TURISMO ESPIRITUAL

Rogelio Martínez Cárdenas. Coordinador

Tipología de visitantes en el santuario del Niño de Atocha, Plateros, Zacatecas

Enrique Propin Frejomil
Álvaro Sánchez Crispín

Introducción
Este trabajo tiene como objetivo revelar los tipos de visitantes que acuden al santuario del Niño de Atocha localizado en Plateros, Zacatecas. Para ello, se enuncian posiciones teórico-metodológicas que fueron los soportes esenciales del proceso investigativo, se describen atributos que informan sobre el magnetismo espiritual del santuario y se valoran los patrones territoriales de los tipos de visitantes.

Posiciones teórico-conceptuales acerca de los tipos de visitantes
Esta investigación centra su interés en las posiciones teórico-conceptuales que se manifiestan a continuación:

a. La tipología como escenario cognoscitivo.
El concepto “tipo”, derivado de la acción “tipificar” y jerarquizado en una “tipología”, ha sido empleado prolíficamente por distintos campos del saber, entre los que se reconoce la Geografía Económica1, que perfila los tres cometidos investigativos siguientes: la tipificación de territorios político-administrativos (Thürmer, 1983; Propin, 2003), de fenómenos específicos (Hernández, 1999; Sánchez y Propin, 2010) y de personas (Benítez, 2010; Propin, 2010). En este contexto, “tipo” se concibe como el resultado indagatorio de un proceso de agrupación y clasificación jerarquizada.

Por su parte, la hermenéutica bíblica argumenta similares entendimientos y reconoce otras maneras de aprehensión cognoscitiva. “El término griego typos, del que se deriva la palabra <<tipo>>, aparece catorce veces en el Nuevo Testamento con diversas acepciones, las más importantes se las cuales son dos: a) modelo; b) producto que se obtiene según el modelo. Se usa especialmente en el sentido de patrón o ejemplo para la conducta moral del cristiano…puede definirse la tipología como el establecimiento de conexiones histórica entre determinados hechos, personas o cosas (tipos)…” (Martínez, 1987:15).

b. Las tipologías de lugares sagrados: centralidad geográfica y magnetismo espiritual.
Las clasificaciones tipológicas de lugares sagrados dependen de los propósitos diversos de los estudios y, por ende, de los criterios que se elijan en correspondencia. En tal sentido, aparecen diferenciaciones de sitios de acuerdo con la dedicación de los templos, la procedencia geográfica de los visitantes y su función en la economía turística (Puebla, 2008).

Debido a su centralidad geográfica, en términos de su capacidad para atraer personas, interesa distinguir aquí el tipo de lugar sagrado con magnetismo espiritual (Preston, 1992: 33-38, citado por Santiago, 2010 y Romo, 2000). Con tal denominación, se singularizan lugares de concurrencia significativa y recurrente debido a atributos específicos como las curas milagrosas (Lourdes en Francia; Nuestra Señora de los Ángeles en Costa Rica), las apariciones sobrenaturales (los lugares dedicados a la Virgen María en sus Advocaciones de Guadalupe en México; Fátima en Portugal y Lourdes y la Medalla Milagrosa en Francia y a Jesucristo mediante sus imágenes del Sagrado Corazón en Paray-le-Monial en Borgoña, Francia, y de la Divina Misericordia en Polonia), la Geografía Sagrada (Jerusalén, Belén, Nazaret, Roma) y la inaccesibilidad (Nuestra Señora de Juquila en México) (Propin y Sánchez, 2011).

c. El lugar sagrado como destino turístico de masas.
La confluencia de dos fines humanos puede llegar a sucederse sin conflicto alguno, aunque la realidad pueda llegar a mostrar lo contrario. La cuestión radica en la actitud de los seres humanos que acuden a estos lugares. Este problema potencial es aprehendido de desigual manera por los actores involucrados, quienes adoptan posiciones según sus perspectivas propias, “… desde el punto de vista de los creyentes, [se tiende] a una eventual disminución de la sacralidad del lugar por la falta de respeto que se le debe. La aceptación generalizada de estos preceptos de conducta [respeto religioso], al contrario, reforzará la percepción del carácter sagrado del lugar. De hecho, lo que hace que un lugar sea (más) atractivo para los turistas y demás visitantes es la singularidad que manifiesta” (Poças, 2009).
d. Los significados diversos de los lugares
Los visitantes se diferencian no sólo por su perfil demográfico o por su procedencia geográfica, sino también porque “… el mismo lugar [tiene], para distintas personas, sentidos también distintos… en el plano de cada individuo… la percepción de lo sagrado puede variar a lo largo de la vida, en función de alteraciones culturales y sociales” (Kong, 1992). De esta aseveración, interesa aquí precisar dos asuntos: la importancia que tiene el templo en la vida espiritual de los creyentes y el proceso de sucesión generacional.

