RETENCIÓN DE FUERZA DE TRABAJO MIGRANTE EN LOS SERVICIOS TURÍSTICOS DE LA RIVIERA NAYARIT

RETENCIÓN DE FUERZA DE TRABAJO MIGRANTE EN LOS SERVICIOS TURÍSTICOS DE LA RIVIERA NAYARIT

Ricardo Becerra Pérez
Felipe Cuamea Velázquez
Eduardo Meza Ramos
(CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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CONCLUSIONES

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS

Los resultados obtenidos en el presente trabajo permiten, primeramente, llamar la atención sobre la necesidad de impulsar estudios que profundicen la investigación de las características que el fenómeno migratorio reviste tanto en la Región Tradicional de Migración, como al interior de cada una de las entidades que la componen.

 Aún más, las diferencias que al interior del estado de Nayarit  se han encontrado,  sugieren la necesidad de evitar el error de asumir que existen características  generalizables a todos los individuos  que participan de un fenómeno en común, y más bien llaman la atención sobre la necesidad de enfocar los trabajos de investigación en el sentido de las singularidades que éstas presentan en cada una de las regiones en las que la entidad se ha dividido.

A lo largo del documento se ha caracterizado al estado de Nayarit como una de las entidades federativas del país que presenta, por un lado, un acentuado fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos, y, por otro, un acelerado desarrollo del sector turístico, factor que pudiera en un futuro permitir el establecimiento de un número importante de fuentes de trabajo en las cuales los migrantes pudieran ser empleados, evitando así el riesgo de que estos volvieran a migrar cruzando la frontera norte de México. Esta posibilidad dista mucho de ser lineal, por lo cual la capacitación y certificación de las habilidades y competencias que los migrantes presentan se asumen como el elemento articulador que pudiera permitir, de manera efectiva, este proceso, visto desde la perspectiva del aprovechamiento del Capital Humano que, a su regreso a Nayarit, los migrantes pudieran llegar a constituir.
Como se puede apreciar en el párrafo anterior, los dos aspectos principales en los que se ha hecho énfasis a lo largo del documento son los dos factores que parecieran, incluso, paradójicos y contradictorios: el estado de Nayarit es una de las regiones en las cuales se ha estado dando un fuerte proceso de inversión en el sector turístico a nivel nacional, llegando incluso a instaurarse como lugar de destino de un número importante de trabajadores procedentes de otras regiones del país, que poco a poco se han ido asentando en el territorio estatal, y ocupan un número importante de puestos de trabajo en la economía local, y a la vez es un estado caracterizado por un fuerte proceso migratorio que lo ha llevado a ser una de las entidades con un más alto índice de intensidad migratoria en el país.
 
De esta manera, se concibe al desarrollo del sector turístico del estado como la ventana de oportunidad para que aquellos migrantes que están de regreso de los Estados Unidos, tengan una oportunidad de empleo que les permita, de entrada, la sobrevivencia del migrante junto con sus familias, lo que, en una primera instancia, se puede constituir en un mecanismo efectivo de retención de la fuerza de trabajo en el estado, inhibiendo la posibilidad de que el migrante vuelva a partir hacia los Estados Unidos.

Nayarit es un estado de migrantes. A nivel nacional, la entidad es origen de un número importante de individuos que se encuentran residiendo en el resto del territorio. Tomando como referencia la matriz de origen y destino del país, se observa que no obstante que han nacido en el estado 962 012 nayaritas, la entidad cuenta con sólo 910 241 habitantes, según datos del XII Censo General de Población y Vivienda del 2000. Más aún, de la población total en el estado, sólo 752 567 han nacido en éste.

Con el resto de las entidades se detecta un intercambio negativo con Baja California, Sinaloa, Sonora,  estado de México, Tamaulipas y Nuevo León en los cuales se encuentran   60 874, 27 387, 18 234, 4 822, 1 346 y 1 311 nayaritas; en contraposición, en Nayarit se tienen 5 806, 13 808, 3 341, 1 888,  722 y 379 individuos nacidos en esas entidades, respectivamente. No obstante lo anterior, la entidad se revela como atractiva para aquellos nacidos en  Jalisco, Michoacán, Distrito Federal, Guerrero, Guanajuato, Durango, Oaxaca y Chiapas, con volúmenes de 70 539, 12 409, 7 379, 5 822, 3 193, 2 597, 2 268, 1 415 y 1 155. Por su parte, se encuentran residiendo en esas entidades 63 882, 3 526, 4 395, 917, 2 235, 942, 468, 334 y 603  nayaritas, respectivamente (ver el cuadro No. 1 de anexos).

En lo que se refiere a la migración con los Estados Unidos, y no obstante que el censo detectó 4 877 ciudadanos americanos residiendo en el estado, existen estimaciones en el sentido de ubicar 231 415 nayaritas residiendo en lo Estados Unidos, mientras que en el quinquenio 1995-2000, 25 303 nayaritas emigraron hacia ese país, habiendo retornado al país sólo 5 294 de éstos, antes del levantamiento censal de 2000,  lo que da cuenta de la importancia del fenómeno.

Como medida de resumen, el Índice de Intensidad Migratoria de 1.27 ubica a la entidad en el cuarto lugar nacional, sólo antecedido por Zacatecas, Michoacán y Guanajuato, que presentan un indicador de 2.58, 2.06 y 1.37, respectivamente. En todos los casos mencionados se ha considerado como estados con Grado de Intensidad Migratoria como Muy Alto por el CONAPO (ver cuadro No. 5 de anexos).

Esta situación alcanza niveles tales que los recursos obtenidos por los migrantes se han instaurado como uno de los principales soportes de la economía local, por lo cual los individuos involucrados en el fenómeno intercalan tiempos de estancia en sus comunidades de origen, con estancias en las distintas regiones de los Estados Unidos, a las cuales se dirigen para encontrar una oportunidad de empleo, lo que le da al fenómeno una característica notable de circularidad, concepto a partir del cual Canales (1999) caracteriza la migración de ciertas regiones del país como un flujo de personas, bienes, símbolos e información que deriva en la conformación de redes sociales y de tipo familiar que contribuyen a perpetuar el fenómeno.

Esta circularidad, aunque en los últimos años ha tendido a reducirse por el proceso de asentamiento del otro lado de la frontera, y la creciente dificultad para cruzar hacia los Estados Unidos ha permitido advertir en los migrantes de retorno un cambio en los conocimientos derivado de su experiencia acumulada, el uso de cierta tecnología que resulta un tanto distinta a la que en la región prevalece, una cultura laboral que se refleja en la tendencia a incursionar en actividades distintas a las que realizaban antes de su experiencia migratoria, aún incluso realizado este esfuerzo por cuenta propia del mismo migrante. Este conjunto de factores son los que, en una primera instancia, permiten caracterizar a los migrantes de retorno de los Estados Unidos como parte del capital humano con el que la entidad cuenta (Becker, 1964, Bustamante, 1989).

