SAN BLAS, NAYARIT; MÉXICO. 
LA HISTORIA ECONÓMICA DEL PUERTO MERCANTE Y AGRICULTOR QUE SE CONVIRTIÓ EN DESTINO TURÍSTICO (1768-2010)

SAN BLAS, NAYARIT; MÉXICO. LA HISTORIA ECONÓMICA DEL PUERTO MERCANTE Y AGRICULTOR QUE SE CONVIRTIÓ EN DESTINO TURÍSTICO (1768-2010)

Leonardo García Mondragón (CV)
José Octavio Camelo Avedoy
(CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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Conclusión general

En apartado general, en la historia económica del municipio de San Blas se pueden destacar cuatro periodos, que tienen que ver con la creación- auge-, decadencia del puerto comercial, y la aparición- crecimiento de la actividad turística. Durante el primer periodo la implementación del puerto necesita del apoyo de las políticas del Estado para mantenerse activo, comienzan a gestarse los agentes económicos que determinarían el proceso de auge del puerto, que se vive en el segundo periodo durante el cual las contradicciones del sistema económico crean las condiciones para el cambio de las formas de acumulación y la estructura de clases, y durante este proceso San Blas alcanza su mayor dinámica como puerto comercial por un periodo corto (de 1811 a 1830 aproximadamente); el comienzo del México independiente articula un nuevo periodo con una serie de dificultades para el puerto que cae en vicios en su manejo y las políticas del Estado gestan condiciones para un nuevo acaparamiento del territorio por capitales nacionales y extranjeros, dejando de lado a las clases oprimidas, esto motiva nuevos procesos de conflicto entre capital y trabajo originando el levantamiento lozadista, los problemas agrarios y culmina con el periodo de la revolución mexicana.
Finalmente en un cuarto periodo se puede analizar la aparición de la actividad turística en San Blas que se había convertido en un territorio agrícola desde inicios del siglo XX, sin embargo en la actualidad la agricultura vive un periodo de retraso y en la cual ha disminuido considerablemente la intervención y apoyo por parte del Estado, en tanto el turismo a partir de la década de 1970 tendría un crecimiento paulatino hasta comenzar una transición en la región costera del municipio de la actividad agrícola a la actividad turística, comenzando procesos de expansión a partir de 1990, y que ha logrado posicionarse en la actualidad como un destino turístico en crecimiento, impulsado por el Estado como actividad punta para el desarrollo del municipio.
Ahora bien, observando el objeto de estudio a partir de patrones de acumulación, se concluye que el neoliberal actual reconfigura el espacio económico y social del municipio de San Blas, donde aún prevalecen formas precapitalistas de producción, interactuando con formas capitalistas, es en este espacio donde la dinámica económica se encuentra en un proceso de ajuste, sobre todo en las actividades económicas primarias, específicamente en la agricultura.
Es en esta actividad del sector primario donde se identifican estas formas de producción precapitalistas, no porque funcionen fuera del modelo económico capitalista en el que estamos inmersos, sino porque tradicionalmente la organización social para la producción es diferente, aunque incipientemente, aún prevalecen formas de organización social comunitaria, que paupérrimamente se siguen expresando en el municipio.
Estas formas han prevalecido porque en algún momento de la historia, el Estado mexicano buscó preservar estas formas tradicionales de producción y consumo a partir de la figura de los ejidos, fundados y expandidos en todo el territorio mexicano allá por los años 1920 a 1940, pero fue base de la reforma agraria en el año de 1917; desde entonces prevaleció esta forma de dotación de tierras y de organización social y económica  en el medio rural hasta hace relativamente pocos años, todavía se realizaron dotaciones de ejidos en la segunda mitad del siglo pasado (siglo XX).