El templo, como lugar de convergencia social y de significado esencial para los creyentes, ha sido una cuestión tratada en la Sagrada Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, lo que indica su génesis ancestral (Lawrence, 2008). En este orden de ideas, se reconocen, por una parte, a los que consideran al templo como un fin de su devoción y, por la otra, los que lo valoran como un medio en su camino espiritual (Propin y Sánchez, op. cit.). En el Nuevo Testamento, Jesucristo enfrenta el dilema y ofrece la solución.
“…en Marcos 2, Jesús perdona los pecados de un hombre paralítico y le devuelve la capacidad de caminar. Algunos escribas se molestan: “¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?” (2:7). El problema no era que Jesús proclamara ser Dios. Sino más bien el problema era que Dios había otorgado una forma de perdonar los pecados – concretamente a través del sacrificio en el templo. Y ahí esta Jesús, como Juan [el Bautista], anunciando perdón fuera del templo” (Borg y Crossan, 2007:23).

Estas concepciones diferentes del templo, aún hoy en día manifiestas, pueden desembocar no sólo en comportamientos humanos divergentes, sino en perfiles de creyentes distintos. Si bien es un asunto arduo de medir, que en ocasiones puede deparar en discusiones acerca de la ortodoxia, este trabajo no lo soslaya y lo toca, al menos someramente, en la entrevista realizada y en el orden secuencial de los tipos de visitantes como imagen registrada del presente de los entrevistados.

La acotación temporal anterior significa que durante la vida de fe cambian las actitudes y conductas de los propios creyentes, los cuales influyen, en mayor o menor medida, sobre su entorno familiar y social. La sucesión generacional atañe a las formas e interpretaciones que han acontecido y aún prevalecen en los patrones territoriales de difusión religiosa. En un sentido estricto, “… la sacralidad puede heredarse como testigo de generaciones anteriores” (Poças, op. cit.:198).

e. El modelo conceptual entre peregrino y turista.
Esta dicotomía de finalidades ha sido tratada en forma amplia y desde posiciones teórico-metodológicas diversas (Cohen, 1992; Jackowski y Smith, 1992; Miranda, Rodríguez y Ramírez, 2009; Ostrowsky, 2002; Porcal, 2006; Wickens, 2002). En este contexto, interesa individualizar, para los fines de este trabajo, el esquema presentado por Smith (1992)

Figura 1. Gradiente tipológico entre lo sagrado y lo secular


PEREGRINACIÓN

TURISMO RELIGIOSO
c

TURISMO

a

b

d

e

Sagrado

Basado en la fe / Basado en lo profano

Secular

 

 

 

a. peregrino piadoso;

b. peregrino > turista;

c. peregrino = turista;

d. peregrino < turista;

e. turista secular

 

 

 

Fuente: Elaborado sobre la base de: Smith, 1992

Como en toda tipología, los extremos son regularmente fáciles de revelar, la dificultad mayor radica en los estadios de tránsito entre los mismos. Cuando se trata de la tipificación de territorios o de actividades, este problema suele ser menor que al tratar de clasificar a las personas. Aún así, el caso que compete presenta mayor complejidad, en tanto demanda no sólo de datos tangibles que pueden ser capturados en forma directa, sino de otros menos perceptibles que únicamente se aprehenden de manera indirecta. No sólo es suficiente saber la valoración directa de las personas acerca de su condición como peregrino o turista, que sin duda ayuda, sino de profundizar en el motivo principal del viaje. En ocasiones, el motivo que facilita el viaje es distinto al religioso, auque éste último puede erigirse como el trascendente; esto puede ocurrir cuando en el lugar de destino yace un lugar sagrado de devoción singular.

