UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO LOCAL

UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO LOCAL

Alejandro Hernández Renner (CV)

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6.2. UN MODELO DE DESARROLLO LOCAL BASADO EN LAS INSTITUCIONES COMUNITARIAS

Ya se ha mencionado en el capítulo 5 que la forma en que las Instituciones Comunitarias contribuyen de manera más evidente al desarrollo de sus territorios es mediante la promoción de la capacidad comunitaria, animando y reforzado las redes y los procesos que están en la base de, y a la vez constituyen, las capacidades comunitarias y el capital social. De la misma forma, hemos visto que las IC estimulan la filantropía, tanto por convicción como para  ayudar a su propia subsistencia y a su operatividad.
La versión final del marco teórico (4.0) es un nuevo modelo de desarrollo económico de las comunidades locales, que describe la experiencia de éxito de algunas de las instituciones más avanzadas en materia de desarrollo local. Creo que es necesario sacar partido del elevado grado de desarrollo alcanzado por la ciencia, y de la experiencia internacional, para mejorar estructuras y estrategias en un entorno económico y social cada vez más complejo y de rápida transformación. El contexto es continuamente nuevo; requerimos enfoques evolutivos y nuevos, que favorezcan la innovación y la utilicen de manera eficaz para promover el desarrollo. En esta tarea, las instituciones comunitarias pueden constituir una herramienta idónea para comunidades, filántropos, empresas y gobiernos, por su posición única en el escenario local.
Desde un punto de vista metodológico, el modelo se ha elaborado a partir de la versión 3.0 del marco teórico, y tras realizar la totalidad de la investigación empírica necesaria para validarlo. Esta versión final incluye algunas modificaciones sobre la anterior, en un nuevo ciclo del proceso iterativo ya descrito. Tales modificaciones son importantes: resultan de incorporar conexiones lógicas, y responden en general a mostrar más claramente cómo funcionan lo que podríamos llamar “los motores del desarrollo en relación con la filantropía, el capital social y la capacidad comunitaria”:
-  aparece un nuevo microproceso que muestra cómo las comunidades locales aportan a la IC desde el principio donativos y trabajo voluntario (y éste es un nuevo elemento que había marginado inicialmente), ayudando así a su creación y crecimiento inicial.
- Presento más claramente cómo las instituciones facilitan y favorecen la aportación de nuevos fondos ofreciendo servicios a los donantes, concepto que incluye en este esquema a asociados y voluntarios, es decir, son “donantes” de todo tipo de recursos con valor económico, en un sentido amplio.
- Intento mostrar más claramente cómo la promoción a la filantropía (también nuevo) es paralela a la promoción de la capacidad comunitaria, y ayuda a reforzar el proceso de retroalimentación entre la comunidad y la Institución Comunitaria, posiblemente generando, a medida que aumenta el volumen de las donaciones y de la dotación fundacional, economías de alcance (Gorman, 1985).
- En cuarto lugar, sustituyo la palabra “dinero” por “apoyo financiero”, mucho más adecuada, y que además refleja mejor que debemos entender el apoyo a las ONGs y emprendedores en un sentido amplio de otorgamiento de ayudas con valor económico.
- Finalmente, integro dos elementos importantes que habían quedado un poco disipados hasta el momento en la elaboración del marco teórico, y son: por un lado, el que he definido como “Visión de la IC” en el capítulo 5: resolver las necesidades y problemas comunitarios (WINGS, 2005 y Malombe, 2000); y por otro, la promoción de la equidad social (Gemelli, 2006 y Carson, 2005). Con ello, esta versión final incorpora la práctica totalidad de los que denominamos características primarias o elementos “sustanciales” de una IC, con la excepción de la creación de una fondo económico estable y destinada al fin social, que dependerá un poco de cuál sea el régimen jurídico aplicable a la institución en cuestión.
Espero ofrecer con este modelo una visión orgánica, interactiva e iterativa, lógica, y relativamente completa, de la secuencia del macro-proceso del desarrollo local, en lo que se refiere a la posición de las Instituciones Comunitarias dentro del mismo. Creo que este modelo teórico puede ayudar a entender y a describir mejor ciertas dinámicas descritas en la literatura científica y en análisis de casos reales, y tengo confianza en que otros investigadores y profesionales puedan mejorarlo en el futuro.