En el caso específico del municipio de San Blas, las formas de acumulación de la agricultura en el sector económico primario están en constante cambio, dentro de un proceso de adaptación e incorporación al modelo económico capitalista, la enajenación de tierras es cada vez más permisible, lo que conlleva a una lenta pero paulatina apropiación del territorio y sus actividades económicas por aquellos particulares con la capacidad para invertir grandes capitales, estos agentes económicos se apropian de la dinámica económica del territorio y se apropian de la mayor parte de la plusvalía que se genera en el mismo.
Las cada vez menos dinámicas productivas de participación social están transitando hacia modelos netamente capitalistas, la agricultura para los ejidatarios es considerada una actividad económica como forma de vida, gracias a la cuál satisfacen sus necesidades humanas, desenvolviendo un papel importante en la organización social del trabajo, sin embargo, esta visión comienza a devenir hacia el fin de obtener la mayor cuota de plusvalía posible.
De este gran proceso de transformación, el Estado desempeña un papel primordial, ha dejado de lado las políticas de apoyo al campo, así mismo, ha dejado de regular la inserción al mercado de los productos del campo, haciendo del mercado el máxime regulador de toda activada, muy acorde al momento histórico de dominación neoliberal; estos cambios son los que principalmente han forzado a los ejidatarios del municipio de San Blas a modificar su formas de vida y sus actividades productivas, el hecho de que el Estado ya no regule la actividad agrícola ha permitido que los agentes económicos, inmersos en cualquier momento del ciclo del capital, definan el rumbo que dicha actividad económica ha de tomar; lamentablemente, estos agentes económicos no son los propios ejidatarios, sino aquellos poseedores de grandes capitales para invertir, a saber, son dos agentes económicos principales quienes han entrado en la dinámica de la agricultura modificando sus procesos: los capitales financieros y los intermediarios o comúnmente llamados por los ejidatarios coyotes.
La actividad agrícola a partir de la estructura y organización ejidal no está diseñada de acuerdo al modelo económico capitalista, sin embargo con el patrón de acumulación neoliberal se integra a este modelo, con características particulares que permiten  su integración sin necesariamente modificar la estructura organizacional y funcional de los ejidos.
Si bien, los grandes capitales no pueden apropiarse completamente de la actividad económica de la agricultura ya que no pueden poseer, por lo menos en los territorios ejidales, el medio de producción principal: la tierra, sí han podido encauzar la agricultura en los procesos y las formas del mercado del modelo económico capitalista, de esta manera, aunque no pueden apropiarse de la actividad económica agrícola, sí determinan sus procesos y se quedan con gran parte del excedente, por medio del financiamiento en el caso de los capitales financieros, y por la comercialización y colocación de los productos en el mercado en el caso de los intermediarios.
“Los nuevos patrones de producción pasan a determinar nuevos patrones de distribución” (Valenzuela, 1990:132), es en esta fase del ciclo del capital donde precisamente los intermediarios han logrado ser parte importante de la estructura productiva en el sector agrícola, y con ello captar gran parte de la plusvalía que le correspondería obtener al agricultor, una expresión de las formas de explotación entre las clases sociales que participan de esta actividad.
Aunado a esto, la apertura comercial de México ha dejado en franca desventaja a los agricultores frente a la competencia con los productos agrícolas importados, aspecto que se replica en San Blas, el sector agrícola no tiene la suficiente capacidad técnica y tecnológica para competir, por lo que sus costos de producción son más altos, sin embargo, el precio de los productos no se determina con base en sus costos de producción, sino, aparentemente, del precio del producto en el mercado, lo que se convierte en un círculo vicioso: los ejidatarios no tienen la capacidad económica para invertir en tecnología y mejores técnicas de producción, y al no contar con esto no pueden generar mejores volúmenes de producción ni disminuir sus costos de producción, por lo que no pueden competir en el mercado y necesariamente deben vender con cuotas de plusvalía bajas e incluso nulas.