El develamiento de estos escenarios humanos es difícil, aunque no imposible. En este sentido, el esquema de Smith, se convierte en un facilitador que permite clasificar y ordenar grupos de personas con características similares.

Centralidad geográfica del santuario
El santuario del Niño de Atocha, localizado en el estado de Zacatecas, se identifica entre los templos católicos más visitados en México después de la Basílica de Guadalupe y el de San Juan de los Lagos. En la perspectiva devocional, es el de mayor concurrencia en el país entre los recintos dedicados a Jesucristo en sus advocaciones diversas, por encima de iglesias basílicas restantes dedicadas, en su mayoría, a la veneración de la Virgen María como Nuestra Señora de la Soledad en Oaxaca y de Zapopan en Jalisco.

Con excepción de la Basílica de Guadalupe, los restantes cinco destinos con mayor afluencia de visitantes en México, no corresponden con denominaciones especiales otorgadas por la jerarquía de la iglesia católica. El patrón de recurrencia de los fieles, extensivo a los flujos turísticos religiosos y culturales en general, es el indicio para calificarlos como lugares sagrados con magnetismo espiritual.

La singularidad del santuario de Plateros yace en la relación indisoluble entre la historia de la imagen, la presencia consecuente de exvotos acumulados a través del tiempo y el flujo recurrente de peregrinaciones y de visitantes ocasionales, creyentes o no, que acuden con motivaciones diversas.

La atracción espiritual de la imagen y su difusión devocional no puede ser explicada mediante una causa única y tangible (Figura 4). En este orden de ideas, es necesario referir los sucesos relacionados con su génesis y los relatos de apariciones y milagros que, a través del tiempo, se registran en partes diversas del mundo y de México. El simbolismo de su vestimenta como peregrino es otro argumento que influye sobre su devoción. La imagen extendida del Niño Dios, “Todopoderoso”, revestida de poder a través de los símbolos del orbe y cetro, en lo común, de oro y piedras preciosas, se trueca, con el Niño Dios de Atocha “Todoamoroso”, en humildad y servicio representados por un báculo o bastón de apoyo con un guaje para guardar agua y una canastita para el pan, como lo necesario para la caminata de la vida (Propin y Sánchez, 2011).

Estrategia metodológica
El trabajo directo en el santuario y sus alrededores fue esencial para el desarrollo de la investigación. En una de las tres estancias realizadas, se entrevistaron a 82 visitantes que fueron seleccionados en forma aleatoria durante las misas concurridas del mediodía (Cuadro 1).

Cuadro 1. Formato generalizado de la entrevista realizada en el Santuario de Plateros entre el 28 de febrero y 3 de marzo de 2008


I. Datos del turista/visitante.

1. Lugar de residencia  (país o estado de México):

2. Viaja (a) Sólo   (b) Acompañado (especificar relación personal):

3. Edad:          4. Sexo:           5. Profesión         6. Grado de escolaridad

7. Creencia religiosa: Católica  Otra (¿Cuál?):

II. Destino principal del turista /visitante.

8. ¿Cuál fue el lugar de pernocta la noche anterior de llegar a Plateros? Ciudad de Zacatecas    Otro lugar (especificarlo):

9. ¿Dónde dormirá esta noche? (referido al día de la entrevista)  Ciudad de Zacatecas      Otro lugar (especificarlo):

10. ¿Viaja en Tour? Sí   No De ser afirmativo, detallar la cantidad de personas del grupo:

11. Cuando salga de Plateros, ¿hacia dónde viajará?   Regreso al lugar de residencia:  Otro lugar de México (¿Cuál?): Otro país (¿Cuál?): Lugar    del aeropuerto de salida:

III. Recurrencia del visitante a Plateros.

12. ¿Es su primera visita al Santo Niño de Atocha? Sí    No

13. ¿Cuándo lo ha visitado con anterioridad? Especificar veces/ años:

IV. Motivo principal de la visita al Santuario.

14. ¿Qué hace Ud. en este sitio? Conocerlo / Orar al Santo Niño de Atocha

15. En relación a su viaje y su presencia en el Santuario, elija una de las opciones siguiente:

a. Fue el motivo principal y único de su viaje

b. Fue el motivo principal, pero tiene pensado visitar otros lugares sagrados

c. No fue el motivo principal, pero buscó la posibilidad de visitarlo

d. No fue el motivo principal, pero acude a él por curiosidad

16. ¿Regresaría a este lugar en otra ocasión? No Sí ¿Por qué? (marcar sólo una opción)

a. Me gusta el lugar

b. Quiero visitar de nuevo el Santuario

c. Quiero reencontrarme nuevamente con el Santo Niño de Atocha

17. ¿Cómo Ud. se califica? (marcar sólo una opción)  a. Turista   b. Peregrino  c. Visitante

V. Singularidad del Santuario.

18. ¿Quién es el Santo Niño de Atocha?

19 Si Ud. puede orar a Nuestro Señor Jesucristo desde su Parroquia, ¿por qué visita, entonces, este Santuario?

VI. Derrama económica.

20. ¿Cuánto lleva gastado (aprox.) en el lugar?

21. Especificar (aprox.) los montos:

a. Comida o bebida: b. Estacionamiento: c. Artículo de carácter religioso comprado dentro del Santuario: d. Artículo de carácter religioso comprado fuera   del Santuario: e. Otro artículo (detallar cuál y monto): f. Otros gastos (detallar cuáles y monto):

Nota: Los contenidos subrayaron fueron los elegidos para revelar la tipología de los visitantes entrevistados.
El análisis correlacionado de las respuestas permitió la identificación de diez atributos que revelaban con nitidez quince tipos de visitantes.En la descripción que sigue, y con el propósito de significar el procedimiento practicado, se optó por incluir los cuadros compilados de las respuestas textuales de los entrevistados; su generalización hubiese conllevado a la omisión de detalles sensibles e imágenes primarias que sirvieron para decidir la tipología final2. En este estudio, el turista secular3, no fue identificado y el tipo concerniente al peregrino piadoso se perfiló en varios tipos de acuerdo con la cantidad de visitas y las preguntas que atañen al discernimiento devocional.

Tipos de visitantes
Los 82 entrevistados, todos católicos4, se clasificaron, de acuerdo con características distintivas y regulares, en los quince tipos de visitantes siguientes:

Tipo I. El peregrino espiritualizado
Este conjunto de ocho personas se distingue, esencialmente, por las respuestas referentes a la identificación del Santo Niño de Atocha como Jesús y Dios. Aunque se mueven por motivos diversos, todos son peregrinos asiduos que reportan una cantidad significativa de visitas. Estos entrevistados viajan acompañados, oran dentro del santuario y tienen el propósito de volver a visitarlo (Cuadro 2).

No fue posible identificar una regularidad en su perfil demográfico; sus edades fluctúan entre los 17 y 63 años, con grados de escolaridad y perfiles laborales. También se conjuntan en lo referente a los argumentos de la visita recurrente que no se constriñen al ámbito de pedir o pagar favores, sino se expanden al significado que posee la imagen y el santuario en su vida espiritual. Si bien son razones que pueden inducir a pensar en la cercanía residencial de estas personas; se halló, por el contrario, que no responden a un patrón común de procedencia geográfica. Tan importante es el Santo Niño de Atocha para personas de Fresnillo, como del Estado de México.

Tipo II. El peregrino tradicional
Este tipo ocupa el tercer lugar entre los de mayor cantidad de personas identificadas. La denominación de “tradicional” atañe esencialmente a dos atributos: en primer término a su reconocimiento propio como peregrino y al carácter milagroso de la imagen, sin concederle significado directo a Dios. Aunque aparecen respuestas de categoría profana alusivas al paseo de parejas o de familias, es regular la reafirmación de la importancia espiritual del lugar; se pueden llevar a casa la imagen, pero no “su lugar” ya que es donde vive y concede milagros (Cuadro 3).

Se reúnen personas que acceden al santuario por viajes organizados o por su cuenta, las cuales son mayoritariamente mujeres, amas de casa con edades disímiles entre 32 y 66 años. La búsqueda y agradecimiento de milagros son las acciones asociadas con el patrón de visitas recurrentes. El alcance regional de este tipo de visitante se expande hasta el Distrito Federal.