Ahora bien, Nayarit vive en los últimos tiempos un crecimiento del sector turístico. Este tipo de actividades han crecido a nivel nacional, convirtiéndose en la actualidad en una importante fuente de ingresos provenientes del exterior, pues en 2005 se obtuvieron por este concepto alrededor de 12 000 millones de dólares.

A nivel local, uno de los esfuerzos más visible tanto del gobierno federal como del estatal, es favorecer el desarrollo del sector turístico en el estado. La inclusión de éste en el proyecto federal de Escalera Náutica, y el lanzamiento exitoso del producto Riviera Nayarit evidencian  la tendencia a hacer del estado un destino tanto nacional como internacional en el corto plazo, habiendo alcanzado el número de visitantes los 4 millones de turistas en el  2006, mientras que se prevé para los próximos años la creación de hasta 15 000 empleos directos generados por el sector. Este crecimiento del sector turismo es la condición que permite la posibilidad de empleo para un número importante de trabajadores nayaritas, entre los que incluimos aquellos que, por su experiencia migratoria, pudieran contar con una serie de conocimientos y experiencias que facilitaran su incorporación, en lugar de continuar migrando por temporadas hacia los Estados Unidos.

Por otro lado, distintos autores relacionados con el tema coinciden en tres puntos fundamentales: primeramente un aparente agotamiento del modelo tradicional de turismo, a partir del cual se crearon polos de desarrollo que hoy están mostrando su incapacidad para sostenerse como destino del turismo internacional, que se ha dirigido hacia otros lugares del país. Por otro lado, la aparición de un consumidor más informado ha provocado una preocupación creciente por la sustentabilidad, las cuestiones ecológicas y culturales, lo que ha derivado en que el turismo se concibe hoy desde la perspectiva del crecimiento y el desarrollo social (Guevara Ramos, et al., 2005). Ello implica un aumento del nivel de vida de la población involucrada en las actividades de tipo turístico, en sus niveles de educación y uso de tecnologías, lo que presupone, por fuerza, un aumento en el capital humano de las comunidades locales.

Este último elemento se encuentra presente en los trabajos de los distintos autores revisados en el documento, a partir de propuestas concretas de capacitación tales como el análisis de las condiciones de trabajo, competencias y certificación laboral en Guevara Ramos, et al., (2005), mientras que Bringas Rábago e Israel González (2004), al introducir el tema del turismo alternativo como factor que permite el desarrollo local sustentable, al evitar que las comunidades rurales atenten contra los recursos naturales con los que cuentan, recomiendan la orientación más acentuada hacia el incremento del capital humano, al permitir un comportamiento más activo de parte del turista, evitando así los efectos nocivos del modelo de desarrollo turístico tradicional, tanto para la sociedad, la naturaleza y la cultura de las regiones involucradas en tales actividades. Para ellos resulta clara la necesidad de implementar políticas de capacitación dirigidas a prestadores de servicios turísticos, sensibilización de las comunidades en el sentido de costos y beneficios que el turismo presenta, en el marco de un proyecto comunitario específico. Por su parte, Batllori Guerrero (2002) va más allá del turismo alternativo, y centra su atención en lo que se ha denominado turismo cultural, relacionado con zonas arqueológicas y espacios históricos, así como las culturas tradicionales, sus artesanías, fiestas, lenguas, costumbres, valores, etc. Para esta investigadora, la parte de capacitación se relaciona con la formación de guías especializados en el tema, y llama la atención sobre condiciones mínimas de seguridad en el caso de empresas operadoras de servicios turísticos, apegados a normas específicas de calidad. Un elemento adicional es que demanda una política que asegure el empleo para los habitantes de la zona, así como el encadenamiento productivo de este tipo de actividades con las actividades productivas presentes en la región objetivo.

En el mismo sentido del turismo alternativo, Bringas y Cuamea (2000), introducen dos aspectos ignorados por Batllori: el cambio en el turismo provocado por el precio de los servicios de esa naturaleza, y las características sociodemográficas del cliente, aunque coinciden con ésta en lo que se refiere al cuidado del medio ambiente. En el sentido de la necesidad de incrementar la inversión en capital humano proponen capacitar a personal de las localidades involucradas, para que se conviertan en guías debidamente certificados y registrados ante las instancias correspondientes.

Nótese que en el conjunto de trabajos revisados se insiste en la importancia de inversión en capital humano, así como a la capacitación de los miembros de la comunidad, como una manera de participación más competitiva y profesional en las actividades de tipo turístico. Este es el otro elemento a rescatar en lo que se refiere a la necesidad de capacitar y certificar una serie de habilidades con las que cuentan los migrantes de retorno de los Estados Unidos, para hacer posible su inserción en el mercado laboral de los servicios turísticos en el estado de Nayarit.

Ahora bien, si ese es el objetivo específico de la presente investigación, es necesario delimitar y caracterizar el grupo de individuos a los que se está haciendo referencia, rescatar las características sociales y demográficas que les resultan inherentes, y, sobre todo, conocer las habilidades, conocimientos, experiencias y competencias con las que cuentan. Sólo en ese sentido se puede plantear la posibilidad de elaborar una serie de recomendaciones al respecto. De nada puede servir propuesta alguna, si las posibilidades de implementación se encuentran, de entrada, canceladas. Por ejemplo, de nula utilidad resulta la presente investigación, si, por decirlo de alguna manera, la posibilidad de retirarse de la carrera migratoria para incursionar en los desarrollos turísticos del estado fueran rechazados por los propios migrantes, y que estos prefirieran partir de nuevo a los Estados Unidos en lugar de tratar de sobrevivir con las opciones que la economía local les ofrece.

En ese sentido, los resultados obtenidos del XII Censo General de Población y Vivienda permiten caracterizar a los Migrantes de Retorno de los Estados Unidos como un grupo eminentemente masculino, lo que refleja el carácter que en lo general el fenómeno migratorio ha tenido históricamente en el país, en el caso de los hombres, predominan los jefes del hogar, tanto como los hijos de este, mientras que en el caso de las mujeres, se encuentran de manera más marcada, esposas e hijas, no obstante que se observa una mayor presencia de jefas de hogar entre éstas, que la proporción de esposos en el caso de los hombres, lo que parece reflejar en lo general los roles que se asignan al interior del núcleo familiar a cada uno de ellos, pues la jefatura del mismo generalmente se asocia con el hombre, muchas veces aunque éste se encuentre ausente del núcleo familiar.