Como características generales, de las formas de acumulación, de la actividad económica de la agricultura destacan: que los agentes económicos son del propio territorio, pertenecen al ejido y desarrollan su vida en él por lo tanto tienen arraigo con su territorio, pues toda la reproducción material de su vida está determinado por él; su fin último en el desarrollo de su actividad económica es satisfacer sus necesidades humanas y funcionan primordialmente bajo el modelo de reproducción simple del capital, es decir, repiten el ciclo del capital de manera constante, sin incrementar dicho capital en cada ciclo, la plusvalía generada por sus actividades productivas es invertida en la reproducción material de su vida.
La composición orgánica del capital de la gran mayoría de los ejidatarios no se incrementa, sino solo para compensar los procesos inflacionarios que afectan los costos de sus actividades productivas.
Durante el ciclo del capital que desarrollan los ejidatarios, se realizan transferencias de capital para que el ejidatario pueda llevar a cabo sus actividades productivas, en este primer momento del ciclo del capital, el de la acumulación, es donde los capitales financieros participan, realizan las transferencias de capital al ejidatario y éste realiza las actividades productivas, en este momento y en el siguiente, en el de la producción de capital, el Estado realiza transferencias al ejidatario para apoyar sus actividades productivas, éstas transferencias de capital se da a través de apoyos económicos e insumos para la producción principalmente.
En esta misma fase de producción de capital, el ejidatario utiliza el capital que tiene disponible y lo ejerce en sus actividades productivas, una  parte de este capital es para el pago de la fuerza de trabajo, en este momento del ciclo del capital es cuando el ejidatario debe actuar de acuerdo con las adaptaciones del patrón de acumulación, cuando se cosecha el producto hacia el final de la etapa productiva, el ejidatario es abordado por lo intermediarios para negociar la compra del producto, el ejidatario ya no sale a buscar donde colocar su producto, y decide vender a los intermediarios, pues además resulta más sencillo así debido a que no tiene el acceso a equipo de transporte, por lo que sus costos para salir a vender el producto se incrementan por un lado, y a decir por los mismos ejidatarios, difícilmente podrían colocar su producto ellos directamente debido a las restricciones que les ponen por no ser intermediarios.
La realización del capital, se da por medio de la negociación con los intermediarios, a quienes les ceden la mercancía y reciben un pago con base en el precio del producto en el mercado, aparentemente, y nunca con base en los costos de producción, por lo que no hay una garantía mínima de que el ejidatario recupere su inversión con la venta del producto, pues éste puede llegar a valer incluso, por debajo de su costo de producción.
Una parte del excedente generada por el ejidatario se transfiere al intermediario solo por el hecho de comprar en volumen la mercancía del ejidatario, aunque en realidad es por cerrarle los canales de comercialización y distribución para que necesariamente tenga que venderle la producción.
Una vez realizada la venta del producto, el ejidatario debe pagar a los capitales financieros el préstamo realizado al inicio del ciclo productivo, más los intereses que se generan a lo largo de dicho ciclo, para la mayoría de los ejidatarios dicho ciclo productivo es de un año, así los capitales financieros captan también parte de la plusvalía generada por el ejidatario, sin correr los riesgos de inversión que el ejidatario si toma.
 El resto de la plusvalía generada es para satisfacer las necesidades del ejidatario por el resto del año, y para poder repetir el ciclo productivo, el ejidatario entonces deberá volver a solicitar un préstamo para repetir e ciclo productivo e invertir de manera directa el capital que haya podido resguardar.
Finalmente las transferencias de capital realizadas por el Estado durante el ciclo productivo benefician de manera directa a los ejidatarios que pueden llevar a cabo la fase productiva del ciclo del capital, y de manera indirecta beneficia tanto a los intermediarios que compran la producción a precios por debajo del valor del trabajo social depositado en aquel producto, y a los capitales financieros a quienes les da más certeza de que el ejidatario logrará la producción necesaria para poder pagar su deuda más los intereses.