Tipo III. EL peregrino espiritualizado reciente
Este perfil humano se asemeja al expuesto en el tipo 1, excepto en la cantidad de veces que ha visitado el santuario, de ahí la alusión del tiempo en el nombre del tipo. Caso particular es el entrevistado proveniente de Michoacán, quien declaró, en primera instancia, su desconocimiento acerca de la imagen, pero de inmediato la asocia con la Virgen María; por ello, además de las respuestas restantes, se decidió incluirlo en este tipo (Cuadro 4). Las cinco personas viajan en familia, principalmente por su cuenta, oran en el santuario y expresaron su intención de continuar las visitas en un futuro.

El carácter utilitario de la imagen, patente en el caso anterior, se truca aquí en el significado espiritual de la imagen y el lugar como “casa”. Este grupo lo integran cuatro mujeres amas de casas y un hombre asesor de ventas con edades que oscilan entre los 33 y 54 años. Este tipo de  peregrino reciente no sólo se constriñe a la periferia zacatecana del santuario, sino que exhibe indicios de su manifestación en entidades alejadas como México y Michoacán.

Tipo IV. El peregrino tradicional reciente
Estos seis entrevistados se asemejan al tipo II, con la excepción de la recurrencia de visitas al santuario es menor. Las respuestas sobre la identificación de la imagen y el motivo de la visita son parecidas, aunque aquí la tradición ocupa un lugar preferente en las respuestas. El viaje familiar formalizado en grupo aparece, en forma relevante, desde entidades alejadas como el Distrito Federal, Querétaro y Guanajuato (Cuadro 5).

Este tipo lo integran hombres y mujeres con perfiles laborales muy disímiles como obrero, contador público, ladrillero y sólo aparece un ama de casa. Por su parte, el rango de edades se amplifica entre 22 y 64 años. En este conjunto de personas, no se distinguen residentes del estado de Zacatecas; situación que se asemeja al caso del peregrino tradicional (tipo II).

Tipo V. El peregrino fraterno
Este grupo reducido de dos personas se extrajo de los conjuntos anteriores debido a sus respuestas alusivas a la advocación de Jesús y el motivo de la visita. Se trata de dos amas de casas adultas, con evidente espíritu solidario, que viajan en colectivo con el ánimo de distracción sin importar quién es el visitado. Aunque presentan respuestas singulares, ellas se asemejan más entre sí, que con cualquier otro de los entrevistados.

A pesar de lo referido, han visitado en otras ocasiones el santuario y siguen alentadas a retornar. La autovaloración como peregrinas se reafirma en su actitud de respeto dentro del templo, aunque una, procedente de México, “no sepa de quién” sea la imagen y la otra, proveniente de Jalisco, conceda al lugar un significado profano.

Tipo VI. El peregrino nuevo
Este grupo exhibe características semejantes a algunos de los anteriores, pero se distingue porque son peregrinos que, desde entidades distantes, visitan el lugar por primera vez. Estas tres personas, si bien poseen características similares, responden a perfiles demográficos heterogéneos; dos son mujeres de cerca de treinta años, una es ama de casa y la otra catequista, y el hombre es un empleado federal de 56 años. Este tipo es sintomático de la difusión devocional del Santo Niño de Atocha entre grupos sociales distintos en territorios alejados del santuario.

Tipo VII. El devoto ferviente
Los atributos temáticos, que singularizaron a estas seis personas, fueron el viaje compartido con familiares, la cantidad significativa de veces que han visitado el lugar para hacer oración, con la intención futura de hacerlo y las respuestas entremezcladas de fervor y reconocimiento espiritual de la imagen. La identificación del nombre del tipo se debe al carácter neutral de las seis respuestas; no se reconocen ni como peregrino, ni como turista, a pesar de la recurrencia al lugar y de que viajan por medios propios.

Del conjunto cinco son mujeres amas de casas con edades entre los 19 y 66 años que acuden al santuario, mayoritariamente, más de una vez al año. El campesino de 53 años, residente de Zacatecas, declaró, con fervor significativo, las casi 160 veces que ha acudido al Santo Niño para pedir favores y agradecer. Este tipo captura la presencia de zacatecanos que emigraron a Estados Unidos que visitan su lugar de nacimiento, donde también mora la “imagen de Cristo”.

