PLAN ESTRATÉGICO DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN RED PARA RORAIMA (BRASIL)

Silvio Testa

4.5 La ética en el diálogo intercultural

Es aquí donde nos encontramos con el punto fundamental que nos proponemos plantear. De la cita que hemos reportado más arriba, nos parece importante entrar un poco más a fondo en la primera precisación: la dignidad humana ha de tener significación para hombres históricos concretos que se mueven dentro de las contradicciones de la realidad. Para nosotros esto significa que esta categoría tiene que tener significa­ción para hombres ajenos al ámbito histórico-cultural donde se ha gestado el proceso que ha llevado a la formulación de esta categoría y de los derechos humanos fundamentales. Entramos por tanto en el tema del diálogo, y particularmente del diálo­go intercultural. ¿Como llegar a un diálogo entre diferentes culturas? Aquí la forma de entender la categoría de dignidad humana puede asumir las más variadas expresiones. Puede pare­cer imposible entenderse y encontrar racionalmente su funda­mentación.
            Para Panikkar el sueño del género humano es el de cons­truir  una torre de Babel a través de los universales: una civilización (supuestamente la mejor) que surge desde la praxis, desde una experiencia de desorientación que no tiene soluciones teóricas universales. Teoría y praxis están subor­dinadas pero son autónomas. El peso del pluralismo no está solo en el "logos" sino que es algo que hay que afrontar en la praxis que proporciona continuamente diferencias, que nos lleva a tomar postura ante la presencia efectiva del otro que interfiere, a menudo conflictivamente, con nuestra realidad. No existe aquí un "supersistema" (torre de Babel) ni vale la mera tolerancia. Es una situación inevitable porque nos encon­tramos y nos reconocemos en una situación de mutua dependen­cia. Así que el problema del pluralismo viene a ser el proble­ma del "otro": ¿Como podemos tolerar o entender el otro cuando esto no es factible de ninguna forma racional, razonable o inteligible?
            La génesis del problema está en que el individuo es precedido por la comunidad. El grupo en el que el individuo se encuentra no es ni el único ni el mejor. Surge la conciencia de las diversidades que hay que armonizar para no romper la unidad. Las aproximaciones al problema del pluralismo pueden ser:
            a) A nivel filosófico: entra aquí el problema de lo "uno" y de lo "múltiple", del monismo, donde la pluralidad es a lo sumo tolerada como provisional, el dualismo, donde se desen­vuelve el proceso dialéctico y, por último, el no-dualismo que supone la aceptación positiva de la diversidad sin forzarla hacia una unidad artificial.
            b) A nivel fenomenológico: aquí el problema del pluralis­mo surge cuando la cuestión no puede resolverse por vía demo­crática, cuando no puede ser tratado dialécticamente porque cuestiona los mismos fundamentos de la dialéctica y cuando no puede resolverse por la violencia o el poder porque la natura­leza humana se resiste a ello.
            c) A nivel antropológico: aquí se pasa de la pregunta "¿Que es el hombre?" donde el hombre es objeto de investiga­ción, a la pregunta "¿Quien soy yo?" donde el hombre a inves­tigar es el yo-conciencia, a la pregunta "¿Quien eres tu?", donde no se puede contestar "sin ti". Se da aquí la conciencia de que no se puede acceder a la experiencia humana total para poder contestar a la primera pregunta.

            "El hombre" por tanto es una realidad plural, no reducti­ble a una unidad o a una única inteligibilidad. Esta situación hay que considerarla no como conflicto dialéctico, sino como tensión dialógica. Hay que admitir un centro trascendente a la comprensión de la sociedad que quedará siempre incomprensible. Siempre quedará un "resto" de lo contrario de lo que tu pien­sas. El conflicto pluralista hay que manejarlo a través del diálogo dialógico que "reconoce" sin pretensión de controlar. Esto en una actitud de constante ejercicio de esta tarea, reactivando el diálogo cuando este se rompe o es rehusado por una de las partes. Para esto se necesita además de palabras, reflexión, además de decisiones, silencio, además de autori­dad, obediencia mutua. De esta forma cada paso implica una nueva creación.

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