Al final, el ciclo del capital que debería ser una esfera en torno al ejidatario, se adapta, permitiendo que intervengan agentes de la acumulación externos, en una clara relación de explotación, que altera el ciclo productivo, y transfiere valores fuera del círculo del ciclo productivo y con ello impidiendo que el ejidatario pueda reproducir de manera ampliada su capital; este comportamiento y relaciones de transferencia de capital se aprecian en la ilustración 1.
Las formas de acumulación en el ámbito turístico, específicamente en la hotelería se fueron configurando a lo largo de la segunda mitad del siglo XX hasta la fecha actual, a lo largo de este tiempo, la actividad turística en el municipio de San Blas ha crecido de manera paulatina y sostenida, brindando poco a poco mejores oportunidades para las actividades económicas vinculadas al turismo, entre ellas la hotelería.
La hotelería en San Blas se generó a partir del interés particular de algunos capitalistas por invertir en esta actividad económica, a diferencia de la mayoría de los destinos turísticos convencionales en México, San Blas no fue promovido por el Estado, los planes estratégicos y acciones de desarrollo turístico no fueron impulsados por éste, sino que fueron los particulares quienes decidieron emprender actividades económicas dentro del sector turístico para satisfacer una demanda que estaba en proceso de conformación, desde la década de los años 1950 y 1960 la actividad turística en San Blas se fue incrementando gradualmente, originando el interés de particulares locales en un primer momento, y de regionales, nacionales e incluso internacionales en un segundo momento, quienes se han convertido en los agentes económicos que le han dado rumbo a la actividad turística del municipio.
Al cubrir la incipiente demanda de servicios turísticos de hotelería en la región costera del municipio, principalmente en la cabecera municipal, se integraron también agentes económicos en los servicios turísticos complementarios, conformando así un producto turístico que de manera gradual fue tomando importancia, en un primer momento en el ámbito internacional, después regional y nacional y es este último segmento quién principalmente le da personalidad o particularidad a San Blas como un destino turístico en la actualidad.
El turismo internacional se convirtió en un segmento específico del municipio, que orientó las características de San Blas como producto turístico hacia las actividades de ecoturismo.
La oferta hotelera se fue incrementando y generando mayor interés de capitales externos por participar de las actividades económicas generadas por el turismo en el territorio, de tal manera que los servicios turísticos de hospedaje se fueron especializando, y se crearon establecimientos de hospedaje con categoría turística, incrementando así la demanda de servicios turísticos de calidad y el posicionamiento de San Blas como un producto turístico adecuado para el turismo nacional y extranjero.
Los registros de los primeros hoteles en San Blas de acuerdo con los hoteles encuestados datan de los años de la década de 1960, estos hoteles eran de agentes económicos locales, en la década de 1970 se integran a la dinámica económica de la hotelería capitales nacionales, provenientes del estado de Jalisco, en el periodo de 1990 a 2010 se da el mayor crecimiento en el sector hotelero, pasando de cinco hoteles en 1990 a once en el año 2000 y llegando a 22 para el año 2010, en este periodo se integran agentes económicos provenientes de Jalisco, Sinaloa y el Estado de México en el ámbito nacional y capitales de Estados Unidos en el ámbito internacional.
Las formas de acumulación en la hotelería en el municipio de San Blas corresponden a formas netamente capitalistas, la actividad turística en el municipio está determinada por el mercado, el Estado funciona como impulsor de esta actividad principalmente a través de la promoción del destino turístico y la manutención y mejora de las vías de comunicación, la dotación de servicios públicos urbanos y el mejoramiento de la imagen urbana en la cabecera municipal.
A diferencia del sector agrícola, el Estado no apoya de manera directa a los agentes económicos de la hotelería, no hay transferencia de recursos, subsidios o dotación de equipo y materiales; sin embargo hay apoyo técnico para el ramo a través de capacitaciones para el personal de servicio al turista a través de la secretaría de turismo.