Tipo VIII. EL devoto tradicional
Este tipo, el de mayor cantidad de personas, se singulariza por su carácter transitorio entre el anterior y el que le sigue. Si bien los tres tipos (VII, VIII y IX) presentan similares características, éste, a diferencia del anterior, registra cantidades menores de visitas, mientras el que le sigue distingue a los que arriban por primera vez.

El viaje familiar, en tours o por medios propios, es el más frecuente. Estas personas se aprecian como visitantes, aunque su proyección dentro del santuario es consecuente con su creencia religiosa; oran, piden y agradecen. El carácter milagroso del Santo Niño, que algunos lo identifican con Jesucristo o Dios, es valorado, en forma significativa, por la mayoría de los entrevistados. Este conjunto reúne principalmente a mujeres, amas de casa, con edades que oscilan entre los 30 y 78 años. Los hombres, en edad laboral, declararon ocupaciones disímiles: dos agricultores, un soldador, un peluquero y un minero. Estas personas proceden de entidades federativas diversas como el Distrito Federal, México y Chihuahua. Al mismo tiempo, este tipo también revela el proceso migratorio de zacatecanos hacia Estados Unidos; en este caso es un hombre de 27 años que proviene de Iowa.

Tipo IX. El devoto nuevo reciente
Este grupo es el segundo de acuerdo con la cantidad de personas. Presenta casi idénticas características al anterior, pero se singulariza porque los entrevistados visitan por vez primera el santuario, con ánimo de volver a visitarlo. De cumplirse esta acción en una visita segunda, estos devotos dejarían de pertenecer a este tipo y pasarían a engrosar el VIII (Cuadro 10).

Tipo X. El creyente nuevo
Es un grupo, de especial interés, perfilado por dos personas católicas que visitan por vez primera el santuario con el propósito de conocerlo y no relacionan al Santo Niño con Dios, aunque declararon que desearían regresar. Este grupo lo representan dos personas, una mujer adulta ama de casa y un joven estudiante, que viajan junto a familiares desde el Estado de México (Cuadro 11).

Tipo XI. EL creyente recreacionista
Esta persona católica, que ha visitado el santuario en seis ocasiones, lo considera como un lugar de paseo. Este minero de 38 años, sensibilizado con los milagros del Santo Niño, viaja acompañado de su familia y declaró su intención de regresar .

Tipo XII. El turista devoto
Este tipo se configura por las respuestas dadas por un hombre comerciante de 57 años, creyente que viaja con un amigo desde el estado de Chihuahua y se reconoce a sí mismo como turista con intención de regresar al lugar. La creencia en los milagros del Niño de Atocha y el pago del favor recibido conforman el basamento de fe sobre los que descansan las veces numerosas que ha visitado el santuario.

Tipo XIII. El turista recurrente
Este grupo de tres personas es semejante al anterior, pero diferenciado por la cantidad menor de visitas al lugar. Aunque plantean perspectivas cognoscitivas disímiles en el reconocimiento de la figura del Santo Niño de Atocha, todos otorgan un significado espiritual especial al santuario. Estas dos mujeres adultas mayores, residentes en el Distrito Federal, viajan en grupo. La persona restante es un obrero de 30 años que reside en Aguascalientes.

Tipo XIV. El turista creyente nuevo.
Esta persona católica visita por primera el santuario, de ahí que el conocer el lugar aparezca con énfasis especial en sus respuestas. La identificación del Santo Niño como “Dios chiquito” y la intención de regresar, convertirían a esta ama de casa, de 57 años, en sus visitas sucesivas, como integrante del tipo anterior. Esta presencia de esta persona expande más al sur el área de influencia del santuario, hasta Morelos.

Tipo XV. El turista creyente que no regresará
Este tipo identifica sólo a una persona que se considera turista y ha visitado el santuario en cuatro ocasiones, aunque manifestó que no regresará. El hecho de orar y de exteriorizar su fe católica, fue razón de excluirlo como turista secular profano. El viaje recreativo con su familia puede explicar las respuestas dadas por este estudiante de 18 años que hace oración dentro del recinto religioso, sin reconocer la identidad y el carácter milagroso del Santo Niño de Atocha.