Por otro lado, se trata en lo general de individuos unidos, lo que se asocia con la selección que el fenómeno migratorio hace de éstos, pues si en su mayoría se trata de jefes de hogar, por fuerza se trata de hombres o mujeres en unión. Esta situación varía hacia no unidos cuando se trata de regiones que tienen una notoria presencia de hijos, en lugar de jefes de hogar entre sus migrantes, lo que se detectó en el caso de las mujeres de la Región II Centro, y en el caso de ambos sexos en la Región V Sierra.

En el nivel educativo, alrededor del 40% de los migrantes de retorno presentan secundaria y preparatoria, siendo más marcado en la Región Norte, en la cual ese indicador representa el 50%, mientras que para el caso de la Región Centro existe un 8% de éstos que cuentan con estudios profesionales. Lo anterior permite apreciar que este grupo de individuos presentan niveles de escolaridad muy por encima de los que en promedio la entidad presenta.

            Otro de los aspectos que resulta relevante rescatar es el origen rural de los migrantes, no obstante que en lo general la entidad presenta 58% de su población de éste tipo, mientras que entre los migrantes de retorno, 62% presentan esta característica.

            En lo referente  a la edad, se trata de individuos jóvenes, pues 66% de estos presentan edades de entre 20 a 39 años de edad, mientras que sólo el 40% de la población que no es migrante de retorno presenta esta característica. En los otros grupos de edad: adolescentes, adultos jóvenes y adultos mayores, se tienen menores proporciones entre los migrantes de retorno que entre el resto de la población de la entidad: 11, 17 y 4%, contra 24, 23 y 12%, respectivamente.

            Otro de los aspectos en el cual los migrantes de retorno muestran un comportamiento diferenciado con respecto al que muestran aquellos individuos que no tienen tal característica, es en la presión que éstos ejercen sobre el mercado de trabajo local, a partir del indicador de la condición de actividad. Aquí, aquellos que manifiestan haber trabajado la semana anterior superan en un 7% en el caso de los migrantes de retorno, con respecto a lo que declaran aquellos que no lo son, pues la proporción se ubica en el nivel de 54.8 contra 48%, respectivamente.

            Si se profundiza al respecto, y se inquiere al respecto de la categoría laboral en la que se desempeñan, se aprecia una presencia más marcada en todas las categorías laborales de parte del grupo de interés, pero llama la atención de manera especial la categoría de trabajador por cuenta propia, en la cual es prácticamente el doble del que presentan aquellos que no estuvieron en los Estados Unidos: 15.3 contra 8.9%, respectivamente.

            Fuertemente asociado con los dos aspectos anteriores, la proporción que no recibe ingreso entre los migrantes de retorno es mucho menor que entre aquellos que no lo son, (49.1 contra 57.8%, respectivamente) mientras que se tiene una mayor proporción en todos los niveles de ingreso que se han definido en rangos de 2000 pesos: las diferencias porcentuales evidencian un brecha entre los dos grupos de individuos del orden de 1.6, 3.4, 1 y 2% en cada uno de los niveles definidos de ingreso.

            Los últimos tres aspectos permiten caracterizar a los migrantes de retorno como individuos que parecen trabajar más, ser más acuciosos para emprender nuevas actividades, y que perecen acceder a niveles más altos de ingreso de los que acceden aquellos individuos que no presentan tal característica.

            Son en lo general las características anteriores las que permiten en la presente investigación, definir a este grupo específico de individuos como Capital Humano. No obstante lo anterior, y debido a las limitaciones propias que la información censal presenta, se levantó una encuesta en la cual se captó una serie de aspectos relacionados con el carácter propio de la investigación. A partir de esta muestra representativa de 380 individuos, se obtuvieron resultados que nos permiten profundizar en las características que los migrantes de retorno presentan.
             
            Lo primero a resaltar es que se refrenda el carácter masculino de la muestra: se captaron 317 hombres y 63 mujeres, lo que representa el 83 y 17%, respectivamente. En lo que se refiere a la edad, se refuerza el carácter joven que estos presentan: 74 % de los individuos captados tienen edades de entre 20 y 39 años.
           
            La escolaridad de aquellos captados por la muestra refuerza también el hecho de que una proporción muy importante de ellos cuentan con escolaridad de secundaria y preparatoria: mientras que la información censal detecta 40% entre los migrantes de retorno, en la muestra este indicador se eleva a 47%, y capta alrededor de un 5% de los que cuentan con estudios a nivel profesional.
           
            La ocupación muestra una marcada diferenciación respecto a mujeres y hombres. Mientras que en el caso de las primeras una mayor proporción manifiestan ser amas de casa, empleadas o comerciantes, con proporciones respectivas de 46.03, 22.22 y 12.70 respectivamente, para el caso de los hombres los oficios absorben a poco más de 22% de éstos, mientras que los empleados, 18%. Mayor diversificación de actividades los caracteriza, pues entre ellos podemos encontrar casi 13% de comerciantes, mientras que en actividades relacionadas con el campo, se ubican 17% como agricultores y/o ganaderos, mientras que los jornaleros representan casi un 11%.

            El parentesco con el jefe del hogar refuerza lo que la información censal detecta, pues entre los hombres dominan aquellos que son jefes de hogar y los hijos del mismo (73.50 y 22.40%), mientras que en el caso de las mujeres dominan las esposas y las que manifiestan ser las jefas del hogar (61.90 y 28.57%, respectivamente). En general se trata de individuos unidos, aunque en el caso de las mujeres esta característica es de alrededor de 10% más de la que presentan los hombres (86 contra 76%).

            En lo que se refiere al acceso a seguridad social, en lo general se trata de un grupo desprotegido, pues 56% se encuentra inscrito a algún sistema de seguridad social. No obstante lo anterior, 23% del total pertenecen al seguro popular, y sólo 33% tienen acceso al IMSS o al ISSSTE, con todas las consecuencias propias del caso. Esta situación quizá se encuentra relacionada con el hecho de que la mayoría de los migrantes han estado más de una vez trabajando en los Estados Unidos: sólo el 40% de ellos manifiestan haber trabajado allá sólo una vez, lo que evidencia en ellos cierto grado de especialización en la práctica migratoria, lo que impide el hecho de que se integren al mercado local de trabajo de manera formal, que es la vía más generalizada para acceder a la seguridad social en México.