Es una característica de la actividad turística su estacionalidad y temporalidad, además de la constante variación, es decir, se dan temporadas de gran demanda lo que genera la necesidad de mayor cantidad de fuerza de trabajo, y otras temporadas de poca demanda y por lo tanto de menor cantidad de fuerza de trabajo, esto genera variaciones constantes en cuanto a la fuerza de trabajo; por otro lado, el turismo tiene un alto grado de vulnerabilidad ante fenómenos naturales, económicos, sociales y políticos que pueden generar crisis para el sector hotelero como periodos de gran auge, aspectos visibles en el municipio.
De acuerdo con el comportamiento de la demanda turística, en el periodo de tiempo del estudio (1990- 2010) se da una relación de incremento de las llegadas de turistas nacionales y decremento de las llegadas de turistas extranjeros, lo que revela que la vocación turística del municipio se ha ido modificando, así como la preferencia de los turistas.
Este proceso de cambio en la vocación turística de San Blas, de acuerdo con su temporalidad, coincide con los decrementos de llegadas de turistas extranjeros al país, producto de la crisis económica de Estados Unidos a partir del año 2007, y la situación de alarma que se vivió en el año 2009 producto de la epidemia del virus de influenza AH1N1 en México, hechos que han desincentivado la afluencia de turistas extranjeros al territorio nacional; ambos factores externos a la actividad turística, pero que debido a su alta vulnerabilidad, han afectado de manera directa la dinámica económica generada por el turismo.
Los capitales involucrados en la actividad hotelera operan bajo un modelo de reproducción ampliada del capital, cumpliendo con las tres fases del ciclo del capital, logran la realización de la plusvalía y el capital inicial (variable) se incrementa en cada ciclo del capital, se busca la expansión del capital como finalidad de la acumulación por parte de los agentes económicos, su fin último pues, es la ampliación de su capital, además de satisfacer sus necesidades humanas.
Los agentes económicos de la hotelería tienen diferentes orígenes, participando agentes locales, pero también con una alta participación de agentes económicos externos, que invierten en el municipio pero trasladan la plusvalía a sus lugares de origen aprovechando la dinámica económica de la región y la actividad turística para cautivar gran parte de la plusvalía generada por dicha actividad.
Estos capitales externos se han incrementado en los últimos diez años del periodo analizado, sin embargo están presentes por lo menos desde la década de 1970, de acuerdo con la muestra estudiada, como característica general, en ninguno de los casos analizados los agentes económicos externos desarrollan su vida material en la región, sino que administran a distancia sus medios de producción y las actividades productivas.

Una vez ultimada la conclusión de manera general, se procede a realizar algunas conclusiones, en la particular, para cada una de las regiones propuestas y estudiadas:
En la micro región Oriente, Las formas de acumulación para este ejido, y en general para esta microrregión del municipio presentan características particulares, aunque presenta comportamientos generales a las demás regiones que se abordarán más adelante. A partir de la década de 1980 se da un proceso de cambio en la estructura productiva, generado principalmente por el cambio de vocación productiva, aunque esto no se ve reflejado hasta el año 2000 en adelante; hasta antes de este momento de transición, el ejido dedicaba sus actividades a la producción de granos básicos, principalmente el frijol y el maíz, aunque en menor medida, había agricultores dedicados al tabaco, a decir por algunas de las personas encuestadas y el comisariado ejidal entrevistado, ya desde los años de la década de 1980 había ejidatarios que plantaban papayo, plátano y en esa década comenzaron con el mango, que fue traído del estado de Guerrero, y que después de algunos años se dieron cuenta que se producía muy bien, lo que motivó que los agricultores fueran cambiando hacia este producto; los agentes de la acumulación o agentes económicos poco han cambiado, la estructura productiva sigue basada en una estructura social, donde la propiedad de los medios de producción es administrada por los mismos productores, esto no exonera del que exista fuerza de trabajo humana que entre en la misma dinámica del sistema capitalista regional y nacional, los sueldos por ejemplo, se manejan bajo este modelo, no hay prestaciones de ningún tipo para los mozos y jornaleros.
