CAÍDAS Y DEPENDENCIA EN MAYORES INSTITUCIONALIZADOS

CAÍDAS Y DEPENDENCIA EN MAYORES INSTITUCIONALIZADOS

Miguel Ángel Marta Lazo

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CONCLUSIONES

7.1 El aumento del grado de dependencia en los mayores institucionalizados no se asocia significativamente con el número total de caídas, ya que disminuye el número de caídos repetidamente, pero éstos se caen en más ocasiones.

  1. El grado medio de dependencia no se asocia con un cambio en el perfil físico de la persona que cae, es decir, las mismas características de edad, sexo e independencia para las A.B.V.D. Caen mayoritariamente mujeres, con una media de aproximadamente 82 años, con un índice Barthel ligeramente superior a 80 puntos. En el 70% de los casos no es la primera caída y  más de la mitad han caído en los últimos seis meses. En aproximadamente el 80% de las situaciones no cambia el modo de vida y sobre el 50% de ellas tienen miedo de volver a caerse. Donde si existe variación es en las funciones cognitivas, con un descenso del M.E.C. medio de los caídos desde un 22.5 hasta un 16.8.
  2. Los lugares donde suelen caer son en el comedor (planta baja) y en la habitación. Existe buena iluminación en el 80% y suelo liso en el 84% de las caídas. La distribución horaria nos hace ver que hay riesgo a cualquier hora, pero que con el aumento de dependencia existe un menor riesgo nocturno. Normalmente caen en zapatillas por el día y descalzos por la noche. En la mayor parte de las caídas no existe ningún objeto capaz de favorecerla  y en un 60% son de carácter accidental cuando están andando, levantándose, sentándose o durmiendo principalmente. Se caen sobre todo hacia un lado y hacia delante, aumentando con la dependencia los porcentajes de caídas hacia atrás o sentados. Normalmente las caídas son presenciadas, pero la dependencia hace que los testigos sean menos fiables. Casi dos tercios de los caídos caen cuan largos son en una superficie dura y como mucho están unos minutos en el suelo del que no pueden levantarse por si mismos o lo pueden hacer pero con ayuda. Las consecuencias inmediatas de las caídas normalmente son inexistentes o heridas superficiales y contusiones. Sólo en, aproximadamente, el 3% de los casos corresponden a fracturas o traumatismos craneoencefálicos.
  3. La alarma en la mayoría de los casos es dada por el personal del centro o los compañeros de habitación, pero éstos últimos con el aumento de la dependencia van bajando su porcentaje, al igual que el de las alarmas dadas por la propia persona, aumentando el de los primeros. Las alarmas normalmente son dadas a auxiliares, aunque como en la actualidad existen más ancianos frágiles aumentan las llamadas al servicio de enfermería. Normalmente al no tener consecuencias no necesitan cuidado inmediato y en caso de necesitarlo, se realiza en la habitación o en la sala de curas.  Sólo un 3% necesitan ser trasladados al hospital. Un tercio de las personas caídas necesita ayudas para seguir con su vida habitual.
  4. Las caídas son en la mayoría de los casos accidentales, en suelo liso y duro, en lugares bien iluminados, con un calzado adecuado y sin ningún objeto que pueda favorecerla. Los factores de riesgo extrínsecos normalmente son mínimos o son inexistentes. Esto hace que adquieran importancia los intrínsecos y dentro de éstos el equilibrio y la marcha, fundamentales para la prevención de caídas. Por lo que una valoración del equilibrio y de la marcha se hace indispensable en una Valoración Geriátrica Integral.
  5. El Cuestionario de la O.M.S para el estudio de caídas se hace menos fiable cuánto más deterioro cognitivo existe, quedando la mayor parte de las respuestas, supeditadas a la existencia de un testigo en los casos de mayor deterioro. Esto hace que en muchos casos no se pueda completar gran parte del cuestionario, si el examinador no revisa las historias clínicas y/o realiza alguna prueba para comprobar si existe miedo a  volver  caer.
  6. La identificación de los factores de riesgo en el primer contacto con el mayor debería ser la base del trabajo en la prevención de caídas, para ello la elaboración de una historia teniendo en cuenta este aspecto mejoraría el índice de caídas en ancianos institucionalizados, ayudando también a la prescripción de las ayudas técnicas adecuadas.

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