            Otro aspecto que muestra una marcada influencia sobre la decisión de los migrantes a migrar de nueva cuenta o a permanecer en sus comunidades de origen es la tenencia de documentos para trasladarse y trabajar en los Estados Unidos. Así, se espera que si un individuo cuenta con papeles, es más posible que continúe migrando por temporadas. Sin embargo, el estado muestra una notable heterogeneidad al respecto: un 42.70% de aquellos captados en la Región Norte cuentan con ellos, para descender en la medida que se observan las regiones restantes: 23, 16 y 15% respectivamente. El caso extremo lo constituye la Región Sierra, en la cual ninguno de aquellos captados en la muestra cuenta con papeles. Un comentario adicional es que en todos los casos las mujeres muestran una proporción ligeramente mayor que los hombres en la tenencia de documentos. No obstante lo anterior, se puede establecer que en lo general los migrantes nayaritas migran de manera ilegal, pues es muy baja la proporción de quienes lo hacen de manera documentada. En cuanto a los estados a los cuales se dirigen en la unión americana, se observa una fuerte tendencia del patrón tradicional: California como primer destino, seguida de los estados de la costa del Océano Pacífico y de la frontera con nuestro país. Además de los anteriores, y siendo consistente con los trabajos de Canales, 1999 y 2000 y Corona, 2004, se puede notar una nueva región de llegada en la Costa Este de los Estados Unidos, encabezada por Carolina del Norte, y que articula a Florida, Georgia, Tennessee, Kentucky y Virginia. Más modesta, pero no menos importante, la región de los Grandes Lagos se va revelando también como región de llegada, con Illinois y Ohio, además de Colorado, ubicado prácticamente en la parte central del territorio norteamericano. Esta segmentación laboral que ha permitido la diversificación de los destinos de los migrantes se relaciona principalmente con tres espacios claramente definidos: la construcción, el campo y la fábrica. Eso presupone un trabajador en el cual las habilidades que tenga para realizar sus tareas están fuertemente ligadas a su fuerza física. No parece ser característico de ellos el incursionar en el sector del comercio y los servicios, o  al menos no de la manera tan generalizada como lo hacen hacia los espacios laborales arriba mencionados.

En cuanto a los ingresos semanales, se puede establecer que en general ganan semanalmente de 300 a 500 dólares, dependiendo de la actividad en la que trabajan. Un aspecto importante a señalar, es el hecho de que ese ingreso no se da de manera sostenida a lo largo del año, sino que las actividades realizadas muestran una marcada estacionalidad, aún en el caso de que el migrante se encuentre ubicado en los medios urbanos: incluso las fábricas muestran esa tendencia a descansar la fuerza de trabajo en temporadas de baja demanda, y el fenómeno ha dejado de ser privativo del campo o de las construcciones.

Ahora bien, una vez que se han definido las características socioeconómicas que definen a nuestro objeto de estudio, es necesario recapitular en el sentido de las preguntas de investigación e hipótesis de trabajo que han guiado la presente investigación.

CONTRASTACIÓN DE HIPÓTESIS
De esta manera, la primera pregunta se refiere a la posibilidad de que los migrantes de retorno se integren al mercado laboral de las actividades turísticas del estado de Nayarit, por lo cual se estableció la hipótesis número uno:
Los migrantes de retorno de los Estados Unidos constituyen un sector muy específico de la sociedad nayarita, con un conjunto de experiencias, conocimientos y competencias que les pueden permitir integrarse al mercado de trabajo de las actividades turísticas en el estado de Nayarit.

Esta primera hipótesis se comprueba de manera suficiente tanto con la información de la muestra del 10% del XII Censo General de Población y Vivienda del año 2000, como con la de la muestra de 380 migrantes de retorno que se levantó en las cinco regiones geográficas en las que se ha dividido el estado de Nayarit.

Apenas unas líneas arriba hemos rescatado las características que este grupo de la sociedad presenta. Así, se tiene que establecer su juventud, escolaridad por encima de lo que en el resto de la población prevalece, su incorporación más acentuada a la actividad económica, la manera cómo incursionan en actividades de tipo comercial o por cuenta propia, su presencia más marcada en los estratos de mayores ingresos y la selectividad en términos de que se trata de más hombres que de mujeres, en su mayoría con un nivel de responsabilidad dentro de la estructura del hogar que los convierte en soporte principal del mismo, que han incursionado en ocupaciones relacionadas con una actividad física aunada a una serie de habilidades que les permite trabajar tanto en el campo, en la construcción y en las fábricas. Este hecho, aunque se revela como una dificultad, pues es clara la incompatibilidad de las  tareas en las que se ofrece empleo en el sector turístico del estado, se subsana con el hecho de que éstos presentan un cierto nivel de dominio del idioma inglés que les permite, de entrada, contar con la herramienta básica que facilita su incorporación al sector. Este proceso, por cierto, pudiera apenas iniciar con la incursión del migrante en esta nueva experiencia laboral, pues aunque éste no hubiera enfrentado experiencias similares del otro lado de la frontera, es notoria en él la disponibilidad manifiesta para intentar su integración al sector turístico en el estado: más del 80% de los individuos captados en la muestra declara estar dispuesto a buscar trabajo primero en los desarrollos turísticos del estado, en lugar de irse de nuevo a los Estados Unidos. Este aspecto se revela como central para los fines de la presente investigación: de nada serviría un esfuerzo de retención de fuerza de trabajo en el estado, implementado por cualquiera de los niveles de gobierno, si los migrantes estuvieran más dispuestos a marcharse de nuevo a los Estados Unidos. En el fondo, y de otra manera, los migrantes están manifestando disponibilidad para incursionar en esa nueva experiencia, que es quizá, lo que quiso medir Becker (1964) al diferenciar entre los trabajadores norteamericanos, en términos de los hábitos que estos presentaban a nivel individual, pero que afectaban de manera directa su desempeño en el trabajo.

Es esa misma característica la que permite que ellos mismos evalúen las posibilidades para desempeñarse en cuestiones como Mantenimiento de Jardines y Albercas, Trabajar en un Restaurante, Mantenimiento de Edificios y Arreglo de Cuartos, así como Trabajar en un Bar. Estas actividades son percibidas por los mismos migrantes como del tipo que no requiere una capacitación muy especial para poder desarrollarla, por lo cual las proporciones de los que manifiestan disposición van del 80 al 60%, descendiendo en ese orden.