Los cambios principales en las formas de acumulación están en el cambio de la vocación productiva, a partir de la producción de mango se da una nueva forma de succión del excedente, que se incrementa por la cuota de plusvalía que se ve incrementada, simplemente porque el mercado del mango es internacional, la mayoría de éste se exporta, mientras los granos básicos estaban dirigidos al mercado nacional con un poder adquisitivo menor, y donde además se tiene que competir con los productos importados, la producción de mango genera mayor plusvalía también porque requiere menor cantidad de fuerza de trabajo humana, sobre todo para las actividades poda, roza e inclusive corte, y las actividades productivas se reducen, al no tener que preparar las tierras y sembrar cada año, en vez de eso, se suple por la actividad de poda de los árboles que lo pueden hacer dos personas por hectárea y se hace con maquinaria especializada que reduce el tiempo de trabajo considerablemente.
Los agentes de la acumulación son particulares, aunque responden a una forma de organización social, todos son dueños de la tierra y ésta les pertenece, pero las decisiones sobre ella deben tomarse en acuerdo y/o con autorización de los ejidatarios y el comisariado ejidal, a pesar de que existen programas de gobierno que ahora permite la regulación de la tierra para fraccionarla y venderla, regularmente estas acciones solo se hacen mediante autorización en asamblea ejidal y con la firma del comisariado, sin embargo mediante la renta de tierras se comienzan a dar procesos de apropiación de las tierras, no con la posesión definitiva sobre ellas, pero a través de la renta, quienes producen la tierra están ganando la plusvalía que ésta genera, ya que cuentan con los demás medios de producción, de los cuales carecen los ejidatarios que se ven en la necesidad de rentar, esto ha originado que haya grandes productores y acaparen tierras en toda la región, llegando a poseer más de cincuenta hectáreas, mientras el grueso de los ejidatarios no poseen más de tres.
La producción total ha crecido sostenidamente, a pesar de haber años relativamente malos, pero parece haber una tendencia a desacelerar dicho crecimiento, ya que por el contrario, los ejidatarios perciben estancamiento y algunos decrementos, sobre todo a partir de los dos últimos años productivos, aunque de manera general, es por la saturación, es decir, la extensión de tierra disponible para la producción de mango está prácticamente toda en uso o acercándose a lo límites.
De manera general se visualiza una región agrícola, donde no existe actividad turística, hay afluencia de personas que podemos categorizar quizá como visitantes, aunque no se distingue ninguna zona, o área de interés turístico, sino solo los puestos de frutas que venden al nivel de carretera, en el poblado de Navarrete principalmente, que además concentra allí, la junta local compuesta por siete ejidos productores de mango de la microrregión.

En la micro región occidente, las formas de acumulación en esta microrregión presentan una dependencia externa relativamente baja (33.33%) respecto de otras microrregiones, los agentes económicos han cambiado su vocación productiva desde los años de 1980, sin embargo este proceso se intensifica hacia el año 2000, motivado por la bonanza productiva que estaba teniendo la microrregión oriente del municipio con el mango, los productores de plátano en el ejido decidieron cambiar su actividad productiva hacia el mango, a pesar de ello, aún hay un porcentaje considerable (23.33%) que mantiene el plátano como producto principal o han decidido cambiar hacia productos diferentes del mango.
Para los ejidatarios en el ejido de San Blas, las instituciones financiaras privadas no han llegado a ser determinantes para sus actividades productivas, no así los intermediarios, de quienes dependen para poder realizar su plusvalía, es decir, para poder comerciar su producto, sin embargo parece que estos intermediarios tienen menor interés de venir hasta esta microrregión a comprar, ya que se concentran primordialmente en Navarrete o en Jalcocotán.
Esta situación ha orillado a varios de los ejidatarios a llevar su producción a integradoras y empacadoras de otros ejidos, donde es más fácil colocar su producto, los intermediarios que llegan a esta microrregión regularmente adquieren el producto más barato, ya que no generalmente no están dispuestos a pagar el mango al mismo precio.
