LA MUJER EN LA OBRA PERIODÍSTICA DE EVA CANEL EN EL DIARIO DE LA MARINA (1918 – 1922)

LA MUJER EN LA OBRA PERIODÍSTICA DE EVA CANEL EN EL DIARIO DE LA MARINA (1918 – 1922)

José Antonio Ramírez Jiménez (CV)
Sergio Salazar San Martín

Universidad de Cienfuegos

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Los males sociales que afectan a la mujer

Una de las cuestiones sobre la mujer en que con mayor fuerza enfatiza Eva Canel es el trato que recibían las mujeres al tocar tierras americanas, ya que se encontraban desprotegidas y muchas veces realizaban las travesías desde España solas. Lo cual hacía mucho más fácil que cayeran en las garras de los aprovechados y terminaran realizando trabajos indecorosos, sobre todo en la prostitución. Este aspecto preocupó mucho a Eva Canel, cuando expuso: “Hay que hablar mucho de las señoras (y hablaré) que abandonan al servicio en la parte moral y le ofrecen doble salario y le permiten doble libertad perniciosa con tal de que soporten los mordiscos y las bofetadas y los insultos de los hijos que ellas no saben educar, pero también hay que pasar por el muelle o por Triscornia cuando desembarcan esas muchachas algunas arregladas ya con un compañero de viaje, preparadas a imponerse, exigiendo veinticinco o treinta pesos de sueldo y pensando no pocas desgraciadamente, en que aparezca el que las lleve al registro civil o a la prostitución porque en la Iglesia ya les han dicho que no entran, más que las atrasadas, hipócritas y estúpidas…” 1
Otro de los temas a tratar por Eva Canel es la delincuencia en la mujer y las razones que las condujeron a cometerlas. Hace mención también a las medidas que deben ser tomadas para evitar más incidentes. Realiza un análisis de elevada calidad en su artículo titulado “Hay que evitar crímenes” cuando expone:(…)Es necesario muy necesario que (…) tomen las autoridades una providencia saludable: la de no permitir que salga sola para Cuba ninguna mujer que no sea llamada desde aquí por persona de absoluta responsabilidad acreditada fuertemente en el consulado (…) Ahora mismo hay en los tribunales de justicia dos infanticidas criminalísimas; (…) Nos han dado mil disgustos, muchos quehaceres al fin llegué al convencimiento de que son un azote de la honradez gallega, la mayor parte de las que he conocido, solo de nombre muchas de ellas, y que viven en la abyección moral más asquerosa sin que sus amos se percaten si salen por la noche ni si cometen faltas que tanto afectan al que no las vigila como a quien la comete. Hay mujeres casadas que han dejado los maridos en sus pueblos y ellas están en casas de lenocinio, a título de sirvientas; hay otras en la cárcel por ladronas; hay menores de edad dejadas por sus madres en poder de tenorios repulsivos casados, con hijos y seguramente orgullosos de ocupar buenos puestos y bien remunerados, y también hay muchachas sirvientas que dan carreras en fotingo como dicen ellas, acompañadas de algunos poco escrupulosos paisanos, a quienes ellas buscan por regla general o de algún elegante mulatico que lasconquista fácilmente…” 2
Otro de los temas a tratar por Eva Canel es la delincuencia en la mujer y las razones que las condujeron a cometerlas. Hace mención también a las medidas que deben ser tomadas para evitar más incidentes. Realiza un análisis de elevada calidad en su artículo titulado “Hay que evitar crímenes” cuando expone:(…) No sé si mi alma de mujer o mi alma de patriota, se subleva, contra el espectáculo que vieran dando mujeres que pertenecen en su mayoría a España y más en mayoría si aquilatamos, a la provincia de Lago. Es necesario muy necesario que en aquella provincia, sobretodo, tomen las autoridades una providencia saludable: la de no permitir que salga sola para Cuba ninguna mujer que no sea llamada desde aquí por persona de absoluta responsabilidad acreditada fuertemente en el consulado…” 3
“…Ahora mismo hay en los tribunales de justicia dos infanticidas criminalísimas;  no encuentro aumentativo bastante horrendo para calificarlas, teniendo en cuenta los detalles que han precedido a sus crímenes. Las dos son de la provincia de Lago. Ciertamente que no sería bastante para formar juicio dos entre los  machos  cientos que debe haber en Cuba, procedentes de la misma provincia, pero yo debo hablar porque puedo y debo procurar que a toda costa se evite el espectáculo desdichadísimo que vienen dando esas mujeres imbécilmente pervertidas y lanzadas al crimen…” 4
“…Nos han dado mil disgustos, muchos quehaceres al fin llegué al convencimiento de que son un azote de la honradez gallega, la mayor parte de las que he conocido, solo de nombre muchas de ellas, y que viven en la abyección moral más asquerosa sin que sus amos se percaten si salen por la noche ni si cometen faltas que tanto afectan al que no las vigila como a quien la comete. Hay mujeres casadas que han dejado los maridos en sus pueblos y ellas están en casas de lenocinio, a título de sirvientas; hay otras en la cárcel por ladronas; hay menores de edad dejadas por sus madres en poder de tenorios repulsivos casados, con hijos y seguramente orgullosos de ocupar buenos puestos y bien remunerados, y también hay muchachas sirvientas que dan carreras en fotingo como dicen ellas, acompañadas de algunos poco escrupulosos paisanos, a quienes ellas buscan por regla general o de algún elegante mulatico que las conquista fácilmente. Por fin, y expuesto el cuadro en lo que hasta mi llega y me produce penas hondas, vienen a ennegrecerlo, las dos infanticidas también de la provincia de Lago, que tanto quiero por ser la que conozco más y estar muy próxima a mi pueblo…” 5
“… ¿Esas infanticidas que nos han aterrado con sus crímenes, los habrían  realizado al no salir de España? No los habrían realizado. Habrían tenido sus hijos naturales, diciendo o no diciendo el nombre de sus padres; los habrían criado, arrostrando todas las consecuencias de la falta, pero comportándose y sacrificándose como las buenas madres. ¿Qué se infiltra en el alma de esas mujeres al salir de su tierra y respirar ambiente tan distinto?...” 6
“…En la Habana hay personas respetables, muy respetables que nacieron en la provincia de Lugo la más castigada por la deshonestidad de las mujeres que vienen para dedicarse al servicio doméstico. Reúnanse esas personas decididamente, calladamente, resueltamente y con ayuda de la policía levanten una estadística de mujeres con informes de su conducta. Pidan que se implante la Cartilla de servicio doméstico obligatorio en todas las grandes ciudades donde conste la entrada y salida en las casas y el por qué dejan de prestar servicio…” 7
“…Por el bien, por la dignidad de españoles y cubanos hace falta una proficua labor de saneamiento: a todos por igual interesa, pues esas mujeres sean criminales sean honradas, han de dar seres a la sociedad y si el receptáculo de que esos seres han salido está infestado, infectos serán ellos, y por lo tanto llevarán germen de maldición a todas partes…” 8

1 Los jeremías de las mujeres. Diario de la Marina. Sección de la tarde. Pág. 6. Año 1918

2 Hay que evitar crímenes. Diario de la Marina. Sección de la tarde. Pág. 8. Año 1921

3 Hay que evitar crímenes. Diario de la Marina. Sección de la tarde. Pág. 8. Año 1921

4 Ibídem

5 Ibídem

6 Hay que evitar crímenes. Diario de la Marina. Sección de la tarde. Pág. 7. Año 1921

7 Ibídem

8 Ibídem