El otro grupo de actividades son, según ellos, los que requieren un mayor nivel de estudio, el manejo de ciertas tecnologías ó mayores habilidades verbales para interactuar con los turistas: este segundo grupo de actividades está compuesto por Primeros Auxilios, Seguridad Privada, Recepcionista de Hotel o Restaurante, Cocina Internacional y Guía de Turistas, que descienden desde el 55 hasta el 38% de migrantes que declararon la posibilidad de desempeñarlas de manera adecuada.

La segunda pregunta se refiere a las necesidades de los migrantes para tratar de integrarse al mercado laboral de las actividades turísticas en el estado, lo que origina la hipótesis número dos:

Los migrantes de retorno de los Estados Unidos necesitan un conjunto de incentivos y entrenamiento específico para atender el segmento del turismo internacional en la zona costera del estado de Nayarit, lo que implica un proceso de certificación de competencias para tal efecto.
            La presente hipótesis es, quizá, la de mayor grado de complejidad para solventarla de manera suficiente. En primer lugar se debe considerar que de los 312 individuos que declararon estar dispuestos a buscar trabajo en los desarrollos turísticos del estado en lugar de partir de nuevo a los Estados Unidos, 199 manifestaron necesitar ayuda para transporte, 140 dijeron requerir apoyo para alimentación, y 162, apoyo para hospedaje en el caso de que la capacitación fuera ofrecida en una ciudad que no fuera la comunidad donde viven. Eso representa el 63.8, 44.9 y 52%, respectivamente. Si se considera que hubo quienes manifestaron necesitar apoyo para los tres rubros señalados, o para dos de ellos, y quienes sólo señalaron uno, en este caso, la ayuda para transporte, el primer cuestionamiento se refiere a que prácticamente la mitad parece no necesitar apoyo alguno para recibir la capacitación que les permita incorporarse al empleo que se les pudiera llegar a ofrecer. Tal es a la primera conclusión que nos parecen conducir los datos agregados, y constituye, quizá, una expresión de alarde de parte de nuestra población objetivo.
 
            No obstante lo anterior, esa aparente autosuficiencia no parece ser consistente con lo que ellos mismos manifestaron al ser interrogados al respecto. En el mejor de los casos, los entrevistados manifestaron un cierto nivel de confianza para poderse desempeñar en las tareas asignadas a partir de las habilidades y competencias con las que cuentan, mientras que la mayoría se mostraron escépticos al respecto de lo que el gobierno ha representado para ellos. Sin duda el proceso de migración no está exento de cierto grado de criminalización de parte de las autoridades mexicanas, fenómeno del cual han pasado a formar parte desde que decidieron migrar a los Estados Unidos la primera vez que partieron. Así, atrapados en una realidad en la que jamás han sentido apoyo de ninguna índole, la respuesta fue por lo general en dos sentidos: suficiente resulta que de veras el gobierno los apoyara a buscar un trabajo para ya no necesitar marcharse a la unión americana; mientras que los más escépticos sólo se limitaban a opinar en el sentido de que si nunca se ha tenido el apoyo del gobierno para nada, ¿no sería mucha pretensión querer ahora que hasta apoyara para poderse capacitar? Aún así, para muchos no resultó viable solicitar algo en lo que, de antemano, no tenían confianza de llegar a recibir. Tal es el grado de credibilidad que parece merecerles lo que ellos reconocen eufemísticamente como el gobierno.

            No obstante lo anterior, una cosa en la que parecen coincidir la totalidad de los entrevistados es en la necesidad de recibir capacitación específica para los trabajos a los que pudieran tener acceso, y su consecuente disponibilidad para recibirla. Además de eso, expresan una clara necesidad de tener acceso a trabajos que les permita el acceso a las prestaciones sociales que la ley prevé, además de que dure a lo largo de todo el año. Tal necesidad responde a la característica principal que presenta el trabajo del otro lado de la frontera: sin papeles, la posibilidad de acceso a los beneficios de la seguridad social es inexistente, aparte de la extrema vulnerabilidad en la que los deja constantemente el hecho de que el trabajo se reduzca, y entonces quedar en paro forzoso por ciertos períodos. A eso es a lo que ellos llaman descansar.

            Tres aspectos en los cuales no parecen estar demasiado preocupados son la existencia de programas de incentivos de parte de los empleadores, seguido por la necesidad de ascenso laboral, y, lo que parece menos importante para ellos es la existencia de un horario corrido o en ciertas horas y días de la semana, lo que constituye, debido a la naturaleza de los horarios prevalecientes en el sector, una de las principales fortalezas con la cual los migrantes cuentan, debido a la cultura laboral en la que se han desempeñado al otro lado de la frontera norte de México.

            La cuestión del ingreso constituye a estas alturas, la parte más delicada del análisis. Por un lado, la media aritmética y la desviación estándar nos lleva a pensar en que existen regiones en las cuales es muy poco probable que el sector turístico pueda llegar a satisfacer el ingreso semanal deseado. Tales regiones son la Norte, Centro y Sierra, en las cuales se aspira a ganar más de 2000 pesos semanales, lo que es prácticamente imposible.

Al analizar de manera detallada este indicador, las regiones Centro, Norte y Sierra quedan descartadas debido, principalmente, a que prácticamente 20% de aquellos captados por la muestra aspiran a ganar entre 3000 y 6000 pesos semanales, lo que los ubica en un contexto que no parece ser la realidad que les pudiera ofrecer el sector.

Debido a lo anterior, y centrando la atención en las regiones Sur y Costa Sur, se puede apreciar que son éstas las que tienen una mayor proporción de aquellos que aspiran a un nivel de ingreso que va de 1000 a 1499 y de 1500 a 1999 pesos, respectivamente. Es esa característica la que pudiera llegar a permitir la incorporación de estos al mercado laboral de las actividades turísticas, debido a que parece ser más compatible el ingreso semanal deseado, con el que en ese mercado laboral prevalece en la actualidad. Además, es momento de llamar aquí la atención en términos de su ubicación: por un lado, la región Costa Sur es en la que se ubican los mayores desarrollos turísticos en el estado, y, por otro, la región Sur es aquella que guarda una cercanía mayor a la primera.

Adicional al análisis anterior resulta la elaboración del modelo de regresión logística a partir del cual se estimó la probabilidad de que individuos con ciertas características mostraran disponibilidad a buscar trabajo en los desarrollos turístico del estado en lugar de partir de nuevo hacia los Estados Unidos. Al comparar la propensión mostrada por las mujeres con respecto a la mostrada por los hombres se tiene que es de .385 de la mostrada por los hombres, mientras que la de aquellos que se encuentran no unidos fue de .512 de la que muestran los individuos unidos. Por región los resultados son más que ilustrativos: la propensión de aquéllos que pertenecen a la región Centro son de 1.123 de la que muestran los que pertenecen a la región Norte, los de la región Sur y Costa Sur, 4.315 y 7.447, respectivamente. La Sierra, por su parte, presentó una propensión de 2.939.
Respecto a lo anterior, se puede señalar que son precisamente las regiones Sur y Costa Sur las que resultaban más compatibles en términos del ingreso semanal y aquél que pueden ofrecer los empleadores del sector turístico del estado.