Por otra parte, los ejidatarios en esta microrregión han diversificado sus actividades económicas, es decir, la mayoría ya no se dedica solo a la producción agrícola, sino que también se han incorporado a otras actividades económicas propicias de esta microrregión, algunas de ellas mencionadas por los ejidatarios encuestados son el comercio, la construcción, transporte y servicios; es muy probable que debido a esta situación de emplearse en otras actividades es que el financiamiento y por tanto la dependencia de agentes externos no es tan importante en este ejido.
La reinversión de capital que realizan los ejidatarios es muy alta, por lo tanto la cuota de plusvalía se reduce, la producción por lo tanto es más costosa comparada con el ejido de Huaristemba, son dos las razones principales de esta situación: la primera es que gran parte de las tierras ejidales se encuentran en el cerro ceboruco, lo que implica mayores costos de transporte, riego, y fuera de trabajo para la poda y corte del mango; la segunda razón es que parte de la extensión de las tierras del ejido tienen categoría de reserva natural, y por lo tanto no se pueden llevar a cabo actividades humanas en ellas, de acuerdo con las reglamentaciones de Profepa y Semarnat 1.
El turismo infiere en la modificación de las formas de acumulación del sector agrícola, al diversificarse las actividades económicas de esta microrregión menos personas se dedican a la actividad agrícola, lo que disminuye la fuerza de trabajo humana disponible, por otra parte, los mismos ejidatarios comienzan a diversificar sus actividades y con ello, la producción del campo disminuye, incluso deja de ser la actividad principal del ejidatario, el 3.33% de los ejidatarios del ejido ya no producen en sus tierras.
El ejido de San Blas tiene actividad turística, recibe visitas de turistas que realizan la actividad de observación de flora y fauna, específicamente observadores de aves, también para realizan actividades de senderismo, el 6.66% de los encuestados alguna vez trabajó en actividades relacionadas al turismo en el ejido.
En esta microrregión es donde principalmente se identifica la relación de incremento de los agentes de la acumulación del turismo y decrementos en la agricultura, así como la disminución del capital social y las formas de organización social del trabajo para trascender hacia formas individuales del trabajo y la inversión, así como el incremento de las actividades turísticas y las inversiones en este rubro y una notoria disminución de la actividad agrícola que experimenta bajas cuotas de plusvalía.
Las formas capitalistas de producción se sobreponen a las formas precapitalistas, la operación individual prevalece por encima de la cooperación y la organización social del trabajo en la agricultura, sobre la conjunción de esfuerzos para la producción y venta del producto. La dinámica social propiciada por el turismo ha absorbido las formas de vida y dinámicas sociales tradicionales en la microrregión, donde la actividad económica principal y su vocación como actividad económica, es el turismo, y no más la agricultura.

En la micro región Norte, las formas de acumulación en la microrregión norte del municipio de San Blas son las que mayormente se han modificado a partir de la configuración del patrón de acumulación neoliberal, el principal motivo de estos impactos negativos se da por la política de desregulación del Estado, con dos medidas específicas que ha afectado a los ejidatarios, quitar los precios garantía y retirar las instituciones financieras del Estado.
Al entrar las financieras de iniciativa privada, los capitales financieros se apropian de gran parte de la plusvalía que el ejidatario genera, la dependencia de estos agentes externos es muy alta, las actividades económicas de los ejidatarios es básicamente de subsistencia, resulta muy difícil, más que en cualquiera de las demás regiones del municipio que los ejidatarios puedan logra la etapa de realización del capital y lograr la reproducción ampliada de capital, entre los intermediarios y los capitales financieros, el excedente que genera el ejidatario le es arrebatado, dejándole solo lo necesario para recuperar su fuerza de trabajo.
