CAÍDAS Y DEPENDENCIA EN MAYORES INSTITUCIONALIZADOS

CAÍDAS Y DEPENDENCIA EN MAYORES INSTITUCIONALIZADOS

Miguel Ángel Marta Lazo

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1.2 EPIDEMIOLOGÍA

Los estudios de los últimos años sobre caídas detallan una fuerte curva  de inflexión, no donde se considera actualmente la entrada a la ancianidad, 65 años, sino unos años más adelante, donde podríamos aceptar el comienzo real de la misma.  Se podría decir en este sentido que no nos hacemos mayores cuando cumplimos cierta edad, sino cuando comenzamos a ser dependientes.

Las fuentes estadísticas encuentran sus límites en la recepción de los datos de las caídas que no causan lesión y no han sido observadas por ningún testigo, en consecuencia los datos que se indican podrían no ser del todo fiables especialmente en los mayores no institucionalizados, en los que el control  se hace más dificultoso. Overstall observó que la mayoría de las caídas de la comunidad no son comunicadas al médico (6). En este sentido pensamos que en el mayor institucionalizado existe una mayor facilidad para la recogida de esos datos, ya que existe un mayor control sociosanitario.

Lázaro del Nogal en un estudio del año 1997 incluye estos datos significativos: La frecuencia de las caídas se halla directamente relacionada con la edad y el sexo. Un tercio de las personas mayores de 65  años se caen una vez al año, y de ellos la mitad vuelven a caer. La incidencia anual asciende del 25% en la población entre los 65 y los 70 años, al 47% después de los 75 años, se incrementan para los mayores de 80 y disminuye a partir de los 85 años. Las mujeres caen con mayor frecuencia que los varones hasta los 75 años y posteriormente se igualan en frecuencia (7).

Estos datos también fundamentan nuestro estudio ya que, ese descenso para mayores de 85 creemos que es debido a que el grado de dependencia ha aumentado considerablemente. Esto hace que un parte de ellos hayan perdido la deambulación y otra parte sólo caminen con ayuda, lo que obviamente, disminuye el riesgo de caídas.

Según Lázaro del Nogal el índice de caídas (número de caídas acumuladas por cada 100 personas en un año) aumenta desde 47, entre las personas de 70 a 74 años, a 121 para los mayores de 80 años o más, considerando la situación tanto en el medio comunitario como en el asistencial (8).

Si separamos estos dos tipos de población nos damos cuenta que siguen el mismo patrón de caídas. Así pues, Vellas, tras dos años de seguimiento de 613 personas de la población en general, con una media de edad de 73,5 años, comprobó que el 59,3% de las mujeres y el 45.5% de los varones habían presentado una caída durante el periodo de observación. En el primer año de estudio habían caído el 46.6% de las mujeres y el 29.6% de los varones (9).

En cuanto a la población institucionalizada, según Tinetti, la incidencia anual fue de 1530/1000 camas en el medio residencial (10).

Un estudio realizado por Calvo Aguirre en la residencia mixta de Zorronga (San Sebastián) a lo largo de cuatro años en una muestra con una media de 79.8 años de edad, muestra una tasa de caídas de 0.7 residente/año desglosada para los 320 ancianos en 0.78 para las mujeres y 0.50 para los varones (11).

Al igual que en el estudio anterior, otros muchos resaltan una frecuencia de caídas mayor en mujeres que en varones, principalmente hasta los 75 años, edad en la cual esta diferencia tiende a igualarse (12, 13, 14, 15).

En cuanto a las consecuencias, basta con realizar un breve repaso a algunos estudios para darse cuenta de la realidad del problema:

  • Las caídas son la primera etiología de las muertes accidentales en personas de más de 65 años, llegando a representar el 70% de las muertes accidentales en las personas de 75 años o más de edad (16).
  • En cifras absolutas las muertes por caídas en E.E.U.U. se estiman más de  15.000 fallecimientos al año, de las que 12.500 corresponden a mayores de 65 años (3).
  • Por otro lado las caídas son la principal causa de fracturas de cadera en el anciano. Según diversos autores las cifras estarían entre un 88 y un 90% para las fracturas por caída y el resto provocadas por otro tipo de accidentes más las fracturas osteoporóticas (17, 18, 19).

Pero las caídas se pueden prevenir, intentando eliminar los factores de riesgo conocidos, esto impediría que dos tercios de los mayores que se caen sufrieran de otras caídas en los siguientes seis meses como pasa en la actualidad (20).