Las ideas combinadas en un marco teórico finalmente se convierten, después de evolucionar por medio de un proceso iterativo, en un modelo teórico de cómo las  instituciones pueden incidir positivamente en el desarrollo económico de sus comunidades. Creo que se dan las condiciones suficientes para considerar que es una estructura teórica estable, una generalización analítica, es decir la ilustración, representación, expansión o generalización de un marco teórico (Yin, 2003); un modelo, en definitiva, con condiciones de transferibilidad (Maxwell, 1998). Pero el modelo teórico propuesto no debe entenderse como una explicación universal de los procesos de desarrollo local en los que intervienen instituciones. A la vista de lo aprendido acerca de las teorías acerca del desarrollo económico, este marco teórico debe servirnos como muleta intelectual. En el proceso de ordenación de elementos y de ideas, posiblemente caben tantas combinaciones como lectores haya. Para mí, lo más importante no es haber dado con un modelo, sino ayudar a reflexionar a aquellos que tienen responsabilidad en materia de desarrollo local acerca de nuevas posibilidades, combinando estos elementos. Mi consejo, eso sí, es no dejar de poner a la persona en el centro de cualquier fórmula por que finalmente se opte.   
Aquí se incluyen por un lado, consideraciones teóricas, y por el otro, una descripción de lo observado en determinadas instituciones. Es necesario reconocer que no es corriente encontrar organizaciones, especialmente en nuestro entorno español, que desarrollen su trabajo sistematizando de manera metódica la complejidad que las rodea. Pero precisamente un enfoque innovador, basado en la experiencia de algunas de las organizaciones más eficaces y eficientes del mundo no lucrativo, puede ayudarnos a elaborar estrategias de desarrollo adecuadas a las dinámicas globales con las que debemos de enfrentarnos en la actualidad, independientemente del tamaño, forma jurídica o naturaleza privada o pública de la institución que persigue lograr el desarrollo local. 
El peso relativo de muchos elementos del modelo será diferente en cada caso real al que nos enfrentemos. Por ejemplo, unos concederán más importancia al uso de liderazgo que al apoyo financiero, otros buscarán más claramente la innovación que el cambio institucional, etc... Pero puedo afirmar, tras un contraste empírico, que ninguno de los elementos del marco teórico es irrelevante. He seguido estrictamente un procedimiento de validez y fiabilidad basado en Yin (2003), que ha incluido cotejos de las selecciones realizadas con expertos, verificación de los borradores de informe con los informantes clave, triangulación de información, y otra serie de técnicas de garantía de la calidad de la investigación empírica cualitativa, que  permite alcanzar un resultado objetivo, a pesar de que, como es obvio, todo modelo origina de un punto de vista inevitablemente subjetivo.
No quiero dejar de mencionar la importancia de que cualquier estrategia de desarrollo local, sea más convencional o más innovadora, se acompañe con técnicas cuantitativas de medición precisa de los resultados de la actividad de las Instituciones Comunitarias. Algunas IC punteras en otras parte del mundo, y algunas organizaciones globales de apoyo a las mismas, están empezando a crear y a utilizar tales técnicas de medida cuantitativa. Ya he mencionado el SROI, que aplica a proyectos concretos, y se pueden añadir, por ejemplo, herramientas de gestión como el Balance Wheel de TCFN (en http://www.tcfn-cfc.ca/previous-work), o ciertos recursos de la fundación Mott (http://www.mott.org). Este tipo de herramientas, que están correlacionadas con el universo de la evaluación de los resultados, están aún muy lejos de la praxis de muchas IC, y en particular de las españolas. Esto es cierto en general en lo que se refiere a las entidades de todo tipo relacionadas con el desarrollo económico de sus comunidades. Visto en positivo, existen varias vías de investigación y de mejora en la gestión del desarrollo local para el futuro, y posiblemente una de ellas, en forma de sistema de medición del Producto Interior de Felicidad de una comunidad determinada, estará consolidada en un futuro inmediato.