Adicionalmente, se estimó la probabilidad de que hombres y mujeres unidos, de las distintas regiones, estuvieran dispuestos a buscar trabajo en el sector, en lugar de estar más dispuestos a marcharse hacia los Estados Unidos, resultando que al comparar las probabilidades, existe una cierta diferencia entre los sexos, pero resulta relevante el hecho de que al cambiar de región, las probabilidades presentan una notable disminución, pues de cerca del 100% de probabilidad estimada en el caso de las regiones Costa Sur, Sur y Sierra, se desciende a 37 y 18%, respectivamente, en el caso de los hombres y las mujeres de la región Norte, y de 43 y 22% en el caso de que se tratara de aquéllos que fueron entrevistados en la región Centro del estado.

Esta situación nos permite establecer que las regiones en las cuales los migrantes de retorno muestran una mayor disponibilidad a incursionar en el mercado laboral de los servicios turísticos del estado son, en orden descendente, la región Costa Sur, región Sur, y región Sierra. En las regiones en las cuales se estimó una probabilidad muy inferior al 50% fue la Centro y el caso extremo parece ser la región Norte, en la cual muy difícilmente llega a un poco más de 20%. Tales resultados son consistentes con lo que se había detectado en la parte descriptiva del documento, y constituye un aspecto que reviste importancia especial en el caso de que se hiciera un esfuerzo para tratar de adecuar los conocimientos y destrezas con las que cuenta este grupo específico de la población en el estado, pues al parecer sería un tanto difícil que aquellos individuos de las mencionadas regiones respondieran de manera positiva a una iniciativa de tal naturaleza.

La tercera pregunta se refiere a la rentabilidad que pudiera llegar a ofrecer el mercado laboral de las actividades turísticas en el estado de Nayarit, como una condición que permita a los migrantes de retorno abandonar la práctica migratoria para integrarse de manera definitiva a éste. Esta pregunta da origen a la hipótesis número tres:

 Las actividades turísticas representan un mercado de trabajo óptimo para que los migrantes de retorno de los Estados Unidos obtengan beneficios que les permitan retirarse de la carrera migratoria e integrarse a este creciente mercado laboral en el estado de Nayarit.

Uno de los primeros aspectos a considerar al momento de contrastar ésta hipótesis es la situación que guarda el hecho de contar con papeles para ir a trabajar a los Estados Unidos de manera legal o contratada. Si un trabajador puede ir a trabajar por temporadas sin dificultades para cruzar la línea fronteriza, es más comprensible el hecho de que no esté dispuesto a buscar trabajo de manera local. En todo caso, esa posibilidad le presta la oportunidad de intercalar estancias en uno y otro país, trabajar al otro lado le puede otorgar un ingreso que le permita pagar deudas acumuladas, crear un fondo de ahorro, adquirir algún vehículo automotor o herramientas que son más difíciles de conseguir en nuestro país, etc. Por otro lado, la estacionalidad con la que se presente el trabajo le permite estar por temporadas con su familia, incursionar en nuevas actividades tratando de construir la posibilidad de sobrevivencia de su familia renunciando a la migración,  etc.

En todo caso, el hecho de contar con documentos parece relacionado de manera inversa con la disponibilidad de los migrantes: nótese que la Región I Norte es la que presenta la menor disponibilidad, y es la que muestra la más alta proporción de aquéllos que cuentan con papeles para ir a trabajar en los Estados Unidos: 43% contra 23, 16, 15 y 0% respectivamente, de las otras regiones. Además, resulta relevante el hecho de que sólo el 75% de los que tienen papeles dijeron estar dispuestos a buscar trabajo de manera local, contra el 85% que manifestaron disponibilidad, de entre los que no cuentan con papeles para ir a trabajar a la unión americana.

Una vez considerado lo anterior, es necesario establecer la comparación entre irse a trabajar de nuevo a los Estados Unidos y buscar trabajo en los desarrollos turísticos del estado de Nayarit. Si nos atenemos al ingreso, la primera opción le puede permitir tener acceso a un promedio de 400 dólares a la semana, mientras que al desempeñarse localmente, a un promedio en pesos mexicanos, que se situaría alrededor de los 1200.
¿Cómo acercarse a un criterio de rentabilidad, desde la perspectiva de quien ha pasado un parte muy importante de su vida intercalando estancias en uno y en otro país?

En primer lugar, nos permitimos enfrentar el hecho de que en los Estados Unidos es muy posible que no trabaje las 52 semanas que tiene el año. Esta situación tiende a ser más grave si recién llegado no tiene trabajo, máxime si para cruzar la frontera contrajo deudas o compromisos que lo mantienen bajo presión constante.

 A este hecho hay agregar un segundo aspecto a considerar: los 400 dólares en promedio no parecen ser suficientes para hacer frente a un gasto compartido entre los dos grupos en los que se ha dividido el núcleo familiar: por un lado, la familia en México reclama un ingreso sostenido a lo largo del año, y el migrante enfrenta sus propios gastos para sobrevivir en los Estados Unidos, los envíos a nuestro país tienen un costo considerable, y hay que estar al tanto de la situación que guarda la familia, por lo que los gastos en comunicación telefónica se disparan. La presión psicológica sobre el migrante es, quizá, un aspecto difícil de cuantificar, pero no deja de estar presente de manera constante.

Un tercer aspecto es el que se relaciona con  la posibilidad de acceso a los fondos de previsión social a los que el trabajador pueda tener acceso una vez que llegue al final de su historia laboral: los migrantes en los Estados Unidos abonan de manera constante al sistema del Seguro Social norteamericano, no importando si está trabajando ilegalmente en el país. Así, nuestros trabajadores contribuyen a agrandar una masa económica a la cual deberían de tener acceso al llegar a la vejez, pero debido a su estancia ilegal, jamás logran tener acceso a ella. Esto constituye uno de los mayores fraudes que a trabajador alguno de le pudiera hacer, y se instaura, quizá, como el resorte principal que anima a la seguridad social norteamericana a tener una base gravable cautiva, imposibilitada para acceder a los beneficios futuros que deberían generar sus propios recursos. Estos trabajadores, en medio de la precariedad en la que viven, se convierten en financiadores de un sistema de seguridad social al que tienen acceso los trabajadores norteamericanos y los trabajadores migrantes con papeles, excepto ellos mismos.

