REAL COMO LA ECONOMÍA MISMA

REAL COMO LA ECONOMÍA MISMA

Armando Roselló

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REAL COMO LA ECONOMÍA MISMA

Armando-Emilio Roselló Doménech -o, más simplemente, Armando, como siempre lo llamamos quienes le conocimos y tratamos- fue sin duda, además de un magnífico compañero de estudios, una de las personas más inteligentes, competentes, admirables y, sobre todo, sensibles e íntegras que he conocido. A lo largo de cinco años de carrera fuimos compañeros de pupitre en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universitat de València, dejando en mí, sin que él se apercibiera de ello, una profunda impronta psicológica y un perenne sentimiento de estima y reconocimiento. Al terminar la licenciatura que compartíamos, cuando nuestras respectivas sendas profesionales tomaron rumbos distintos, siempre mantuvimos el contacto personal, intensificado en los últimos meses de su vida, en los que me reveló que había escrito la obra que aquí y ahora se prologa. Nunca llegué a imaginar entonces que una persona de su juventud y con sus excelentes cualidades intelectuales, humanas y morales me llamaría unos días antes de su fallecimiento -según nuestros clásicos, los elegidos por los dioses mueren jóvenes- para hacerme entrega, para su lectura, de una copia de su manuscrito a modo de legado personal.
Real Como La Economía Misma, escrita en dos períodos diferentes (1992-1994  y 2003) tal como el autor aclara, es una obra imaginativa, divertida e irónica, y al mismo tiempo de denso contenido. Refleja, en forma de relato histórico creativo y ameno que despierta un interés creciente a medida que se avanza en su lectura, la visión filosófica y la concepción personales de su autor sobre la economía y su evolución a lo largo del tiempo sobre la base no sólo de las experiencias emocionales académicas y profesionales de Armando sino de sus íntimas reflexiones y sólidos conocimientos antropológicos, históricos, jurídicos, lingüísticos, etc. De manera progresiva, lógica y natural, a lo largo de diez capítulos, se presentan personajes -Palb, Leru, Tshak, Güeje, Bope, Buop, Uilt, Zem, Cío…, nombres que difícilmente pueden presentar coincidencias con otros reales-; lugares ficticios y verdaderos -Villacolina, Mesopotamia, Egipto, Líbano, Roma, Valentia, Saguntum, Edeta, Tarraco, Venecia, Córdoba, Marsella…-, épocas -Paleolítico, Neolítico, Edad del Bronce….-; situaciones -cómicas, dramáticas y trágicas, como la vida misma-; e instituciones, hitos y conceptos económicos relevantes -necesidades humanas, progreso tecnológico, revoluciones económicas, división de trabajo, valor, utilidad marginal, precio, producción, distribución, excedente, intercambio, comercio, marketing, oferta, demanda, mercado, impuestos, gasto público, dinero, inflación, crédito, esclavitud, política, corrupción económica, servidumbre de la gleba, banca, desarrollo, crisis, paro, finanzas…-.
No conviene cansar en este prólogo con el comentario detallado de las singularidades presentes en el relato de Armando. Resulta preferible que sea el propio lector quien, desde su perspectiva personal, las identifique y aprecie. Así, por ejemplo, en la secuencia de instituciones económicas a las que se refiere, se podrían destacar, entre otros:
- El excedente en la producción (objeto de atención especial por parte de muchos autores tanto clásicos como modernos) como uno de los conceptos recurrentes y centrales en esta obra de Armando, fenómeno cuya aparición histórica habría de permitir el intercambio social de bienes y servicios.
- La constatación personal y profesional por parte del autor de que la actividad del comercio, contrariamente a su apariencia, es asimismo una fuente de generación de dicho excedente.
- Las dos definiciones e interpretaciones de la economía como “…la actividad humana tendente a la supervivencia mediante la generación, intercambio y reparto del excedente” (página 98) y “la actividad humana tendente a alcanzar una vida plena mediante la generación, intercambio y reparto del excedente” (página 267).
- La naturaleza del dinero (“…promesa, expresada en términos cuantitativos, que compromete a los individuos de la sociedad que lo emite y acepta, a satisfacer, dentro de unos límites, determinadas necesidades de su poseedor”) (página 120).
- Las crisis como consecuencia de la concurrencia de errores humanos en política económica y no de leyes naturales inexorables (páginas 167 y siguientes).
Etc.
En cualquier caso es éste un libro que el estudioso de la economía, el interesado en la historia del pensamiento económico y, en general, cualquier persona culta e ilustrada deberían leer paulatina y sosegadamente, con la convicción de que de tal manera el evidente interés intrínseco de la obra se ha de ver acrecentado con el gratificante y fino sentido del humor de que en todo momento hace gala el autor para la exposición y descripción de las en ocasiones áridas cuestiones económicas que han sido y continúan siendo objeto de profundas controversias y cuyo interés y relevancia, en momentos como los actuales de transcendentes acontecimientos políticos y sociales a nivel local y mundial, resultan manifiestos e innegables.
En el libro se plasma la formación recibida en aquella época en la Facultad de Económicas de Valencia ,por lo que representa también  un pilar indispensable para la Historia de la Enseñanza de la Economía en Valencia, todavía por escribir y que se echa en falta, ahora que por desgracia Bolonia se ha cargado de un plumazo  el pasado.
Muchos temas relacionados con los planteamientos de este libro han sido tratados y desarrollados -y, sin duda, continuarán siéndolo- a lo largo del tiempo de diversos modos y desde distintos enfoques, pero la contribución de la obra de Armando nos permite, además de conocer la visión particular de un excelente estudioso y un gran experto tanto en la teoría como en la práctica de la economía en general, disfrutar, de una manera desenfadada, original y brillante, del relato de la génesis, evolución y retos de la realidad histórica que desemboca en nuestros días. Me permito, pues, recomendar la lectura atenta, meditada e incluso ocasional u oportunamente recurrente de esta obra a quienes de una forma u otra se interesan por los fenómenos económicos -que somos muchos- y, de manera especial, a los estudiantes y estudiosos de las especialidades académicas y profesionales que guardan relación con las cuestiones aquí consideradas. Personalmente lamento profundamente no haber tenido la ocasión, como hubiese deseado, de haber expresado a Armando mi admiración por su originalidad, su magnífica estética literaria, su estilo argumental huidizo de toda erudición y su innegable talento creativo, cualidades todas ellas que el lector formado tendrá ocasión de apreciar en las páginas que siguen. Tan sólo me resta agradecer aquí, en nombre propio y en el de que aquellos que como yo apreciamos creaciones de esta naturaleza, la manifiesta generosidad de su autor -y la de los miembros de su familia- al poner esta obra incondicionalmente al alcance y disposición del público en general.
Valencia, Abril de 2013.

Miguel Roig Alonso
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales
Catedrático de Universidad de Economía Aplicada
Universitat de València