía central e impide u obstaculiza la complementariedad bis a bis entre latinoamericanos –es la estructura centro-periferia, metropoli-colonia-neocolonia. De tal forma se refuerza la fragmentación latinoamericana. Esto es, no es el ALBA el que fragmenta a la región sino que históricamente son las potencias europeas primero y luego la nueva potencia, imperialismo emergente ayer y hoy en declinio relativo- los EUA- el que fragmenta a Latinoamérica y el Caribe.

Hegemon
La noción de que todo proceso de cooperación e integración regional se caracteriza por un país hegemon o país líder, parte de una percepción mediada por la teoría neorrealista en las relaciones internacionales, tanto en las relaciones de cooperación como en las relaciones que suponen procesos de integración 4. Esa percepción parte del supuesto de que los Estados nacionales son los únicos actores en el plano internacional, de que no hay conexión entre política interna y externa, y de que el poder económico, político, tecnológico, cultural y militar es lo que determina las ganancias absolutas y relativas de los Estados en las relaciones internacionales. Aún más, deriva de allí que los beneficios en los intercambios deben estar signados por una reciprocidad desigual ya que reconoce las asimetrías para asumir que los flujos de beneficios deben ir y/o van en la dirección donde se concentra el poder hegemónico. Aunque tal situación es frecuente que ocurra, sobre todo cuando se trata de relaciones capitalistas o imperialistas, habría que decir que las relaciones de intercambio al interior del ALBA-TCP están guiadas por las ventajas compartidas o ventajas cooperativas y no por una lógica de poder que concentra las ganancias a favor de la élites y de las corporaciones transnacionales.

No hay hegemonías al interior de las relaciones entre los países miembros del ALBA-TCP, ni liderazgos que supongan subordinación entre los países en desmedro de su soberanía y autodeterminación.

Extractivismo
Al iniciarse lo que ya se consolida como una fase pos neoliberal en la América Nuestra luego de 26 años de predominio neoliberal –contando de 1973 a 1999- 5 los países latinoamericanos y caribeños se encontraban en una situación de altos niveles de endeudamiento externo, baja disponibilidad de reservas internacionales y altos flujos externos negativos; junto a una deuda social con altos índices de pobreza y exclusión, y distribución regresiva del ingreso; unido a un creciente deterioro ambiental.

De la llamada década perdida y la crisis estructural 6 que caracteriza al conjunto de Latinoamérica y Caribe con su crisis económica, política, social y ambiental, cada país latinoamericano emerge con diversas situaciones nacionales específicas en dependencia de la forma en que esa crisis estructural evolucionó.

 En los países en que los movimientos sociales y partidos políticos de izquierda logran acceder al gobierno y comenzar a ejercer sus funciones de gobierno y poder e inician transformaciones más o menos profundas de sus realidades constitucionales, económicas, políticas, sociales, culturales e ideológicas; y se proponen planes y programas de desarrollo alternativos hacia el socialismo del siglo XXI; o planes y programas neoestructuralistas/neokeynesianos/neodesarrollistas de transformación del modelo neoliberal, en tales países la búsqueda de recursos de financiamiento para esos planes y proyectos, resulta de fundamental importancia.

Esos recursos financieros que no supongan mayor endeudamiento ni mayor presencia de la que ya tienen de capital extranjero en sectores claves de la economía, la obtienen esos gobiernos de sus recursos naturales –petróleo y  gas- recuperados resultado de sus políticas soberanas de nacionalización de empresas y/o de elevar las diversas tasas aplicadas al capital extranjero.

Lo que diferencia a los países del ALBA-TCP en cuanto a la explotación de sus recursos mineros, petroleros y gasíferos, es que los excedentes resultado de la explotación de los mismos se destina a financiar:

  •  Proyectos y planes de transformaciones productivas, económicas y tecnológicas que tiendan a reducir las deformaciones estructurales de sus economías, reduzcan los índices de dependencia externa de las  mismas, contribuyan a facilitar la complementariedad intraALBA e intraLatinoamericana, esto es, contribuyan a la construcción de un espacio económico común, y preserven el medio ambiente, la naturaleza y la especie humana.
  • Proyectos de desarrollo social que mejoren las condiciones de vida y de trabajo de los sectores secularmente excluidos por siglos de capitalismo y años de imperialismo.
  • Proyectos de transformación productiva que preserven los patrimonios ambientales  de los países miembros.
  • Proyectos y empresas que al reducir los índices de dependencia externa encaminen esos países y sociedades por los caminos de la soberanía e independencia, contribuyan a la conformación de un mundo pluripolar y se encaminen a un desarrollo sostenible y sustentable.
Es en ese destino transformador de los recursos que el ALBA-TCP se diferencia del modelo primario exportador, y del modelo ambientalmente depredador que las corporaciones transnacionales monopolistas capitalistas han aplicado durante años y siglos. 

1 Quizás pudiera levantarse la hipótesis de que la reaparición durante los años 2000-2012- de conflictos de larga data que aparecen como intralatinoamercanos y caribeños –(Chile-Perú-Bolivia), (Colombia-Nicaragua),  (Costa Rica-Nicaragua), (Colombia-Ecuador), (Colomb ia-Venezuela)- han sido aprovec hados y/o impulsado por la gran potencia imperialista regional: los EUA.

2 Desde 2003 en el ALCA de Miami ya se había comenzado a delinear la posibilidad de las minALCAs bilaterales (TLC con EUA), continuó en 2004 en Puebla y finalmente en 2005 en Argentina quedó allí parada el ALCA de sopetón, es decir el ALCA que quería los EUA de una sola vez. A partir del 2005 continuó con su camino de las minALCAs al firmar acuerdos de libre comercio bilaterales con varios países latinoamericanos. Ver: Eugenio E. Espinosa Martínez, Economía y Sociología Internacionales después del 11 de septiembre de 2011:actores y escenarios de futuros, Revista Digital de Flacso-Cuba-UH # 3 http://www.flacso.uh.cu

3 Eugenio Espinosa Martínez, La Iniciativa para las Américas y la Conferencia Internacional Americana, Relaciones Internacionales # 39, segundo semestre de 1992, Universidad Nacional de Costa Rica, San José, 1992.

4 Al respecto: Eugenio Espinosa, La cooperación internacional en las relaciones internacionales de Cuba: teoría y práctica, en: Ayrton Fausto y José Flavio Sombra Saraiva (org) Diálogos sobre a Patria Grande. Contribuciones de los ocupantes (2003/2004) de la Cátedra Vilmar Faria de Estudios Latinoamericanos, Edit Abaré/Flacso-Brasil/IBRI, Brasilia, 2004. Eugenio Espinosa, El ALBA: teoría y práctica de la integración regional, en: Josette Altmann Borbón (edit) América Latina y el Caribe: ALBA:¿una nueva forma de integración regional?, Edit Teseo/OIRLA/Flacso/Fundación Carolina, Buenos Aires, 2011.

5 Eugenio Espinosa, El neoliberalismo revisitado: su crisis y alternativas emergentes. ¿neoliberalismo plus, neodesarrollismo o socialismo del siglo XXI?, Editorial Académica Española, 2012 http://www.eae-publishing.com

6 Para la noción de crisis estructural: Eugenio Espinosa, “Crisis económica y cambios políticos y sociales en América Latina”, en; Jairo Estrada (coord.) La crisis capitalista mundial y América Latina. Lecturas de Economía Política. CLACSO, Colección de Grupos de Trabajo, Buenos Aires, octubre 2012.