A los aspectos mencionados con anterioridad, habremos de enfrentar aquellos aspectos a partir de los cuales se puede establecer una alternativa con la propuesta que aquí se está presentando, no obstante que en una primera instancia pudieran llegar a parecer de modestas proporciones y alcances:

En primer lugar, la característica que parece más importante es la que se refiere a que el sector turístico en el estado de Nayarit, ofrece un espacio de trabajo a lo largo del año. Independientemente de las variaciones que el sueldo o salario pueda tener a partir de la categoría laboral a la que se tenga acceso, o del empleador que se tenga, el trabajo sostenido a lo largo del año parece ser una constante en el sector. Recuérdese que este fue uno de los principales aspectos que mencionaron los migrantes en el ejercicio de jerarquización al que se sometieron en la encuesta, y parece reflejar, en general, esa preocupación que enfrentan ya sea localmente o si trabajan del otro lado de la frontera. Un ingreso menor, pero sostenido a lo largo del año puede, en la mayoría de los casos, ser mejor opción que un ingreso mayor, pero limitado a ciertos periodos de trabajo efectivo presentes a lo largo del año.

El segundo aspecto, y aunque aparentemente se tiene un gasto dividido, los intervalos de estancia del trabajador con su familia no exceden de una semana, el ingreso es entregado por el trabajador de manera personal, y en caso de requerirse su presencia en el hogar, los tiempos de traslado no exceden de tres horas, en los casos más extremos. Pensando en la región Costa Sur, algunos empleadores ponen a disposición transporte de personal en las distintas localidades, o llegan a otorgar ayuda para transporte. En lo que se refiere a abatir costos de estancia del trabajador cerca de su trabajo, es muy común observar que se agrupan por afinidad para pagar modestos espacios donde viven entre semana, pues los días de descanso generalmente los pasan con sus familias.

Por último, el tercer aspecto parece ser el que menos dificultad representa: al parecer, tanto las autoridades estatales como las distintas empresas ubicadas en el sector han generado y respetado el compromiso de que a los trabajadores se les cumplan cabalmente las prestaciones a las cuales por ley tienen derecho. De esta manera, a diferencia de otros sectores económicos, los trabajadores de los desarrollos turísticos tienen acceso al Instituto Mexicano del Seguro Social, pago de vacaciones y aguinaldo, así como acceso al INFONAVIT, y se abona de manera constante su cuenta en el Sistema de Ahorro para el Retiro. Un aspecto adicional que parece jugar un papel importante en lo que a ingreso se refiere, es que el sector parece muy propicio para que los trabajadores tengan acceso a lo que se conoce comúnmente como propina. Aunque no se profundizó sobre el particular, parece ser especialmente importante en lo que a complementar el ingreso se refiere, y al inquirir sobre él, todos parecen reconocer su existencia, pero en lo general se mencionan montos por debajo de lo que en general se reciben: aparentemente existe temor a que los empleadores lo consideren como parte de sus percepciones, y eso contribuya a la reducción de sus ingresos, o a que les apliquen tasas impositivas que incluyan a este rubro en particular.

RECOMENDACIONES FINALES

A lo largo de la presente investigación se han tocado aspectos que a estas alturas vale la pena recapitular. Desde la perspectiva del capital humano se hizo un acercamiento a los migrantes de retorno del estado de Nayarit, para lo cual se recurrió a un análisis de tipo transversal a partir de información censal. Debido a las limitaciones de la misma, se recurrió al levantamiento de una muestra de este tipo de individuos, tratando de rescatar sus características demográficas más importantes, así como los aspectos socioeconómicos que resultan relevantes. Además de lo anterior, y al tiempo que se realizó un sondeo que permitiera conocer la situación de los trabajadores del sector turístico en el estado, centramos la atención en rescatar aquellas habilidades, competencias y conocimientos que pudieran llegar a permitir la inserción de aquéllos que han trabajado en los Estados Unidos, a ese mercado laboral, bajo un criterio de regionalización previamente establecido, habiendo encontrado en lo general un cierto dominio del idioma inglés, principalmente en su forma oral, la existencia de conocimientos en tareas directamente relacionadas con las necesidades de fuerza de trabajo que muestra el sector, y, lo que nos parece más importante, a partir de un modelo de regresión logística binaria, se estimó la probabilidad de que individuos con ciertas características mostraran disponibilidad para buscar trabajo en los desarrollos turísticos del estado, en lugar de marcharse nuevamente hacia los Estados Unidos; por otro lado, es necesario dejar constancia en esta parte del documento, de que el análisis de los datos agregados parecen mostrar ciertas limitaciones pues a lo largo de la investigación nos pareció distinguir en las motivaciones que hacen al migrante tomar decisiones en cierta dirección cuestiones que los datos estadísticos no recogen. Ese tipo de aspectos bien pudieran ser captados por instrumentos de tipo cualitativo, por lo que se recomienda para aquéllos que se interesen en el estudio del fenómeno migratorio la utilización de técnicas que para el análisis, combinen las ventajas que ambas ofrecen para el análisis de fenómenos como el que aquí se analiza.

De manera resumida se puede mencionar que los resultados de tal modelo nos conducen a establecer que la probabilidad más alta de que un migrante muestre disposición a buscar trabajo localmente se encuentra en las regiones III  Sur, IV Costa Sur y V Sierra. No obstante lo anterior, nos permitimos descartar la región V Sierra a partir de que muestra un muy bajo dominio del idioma inglés, y, lo que resulta más importante, es la que menos integración territorial presenta con las regiones en las cuales se está llevando un acelerado desarrollo de las actividades turísticas en el estado.

Todo lo anteriormente explicado carece de utilidad si no se elabora una serie de recomendaciones que promuevan el hecho de que se aprovechen las habilidades y conocimientos mencionados, en el sentido de favorecer que los migrantes se inserten en la economía estatal, puedan sobrevivir junto con sus familias, y ello redunde en la retención de la fuerza de trabajo migrante en sus comunidades de origen.