Sucesión generacional y expresión territorial de los tipos de visitantes
La tipología de visitantes revelada, además de identificar los atributos singulares de los conjuntos de personas, también indica el proceso de recurrencia de fieles al santuario. No es posible afirmar, debido a las preguntas realizadas, las razones de la sucesión ya sea de origen familiar o grupal, pero sí es posible ilustrar patrones de respuestas provenientes de personas con disímiles lugares de residencia en México y en Estados Unidos. La sucesión entre los tipos de peregrinos y, en especial, de los devotos comprueban lo referido con anterioridad (Figura 5).

La difusión de la fe en el Santo de Niño de Atocha, sobre la base de la sucesión de los tipos referidos, se revela con nitidez en los casos de los visitantes que proceden de los estados de Zacatecas, México, Durango y el Distrito Federal (Figura 6).

Los flujos menores de visitantes, excepto el de Aguascalientes, son realizados por personas identificadas con los tipos de peregrinos y devotos que reconocen el carácter milagroso de la imagen y consideran insustituible el lugar.

Conclusiones
El modelo conceptual de tipificación de visitantes, propuesto por Smith, constituye un soporte esencial en este tipo de investigaciones, en la medida que permite apreciar las diferencias que acontecen entre las personas que acuden a un lugar sagrado.

Las técnicas cualitativas de investigación, en particular las entrevistas no cerradas, son imprescindibles y deben ser concebidas en función del contenido que exhibe el modelo para facilitar los resultados. Sin embargo, la realidad rebasa esta plataforma de guía investigativa. Las actitudes espirituales y huellas mentales de la religiosidad popular escinden diferentes comportamientos humanos ligados con la espiritualidad de los  peregrinos, devotos y creyentes y, en su caso,  turistas seculares. La afirmación anterior no es inamovible en el tiempo; las preguntas aplicadas al mismo grupo de entrevistados  en el futuro, más o menos inmediato, podrían ser respondidas de manera disímil. Esto significa que una misma persona puede transitar tipos distintos de visitantes durante su vida.

La tipología de visitantes revelada en el santuario del Niño de Atocha indica la diversidad de personas que acuden en forma regular y la difusión geográfica de la devoción. Los tipos de peregrinos y devotos tradicionales (II y VIII), significativos por la cantidad de personas identificadas, tenderán a engrosarse con una segunda visita de las personas identificadas en los tipos análogos que llegan al lugar por primera vez (III y IX).
Notas
1 Con el propósito de no distraer la atención del trabajo, el concepto “tipo” se constriñó al ámbito de la Geografía Económica, pero su uso se expande por toda la Geografía y se registra en otras disciplinas como la Biología y la Sociología, entre otras.
2 La concepción y contenido de las entrevistas representan pasos metodológicos cruciales; de acuerdo con las preguntas, serán las respuestas y éstas son las que posibilitan definir, con mayor o menor incertidumbre, la tipificación de los entrevistados.
3 El tipo de turista secular parece, en primera instancia, fácil de identificar; sin embargo, la realidad informa que puede no ser así. Tal aseveración se comprobó entre extranjeros que visitan la Basílica de Guadalupe el 12 de diciembre (Propin, 2010). En este contexto, se reconocieron personas que afirman no creer en Dios y se consideran  así mismos como turistas, pero manifiestan, en la práctica, virtudes cristianas más notorias que los tipos asociados con los peregrinos piadosos (Propin, 2010).
4 Esta coincidencia no significa que el santuario no sea visitado por personas de otros credos o por ateos.

Agradecimiento
Se reconoce el trabajo realizado durante el levantamiento y procesamiento de las entrevistas y la elaboración de los mapas temáticos por los estudiantes de la licenciatura y posgrado de Geografía siguientes: Alberto Domínguez Maldonado, Mauricio Domínguez Martínez, Yunuen Reygadas Langarica, Marcela Jiménez Moreno, Nelly Zeltzin Antonio Guzmán, Arturo Ramos Ocaranza, Adriana Angulo Cabello, Daniel Morales Islas, Olga Correa Miranda y Jesús Abraham Navarro Moreno.

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1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural
Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores)

Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER).
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