Debido a estas situaciones, en esta microrregión es donde principalmente se aprecian procesos de apropiación de las actividades económicas por capitales externos, es decir, por agentes económicos ajenos a la dinámica económica regional, en Aután, como en otros ejidos de la microrregión norte, la producción del arroz y frutos exóticos (provenientes de Asia) está cobrando fuerza, debido a la inserción de capitales chinos, que reproducen el modelo de la agricultura de contrato, expuesta por Villegas y otros (2004), o a través de la renta de tierras, que cada vez es más común debido a que para los ejidatarios les resulta más conveniente y menos riesgoso rentar sus tierras que producirlas ellos mismos.
Las formas de acumulación de la agricultura ligadas a formas precapitalistas de producción se ven limitadas por los capitales que llegan al territorio y comienzan a expandir sus actividades económicas en él, limitando a los agricultores para desarrollar por ellos mismos su actividad económica, de esta manera, aunque están protejidos sus derechos a la propiedad de la tierra debido a la figura del ejido, las limitaciones para poder llevar a cabo sus actividades productivas, conjugado con las condiciones desfavorables que están presentes en su actividad económica y específicamente para el producto al cual se dedican propicia que se comiencen a abandonar las actividades productivas del campo, para esta región, el cambio de vocación productiva no significó mejorar las condiciones económicas y por lo tanto las condiciones de vida de los ejidatarios que antaño vivieron épocas de bonanza con la producción de tabaco, y que en la actualidad con la producción de frijol no ha significado mejores oportunidades para ellos.

En el caso de la micro región sur, La microrregión sur, en el aspecto agrícola, parece ser la región con mayor bonanza en el municipio, específicamente en el ejido El llano, al ser el principal ejido productor de yaca es donde los ejidatarios tienen las mejores condiciones económicas y a partir de la reconfiguración de su vocación productiva han tenido los mejores resultados.
Las diferencias que más destacan respecto de los demás ejidos analizados tienen que ver con la organización social para la producción y comercialización, el trabajo cooperativo es una de las bases que ha hecho fuerte la estructura productiva y económica del ejido, le moderada dependencia económica de agentes económicos externos les ha permitido mejorar sus niveles de producción, ya que pueden invertir más capital que antes solían pagar en intereses. También la unión les ha permitido obtener mejores tratos comerciales con los compradores del producto, a pesar de todavía no poder realizar la venta directa, es decir, sin poder romper con el bloque comercial al que están sujetos, al igual que en todos los ejidos estudiados.
En general estas características que han significado mejores condiciones para las actividades económicas de los ejidatarios les ha permitido obtener mejores beneficios, acceder a mejores posibilidades de vida y en general a obtener mayores cuotas de plusvalía que satisface mejor sus necesidades humanas; sin embargo, los ejidatarios siguen operando bajo el modelo de reproducción simple del capital, no incrementan su capital en los ciclos productivos, algunos han incrementado su capital fijo con la compra de equipo o maquinaria, sin embargo, no incrementan su capital variable, su fin último no deja de ser la reproducción material de su vida.
Las formas e acumulación no dejan de estar condicionadas por concepciones tradicionales de vivir, no se adaptan a las formas capitalistas, parece no desarrollarse la visión de la acumulación como objetivo de la producción y del desarrollo de sus actividades económicas, sino satisfacer sus necesidades humanas, la agricultura es su forma de vida, representa la manera tradicional en la que reproducen su vida material, lo que limita la posibilidad de convertirse en capitalistas a pesar de parecer tener las condiciones para hacerlo.
El patrón de acumulación adapta las formas de acumulación para que operen y funcionen dentro del esquema capitalista cuando éstas no están sujetas a la dinámica e ideología del capital, de tal manera que puede seguir reproduciéndose el modelo a pesar de las diferencias culturales, sociales y económicas que pudiesen limitarlo, y siguen siendo los capitalistas los que, de una manera u otra, terminan controlando la dinámica económica a pesar de no poseerla, generarla o administrarla.

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1 Información proporcionada por el comisariado ejidal de san Blas, los ejidatarios encuestados.