Una política que dirija sus esfuerzos en el sentido anteriormente expuesto pudiera implementarse a partir de que se advierte en estos momentos una preocupación de parte de los distintos niveles de gobierno por tratar de incidir en el fenómeno migratorio en general. Tanto a nivel federal como a nivel estatal se han creado instancias que dirigen sus esfuerzos a evitar, aunque sea en lo más mínimo, la extrema vulnerabilidad de los migrantes.
Es precisamente lo anterior lo que permite proponer la implementación de una política que apoye a los migrantes de retorno del estado de Nayarit para que puedan tener un trabajo en el sector turístico del estado. Consideramos que las características que éstos presentan facilitan su contratación, aprovechando los conocimientos  y habilidades con que cuentan. Además de lo anterior, la cultura laboral en la que se han desempeñado los ha dotado de una disponibilidad que incluye un nivel de flexibilidad que en el resto de trabajadores es difícil de encontrar. Tal disponibilidad, demanda como contraparte una serie de condiciones que aparentemente son cumplidas por el sector turístico del estado, tales como trabajo a lo largo de todo el año, cumplir con las prestaciones que la ley establece, un cierto nivel salarial que permite un ingreso por encima de lo que en el promedio del estado prevalece, etc.

De esta manera, un programa que capacite a los migrantes en las áreas y en las tareas para las cuales constantemente está demandando personal el sector turístico se hace necesario de implementar. Este programa se puede iniciar como una invitación directa a aquéllos que se muestren interesados en el mismo, y pudiera ser coordinado por el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Turismo (SEDETUR). Esta secretaría del gobierno estatal cuenta con un departamento de Programas de Certificación, encargado principalmente de realizar ese tipo de capacitaciones para responder a la demanda generada por el sector turístico estatal. La presencia del Gobierno Federal se asegura como proveedor de los recursos económicos necesarios para el sostenimiento del migrante durante el tiempo que dure el proceso de certificación de sus habilidades, a través de la representación estatal del Servicio Nacional de Empleo. Este organismo diariamente sostiene una campaña publicitaria promoviendo la existencia de fondos federales para cuestiones como la que nos ocupa, y es precisamente oportunidades como ésta, en la cual se puede objetivar todo su esfuerzo. En todo momento se habrán de hacer compatibles las habilidades requeridas por el empleador, y aquéllas con las que el migrante de antemano cuente: en primera instancia un dominio idiomático suficiente asegura la posibilidad de acelerar el proceso de capacitación y certificación en un tiempo en el cual un trabajador ordinario quizá no lo pudiera lograr. Es precisamente a eso a lo que se concibe, desde la perspectiva general del presente trabajo, como una forma de aprovechar el capital humano con el que los migrantes de antemano cuentan. Por otro lado, la posibilidad de integración de los gobiernos municipales se asegura, pues es a estos a quien corresponde coordinar los esfuerzos desde la última de las localidades con las que cuenta, hasta hacer efectiva la incorporación de aquéllos que muestren interés por el programa.

De manera resumida, se asume al Gobierno Federal como fuente de financiamiento, al Departamento de Programas de Certificación de la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado como responsable ejecutivo del programa, y a los gobiernos municipales como promotores principales del mismo, para hacerlo llegar a las comunidades en las que habitan los migrantes con sus familias.

De darse un programa de tal naturaleza, es posible que a partir de contar con el apoyo necesario para capacitarse y tener acceso a un empleo a nivel local, se logre retener la fuerza de trabajo migrante del estado, lo que se asume como la parte más importante de tal iniciativa.

Evidentemente es a los que toman decisiones al respecto a los que corresponde la última palabra. En ese sentido es a ellos a quienes toca el asumir el reto de permitir la inserción de este tipo de trabajadores a la economía local, en un contexto en el cual las oportunidades para que estos trabajadores crucen de nuevo la frontera como hasta hace unos años lo habían venido haciendo se comienzan a reducir a partir de una política de protección de las fronteras que hace prácticamente imposible su cruce, aumentando de manera drástica la vulnerabilidad de la fuerza de trabajo migrante; por otro lado, la parte más grave parece ser la que se refiere al hecho de que adicionalmente a lo anterior, la política interna en los Estados Unidos ha comenzado ya  a operar de manera acentuada, acelerando los procesos de repatriación y deportación de muchos de los migrantes ilegales que se encuentran trabajando en ese país. Para el caso particular del estado de Nayarit, tal situación ha comenzado a dejar sentir sus efectos, pues diariamente se reporta el caso de migrantes sin papeles que de manera forzada están volviendo a sus comunidades de origen. Para ellos la disyuntiva no está ya en marcharse de nuevo hacia los Estados Unidos, sino en la necesidad urgente de sobrevivir junto con sus familias. Esa es, quizá, la parte más difícil que queda por resolver, y no se vislumbra la posibilidad de que cambie esa realidad en el mediano plazo, al menos por el momento.

Una recomendación adicional va en el sentido de que si por razones de tipo administrativo se pretendiera probar la viabilidad de un programa de esta naturaleza, es necesario apuntar que en todo caso son las regiones Sur y Costa Sur en las cuales es prácticamente seguro la respuesta inmediata a una invitación de este tipo: la disponibilidad estimada fue en esas regiones de prácticamente el 100%, además de que son aquéllas que geográficamente se encuentran más integradas a los lugares en los cuales el sector turístico está generando el grueso de la demanda de fuerza de trabajo con la que cuenta el sector en el estado. Por lo demás, entiéndase que la preocupación en el sentido de la implementación del programa va más allá de motivaciones personales, y obedece solamente a que de manera directa al levantar la información estadística nos dimos cuenta de la urgencia con la que iniciativas como ésta se esperan por parte de aquéllos a los que se les aplicó la encuesta.

En todo caso, se tiene la confianza en que el presente documento llegue a servir, al menos, como punto de referencia para aquéllos que realicen investigaciones posteriores sobre el tema en el estado de Nayarit.

Sabemos de antemano que no se pueden establecer criterios que asuman de manera homogénea el comportamiento de los fenómenos sociales que se viven en el estado. La migración es uno de ellos, y en su análisis parece clara la necesidad de rescatar especificidades de tipo regional, pues como lo hemos visto, no todos los individuos responden en el mismo sentido, aunque todos pertenecen a la misma entidad federativa. Si eso sucede al interior de los estados, se puede entrever el error en que se incurre al caer en generalizaciones que incluyan conjuntos de entidades federativas en el país.

Ya para terminar, y como simple portavoz de aquéllos que me permitieron conocer de manera detallada su experiencia laboral del otro lado de la frontera norte de nuestro país, me permito expresar a las autoridades locales que es mucho lo que ellos necesitan y esperan de eso a lo que simplemente definen como el gobierno. Sin duda, demandan ellos de su parte una respuesta en ese mundo tan suyo, en el cual lo que más parecen abundar son las preguntas.

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